Partida Rol por web

L​unes, 8 de enero de 105 PA:

La enfermera hace un gesto de hastío ante las palabras de Shidi. Parece no sentarle bien que constantemente le llamen cosas como "encanto" o intenten averiguar la hora en la que termina su turno.

- Sinceramente, no esperábamos que los calmantes tuvieran un efecto tan fuerte. Creíamos que, con tu estructura, aguantarías mejor. Pero ya se sabe que las apariencias engañan.

Satisfecha con el estado del hombre, le deja espacio para que pueda comenzar a moverse.

L​unes, 8 de enero de 105 PA. Salida de la Clínica:

Anduvo cabizbajo hacia la salida cuando alguien se interpuso demandándole que se quedara y diera explicaciones. Alzó la vista y lo observó, inicialmente como si fuera un extraño. Tal vez lo fuera. Había algo vagamente familiar en el elfo que hizo que el mago, por prudencia y deferencia se esforzara en darle una contestación.

- Ahora no. Aquí, no.- dijo con tono de voz severo y a la vez débil. Después continuó caminando y salió de la clínica. En ese momento, para él, había cosas más importantes que el futuro de los Rift Warriors.

L​unes, 8 de enero de 105 PA.

- El Alto Mago Daeron Drognan sale de la Clínica del Doctor Andrews.

Tras mirar como Daeron se marchaba, Jack se giró hacia la enfermera.

-Disculpe, señorita, seguro que con el informe que habrá hecho el doctor Andrews, insisto en que puedo darles cuidados suficientes como para que mejoren adecuadamente todos, tan solo necesito exáctamente eso, el informe de alta, el post quirúrgico, y en definitiva, los papeles necesarios, eso agilizaría todo para que dejásemos de abarrotar la consulta del buen doctor-

Se encogió de hombros

-O si quiere, seguiremos aquí montando jaleo hasta que nos echen, ya ha visto a nuestro compañero Quick, quizás de aquí a dentro de veinte minutos, no le queden ni esos pendientes que lleva puestos-

Esperó a ver si sus palabras resultaban concluyentes para el doctor, y dejarlos irse de allí. Ya.

L​unes, 8 de enero de 105 PA.

Una vez Briaeros estuvo libre de todas las conexiones, se levantó, aunque no sin cierto esfuerzo, y se dirigió a firmar para recoger sus cosas. Soltó algo parecido a un gruñido de frustración cuando, a media firma, su mano quedó paralizada un par de segundos, aunque después de ese tiempo recuperó el control de la extremidad y pudo terminar lo empezado. Y, una vez aquello estuvo hecho y tuvo lo que le pertenecía en su poder, salió de allí sin mucha más ceremonia. 

L​unes, 8 de enero de 105 PA.

La enfermera sonríe a Tanreack con cierta condescendencia.

- "Me temo que esos documentos los tienen los pacientes. Tendrá que pedírselos a ellos". -

Después, viendo que Briaeros se marcha le dice:

- "Adios, buenos días tenga usted, Herr Briaeros." -

L​unes, 8 de enero de 105 PA.

Thomas se frotó las manos de emoción, al fin podía salir de aquel lugar. Sus compañeros comenzaban a marcharse y eso indicaba de forma inequívoca, que la visita a la clínica del Doctor Andrews tornaba a su fin, al menos por el momento.

- Yo tampoco me voy a demorar por aquí, me marcho y espero no tener que volver.

Con algo que podía llegar a parecer una sonrisa en el rostro, Thomas Covenant enfiló la puerta y se puso camino a la ciudad de Darkgate, tenía ganas de pisar las calles de esta. Siendo sincero tenía ganas de cualquier cosa, menos de seguir en ese lugar.

L​unes, 8 de enero de 105 PA.

La negativa de la enfermera pilló a Quick prestando atención a unos curiosos matraces, tanto que no relacionó la respuesta con su pregunta.
La chica ha dicho que no, pero, ¿cuál sería la pregunta?
Unos segundos después, Jack insinuó algo sobre él.
- Jack, me ofendes , tío. y se giró bruscamente hacia su compañero, tan bruscamente que golpeó la mesa que curioseaba haciendo que el matraz se cayese al suelo, convirtiéndose en añicos de cristal.
Eeee...Bueno, ¿ pero, es esta hora?. Qué demonios, tengo una cita urgente, me voy, me voy. Gracias Doctor, un placer volver a verle...Señorita, ya continuaremos, adiós a todos.
Y susurró algo a Emil según salía.
Nos vemos en el saloon, jefazo.

L​unes, 8 de enero de 105 PA

J.T. se levantó del catre pesadamente. Tantos días de inactividad le habían dejado las articulaciones doloridas y la musculatura ablandada. Todo su cuerpo protestó iracundo, hasta el punto de que al ponerse en pie, a punto estuvo de volver a derrumbarse sobre las sábanas revueltas.

—Bien... —murmuró cuando logró afianzar los pies y dejar de bambolearse— Creo que ha llegado el momento de nuestro adiós, preciosa. Echaré de menos ver tu rostro cada mañana al despertar. —Una sonrisa pícara asomó a los labios del soldado, afeada por el tinte fucsia de su piel y el sudor que perlaba su frente—. Supongo que tendré que volver a mi vida de Rift Warrior, en la que cada día puede ser el último...

La enfermera no pareció darse cuenta de la poco sutil insinuación; si lo hizo, prestó caso omiso. El excoalicionista tomó su petate del armario y lo colgó del hombro. Dio un último vistazo a la habitación, memorizando cada uno de sus recovecos. No pienso volver aquí en mucho tiempo. Espero...

Con paso algo renqueante, se dirigió a la salida, pasando entre los compañeros que todavía estaban presentes. Un guiño descarado a Vicky, una palmada de camaradería sobre el hombro de Emil, un ceño fruncido para Quick... Al resto apenas les dedicó un asentimiento agradecido.

—Es hora de que vuelva a mi habitación en el Saloon —comentó mientras seguía arrastrando los pies hacia las calles de DarkGate—. Quizás a alguno le apetezca tomar una copa con esta parodia de humano y contarle qué ha estado pasando desde que me arrancaron medio cuerpo como si fuera el relleno de un osito de peluche...

L​unes, 8 de enero de 105 PA

Las palabras de James hicieron que Quick se congelase levemente en su salida algo apresurada de la clínica, y le hiciese un gesto desde el umbral de la puerta, girando su cabeza de un modo algo grotesco y con una de esas sonrisas enormes partiendo su rostro por la mitad.
-Grandullón, acabas de mencionar dos cosas, copas y charla. A ambas plegarias este Flex es tu respuesta, soy capaz de hablar y beber al mismo tiempo. La la bebida aligera mi lengua y cuanto mas hablo más sed tengo. Venga, te espero fuera y te acompaño al Saloon. ¿Vienes Emil?

L​unes, 8 de enero de 105 PA.

POR LA MAÑANA.

- El tercer y último paciente, recoge sus cosas y sale de la Clínica, seguido de cerca por Quick Silver y Thomas Covenant.

L​unes, 8 de enero de 105 PA.

Nada que hacer allí. Nada que recuperar, nada que empezar. Nadie conocido, nadie que importara. Nadie a quien ella importara.

-Siento... siento haber venido a importunar. -Excusas. A la enfermera, al médico, quizás. Ya no había paciente a quien visitar, era un acto hipócrita. También lo había sido acercarse hasta allí, pero lo había hecho movida por la curiosidad, por Emil, por el pasado.

No, todo estaba perdido, ahogado en sangre y recuerdos.

-Adiós...

Una palabra. A Jack, un desconocido real. A Vicky, que era una desconocida, una extraña, aún después de haber sido una gran amiga. A Luna, quien tenía un aire de proximidad curioso, sumamente curioso, como de déjà vu. A Emil, de quien había tomado la idea de que sería diferente, de que podía volver a retomar lo que ya había acabado.

-Adiós.

- La mística Alexa sale de la Clínica.

Se había mantenido en silencio, en una esquina de la habitación, viendo como la enfermera retiraba las sondas y el resto del material de los cuerpos y las nuevas extensiones de sus pacientes. Siempre le producía curiosidad, siempre quería saber más de esos temas. Pero no quería entrometerse y no preguntó nada durante todo el proceso.

Vió como uno a uno fueron quedando libres de las garras de la clínica y eran puestos en libertad. A una nueva vida, a un nuevo período para los Rifts Warriors. O no.

¿Seguirían ellos tres formando equipo? ¿Tenían fuerzas, físicas y mentales, ellos tres para proseguir aquella tarea? Al verlos abandonar la sala, cabizbajos y en silencio, ignorándose la mayoría, una considerable duda comenzó a forjarse en su mente.

El último de ellos salió y Noa se miró las manos, indecisa, mucho más fuera de lugar que al principio si cabía. Miró a Emil, temiendo preguntar, pero queriendo saber. Porque no llegaba a entender por qué este había reclamado su presencia allí. Además, llevaba ya un buen rato lejos del Panteón, y no se sentía cómoda abandonando sus tareas de imprevisto. Y tampoco tenía mucho que hablar o recordar con el resto. Nadie había reparado en su presencia, o por lo menos eso le había parecido. Y eso le quitaba sentido a estar allí más tiempo y agrandaba la grieta que ella misma había interpuesto entre ella y el grupo al abandonarlos y decidir que su vida iba unida a la del Panteón.

Se acercó a Emil-Si no me necesitas aquí...tengo que volver...

L​unes, 8 de enero de 105 PA.

MEDIA MAÑANA.

Ante la falta de respuesta de Emil, Noa decidió que ya era momento de continuar con sus obligaciones en el Templo, no quería, ni tenía ánimos para retrasar más su marcha.

Con un gesto de su cabeza se despidió de los pocos que ya quedaban en la Clínica y salió en silencio rumbo al que había sido su hogar en los últimos meses: el Templo del Panteón Griego.

Al salir de aquella habitación sintió como dejaba atrás sus sentimientos encontrados ante aquella reunión. Todo lo que había pensado, supuesto e imaginado había sido sólo producto de su imaginación. Su futuro estaba en el único lugar en el que parecía encajar.... de momento.

Asentí a las palabras de Noa, distraido, y claramente preocupado por lo ocurrido.

- Sí, como quieras, Noa. Gracias por venir. Creo que iré al Saloon, con un poco de suerte Shidi nos puede contar algo. Espero verte más tarde. Esto no ha terminado- tras esas palabras Emil miró un instante a Vicky, antes de marcharse hacia el Saloon.

L​unes, 8 de enero de 105 PA.

MEDIA MAÑANA.

- Noa sale de la Clínica, poco después la sigue Emil.

-Si, es hora de irse yendo, adios doctor- Se dirigió hacia la puerta para ir detrás de los demás

L​unes, 8 de enero de 105 PA.

MEDIA MAÑANA.

- Tras despedirse del Doctor y la enfermera, Tanreack deja sola en la sala de espera a Vicky, que se ha quedado pensativa, y sale de la Clínica.