Partida Rol por web

Kendra sonrio de medio lado, ante la respuesta de Ludmila- Pues... Morpho aun no tiene pareja. A lo mejor seria una buena idea, ¿no crees? - dijo caer a Ludmila, mientras terminaba de recoger sus cosas. -Nos vemos luego. -se despidio del resto, caminando hacia la salida con Asterope y Lincoln, en direccion al patio.

Linc se encontraba absorto en sus pensamientos, medio dormido, mientras la profesora iba repartiendo los puntos, fue entonces cuando el tirón de Asterope le despertó, abriendo ambos ojos y mirando a su amiga -¡¿Pero que...?!- No acabó la frase cuando recordó que estaba en clase de artes quiméricas, supuso que había logrado el hechizo y al ver que se levantaban y tiraban de él hacia el patio, decidió no oponer resistencia, pues tampoco había pensado bien bien donde ir, así que, iría al patio con ellos, por ahora -¡Vale, voy voy voy, para de tiraaaaar!- Le dijo a Asterope y cuando finalmente le soltó, siguió caminando entre bostezos junto a sus compañeras de casa.

Suspiró lentamente. Ahora se sentía mal porque a pesar de haberlo intentado, Edward seguía sin pareja para el baile.

- Perdona... de verdad creí que querría ir contigo. -Recogió la mochila y tras asegurarse de que Greeny estaba bien, se la colgó al hombro.- Y haz caso a Will. Ven con nosotros, no seas tonto. Qué cita ni qué narices... -bajó un poco más el tono antes de continuar- yo no estoy interesada en esas cosas, no al menos como parecen estarlo las serpientes. -Sonrió, y pareció que la sonrisa tenía una chispa de burla.

- ¿Tenéis alguna idea de dónde sacar las cosas? Proque sí, el hechizo de hoy es muy útil, pero si tienes lo necesario. -A continuación sacó la varita y la agitó para volver a ponerse el uniforme.- ¡Artifficus! -La guardó y sonrió.- ¡Lista!

Esuchcar también de boca de Willow que quiere que vaya a la fiesta con ellos me hace pensar que quizás no sea tan mala idea, o que al menos, si no lo hago, puede ser una falta de educación por mi parte.

— Bueno... vale— acepto finalmente, aunque no se me ve muy contento, tampoco estoy tan triste como antes—. Y no, ni idea de dónde sacar cosas para los disfraces— lo cierto es que a mi no me apetece ni un pelo disfrazzarme, las cosas no están saliendo bien con este maldito baile, y la verdad es que preferiría que se fuese todo al traste y no hubiese nada.

Rápidamente muevo la cabeza intentando deshechar esas ideas, no debo ser tan cenizo, la mayoría se merecen ir con sus parejas y pasarlo bien, por yo no haber encontrado a nadie no debería ser un aguafiestas.

— Y sí, Will, deberíamos ir a ver al profesor a ver qué pasa con la recuperación — digo finalmente mientras me pongo en pie— ¿Vamos?

— Nos vemos luego. Willow, a menos que quieras venir con nosotros al despacho, pero supongo que serà un aburrimiento...

Byron se alegró por esos puntos extra y sonrió a su compañero de Ravenclaw.

- Ua! Que bien lo has hecho! -Tras esto habló más bajo- Oye Chris, tu tienes alguna idea para el baile? no tengo ni idea de qué hacer... Ni siquiera tengo un traje de gala.

Byron había estado pensando en cojer hierbas y plantas y enganchárselas por encima. O quizá había un conjuro para hacerle parecer monstruoso... Ahora estaba pensando en lo útil que sería ser animago para esos momentos.

- No os preocupéis, id sin mi. Iré por la Sala Común a ver si veo a alguien que pueda ayudar para los disfraces... -Entrecerró los ojos, pensativa.- A lo mejor hasta puedo coger prestadas las cortinas...

Volvió a asegurarse de que Greeny estaba en su sitio y tras despedirse de los presentes, se fue en dirección a la Sala Común.

Ludmila se encogió de hombros ante la idea de Kendra...-Mmmm no lo sé la verdad...puede ser que se me ocurra otra cosa...dice la rubia pensativa. Efectivamente estaba ideando algo que le parecía mejor.

-Nos vemos luego...

El muchacho sonrió, contento. No esperaba que el conjuro le saliera tan bien, pero se alegró de los puntos extras. Se acercó a Byron cuando éste le empezó a hablar, quedándose pensativo.

Mmm... ¿Qué te parece si vamos a la biblioteca? Quizá encontremos algún libro con cosas que den miedo, y podamos disfrazarnos de ello

-Una idea perfecta Chris!!! Puede que incluso podamos buscar algún hechizo o encantamiento para poder hacer algo! Vamos- sonriendo, Byron empezó a andar hacia la biblioteca.

Como si lo del desayuno no hubiera ocurrido, Chris, feliz con si amigo Byron, marcharon a la biblioteca

En un año que había pasado la profesora Lance mantenía la misma apariencia. Estaba claro que sus conjuros ilusorios no dejaban mostrar su verdadera apariencia, lo que os hizo plantearos si realmente era así, o quizá se tratase de una mujer anciana y horrible. En cualquier caso, Lance no era tan temible como Green y su simpatía era de sobra conocida por vosotros, hasta tal punto que todos vosotros habíais decidido de nuevo cursar su asignatura con la intención de aprender algo más sobre las Artes Quiméricas.

¡Buenos días! Dijo la profesora mostrando su par de pares de ojos, de pronto cada uno de ellos parpadeó como si nada tuviera que ver con los demás y continuó hablando.

¡Me alegro de volver a veros! ¿Habéis practicado todos el conjuro de la semana pasada? Dijo mirándolos emocionadas con sus múltiples ojos.

Hoy vamos a realizar un conjuro que estoy segura de que no os dejará indiferentes. Hoy vais a conseguir hacer esto. Y sin necesidad de hacer nada con la varita, la profesora chasqueó los dedos y de ella salió otra profesora idéntica a ella misma. Y después, otra y otra, y otra más. En unos pocos segundos tenías cinco profesoras con dos pares de ojos en total mirándoos. Casi había tantas imágenes como alumnos.

¿A que es genial, verdad? Dijo mirando vuestra cara de ilusión. Es un conjuro muy complicado, lo sé. Pero si lo practicais mucho y bien, lograréis ir aumentando las copias de vosotros mismos. De momento solo os saldrá una. Pero con un poco de esfuerzo os saldrán unas cuantas más.

Y entonces os enseñó el conjuro. Tocó su cabeza, lentamente y después el pie derecho. ¡Magom, magus, magitae! Gritó al tiempo que levantaba la varita y apuntaba hacia arriba. Y una decena de profesoras aparecieron a su alrededor. ¡Ya había quince! ¡La sala empezaba a abarrotarse! Pero en cuanto las imágenes se tocaban, éstas desaparecián, y tampoco hacían sonido, ni emitían ningún tipo de olor. Pero al menos era todo un espectáculo visual.

¡Venga chicos, a practicar! Al que haga mejor sus imágenes le daré un extra, y os daré diez puntos por cada imagen que hagais. ¡Adelante!

Lo interesante de aquel nuevo conjuro hubiera sido la posibilidad de manejar cada nueva imagen como si fuera un ser distinto. Un simple calco que se mantuviera sin hacer nada apenas tenía utilidad. Se imaginaba las posibilidades de conseguir manejarse a sí mismo y a un duplicado de forma que pudiera avasallar a sus hermanas de la misma forma que ellas lo hacían con los demás. Pero lamentablemente no podría hacerlo. Él como Mircea principal sería el único que pudiera moverse e interactuar, mientras que la copia se mantendría quieta, muda, como un espantapájaros esperando que algún pájaro curioso descubriera la falsificación.

Encogió los hombros ante la ilusión de su profesora, que creía estar enseñando a un grupo de niños traviesos el escondite de las galletas de chocolate en su cocina. A veces los profesores de Hogwarts se comportaban de forma más ingenua que los propios alumnos.

Mientras practicaba aquel conjuro, se fijó en Perry, con el que ya había compartido bastantes clases de Artes Quiméricas aquel año, y en Dariel, con el que coincidía por primera vez y en el que nunca se habría fijado si no fuera porque era el mellizo de Morgana.

Llegado el momento, Mircea aplicó lo aprendido durante el tiempo de clase y ejecutando los movimientos oportunos, murmuró: Magom, magus, magitae

Lentamente, al apuntar la varita hacia arriba, dos imágenes del rumano surgieron, una a cada lado, en una mitosis perfecta pero bastante decepcionante, pues Mircea esperaba bastante más de sí mismo.

Llegué lo más rápido posible a clase tras ver que se me estaba haciendo tarde en el desayuno pero la felicidades me invadió al comprobar que había llegado a tiempo y no me la había perdido como la última que tuve.

Escuché atentamente a la profesora y me sacó una sonrisa al ver como iban apareciendo cada una de las copias de ella. Quería aprender a hacer ese conjuro ya que lo consideraba interesante para otros casos.

Profesora, una pregunta, ¿En caso de que hiciésemos un hechizo de transformaciones en el que pudiéramos cambiar nuestro aspecto, la copia lo haría con nosotros? ¿O una vez hecho el conjuro la imagen se mantiene?

Ante la respuesta de la profesora empecé a imaginar la confusión que se podría crear en caso de poder hacerlo.

Finalmente decidido me propuse hacerlo lo mejor posible, sabía que no era el mejor alumno en artes quiméricas pero quería demostrar ser válido. Manejando la varita tal como lo había hecho la profesora diciendo:

Magom, magus, magitae

Sam entró en clase comiendo una manzana verde, tirando los restos en una papelera. Se colocó en una mesa, sola y, tranquilamente, sacó su varita. Daba pequeños golpecitos con ella hasta que la profesora entró.

Atendió con diversión la clase. El conjuro le parecía bastante interesante, así que prestó atención para realizar el conjuro a la perfección

Magom, magus, magitae dijo, mientras notaba un pequeño tirón a su espalda y cómo aparecía otra Sam a su lado.

Espectacular dijeron las dos a la vez, cuando terminaba la clase. Sam tocó a su gemela y despareció. Genial dijo, mientras abandonaba el aula.

Perry entró justo detrás de Ryan con una sonrisa enorme en el rostro.

- Buenos días Profesora.

Su clase favorita y encima podría ver a Mircea. Tomó asiento y empezó a tomar apuntes de manera frenética. Bebía las palabras que salían de aquella fantástica profesora. El hechizo no le decepcionaba para nada. Le veía múltiples usos y eso le gustaba. Observó cómo Mircea tenía éxito con el conjuro. Era muy bueno en Artes Quiméricas, no como Perry, pero éste último le ponía muchas ganas.

- Genial Ryan.- Sonrió al ver que había una copia exacta a su compañero de casa.- Ahora es mi turno.- Sacó la varita y repitió los movimientos previamente ensayados. Elevó su tono de voz como hacía siempre que lanzaba un conjuro.- ¡¡Magom, magus, magitae!!- Automáticamente dos clones de Perry se "materializaron" junto al original. ¡Tres Perrys! ¿Acaso no era maravilloso? Al contrario que MIrcea, que parecía desilusionado, Perry estaba exultante.- Moooola.

Presto atención a las palabras de la profesora Mathilda Lance e intento lanzar el conjuro siguiendo una a una las pautas dadas por ella.

Claro está que la clase de Artes Quiméricas no es una de mis asignaturas favoritas y el motivo es más que evidente cuando el hechizo no sale como debiera. Mi copia parpadeó para a continuación desaparecer.

- Me cago en la puta ... - pienso malhumorado. Otra vez esta maldita asignatura tocándome los h...s

¡Enhorabuena, chicos! Gritó exhultante la profesora. ¡Sois un grupo de alumnos formidables! La verdad que solo esperaba una copia de vosotros mismos, pero ya veo que algunos habéis sido capaces de materializar hasta dos. ¡Genial! ¿Qué pena que aún no sepais enseñarlas a moverse y a hablar, verdad que sí? Dijo. Si seguís en mi asignatura los próximos años, ya veréis el manejo que tendréis.

Después contestó a Ryan. Este conjuro os copia tal y como vayais, la imagen es idéntica a vuestra cara en ese momento, igual que a vuestra ropa. Hace una copia exacta en ese momento de vosotros mismos. ¿Lo entiendes ahora? Preguntó al águila.

Tengo que recompensaros por unos conjuros tan brillantes. 10 puntos a Ryan, y 20 a los demás, salvo a Noah, que si quiere puede quedarse un poco más y volverlo a intentar de nuevo, si lo desea. ¿Qué le parece?

- Gracias por la segunda oportunidad Profesora Mathilda. - le digo mientras me dispongo a intentarlo.

Mas el resultado es peor que la otra vez.

Tras el nuevo fracaso me siento decepcionado conmigo mismo. Definitivamente Artes Quiméricas no estaba hecha para mi.

Claro que sí profesora, muchas gracias - digo a la profesora tras su contestación y por los puntos.

Directamente me acerco a Perry.

Perry, no estuve en la última clase, ¿Podrías enseñarme el conjuro? 

Aunque no creyera que el conjuro le fuera a servir de aquella forma tan básica, decidió que lo practicaría hasta al menos sacar tres o cuatro copias, pero no ahora, no. Al menos se alegraba por ver que Perry había mejorado en la asignatura, eso o que él mismo había empeorado... Lo que sí, aún tenía pendiente quedar con él para ayudarle con adivinación, si es que aún necesitaba de su ayuda.

Visto que la mayoría iba a quedarse allí, Mircea recogió y se marchó, despidiéndose antes de Perry. Como cada viernes, el rumano parecía andar con prisas.