Partida Rol por web

Harry Potter y la Nueva Generación

La Biblioteca

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29/11/2013, 02:10
ZZ - Booky el Bibliotecario

Booky volvió a sonreír a las gemelas. Era un elfo muy listo, sí señor, pero prefería guardarse las palabras para solo hablar de libros. Despidió a las niñas con la mano y volvió a la lectura del manifiesto.

Cuando entró Ludmila, Booky volvió a levantar la mirada y sonrió a la recién llegada con su boca plagada de dientes perfectos.

Con una suave voz de tenor, Booky contestó a aquella educada señorita. Coge el segundo pasillo empezando por la izquierda. Cuando llegues al tercer cruce, gira a la izquierda y cuando veas el cuadro de Giffard Abbot -ese educado mago que aparece con su perro- habrás llegado a la sección de Adivinación para principiantes. Y se quedó mirándola con una sonrisa perenne en el rostro.

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29/11/2013, 13:04
1ºH - Erzsébet y Orsolya Padurearu

Los libros de adivinación volvían a tener la primera página en blanco. No era mal hechizo, ese que siempre volvía a su condición inicial tras usar el Leg Magiem. ¿Como había sido capaz Mir de incluir aquella adivinanza al margen de su libro del año pasado? Lo fácil era preguntárselo y estaba claro que no las contestaría. Lo más aburrido era buscarlo entre los libros de la biblioteca, pero no era algo que realmente las interesara tanto como para andar perdiendo el tiempo. ¡Había muchas cosas mejores que hacer!

Cuchicheando, pues sabían que normalmente en las bibliotecas el volumen máximo con el que se podía hablar era el del zumbido de una mosca, Orsolya explicó a Erzsébet como hacer el Leg Magiem, con unas instrucciones más sencillas  y divertidas que las de la profesora Luna.

Que ya se hacerlo, murmuró Erzsébet. ¿No te has dado cuenta que fallé a posta? No es bueno que seamos primeras de clase en el primer mes. Mola más remontar cuando la cosa se pone difícil, mintió a la perfección.

Orsolya suspiró y negó con la cabeza a su hermana. ¿En serio crees que puedes colarme una mentira semejante? Aún no sabes hacerlo. Aunque no es mala idea eso de dejar que los demás se pongan primeros, sonrió a su vez.

A ver, como lo hemos practicado, la animó Orsolya.

Erzsébet agarró su varita y arrastrándola sobre la página en blanco, susurró: Leg Magiem

La primera página brilló y como si una mancha de tinta se hubiera caído sobre ella, ésta se extendió, formando palabras y dibujos.

Sabes, de hecho se me ocurre una forma mejor de hacer el hechizo, dejó caer Orsolya al ver que su hermana por fin conseguía sacar el conjuro. Y abriendo su propia copia del libro, la perteneciente a Mir, se remangó y murmuró: Leg Magiem

La página se iluminó de forma algo más brillante que en clase. Y justo debajo de la adivinanza de Mir apareció otra línea más, escrita en su letra pulcra y puntiaguda: ¿Pensabais que escribiría aquí la respuesta? Estáis equivocadas. A la solución de la adivinanza os añado otro reto. En la antigüedad se creía que podía transportar animales. ¿Qué animal?

Vaya, muy bien O, la felicitó Erzsébet algo envidiosa por ver la habilidad de su hermana en esa asignatura.

- Tiradas (2)

Motivo: E: Leg Magiem

Dificultad: 10

Habilidad: 5+7

Tirada: 2 3 10

Total: 3 +5 +7 = 15 Éxito

Motivo: O: Leg Magiem

Dificultad: 20

Habilidad: 5+11

Tirada: 1 4 5

Total: 4 +5 +11 = 20 Éxito

Notas de juego

Por haber asistido a clase y recibir ayuda de alguien con Dominio 0, la tirada es con +5 para el aprendizaje.

Para tratar de subir a Dominio 1, se duplica la dificultad.

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30/11/2013, 00:05
1ºS - Ludmila Giles-Freire

-Gracias algo seca pero educada. Por mas que fuera un elfo, consideraba que la servidumbre funcionaba mejor si se los trataba correctamente.

Se dirigió entre las mesas hacia el sector indicado y al dar la vuelta de la esquina, observa que las gemelas también se hallaban allí: una lanzaba el hechizo sobre el cuaderno de Adivinaciones, y luego la otra que lo  a la hacía a la perfección.

-Hola chicas...dice saludando brevemente. Nos vemos en un rato...No quería interrumpirlas ni perder ella más tiempo. Tenía que practicar el hechizo, que por estúpida había fallado. Tenía la técnica grabada en su cerebro, pero algún lapsus que suponía qué era, la había hecho confundirse en la maniobra.

Se acerca a la estantería y tomó un libro de tapa roja Adivinación. Técnicas básicas. Tomo I y se aleja sola a una mesa vacía. Abre el libro del cursado y el libro de tapa roja; le dedica un tiempo a repasar la técnica complementando la información con el práctico libro de la biblioteca.

Luego de un tiempo decide que estaba lista: carraspea por lo bajo y apunta su larga varita a las páginas en blanco. Se coloca en puntas de pie por debajo de la mesa y con voz melodiosa y acaramelada dice -Leg Magiem...

Y las palabras y dibujos comienzan a dibujarse de a poco. No pudo evitar una sonrisa de satisfacción...Al fin...

- Tiradas (1)

Motivo: Leg Magiem

Dificultad: 10

Habilidad: 1+6

Tirada: 1 4 6

Total: 4 +1 +6 = 11 Éxito

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30/11/2013, 00:25
1ºH - Erzsébet y Orsolya Padurearu

Las niñas levantaron el rostro del libro de Mir para mirar a Ludmila. Hola Ludmila, saludó Erzsébet, contenta por ver que no estaban solas en la biblioteca. Vale, hasta ahora, dijo Orsolya, esperando que quizás cuando la chica encontrara el libro se fuera a sentar con ellas.

Como si de dos gatas siamesas se trataran, siguieron con la cabeza los movimientos de la chica por las estanterías y luego a una mesa vacía. Las gemelas se miraron entre si y encogieron los hombros antes de volver al libro.

Tengo hambre, murmuró Erzsébet.

Ya, y yo. Estoy segura que hechizan la comida para que no nos llene.Y aún queda mucho para la cena, asintió Orsolya.

Releyeron la adivinanza garabateada en el margen y la leyeron en bajito para ver si así conseguían la solución correcta: : Con el Sol a mi lado soy maravillosa, con él detrás soy brillante, cuando ando con la luna soy misteriosa y cuando nadie me acompaña, nadie me ve, ¿qué soy?

Creo que ya lo tengo, pio Orsolya. Seguro que es una escoba.

Sí, y el animal que transportaba antiguamente seguro que era un gato, arguyó Erzsébet.

¿Crees que nos ahorraremos la bronca de Mir si le decimos que hemos resuelto su adivinanza?, preguntó Orsolya.

¡Seguro que sí!, gritó excitada Erzsébet y se tapó la boca al recordar que estaba en la biblioteca. Soltó una risita contenida.

La tinta de la primera página volvió a desaparecer, llevándose con ella la respuesta que estaba aún más oculta y que quizás podrían desentrañar otro día. Porque lo que creían que era la solución, no lo era.

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02/12/2013, 03:46
Director

Notas de juego

- E: Apúntate el conjuro Leg Magiem CD 10 Dominio 0
- O: Apúntate el conjuro Leg Magiem CD 10 Dominio 0.1.
- Ludmila: Apúntate el conjuro Leg Magiem CD 10 Dominio 0

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02/12/2013, 21:40
1ºS - Ludmila Giles-Freire

Por fin el hechizo le había salido. Sentía como la tensión aflojaba lentamente sus músculos y ya podía respirar con facilidad. Devolvió el libro a su lugar original y flotando se ubicó solo en el sitio vació. Ludmila ahora se acerca nuevamente a las chicas...Nos vemos luego chicas. Y recuerden que queda pendiente el tema de la recepción para los de primero....guiñandole un ojo. Solo nos falta el lugar...

Ya era el horario de la cena, y se dirige hacia el Comedor saludando brevemente con un movimiento de cabeza al elfo.

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02/12/2013, 23:54
1ºH - Erzsébet y Orsolya Padurearu

Las niñas habían sacado un pergamino de una de las mochilas y andaban ambas dibujando a la vez sobre él cuando el suave frufru de la túnica de Ludmila se escuchó cerca. Parecía como si la chica flotara con aquel paso tan ligero.

Sí, tienes toda la razón, sonrió Erzsébet. Danos una semana para que todos los mayores se olviden de los nuevos.

¡Y para que encontremos el sitio adecuado!, aportó Orsolya.

Se despidieron de aquella chica tan modosita con la mano y las gemelas se pusieron a cuchichear:

E: ¿Crees que por la noche las cocinas estarán vacías?

O: Con como nos echaron de allí seguro que la vigilan.

E: ¿Y fuera?

O: Con el sol hace calor, pero tiene una pinta de refrescar por la noche.

E: El comedor se queda vacío por la noche...

O: ¡No es mal sitio! Aún no hemos recorrido todo el castillo. Deberíamos buscar más.

E: ¡Vale!

Y enrollando el pergamino en el que habían estado trabajando, recogieron y se marcharon de la biblioteca.

Adiós señor Booky, se despidieron ambas.

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13/12/2013, 19:52
ZZ - Booky el Bibliotecario
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Booky empezaba su segunda semana en su nuevo puesto como bibliotecario. La verdad que hasta entonces no había llegado a entender a los apasionados de los libros, pero el vivir rodeados de tantos volúmenes era mucho más mágico que contener magia ancestral élfica en tu interior o la de ser capaz de usar magia humana con una varita.

En su época en Durmstrang solo fue capaz de esconder un libro que encontró, oculto bajo una baldosa de su celda de castigo. Muy manoseado y con la mayoría de las hojas quemadas, fue aquel manuscrito que leyó tantas veces lo que le empezó a ensanchar la mente: aprendió a leer con él, empezó a pensar con él y supo que algo más había allí fuera, algo que los elfos domésticos debían luchar por conseguir.

Y ahora, allí estaba, rodeado de la sabiduría de generaciones de magos y criaturas mágicas que lucharon por sus derechos.

Después de hacer un simple hechizo de limpieza para quitar el polvo que pudo haberse aposentado en los pasillos más transitados, se subió a su banqueta y abrió un nuevo tomo grande: Origen de la magia élfica

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14/01/2014, 01:55
Director

Dos advertencias:

  • El silencio calma a los libros y los libros calman a los alumnos.
  • Si sois Banshees, los libros os comerán.

            [Advertencia de Booky, el Bibliotecario impresa en los libros de la biblioteca]

La biblioteca de Hogwarts, situada en el cuarto piso del castillo, contiene cientos de miles de libros colocados en miles de estanterías además de una hemeroteca de El Profeta. Entre sus muchas secciones, se cuenta la Sección de Invisibilidad, una sección que informa sobre dragones y la Sección Restringida al final, protegida con una cuerda. Se necesita la nota firmada de un profesor para acceder a dicha sección; contiene libros de Nigromancia que solo pueden ser empleados por estudiantes que estudian esas artes a nivel avanzado. Uno de estos libros grita cuando se abre.

La biblioteca cierra  por la noche (Durante el quinto turno).

 

 

Los libros de la biblioteca contienen varios hechizos que previenen maltrato o robo por parte del alumnado (o incluso el mismo director de la escuela, que al garabatear en Teoría de la transformación transustancional fue golpeado por el propio libro). Booky el bibliotecario puede exigir multas a quien dañen los libros. Alimentos (como el chocolate) están prohibidos. Booky es del tipo de bibliotecario que se ve a sí mismo como guardián y protector de los libros.

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14/01/2014, 11:06
ZZ - Booky el Bibliotecario

Booky apenas había tenido que trabajar en toda la mañana. Salvo un par de alumnos, nadie había ido a la biblioteca en todo el día. Pero lejos que entristecerle, el elfo estaba contento, como casi todos los días desde que se había convertido en un Elfo Libréstico, pues acompañado de tantos volúmenes era imposible que un día se torciera.

Sentado sobre un taburete alto y unas gafas enormes sostenidas en la punta de su nariz, Booky leía un almanaque de magia élfica y sus orígenes.

Cada vez que entrara un alumno nuevo que no hubiera visto, levantaría la mirada y le sonreiría con todo el rostro. Como si una sandía se abriese por la mitad, así era su sonrisa, sincera y dulce. Y si el alumno ya había pasado por la biblioteca, también sonreiría como si fuera la primera vez que lo viese.

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14/01/2014, 11:18
1ºS - Asterope Bletchley

Asterope entró por primera vez en la biblioteca de Hogwarts. De hecho, entró por primera vez en una biblioteca. Sus padres nunca le habían llevado a ninguna, no creían que fuera un ambiente adecuado para su pequeña. La niña se quedó boquiabierta. Nunca, ni siquiera en las librerías, había visto tantos tomos juntos. Era enorme y sus ojos se perdían entre las estanterías.

Tras unos segundos, consiguió reponerse de la emoción y vio por fin al bibliotecario. Ludmila le había dicho que se sorprendería y, efectivamente, así fue. Un pequeño y anciano elfo doméstico estaba sentado tras un mostrador. Vaya... Sabía que las leyes habían mejorado su situación, pero no sabía que tanto. Pensó en la reacción de su familia, de haberse encontrado con este bibliotecario. Mejor no se lo cuento. El abuelo es muy rancio para estas cosas. Seguro que escribe una carta de protesta al director. A Asterope le daba igual. Para ella, trabajar rodeado de libros ya era suficiente para respetar a alguien. Buenas tardes. Le saludó.

¿Qué haría ahora? Tenía tantas cosas que leer, que buscar, que aprender... que no sabía por dónde empezar. Todo un sinfín de libros ante ella deseando que los cogiera, abriera, pasara la mirada por sus letras manuscritas y se empapara de su sabiduría.

Decidió comenzar por buscar una mesa. Escogió una un poco apartada, para no molestar. Si Linc aparecía y lanzaban conjuros, no quería causar ser un incordio para los de alrededor. Tras dejar sus cosas encima, se dirigió al pequeño elfo. Él mejor que nadie conocía las secciones y la catalogación de la biblioteca. ¿Pero qué podía preguntarle? Entonces pensó: ¿Qué le interesaba más a ella?

Cuando llegó al mostrador, carraspeó un poco antes de hablar. Hola. Disculpe, no sé muy bien cómo está ordenado todo esto. Estaba buscando lectura sobre la magia curativa. ¿Sabría decirme dónde puedo encontrarlo?

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14/01/2014, 15:45
ZZ - Booky el Bibliotecario

Booky tarareaba mentalmente una rima que se le acababa de ocurrir, para ser capaz de memorizar algunos de los datos más importantes que estaba leyendo. Movía la cabeza de un lado a otro, con una mueca de concentración, cuando una de las niñas que acababa de entrar se acercó a su mesa.

Con una suave voz de tenor, Booky contestó a aquella educada señorita. Coge el segundo pasillo empezando por la izquierda. Cuando llegues al tercer cruce, gira a la izquierda y cuando veas el cuadro de Giffard Abbot -ese educado mago que aparece con su perro- sigue caminando. Al fondo encontrarás la estantería de Magia Curativa. Y se quedó mirándola con una sonrisa perenne en el rostro.

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14/01/2014, 23:51
1ºS - Asterope Bletchley

Asterope se metió en el pasillo que Booky le había señalado. Le costó un poco encontrar el cuadro Giffard Abbot, quizás porque sus ojos iban más atentos a las obras literarias que a las pictóricas. Había cientos de tomos sobre la medicina mágica. Pasó el dedo por cada uno de los libros que iba viendo: "Una guía para primeros auxilios: hechizos básicos";  "Paracelso: vida y descubrimientos"; "Cómo la mandrágora salvó al mundo mágico"; "Manual de las pociones curativas"... Todos se le antojaban fascinantes, no quería perderse ni uno solo.

Cuando estaba por la mitad del pasillo, se dio cuenta de que, por detrás un par de volúmenes sobre plantas curativas, había otro libro enorme. ¿Quién demonios los guarda ahí? ¿Será el elfo? Menuda gracia... Así habrá gente que no los encuentre. Lo sacó. Era una edición antigua, aunque muy bien cuidada. Se notaba que no había muchos alumnos a los que les interesaran estos temas. "Magia curativa y protectora en la Edad Media". Lo ojeó y vio imágenes magníficas, hechizos que nunca había leído y nombres de magos que no conocía. Todo eso la inundo de curiosidad, así que decidió llevárselo a la mesa.

Cogió su mochila y sacó pergamino y pluma para ir tomando notas. Capítulo 1: Breve introducción sobre la situación del mundo mágico en la Edad Media.

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14/01/2014, 23:55
2ºH - Mircea Padurearu

Al entrar en la biblioteca, Mircea se destocó y saludó a Booky con una sonrisa y un ligero asentimiento con la cabeza. Aquel elfo era un tanto peculiar. Hablaba lo justo para ejercer de buen bibliotecario y además no era demasiado estricto, justo lo contrario de Madame Irma Pince, ¿qué habría sido de aquella mujer?

Mientras deambulaba por los pasillos, sin tener claro qué buscaba, si algo de lectura ligera, algo de cursos avanzados o tratados antiguos, pensó en el tiempo que llevaba ya de curso. A medias de la segunda semana y resultaba que sus peores temores se habían cumplido... Aunque estaba muy feliz de tener a sus hermanas cerca, resultaba muy difícil no ceder ante aquella insistencia por duplicado. Si una sola era algo malo, las dos juntas eran el colmo de la locura.

Sus pasos finalmente le llevaron hasta la estantería de medicina mágica. Miró a un lado y a otro, asegurándose que no había nadie a la vista y se acuclilló. Sacó "Muérdago: la solución muggle para los males de amor" y "Los amores y desventuras que convirtieron la flor cadáver en la planta de peor olor" para poder acceder al libro que tenía escondido detrás. Al notar que no agarraba nada, se agachó más aún y miró el espacio vacío. ¿Lo habré cambiado de sitio?, se preguntó confundido.

Buscó en otras estanterías, donde tenía más volúmenes especialmente seleccionados escondidos. Una de las características comunes de aquellos libros era que cuando los había encontrado ya estaban ocultos en otros estantes y además, al ojear los nombres de los últimos que habían sacado los libros de la biblioteca, los más actuales podían tener al menos una década de antigüedad.

No, todos los demás estaban bien colocados y el que buscaba sabía que lo había dejado ahí antes de las vacaciones de verano. ¡Alguien debía haberlo cogido!

Mientras se dirigía a la mesa de Booky para preguntarle por si algún profesor había sacado el tomo, encontró una chica en una mesa leyendo un volumen que le resultaba demasiado conocido.

No es de segundo y parece demasiado pequeña para ser una de las mayores. Más por curiosidad que por otra cosa, se sentó en la silla de enfrente de aquella pequeña ladrona de libros. Depositó el sombrero que tenía agarrado en la mano con cuidado sobre la mesa.

Se cruzó de brazos y miró a la niña. Si no le fallaba la memoria, era una de las chicas nuevas. Creía haberla visto sentada en la mesa de los Slytherin cuando la mayoría de los alumnos no debían haberse despertado. Seguramente las gemelas serían capaces de contarle toda la vida de la chica, desde el primer cuento que la contaron siendo un bebe hasta la varita que usaba. Así de concienzudas eran...

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15/01/2014, 00:07
1ºH - Maxwell Alden

Un vistazo le bastó para apreciar la biblioteca. Llena de libros, más de los que había visto en ningún otro lugar, y todos ellos, por lo que podía ver desde la entrada, ediciones en rústica y piel suntuosamente encuadernadas. Y vacía de personas; podía contarla con los dedos de una mano.

A Maxwell le gustaban las bibliotecas, pero solían estar llenas de gente, y los libros eran en su mayoría tomos bajitos de tapas blandas, destrozados tras el paso por decenas de manos. Por eso le gustaban aún más las tiendas de libros viejos; las de verdad, esas cuyos volúmenes estaban cubiertos por una capa de polvo más antiguo que la mayoría de libros de una librería moderna.

Por desgracia, no podía pasar mucho tiempo en esas librerías. Estaban lejos de casa, y los dueños solían mirarle mal si pasaba demasiado tiempo sentado en un rincón, sumergido en un libro. Algunos ya le conocían, y le miraban mal en cuanto entraba, aunque nunca hubiera robado ni estropeado nada.

Así que, cuando quería leer, terminaba en bibliotecas  con más frecuencia de la que deseaba. No solía importarle demasiado el tema de lo que estaba leyendo. Basta con que fuera un libro viejo, y sus palabras fueran capaces de trasladarle a otro lugar y otro tiempo.

Si alguno de sus profesores se hubiera enterado, le hubiera dado un ataque de risa.

Antes de acceder a las estanterías, se fijó en el bibliotecario. Un ser diminuto y contrahecho, de larga y afilada nariz y enormes ojos azules que escrutaban la sala tras unos anticuados anteojos. Parecía un duendecillo salido de un cuento antiguo, uno feo, quizás un trasgo. O un elfo, como los que mencionaban en el comedor el otro día, un elfo doméstico.

Maxwell decidió que guardarse la duda era una tontería. Así que se acercó al mostrador y se inclinó para mirar a la criatura a los ojos.

—¿Eres un elfo doméstico? —preguntó, sin perder el tiempo con saludos.

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15/01/2014, 00:08
1ºS - Asterope Bletchley

Asterope escuchó la puerta de la biblioteca abrirse, pero no se molestó en mirar quién era. Estaba demasiado concentrada en su tarea. Tomaba notas afanosamente, como si no hubiera un mañana. Todo le parecía interesante, todo digno de recordar. No sabía que tras la Peste Negra, los curanderos se hicieron muy populares entre los muggles. Con lo que nos temían en aquella época... Aah, vale, que los pobres no sabían que usaban la magia para sanar. Hoja tras hoja, iba descubriendo infinidad de información nueva que le maravillaba. Los métodos, claramente, eran muy rudimentarios. Y algunos, creo, hasta están prohibidos hoy en día. Pero es fascinante que usaran un simple encantamiento seccionador para sacar el veneno de serpiente. Con tan poco hacían tanto... Ahora se utilizan pociones, a nadie se le ocurriría cortar a una persona para extraerlo.

Pensó en pedirles a sus padres que se lo regalaran por Navidad. Aunque ya se imaginaba la respuesta. ¿Un libro para su pequeña? ¿Y ni siquiera era de ficción? Eso no lo harían nunca. ¿Para qué gastarse los galeones en esos objetos inútiles pudiendo un nuevo equipo de bateador o una elegante túnica de gala? Asterope suspiró con tristeza tras este último pensamiento.

Seguía igual de absorta que antes, así que no notó al chico sentarse en frente de ella. Justo entonces se dio cuenta de que se le había acabado todo el pergamino que había traído. Como había usado tanto en clase y no había esperado encontrar un libro del que mereciera tomar tantos apuntes, no metió el suficiente en la mochila. Además, había supuesto que la hora de la biblioteca la pasaría ayudando a Linc. No le preocupó, ya volvería otro día. Ahora podía dedicarse a mirar por encima el resto de capítulos.

Fue entonces cuando levantó la mirada y se fijó por fin en el chico. Llevaba el uniforme de Hufflepuff, pero no lo recordaba de clase, así que pensó que era de algún curso mayor. ¿Quizás de tercero? Parece alto. Le sonaba de haberlo visto, en los pasillos o en el comedor. No recordaba bien, pues no solía fijarse mucho en la gente.

Había posado su sombrero sobre la mesa y la estaba mirando fijamente, sin ni siquiera haber saludado ni haberse presentado. ¿Qué he hecho para que no me quite el ojo de encima? La estaba poniendo muy nerviosa, porque no decía ni una palabra, así que juntó todo el valor que tenía y habló ella. Por supuesto, utilizó un volumen bajo, pues aunque no hubiera más gente en la biblioteca, las normas eran bien claras. Perdona, ¿te estoy molestando? ¿Estaba haciendo mucho ruido mientras tomaba notas? Se dio cuenta de que el muchacho ni siquiera había sacado sus cosas. De hecho, ni había traído mochila. Claramente no estaba trabajando, así que no veía cómo podía causarle ninguna molestia.

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15/01/2014, 00:17
2ºH - Mircea Padurearu

Durante el tiempo que llevaba ahí sentado, vio como la niña apuntaba casi todo lo que había en las páginas que leía. Bien sabía él que era muy difícil resumir aquellas hojas, ya que todo palabra y punto estaba perfectamente colocado. Por eso había acabado por desistir el año pasado de apuntar todo lo interesante, pues al llegar al segundo capítulo ya casi había agotado los pergaminos que tenía separados para durarle todo el mes.

Cuando la chica al fin se fijó en él, preguntándole si acaso le estaba molestando, Mircea apenas sonrió; pero lo hizo de forma enigmática, pasando por alto las preguntas. ¿Qué te parece el libro?, preguntó. No hacía falta que susurrara, pues de por sí su volumen de voz era bastante bajo. En aquellas palabras se podía percibir un extraño dejo que daba a entender que el inglés no era su primer idioma y sin embargo el acento estaba tan escondido que difícilmente se le podía situar como perteneciente a los países del este. ¿Has probado a usar el Leg Magiem sobre la contraportada? Sus ojos brillaban, pareciera como si sonriera con ellos más que con los labios.

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15/01/2014, 00:19
ZZ - Booky el Bibliotecario

Booky levantó la mirada del volumen que estaba leyendo ante la pregunta del joven que se erguía ante él. En todo el tiempo que llevaba de bibliotecario -poco más de una semana- éste era el primero que le hacía una pregunta semejante.

Levantó el dedo índice de su mano y contestó: ¡Era un elfo doméstico!, dijo poniendo especial énfasis en el "era". También he sido un elfo cocinístico y de muchos otros tipos. Ahora soy un elfo libréstico, sonrió con toda su dentadura, soltando una leve carcajada que parecía provenir de su tripa.

¿Y tú, eres un niño humano, no?, preguntó devolviéndole así el saludo, con una sonrisa irresistible y totalmente imposible de imitar.

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15/01/2014, 00:46
1ºS - Asterope Bletchley

El chico sonrió, pero no respondió a ninguna de sus preguntas. ¿Eso qué quiere decir, que le molesto o que no? Supuso que no. De lo contrario, le habría contestado que intentara no hacer tanto ruido.

Ya pensaba que no iba a abrir la boca cuando le pidió su opinión sobre el libro. Asterope notaba un ligero acento en su voz, pero no habría podido decir de dónde. En primer lugar, porque no era muy buena adivinando nacionalidades a través del habla; y, en segundo lugar, porque era tan sutil dicho acento que era hasta difícil advertirlo.

Aún no he tenido tiempo de estudiarlo entero, pero me parece un estudio fascinante y provechoso. Cada página, cada dato que dan es digno de anotar. Y eso que casi todo lo que he leído era introducción histórica. Seguro que cuando entre en materia y se centre más en la sanación será incluso más interesante. Me costará seguir el ritmo, porque, aunque está escrito para alumnos, parece ligeramente especializado. Pero intentaré hacerme rápido con la terminología. Asterope no era una niña que supiera mantener conversaciones largas, a menos que tuviera cierta confianza con el interlocutor. Pero, cuando se trataba de lecturas, siempre tenía una opinión que dar y un comentario que añadir. No, no he usado el Leg Magiem. He estado demasiado absorta con la letra visible como para buscar mensajes ocultos. Estaba claro que el muchacho también había leído ese volumen. De lo contrario, no conocería los secretos que guardaba. Le resultó, cuanto menos, inusual. ¿Quién dedicaba su tiempo a sumergirse en temas tan concretos y complejos? Aparte de ella, claro.

Dejó el libro encima de la mesa y fue a la página que le había señalado el chico, sacó su varita y pronunció el hechizo que había aprendido en su primer día de clase. Leg Magiem. Asterope no le quitaba ojo a la las palabras que iban apareciendo, maravillada por la magia. Se leía: "La biblioteca escondida saluda al propietario temporal actual de este libro. ¡Bienvenido, estudiante o profesor, al mundo de los misterios! En tus manos tienes el volumen 317 de la lectura oculta. Disfrútalo y engorda tus conocimientos con él".

Debajo de este curioso saludo surgió un nuevo mensaje: "Recuerda, pequeño estudiante o sabio profesor: cuando devuelvas el libro, no lo dejes a la vista y alcance de cualquiera. La biblioteca escondida solo debe ser accesible para aquellas mentes inquietas y preparadas que merezcan su ilustración." Así que por eso estaba escondido detrás en la estantería. 

"Último dueño de Magia curativa y protectora en la Edad Media: Mircea". Supuso que así se llamaba el chico que estaba frente a ella. La niña vio cómo ese nombre desaparecía y era sustituido por el suyo. Se sintió pletórica al ver escrito "Asterope" como propietaria temporal de un libro de la biblioteca. A continuación, había una lista pequeña con los nombres de quienes habían lo habían usado a lo largo de los años y las fechas: Asterope, Mircea, Albus, Frederik, Gertrude, Charlotte, Pollux, Deneb, Rudyard, Catarine. Las fechas de los últimos databan de hacía varios siglos. Claramente, no era un ejemplar que la gente consultara a menudo.

Es fantástico. Esta vez no pudo hablar en voz baja por la emoción que contenía dentro, aunque tampoco usaba un volumen muy alto. Dice que este es el 317. Así que, al menos, debe de haber otros 316 libros ocultos. Miró de nuevo el mensaje para leer el nombre del muchacho. ¿Has encontrado alguno más... Mircea?

- Tiradas (1)

Motivo: Leg Magiem

Dificultad: 10

Habilidad: 5+6

Tirada: 4 9 10

Total: 9 +5 +6 = 20 Éxito

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15/01/2014, 00:40
1ºH - Maxwell Alden

Maxwell asintió. Si las risas hubiera salido de la boca de otro niño, o de un adulto, hubiera pensado que se estaba burlando de él. Pero la pequeña criatura no parecía capaz de albergar malicia.

—Entonces eres un elfo —sentenció—. Lo de doméstico es porque estás, estabas, en una casa, como los electrodomésticos. Y ahora estás en una biblioteca.

»Soy un niño humano —respondió a la pregunta de sopetón, antes de callarse para rumiarla un momento. Aunque parecía una obviedad, escuchar la pregunta le hizo dudar; los niños humanos que había conocido hasta hace poco, al fin y al cabo, no podían hacer magia. No se había parado a pensarlo antes—. Creo. ¿Los magos somos humanos?