Partida Rol por web

Los Dhaeva de Transilvania.

TERRITORIO 48: Braila (Drinago. - Proilava).

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14/05/2008, 01:18
Padre Arnaldus de Roma.

Padre Arnaldus se encontraba leyendo, abstraído de la monotonía del monasterio. Aunque en las últimas horas había habido algo más de movimiento, pero también la triste tragedia de la destrucción del establo. Cada linea que leía le recordaba el dinero que había traído con él. El Abad había sido tan bueno, le había enseñado la verdad.
Creo que debería ayudarle. Este es mi hogar en estos tiempos.

De repente los pensamientos del fiel devoto se dispersaron. Unos golpes en la puerta le había devuelto a la realidad.
Estoy cansado-susurra de inmediato, como si el presente al otro lado de la puerta le pudiese oír.

Arnaldus aguardó unos segundos, quieto, rígido, en tensión. Intentando esconderse para que no le viesen. Había sido un día demasiado largo para él. Volvieron a llamar una segunda vez y las palabras le hicieron ponerse nervioso.
¿Qué sucede?

El Padre no sabía quien era, aquella voz no le era familiar. Aunque hablar un rato le podría ayudar a evadirse nuevo...
¡Pase, pase! -exclamó cerrando el libro y volviéndose hacia la puerta.

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14/05/2008, 10:34
Fray Domenico de Sajonia.

Fray Doménico escucha la voz del padre Arnaldus invitándole a pasar y se adentra en su celda con gesto humilde. Mira al sacerdote y dice:

-Padre, espero no interrumpiros. Desde que llegué a Braila y vi que vos también habíais acabado en el monasterio me decidí a hablaros. Al fin y al cabo, sois el único representante de nuestra Santa Madre Iglesia Católica Romana con el que me he encontrado en estas tierras. Decidme, padre, si puedo atreverme a tanto, ¿cómo habéis acabado en el monasterio, con los hermanos ortodoxos? ¿cuál es vuestra misión en estas tierras?

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14/05/2008, 22:24
Padre Arnaldus de Roma.

Arnaldus estaba atento a las palabras del Fray, había decidido mantener una conversación y alejarse de los últimos problemas. Ante las preguntas del católico, el Padre agacha su cabeza y mira sus ropas. Permanece esta posición física unos segundos, aparentemente está pensando. Luego levanta la cabeza y sonríe.

-Hermano... Mi misión aquí es que convertir la región al catolicismo, revelar la verdad. Aunque la más concreta es hacérsela ver a estos ortodoxos, a aquellos que no conocen la verdadera palabra del Señor. Pero es un pequeño secreto que deberíamos guardar tu y yo. Terminé aquí porque aunque sean ortodoxos todavía se mantiene una cierta amabilidad y educación. ¿Entiendes? ¿Y tú, hermano? Después de oír mis palabras espero que me expliques tu camino. Tú Misión.

Después de hablar, el devoto le indica al Fray que tome asiento y así pueda explicarle todo con detenimiento.

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15/05/2008, 19:46
Fray Domenico de Sajonia.

El fraile asiente complacido ante lo que le cuenta el Padre Arnaldus.

-A mí, padre, me encomendó mi Orden la tarea de evangelizar una provincia cercana a este monasterio; sin embargo, pronto descubrí que mi labor iba a ser imposible, pues en los corazones de los aldeanos anida un velo de tinieblas y miedo que no deja pasar la luz de la palabra de Cristo... y es que, Padre, aquí habita el mal, y el demonio se muestra de manera tan soberbia y evidente que me ví en la obligación de acudir aquí en busca de aliados para enfrentarlo... y aquí estoy, esperando convencer a mis hermanos en Cristo para atacar a las fuerzas demoníacas...

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15/05/2008, 21:19
Padre Arnaldus de Roma.

-Espero ver pronto tu fe. Las sagradas escrituras ante todo. Espero y deseo que antepongas la religión a tu Orden, sino el Todopoderoso no será misericordioso contigo. Solo te prevengo, ya que aquí se puede sentir una gran unión con Él, cualquier desliz podría acercarte a ese mal del que hablas.

El devoto, al haber estado solo, no había reparado en sus ropajes. Cuando termina de añadir unas palabras a las del Fray, se arregla las ropas, delicadamente, alisándolas, para, de nuevo, demostrar su clase.

-Si estuviésemos en mi casa te ofrecería algo mientras conversamos, hermano, pero me temo que aquí será imposible. Espero que por eso no quieras abandonar en estos momentos mi compañía -dice Arnaldus, sonriendo, intentando ser cercano, antes de hacer una pausa, para, después de ésta, continua con voz más agradable-. Esa Orden. La Orden a la que perteneces. ¿Quién la lidera? Y por supuesto espero que lo haga en nombre del Señor. Hablame acerca de ella para entender mejor la situación. El mal puede empezar a ser derrotado mañana, sobretodo si hoy conseguimos cada uno a un nuevo aliado, ¿no?

Al finalizar, el Padre rompe su compostura y guiña con complicidad su ojo derecho.

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18/05/2008, 15:03
Fray Domenico de Sajonia.

Fray Doménico compone un gesto de incomprensión cuando el Padre Arnaldus le pregunta sobre su orden.

-¿Mi orden, Padre? ¿acaso no lo véis en mis hábitos? Soy un fraile benedictino, mi orden es la de San Benito, Padre, y está al servicio de nuestra Santa Iglesia de Roma y de su santidad... no debo obediencia más que a la Iglesia y a nuestro señor Jesucristo... por eso me alegré tanto al ver que en este monasterio había otro sacerdote católico... los hermanos me han tratado con enorme amabilidad, y el abad se ha comportado de manera cristiana y hospitalaria, pero aún así prefiero, como es natural, la compañía de un verdadero hermano de fe...

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20/05/2008, 00:55
Padre Arnaldus de Roma.

-El cansancio, hermano. Hace mella en todo el cuerpo. Mis pesados parpados me impiden fijarme en los detalles, además al llevar aquí un tiempo no me fijo en los ropajes, todos son iguales. ¿No hay nadie con clase por aquí? -tras hacer la pregunta, el devoto mueve la cabeza de izquierda a derecha, respondiéndose él mismo.

El Padre Arnaldus se fijaba, con atención, en Fray Domenico, atento a sus palabras y sus gesto, su expresión.
Vaya, vaya- piensa mientras lleva su vista al techo de la habitación.
-Gracias Señor por esta grata compañía -el susurro es perfectamente audible, aunque son unas palabras dedicadas al Todopoderoso, mientras habla adopta posición de rezo con las manos y cierra los ojos-. Puede ser un gran compañero.

Tras unos segundo en silencio vuelve a mirar al visitante, con una ligera sonrisa.
-¿Tenéis pensado quedaros en el monasterio? ¿O intentaréis atacar al mal desde el mismo origen? Por cierto... ¿Qué provincia es la que está poseída por el demonio?

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20/05/2008, 17:41
Fray Domenico de Sajonia.

-Ahora mismo iba a dirigirme a ver al Abad para ponerme a su servicio. Reconozco que me gustaría poder trabajar la siguiente estación en aquello que él considerara necesario: así pagaré su hospitalidad. -Dice, resuelto, el fraile-. La región de donde vengo se llama Buzau, pero algo me dice que el mal está mucho más extendido en estas tierras, y que no es sólo un problema de la pequeña aldea de donde vengo. Pero yo he puesto mis esperanzas en el Abad, y confío en que él sepa la manera más adecuada de combatir al mal, según su experiencia y devoción, que sin duda son muchas.

Dicho lo cual, abandona con gesto humilde el aposento del padre Arnaldus y se dirige a consultar al Abad sus órdenes para la próxima estación.

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22/05/2008, 23:05
Padre Arnaldus de Roma.

Ahora mismo iba a dirigirme a ver al Abad... Las palabras del Fray se habían quedando nadando en la mente del devoto.

El Padre Arnaldus también se disponía a ir, ya no para explicarle la conversación, porque había hablado de gran cosa, o de nada interesante. Pero el Fray era un Católico, y Arnaldus había tenido cuidado a la hora de hablar. Por tiempo o por dejadez se había dejado los ropajes de católico y le habían servido para camuflar su verdadera y única religión.

El devoto después de los rezos nocturnos, se acuesta pronto después de las largas jornadas, esperando que al día siguiente por la mañana el Abad le pueda atender. Llegada la mañana se dirige a la casa de Lucius.
Perdone Abad, debo hablar con usted —se limitó a decir Arnaldus, envuelto todavía en sus ropas católicas, mientras daba un ligero golpe en la puerta.

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23/05/2008, 12:52
Abad Lucius Sempronius.

Adelante Fray Domenico El abad señala como es su costumbre una modesta silla frente a su escritorio invitando al monje a pasar, cerrando la puerta tras él me temo que ese demoníaco caballero Sidor del que me hablasteis es toda una incógnita pero seguiré investigando, hay que andar con cuidado ante siervos del maligno.
El anciano Abad agita la cabeza despejando sus ideas.
Pero disculpadme, ¿qué veníais a decirme...? ¿puedo ofreceros una copa de vino mientras?

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23/05/2008, 13:00
Abad Lucius Sempronius.

Decidme Padre Arnaldus, decidme...
El Abad invita como tantas otras veces al monje a pasar a su pequeño despacho, con un gesto de tranquila meditación observa al padre.

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24/05/2008, 18:18
Fray Domenico de Sajonia.

Fray Doménico entra en la celda del abad con humildad, y rechaza con amabilidad la copa de vino.

-Vuestra paternidad me perdone, pero sólo quería ponerme a disposición del monasterio para realizar durante la próxima estación las labores que vos encontréis oportunas... es la única manera que encuentro de agradecer la hospitalidad que me han dispensado... puede que vuestra paternidad no sepa que antes de vestir el hábito, serví a mi familia como caballero, allá en Sajonia. Por eso el uso de las armas y los caballos no me es ajeno, aunque, en respeto a mi condición, evidentemente, no he vuelto a ejercitarme en tales labores... claro que, visto el gran mal desatado en estas tierras, ahora pienso que Nuestro Señor no sería demasiado severo conmigo si usara mis habilidades para hacer prevalecer su palabra... por otra parte, soy un fraile benedictino y, como tal, soy buen predicador y polemista sobre nuestra santa doctrina, amén de conocer un par de normas de la etiqueta nobiliaria y palaciega...

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25/05/2008, 18:42
Padre Arnaldus de Roma.

Verá Abad -empieza a decir mientras hace un pequeño gesto de sumisión-. Me hice pasar por católico con el recién llegado, tanto tiempo llevando estas ropas y se me olvidó pedirle unas acorde a la verdadera religión. Creo que así me puedo ganar su confianza. Supongo que los católicos, o la mayoría de ellos no son bienvenidos no? Según averigüe cosas sobre el Fray se lo iré contando.

El Padre Arnaldus habla del catolicismo como si él nunca hubiese pertenecido, su misión, o antigua misión, ahora quedaban lejos, muy lejos. Algo que había olvidado ya.
Un lamentable accidente el que tuvo el establo... -continúa el devoto, con voz algo autoritaria en este caso, como si las palabras las hubiese buscado durante un tiempo, durante horas de meditación y rezos-. Tengo algo de dinero ahorrado y creo que podríamos utilizar mis fondos para construir uno nuevo, si no es que tenéis pensado algo ya... Por último, Abad, llevo demasiado tiempo en el monasterio sin ayudar demasiado, así que si tenéis alguna tarea para mi, simplemente comunicadmela, la llevaré a cabo con mucho gusto.

Tras alguna palabras se dibuja una leve sonrisa en los labios de Arnaldus, aunque siempre intenta guardar la compostura, acorde a los modales enseñados desde pequeño.

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25/05/2008, 18:59
Hermano Ciferinos.

El fiel Ciferinos paso las ultimas semanas recuperandose de las heridas causadas por la prueba de "fuego" que Dios le habia impuesto.
Una vez conseguido,centro su atencion en controlar la presencia del nuevo visitante del monasterio, controlando las zonas en las que hacia acto de presencia y preocupandose de que no viera mas de lo necesario. Todo esto con la escusa de dar un trato especial al Fraile.

Aun asi no descudio su otra mision dentro del monasterio, pues en Diciembre tendria lugar la matanza y debia ultimar los preparativos para ello, aunque el mayor trabajo llegaria al tener que despiezar al animal y aprovechar sus visceras.

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26/05/2008, 11:41
Abad Lucius Sempronius.

El Abad se pone en pie, transmitiendo una autoridad y una magnificiencia especial a sus siguientes palabras
Fray Domenico de Sajonia... vuestra llegada ha podido ser una divina señal.
Seria rozar la blasfemia ignorar tal señal
Su profunda mirada está clavada en la del Frayle
Estaría fuera de lugar pediros fidelidad en honor a mi rango, pues la nuestra es una alianza por encima de creencias e interpretaciones, de jerarquias, de instituciones hechas por hombres...

Sois un hombre de fe pero tambien de acción, un hombre de palabra, por eso os pido... juradme lealtad, pero por vuestro honor, como caballero que sois, y os prometo que el mal tendrá mucho que temer.

Domine Deus Sabaoth

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26/05/2008, 12:04
Abad Lucius Sempronius.
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Tirada: 8d10
Motivo: dominacion 2
Resultados: 1, 8, 1, 1, 9, 6, 3, 2

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27/05/2008, 14:18
Fray Domenico de Sajonia.

Doménico, emocionado, se arrodilla ante el Abad:

-En mí, Reverendísimo Padre, tendréis siempre un sirviente fiel y un aliado implacable. Juro ante Dios, como fraile y como caballero, que os serviré y os ayudaré a derrotar el mal en estas tierras, hasta que derrame la última gota de mi sangre.

- Tiradas (1)

Tirada: 2d10
Motivo: Emp + Per
Dificultad: 6+
Resultados: 9, 1
Exitos: 1

Notas de juego

Edito para tirar:

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28/05/2008, 02:47
Abad Lucius Sempronius.

Notas de juego

haz una tirada de empatia+percepcion dif 6 y manda los resultados a Dark por MP. Es anterior asi que si lo que te diga cambia la cosa puedes editar el mensaje que acabas de poner, por supuesto.

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31/05/2008, 13:58
Abad Lucius Sempronius.
Sólo para el director

Notas de juego

Acciones de esta estación (por ahora)

Abad Lucius:
-reclutar al Frayle
-conseguir informacion más concreta del caballero Sidor

Padre Prior Severus:
-en cuanto sea posible viajar en mi nombre a por la reliquia.

Padre Arnaldus
-ocupar el puesto del Prior en el "adoctrinamiento" de Braila, gestionar sus recaudaciones y asegurarse de su cumplimiento.

Fray Domenico
-Ocuparse de la seguridad de Braila y meterlos en cintura, ejercer de recaudador cuando sea necesario.

Hermano Ciferinos
-contraespionaje, vigilar atentamente al frayle.

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03/06/2008, 01:36
Padre Prior Severus.

Los días se acortaban y el calor del verano dejaba su espacio al frío del otoño.
La vendimia y la reconstrucción del establo ocuparon casi por completo mis días y la lectura de textos hacía tiempo abandonados mis momentos de recogimiento.

La noticia del viaje impuesto al Abad me preocupaba por las implicaciones que generaba y meditaba en la forma en que podría resolverse tamaña contrariedad.