Partida Rol por web

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: HIENA (SEGUNDO DEL AÑO, SEGUNDO DEL INVIERNO)

DÍA: 18, al mediodía

-Muy bien entonces, aunque vigilaría ese tono, soldado. Estás hablando con un superior... Y después de revolver en mi hospital-dijo el oscuro, antes de que apareciera Dedos.

-Parece que Derviche te buscaba. Dice que no es para ningún combate. 

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: HIENA (SEGUNDO DEL AÑO, SEGUNDO DEL INVIERNO)

DÍA: 18, al mediodía

Miro a Derviche con cierta curiosidad.

- ¿Y entonces qué quieres?

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: HIENA (SEGUNDO DEL AÑO, SEGUNDO DEL INVIERNO)

DÍA: 18, al mediodía

Derviche respondió a Matagatos, antes de ponerse con Dedos.

-Si, cabo, no he entrado de la mejor manera, es un lugar de reposo y ha sido mi culpa, pero no creo haber hecho nada más aparte, si lo permite, intentaré llevarme a su novia un rato fuera de aquí-

Se giró hacia Dedos.

-Oye, tú, tenemos algo por resolver, bueno no, tenemos una revancha pendiente,y me la quiero cobrar ahora, si no estás atareada en otras cosas- Con otras cosas seguramente se refería a algún tipo de estupidez relativa a cosas de novios e intimidades. Le sonrió maliciosamente a Dedos.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: HIENA (SEGUNDO DEL AÑO, SEGUNDO DEL INVIERNO)

DÍA: 18, al mediodía

- Claro que estoy atareada. - Contesto a la campamentera. - ¿No ves la cantidad de heridos que hay que necesitan atención? Por eso mismo no iré contigo a ningún lado. No hay revancha. Tú te enfadaste y me dejaste ahí tirada sólo porque se rompió tu palo. Y prefiero seguir ayudando a los heridos, no ser uno de ellos. Además, ¿no escuchaste? Está prohibido.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: HIENA (SEGUNDO DEL INVIERNO).

DÍA: SEXTO DE MES, final de la tarde.

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Retrocedo un par de pasos cuando Matagatos habla con Desastre, permitiendo que hablen sin levantar la voz. Cuando Desastre comienza a explicar el origen de la sangre suspiro aliviado. Pero sólo por un momento. Los leones de Desastre son uno más de la Infantería a pesar de su pronto. Pasó lo mismo con Matador y volvió a nuestro lado. Si han demostrado que pueden estar en un lugar como la Tienda de Heridos, el cual está lleno de gente débil y fuertes olores de fluidos apetitosos para ellos sin demostrar la menor muestra de agresividad, hasta que no se les ha provocado, merecen ser tenidos en cuenta. Además han salvado la vida de Desastre y a todos los efectos han salvado a un Hermano de Infantería, lo cual es suficiente para mí.

Comienzo a preparar una bolsa con útiles de sutura con anzuelos de coser más sólidos y fuertes pensando en la gruesa piel de los dos leones. Añado una cantidad extra de hilo de tripa, ya que las heridas de los felinos eran bastante abundantes. No sé si permitirán tapar o aplicar siquiera vendaje alguno a las heridas, pero guardo algunos emplastos a tal efecto, más pomada de aplicación instantánea. Una vez reunido todo se lo alcanzo a Matagatos.

- Aquí tiene Cabo, el material necesario. ¿Quiere que vaya a echarle una mano? - con la ayuda de Desastre podrá calmar a los leones, pero un par de manos extra considerando su tamaño, podrían ser de utilidad.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: HIENA (SEGUNDO DEL AÑO, SEGUNDO DEL INVIERNO)

DÍA: 18, al mediodía

Aquella contestación le gustó más, denotaba que al fin y al cabo, en el fondo, no era una pelele enamoradiza, que no estaba siempre metida bajo las faldas del hijo de Portaestandarte. Sonrió de manera malvada.

-No, tranquila, no voy a molerte a palos, ya has escuchado al cabo, está prohibido,  le he jurado no devolverte con la cara como la de un golongo*, estaba pensando en otro tipo de entretenimiento, algo así como tirar lanzas-

Encogió los hombros

-Pero si prefieres quedarte aquí a dar arrumacos y traer más baldes de agua- Miró en derredor -De los que hay suficientes como para ahogar a todos los convalecientes, tú misma, sigue escondida en el gallinero-

Avanzó hacia la puerta y miró a Dedos de nuevo.

-Vamos, lo estás deseando, gáname otra vez- Continuó con su malvada sonrisa.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: HIENA (SEGUNDO DEL AÑO, SEGUNDO DEL INVIERNO)

DÍA: 18, al mediodía

- Yo no tengo nada que demostrar, Derviche. Si lo que quieres saber es quién ganaría tirando lanzas, ya te lo digo sin necesidad de moverme de aquí: tú. Tienes más fuerza, mejor técnica, y bla, bla, bla. Además, para que se te rompa la lancita y te cojas otro berrinche...

Niego con la cabeza mientras sigo colocando y limpiando cosas.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: HIENA (SEGUNDO DEL AÑO, SEGUNDO DEL INVIERNO)

DÍA: 18, al mediodía

-Tu tono sigue sin ser el adecuado, Derviche. Abandona la tienda de los heridos-dijo simplemente el oscuro, mirando fijamente a la k'hlata, ajeno a todo aquello. 

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: HIENA (SEGUNDO DEL AÑO, SEGUNDO DEL INVIERNO)

DÍA: 18, al mediodía

Derviche salió de la tienda de los heridos sin decir nada, pero mirando por última vez a Dedos y a Matagatos con una sonrisa siniestra en la boca.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DE LA HIENA (SEGUNDO DEL INVIERNO),

DÍA: QUINTO DEL MES.

HORA: DE MADRUGADA.

Matagatos llevó a Pipo hasta la tienda, y allí empezó a atender las heridas del k'hlata. El único maldito explorador que había vuelto. La escena de lo vivido con una de las escuadras de arqueros se repetía, y la Compañía veía gravemente mermados sus efectivos... Otra vez. Y, sin reemplazos, no sabía como iban a terminar aquella campaña. Aunque no era el momento de pensar en eso, si no de atender las heridas de Pipo. 

Con paciencia fue limpiando y suturando las heridas, extrayendo flechas o material que se hubiera incrustado dentro. Por desgracia, estaba bastante somnoliento, así que la cura no fue todo lo buena que podría haber sido... Pero al menos podía decirse que saldría de esta. 

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DE LA HIENA (SEGUNDO DEL INVIERNO),

DÍA: QUINTO DEL MES.

HORA: DE MADRUGADA.

Una vez Pipo en llega a la Tienda de los heridos, me quedo un momento esperando órdenes. Pero, al ver que estas no llegan, y sabiendo que no iba a hacer otra cosa que molestar, me dirijo a mi tienda, me visto mi armadura, cojo mis armas y voy a la empalizada, como se me ordenó.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DE LA HIENA (SEGUNDO DEL INVIERNO),

DÍA: QUINTO DEL MES. De madrugada

Ya estoy en la tienda de heridos procurando tener todo listo cuando llega Pipo. Como siempre, en esas situaciones en las que las heridas son graves y el espacio y la limpieza son primordiales, me aparto al verles llegar, esperando a que Matagatos me diera instrucciones si las tenía, procurando no molestar.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DE LA HIENA (SEGUNDO DEL INVIERNO),

DÍA: QUINTO DEL MES. De madrugada

Llegó a la tienda de los heridos roncando como un lirón. Estaba agotado. Como buen soldado, aprovechaba cualquier momento de tranquilidad para pegar el párpado. Todavía no había llegado la fiebre, las infecciones, las dolorosas limpiezas. Oh, ya venían. Estaban a la distancia del pelo de un calvo, en las inmisericordes manos de Dedos y Matagatos pero, oye, un sueñecito es un sueñecito, aunque dure lo que un incómodo viaje en brazos de rudos compañeros.

No vio los temibles instrumentos propios de la profesión de sanador: sierras para cortar huesos, cuchillas para igualar los bordes de las heridas irregulares, agujas para coser, tenazas para agarrar, cucharillas con bordes afilados, para raspar... Ensanchó los bordes de la nariz al oler la vaharada de hierba medicinal que de ahí brotaba, pero se limitó a hacerse una bola donde lo dejaron, a la espera de que todo estuviera listo para la carnicería.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DE LA HIENA (SEGUNDO DEL INVIERNO),

DÍA: QUINTO DEL MES. De madrugada

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Al llegar a la Tienda de Heridos constato el estado de Pipo. Está hecho mierda. Lo que me resulta admirable realmente es que haya podido llegar al Campamento. Parece un comportamiento más propio de un animal que de un hombre. Viendo que está atendido por las competentes manos de Matagatos y Dedos, prefiero no estorbar en el lugar, vestido como estoy para la guerra. Veo que hay afluencia de personal auxiliar últimamente, así que me planteo si debo empezar a retomar mi rutina de entrenamiento diario en un futuro cercano y aparcar algo mis labores en la Tienda de Heridos.

Decido volver con los míos, pero nos disuelven rápidamente, con orden de formar en la mañana y nada más. Tres Fuertes, patrullas de Caballería, y estos hideputas de la Puerta campan a sus anchas por el Llano. Algo estamos haciendo mal o sus Magos son cojonudos. Y el Pelotón de Exploradores desaparecido de un plumazo. ¿Hubiera pasado esto bajo la guía de Portaestandarte? Sólo puedo preguntármelo, las respuestas me evitan.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: JAGUAR (PRIMERO DEL INVIERNO).

DÍA: 26 por la mañana

-No interrumpes, Hermana. Y no me pidas perdón -dijo falsamente serio-. Fue una gran pelea y todo parece estar en su sitio y solo será cuestión de tiempo volver a estar en forma. Así que si lo vuelves a hacer, me obligarás a darte una azotaina. Y no creas que porque no pueda correr, escaparás de mí.

Una sonrisa cansada anuló toda amenaza.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DE LA HIENA (SEGUNDO DEL INVIERNO)

DÍA: QUINTO DEL MES. De madrugada

Matagatos termina el trabajo, y Pipo queda relativamente tranquilo en su lecho. No he dejado de mirarle con admiración desde que llegó. No sólo sobrevive, sino que aguanta las curas con entereza, quejándose ante algunas acciones donde otros habrían llorado de dolor.

Cuando el explorador parece estar cogiendo de nuevo el sueño, un sueño que esperaba que fuese reparador, me acerco a él, despacio para no perturbarle. Agarro una manta limpia y se la echo por encima. Es invierno, y ha perdido sangre, debo evitar que se enfríe, y mientras lo hago, le hablo de forma tranquilizadora.

- Pipo se ha portado muy bien. Es todo un héroe. Ahora descansa. Cuando despierte, Pipo será cuidado y admirado por sus hermanos.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: JAGUAR (PRIMERO DEL INVIERNO).

DÍA: 26 por la mañana

- No pareces tomarte en serio tu herida, Ponzoña. Puede que porque no tengas grabada la imagen de la madera atravesando tus músculos, como la tengo yo.

Miro a Caracabra antes de continuar hablando.

- Cuida de nuestro segundo al mando. Si dice más tonterías, avisa a Matagatos. No recuerdo haberle golpeado en la cabeza, pero a lo mejor...

Y tras dedicarle una sonrisa a ambos, sigo con lo mío.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DE LA HIENA (SEGUNDO DEL INVIERNO)

DÍA: QUINTO DEL MES. De madrugada

Había hecho como las arañas: una bola. No había gritado demasiado, ni había golpeado a nadie, pero era como un muelle. Cuando el cirujano se despistaba, ahí iba el brazo a proteger la zona herida. Y otra vez. Y otra vez. Qué decir de las piernas, el torso, la cabeza. Como cambiar los pañales a un crío inquieto, pero mucho peor, porque tenía el cuerpo correoso como el cuero y hacía fuerza, el cabronazo. Al acabar las curas, se volvió a dormir como un tronco.

Unas doce horas después.

Pipo abrió un ojo. Cuando comenzó a iniciar los primeros movimientos se dio cuenta de que por ahí había rigideces extrañas. Palpó las vendas que le cubrían aquí y allá. Miró a los que había por la tienda de los heridos.

Pipo tiene sed. ¿Dónde está la flauta de Pipo?

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DE LA HIENA (SEGUNDO DEL INVIERNO)

DÍA: QUINTO DEL MES. De madrugada

Lombriz era el velador más asombroso que una tienda podía ver.

No importaba que fueran minutos, horas o días: mientras se le mantuviera con comida y agua, el K´Hlata parecía ser capaz de permanecer en un lugar o una postura eternamente, una cualidad que uno esperaría fuera muy valorada en una compañía de soldados, pero sólo le parecía ser un bicho raro. Y sin embargo ahí estaba: había estado cuando Derviche, pues como él dijo que sería Manta le daría buenos deseos, pero no le acompañaría a la vela; había estado cuando Sabandija, y volvería a estar, porque así era su compañero y así era su vida; y, excepcionalmente, estaba allí para un Explorador. Para Pipo. Era también un hermano, después de todo. De otra forma, más... directa. Pero lo era y, por tanto, velaba con él.

-Mmmf.

Se frotó la cara y bostezó con un aooooam poco discreto mientras echaba agua fresca en un plato, para tendérsela a Pipo y que bebiera.

-Médicos han dicho, no puedes tocar por ahora. Pero está segura, como tus abalorios: Lombriz ha visto de ello -le tendió el plato- Bebe.

AÑO: 202 DE KHATOVAR.

MES: DE LA HIENA (SEGUNDO DEL INVIERNO)

DÍA: QUINTO DEL MES. Casi al medio día.

Lombriz... Bebió con avidez. Estuvo un rato imitando aquella inmovilidad, aunque tumbado no es que estuviera cómodo. Y todo le picaba, si es que no le dolía. Y esa sensación de tener nubes en la cabeza...

Pipo tocaría algo flojito si tuviera la flauta. Prometería no bailar ni dar brincos. Pensó en dar brincos. Decididamente, no le apetecía dar brincos. Miró con algo de envidia a Lombriz, que se encontraba en la posición más cómoda del universo: acuclillado.

Tras meditar un rato en cómo las moscas hacían sus evoluciones por el inmediato espacio aéreo, Pipo volvió a hablar:

¿Lombriz se acuerda de Él? ¿Se acuerda del Amo? Pipo a veces recuerda al Amo. Pipo se escondía, pero cuando encontraba a Pipo, hacía que Pipo bailara para Él.