Partida Rol por web

Al entrar en el dormitorio encontráis un montón de literas colocadas en dos filas, parecido a un cuartel, unas colocadas hacia la pared y otras hacia las ventanas y ademas encontráis una cama bastante grande al final de la habitacion. Las camas parecen de buena calidad y apetecibles al sueño. También hay dos baúles por litera. Parece que aquí ya duerme gente. Hay pertenencias en algunas literas y sobre todo lo sabéis por que tiene una placa puesta con el nombre de su dueño. Hay una litera pegada a la pared que tienen 2 nombres: Felix Arnson en la cama inferior y Theron Einx en la superior. Otra litera pegada a la pared que pone Edward Lightblade en la inferior y parece tener la otra cama libre. Mientras la cama enorme tiene una placa que dice Balgala BjarniÝ.

-Bueno, picaflores -dice abriendo la puerta y metiéndose en la habitación sin pudor alguno- Elegid compañero de litera o sed tan solitarios como el palurdo de Edward. Cuando terminéis de elegirla, dejad vuestras pertenencias en los baúles y coged la llave, ya se os pondrá una placa más adelante. Eso si, poneos cómodos para la comida.

Después del puñetazo que Astrid le propinó a aquél chaval, Akai estuvo riéndose durante el resto de la conversación del grupo en aquel patio. El chico parecía ser bastante educado, no negaba eso, pero...no parecía tener muchas luces o no sabía elegir el momento. Cuando Zerstörer le dijo a Schet que los llevara a los dormitorios Akai simplemente tomo su equipaje y libros que le quedaban por leer y siguió a la mujer hacía dentro de la fortaleza.

La decoración de la fortaleza no le disgustó. Parecía un palacio con tanto rojo y tanto dorado por todas partes. Akai se preguntó si un lugar tan grande tenía sirvientes para mantenerlo. Una respuesta bastante obvia una vez formulada, pero si se daba el caso de que tuvieran que limpiar ellos, Akai se limitaría al recinto de su habitación. Ni un centímetro más ni un centímetro menos.

Al llegar a los dormitorios masculinos, Schet les dijo que escogieran una cama. Podían coger la que quisieran, ya sea acompañados o solos como un tal palurdo llamado "Edward". La habitación parecía acogedora. Al menos no era un estercolero así que para Akai estaba bien. Supuso que la ENORME cama del fondo era la de aquel gigante que los había saludado en el patio.

Sin perder más tiempo, Akai pasó al interior de la habitación. Decidió quedarse con una de las camas que estaban colocadas hacía la pared. Tomó una de las litera que estaba más alejada de las ventanas para que, de esa manera, consiguiera que la luz le molestase lo menos posible y, a la vez, no le impidiera leer sus libros. Escogió la litera de abajo y dejo su equipaje encima de la cama no sin antes meter sus pertenencias más valiosas dentro del baúl que le correspondía cerrando este último con llave.

Cuando terminó de ordenar sus cosas, decidió tumbarse en su cama a la espera de que sus compañeros terminaran de ordenar sus pertenencias para ir hacía donde fuera que estuviera la comida. La verdad es que tanta risa en el patio le había dejado con hambre. Suponía que en aquella comida conocería mejor a sus nuevos compañeros. Sea como fuere, lo que todavía se notaba mucho era el aura de desconfianza hacía estos que aun rezumaba Akai.

Kiru se dirigió hacia las habitaciones junto con los demás, todavia estaba terminando de ponerse la nariz en su sitio entre crujidos y mientras sonaban sus dientes chocando para no expresar ni gesto de dolor. Cuando llegaron a la habitación Kiru ya se había dado cuenta que el chico de pelo blanco que le acompañaba se reía de la situación, entonces Kiru se volvio hacia y como si de una bala se tratase se puso practicamente a su lado y le dijo al oído -se que ni usted ni yo queremos empezar con problemas asi que obviemos la situación vale caballero, no se lo tome a mal pero a ninguno de los dos nos gustaria salir heridos el primer dia, aunque por lo que parece yo si que he recibido - Despues de soltarle este comentario al oído, que dijo en voz baja pero lo suficiente como para saber que los demás también se enteraron, segundos despues se dirigio a aquel chico y le dijo como si nada hubiera pasado -Encantado de conocerle y de ser su compañero de habitacion caballero, mi nombre es Kiru,  un gusto.- despues de esto alfo la mano para darle un apretón de manera amistosa -Que le parece caballero¿Todo ovidado y cada uno por su lado?¡Que por cierto que buen pareado me ha salido! Usted decide...-

Mientras caminaban por la fortaleza fue observando la decoración.

- Se parece bastante a la decoración que tenia mi tío en su restaurante. - Miro a Schet mientras hablaba – ¿La cocina de aquí como es? Me gustaría poder cocinar, ehm.... Soy cocinero por si no lo sabíais y trabaje en un restaurante famoso, el de mi tío, y... podría hacer buenas comidas para todos.

Después de decir eso se callo un rato hasta que llegaron a las habitaciones, total, quizás a ellos no les interesaba probar su cocina.

Después de ver como eran las literas se acerco a una central, la parte de arriba y que tuviera buena iluminación pero la ventana que estuviese no le diese de lleno, dejo sus cosas, que no era mucho ya que perdió todo hace tiempo. No le importaba tener un compañero de litera, aunque tampoco le importaba quedarse solo en esa misma litera.

Akai se quedó mirando a Kiru mientras soltaba esa parrafada. No se inmutó en absoluto y le miraba con cara de total indiferencia. No le importaba nada como se hubiera llegado a sentir por reírse de él hace un rato. Cuando Kiru acabo de hablar y le acerco la mano de manera amistosa, Akai se quedó mirándola unos segundos para, después de esto, alzar la vista y clavar la mirada en los ojos de aquel hombre.

- Con esa frase parece que eres tú el que quiere empezar con mal pie. Sinceramente, si te ha molestado que me haya reído de ti te aguantas. Tú mismo te has puesto en ridículo haciendo algo que no deberías haber hecho y te han golpeado por ello. Si haces eso atente a las consecuencias de tus acciones. Si no te gusta, rectifica, aprende a hacer las cosas en su momento y no cuando no debes.

Akai hizo una breve pausa entre sus palabras. No quería parecer mala persona, pero no era su culpa que al tío le hubieran roto la nariz y él se hubiera reído. Había sido gracioso le gustase o no. Apartó la mano que le había tendido Kiru y, como si este último no estuviera, siguió leyendo su libro.

-Mi nombre es Akai y olvidar el suceso de antes depende completamente de ti no de mí. - Por último, se dirigió hacia Heins por la frase de antes. - Siento no haberte respondido antes, estaba inmerso en mis pensamientos. La comida que hiciste en el Kholany estuvo muy bien. Podrías cocinar aquí también si te dejan.

Akai no era escrupuloso con la comida, pero realmente la comida que preparó Heins en el Kholany estuvo deliciosa.

Cervantes entró sin hacer demasiado ruido a las habitaciones masculinas, para variar, cargaba en su mano derecha un pequeño maletín de color marrón claro que colocó encima de una de las camas vacías. Y después con sumo cuidado se quitó su pesada Tuba y la colocó con cuidado junto a su cama, casi pareciera que reverenciaba a aquel instrumento. De cualquier forma se giró hacia sus otros compañeros volviendo a su tono habitual y exclamando; ¡Compañeros, Amigos, Hermanos, Compadres! ¡No es momento pues de pelear si no de descanso y relax, pues este no es otro que el santuario de los hombres dedicado a su bienestar y confort! ¡Oh, la Juventud! ¡Puede ser centro de amor y pasión a la par que odio y disgusto! ¡¿No es acaso maravillosa?! ¡Tal efímera esencia que nos acompaña!- Con una floritura bastante llamativa, se coloca junto a los dos jóvenes y apoya una mano en el hombro de cada uno- Entonces pues, si este es nuestro santuario personal, y somos pues compañeros y hermanos de esta fortaleza, tratemos de comprender unos a otros y no profanar la tranquilidad que de sus paredes emana. ¿Vale?- Cervantes los miraba a ambos con ojos sibilinos mientras sostenía una marcada sonrisa.

Tras aquella pequeña actuación, Cervantes continuó hablando como si todo aquel en esa habitación fuera su público; ¡Oh, Mary! ¿Qué secretos esconderá este fantástico lugar a la hora de las estrellas y la luna cantante! ¿Donde se esconderán los relucientes ángeles que con su sonrisa iluminan cada rincón de este lugar? ¿Será pues esta la noche en la que conoceremos el rumbo de nuestros corazones? ¿O por el contrario caminaremos por el nocturno hálito que la luna marca hacia nuestro destino? ¡Tal posibilidad de rumbos y destinos, tal posibilidad de elecciones y decisiones! ¡Oh, Mary! Ojalá pudieras contemplar tal maravilla.- Y con una leve sonrisa melancólica miró hacia la tuba, que adornaba el lateral de su cama. Acto seguido comenzó a exclamar como lo había hecho momentos antes; -¿Y no es pues también, mis queridos amigos, el momento de saciar nuestros estómagos y nuestros ojos con las delicias que nos esperarán en el comedor?- Con pasos largos y rápidos se coloca en la puerta, abriéndola y saliendo. Antes de cerrar la puerta asoma la cabeza levemente y dice; -Me adelantaré al comedor, mis recién encontrados amigos, el viento no espera nadie, así como el hambre nunca afloja su yugo. ¡Hasta ahora!- Y Cervantes cerró la puerta en un abrir y cerrar de ojos, poniendo marcha hacia el comedor, mientras en voz baja, susurraba; -Oh..Mary..

Kiru soltó una gran risotada -JAJAJAJAJAJA... ¿Realmente crees que vengo buscando pelea? lo de tu risa es lo de menos lo que realmente quería saber era la actitud que tomabas y como eras realmente, ya que cuando empiezas a conocer a alguien es cuando empiezas a entender como funciona su mente, y es cuando realmente puedes hacerle daño- Esto ultimo lo dijo de manera un poco melancólica, entonces dio la espalda a Akai con quien estaba hablando para decir -Bueno como tu dices lo de olvidarlo esta en mi mano, pero tu actuación sobre la memoria sera crucial también, a lo que por cierto felicitarle por su buena respuesta ni yo mismo lo hubiera dicho mejor. Y como dijo aquel caballero amante de la tuba el hambre apremia y no es buen rival nunca.- Al decir esto se dirigió a una litera que estuviese cerca de una ventana, por que no es que adorara la claridad, pero la oscuridad no le traía buenos recuerdos, dejo la pequeña maleta que llevaba, que era su único equipaje. 

Una vez soltada la maleta se acerco Heins y le dijo -Creo que usted ya conoce mi nombre por que lo acaba de escuchar, aun así me vuelvo a presentar, me llamo Kiru, y si como dice su compañero, tan diestro es usted para la cocina seria de agradecer y orgullo que fuese usted en un futuro cercano quien nos deleitase con sus habilidades culinarias.- Por ultimo dejo caer una sonrisa amistosa mientras pensaba por dentro -¿Realmente podre confiar en su comida?, al fin y al cabo es la manera mas fácil de envenenar a alguien, bueno utilizare a los demás como conejillos de indias, esperare a que ellos la prueben primero.-

-No creo que vayas buscándola. Solo he dicho que parece que lo hacías con esa medio amenaza que me has recitado en voz baja. -Dijo Akai sin inmutarse lo más mínimo por las palabras de Kiru. Sin embargo, sonrió cuando le mencionó el que ahora le conocía mejor. -No creo que me conozcas lo suficiente como para hacerme "daño". Puede que por la actitud te hagas una idea de cómo soy y el porqué de mi manera de ser, pero sigues sin tener ni idea.

Akai se dirigió a la puerta con la intención de salir y adelantarse al igual que lo había hecho Cervantes. Tenía bastante hambre y lo que había dicho Heins tan solo le había abierto más el apetito.

-Y una última cosa Kiru. -Dijo antes de desaparecer por la puerta de la habitación en la que se encontraban. -Tu actitud también revela bastantes cosas. No creas que eres el único que se fija en los detalles.

Vio como Kiru se acercaba y se presento, aunque ya era la segunda vez que habia escuchado su nombre no le importo que se presentase de nuevo.

Yo soy Heins, encantado y seria un placer que probéis mi comida – Se quedo pensativo unos pocos segundos y miro a los demás – Voy yendo hacia el comedor, así aprovecho y pregunto si me dejarían usar la cocina.

Se despidió de Akai y Kiru con la cabeza y marcho hacia el comedor, no sin antes asegurarse de que llevaba su pequeño cuchillo de cocina en el cinto.

Tengo que preguntar como esta Rose, estoy preocupado por ella...

Schet vio como todos salían y Kiru se quedaba solo en la sala. No pudo si no reírse de su sino mientras se dirigía a la puerta.

-Vamos al comedor, picaflores, quizás puedas desahogarte en una buena jarra de cerveza -dijo abriendo la puerta y saliendo por esta.

Ambos se dirigieron al comedor.