Partida Rol por web

Akai sabía de sobra que Elya todavía no se sentía cómoda hablando con el más por el miedo a los hombres que por cualquier otra cosa. Pero eso no le importaba tanto. Al fin y al cabo era una de las pocas personas en las que sabía que podía confiar. Se limitó a escucharla evitando mirarla a los ojos para hacer que se sintiera lo menos incómoda posible. Cuando acabó se alejó un poco del tatami sentándose con las piernas cruzadas y mirando tanto a Astrid como a Elya.

-No pasa nada. -Dijo con una sonrisa refiriéndose al miedo que tenía Elya. -Demuéstranos lo que sabes pero, para que te sientas más cómoda, puedes luchar contra Astrid. Si después quieres probar conmigo estaré encantado.

Sentado y acomodado estaba preparado para ver el entrenamiento de Elya y Astrid. Elya creía que ellos dos eran fuertes pero Akai estaba convencido de que ella también lo era.

Sonrió mirandolos a ambos, el problema que Elya parecía tener con los hombres era algo que le había algo de gracia, pero también era consciente que lo mejor para ella era que lo superase pronto. Después de todo iban a tener que colaborar, trabajar y entrenar con muchos y si para ella sería una faena tener que lidiar con sus tareas mientras se preocupaba por los hombres no quería pensar como sería para la pequeña pelirrosa.

-Por mi no hay ningún problema, podemos entrenar ahora si quieres ya que estamos aquí, Elya. -Dijo en tono cordial y con una sonrisa amable. No sabía muy bien como tratarla la verdad, después de todo practicamente todas las personas "jovenes" que había conocido en los últimos días eran unas cuantas veces mas viejos que ella y a una señorita no le iba a preguntar por su edad, es de mala educación.- ¿Como prefieres que lo hagamos? Te dejo elegir.

Escuchó a Akai levantando suavemente la mirada, sonrio un poco conforme que no la miraba, eso le daba algo de espacio y la ayudaba a tranquilizarse. - Pues... Si queréis... Y descuidad... No solo se usar un escudo... -Río suavemente y se coloco el flequillo dejando ver ambos ojos, algo raro, parecía que iba en serio la cosa. 

- ¿Contra vos entonces... Astrid? - Dijo mientras iba al estante de armas tomando un bokken de madera, para luego volverse hacia ellos, su mirada había cambiado de inocente a seria, no parecía la misma chica.

El comentario de Elya la hizo sonreir levemente, aquella actitud le gustaba mucho, más de lo que se podía expresar con palabras. De la única forma que sería capaz de transmitirlo era con la espada y la alegraba ver como la chica era capaz de concentrarse tanto como para parecer alguien completamente distinto. La observó recoger el arma que usaría y colocarse en posición.

- Si, contra mi. Y no hace falta que me trates con esas formalidades...aquí todos somos iguales al parecer.

Astrid dejó un pequeño tiempo para una pausa y se posicionó ella esgrimiendo la espada con una sola mano pero manteniendo una guardia alta. Finalmente, y sin previo aviso se impulsó velozmente hacia adelante y comenzó a atacar con rapidez buscando los puntos debiles de la defensa de su adversaria.

Elya sonrío ampliamente a Astrid, iba a ser un combate digno, pero no igualado.

- Muy bien. - Tomo una posición con el bokken bien estudiada, poniéndose en guardia ya que veía venir a Astrid. Recibió el golpe el bokken haciéndolos chascar. "Es rápida, muy rápida." Frunció suavemente el ceño, mientras paraba los golpes de Astrid uno a uno, alguno le costaba más que otro, pero sin duda la joven pelirosa sabia lo que estaba haciendo.

Tras un minuto largo de Astrid intentando franquearla, Elya paso directamente al ataque, dirigía golpes precisos y rápidos a lo largo del cuerpo de Astrid, sin quitarla la vista de encima, aunque fuese más alta eso no la impedía verla a los ojos.

Entonces tras unos golpes de comprobación Elya se separó bruscamente, ya había medido la potencia natural de su rival, tanto defensiva como ofensiva. Jadeando suavemente tomo una postura defensiva de nuevo, ¿de que iba? ¿pretendía seguirse defendiendo? Eso parece.

Desde que empezaron a intercambiar golpes Astrid empezó a sonreir de forma distinta a la que había tenido hasta ahora. No era una sonrisa cordial ni amable, sonreía porque estaba disfrutando de aquella "pelea". Incluso empezó a reirse cuando Elya bloqueó alguno de los golpes que había echo con más mala idea. La emoción que sentía no hizo si no aumentar cuando la pelirosa empezó a atacarla también, obligandola a defenderse y esquivar los certeros golpes que iban dirigidos hacia ella, aunque algunos estaban tan bien coordinados que no pudo evitarlos del todo y había recibido más de un roce.

Cuando Elya volvió a adoptar la postura defensiva aprovechó para recuperar el aliento. Estaba muy impresionada y satisfecha de haber decidido empezar el día así. Incluso estaba orgullosa de ver que no se trataba solo de una chica con un escudo, podía defenderse bastante bien si se diese el caso. Lo lógico ahora sería que ella se lanzase de nuevo hacia la chica atacandola, pero optó por otra forma de ataque, moviendose con amagos y fintas y lanzando ataques engañosos en los que parecía que iba a golpear pero paraba a poca distancia del golpe y cambiaba la trayectoria. Quería intentar romper esa defensa y ver hasta donde era capaz de evitar, aunque también intuía que debía ser precavida, pues igual que ella estaba actuando así podía encontrarse con un contraataque inesperado.

Aunque una cosa era evidente...sus armas estaban hablando por ellas en cierto modo.

Elya continuo a la defensiva a pesar de la nueva actitud dada por Astrid. Si en alguna finta era capaz de darla, aprovechaba esa oportunidad de abertura y no dudaba en hacerlo, aunque sabia perfectamente que si se descuidaba un mínimo segundo se la iba a echar encima.

Astrid hacia que el combate fuera más espectacular, chocaban sus bokkens muchas veces, otras simplemente Elya al ver que no podía defenderse intentaba esquivar hacia atrás o simplemente agachándose de manera rápida. Astrid era capaz de destruir la defensa del bokken de Elya, pero no su capacidad para sobreponerse al ataque, parecía más rápida incluso que aquella torpe portaescudo.

Desde luego hubo un momento en el que Elya y Astrid intercambiaban golpes, como si de una obra musical se tratará. Le recordaba mucho a sus entrenamientos del templo, donde con Ruka siempre intercambiaba golpes del mismo modo que ahora con Astrid, Elya no pudo evitar sonreír con este pensamiento evitando un último golpe de Astrid.

El entrenamiento estaba resultando estimulante, divertido y completo, no podía quejarse de ninguna forma y sus compañeros eran realmente excepcionales. No se le ocurría ningún motivo por el cual no contar con ellos o darles su confianza. Sus armas, aunque fuesen de madera, habían sido testigos e intermediarios para conseguirlo. Pese a la diversión e intensidad del encuentro, el cansancio empezaba a hacer mella en ella. No sabía cuanto tiempo habían estado interpretando aquella danza, pero iba siendo hora de dar el último golpe.

Astrid se separó de Elya saltando hacia atrás y tomó la espada a la inversa, pasando a quedar la parte de la hoja por su brazo hasta pasar su codo. El cambio de postura sacrificaba la ventaja de la distancia en beneficio de movimientos más ágiles y menos predecibles. Bloqueó uno de los ataques de la chica en esa postura pero cuando esta empezó a retirar su bokken para adoptar otra pose ella siguió presionando hacia adelante manteniendo el contacto de las armas en todo momento. Tras esto intentó una maniobra a la que no estaba del todo acostumbrada. Intentó tomarla del brazo para desestabilizarla y caer al suelo si no Elya sola las dos.

Elya no vio el agarre, durante una fracción de segundo Astrid se interpuso por delante de Elya y consiguió tumbarla. 

- Ouch. - Dijo cuando tomo contacto con el suelo. - No lo he visto venir... Jajaja... - Raro, Elya riendo, seguramente no se lo había pasado tan bien desde hace mucho. Astrid soltó su brazo y Elya se quedo tumbada con los brazos en cruz mirando al techo mientras jadeaba, menudo combate. 

- Gracias... - Sonrío al techo de manera complaciente. - Hacia mucho... Que no me lo pasaba tan bien... Te debo una... Astrid... - Se sentó en el suelo mientras se quitaba el sudor de la frente. - Eres muy rápida y fuerte... Lástima que yo no lo sea tanto. - Se rasco la nuca sonriendo de oreja a oreja haciendo que su flequillo volviese a su sitio solo.

Akai, que había estado disfrutando todo el tiempo de el combate con la boca abierta, se levantó y comenzó a caminar en dirección a las dos chicas. Había sido la primera vez que había visto reir a Elya y le había parecido incluso raro pero cuando la escuchó sonrió para sí mismo. Cuando el chico llego a donde estaban aquellas dos, le dio un puñetazo "cariñoso" a Astrid en el hombro.

-No se cuándo impresionas más. Cuando se combate contra ti o cuando se te observa combatiendo. -Dijo mirandola a los ojos y sonriendo de manera agradable. Acto seguido, se volvió hacia Elya y le tendió la mano para ayudarla a levantarse. No esperaba que aceptara su ayuda por el miedo que le tenía. Tan solo le dijo una cosa.

-No tienes nada que envidiarnos. -Dijo con una sonrisa mientras seguía tendiendole la mano.

Astrid sonrió satisfecha, siendo plenamente consciente de la suerte que había tenido al conseguir que funcionase la llave. Se acercó a Elya y colocó su mano en su hombro con suavidad a la vez que le guiñaba un ojo a Akai cuando le dio con el puño a modo de "vendetta" por lo de antes.

- No te infravalores Elya, si te soy sincera de no haber conseguido derribarte me hubieses ganado tu. Solo he tenido suerte...estoy orgullosa de tenerte, de teneros -dijo mirando a Akai- como compañeros. -Sus palabras no podían ser más sinceras en esos momentos. Se quitó el sudor del rostro con la otra mano y se acercó a donde hubiese caido su gorra para volver a ponersela. estaba claro que no podría entrenar con ella puesta, al menos de momento. Aunque podría ser una forma de exigirse más el realizar los entrenamientos sin que se le cayese. Con eso en mente se volvió hacia sus compañeros.

- No soy nada impresionante Akai, solo doy lo mejor de mi misma en cada combate, ya sea real o de entrenamiento. Los actos transmiten más que las propias palabras. -La verdad era que tras tanto entrenamiendo estaba bastante sudada y se sentía algo incomoda.- ¿Que os parece si nos aseamos un poco y volvemos a encontrarnos aquí y nos relajamos?

Sonrio a Astrid cuando noto su mano sobre su hombro y al ver la mano de Akai negó suavemente con la cabeza incorporándose ella sola.

- No me infravaloro... Es la realidad. - Se encogió suavemente de hombros. - Y... Gracias, yo también... Estoy orgullosa de teneros como compañeros... - Sonrío un poco con la mirada gacha dada la cercanía de Akai. Al oir a Astrid comentar lo del baño Elya asintió un buen baño le sentaría de maravilla tras el combate realizado. 

- Podríamos ir.. Sí... Es temprano aún, podriamos ir a desayunar y... Bueno ir a dar una vuelta por la fortaleza... ¿Os parece bien? ... - Elya comentaba en bajo pero en tono feliz, nunca habia estado tan "cómoda", con dos personas que acaba de conocer.

Ríri no termina su coreografía, exactamente se queda quieta levantando el pie para retroceder de una voltereta. Mira a Athena y cambia su rostro serio por uno amigable.

-¡Athena! -dice volviendo a una posición normal y acercándose a ella- ¿Que te trae por aquí preciosa? ¿Te apetece entrenar un rato? Aunque es raro viniendo de ti... Realmente nunca has entrenado con alguien que no fuera Stake... -dice dudosa poniéndose un dedo en la boca.

La mujer espera la respuesta de Athena, parece amigable y abierta al dialogo. Por lo que sabes de ella, es una profesora de artes de combate cuerpo a cuerpo bastante poderosa y por lo que sabes gracias a Stake es que una patada concentrada de ella podría dejarte en la misma situacion que en la que te dejo Athil, el vampiro de la armadura.

La actitud de la chica era algo que a Astrid le encantaba, esa versatilidad de ser tanto seria como "un encanto" hacía que sonriera bastante en presencia de sus dos nuevos amigos. La norteña miró a Elya y luego a Akai.- Me parece una buena idea, vamos, nos relajamos un ratito y el desayunar la verdad es que...-en ese momento le sonaron las tripas- bueno, ya os podeís hacer una idea. -Dijo entre risas mientras se dirigía al expositor y dejaba allí el bokken que se le iba olvidando devolverlo.

Astrid se dirigió hacia al puerta y la abrió a la espera de que el resto decidiera si salir ya o quedarse un ratillo más allí.

Estoy de acuerdo. -Dijo Akai estirando los brazos. -Después del entrenamiento viene bien un baño. Además...

Llevaba sin comer desde el día anterior y, aunque intento hacer como si no tuviera hambre, se sonrojo cuando le rugió el estómago. El entrenamiento solo había hecho que esa necesidad aumentara y, sin perder más tiempo se dirigió a la salida para asearse e ir a comer.

-Sí... me muero de hambre. -Dijo quitándose la capucha al cruzar a la puerta ya que la luz del sol era más tenue y no le molestaba. -Os veo en el comedor. -Dijo con una sonrisa antes de partir hacía los dormitorios masculinos.