Partida Rol por web

La cantidad de público que había entrado era alarmante, no por el hecho de que fueran un problema, sino que entraran tan solo para ver como algún trabajador del circo -incluyendo a los Millonarios- iba a ser devorado por una bestia, era lo realmente alarmante. Entre los distintos miembros del público, los Millonarios reconocieron distintas personas, algunos ricos que asistieron a la subasta, pueblerinos del V.F.D. e incluso su Consejo de Ancianos, algunos doctores y enfermeros del Hospital Heimlich...

Incluso estaba el Señor Poe detrás de dos profesores de la Academia Pufrock.

Los focos, y por tanto la atención se centraría nuevamente en el Conde Olaf, a fin de cuentas él era el maestro de ceremonias y por tanto, el que presentaba la siguiente función para que el público pudiera deleitarse usando la expectativa, la tensión y el drama que él bien sabía mostrar, o al menos en el corazón de los Millonarios, pero esto es debido no a sus dotes de actuación sino a que él era una amenaza real.

-Tal y como os habíamos prometido, ahora es el momento de que uno de los afortunados miembros del circo sea devorado por leones...

Kevin, Colette y Hugo miran nerviosos al Conde Olaf mientras piensan en sus posibilidades de salir con vida de aquella triste situación, y pese a que el circo aún tiene una gran cantidad de nuevos empleados, la posibilidad de que sea uno de ellos el que caiga al foso está presente.

-... Madame Lulu, acérquese por favor, y traiga "LA CAJA".

Aquella mujer que trataba de mantenerse firme ante las demandas del Conde Olaf se acercó a los podios y se subió a uno de ellos mientras sostenía aquella caja para que el Conde Olaf pudiera explicar a todos los presentes cual sería el justo proceso de elección del desafortunado trabajador que sería devorado por los leones.

-De esta caja sacaré un papel bien doblado y lo desdoblaré y así podre leer en voz alta el nombre del afortunado trabajador que será devorado por los leones...

Metiendo la huesuda mano, el Conde Olaf remueve con sus largos dedos dentro de aquella caja de madera, hasta que, con el pulgar y el indice eleva una de aquellas notas que se encontraban en el fondo. Mostrándole al público que no había trampa o cartón en la elección de dicha hoja de papel.

-Ahora comenzaré a desdoblar el papel... primera doblez... segunda doblez...

Mientras el Conde Olaf estaba luchando por desdoblar las consiguientes dobleces del papel, Madame Lulu se giró hacia los Millonarios que ahí se encontraban y habló, casi susurrándoles, algo importante y secreto, a fin de cuentas, la situación se iba a salir de control de un momento a otro y era mejor sincerarse cuanto antes con ellos.

-Escuchad, soy Olivia Caliban, os estuve vigilando desde la Academia Pufrock y como un valiente logró salvar a Donald de las garras de Olaf en el último momento, soy la mujer que entró en la casa de subastas junto con Jacques Snicket y después aparecimos en la Villa de la Fabulosa Desbandada (V.F.D.) pero fuimos atrapados; yo logré escapar al prometerle a Esme que le traería el Azucarero.

El Conde Olaf ya había desdoblado la tercera y cuarta doblez, y pese a que aún tenía por delante cierto camino; el tiempo que Olivia Caliban tenía para contar una larga historia de forma breve se había reducido dramaticamente en cuestión de unos pocos segundos en una historia que llevaba años fraguandose.

-Así que vine aquí y ocupé el puesto rotatorio de Madame Lulu, mientras que la anterior Madame Lulu fue al Hospital Heimlich en busca del Azucarero. Ahora mismo mi misión es retener todo lo que pueda al Conde Olaf y a sus secuaces, ella sabrá que hacer cuando llegue... pero el incendio... 

La Quinta doblez y la Sexta doblez ya se habían liberado, unos instantes más le quedarían a Olivia Caliban hasta que el malvado hombre desdoblara la Septima y última doblez.

-Cuando esto termine id a mi tienda y encended el proyector que hay debajo de la mesa de la bola de cristal.

La Séptima doblez ya había desaparecido y por tanto el Conde ya tenía ante sus ojos el nombre del desafortumado trabajador del circo que sería lanzado a las fauces de las bestias, con una amplia sonrisa y con una voz que llegó a todos y cada uno de los presentes en aquella carpa, proclamó el nombre del elegido.

-El nombre que he sacado de este sombrero es el de: El Hombre Imberbe Disfrazado de Mujer Barbuda.

El hombre calvo agarró por los hombros al desafortunado trabajador y lo llevó ante los focos, frente a aquella pasarela que se alzaba sobre el foso de los leones, donde estos mininos no paraban de saltar y tratar de alcanzarla, pues estaban rabiosos y hambrientos.

Obviamente, El Hombre Imberbe Disfrazado de Mujer Barbuda no iba a saltar por su propia cuenta, eso era algo más que evidente a la hora que sus piernas temblaban tan solo de ver aquellos gigantes animales saltar y casi alcanzar la tabla de madera; estar ahí arriba mirando a esos gatos no hacía otra cosa que notar las diferencias entre estos y los del Rey León.

-Tengo una idea, querido Conde Olaf... ¿Por que alguien no lo empuja?. El público adorará que alguien sea arrojado al foso de los leones...

Dicha idea hizo que el público entero hiciera una ovación ante la brillantez de Esmé Gigi Geniveve Miseria, a fin de cuentas, era algo muy distinto que alguien saltara a un foso de leones que alguien fuera arrojado por la fuerza a dicho foso de leones. Por lo que Olaf, sin mas remedio asintió, pero sin atreverse a dar un paso para hacerlo él mismo.

-Creo que la persona adecuada es Madame Lulu, a fin de cuentas, es gracias a ella que todos estamos de aquí. ¿Cierto público?.

El Público ovacionó dicha idea también, a fin de cuentas, ver a una Adivina lanzando a un Hombre Imberbe Disfrazado de Mujer Barbuda a un foso de leones hambrientos y furiosos no era algo que se veía todos los días. Por lo que, sin mucho más que poder hacer, Madame Lulu se acercó a la tabla guiando a Reginald hasta el final de la misma, cual Peter Pan y Capitán Garfio, pero con una tensión palpable mucho más visible, viendo este Esme decidió continuar.

-Creo que Madame Lulu tiene cierto problema a la hora de empujar a un trabajador del circo al foso de los leones... ¿Alguien sería tan amable de ayudarla y demostrar su valentía al Conde Olaf y así recibir LA RECOMPENSA?...

-Nosotros lo haremos, somos valientes; y luego nos uniremos a usted Conde Olaf. -Dijo Hugo.

-Yo los empujaré contorneando mi cuerpo, y así podremos ser algo más que Freaks. -Dijo Colette

-Yo la empujaré con mis dos manos igual de fuertes, todo con tal de la recompensa. -Dijo Kevin.

El Conde Olaf se notaba visiblemente confundido por lo que estaban diciendo aquellos monstruos de circo, "Unirse a Ellos", qué desfachatez, ¿Empujar a ambos?, exagerado. El Conde solo quería ver a uno muerto, no era necesario pasarse y mucho menos con alguien como Madame Lulu, alguien que estaba a punto de revelar donde se encontraba el superviviente.

!No trabajaré con un Freak como tu¡

En un abrir y cerrar de ojos, la pista y las gradas se convirtieron en una pelea masiva, entre los Freaks y los trabajadores actuales del Conde Olaf, incluso miembros del publico bajaron de las gradas para pelear con otros miembros del público, trabajadores del circo, millonarios, trabajadores del conde Olaf. Todo se convirtió en un descontrol donde todos querían recibir el premio que sea que el Conde Olaf tuviera que ofrecer, así como empujar a alguien de una vez a la fosa de los leones.

El hombre de ganchos en vez de manos tenía una pelea mano a mano con Kevin el Freak Ambidiestro, lo cual los mantenía distraídos y apartados de la zona central del combate, pues a fin de cuentas, ambos hombres tenían un gran motivo por el que luchar, por unirse a la tropa del Conde Olaf y por tratar de impedirlo.

Mientras tanto, Hugo estaba siendo retenido por el hombre alto y calvo y Colette estaba contorsionándose sobre este, tratando de que liberasen a Hugo, golpeando al hombre alto y calvo en la cabeza con sus manos bien contorsionadas. Una batalla en donde las tres personas apenas se movían del sitio pues se controlaban entre ellas.

-No sabía que este era un espectáculo interactivo con el público...

Ese fue el comentario que hizo el Señor Poe, el banquero, al levantarse de su asiento para tener una mejor vista de las sucesivas peleas que se estaban teniendo lugar en aquella pista del circo. A fin de cuentas, el Señor Poe era una persona simple y sencilla que se había atragantado 4 veces con las palomitas rancias antes incluso de que la función comenzara.

-Y pensar que me avisaron de venir aquí porque estaban los Millonarios... pero solo veo trabajadores del circo, damas y caballeros y niños de todas las edades y gente que le gusta la violencia y comer patosamente...

Los dientes de Olaf estaban chirriando, raspándose entre ellos con una mueca completa de odio hacia todos los presentes; ¿Acaso era algo tan complicado empujar a un hombre imberbe disfrazado de mujer barbuda a la fosa de los leones?, por supuesto que no. El había empujado a personas antes de lugares mucho más altos.

-Madame Lulu, ¿Quieres empujar de una vez a ese?.

Con lágrimas en los ojos, Madame Lulu en completo silencio, respira hondo y empuja con una enorme fuerza a aquel hombre imberbe disfrazado de mujer barbuda, es decir, había empujado con toda la fuerza que una adivina de circo ruinoso tenía, a Reginald Coleson. Olivia Caliban al final, había decidido hacerlo.

Lo único que pudo decir, cual susurro fue: "Lo siento", mientras Reginald surcaba el cielo sobre la fosa de leones.

-¡¡¡Corre!!!

Eso fue lo que gritó Madame Lulu a un Reginald Coleson que había caído al otro lado de la fosa, sano y salvo de las fauces y dientes de aquellos enormes felinos; por suerte Olivia Caliban tuvo la suficiente fortaleza física y mental como para poder lanzar a un hombre crecido de un lado al otro sin que los animales lo dañaran.

Haciendo caso a lo que Madame Lulu le había dicho, el hombre corrió entre la multitud hasta salir de la Gran Carpa, en dirección a la tienda de adivinación de Madame Lulu, donde esta había dicho que se encontraban todas las respuestas que necesitaban.

Girándose hacia el Conde Olaf, Madame Lulu sacó su catalejo y lo mostró a todos los presentes, algo que hizo, no otra cosa que enfadar aún más al Conde Olaf, pues no tenía un espectáculo y aquella mujer que tenía delante suya lo había desafiado, ahora, en dos ocasiones que él supiera hasta el momento.

-Soy Olivia Caliban y soy una Voluntaria -Ahora recordó una anterior, 3 ocasiones que esa mujer lo había desafiado- y he venido aquí para poner fin a tus Vilezas, Fechorías y Deslealtad.

Sacando un cuchillo y con una amplia sonrisa dejando ver los dientes amarillentos, el Conde Olaf dio un paso al frente, se sentía seguro, no solo porque el no era el que estaba sobre una fosa de leones hambrientos -que también- sino que la zona estaba rodeada de su gente y Olivia Caliban se encontraba en las entrañas de la bestia.

-Ya te recuerdo, tu eras la que estabas en la Academia... y luego en la Subasta... y en el Pueblo... ¿Cómo saliste de la celda?. Bueno, eso ya da igual... Te crees muy lista con tus códigos secretos, tus referencias literarias y con tus amigos...

Estando al lado de la fosa de los leones y con el afilado cuchillo aún el alto, el Conde Olaf mira fijamente a los ojos de Olivia Caliban antes de continuar con lo que sería una dura respuesta para el corazón enamorado y herido de una falsa adivina y novata voluntaria.

-No me atormenta lo de Jacques Snicket, él merecía morir por lo que hizo... Yo me alzaré y todos mis enemigos caerán... como tu.

Acto seguido, el Conde Olaf se agacha y con un poderoso tajo de su afilado cuchillo corta las cuerdas que estaban aguantando el tablón de madera a la otra parte del trampolín, haciendo que este cayera, y con el, obviamente Madame Lulu, donde los leones hicieron un buen festín de su cuerpo desgarrándolo con sus garras afiladas y dientes.

Y no solo ella cayó, pues entre el impacto de ver como una mujer fuerte e independiente, con unos valores morales claros, y unos ideales de justicia y verdad era brutalmente destrozada, alguien aprovechó para empujar a Donald Trump por la espalda, haciendo que este también fuera atacado por los leones.

El resto de Millonarios llegaron detrás de Reginald, el cual se había adelantado para poner en marcha el proyector bajo la mesa de la bola de cristal, con la esperanza de que eso diera las respuestas que tanto habían ansiado obtener desde que fueron perseguidos por un loco homicida y su grupo de teatro.

-...lo que es más importante de mis películas no son las historias, los personajes o los temas a tratar, sino los subtitulos; por ejemplo en la película "Zombies en la Nieve" mi personaje puede decir: "Debora, por favor devuélveme mi mesita", pero mirando a través del catalejo...

-Puedes ver la palabra: "Departament"

-Cuando te encuentres con un Voluntario en el campo, debes demostrar tu identidad usando la frases clave: "El mundo está tranquilo aquí".

-Siempre y cuando el otro voluntario te haya dicho: "No me di cuenta de que esta era una triste ocasión".
 

-La frase: "Bueno, jovencita, ¿has sido bueno con tu madre?" ese mensaje secreto significa "Huye, tu casa está ardiendo".

Disfraz de Secretaria

Disfraz de Capitán de Barco

Disfraz de Detective