Partida Rol por web

Christopher llegó a clase con los ojos algo rojos. Había estado reteniendo las lágrimas todo el camino y parecía que lo había conseguido en su mayor parte. Entró en el aula y sacó su varita. Estaba tan triste que no prestaba atención a las maravillas que se escuchaban y se movían a su alrededor.

Cuando los demás llegaron, el muchacho levantó la cabeza y atendió a la profesora. Podía ser un conjuro interesante, y en otro momento le hubiese gustado mucho, pero no estaba de humor. Se apuntó con la varita y dijo Artifficus.

La túnica del colegio fue sustituida inmediatamente por unos vaqueros y una camiseta negra.

Asterope entró en el aula de Artes Quiméricas y solo encontró a otro niño, el tal Chris de Ravenclaw. Genial... Ravenclaw otra vez. Casi se le olvidaba que todos los lunes les tocaba con ellos. Esa casa había pasado de ser una de sus favoritas a ser la que peor le caía. Ella no es que fuera la amabilidad y la sociabilidad personificada, pero lo de ese grupo era para echarles de comer aparte. Aparte del niño negro y la niña rubia, que no es que fueran grandes expertos en la conversación, no había nadie más que se juntara lo más mínimo con el resto de casas.

Le hizo un gesto a Chris con la cabeza. Habría sido de mala educación no hacerlo, siendo los únicos en el aula. Aunque el niño parecía que tenía la mente en otras cosas. Eligió un asiento en la primera fila, como era costumbre en ella, y atendió a la explicación de la extraña profesora de cuatro ojos. Ese hechizo era de lo más interesante. Podían ahorrarse muchísimo tiempo y muchas idas y venidas a la habitación para cambiarse de ropa. Un tiempo valioso para ella y que no quería perder en algo tan trivial.

Asterope nunca había estado en una boda, que recordara, pero reconoció el vestido de novia porque su madre le había enseñado el suyo y era bastante parecido. Eso no parece cómodo... Ella, obviamente, no pensaba engalanarse tanto. Cuando llegó el momento de practicar el hechizo, pensó en sus vaqueros negros y en su camisa morada. Los visualizó recogidos en el baúl, entre varias camisetas y un montón de pares de calcetines.

- Artifficus –Pronunció con los ojos cerrados mientras tenía en mente las prendas de vestir. Cuando abrió los ojos, comprobó que había funcionado: El uniforme había desaparecido y había sido sustituido por su ropa de calle. Sonrió orgullosa de sí misma y observó al resto de la clase, para ver qué tal lo hacían.

Llego a clase bastante molesto. Tengo el ceño fruncido y los labios arrugados en un mohín de fastidio. Voy encorvado, llevando mi mochila sobre la parte alta de la espalda como si fuera una joroba.

—Buenos días —gruño para todos.

Llego a mi sitio habitual en las clases y dejo las cosas a un lado con un gesto casi despectivo. Saco la varita y escucho a la profesora. El aspecto tan bonito de la profesora en su vestido de novia me arranca una sonrisa entre el mal humor.

—¡Hala! ¡Qué guapa, profesora! —digo, aún a riesgo de sonar como un pelota cualquiera, pero es que de verdad está muy guapa.

En fin... a ver cómo va esto... Los Slytherin no son precisamente un gran augurio. De todas las veces que he coincidido con ellos han animado más bien poco a tener contacto con ellos. Excepto Aidan, con el que coincidí en la recuperación de esta misma asignatura, el resto no han hecho más que mirarnos mal. ¿Cuál será la sorpresa de Rudjen de hoy? ¿Una nube apestosa para juntar al Sonitus del pedo?

Suspiro y dirijo la varita hacia mí pensando en la ropa que traje el día que vine en el expreso.

—¡Artifficus! —exclamo, pero mi ropa se queda igual que antes—. ¿Artifficus? —lo intento una vez más, pero sigo con mi uniforme—. Genial... 

¿Voy a tener que recuperar esta asignatura todas las semanas?

Kendra entro en la clase de Artes Quiméricas, justo despues de Asterope, saludando a William por el camino- Hola, Will. - lo saludó, con un educado cabeceo, mientras entraba en clase, donde solo estaba Christoper de momento. Kendra tambien alzó una mano en direccion al chico, mientras tomaba asiento cerca de Asterope, dejando sitio a Linc, para cuando viniera- Hola Christopher, ¿estas bien? - dijo, al ver que el chico parecia tener los ojos irritados. ¿Que le habria pasado?

Con el ceño fruncido en una mueca de curiosidad, la chica sacó su libro, saludando tambien a la profesora con modales exquisitos, antes de prestar atencion al nuevo conjuro que aprendieron en clase.

Que util... Eso acaba con las excursiones a la sala comun para cambiarme de ropa despues de clase...

La chica asintio en silencio, sopesando aquella idea que, sin duda, le gusto. Por eso, nada mas tener oportunidad, enarbolo su varita, mirando a Asterope de reojo, mientras ejecutaba su conjuro- Buen trabajo, ahora estas mas guapa. - le dijo, con una media sonrisa, al ver que lo habia conseguido y, acto seguido, ella misma repitio el gesto, con precision, elegancia y limpieza. Un conjuro impoluto, sin duda- Artifficus- dijo, con serenidad, mientras pensaba en su vestido negro de lana con el que aparecio vestida de inmediato- Funciona. - dijo, con una sonrisa, pensando que, efectivamente, acababa de ahorrarse un viaje.

Nada más llegar alzó la mano, sonriente, para saludar a cada uno de los presentes. Tomó asiento detras de William, esperando que cuando Edward llegase se sentase con él y lo arreglasen.

Tras quedarse durante unos instantes absorta, pensando en lo que molaba lo que había hecho la profesora, se puso manos a la obra con el hechizo. Esperaba que le saliese bien, porque sin duda le resultaba muy útil.

Ya no importa si me ensucio de tierra o si me mojo, ¡Podré cambiarme al instante! A veces que nuestra Sala Común esté en una torre es un poco pesado. Aunque acaba compensando.

- ¡Artifficus! -Mientras lo decía, pensó en su baúl, y en él buscó mentalmente su peto vaquero y una camiseta, que eran regalo de su padre, del Londres muggle.

Cuando vió que su ropa había cambiado, sonrió satisfecha y tocó el hombro de William para llamar la atención de este.

- No te preocupes, si quieres te ayudo más tarde. -Susurró.

Byron llegó a clase un poco más tarde de lo que había pensado. Llevaba un libro en las manos y parecía que lo iba leyendo muy concentrado. De hecho, se quedaba largos ratos parados en su trayecto hacia su pupitre, releyendo alguna parte importante del libro y anotando mentalmente lo que ponía. El libro que leía era el de artes quiméricas, y parecía muy interesado. Una vez en su pupitre expiró y acto seguido pasó páginas para volver a donde estaban.

Una vez empezó la clase Byron se mostró atento. Como siempre. A la orden de la profesora, con tranquilidad, se levantó e imitó los gestos de la profesora. En su mente buscó algunas de sus ropas. Una túnica de repuesto, unos pantalones normales y una camisa normal? Quizá sería lo más adecuado

-¡Artifficus!- dijo apuntándose a si mismo con la varita.

De repente, la túnica de Byron se ajustó fuertemente al cuerpo del niño convirtiéndose, en un abrir y cerrar de ojos, en una camiseta en cuyo frontal se podía leer: "Level up" y en unos tejanos azul claro, las deportivas algo viejas ya y un reloj rojo llamativo.

Lincoln fue de los últimos en salir del comedor, pero solo habían dos compañeras suyas en clase cuando él llegó, iba acabándose la última pasta, de las que había cogido, cuando se dio cuenta del asiento que había entre Asterope y Kendra "mírala que maja... uuuuiii... eso es raro... querrá algo, seguro" pensaba mientras se acercaba al asiento vacío, sonrió a sus compañeras y se sentó esperando a que llegaran todos los demás.

Una vez la clase estuvo al 100%, se les explicó lo que iban a hacer "¿Ropa? No es un mal hechizo... que raro que lo de la cuatro ojos ésta..." Linc miró a su alrededor, estaban el resto de niños de Ravenclaw "Los antisociales, genial, al menos no habrá bronca" pensaba mientras seguía observándoles hacer sus hechizos, sonreía irónicamente al ver como todos iban cambiando de ropa, una vez lo hicieron sus dos compañeras, y salió correctamente, sacó la varita apuntándose -Ar...- Se calló de golpe al escuchar al Ravenclaw llamar a la profesora guapa... "Será pelota el maldito crío... putos Ravenclaw, son mas cursis que los Huffies y todo", dejando salir un suspiro volvió a apuntarse y dijo tranquilamente -Artifficus- Su ropa cambió de golpe, de donde era una túnica del colegio, salieron una camisa verde de manga larga y unos tejanos azul oscuro, acompañados de unas bambas negras y blancas. Sonrió al verse con la ropa adecuada y continuó colocando la cabeza apoyada sobre la mano, esperando a que todos sus compañeros acabaran, aún le afectaba el no haber dormido casi y entre bostezo y bostezo iba observando a los demás.

Ludmila había llegado a clases casi de última. A pesar de ello, entró calmada y erguida a clases. Las escleras de sus ojos estaban levemente hiperémicas, vestigio de haberse despertado sobre la hora. A pesar de ello, estaba allí.

Buscó lugar cerca de sus compañeros de Casa, saludando levemente a los estoicos alumnos de Ravenclaw. Aprenderían el Artifficus, un hechizo útil que ya conocía los movimientos. Torció levemente el gesto al ver a la profesora con el traje de novia.

-Artifficus. dijo con un elegante movimiento de su varita para terminar apuntandose. Su uniforme cambió a una pulcra falda pastel y una camisa de lino blanco. Estaba impoluta, como era habitual en la Slytherin...aunque los vestigios de la noche violenta hacían mella en su cuerpo.

Llego a clase de los últimos, con aire triste, arrastrandob los pies y desde luego n poco ánimo.

Al llegar me quedo mirando a mis compañeros, veo el sitio libre al lado de William, y aunque al principio creo que es un error, finalmente voy hacia allí.

— Lo siento — es lo unico que me da tiempo a decir antes de que empiece la clase.

Cuando llega el momento, realizo el conjuro, pero lejos de buscar atuendos complicados, tan solo me cambio de túnica.

Cuando la clase termina me quedo unos segundos en silenci hasta que me giro hacia mi amigo y muestro media sonrisa en el rostro.

— Siento lo de antes... ¿Me perdonas?— pregunto con un tono quizás demasiado lastimero para lo que me gustaría, ese ha sido el motivo del cabreo, por lo que sería mejor que no lo hubiese puesto, pero lo he hecho sin querer.

— Lamento que no te haya salido el hechizo, pero creo que sé lo que te ha pasado, mira— le digo al chico antes de repetir el movimiento de la varita para que lo vea más de cerca y por tanto quizás le salga la siguiente vez. Ya de paso me cambio de nuevo de ropa, no me gustaría manchar este túnica limpia, y ya que la otra está usada, es lo mejor.

Una vez vuelvo a tener la ropa de antes empiezo a recoger los libros con cuidado.

— Por cierto, al final... al final he ido a hablar con quien me dijisteis— digo agregando también a Willow a la conversación, que está en el pupitre de atrás —, y sigo sin tener a nadie con quien ir a la fiesta— me encojo de hombros restándole importancia, aunque se ve que me he llevado un buen chasco—. Pero bueno, ¿qué se le va a hacer?

Miró satisfecha el trabajo de sus compañeros-. Gracias –Respondió al cumplido de Kendra-. Tú también estás mejor así. Aunque siempre he pensado que el uniforme me queda bastante bien –Eran ropas nuevas, así prefería verse con ellas antes que con las suyas normales. Y llevar los colores y el emblema de su casa le encantaba. Le alegró comprobar que con el cambio de ropa no había desaparecido su broche de calabaza. Estaba ahora prendido en el bolsillo superior de la camisa. No obstante, a pesar de lo mucho que le gustaba el uniforme, no pensaba volver a cambiarse. Ya no tendrían más clases el resto del día, así que era tontería ponérselo cuando llevaba la ropa de calle.

Ningún Slytherin había fallado, con lo cual Asterope estaba muy contenta. Aunque sí que volvía a haber una falta entre sus alumnos-. ¿Alguien sabe qué ha pasado con Aiden? Estaba en el comedor, pero no ha venido ­–De él le extrañaba, no solía faltar nunca. Eso era más propio de Anthony. Esperaba que Aiden no quisiera sustituir al ruso en ese aspecto.

Se fijó entontes en el rostro de Ludmila, mucho más cansado de lo habitual- Ludmila, menuda cara tienes. ¿Has dormido mal o poco? –No recordaba haberla visto llegar la noche anterior, pero Asterope siempre se iba pronto a la cama. Por tanto, que no la hubiera visto no significaba que hubiera llegado tarde-. Por suerte, no ha afectado a tu rendimiento –Aunque nada parecía afectar negativamente en los hechizos de esa niña. Siempre le salían todos impecables-. ¿Tienes algún plan para esta noche, por cierto?

En cuanto la rubia le contestó, se volvió hacia Kendra-. ¿Cómo vamos a quedar ahora con Ithan para lo del baile? –Tenían muchas cosas de las que hablar todos y más les valía empezar cuanto antes, porque no les quedaba demasiado tiempo para prepararlo todo.

Veo que soy el único al que no le ha salido el hechizo, casi como la otra ocasión, y me quedo con una sonrisa triste de resignación en la cara. Suspiro y espero a que los demás vayan terminando. Me sorprende el gesto de Willow mientras estoy a mis cosas, pensando en cuántas veces tendré que recuperar Artes Quiméricas y le sonrío en respuesta.

—Vale, gracias —respondo—. Qué guapa te has puesto —le comento.

Asiento a la profesora cuando me dice que tengo que recuperar y empiezo a recoger las cosas. Entonces Ed se acerca a mí. Lo miro de reojo durante un segundo y acabo por ceder devolviéndole la media sonrisa.

—Claro que sí. Perdóname tú a mí... me he pasado un poco. Es solo que... no me gusta verte tan triste. No sé cómo hacer para que te animes.

Suspiro. Ed empieza a enseñarme el hechizo de la clase. Atiendo a lo que dice y creo entenderlo, así que vuelvo a desenfundar mi varita e imito su movimiento para intentar hacerlo, pensando de nuevo en la ropa que traje en el tren.

—A ver... ¡Artifficus!

Y esta vez sí me sale, y estoy vestido con mi ropa más nueva, comprada por mis padres con ayuda de la tía Etta para causar una buena impresión. Sonrío, satisfecho y siento la necesidad imperiosa de abrazar a mi amigo ahora que nos hemos reconciliado. Me había quedado con mal cuerpo y ver que se ha solucionado fácilmente me alegra.

—Bueno, vienes con nosotros. Y ya está.

— Enhorabuena — felicito a William cuando le sale el hechizo, realmente me siento contento porque haya tenido éxito con ello, espero que la siguiente vez sí lo consiga, debe ser deprimente no conseguir dos veces seguidas hacer el hechizo de esta clase.

Cuando mi amigo me abraza me coge por sorpresa, no me esperaba que fuese a perdonarme tan rápido, y tampoco estoy demasiado acostumbrado al contacto físico por mucho que a mi me guste abrazar y recibir abrazos, normalmente mi hermano no acepta que lo abrace todas las veces que me gustaría.

Me quedo un par de segundos quieto y después aprieto mis brazos contra su cuerpo sintiéndome mucho mejor que hace un rato.

— Gracias, William, pero no quiero chafaros vuestra... — bajo el tono para que solo él me oiga — cita...— vuelvo a hablar normal — Estoy seguro que si me lo ofreces es que a ti no te importaría, pero yo sentiría que incordio.

Enarco una ceja.

—Te lo dije el otro día, te lo he estado diciendo constantemente, y ahora te lo repito, ¿quieres dejarte de tonterías? —le digo, intentando no sonar brusco.

Kendra sonrio, satisfecha, al ver que todos lo habian conseguido sin problemas- Buen trabajo. - dijo, en general, repasando a los presentes, viendo que faltaba Aiden, algo extraño.

Despues su mirada se poso en Ludmila, quien, efectivamente, tenia mala cara- ¿Va todo bien? Asterope tiene razon... tienes mala cara... - dijo, preguntando a la chica, guardando silencio cuando Asterope le pregunto por sus planes, esperando que contestara.

Por su parte, tambien contesto a la pregunta de Asterope sobre cómo se encontrarian con Ithan- He quedado con el en el patio ahora, asi que no hay problema... Cuando querais vamos tirando para allá... Asi que... venga Linc, que nos esperan... - dijo, llamando la atencion del chico para que se uniera a ellas. - Quizas ahora, con este conjuro, sea mas sencillo hacer los disfraces.. - dijo, pensando en las posibles utilidades que podria tener.

-Bueno... ¿Vamos tirando?- pregunto, deseando llegar al patio, donde estarian el chico.

Pudo reprimir un suave bostezo con un movimiento delicado de su manita derecha. -He tenido algunas pesadillas pero ahora estoy bien...contesta a Asterope. -Y no, no se que haré todavía....dice suprimiendo otro bostezo

Me quedo unos cuantos segundos meditando sobre lo que ha dicho William, no estoy seguro de si lo dice por ser cordial y tratarme bien o porque de verdad no le importa.

— Bueno... — cedo — me lo pensaré un poco, ¿vale?

—Bueno, así me gusta, ¿verdad, Will? —le pregunto a nuestra amiga—. Bueno, si esta tarde no va a haber clase de recuperación de Defensa contra las Artes Mágicas... ¿No deberíamos aprovechar ahora para preguntar al profesor Longbottom?

Asterope no insistió más a Ludmila. No parecía que quisiera tocar el tema. La niña conocía bien los efectos que podían tener las pesadillas y, si no le apetecía hablarlo, era normal. Que no supiera qué iba a hacer por la noche era raro. La rubia siempre tenía todo perfectamente organizado. La pequeña pensó que, quizás, su compañera se había quedado alicaída después de la marcha de Anthony, con quien parecía haberse unido mucho en las últimas semanas. Así que puede que sí que fuera normal que anduviera cabizbaja.

- Pues al patio, entonces. Yo ya estoy lista –dijo cerrando la mochila y echándosela al hombro-. Eh, Linc, despierta, anda –le dijo a su amigo tirándole de la camisa. Estaba algo callado, como adormilado y no parecía escuchar nada de lo que estaban diciendo.

- Oye, pues el conjuro este da muchas posibilidades –Las Artes Quiméricas no le entusiasmaban ni tampoco se le daban especialmente bien, pero reconocía que ese era un hechizo estupendo. Y le gustaría perfeccionarlo en algún momento-. Porque si en algún momento nos molestan los disfraces, podemos usarlo y cambiarnos. O también si a alguien se le cae algo encima y nos manchamos, que será fácil con toda la gente por ahí bailando.

- Bueno, pues vamos para allá –Volvió a coger a Linc de la camisa y tiró de él hacia la salida-. Venga, que nos están esperando.