Partida Rol por web

Derrotados y bajo la lluvia torrencial, los Millonarios decidieron volver al Pueblo en busca de refugio y cobijo. La Segunda Anfitriona había muerto a causa de no haber podido ver al Conde Olaf detrás del Parche, las Gruesas, Largas y Pobladas Patillas y la Pata de Palo... o al menos no haber logrado convencer a Josephine de la verdadera identidad del Capitán Sham.

Y lo que era aún peor, las pertenencias de los invitados ahora se encontrarían esparcidas por el Lago, o incluso en el fondo del mismo. Lo que significaba que ya no habría más subasta y todo el objetivo de venir a esta maldita isla y pasar por tantas sucias penurias había sido en vano... O eso pensaban...

En el Muelle Damocles se encontraba alguien conocido por todos los presentes, era "El Patrón" y no solo eso, sino que al parecer había venido en una pequeña lancha con un número de motores excesivo para dar un viaje apacible por el Lago Lacrimógeno. Ni siquiera hubo tiempo para los saludos cruzados, pues otra lancha había cruzado el Muelle, de lado a lado, los ojos más avispados pudieron reconocer a quién iba en el bote. El Capitán Sham, y maniatada y amordazada llevaba a Josephine.

Quizás eso no significara nada para alguno de los Millonarios egoístas, pero otras cosas que también llevaban en el Bote eran las maletas de los millonarios, en donde, sin lugar a dudas, llevaban sus enseres personales y pertenencias, y lo que era más importante aún, sus Objetos para la subasta.

Así que los más atrevidos decidieron abalanzarse sobre la lancha del Patrón, empujando tanto al Patrón como algunos invitados más tranquilos y derrotistas al interior de aquella pequeña embarcación, y tras unas leves maniobras aquellos hombres y mujeres acaudalados se sumergieron en una persecución por el lago lacrimógeno, siguiendo al Conde Olaf y principalmente a sus Objetos para la Subasta.

El Patrón mira a la marabunta de gentuza que quiere subir a su barca, y sin me diar palabra se dedica a soltar remazos a los que quieren subirse.

Pinches pendejos, que atropello, ni un hola y pretender robarme a Lulu, mi lancha de pasar droga las tardes dando un paseito...

Teniendo en cuenta que me apalearon por su culpa, les cobraré gustoso por el arrendamiento de mi Lulu, pero no de gratis hijos de la gran chingada!!!

Lo cierto es que el objeto de subasta no tenía más valor para mi que el precio que se iba a pagar por él, pero no estaba dispuesta a que aquel granuja se saliera con la suya así que me subí a aquella pequeña embarcación detrás de los demás. No me di cuenta de que el sinvergüenza de los trapicheos venía en ella hasta que mi sombrero salió volando a causa de sus remazos y se perdió entre las aguas del lago.

- ¡Mi sombrero! - cogí el abanico y me lié a darle con él - ¡habrase visto! ¡Bribón más que bribón! Deja el maldito remo y pon en marcha esta cáscara de nuez, que se nos escapa ese canalla de Olaf. ¡Vamos, he visto caracoles más rápidos!

Ver aquella escena me parecía lo más irónico, por suerte nunca me separo de mi maletín el resto de las pertenencias no tiene mayor valor, el problema era que el conde había reaparecido algo que no se me ha hacia raro, lo que me preocupaba era el hecho de otro fatídico asesinato ocasionado por los ladrones.

-Compañeros, compañeros, recuperen la calma- suspiré ante la turba, aunque lo cierto era ver al capo de la mafia otra vez entre nosotros.

-O venga yo *cof cof* No e pasado todo esto para perderla ahora sin luchar. -Sin reparar siquiera en quien era el dueño de la barquita, se subió a ella, como el resto y dio ordenes de comenzar la azarosa persecución.

-Vamos marinero, encienda este aparato *cof** y vayamos en busca de nuestras pertenencias. -¿Había alguien mas aparte del Conde Olaf y sus cosas? Eso le había parecido, pero era evidente que no era algo primordial.

  El Sr. LeFou se abalanza sobre la pequeña embarcación y se puede apreciar como por unos segundos esta se levanta en el aire por la reacción de semejante peso en uno de sus finales. Se ve que el hombre francés no piensa dejar atrás su objeto de subasta; un verdadero millonario excéntrico no lo haría... además de que había un vino bastante añejo en una de sus maletas que sería una lastima perder.

- Tais-toi, narco! Emmenez-nous au comte ou je vais commencer à sauter sur votre bateau... autant que vous le pouvez... ("¡Calla, narco! Llévanos hasta el Conde o empiezo a saltar en tu barco... haber cuanto aguanta...")

Me acerqué a la lancha sin fiarme mucho ni de su conductor ni de los presentes. Del primero por su posible sed de venganza, o al menos yo la tendría si me hubiesen arrojado así sin más a los leones, y del resto por lo obvio. Esto ya no era una subasta, esto ya era supervivencia.

Esto pasa de castaño a oscuro y no tenemos más pistas que al principio - me limité a decir. - He podido ver que, a pesar de lo que ha votado la mayoría, seguimos aquí, lo que me inclina a pensar que los asesinos siguen entre nosotros. También he podido ver que muchos desconfiaban de la señora Rosa Castillo, así que me gustaría preguntar a los presentes por sus motivos.  - Era extraño tanta gente votando a la misma persona cuando mi voto solo lo había movido el absentismo del señor Ortega.

Creis de verdad que vamos a entrar todos ahi? Nos hundiremos con tanto peso.Yo me quedo en tierra, mi vida vale mas que cualquier objeto, por muy caro que sea- dije negandome a subir a la barca, ademas ya sabiamos a donde iba a ir el conde no? a su mansion, por que no ir alli directamente? mire a René cuando hablo de mi , algo sospredida le hable Votan segun sus prejuicios, sin ni siquiera tener pruebas de nada. Yo admiti que sospeche de la señorita Elvira pero aun asi, no la vote ningun solo dia- he dicho

-¡¡¡Apurence!!! suban todos- debíamos perseguir al Conde Olaf, nuestro orgullo estaba en juego -Descuiden yo se manejar esto, conmigo al volante de seguro lo alcanzamos- 

Pero por la adrenalina del momento no me había puesto a pensar y al recordarlo frene, ¿El Patrón? -Patrón, veo que se ha curado, ¿alguien lo ha ayudado?, ¿podemos confiar en usted al ser el primer eliminado? por que cabe la posibilidad ,de que aunque los votos de aquella elección fueron emitidos al azar, hallamos acertado de pura suerte y usted es en verdad un cómplice-.

Si Felix esperaba obtener por parte del narcotraficante una respuesta diferente a "soy inocente" era más ingenuo de lo que parecía, pero no era momento para llamar su atención al respecto, era momento de recuperar lo robado. Especialmente lo mío..

Hablé primero al sujeto que se hacia llamar Patrón sin importarme las circunstancias de su milagrosa recuperación ni lo convenientemente oportuna de su aparición. -Señor, no se preocupe por la tarifa, pagaré lo que pida por el alquiler de su embarcación. Luego apoyé la mano sobre el hombro de Felix. -Joven, si es cierto lo que dice entonces tome el volante ya. ¡No permita que Olaf escape! Con una de mis manos mantenía sombrero en su lugar mientras que con la otra me aferré con fuerza a uno de los laterales del bote para evitar ser expulsado por el brusco movimiento causado por Gastón.

-¡Y una mierda! -grita Elvira indignada al ver cómo escapan con sus objetos a subastar.

Sin pararse a pensar, se lanza hacia la lancha perseguidora, tal y como hacen algunos de los presentes. Si le llegan a decir hace unos años que iba a acabar atravesando un lago en medio de la noche persiguiendo el pene de Oscar Wilde nunca habría pensado que fuera así. Probablemente incluiría unos antecedentes mucho más eroticofestivos que lo que llevaba vivido en aquella isla.

-Le prometo que puedo llegar a ser muy agradecida -dice Elvira dirigiéndose al Patrón- Si consigue que no se escapen esos con nuestras cosas se lo recompensaré.

Cuando la señora Beatrice dejó de golpearle con el abanico y pudo entender la situación se dispuso a colaborar.

Con cierta duda sobre si tirar a Félix ahora por la borda o más adelante en medio del lago...

Suban todos gringos y agárrense bien q Lulú es como una potrilla indomable... 

Acto seguido estaban a toda velocidad persiguiendo la otra embarcación 

Midiendo la posibilidad de tirar a Félix por la borda

Lo vivido minutos antes en aquella casa había sido surrealista. Cómo se había partido en dos, como había caído la nevera, como habían prendido los fogones, como había explotado y se había hecho añicos el pomo de la puerta ¿Esa mujer era una especie de vidente? Aún sin entender la situación, se vio empujado a perseguir al conde Olaf atravesando el lago lacrimógeno ¿Era aquello una buena idea? Lo dudaba mucho. ¿Soportaría la embarcación el peso de todos? Lo dudaba todavía más. 

Fuese como fuese, Yoshitoko entró en la embarcación encogiéndose de hombros al ver al patrón y, sin ninguna intención, trastabilló yendo a caer sobre las tetas de la señorita Elvira. Sus dos manos se encajaron, como nunca lo habían hecho en toda su vida, en aquellas frutas deseables e instintivamente, las estrujó un par de veces. Entonces se dió cuenta de lo ocurrido, separó las manos y pidió rápidamente disculpas a la mujer.

- Por Dios, lo siento mucho, no ha sido intencionadamente, lo ju... No, no hubo tiempo a jurar. El gordo seboso se había sentado en la parte trasera del bote levantando la embarcación y los senos de la mujer volvieron a quedar en las manos del capo de la mafia. Otros dos apretoncitos fueron inevitables a ese par de melones suculentos, al igual que fue inevitable que el platano del pantalón se levantase como la embarcación.

- Quizá si me quedo así, sin moverme, evitemos más situaciones incómodas ¿Que le parece? No sabía si aquella broma habría encajado bien, sabía que en cualquier momento podía encajar otra cosa en su mejilla. Solo cerró los ojos y suplicó que aquella joven tuviese piedad de su persona. No quería volver a morir nuevamente.

Elvira abre mucho ojos y boca cuando Yoshitoko hace honor a su nombre y sí que tocó sus pechos. Lejos de darle el esperado bofetón, la mujer sonríe no sin cierta picardía.

-Agárrese, agárrese, ya ha escuchado al Patrón, no queremos que caiga usted por la borda. A no ser que sea uno de esos asesinos locos. En ese caso, aproveche y agarre también, porque quizás sea lo último que haga. Si descubro que lo es yo misma pienso tirarle al agua a ver si se ahoga.

Yoshitoko permaneció con los ojos cerrados... Un, dos, tres... Los segundos iban transcurriendo y el bofetón que veía en su mente, una y otra vez, no llegaba ¿Que estaba ocurriendo?

Entonces se atrevió a abrir un ojo, y después terminó por abrir ambos, sonriéndole a la mujer divertido. No esperaba ni mucho menos ese tipo de reacción por su parte y no pudo disimular que hasta la situación le pareció morbosa. 

 A  decir verdad, tiene toda la razón...¿Quién no me asegura que tratarán de volver a asesinarme esta noche como lo hicieron la noche anterior? Estoy ante una dama de espectaculares proporciones, que me invita a seguir disfrutando de sus turgentes senos...¿Qué imbécil se negaría a disfrutar de tal situación tan placentera? ¿Voy a cuestionarme si son reales o implantes? ¡Al carajo!

Lejos de apartarse, la estrechó entre sus brazos y se atrevió a besarla sin miramientos, un beso erótico, fogoso, apasionado. Después le sonrió, se quitó la ropa quedando ataviado únicamente por su fundoshi, y dejándole ver las nalgas en su esplendor, empezó a bailar marcando el ritmo para que la embarcación acelerase y emprendiera la persecución.

- ¡Los alcanzaremos y recuperaremos nuestras pertenencias! ¡Bailad conmigo! ¡Dale caña pinche pendejo patrón de la huevada! ¡¡¡BAAAANZAAAAIIII!!!

La situación se había ido de madre. O al menos el capo de la mafia estaba hasta arriba por el subidón del veneno del día anterior y con las hormonas desbocadas por tocar y besar a la erótica dama. De locos.

 Gastón se encontraba agarrado a uno de los extremos de la lancha, sin moverse mucho debido al mareo que le provocaba la velocidad del bote. A su derecha, se encontraba el jefe yakuza, bailando semi-desnudo después de haber manoseado a la dama de negro, que parecía no estar para nada molesta. Si bien no era un hombre de doctrinas conservadoras, le gustaba el pudor en los demás... o por lo menos un ligero sentido de vergüenza. Mirando a Tukoshita irritadamente, deja salir un gran suspiro; que debido a sus grandes pulmones podría considerarse una ráfaga fuerte de viento.

- Ce n'est pas des millionnaires de se ridiculiser... cette impudence... ("No es de millonarios hacer el ridículo... que desfachatez...")

Al parecer El Patrón decidió conducir la Lancha, pues mejor que yo no sera pero mientras lo alcance no me quejare. Sin embargo presencio una escena muy absurda entre Elvira y Tuko... y algo más, que desde luego me causo una estrepitosa risa, pero al retomar la compostura, aporte - Por favor compañeros debemos centrarnos en lo importante, no nos desviemos, necesitamos atrapar al Conde Olaf y también averiguar quienes son sus cómplices-.

Un poco falto de presteza Seen sube al bote, mira asombrado y lleno de envidia sana como el Señor Tukoshita toma los tukos de Elvira, acto que hace abrir la boca de par en par,despues nota un movimiento entre sus manos que le hace volver a bordo del barco del amor.

Mirad lo que encontramos en el puerto,muestra el tarro,tenemos de pistas hasta el momento un mapa un poco infantil,el mapa "bueno" y esto, alguna idea?

El absurdo espectáculo del japones y la vedette me hizo mirar en la dirección contraria y estaba a punto de hacer un comentario cuando Clarence intervino. Al ver el frasco no pude evitar acercarme intrigado.

De haber sido varias décadas más joven seguramente habría pensado en alienígenas o algo similar, pero no era un muchacho con la cabeza llena de sandeces sino un hombre viejo con algunos estudios en criptozoología. -¡Fascinante!. Murmuré asombrado. -¿Ha dicho usted que lo encontró en el puerto? Una nueva sacudida me recordó que era mejor sostenerme por lo que lo hice. -¿Y por qué cree usted que está relacionado con nuestra situación actual?