Partida Rol por web

PEC 12: Space Force

Capítulo 3. Nuevos horizontes

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22/01/2022, 20:48
Yum Ziam

Mes 3. Día 18. Hora 18.00 p.m. Acme. Casa de Margaret

Yum se había mantenido callada, esposada y totalmente sumisa ante cualquier cosa que le pedían. Desde su captura había mantenido el porte serio, como si estuviera completamente arrepentida de sus acciones. Becky incluso había pasado tiempo con ella, hablando, razonando el porqué lo que había hecho estaba mal, y la vergüenza en los ojos de la oriental era más que evidente.

- Yo no tengo problemas en ayudar... - Dijo Ziam cuando Foster le indicó de que debía ayudarle, sí o sí, aunque era consciente de que la sargento no estaba dispuesta a soltarle las muñecas - El caso es que abrí varias estructuras y claro, no recuerdo exactamente cuáles fueron... Habría que sacar todas las partes y reconectarlas, quizás incluso utilizar un soplete para fundir el metal... - Pero si Jim hacía eso, era posible de que se cargase parte del cableado e incluso las estructuras de plástico, y el resultado final sería un coche inutilizado a la espera de piezas nuevas, cosa que podía durar días. Se salían del presupuesto temporal.

No parecía que Foster se alegrase de los fracasos de la conductora, era como si sintiera toda la cadena de acontecimientos desde que tomó la determinación de huir. Arrepentida se hallaba.

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22/01/2022, 21:08
Sargento Naomi Corlett

Mes 3. Día 18. Hora 18.00 p.m. Acme. Casa de Margaret

La sargento estaba particularmente cabreada. Jim era la esperanza de arreglar aquel coche y, ver que Ziam había conseguido joderles la salida de Acme hacia el astropuerto le frustraba de sobre manera. No creía además que debieran darle ningún tipo de libertad, pues desconfiaba de la oriental. 

- Yo no confío ya en que debamos arreglar este coche... - Dijo con completa sinceridad - Fíjate en algo, aunque vinieran varios del pueblo y lograsen hacerlo funcionar... ¿Quién no nos dice que dentro de diez kilómetros se pueda venir el motor abajo y dejarnos tirados en medio de una carretera sin un alma a kilómetros alrededor?... Ziam ha tocado muchas piezas y las ha retorcido. Tú eres conductora y tienes nociones mecánicas. Te he visto en acción y no considero que seas mala haciendo reparaciones, pero que no seas capaz de hacer funcionar esto, me hace dudar de si Yum no ha tocado algo más profundo del vehículo que pueda hacer que nos estrellemos y perdamos la vida... 

Y era una duda más que razonable. Corlett no deseaba jugarse el tipo o no llegar a tiempo a la Comandancia por un imprevisto con el maldito automóvil, así que deberían encontrar alguna que otra alternativa.

- No nos da tiempo a realizar un concurso entre las gentes del pueblo. Imagínate que mínimo tendríamos que convocar esto para mañana, luego hacer la parafernalia para ver quien gana, serían dos días perdidos y sin seguridad de llegar a donde debemos, pues quizás todos los mecánicos sean peores que tú, y viendo que no arreglaban ni tostadoras pues imagínate... Y todo esto sin contar con que tardaríamos cuatro días en el mejor de los casos para llegar a la Comandancia - Suspiró fastidiada, pero el plan del concurso no lo veía nada viable - Hubiera sido divertido, pero si no nos ponemos pronto en marcha para ir donde debemos, posiblemente me dé acidez de estómago el estrés que ya llevo encima... - Y es que tener la desgracia de ser el mando a cargo en esa situación, no debía ser nada fácil - Ahora, si algún día encontramos un momento para potenciar esta zona, te aseguro de que la idea de los Torneos te la apoyo delante de quien haga falta.... - Y es que a Corlett le gustaba cómo pensaba Jim, pero el problema de tiempo era un factor importante a tener en cuenta.

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22/01/2022, 21:09
Ambientación

Mes 3. Día 19. Hora 00.15 p.m. Acme. Viaje para el astropuerto

Y así surgió la idea, extraña pero terriblemente original, de hacer un tuneo que sólo cabría en la creativa cabeza de alguien como Foster. Un vehículo ecológico que en lugares como Acme o Natgrew tendría cabida. La maravilla era algo bastante común en los primeros siglos de historia terrícola, antes incluso de que la humanidad descubriera el espacio y los viajes interestelares. 

Analizando la situación, dentro de los beneficios de un transporte así, es que era fácil de elaborar con una radial y un soldador. Los caballos además podían tenerlos al finalizar el día por mediación de Margaret. Podía ser suficientemente cómodo si cogían un vehículo viejo con buena amortiguación y asientos mullidos. No pesaría demasiado, puesto que el motor era la parte más contundente de la estructura del transporte. El único inconveniente era su lentitud, pero si en vez de esperar al día siguiente, efectuaban su viaje en esa misma jornada, podrían llegar al astropuerto a tiempo, y así no hacer esperar a los mandos de la Comandancia.

A Naomi la idea le gustó, contra todo pronóstico, quizás porque la sargento tenía una forma de pensar tan alternativa como la misma Foster. Ambas parecían entenderse en algunos asuntos y explicó su perspectiva.

- Mientas que un coche arreglado por Yum no sé si llegará a su destino, sé que un carro de caballos si lo hará, y si salimos hoy mismo, quizás lo haga a tiempo... - Y contaba el recorrido en kilometraje y la velocidad que alcanzarían - Los cálculos dicen que sí, Jim, podemos lograrlo por esta vía... 

Becky estaba encantada de la propuesta, ella misma sabía dirigir carros de caballos, así que si llegaban a confeccionarlo, no tendría impedimento en poder alternar la conducción con su compañera. Quizás la única que arrugó la nariz fuese Vera, pues le parecía un transporte realmente ridículo, pero como la idea era de Foster, no puso objeción alguna.

Fue así como el mecanismo de trabajo comenzó su engranaje. El jeep de la Space Force fue partido por el morro, y con esa estructura metálica se soldaron unas barras rígidas que irían conectadas al vehículo y sujetadas con cinturones y cuerdas a los caballos que les trajeron a media noche. Eran cuatro animales de buen porte que el ejército debería pagar, contrayendo una deuda sustancial porque los pueblerinos otra cosa no, pero valoraban los animales como verdaderas joyas.

- Menos mal que este presupuesto puedo justificarlo... - Fueron las palabras de la sargento mientras hacía un contrato legal para que le cedieran las bestias

Y así marcharon aquella particular escuadra de la Space Force, en un coche de caballos tradicional futurista, mientras iban pensando que sería una genial idea llevar cerveza local con destilado de bellota. Una pena de que tan espirituosa bebida no existiera, pero quien sabe si en un futuro no muy lejano Foster volviera y revolucionase la región. De entrada tenía un club de fans cada vez más amplio y debía estar segura que de volver, el pueblo se volcaría en darle la mejor de las bienvenidas.

El grupo comenzó su viaje de madrugada. Hacía frío, pero Margaret y la amplia colección de abuelas de Acme les había facilitado mantitas de ganchillo para que soportasen las inclemencias del tiempo, pues con eso no habían contado, era una de las regiones más fresquitas del planeta.

Recorrieron varios kilómetros yendo por la carretera principal, el vehículo no debía meterse en aquel bosque, Vera y Jim bien lo sabían. Así que mientras Foster dirigía el carromato, las demás compañeras dormían y Yum, ataca al reposabrazos del asiento trasero, la posibilidad de escapar se la habían anulado del todo o al menos, eso creían.

Notas de juego

Tiradita de percepción dificultad 15

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22/01/2022, 23:42
Einar Andersen

Einar no pudo reprimir una sonrisa en cuanto sintió como la nave se empezaba a elevar suavemente. Hacía tiempo que no se ponía a los mandos de una nave y habría mentido si hubiese dicho que no lo echaba en falta.

Su despegue fue perfecto, pero lo extraño habría sido lo contrario puesto que su adolescencia la había pasado a los mandos de simuladores de vuelo profesionales, para luego dar el salto al vuelo real en cuanto tuvo edad, por lo que pilotar se había convertido en algo tan mecánico para él como lo sería el ir en aeropatín para un chaval de 16 años. Y pese a lo suave de la maniobra, su copiloto accidental no pudo contener los temblores que se apoderaron de sus manos,demostrando como aquel miedo a volar era algo más serio que una simple preferencia personal.

-Sargento, no se preocupe. Activaré el asistente de puntería y yo me encargaré de las armas, puede ir atrás a echar una mano a la doctora...-dijo en tono convencido, por un lado para tratar de aliviar el estrés de Dunne y por el otro para alejar de los mandos de su cabina a aquellas trémulas manos que podían desencadenar un accidente inoportuno.

Y fue justo en aquel momento cuando los destellos de los láseres reclamaron su atención desde el interior del Hangar, denotando que algo indeseable estaba ocurriendo.

-¡Tenemos disparos en el interior del hangar!- con un ágil tecleo, en seguida abrió un canal de comunicación con la otra nave, lo que devino en el despliegue de una pequeña pantalla holográfica a su izquierda.

-¡Agarráos! ¡Preparando una ráfaga de cobertura!-gritó tanto a sus dos pasajeras como a quien le pudiese estar escuchando al otro lado de la comunicación.

Y segundos después, de forma algo precipitada, la segunda nave abandonó el interior del BICOM, si bien esta parecía haber sufrido daños a juzgar por pequeñas columnas de humo negro que despedía el fuselaje aquí y allá.

En cuanto la nave en la que iban Duncan y Tessa hubo pasado por delante de ellos, Einar desplazó los mandos lateralmente, llevando a su astonave a deslizarse lateralmente, aún encarando la entrada del Hangar, para luego enviar una andanada de artillería dirigida hacia el interior del propio Hangar sin apuntra concretamente a nada, para luego rotar la nave 180 grados sobre si misma y salir en dirección al maltrecho transporte

Suspirando por el aparente éxito de aquella misión que había parecido imposible, el rubio piloto suspiró aliviado a los mandos de aquella maravilla, rebasando la nave pilotada por el cyborg y situándose en la formación acordada, abriendo nuevamente el canal de comunicación.

-Transporte Bravo, presentáis daños indeterminados. Si son graves podemos aterrizar en el próximo claro hábil que veamos y...-Y sin poder acabar su frase, el grito de Tessa fue prersagio inmediato de lo que estaba a punto de ocurrir.

A penas tuvo el tiempo justo para detener la nave y girar sobre si misma para poder ver como el transporte Bravo caía a peso sobre un lago helado, fracturando su superficie, para luego perderse bajo aquellas frías aguas.

-¡Joder!-gritó apretando los dientes, mientras llevaba la astronave hasta el punto de impacto, dejándola en vuelo estático a pocos metros del propio hielo

-¡Tessa!¡Doctor! ¿Me Recibís?-voceó en dirección al micrófono de comunicación, siendo respondido indirectamete por la voz de la Cyborg dirigiéndose al médico, lo que provocó un inmediato alivio en el piloto.

-Mantened la calma, os vamos a sacar de ahí-prometió a la vez que empezaba a teclear con presteza, comprobando los parámetros técnicos de aquel modelo concreto, puesto que si estaba preparado para el vuelo supratmosférico, podía estar preparado para desempeñarse bajo el agua; al menos con prestaciones muy limitadas pero suficientes como para afrontar lo que se les venía.

-En la cabina tenéis trajes espaciales con soporte vital. Con ellos tendréis protección térmica y soporte vital autónomo limitado, el S.V.A. no lo activéis hasta que no sea necesario-Pese a la urgencia, trataba de sonar calmado.

-¡Sargento! póngase usted uno, por si es necesario-recomendó a su superior, en pos de una posible operación de rescate.

Pese a las órdenes que iba dando, no dejaba de teclear ni por un momento, activando sensores de movimiento en 360º para poder anticipar cualquier movimiento hostil proveniente del BICOM, así como dejando en automático las contramedidas defensivas.

-¿A cuanta profundidad estáis según los sensores?-preguntó

 

- Tiradas (1)

Motivo: Tecnología

Dificultad: 0

Habilidad: 8+4

Tirada: 4 6 8

Total: 6 +8 +4 = 18 Éxito

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23/01/2022, 19:17
Duncan "Duke" McCarthy

Mes 3. Día 4. Hora 17.00 p.m. Alaska. Hangar (BICOM)

Esperaba oposición, que Grey tirara de galones o que Heather empleara el chantaje emocional para impedir que fuera. No sabía porqué lo estaba haciendo, pero parecía impulsado por una energía poderosa, la de la adrenalina y el miedo, y con esa energía no iba a faltar a su promesa, saldrían, todos, humanos y cyborgs, y, con suerte, si los soldados no eran estúpidos del todo, tal vez el BICOM no volaría, tal vez.

Aguantó la mirada de Grey y le sonrió mientras le hacía un saludo militar - Sí seóa...no e oeán (Sí señora, no me cojeran)

Iba a largarse a toda velocidad cuando la voz de Heather le paralizó. Tenía razón, muchos médicos podían hacer aquello, no tenía porque ser ella, pero era la manera de mantenerla a salvo. Ella también era soldado espacial, pero, a sus ojos, seguía siendo esa joven de belleza deslumbrante de la que había estado colgado media vida. Tenía que sobrevivir, porque sin ella la vida sería más triste... La manera de mantenerla alejada era darle las muestras y la responsabilidad de la investigación. Ella le pedía que no se la jugara, como le había pedido tantas cosas antes. Siempre la había complacido, solo había fallado una vez, y fue el hecho de alistarse, solo una vez, y esta iba a ser la segunda. Era su responsabilidad, había abandonado a la gente de la base por su investigación, no había detectado a los asterianos, no había salvado a Noor, nadie arriesgaría su vida, nadie más que él. La miró, con determinación férrea y se quedó en silencio cuando le dijo el motivo por el que estaba allí. Tuvo que reprimir una sonrisa. Noor había acertado? Esa chiquilla, lista como el demonio, había leído donde él no podía ni imaginar que hubieran letras. No era el momento, ni el lugar. Sonrió con dulzura y negó

- No e oy a oí.... ios ia (No me voy a morir, iros ya)

Corrió hacia las puertas del hangar con la intención de bloquear el acceso, sin mirar atrás para evitar que el miedo o sus sentimientos le traicionaran. ¿Que sentía por Heather? La había querido e idolatrado media vida, suspirado por ella, soñado con ella y lo único que había conseguido era su amistad. Se había declarado y le había dado puerta con una condición cruel, volver a hablar, y ahora allí estaba.... ¿Que esperaba de él? Fuera lo que fuera después tendrían que hablar, una conversación adulta, en la que esperaba que le explicara porqué estaba allí de verdad, y porqué antes no le quería y ahora sí.... Iba a dar para varios cafés esa charla.

Se puso a amontar bidones, pero pesaban como un muerto, al menos pesarían 50 o 60 kilos. Le estaba empezando a doler las manos y la espalda, pero cada bidón en la puerta eran segundos para escapar. Al cuarto la espalda le dio un aviso, un latigazo que le hizo apretar los dientes. No iba a poder apilar más, así que empezó a dirigirse hacia la nave y cuando Tessa le pidió que corriera lo hizo, aunque fue más un trote cochinero, cojeando de una pierna. Ya tendría tiempo de tratarse si salía de esa, pero de momento lo único que podía hacer era ajustarse el cinturón y rezar. Mandó un mensaje a la primera nave y dijo

- Estamos listos para el despegue. Todo en orden... Nos vemos en el punto de encuentro.

Y entonces todo se fue a la mierda. Disparos, sonidos muy feos en el fuselaje, y allí estaba él, en una lata a la que estaban disparando como si estuvieran pescando en un barril. Masculló. Si hubiera estado en mejor forma, si hubiera puesto más barriles, pero había lo que había, la nave había despegado y se alejaba del BICOM. Duncan sacó el mechero de su padre y acarició la cruz de San Jorge mientras rezaba. Hacía demasiado tiempo que no rezaba, pero lo hizo, no por él, sino por la aeronave que iba por delante de ellos.

Señor, hace tiempo que no hablo contigo, perdóname, he pecado de soberbia, me he creído capaz de salvar a la raza humana cuando soy incapaz de salvarme a mi mismo. Me avergüenza hablar contigo para pedirte, pero no pido para mi.... Salva a Dunne, permítele que vuelva a la luz y que salga de las drogas, y cuida de Heat...y sálvalas de Einar.... Que espero que pilote mejor de lo que dispara....Y permite que Bintel encuentre la paz y que nunca tenga que .....

Según Einar habían daños, pero bastaba con aguantar hasta el siguiente claro y estarían a salvo. El grito de Tessa hizo que la mirara con una expresión de miedo. No iban a tomar tierra en el punto de encuentro plácidamente, sino que se iban a hartar de tierra antes. Gritó, miedo puro

- As e uele... As alo! (Haz que vuele, Haz algo!)

Bintel empezó a pelearse con los controles, pero aquello era como volar en un ladrillo. Se iban a estrellar. Se agarró al asiento mientras se despedía de todos, iba a morir, pero había cumplido su misión, había salvado al resto. Miró a Bintel y asintió con una sonrisa de fiereza para ocultar su miedo. En cuanto golpearon el suelo su cabeza golpeó el panel de mandos y todo se apagó por un instante.

Oyó una risa, una risa de mujer, abrió los ojos y la vio. Intentó levantarse, pero las piernas no le funcionaban. Ella volvió a reírse y le dijo

- ¿No me digas que me enamoré de alguien tan blandengue? ¡Vamos pleistopota, tienes que levantarte!

Duncan se llevó la mano al comunicador pero no estaba, se había ido.

- ¿Noor? -  Se sorprendió al oír su voz. Hablaba bien, había recuperado todas las letras - ¿Estoy muerto?

La chica rió de esa manera tan encantadora y le dijo

- Claro que no, creía que eras más listo, abuelete. No estás muerto, pero puedes morir, tienes que despertarte, estás bajo un lago helado y yo no puedo hacer nada por ti, eres un león Duncan, eres mi león, así que levántate, mueve el culo y sal de esta.

Duncan sonrió y se levantó medio mareado

- ¿Y como diablos quieres que salga? Me hiciste un león, pero se te olvidó ponerme branquias... Yo... Noor...lo siento....yo....

La chica se acercó y le depositó un ligero beso en los labios

- Tú hablas demasiado, y mientras más hablas menos posibilidades tienes de salir con vida. Duncan te quería, pero no era buena para ti, no era tan buena como tu me veías, pero tú si que eras bueno, me hacías sacar lo mejor de mi. - Noor le acarició el rostro antes de volver a reír - Además, ¿Ves como tenía razón? La tienes en el bote.... Heather, uhhhh, me gusta para ti....

Duncan negó y dijo - ¿Que dices? Solo se preocupa de mi, como amiga....

Noor rió por última vez y le dijo

- Para ser tan listo a veces eres un poco tonto Duke, pero es parte de tu encanto... Despierta... Necesito que seas un león una vez más, un león marino...Despierta.

Duncan abrió los ojos y enfocó la mirada. Allí estaba Tessa que le informaba que tenían problemas. Le dolía todo, la espalda, el cuello y la cabeza. Se llevó la mano a la sien y comprobó que estaba sangrando. Iba a estar mal, pero de momento estaba bien....

- Esoy ien, oeiié (Estoy bien, sobreviviré) - dijo con su lengua de trapo. Se levantó medio conmocionado y estudiar la situación. Estaban por debajo de la superficie helada, pronto entraría agua, agua helada y tenían que ver que hacían. La voz de Einar sonaba en la radio. Mantener la calma, ponerse trajes espaciales....sensores...Le dejó la información técnica a Bintel mientras se dedicaba a ponerse el traje. Once metros. Las posibilidades de salir no eran muy elevadas. Se llevó la mano al comunicador, una vez que se pusiera el traje no podría usarlo

- Bintel, tenemos que aclararlo todo ahora, una vez que me ponga el traje no podré comunicarme bien. ¿Te.... puedes mojar? ¿Puedes nadar? ¿Necesitas respirar? Es posible que tengamos que salir de aquí por nuestros medios.... Así que tus capacidades de cálculo nos irán bien. Once metros, no parece demasiado pero no tengo entrenamiento como buzo... No creo que podamos usar el traje completo, pesa demasiado, pero si podríamos usar medio traje, hasta la cintura y hacer una burbuja de aire. El factor peso es importante, sobre todo teniendo en cuenta de que hay que hacer una pausa a la mitad para no tener problemas por la descompresión.... - le sonrió - Si tienes información y pudieras hacer los cálculos.....No es suficiente con subir, si nos reventamos los tímpanos o morimos por el nitrógeno no habrá servido de nada...

Se acercó y le dio una palmadita en la espalda

- Saldremos de esta Bintel, pero hay que ponerse los trajes.... - Duncan empezó con el trabajo, se puso la escafandra y levantó un dedo para indicar el OK. Recordaba como se ponía, la excursión con Jim, sonrió, un mensaje en la arena de Protect, recuerdos que parecían venir de otra vida. Mientras se ponía el traje miró a su alrededor, ¿Habría vainas de escape? Improbable, revisó el botiquín de abordo esperando encontrar oxígeno, algo que abrir y le pudiera proporcionar oxígeno extra en su escape del ataúd de hielo.

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24/01/2022, 23:34
Daya Banerjee

Mes 3. Día 18. Lanzadera

Daya apretó los labios al recibir la contestación de Faith a su propuesta y no contestó, no sabía qué decir. No tenían opciones.

Llevó a Lira tras el grupo hasta que entraron por completo en la lanzadera y cerraron la exclusa tras ellos. Solo entonces, la condujo a su posición en uno de los compartimentos laterales de la nave y la ancló, asegurándola, pero dejando abierta la compuerta por si necesitaba sacarla en algún momento rápidamente.

Cuando sintió tras ella los pasos que le indicaban que ya estaban allí sus compañeros, se levantó para recibirles. Estuvo a punto de venirse abajo cuando los vio cara a cara, se le habían hecho eterno el tiempo allí sola sabiendo lo que venía hacia ellos. Pero por fin estaban allí , por fin juntos de nuevo.

Respondió al beso de Frank sin preocuparse por tener a gente cerca, no tenía tiempo para eso y, en aquellos momentos, solo podía pensar que él estaba junto a ella y que todos estaban al fin en la lanzadera, momentáneamente a salvo, pudiendo hablar sobre qué hacer a continuación, como encarar aquella situación-Ahora, mejor-le respondió, sin dar más detalles del estado de nerviosismo que la invadía, no quería preocuparlo más de lo que ya debería estar-¿Y tú?-le preguntó igualmente, notándolo tenso al pasar su mano por la espalda del capitán, sabiendo la responsabilidad que caía en sus hombros en aquellos momentos. Le señaló el panel de mando de la lanzadera en la que la información de las tres naves que se aproximaban llenaba la pantalla principal mostrando sus parámetros de vuelo actuales, en otra se mostraba la página de Faith en Galactic Connect y en la otra se visualizaban las búsquedas que había estado haciendo sobre las naves. Lo dejó revisándolo todo y se volvió para acercarse a Eylo y abrazarlo con cariño-No sé qué ha pasado en la Rust, pero no me gusta…

Miró al resto de sus compañeros, veía la tensión en los rostros de Alvin y Donner. Eugene parecía más enfadada de lo normal, nada raro, pero se notaba que no estaba cómoda en la situación, quizás era su primer encuentro con piratas, pero confiaba en ella y en Donner si había que echar manos de las armas o de la fuerza bruta aunque, cada vez que lo pensaba, veía que esas dos situaciones no se iban a producir. No les dejarían bajar de la lanzadera armados.

Escuchó entonces hablar al capitán y se volvió para escucharlo.

-¿Capaz de huir?-respondió con la misma pregunta a la del capitán-Llevo un buen rato calculando esa opción…-algo que caracterizaba a Daya era el no mentir, el ser sincera, sobre todo con las personas a las que quería, y dos de ellas estaban allí en aquel momento-Cuando Vega las detectó era factible, ahora no es imposible, pero ya no es seguro-negó con la cabeza con pesar al dar aquella noticia-Si estuviera yo sola aquí, lo intentaría sin dudarlo, pero con todos vosotros a bordo… no, no lo haré-dijo con contundencia-a no ser que todos estéis de acuerdo. La lanzadera no es una nave de combate. Tiene blindaje, pero estamos hablando de un tres contra uno, eso sin contar con que Fatih no sea capaz de manejar los cañones de la Nightingale u obligue a Lomber a hacerlo. Además, esta lanzadera está pensada para trabajo de campo, por así decirlo, no la he pilotado antes, pero me temo que no puedo deciros ahora mismo que rapidez de respuesta y maniobra puedo obtener de ella. Yo sola sí, lo haría, Frank, y que pasara lo que tuviera que pasar… -lo miró a los ojos, llevaba ya tiempo tomada su decisión, y no era aquella-…pero no con vosotros aquí y… no dejando a Lomber solo. Faith acaba de confirmar que lo matará si intentamos irnos, no puedo cargar con esa culpa, no lo dejaré atrás, estoy con Eugene en eso-miró a la muchacha al decir eso, no comentó que no los había dejado a ellos allí por el mismo motivo por que eso ahora no importaba-Pero esto, como dices, debería ser una decisión de equipo-miró a todos, uno por uno, dejando que dieran también su opinión al respecto después de haber escuchado su parecer respecto a las posibilidades de irse de allí en la lanzadera sin mirar atrás.

Pero antes de nada, se volvió hacia la cabo entonces, cansada ya de su comportamiento-Cabo, con todos los respetos, Lomber será como sea, pero no por eso hay que decirlo a los cuatro vientos. Y el capitán solo está dando opciones, tenemos que ponerlas todas encima de la mesa y elegir entre todos. Centrémonos en lo importante, por favor.

Era la primera vez que se dirigía a la cabo pidiéndole algo parecido, pero estaba ya cansada de que le faltara el respeto a Frank y a cualquiera que no le gustase por una u otra razón. En aquel momento no hacía falta ver quién podía más ni tenía más galones ni experiencia en lo que fuera, ni tan siquiera en las dotes de limpieza personal de cada uno. Ni siquiera cayó en la cuenta de que estaba haciendo justo lo de Frank dijo que pasaría. A ella le podía haber dicho de todo y buscarle las cosquillas, ya la innumita se había tirado más de quince días evitando contestarle pero, ahora, no consentía que le hablara así a Frank. Quizás solo eran los nervios que los tenía a flor de piel, pero pensó que no era el momento de según qué comentarios que no aportaban nada salvo tensión. Aunque quizás ella con aquel comentario generase justo eso si la cabo no se tragaba aquellas palabras y desistía de seguir por ese camino sin más.

-He intentado localizar el modelo de esas naves, pero es imposible, todas están tuneadas. Estructura, motores, cañones, imposible saber a ciencia cierta su potencia en velocidad, capacidad de disparo ni capacidad de transporte de efectivos. Estamos ciegos-informó al resto del equipo de sus hallazgos, que no eran tales realmente pues no tenía nada en firme que ofrecer-Vega está anclada al casco del PEC, cerca de los hangares. Tiene una grabación de todo lo que su cámara ha grabado y todo lo que hemos estado hablando por el canal de comunicaciones. Si alguien la encuentra, sabrá qué ha pasado.

-Y sí, creo que debemos ir a la Nightingale. Faith ha dicho que quiere hablar, está haciendo mucho hincapié en que no quiere muertes-el tono de duda era evidente en su voz-No sé mucho de piratas espaciales, solo lo que he escuchado. Nada es halagüeño, nada es bueno, no conozco a nadie que haya salido indemne de un encuentro con ellos física o económicamente hablando, me refiero a robos, expolio de naves… Está claro que quiere la Nightingale, ya nos lo ha dicho, pero no llego a ver qué quiere de nosotros-los miró a todos hasta terminar en Frank-He tenido tiempo de pensar… Si yo fuera ella, si me pongo en su lugar, solo veo que le podamos interesar muertos, así no tiene testigos de lo sucedido. Lo que no entiendo es porqué entonces seguimos aquí y no nos han disparado ya esas tres naves desde el momento en el que hemos entrado en su radio de alcance... lo que me lleva a pensar que realmente no tiene interés en matarnos y quizás sí tengamos una oportunidad subiendo a la Nightingale, aunque ahora no consigamos ver en qué consiste.

Saber que desde la Nightingale habían tenido en todo momento contacto con Comandancia, la sorprendió. Desconocía aquel punto, siempre había pensado que los habían enviado solamente con banda de corto alcance para evitar que se comunicaran con sus supuestos conciudadanos asterianos.

Miró a Eylo, esperando su respuesta sobre el dron-Lira no tiene registro de lo que han grabado las cámaras de Vega, pero puedo pasarte una copia de toda la información, incluido un mensaje de tu parte, Frank, explicando lo sucedido si te parece bien. También una copia de la información que he obtenido de Faith. No es mucho, solo lo que ella ha puesto en la Galactic Connect-les señaló la pantalla en la que aún se podía ver las fotos de la muchacha en aquella red social- pero así sabrán quien es la cabecilla de todo esto. Si puedes programarla para que se dirija a Comandancia, puedo prepararte todo eso en un segundo-pero había una duda muy grande que se le planteaba-Pero de todas formas no podemos confiar en Lira mucho más de lo que es en realidad, una opción de que alguien sepa lo sucedido aquí, no podemos esperar ayuda de nadie. Estamos solos aquí, ¿verdad, Frank? No hay ninguna otra nave de la Space Force cerca de nuestra posición, ¿cierto?

¿Les había vendido Lomber? Aquello chocaba con lo que conocía del afable mecánico, pero bien era cierto que, después de lo ocurrido con Buck y sus compañeros, podía esperar cualquier cosa de cualquier persona. ¿O no había estado durante gran parte del viaje hasta allí sospechando de Donner y de Alvin? La normalidad y la ausencia de comportamientos extraños habían hecho que al final aquello se diluyera casi en el olvido, pero no podía olvidar el aprendizaje que todo lo sucedido le había aportado. Lomber, puede. Pero volvía de nuevo la opción de que cualquier otro podía ser el origen del problema. Y allí tenían muchas variables. Lomber y Eugene, por muy conocida que fuera de Eylo, en el equipo. Toda la Rust, excepto quizás, Diana. No por nada, sino por mera intuición. Del resto de la tripulación no podía hablar pero le extrañaba sobremanera que hubieran traicionado así a Eylo después de lo que él le había contado de ellos. Eran su familia.

-Lomber o cualquiera de Comandancia, cualquier persona que conozca quienes estamos en la Nightingale y su destino final, el rango es muy amplio. Desde Thyndall pasando por cualquier otro mando del doce, o cualquiera del quince que conozca la misión actual del capitán Kepborn. O cualquier completo desconocido para todos. Creo que las respuestas más inmediatas solo podremos encontrarlas a bordo, me temo. 

Cuando, entre todos tomasen la decisión de dejarse escoltar sin impedimentos hasta la Nightingale y tener una reunión con Faith y, presumiblemente su gente, Daya se dirigiría de nuevo a la cabina de pilotaje y se pondría a los mandos de la lanzadera. Plegaría la estructura de conexión entre ellos y el disco del PEC, asegurándolo antes de mover la nave.

Pudo ver en pantalla como las naves, que ya estaban a distancia mínima, maniobraban para empezar a colocarse en posición para escoltarles. Pero no les hizo demasiado caso. Extrajo una copa de la información que guardaba Vega y le anexó lo que ella había encontrado de Faith en la red y el mensaje de Frank, en el caso de que él hubiera querido grabarlo detallando lo sucedido. Le pasó la información a Eylo de forma que pudiera preparar a Lira lo antes posible. Y, solo entonces, templó su voz antes de comunicarse de nuevo con Faith-Daya Banerjee a Faith Delay. Estamos listos. Espero instrucciones.

Se preparó para llevar la lanzadera a la Nightingale a mínima velocidad, lo más suave que podía. No quería que un movimiento brusco fuera considerado erróneamente como una amenaza y que causara un andanada de disparos por parte de ninguna de las naves que les rodeaban. Tenía ahora en sus manos la vida de todos sus compañeros.

Aquel trayecto iba a ser el más complicado que había hecho nunca con una nave. Cada segundo que pasaba su corazón le gritaba cada vez más fuerte que corriera. Tenía a Frank y a Eylo allí con ella. Podía hacerlo, podía conseguirlo, podía alejarlos de allí. Pero, ¿y si no? ¿y si sus dudas eran ciertas y la nave no aguantaba el ataque o no respondía lo suficientemente bien? ¿quién era ella para jugar con sus vidas? Y no podía dejar a Lomber, no podía. Sabía que si conseguía salvarlos a todos, no serviría para nada y su conciencia no le daría descanso el resto de su vida.

Hemos llegado todos aquí. Nos iremos todos… Vamos allá…

Aceleró a la lanzadera suavemente, directa a la Nightingale.

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25/01/2022, 23:48
William P. Thompson

Las hormigas habían dejado helado a William. Parecían una jauría de fieras depredadoras. Había que analizar lo que habían podido percibir hasta ahora. Era difícil mientras los gritos de Simón se apagaban a cierta distancia. Todo había pasado tan rápido que apenas había podido actuar, lo cual casi era un beneficio, pues después de ver la reacción de esas hormigas hipertrofiadas a los disparos, hubiera sido un acto suicida muy por encima de la escala habitual de Thompson. 

Lowell reaccionó apretándose aún más contra la pared. Billy le observó durante un momento, desde luego era la reacción más inteligente, aunque no pudo por menos que recordar a Sarah. Retiró la mirada de su compañero cuando un deje de tristeza aparecía en su mirada. Ella jamás hubiera permitido que se llevaran así sin más a un compañero. William tampoco debería, pero había ocurrido demasiado rápido y además era perfectamente consciente de su incapacidad para enfrentarse a tal enemigo. 

Thompson no era muy ducho en biología, pero si algo tenían en común este tipo de criaturas era el comportamiento y la sociedad. Seguro que había una hormiga reina, al igual que pasaba con las abejas. Era la que ponía los huevos. Luego estarían las obreras y las soldado. Este tipo de enemigo no tenía problemas de moral y morirían defendiendo su nido. Un ataque era algo inviable que estaría condenado al fracaso. No podía evitar pensar en su situación. No valía con estar haciendo un trabajo de infiltración sumamente complejo, si no que además debía luchar por su vida de manera innecesaria frente a criaturas y al propio planeta. Desde luego este sargento estaba loco de atar si permitía que reclutas que debían ser su responsabilidad murieran de un manera tan estúpida. Desde luego que había aprendido la lección. Realizaría un informe al respecto una vez que todo hubiera pasado. Ese hombre debía estar loco de atar. 

La otra posibilidad es que tratara de que murieran los reclutas que no le interesaban. Quizás por eso dijo Althais aquello a Simón y Lowell. Aunque aquello importaba bien poco en esos momentos, con firme determinación miró hacía Lowell y le hizo señas para que le siguiera. Adentrarse en aquella estancia desde luego que no parecía una buena idea. Si estaban esas hormigas soldado, seguro que había más y posiblemente la reina. Y en caso de tener que proteger a la reina, seguro que su ferocidad sería mayor. Lo mejor que podían hacer, era volver a donde estaban los huevos con el mayor sigilo posible y coger todos los posibles. Además, por lo que tenía entendido las hormigas no eran ni venenosas en su estado adulto, mucho menos entonces los huevos que de por si no deberían ser un riesgo. 

Le indicó a Lowell que le siguiera a cierta distancia. La suficiente para que si hubiera un peligro Billy lo viera con antelación y pudiera advertirle. Ya había perdido a un recluta. No quería perder a otro, a pesar de no percibirlos como compañeros. Es extraño como funciona ese aspecto. A los miembros del Domo 12, incluso a aquellos con los que no se llevaba bien, los consideraba compañeros, pero le costaba sentir ese tipo de unión o identidad con los de este Domo. Posiblemente se debiera a que era consciente que no pertenecía a aquel Domo, que esto sólo era una misión. 

De todos modos no era momento de andar perdiéndose en sus pensamientos. Debían volver por donde habían venido y esperar que estuvieran suficientemente ocupadas con Simón como para poder hacerse con un par de huevos y largarse de esta cueva de una vez por todas. Eso era otro problema. Estaba claro que no podían seguir en aquella cueva después de todo y deberían buscar un nuevo refugio. Aunque al menos esta vez sería con algo más de alimento si conseguía hacerse con algunos huevos...

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26/01/2022, 00:39
Jim Foster

Mes 3. Día 19. Hora 00.15 p.m. Acme. Viaje para el astropuerto

 

Al final, quizás por las prisas se había impuesto ser creativa. Entre Vera y yo acortamos a base de radial el 4x4, ventilando el motor y convirtiendo la plaza delantera en una especie de balcón con los asientos al aire, elevados sobre el capó del todoterreno. A la vez, soldamos una estructura a la ballesta delantera, permitiendo que el vehículo fuera conectado por delante como con una especie de trineo con caballos – si fuera Navidad, nos podrían confundir con Papa Noel – le tuve que explicar a Vera quién era aquel tipo que iba en un trineo tirado por renos – Mamá Noel, tienes razón – una reconversión muchísimo más sencilla y sin necesidad de utilizar radial.

El caso es que la conversión del vehículo a gasolina por otro de tracción animal fue sencilla, ecológica y económica, gustándole incluso a Naomi, suponía que por la creatividad y el tiempo récord que habíamos gastado en adecuar el 4x4 en otra forma de viajar sin tener que hacer noche en Acme.

Y ciertamente, mientras transformé el nuevo vehículo, tuve tiempo para pensar sobre Yum. Quizás la sargento tuviera razón, si la oriental no estaba interesada en acompañarnos, seguramente si ayudara a arreglar el vehículo, muy probablemente éste nos dejase tiradas en unos cuantos kilómetros o incluso peor, podríamos tener un accidente si resulta que los neumáticos perdían adherencia o si había alguna pieza que no estuviera bien. Sea como fuere, al final, no había sido mala idea fabricar el nuevo transporte manteniendo la distancia con Yum, por lo que pudiera pasar.

También fue un acierto, la nueva diligencia, impulsada por caballos pues Becky se ofreció a dirigir el carro pues sabía cómo manejar los caballos. Al final, el viaje iba a ser la mar de divertido y también una auténtica actividad grupal, ya que, nos iba a unir a todas más, salvo Yum, claro. 

Era de noche cuando salimos, no nos podíamos retrasar más. Aparte que los caballos estaban listos y había revisado el vehículo antes de iniciar la marcha, funcionaba todo aunque al no disponer de motor, la batería era un elemento decorativo, de ahí que las ventanillas no se bajasen salvo manual, o las luces del vehículo que tampoco funcionaba. Margaret nos había prestado unas linternas que era con las que circulábamos para no salirnos de la carretera. Tampoco había GPS, era Vera con el mapa. Aunque en cuanto al sonido habíamos mejorado, en vez de escuchar música grabada, cantábamos. Aunque de noche, no lo hicimos para no llamar la atención.

Iba dirigiendo el carromato, la noche estaba siendo tranquila...

 

 

- Tiradas (1)

Motivo: advertir

Dificultad: 15

Habilidad: 13

Tirada: 2 5 9

Total: 5 +13 = 18 Éxito

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26/01/2022, 04:35
Eylo Yilmaz

Mes 3. Día 18. Lanzadera

Eylo mantenía un rictus muy serio, siguiendo las instrucciones, pero embebido por una infinidad de pensamientos a cada cual más funesto. Estaba preocupado por la situación, preocupado por los suyos, preocupado por su familia, sintiéndose severamente responsable de todo aquello. Necesitaba opciones, ventaja y mientras paseaba la mano donde había guardado el cristal sintió rabia e impotencia. No le gustaba un pelo aquella necesidad que ejercía aquel artilugio sobre él, pero también le había dado la capacidad de anticiparse, o saber cosas que no debería, aunque a veces de forma críptica y esquiva. Tomó aire y se colgó el colgante, confió en Grey y en lo que el cristal podía darle.. fuera lo que fuera. Muertos iba a dar igual una cosa que otra.

Concuerdo con la sargento Brezos, señor —dijo al fin —. No vamos a dejar a nadie tirado si aun tenemos opciones —aseveró, dudó, pero finalmente añadió —. Tampoco sabemos qué ha pasado con la tripulación de la Rust. Por lo que a mi respecta, pueden estar en peligro.

Para quienes no conocieran a los que él sentía como su familia esa afirmación era terreno resbaladizo, pero confiaba en Kimball, confiaba en todos, joder.. hasta confiaba en Carter a pesar de que no se llevaran bien. Respiró hondo, si había una oportunidad, por mínima que fuera, no les iba a traicionar. Para Eylo era mucho más que ser soldado espacial, era que las personas que quería podían contar con él, pasara lo que pasara.

Puedo intentarlo, señor —asintió mientras trataba introducir los parámetros adecuados para preparar a Lira tal como Kepborn le había indicado. Pero paralelamente a eso, ya que estaba intentando manejar los sistemas del dron, intentó potenciar sus sensores para que le diera un análisis de todos los sujetos vivos en la zona centrándose en la Nightingale, la Rust y las otras tres naves piratas —. Estoy intentando tener un análisis de a cuánta gente podemos estar enfrentando. Contar con la mayor parte de información puede ser crucial.

Introdujo la información que le facilitó a Daya, asintiéndole, pero sin decir nada. Aunque la piloto podía ver que Eylo estaba muy ofuscado, y se había encerrado en su trabajo para no dejarse llevar por los demonios. Respiró hondo de nuevo, se llevó la mano al pecho, donde residía el colgante con el cristal. No sabía si estaba haciendo bien, pero no iba a volver a perder a nadie sin que pudiera hacer algo al respecto.

- Tiradas (1)

Motivo: Tecnología

Dificultad: 0

Habilidad: 14

Tirada: 3 7 9

Total: 9 +14 = 23 Éxito

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26/01/2022, 16:31
Ambientación

Mes 3. Día 4. Hora 17.00 p.m. Alaska

Las situaciones fueron sucediéndose de manera paulatina y, tan rápidas, que apenas le dio tiempo a los reclutas a pensar. Andersen salió por la puerta del hangar con una nave, en ella se encontraban dos mujeres. La sargento Grey al mando de la artillería, y que los dioses les protegieran a todos. Y Heather, la doctora, apretada contra uno de los asientos del vehículo, angustiada ante la improvisada escapada de la base de la BICOM.

Tras encontrarse en libertad, Einar determinó quitarle los mandos de la artillería a la sargento. Algo necesario y adecuado pues, si presionaba sin querer algunos de los botones del panel de control, podría abrir fuego sin objetivo seleccionado y, Andersen, ya sabía por vivencia propia lo que eso podía implicar.

En el interior del hangar había quedado Duncan junto con Tessa, ambos accediendo al interior de la segunda nave, mientras que varios soldados, un número incuantificable debido a las circunstancias, comenzaron a abrir fuego y disparar sobre el fuselaje, sin saber piloto y copiloto del daño tan intenso que iban a provocar sobre la estructura del transporte. Pero pronto se percatarían.

Perdieron altura, sintieron las vibraciones de la nave haciendo ascensos y descensos descontrolados. Olía incluso a quemado. ¿O era una sensación fruto de ser conocedores de que iban a estamparse? Bintel no emitía sentir alguno, ella cogía los mandos de la nave con decisión y, supuestamente, estaba programada para saber pilotar, aunque el doctor no tenía idea de que era la primera vez que realmente lo hacía. No lloraba ni se lamentaba, posiblemente sus circuitos estuvieran todos centrados en no estrellarse, mientras que Duncan se encomendaba a Dios, tomando como objeto de fe la cruz de San Jorge.

Einar esperó a que la nave conducida por Bintel pasara por delante de él para cubrirles, disparando hacia el interior del hangar, provocando que quienes realizaran acciones bélicas contra ellos, como mínimo, perdiesen tiempo. Tras ello se posicionó al lado de sus compañeros, pero no pudieron llevar durante mucho tiempo el vuelo en paralelo, pues la segunda astronave comenzó a perder cada vez más altura hasta impactar finalmente contra la superficie de un lago.

Las consecuencias del golpe no tardaron en producirse. La superficie helada del lago quebró, se fracturó el hielo y la nave, pesada como era, se aventuró hacia el fondo de unas aguas que nunca habían presenciado la llegada de ningún ser humano. Duncan y Tessa estaban literalmente hundidos.

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26/01/2022, 16:32
Sargento Dunne Grey

Mes 3. Día 4. Hora 17.00 p.m. Alaska

- ¡No! ¡Duncan!... - La sargento odiaba volar, y uno de los motivos que no le ayudaba a relajarse era que no dejaba de mirar constantemente por las ventanillas. Así que fue inevitable que lo viese todo. Cómo la nave de iba en paralelo perdía altitud hasta llegar al suelo helado, llegando hasta el lecho submarino, mientras ella y Heather chillaban, como si sus gritos pudieran hacer emerger a sus compañeros - ¡Einar tenemos que bajar por él! ¡Por ellos!... - Su primer pensamiento obviamente fue destinado al compañero con el que más tiempo pasó, pero no podía darle la espalda a Bintel pues, al fin y al cabo, era mucho más humana que cientos de personas.

El piloto especialista se percató del suceso y se aproximó a la zona de impacto, manteniendo la nave a unos metros del sueo en estático equilibrio. En ese instante Dunne entró en cabina - ¿Responden? Prueba con la radio, a esta altura debería haber frecuencia - Insistió la mujer, escuchando la voz de Tessa de fondo, algo que le hizo suspirar, si ella estaba viva, el doctor también debía estarlo.

Einar prometía a sus compañeros que los sacarían de allí, entablando una conversación con Tessa sobre cómo debían proceder, indicándole a Dunne que se pusiera el traje térmico para efectuar un posible rescate.

- Maldita sea, necesitaríamos a Stealer, a Donner o a Vera aquí... - Y es que era inevitable pensar cuál de sus compañeros era más capaz para el tipo de labor que iba ella a desempeñar, sabiéndose una inútil en cuestiones físicas, pero viendo a Einar y a Heather, lo peor de todo, era que quizás fuera la mejor opción - Voy poniéndome el traje espacial por si debo bajar al lago...

Y se dispuso a ataviarse mientras que Heather le ayudaba a embutirse en aquel envoltorio pesado que tenía la potencialidad de salvar la vida de las personas en las peores condiciones ambientales. Ni el frío, ni la radiación, ni la falta de oxígeno, serían un problema allí dentro.

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26/01/2022, 16:33
Tessa Bintel

Mes 3. Día 4. Hora 17.00 p.m. Alaska

Ella estaba diseñada para tener conocimientos técnicos, pero nunca antes se había puesto delante de los mandos de una nave. La cyborg descubrió algo que no se esperaba. Su vida como asistenta de la BICOM era, lo que podía decirse, satisfactoria, pero nada que ver con la descarga de adrenalina que sintió cuando sus circuitos conectaron con la glándula suprarrenal sintética que le habían confeccionado. ¡Le encantaba volar! Elevar aquel vehículo hasta el cielo, sabiendo que salvaba a uno de los humanos a su cargo era una emoción completamente indescriptible.

Pero luego sucedió el desastre. Olía a quemado, el panel de control señalaba muchos fallos a nivel de energía, propulsión y presurización. Demasiados inconvenientes para seguir en vuelo, algo que se evidenció casi al instante, cuando la estructura se agitó como en una atracción de feria, perdiendo altura y precipitándose al vacío.

El escenario cambió, descubriendo ante ella un sinfín de burbujas de azulados colores que, por unos instantes, la dejaron completamente hipnotizada.

Duncan. Debes salvar al doctor...

Su mente cargada de obligaciones se impuso y fue cuando habló, preguntando a su compañero si estaba bien, informándole de que estaban en problemas.

Duncan se había golpeado la cabeza contra el panel de control y durante unos instantes u consciencia remitió, dejando que sus sueños y pensamientos salieran libres y recordasen al de una persona, alguien quien, inconscientemente, había marcado parte de su vida.

- Duncan, Duncan... No por favor.. Abre los ojos... - Hubo unos instantes de tensión mientras la rubia mujer atendía al médico, abriéndole los ojos y analizando sus constantes, algo que estaba por lo visto, dentro de su manual - Pupilas dilatadas y mirada perdida. Duncan escúchame, debes regresar... Soy Tessa, mírame... Regresa... Tienes que despertarte... - Irónicamente en la mente de McCarthy, aquella afirmación la había dicho Noor y no Bintel.

Tardó unos instantes pero finalmente el león marino despertó, sangrante pero afortunadamente vivo - Oh por favor, cómo me alegro de que hayas abierto los ojos. ¿Cómo te encuentras? - Se interesó la rubia mujer, presionando levemente la herida sangrante del médico, con el fin de detener el hilo de sangre, mientras Duncan le aseguró que sobreviviría, quizás jamás hubiera deseado tanto que un humano le hubiera dicho eso.

Era el momento de ponerse en contacto con la otra nave y darle novedades - Os recibo recluta Andersen - Dijo con presteza, no queriendo angustiar a quienes estaban fuera - Sería muy agradable poder subir de nuevo a la superficie - Aunque no estaba del todo de acuerdo, los colores y la calma exterior eran tan relajantes y envolventes -  Deberíamos ver la manera de salir de aquí. No va a ser fácil, estamos a una profundidad de once metros, la temperatura del agua está por encima de cero grados pero en el exterior nos encontraremos a menos quince, y no deberíamos estar más de diez minutos en estas gélidas aguas si no queremos sufrir hipotermia...

Casi al instante la voz de Einar les aconsejaba de lo que debían hacer. Ponerse los trajes espaciales con soporte vital, mientras que Dunne hacía lo propio para ser de ayuda. Tessa abrió los comunicadores para que la conversación dentro de la nave submarina fuera del todo escuchada y compartida

- Afirmativo recluta Andersen. Abro aquí para que las ideas de salvamento sean conjuntas... - Se dirigió a Duncan - Los trajes espaciales de la Space Force tienen comunicadores de corta frecuencia. Podrá mantener el contacto conmigo. Posiblemente también con la nave de la superficie, pero eso tendremos que comprobarlo - Fue la respuesta a su primera pregunta, sorprendiéndose por lo siguiente que debería responder - Duncan, soy como una humana - Le miró con intensidad como si la duda la hubiera ofendido - Claro que puedo mojarme, me ducho a diario porque mi mecanismo para generar endorfinas, si se reconcentra, podría hacer que muchos hombres y mujeres me desearan, solo por atracción química... - Explicó con naturalidad - Y necesito respirar aire, aunque es cierto que puedo estar bajo el agua y filtrar el oxígeno de ésta, cosa que vosotros no podéis hacer, pero eso implicaría luego pasar por un mecanismo de extracción de fluidos, y duele porque tendrían que pincharme el pecho, como cuando sacan líquido de la pleura. Mejor si lo evito.

La idea que exponía su compañero provocó que ella negase con la cabeza - No vas a salir al agua con medio traje, Duncan. Podrías morir de hipotermia. Lo ideal sería buscar un sistema de ascenso lento pero seguro para que la presión no nos dañe - Miró el suelo que comenzaba a filtrar algo de agua, los disparos habían provocado daño en el fuselaje y eso hizo que la zona estanco hubiera perdido su capacidad impermeable - Sea como sea debemos ponernos el traje ya mientras pensamos un plan con el que salir de aquí... ¿Alguna sugerencia? - Preguntó conjuntamente a todo el equipo que estaba conectado. Era el momento adecuado para tener buenas ideas, pues lo contrario podía acabar de manera tajantemente drástica a pesar de que había varias botellas unipersonales de oxígeno en la nave, elementos que no debieran utilizar teniendo la autonomía respiratoria del traje espacial.

Y mientras tanto en el exterior se iba formando una capa de hielo. Frágil de inicio, mejor si no espesaba.

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26/01/2022, 16:34
Capitán Frank Kepborn

 

Mes 3. Día 18. Lanzadera

Lira quedó anclada a la nave, y ésta si Daya quería utilizarla, debería ser dirigida con claras indicaciones de lo que debía hacer, de lo contrario allí se quedaría, en un lateral a la espera de que le pusieran una orientación o ubicación final desde donde transmitir, pues los controles del dron los tenía en la nave.

El reencuentro de Frank y Daya fue breve, pero lo suficientemente cálido como para denotar que cada uno estaba preocupado por el otro. Tras los gestos de afecto el capitán se puso a visualizar los datos que tenían de Delay, tecleando en una de las pantallas su código de mando para obtener más información sobre aquella mujer. Algo que le llevó algo de tiempo - Maldita sea. Está limpia. No ha sido fichada aún por la Space Force, lo que quiere decir que, o bien es novata en la piratería espacial, o no deja testigos vivos tras cada uno de sus trabajos - Se fijó en las imágenes de Galactic Connect, especialmente en la fotografía besándose con un tipo del cual podrían obtener información - Voy a intentar tomar los datos biométricos para intentar identificarle... - Probó suerte y tuvo mucho más éxito al respecto.

- Gregory Allam Workensen.... Mercenario que estuvo en una prisión igniana durante tres años. Se escapó el primer año y está perseguido por la justicia - Asintió con la cabeza - Por lo visto llevaba una red ilegal de tráfico de minerales desde Ignis a otros planetas. No se considera particularmente peligroso - Indicó Kepborn, tras leer por encima el informe - Lo que no sabemos es si aún continúan o no juntos. En la red no dice que ella esté en una relación actualmente...

Frank no se achantó por las palabras de Eugene. Él si había contemplado la posibilidad de huir, quizás el hecho de ser mando estimase que la vida de cuatro reclutas y una cabo, además de la propia, era un buen cambio por la de un soldado. Ahora debían hablar los demás, Brezos se negaba al abandono y Daya tomó la palabra, pues ella misma había barajado la opción de marchar, quizás por eso ninguno de los dos fueran del agrado de Eugene, planteaban cosas que iban contra su integridad ética, pues la mujer de oscura piel, nunca abandonaba a los suyos.

No era seguro marcharse. Banerjee podría intentarlo si estuviera sola pero claro, allí habían más personas y no deseaba ponerles en riesgo. Eylo aseveró que él no se planteaba la marcha, concordando con Eugene, la cual le miró con orgullo, ellos habían comenzado juntos desde la nada y existía el pacto no verbal de no dejar nunca a nadie atrás. Alvin asintió con solemnidad, tampoco era de los que abandonaban a sus compañeros y, ¡qué diablos!, pasaba bastante tiempo con Lomber sin importarle su escasez de higiene personal, denotando ser bastante sociable. Donner dudó, pero ante la mayoría de votos, tan solo consintió a dejarse llevar. Estaba claro de que si tuviera opciones, se largaría.

- De acuerdo, por decisión grupal todos nos quedamos. Ya tenemos el primer acuerdo - Indicó Kepborn siendo práctico y sin caer en provocaciones de tipo alguno.

Daya se dirigió entonces a Brezos y le dijo su sentir, tenían que barajar opciones y la cabo tan solo pudo responderle - Un soldado que deja atrás a su gente o que simplemente se plantea huir, no debería pertenecer a la Space Force - Lo repetía tajante y con ella no iba a razonar en ese punto. Eso sí, se podía incrementar el conflicto dialéctico lo que quisiera, pero no era algo productivo en esos instantes. Frank miró a Daya, no le dijo nada, pero Banerjee de una u otra manera había salido a defender al capitán y a Lomber, algo que la pareja pactó que no podían hacer por el hecho de estar juntos. Al final era inevitable, a cada uno le dolía lo suyo y más si había algún comentario que implicaba a quien te importaba. En esos instantes a Daya no se la podía considerar como alguien objetivo en cualquier cuestión que en la que Kepborn estuviera presente

- Mejor nos centramos, ya hemos dicho que no vamos a intentar escapar, así que hay que hacer lo que nos pidan. Al menos por ahora. Negociaremos condiciones - Indicó el hombre con un suspiro, controlando sus propias ganas de estrangular a la amiga de Yilmaz.

Las naves que se aproximaban eran difíciles de analizar. Debían tener esos piratas unos mecánicos realmente espectaculares entre sus filas, pues incluso algunas estructuras parecían de lo más innovador, como si estuvieran fabricadas a partir de piezas de maquinaria industrial.

- Vale, Daya. Buen trabajo. Si mandamos a Lyra a la Tierra para que pueda ser detectada por la Comandancia y Vega queda anclada aquí para que pueda seguir filmando todo lo que nos suceda a continuación, podremos tener posibilidades de que nos encuentren - Dijo el capitán intentando transmitir calma, aunque él era consciente de que para ello deberían existir más combinaciones de factores.

Y Banerjee expuso sus dudas. Los piratas espaciales querían la nave, lo habían dicho, pero ¿para qué precisaban entonces a los soldados que habían viajado con ella?

- No tengo ni idea de para qué nos quieren. Si nos desearan la muerte nos podrían haber atacado y matado mientras estábamos en el disco. Allí estábamos vulnerables, pero, ¿para qué llevarnos hasta la Nightingale?... Desconozco sus intenciones, pero no estimo tampoco nada bueno... - No deseaba ser optimista viendo las circunstancias extremas en las que se encontraban - En cualquier caso, lo que no puede ocurrir es que nos juguemos la vida, a no ser de que sea estrictamente necesario y no tengamos salidas. De lo contrario, mejor obedecer.

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26/01/2022, 16:57
Ambientación

Eylo comenzó a preparar las informaciones de Lira, adjuntando todo lo que Daya había descubierto con respecto lo poco que sabían de aquellas astronaves tuneadas. Tenían muchas imágenes de lo acontecido, un rápido informe debería bastar para que los mandos de la Comandancia se hicieran una composición de lugar en poco tiempo y mandasen ayuda inmediata. Aunque claro, ¿lo harían? Ninguno lo sabía a ciencia cierta. Y de querer hacerlo, ¿cuánto podría tardar esta en llegar? ¿Quince días? ¿Un mes? Nadie lo sabía. También cabía la esperanza de pensar de forma ilusa, y creer que Faith Delay tendría un trato con ellos tan benevolente como para dejarles en un planeta habitado, con un comunicador y suficientes numerarios como para poder regresar a su hogar por sus propios medios.

Yilmaz se centró entonces en su labor, cogiendo los datos de Vega e incorporándolos a la base de datos de Lira, para finalmente lanzar ésta última al espacio con una ubicación marcada, la Tierra. Estando programado el dron para emitir señales de larga frecuencia, para que cuando estuviese sobre la exosfera, se recogiese sin peligro alguno de ser desintegrada por la atmósfera terrestre.

Tras la llegada de las naves hasta su posición, la lanzadera fue escoltada hasta la Nightingale. Una de las naves, la más grande de todas conectó el puente con el vehículo militar y tardó un buen tiempo mientras los soldados permanecían a la espera. Era fácil de intuir de que la nave pirata tenía gente dentro que estaba tomando posiciones en el interior del transporte de rescate militar, asegurando que la descarga de los prisiones fuera segura. Quizás Banerjee tuviera la tentación de escapar, pero si eso sucedía, no le cabría duda de que las otras dos naves que estaban a la espera les seguirían para darles caza. 

Una vez que el puente de conexión separó a ambas naves recibieron indicaciones de Faith - Daya, cuando quieras conecta la lanzadera. Os estamos esperando. No cabe decir de que cualquier acción bélica estará penalizada con la vida. Memorizadlo bien, no hay segundas oportunidades. No quiero ningún arma a bordo - Indicó tajante Delay, dando tiempo a que la lanzadera encajase en su espacio natural para que los reclutas pudieran acceder al interior de la Nightingale.

La bienvenida fue cálida, pues no solo Faith se había adelantado para saludarles, también lo hicieron diez soldados armados que daban un aspecto inquietante, pues tenían cubierto su rostro casi al completo, como si no desearan ser reconocidos.

- Cacheadles y ponedles las esposas. Hay que minimizar riesgos hasta que venga Big Bang. Una vez estén listos, llevadles hasta la sala de conferencias - Indicó a sus tropas, para mirar luego a los recién llegados, poniendo su tono de voz más sarcástico - Bienvenidos sean a mi nave espacial. Ya me he hecho con ella por si les interesa saberlo. Están preparando el té y vuestro amigo os espera en la sala de conferencias. Intacto, tal y como prometí - Puso los brazos en jarra antes de continuar - No quiero pecar de pesada pero quien avisa no es traidor. No consiento acciones bélicas en mi hogar. Si sobrepasan un límite serán sacrificados. Y dicho esto, acomódense mientras nos reunimos...

Y tras quitarles cualquier arma que pudieran llevar encima, fueron llevados a una sala de reuniones que tenía la nave. Allí estaba Lomber, esposado y custodiado por alguien enmascarado. Si no era un soldado, podría ser un mercenario, pero parecía acostumbrado a portar armas. No era alguien a quien tomar a broma.

Eylo entonces tuvo una sensación, un hormigueo sobre su piel, y supo que aquello era por el cristal, el que había sido devuelto al cuello, el sitio donde Dunne le indicó que debía portarlo.

Te dije que no confiases en ella... Te lo dije....

La voz de nuevo. ¿Le reprochaba?

Ella. La que amas. Sufre. Algo ha pasado y está en problemas.

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26/01/2022, 17:31
Ambientación

Mes 3. Día 19. Hora 01.30 p.m. Acme. Viaje para el astropuerto

Y por el camino iba aquel grupo de mamá Noel en un trineo un poco particular, el de un vehículo de alta gama partido por la mitad, un dolor para quien no pudiera pagarlo, tuneado y preparado para ser arrastrado por caballos. Y es que la realidad muchas veces superaba la ficción. Lo único bueno es que así no excederían el límite permitido por la carretera.

La noche no la pasarían en Acme, pero sí en aquel carruaje que traqueteaba, mientras hacía su avance por medio de las desérticas carreteras, frías y oscuras, sometidas a las inclemencias meteorológicas, cubriéndose con las mantas de ganchillo que las abuelas de la región habían tenido la amabilidad de ceder. Dormitaban a tramos y despertaban en ocasiones para mantener fugaces conversaciones

- Qué frío hace en este puto lugar... - Comentó Vera, la cual era natural de Coltanium, concretamente de una ciudad que no solía descender la temperatura por debajo de los 15 grados. No cabía decir que Canadá jamás sería su lugar preferente de vacaciones

- Al menos hemos conseguido ponernos en camino... Lo bueno es que mañana por la mañana llegaremos hasta el astropuerto y de ahí a la Comandancia. Llegaremos a tiempo y joder, estaremos calentitas comiendo un buen caldo especiado. Pensad en positivo, ya queda muy poco... - Animó la sargento, la cual se afanaba en mantener la moral del grupo.

- Caldo con un buen chorizo de mi tierra... - Indicó Becky que, aunque había perdido mucho peso, nunca dejó de lado su afición por la cocina y el buen comer -... Me pregunto cómo estará Alvin... - Baker siempre era prudente y no decía su sentir a no ser que le preguntasen, pero en aquel instante se acordaba de su novio, el chico que fue elegido para acompañar a Daya y Eylo en una misión de salvamento - Quizás desde la Comandancia me puedan dar noticias de él - Dijo esperanzada, evidenciando lo enamorada que estaba

Vera resopló. Aquello le molestaba. Todo lo que tuviera que ver con hombres era para la fémina una verdadera pérdida de tiempo. Y, en el fondo, desde que Becky había optado por estar con Alvin, la trataba de manera más distante, como si hubiera cometido un crimen por tomar esa elección de vida.

- El mundo sería un lugar mucho mejor si solo hubiera mujeres... - Dijo Zumbert convencida.

- Difiero, querida.. - Corlett no necesitó explicar más. Todos recordaban la escena vivida en el disco del PEC, cuando salió con ropa interior de las habitaciones donde se divertía con el cabo Wulftang - Aunque no pongo en tela de juicio que vosotras sabéis divertiros bien juntas - Comentó a modo apaciguadora, no queriendo crear una guerra sexista en ese preciso instante.

De repente un sonido tuvo lugar. Sonaba de manera gutural, como el de una bestia que se escondía en el bosque. Justo a la derecha de por donde ellas estaban circulando. No cabía decir que una imagen mental les llegó a todas las reclutas y soldado espacial. El de skullreps, quien se enfrentaba a uno, sabía cómo sonaban todos.

Lo bueno era que aún no podían intuir el putrefacto olor que solían desprender aquellas criaturas, por lo que no se encontraba lo suficientemente cerca de ellas. Tenían aún tiempo de reacción para decidir cómo actuar.

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26/01/2022, 18:06
Ambientación

Mes 3. Día 14. Hora 12.45 a.m. Protect. Cavernas

La escena que Thompson había presenciado era muy desagradable. Por un lado los chillidos de Simon no dejaban de sacudir la moral de los dos reclutas, mientras pensaban, frustrados, que ayudarle abriendo fuego era un suicidio que no sólo no haría retornar a su compañero, sino que les quitaba posibilidades de continuar con el estilo de vida elegida, la de ser un soldado espacial. Los muertos no podían salvar a la humanidad.

Lowell se apretaba contra la pared, como si quisiera ser un fundido perfecto con la cavidad de roca que le albergaba, mientras que Thompson planteaba muy seriamente hacer un escrito sobre el sargento, para denunciar que las pruebas de supervivencia a las que estaban siendo sometidas podían precisamente eso, impedir que los reclutas sobrevivieran en Protect. Quizás no fuese el mejor de los momentos para pensar en quejas y sí en soluciones reales, de las que te permitían salir físicamente entero de situaciones como esta.

William le hizo una señal a Lowell y éste, temblando por el miedo que recorría su cuerpo, se tomó un tiempo prudencial sólo para asentir, indicando a su compañero de que había entendido de que deseaba que le siguiera.

El paso de Billy era como el de una pluma, sin apenas dejar sonido alguno o vibración que pudiera ser detectado por las hormigas. El de su compañero era bastante más inseguro, se podía hasta palpar la tensión que emitía su propia sudoración, pero parecía ser que las soldados se habían alejado. ¿Y si iban hacia donde estaban Althais, Seok y Min? ¿Y si les sucedía algo?

No podían hacer nada más que acercarse a la oquedad de la cueva y hacerse con varios de los huevos. Eran algo pegajosos y gelatinosos, pero no pesaban demasiado, como bien pudieron comprobar cuando tomaron uno entre las manos.

Lowell no se lo pensó y se quitó la camisola, con su cinturón ató el extremo que debía caer por la cintura, para hacer una suerte de saco donde depositar la mayor cantidad de huevos posibles, cabiéndole ocho unidades. Una lástima que el tipo no tuviera en cuerpo de combatiente, de lo contrario podría albergar muchos más, aunque eso sí, no habría tenido una idea tan sumamente brillante.

- Debemos irnos de aquí cuanto antes... Como regresen y sepan lo que hemos hecho... - No era prudente hablar, pero el hombre necesitaba de alguna forma decirle a William que debían marcharse. Y claro, ahora estaba tan cerca de Billy que no pensaba que la voz en zonas de cuevas podía retumbar lo suficiente como para dar aviso a las criaturas que allí tenían su nido.

Y debían marchar, era lo más saludable viendo lo visto. El problema es que debían retroceder por dónde Simon había corrido, justo el sitio por donde las hormigas marcharon y claro, si recordaban, aquella vía conectaba directamente con la galería donde estaban sus compañeros.

Si ambos cadetes caminaban por el pasillo, encontrarían no demasiado lejos el cuerpo de Simon. Estaba tumbado boca abajo. con el rostro pegado al suelo. Debajo suya había un charco de sangre. La ropa estaba hecha jirones y los trozos de piel colgaban junto con los restos de tela. La escena era desgarradora, más teniendo en cuenta de que hacía sólo unos instantes, era un compañero más con amplias expectativas de futuro.

- Seguro que están por aquí... - Lowell tenía cogida su arma de manera firme mientras caminaba, como si pudiera hacer algo épico contra la marabunta gigante contra la que se enfrentaban. Aún así, el joven denotó que era prudente, caminando por el lado izquierdo del pasillo mientras que Thompson, tras las últimas palabras y con dos dedos de frente, lo hizo por el derecho, pues si Lowell hacía ruido, al menos uno de los dos podría librarse de una muerte segura.

No encontraron ninguna hormiga por el camino. Y lo sospechoso. Tampoco lo hicieron cuando llegaron a la cavidad donde había dejado a Min, Seok y Althais. Ahora debía tomar una decisión, si salir de la zona de galerías y aventurarse al exterior, o quedarse dentro. Más teniendo en cuenta de que en cualquier momento, aquellas criaturas podrían regresar.

 

Notas de juego

Rastrear. Deberías conseguirlo si no pifias.

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26/01/2022, 23:02
Duncan "Duke" McCarthy

Mes 3. Día 4. Hora 17.00 p.m. Alaska

No era Noor la que le había hecho despertar, sino Bintel, y cuando enfocó la mirada y vio a la androide sintió una punzada de desilusión. Lo había soñado, o tal vez no, tal vez era el último servicio de Noor antes de despedirse, dándole vía libre con Heather. Se tocó la cabeza y se llevó frente a los ojos la mano ensangrentada. Miró a la mujer en cuanto le apretó la herida. Le dijo que sobreviviría, pero después de oír en la situación que estaban igual no estaba tan seguro.

La otra nave se puso en contacto con ellos y se quedó mirando con una expresión divertida a Bintel. Oh sí, sería muy agradable salir a la superficie, tomarse un chocolatito caliente y tener unos croissants para mojar, pero estaban en medio de un lado helado. Los cálculos de Bintel sobre la hipotermia eran bastante aproximados pero aun así, para intentar levantar el ánimo escribió

- Como somos soldados espaciales puede que aguantemos 16 minutos, y por un plato del mejunje de Gleason soy capaz de aguantar 20 minutos.... - sonrió, obviamente desorientado todavía por el golpe. Empezó a ponerse el traje y cuando le dijeron que había comunicadores de corta frecuencia miró, sí, pero teclear con un traje era complicado. No parecía que hubiera una amenaza al casco importante, así que se podía quitar los guantes o tratar de hablar. Después de una situación de peligro había hablado, y ahora lo estaba. Solo era encontrar sonidos, no era tan difícil, hasta los bebés lo hacían.

La mirada enfadada de Bintel fue correspondida con un encogimiento de hombros y una sonrisa de disculpa - O sien-o, no haía onosido a ninnuna yor (Lo siento, no había conocido a ninguna cyborg) - pero ya cuando empezó a hablar de lo mucho que se tenía que duchar para evitar que la desearan no pudo evitar romper en una carcajada. Asintió, ella no lo entendería pero con esa cara, ojos, pelo, enamoraría hasta las piedras, por mucho que se duchara. Negó con la cabeza - Naa e aua enonses (Nada de agua entonces)

No le gustó su idea, aunque morir ahogado en el fondo por no poder subir era peor que hacerlo de hipotermia. Esa era una muerte dulce, te dormías, no dolía, no te desesperabas al notar como se acababa el oxígeno. Miró el suelo. Agua. Se apresuró a ponerse el traje. ¿Sugerencias? Caminar por el fondo mientras tuvieran oxígeno, rezando por encontrar una orilla, intentar nadar con el traje, confiando en tener suficiente fuerza. Se le ocurrió algo, pero era difícil de plasmarlo

- El aje iene oshila oulsora? (El traje tiene mochila propulsora?). Si no iene.... Eina, enéis un anxho e esate? (Si no tiene, Einar, tenéis un gancho de rescate?) - Miró a Bintel. Ella era una cyborg, con fuerza mejorada, ella era mejor que él, físicamente al menos. La señaló e hizo el gesto de nadar y luego se tocó el traje - Uedes suir a os dos naando on aje? (Puedes subir a los dos nadando con traje?)

Comprobó su traje. Estaba bien cerrado. Se acercó a Bintel para comprobar el suyo y dejarse comprobar por ella. Aspiró con fuerza dentro de la escafandra, intentando oler las feromonas de Bintel sin éxito. Miró hacia la puerta, con el traje puesto solo tenían que abrir la puerta. No iban a poder salir hasta que las presiones se igualaran, pero podían hacer que entrara el agua más deprisa. Señaló la puerta e hizo el gesto de abrir, mientras hacía un gesto claramente interrogativo.

 

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27/01/2022, 17:42
Einar Andersen

Mes 3. Día 4. Hora 17.00 p.m. Alaska

Escuchar la dulce voz de Tessa sirvió de bálsamo instantáneo. Parecía que pese al accidente ambos se encontraban bien y, pese a lo precario de la situación, en disposición de ser rescatados.

-Por supuesto que vamos a ir a por ellos, tranquila, Sargento-dijo en tono resoluto, no tanto como un intento de consuelo si no más bien como un hecho irrefutable, a la vez que situaba la nave justo encima de la brecha creada en la superficie helada.

-Bueno, me tomaré eso como un cumplido-respondió al micrófono de comunicación con una media sonrisa, ante aquella curiosa manera de solicitar el rescate por parte de la cyborg, tratando de tranquilizar a los implicados.

Preocupado por la velocidad en la que el Hielo parecía recuperar su estructura bajo ellos, desplegó un nuevo menú en el que se podía manipular las extracciones térmicas del reactor de la nave, derivándolas hacia las salidas inferiores, centralizando hacia allí todo el calor que expulsaba el núcle de energía.

-El hielo se está endureciendo con rapidez. He ganado unos minutos pero no podemos dormirnos en los laureles.

Desviando su atención hacia la zona de la bodega, buscó a la segunda tripulante de aquel abrupto vuelo que estaban disfrutando.

-Doctora Heather, en la parte trasera, cerca de la compuerta verá la palanca de desbloqueo del cabrestante. Necesito que lo desbloquee y que abra la escotilla, pero antes asegúrese con el arnés de sujeción-Ordenó educadamente a la nueva miembro del grupo.

Desde la consola de control central podía operar el despliegue del cable metálico una vez desbloqueado. Demasiadas cosas a la vez para su gusto, puesto que debía encargarse de mantener la nave estática, tener un ojo puesto en las medidas defensivas como precaución, estar preparado para desplegar las armas en caso de ser necesario y ahora hacerse cargo del cabrestante, pero a decir verdad peor estaban Duncan y Tessa, por lo que quejarse hubiese sido, cuanto menos, de mal gusto.

-Doctor, señorita Bintel, vamos a desplegar un cable hasta vosotros. Os recomiendo que abandonéis la nave para poder tener contacto visual con el cabrestante. En cuanto lo hayáis asegurado al arnés de vuestros trajes avisadme y comenzaré a subiros. Intentaré determe a medio camino para tratar de evitar el síndrome de la descompresión-Informó por radio.

-Lo ideal sería que esperáseis a que el habitáculo se llenase de agua por los orificios, pero no disponemos de tanto tiempo, por lo que os recomiendo que abráis las compuertas de emergencia. Tened en cuenta que seréis golpeados por un torrente de varias toneladas de agua, por lo que sería recomendable que antes de abrir os situéis en los laterales de la compuerta de emergencia para evitar el golpe directo, y que os amarréis al arnés de seguridad de la bodega- Y tras dudar unos segundos, se giró hacia Grey, devolviéndole de facto el manod de aquella operación- Si a usted le parece bien, Sargento.

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27/01/2022, 22:31
William P. Thompson

William estaba en un campo que le resultaba completamente nuevo. Aunque había hecho algunas pruebas de supervivencia, nunca fue su especialidad y verse de pronto en una situación a vida o muerte resultaba chocante, pensando en lo absurdo que resultaría que muriera por unas hormigas en un sitio donde no debería haber corrido peligro ya que se suponía que estaban en entrenamiento. Pero el recuerdo de Simon dejaba a las claras que aquí se estaban jugando la vida. 

Con mucho cuidado cogieron unos cuantos huevos, los suficientes como para poder alimentarse unos cuantos días. Volviendo con el resto pudieron ver lo que quedaba del recluta que había muerto contra las hormigas. De alguna manera parecía que se estaba acostumbrando a la muerte. Siempre lo había sentido como algo lejano. Había perdido a su madre de niño, pero nunca más, aunque tampoco es que hubiera tenido muchas relaciones personales, sin embargo en los últimos meses ya había presenciado unas cuantas muertes... incluso el mismo había matado... Cuan diferente era todo respecto al joven que era en el momento de alistarse... Recordando las clases de primeros auxilios trató de tomarle el pulso con una mano, mientras con la otra sujetaba firmemente el arma sin dejar de mirar por los pasillos de las cavernas. 

Ante el segundo comentario de Lowell, Thompson se llevó el dedo índice a los labios marcando como prioridad el permanecer en silencio. Lo último que necesitaba era a alguien a quien los nervios le traicionaran y empezara a hacer ruido o a hablar. Se maldecía por no haber estudiado algo más de biología, pues no tenía claro como se formaban o se comunicaban las hormigas. Nunca les había dado mucha importancia, pues a fin de cuentas no eran más que insectos. Pero estaba decidido a estudiar más. Desde luego que para un trabajo así había que saber de todo. Nunca se sabía cuando podría hacer falta. 

Llegaron al lugar donde habían dejado al resto de compañeros y se lo encontraron sin nadie. Primero elevó la mano derecha mandando a Lowell que permaneciera calmado. Luego se puso a buscar rastros. Lo más probable es que hubieran detectado a tiempo a las hormigas y hubieran escapado o que hubieran planteado un táctica defensiva y hubieran retrocedido. Se preguntaba como actuarían las hormigas ante esa situación... suponía que dejarían de perseguir al intruso si huía, pero no era lo suyo la biología. Dejó que las marcas del suelo hablaran para él. Si se había producido un combate sería fácil de comprobar, pues habría rastros de sangre y no debería ser difícil entender si habían huido o habían sido capturados los demás, pues las huellas humanas nada tenían que ver con las de esas criaturas. 

- Tiradas (1)

Motivo: Rastrear

Dificultad: 0

Habilidad: 9

Tirada: 1 2 8

Total: 2 +9 = 11 Éxito

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28/01/2022, 18:59
Daya Banerjee

Mes 3. Día 18. Lanzadera/Nightingale

Se sentó junto a Frank, enfrente de la consola, y observó cómo procedía buscando información, primero de Faith y, después, del hombre que aparecía con ella en la foto.

-Me temo que para ser novata acaba de apropiarse de una nave de la Space Force de una manera espectacular-comentó con cierto tono irónico pero que dejaba entrever su preocupación por que, si no era novata, eso significaba que quizás estaban tratando con alguien realmente peligroso y efectivo-¿Tráfico ilegal de minerales?-miró con detenimiento la imagen del hombre en pantalla-No me da el perfil de alguien que se meta a enfrentarse con la Space Force.

Suspiró, seguían sin saber demasiado, iban a ciegas-Esperemos que el no haber aprovechado para eliminarnos ya, quiera decir que, de una forma u otra, nos necesitan o nos quieren para algo…

No tardaron nada en ponerse de acuerdo. Todos, salvo quizás Donner por la cara que puso al escucharles, estaban de acuerdo en quedarse. Aún así, la innumita había estado pendiente en todo momento de la expresión en el rostro del doctor y había estado pensando sobre la propuesta de este de la posibilidades que tenían de que ella los sacara de allí. El había pensado en esa opción muy seriamente, quizás deberían haberlo escuchado como mando, él tenía mucha más experiencia que ninguno de los allí presentes. Pero, ni él quería decidir por todos ni ella veía claro el tener oportunidades de sacarlos de allí indemnes pilotando la lanzadera.

De una forma u otra, ya era demasiado tarde. Cada segundo que pasaba la distancia entre ellos y las naves piratas se reducía y ya era casi insignificante si hablaban de la distancia que podían cubrir las armas que portasen. Solo había que esperar que las pretensiones de Faith fueran solamente quedarse con la Nightingale o, quizás también con la lanzadera pero que, de una forma u otra, considerase el liberarlos en algún lugar del universo.

Para Daya era muy difícil pensar que aquellos piratas quisieran la muerte de su equipo sin que ellos les hubieran hecho nada. Algo en su interior buscaba una explicación a que aún aquellas naves no hubieran disparado contra ellos, pero no encontraba una razón por la que quisieran que subieran a la Nightingale. Seguía pensando que si ella fuera Faith no querría tener testigos de lo sucedido.

-Traeré a Vega a la lanzadera y la prepararé para que grabe todo lo que pueda, imágenes, sonido, localización. Te paso al panel de comunicaciones los mandos de Lira, Eylo-asintió a la propuesta del capitán Kepborn-Tenemos que ser rápidos en preparar todo esto o alguien se dará cuenta de que estamos planeando algo.

Se puso manos a la obra sin perder tiempo. Recuperó toda la información sobre Faith y todo lo que había grabado Vega hasta ese momento y lo dejó disponible para que Eylo continuara. Después tomó el control de Vega y la atrajo de nuevo a la lanzadera anclándola en su compartimento, que dejó abierto. La programó para grabar todo lo que sucediera a su alrededor a partir de ese momento siguiendo la propuesta del capitán y derivó sus controles al panel de mandos de los drones que llevaba en su muñeca desde que habían descendido al disco. No pensaba que fuera a usar a Vega realmente, pero por lo menos existía esa posibilidad si no le quitaban el dispositivo de control porque pasara desapercibido.

Fueron rápidos y todo estuvo listo antes de que las naves llegaran y ella recibiera la orden de llevar la lanzadera hasta la Nightingale.

-Avanzo hacia la Nightingale… suerte a todos…-les deseó antes de propulsar energía a los motores y mover la lanzadera hacia la nave hospital. Le dieron el alto antes de llegar y pudieron ver como se adelantaba una de las naves y se conectaba, permaneciendo un largo rato allí. Contaba los minutos, el número de personas que podían estar desembarcando durante todo ese rato, y no eran unos cálculos halagüeños. Pero se mantuvo en silencio, no quería comentar lo evidente, pero las miradas que se cruzó con el capitán y con Eylo, lo decían todo. Pero tuvo tiempo para pensar en lo que podían querer aquellos piratas para querer hablar con ellos. Y dos ideas se fueron formando en su mente. La idea de que quisieran pedir un rescate era factible, quizás Faith no se había percatado de que la mayoría eran reclutas y que valían nada o casi nada para la Space Force. Si ese era el pensamiento de la mujer se sorprendería de que, quizás, la nave valiera más que las vidas del equipo para los altos mandos. Eso la llevaba a pensar a más largo plazo. Si eso era así y pedían un rescate quizás vinieran a por ellos pero, si la Nightingale era más importante y la querían recuperar como fuera, quizás sus vidas corrieran en ese momento peligro si estaban a bordo. Dejó de pensar en aquello, no tenía la certeza de que la premisa inicial fuera cierta, y no ayudaba mucho pensar así.

Lo segundo en lo que reparó es que Faith había dicho que quería llega a acuerdos con ellos. ¿Acuerdos? ¿En qué podían consistir esos acuerdos? Un trabajo, un encargo, quizás información. Miró a Frank. Era el único que podía ofrecer algo, quizás ese código de acceso que había introducido en el panel de la lanzadera para obtener información sobre Faith y su pareja. Ese código daría acceso a muchas cosas más desde la Nightingale, quizás información delicada que estuviera a su alcance como capitán. La mirada a su pareja fue más intensa y se notó que temblaba sopesando aquello. Su preocupación creció.

Y mirando desde su posición a la nave hospital se planteó otra cosa. Su mirada se desplazó de una nave a otra de las que los escoltaban y finalizó de nuevo en la Nightingale. Acuerdos. ¿Necesitaban personal para la nave? ¿Les iba a proponer que se unieran a su causa fuera la que fuera? Tenía personal muy válido para incorporar a sus filas. Seguro que un doctor no les vendría nada mal en aquella nave, aunque dudaba que siguiera siendo un hospital y no fuera reconvertida en otra cosa en breve. Eylo, siendo de telecomunicaciones, sería un lujo para manejar todos los dispositivos de la nave. Quizás necesitasen un piloto que la conociera bien y ella llevaba más de quince días pilotándola y aprendiendo sus entresijos con la ayuda de Lomber, el mecánico de cabecera de la nave.

No, imposible, no se arriesgaría ni se podría fiar de nosotros a no ser que no nos diera otra opción o unas condiciones a las que fuera imposible negarse…

No podía estar segura de nada, quizás no se estaba acercando ni lo más mínimo a lo que aquella mujer pensaba hacer con ellos, así que decidió no pensar más y prepararse para lo que fuera a suceder en breve. Su mente viajó entonces hasta Innum, despidiéndose en silencio de cada uno de sus seres queridos, no podía hacer más, pero le tranquilizó hacerlo.

La voz de la corsaria en los altavoces la sacaron de sus cavilaciones.

-Recibido, Faith-se tuteaban, le resultaba extraño para ella después de todos aquellos meses en la Space Force y más sabiendo que se trataba de alguien que acababa de robarle la nave. Llevó la nave hasta la posición de anclaje y sintió que se le paraba el corazón. Ya, sí o sí, no había vuelta atrás. Deseó con todas sus fuerzas que no se hubieran equivocado, que tuvieran una oportunidad aunque aquello les costase salir de la Space Force para siempre. Pero eso significaría que seguían vivos y que la vida continuaba de una u otra forma.

Antes de abandonar la cabina y dirigirse hacia la compuerta por la que saldrían se acercó a Frank y lo detuvo, mirándolo a los ojos, seria, asustada por haberse equivocado intentando hacer lo que su corazón le decía que era lo correcto-Si ocurre algo… si… tienes la posibilidad de salir de esto, hazlo. Y, cuando puedas, ve a Innum y cuéntales lo sucedido-le puso la mano sobre sus labios para acallar sus protestas-quizás eres el que tienes más posibilidades de salir de aquí de una forma u otra. Aprovéchalo, hazlo por mí-selló su petición con un cálido beso antes de seguir a los demás a la compuerta que les llevaría al encuentro de los piratas.

Al abrirse la compuerta pudieron ver al comité de bienvenida que les esperaba. Si los soldados espaciales impresionaban al verlos armados, ver a aquellos piratas que no dejaban a la vista ni sus ojos, armados y listos para disparar le puso la piel de gallina a la innumita e hizo que tuviera que ser fuerte para no dejar entrever su respeto ante aquella situación más de lo que quería dejar ver. De alguna forma, quería aparentar una tranquilidad  y una confianza en sí misma que no sentía en absoluto pero que consideró que podría ayudarle de cara a la galería.

Dejó que uno de aquellos soldados se acercase a ella y la cacheara mientras otro, como si fuera un robot, se quedaba cerca vigilando que no hiciera ningún movimiento sospechoso, listo para disparar a la más mínima excusa. Ella iba desarmada. Lo único que hubiera podido portar era la taser que le había dejado Eylo, pero la había dejado en la lanzadera a sabiendas de que allí no le serviría para nada. Así que no era un peligro para nadie. Cuando le pusieron las esposas se las quedó mirando un instante, aquello complicaba las cosas, pero no había opción.

Lanzó a Eylo y a Frank una mirada significativa cuando escuchó a Faith hablar con sus hombres. Ella no era la cabecilla de todo aquello o, por lo menos, no estaba sola. ¿Quién era Big Bang? ¿El hombre de la foto en la Galactic Connect? ¿Una tercera persona de la que desconocían la identidad? No tardarían en saberlo. Pero no pudo dejar de pensar en lo hipócrita que era aquella mujer, escucharla le había abierto las ganas de pegarle un buen puñetazo en el estómago. No iba a consentir acciones bélicas ¿en su hogar? Qué rápido llamaba aquella mujer hogar a algo que acababa de arrebatarles. Se tuvo que tragar su ira. No ayudaba en nada que demostrase lo que sentía en aquel momento en realidad, así que hizo de tripas corazón para que no expresión facial no demostrase el rechazo que le había causado escuchar sus palabras.

Caminaron siguiendo a los hombres armados hasta que llegaron a la sala de reuniones en la que ya estaba su compañero. Daya no pudo dejar de saludarle al llegar y preocuparse por su estado aunque la presencia del pirata a su lado imponía-Lomber, ¿todo bien? ¿cómo estás?

Ya estaban todos juntos de nuevo.

Pero había algo que le preocupaba, ¿Dónde estaba la tripulación de la Rust? Había pensado que también estarían allí o, por lo menos, los habrían visto al llegar. Se negaba a pensar que Faith los había matado.