Partida Rol por web

Algunos soldados estaban practicando en el patio de armas. Ciertamente era bastante grande, casi podría decirse que ocupara casi toda la parte inferior y superior de la fortaleza, entendiendo que la fortaleza tiene 3 niveles. Te situas en el nivel inferior y Dusha parece relajarse bastante. 

Al cabo de un momento por una de las puertas entra en el interior de la muralla para subir aparecen los miembros anteriores.

-¡Hola Dusha! -decía Ríri mientras se lanzaba a sus brazos para abrazarle.

Dusha la abrazo y le dio un par de vueltas para frenarla. Después se acerca a Kiru el resto del grupo. El chico de pelo negro puntiagudo se adelanta al grupo y le pone la mano para un apretón de manos. El resto espera con cara amigable a que terminen las presentaciones.

-Encantado, soy Theron Einx, un miembro de la organización -dice algo serio.

Kiru miro a aquel hombre con desconfianza de arriba a abajo acabando este recorrido en la mano que le tendió, después de unos segundo miro alrededor suya como si buscara alguna trampa y una vez que estuvo mas o menos seguro le devolvió el apretón -Es todo un placer caballero disculpe mi desconfianza pero uno no se puede fiar ni de su propia sombra... Soy Kirutaitanzu pero llámame Kiru.-

Tras decir eso aparto la mano con algo de rapidez y la puso en la empuñadura de una de sus dagas. Kiru estaba tenso y no quería apartar la mirada (De manera desafiante) de ninguno de los que estaba en aquel inmenso patio.Pocos segundos después se dirigió a Dusha y le dijo -Bueno, ¿que tienen pensado hacer conmigo?-   

Rene se adelanto al hacia el muchacho y se encaro a él apartando a Theron de un manotazo en el pecho. La muchacha era bastante hermosa, aunque se podía ver perfectamente como su hombro derecho no era nada normal.

-No deberías desconfiar tanto de nosotros -dijo tocándole el pecho con la punta de su dedo acusatoria- Si quisiéramos hacerte algo lo hubiera hecho.

La chica había violado, literalmente, todo su espacio, se podría decir que estaba encima de él y encima parecía bastante disgustada.

Stefano por su parte se acerco a Rene y le puso la mano en el hombro bastante tranquilo.

-Señorita Rene, no debería ir siendo tan espontánea y directa con uno de nuestros compañeros -dijo sereno y sonriente- Es normal que este así, seguro que ha sido un viaje largo y al parecer no suele ser de esa clase de personas que procede de un lugar que trasmita mucha confianza.

Este ultimo alejo un poco a Rene de encima de Kiru, pero tampoco es que le diera mucho espacio vital.

Dusha vio la escena, pero estaba mas atento a la compañera que colgaba de su cuello que a Kiru, pero aun así no le dejo en la estacada.

-Creo que deberías ver la fortaleza con ellos, así conoces a otras personas -dijo tranquilamente- Ademas, si quieres saber como te va el dia, puedes tirar una moneda al aire.

Después de eso se río y le dio una palmada en la espalda. Realmente sentía que deberías sentir desconfianza, ninguno de ellos tenia un aura que te hiciera desconfiar, aunque si tener precaución, Rene era muy efusiva.

Kiru se dirigió a Rene y le dijo -Esa actitud no es apropiada para una señorita...- mientras se apartaba de ellos -Ademas ¿de veras crees que seria tan fácil acabar conmigo o siquiera hacerme algo? ¿Una señorita sola? - Despues de este comentario giro un poco la cabeza hacia Dusha e inclinándola hacia arriba le dijo -si tu dices que son de fiar tendré que creerte de algún modo... -

Theron se acerco a Dusha y a Ríri.

-Dusha tenemos que tratar unos temas de pedidos y visitas inesperadas -dijo bastante serio.

-¿Tiene que ser ahora? -respondió Dusha hastiado.

-Si, debe ser, vamos al comedor, seguro que allí podremos parlamentar.

Dusha suspiro y se dirigió a Kiru algo confundido.

-Tengo que atender unas cosas, quédate con ellos y visita las zonas de la fortaleza, así te afianzas mas a tu nuevo hogar -dijo quitándose a Ríri del cuello.

Ríri no actuó como una niña pequeña, más bien comprendió que era algo serio y se puso al lado de Rene despidiéndose de su amigo. Rene tenia una daga en la mano y la observaba con curiosidad.

-Esta daga es muy buena... Seguro que corta estupendamente -dice mientras la observa ensimismada.

Stefhano suelta una pequeña risa tranquila y Ríri se acerca efusivamente a Kiru.

-¿Entonces quieres ver la fortaleza? -dice poniéndose las manos en la espalda.

Ríri... bueno esta mujer parece estar bastante desarrollada y aunque muestre una actitud algo inmadura y demasiado optimista tiene tanto cuerpo como voz de mujer adulta.

-¡EH! En que momento me has quitado esa daga ¡Traiga aquí!- Esto lo decía mientras el quitaba de las manos la daga a René -Bueno ciertamente he tenido un comportamiento hostil y grosero, diculpenme,  pero también les pido que me comprendan un extraño me rae a un castillo y dice que va a ser mi nuevo hogar. Entonces creo que ya es hora de que me presente formalmente, Me llamo Kirutaitanzu pero podeis llamarme Kiru si se os hace mas facil -en ese momento se giro hacia Rirí y Rene; y como haciendo un gesto de reverencia cogio sus manos y las beso (En la mano) -Si dos señoritas como ustedes me acompañan seria un placer visitar este castillo cuantas veces hiciera falta- Despues de esto Rirí y Rene quedo un poco traspuesta.

-Y si no es mucho pedir me gustaria saber el nombre de las personas que acabo de conocer y me van a acompañar.- 

Kiru cogió sus manos y las beso, esto dejo algo descompuestas a las mujeres, pero Ríri se río un poco y Rene le aparto la mano derecha rápidamente a Kiru y se la cogió con su otro brazo. Kiru pudo notar, nada más rozarlo, como ese brazo no era normal, poseía un aura extraña y siniestra.

-No deberías coger los brazos de las mujeres por que si, Kirutaitanzu -dijo Rene seria y algo asustada- Algún día puede pesarte algo.

Rene retrocedió un poco y Ríri decidió quitarle un poco de hierro al asunto. Stefano puso un poco de mala cara y decidió huir de una caminata innecesaria.

-Yo voy a decidir irme a la biblioteca, tengo que preparar vuestras clases y aun no sabéis casi nada -dijo Stefano con tranquilidad- Y hazla caso, a los hechiceros no nos gusta mucho que nos toquen.

Sin mas dilación, Stefano cogió camino hasta la biblioteca, en dirección al edificio principal. La situación estaba un poco tensa, así que Ríri hizo lo que mejor se le daba.

-Vamos, vamos... -dijo Ríri poniéndose entre ellos- Hacia tiempo que no me trataban como una princesa -dijo riendo suave- Vamos a empezar viendo el edificio principal.

Esta les cogió de los brazos y empezó a tirar de ellos hacia el edificio principal.

Siento si la he ofendido no era mi intención solo quería como toda señorita merece-  Dijo Kiru quien en la cara habia puesto unn gesto de miedo y nervios.

Kiru hablaba con Rirí mientras cruzaba el patio, cuendo de repente pregunta -¿Bueno para que va aquel caballero de capucha a la biblioteca? La verda es que parece una persona bastante sabia, pero tambien es verdad que no lo conozco de nada-

-Oye ¿Rirí? cuanto cree que tardaremos en ver todo el castillo- Dijo Kiru mientras Rirí tiraba de ella hacia la otra punta del patio.  

-Stefano suele ser muy estricto con su temario. Ayuda a Rose a dar las clases de magia, aunque el lo único que maneje es ilusionismo. Enseñar a una persona que no sabe que es hechicero es muy complicado, y el lo sabe bien. Por su parte... Es bastante educado, no se podría decir mucho más de el -dijo riendo un poco- Sobre la visita puedes estar tranquilo, tendrás mucho tiempo para profundizar en todas las zonas, pero seguramente tardemos unas horas en verlo todo.

Lograron entrar en el edificio principal. El lugar era hermoso. Los colores marrones, rojos y dorados eran predominantes en la sala, claramente había sido decorado por una mujer. Nada más entrar subieron la escalinata y allí tomaron el pasillo de la derecha para dirigirse al hogar, el lugar de reunión casual de todos los miembros de la organización. Antes de entrar en el hogar puedes ver perfectamente como un chico rubio sale y se dirige por el pasillo que estaba enfrente de ellos, por lo que solamente puedes verle la espalda.

A media mañana, el grupo del Kholany vio a una distancia de unos 20 kilómetros la fortaleza de Tuk-Morgen. Era enorme, tenia una gran torre de homenaje, unas murallas cuidadas, un edificio principal enorme y 2 patios de armas. Tardaron una hora más en llegar hasta la fortaleza. Al llegar pudieron ver como la barbacana estaba llena de comerciantes que estaban negociando con los guardias que estaban de servicio por la zona. Pasaron la entrada, el Kholany, impresionantemente, cabia a la perfeccion por esta. Al llegar al patio de armas, Adelina ve como Ríri, Felix y Kiru se acercan corriendo a recibirles nada más entran en el patio de armas inferior mientras que Balgala y Schet también se acercan a curiosear por la parte cercana al edificio del comedor. Adelina le dijo a Athena que parase en mitad del patio, haciendo que se parara literalmente en la mitad de este. Las puertas del Kholany se abrieron y empezo a salir gente, pero algunos estaban en el techo del Kholany, no todo el mundo cabía allí dentro.

Ríri parecía sumamente contenta, saltaba y saludaba como era habitual en ella.

-¡Mira, mira! ¡Al fin han vuelto! -dijo Ríri a Felix y Kiru totalmente feliz.

En contratarte. Cuando Schet y Balgala iban a empezar su duelo aparece el Kholany a unos 50 metros de ellos. Schet sonrie y niega a Balgala.

-Tendremos que *hip* dejar nuestro duelo para otro momento, ha llegado el jefe *hip* Vamos a saludarle -dice mientras camina hacia el Kholany.

Al salir del carricoche el sol le deslumbra levemente, normal, a saber cuantos años se habrán tirado en el camino. De igual forma, aún posee su jovial actitud y se presenta ante las personas que ocupan el patio del arma vociferando; -¡Bravo! ¡Bravo! ¡Cuanta magnificencia en tan poco espacio, pues cualquier espacio es magnifico en comparación a ese infierno mecánico!- Con una sonora carcajada Cervantes se hace presente en el lugar como el primero en salir, sin perder un solo momento, continuó -¡Pero pardiez, Mary! ¡Que un demonio me carcoma si este infierno no ha estado repleto de silenciosos ángeles, pues el simple hecho de observarlas alentaba mi corazón a seguir! ¡Más no te preocupes mi amada, pues no hay resplandor más grande que el de tu dorada armadura!- Acto seguido pega sus labios a uno de los lados de su tuba, como un gesto cariñoso.

Al ver que hay más gente desconocida a su alrededor vuelve a comenzar con su narrativa; -¡Encantado, mis queridos desconocidos! ¡Mi nombre es Cervantes de Azora, y es un placer compartir este ostentoso lugar con vosotros! ¡Espero que nuestra compañía sea jovial y fructífera, en especial con las jóvenes señoritas!- Fijándose un poco mejor se percata de que la persona que busca se encuentra entre los presentes y con unas cuantas florituras bastante llamativas, se coloca frente a Ríri sosteniéndole la mano y besandosela con cuidado- ¡Oh, los cielos han escuchado mis plegarias, pues han vuelto a enlazar nuestros caminos! ¡¿Quien si no tu, sería pues la pieza que hace resplandecer este remoto lugar?! Oh..mi querida Ríri, es un placer volver a verte.- y con cuidado se levanta mirándola a los ojos.

La verdad es que era algo sorprendente el ímpetu y jovialidad que desprendía la chica Rirí. Los llevaba de la mano tanto a Kiru como a él desde la sala principal hasta el patio de armas. Sin embargo, su impulsividad y amabilidad se vieron rápidamente recompensadas tras la llegada del cochicarro. ¡Por fin volvían sus tan queridos compañeros! Bueno, no tan queridos por que aún no los conocía, pero estaba seguro que eran personas excelentes. O al menos tenían potencial para ello. 

Su cara mostraba una ancha sonrisa e ilusión propias de un joven que está recibiendo a su padre, madre o algo así. El primero en bajar es el adulador Cervantes de Azora. Su labia y sus palabras endulzan los oídos de Félix, que no puede hacer otra cosa sino quedarse prendado ante tales comentarios. ¡Es genial! Piensa mientras se acerca a él para ofrecerle la mano en un claro gesto de jolgorio y calidez. Calidez, pues esta sería su casa si estaba aquí para ayudar al resto o algo de ese estilo. ¡Un hombre con una tuba tan grande no puede ser mala persona! ¡Encima mira su pelo! Ojalá lo tuviera como él. Seguro que es súper popular con las mujeres.

-¡Lamento no ser una señorita, señor Cervantes! -Dijo para llamar su atención.- Pero me llaman Félix y es un honor contar con alguien tan grandilocuente como usted en esta nuestra fortaleza. Tengo que admitir que me considero un seguidor ferviente de su peinado y de su tuba.- Comentaba con una sonrisa permanente en su rostro, casi cerrando los ojos en el proceso. Lo único que lamentaba su mirada era buscar por el fondo a ver si salía por algún lado Adelina. Tenía que hablar con ella. Tenía muchas preguntas que hacerle. ¡Demasiadas!

De fondo vería poco a poco como el resto de chicas y chicos van saliendo del cochicarro. ¡Qué de bellezas juntas! El pobre chaval no puede evitar sino sonrojarse ante tanta chica guapa por los alrededores. ¡Vamos Félix! ¡No demuestres debilidad! ¡Que no huelan tu miedo! Pensaba mientras ofrecía aún su mano a Cervantes.

Elya tras pasarse las horas y horas en su habitación encerrada dada la nueva presencia masculina dada, finalmente pegaron voces de que estaban apunto de entrar, ¡ya era hora! La joven se apresuro a ir a la ventana de la habitación y abrirla de par en par, la sonrisa de oreja a oreja al observar el exterior. 

Tras un rato observando maravillada la fortaleza en si como podía desde aquella ventana Elya se dispuso a colocar sus cosas, recogerlas y llevarlas al hombro.

- Cuidado... Que salgo... - Advirtió la muchacha pues el escudo que llevaba no era precisamente ligero. 

Elya salia despacio del Kholany con cierta torpeza cualquiera que viese a aquella muchacha con aquel escudo tan grande a la espalda pensaría o que estaba loca o que el escudo era grande pero no pesaba nada de nada. Observo a los presentes de arriba a abajo, veía hombres y Cervantes se había parado así que bueno, Elya permaneció parada a un lado de la entrada en silencio hasta que todos salieran.

Murmuró en silencio y sin que nadie la pudiese escuchar _{(véase vídeo, traducción: Que desagradable.)} mientras miraba a los "hombres" presentes con timidez y agachando la cabeza, que conste que no lo decía a malas, solo que no estaba acostumbrada a la presencia masculina.

Akai pasó el resto del viaje en la terraza del Kholany. No le apetecía bajar hacía su habitación teniendo en cuenta el poco tiempo que quedaba para llegar a su destino además de que la brisa era agradable aunque el sol molestara un poco. Se quedó con la boca abierta al ver tanto los comerciantes como aquella fortaleza. Le recordó a la primera ciudad que visitó con Stake. 

Una vez dentro, el Kholany se detuvo a la mitad del patio en el que se encontraban y varias personas se acercaron para recibirles. Akai les miraba desde la terraza del Kholany preocupado por si le hablarían a algún objeto inanimado de una manera muy peculiar como hacía Cervantes con su tuba. No le caía ni bien ni mal pero…quería sus florituras y peripecias lo más lejos posible.

Sus compañeros comenzaron a salir para ser recibidos por aquellas personas siendo el primero de estos Cervantes de Azora. Como siempre sus acciones, como si de un baile coreografiado se tratase, consistían en hablar con su tuba y hacer 25 florituras para, acto seguido, dirigirse a la chica más joven. Sin embargo parecía conocer a esa tal Ríri. También le saludó un tal Félix el cual lo hizo de manera bastante amistosa y educada aunque se sonrojo cuando empezaron a salir las chicas. Akai no sabía porque pero la manera en la que Félix saludó a Cervantes le recordó a un presidente de comunidad de vecinos. Pero eso le era indiferente. Por lo menos parecía algo más normal y simpático así que, por ahora, las cosas marchaban bien. 

Al ver que sus compañeros salían y se presentaban al grupo que allí se encontraba decidió bajar también aunque no confiaba mucho en la gente nueva más por su experiencia con otras personas que por el aspecto de los que les habían recibido. Decidió quedarse callado observando como los demás se presentaban entre ellos pero sin alejarse mucho del grupo. Su actitud podría llegar a interpretarse como timidez pero simplemente era desconfianza hacia ellos.

Una vez el melenudo peliazul de la tuba subió al Kholany no hubo mayores motivos para seguir ralentizando el viaje. Athena permaneció en la cabina de pilotaje del carro de combate durante todo el resto del día ocupándose de la tarea que le había sido asignada.

Obedece las órdenes de Adelina de forma tan literal que casi espanta; ha aparcado el Kholany justo en el centro del patio de armas, desconectándose de los mandos tras apagar el vehículo. Realmente a partir de ese momento no sabe muy bien qué hacer... ¿esperar a que salgan los pasajeros? ¿aguardar hasta la vuelta de Stake? -Hemos llegado a nuestro destino. Gracias por confiar en las habilidades de conducción de las que dispongo. Por favor, les pido que vayan bajando para acomodarse en su nueva estancia.

Finalmente decide que lo más sensato será bajar y esperar a Adelina y Zerstörer para recibir nuevas órdenes. Se mantiene en completo silencio a un lado de la puerta con ese gesto serio y poco expresivo. Cualquiera diría que es la conductora o azafata del lugar dado que lleva un formal uniforme. El único problema es que... bueno. Tiene la zona del vientre hundida hacia dentro de forma bastante poco natural, como si se le hubiera quedado así de un golpe muy fuerte. ¿Qué rayos?

Eso si, actúa con completa naturalidad. Su completa naturalidad, que resulta ser más bien poca.

Mientras esperaba la respuesta de Ríri, el joven que permanecía a su lado, se acercó a a dar con él, parecía un buen joven, por lo que Cervantes no dudó en comenzar otro de sus monólogos; -¡Oh, congratulame su presentación, Joven Felix, es un tremendo placer para este hombre conocer a tan educado infante!- Sin remilgos le da la mano, un apretón de manos fuerte y firme caracterizaba a Cervantes- ¡Santo cielo, vuestro porte y postura es impecable Joven Infante, tal naturalidad y magnanimidad solo sería cercana a la de un rey!- Con una nueva floritura retrocede un paso hacia atrás y hace una especie de amago de inclinarse ante Felix, para justo después soltar una marcada carcajada.

Aquel Joven le había caído en gracia a Cervantes, por aquella época no se veía a gente tan educada, y desde luego eso le gustaba, solo un verdadero caballero mostraba aquella sutileza en sus palabras. Y sin ninguna vergüenza se lo haría saber usando sus tan estrambóticos gestos; -Veo que habeis estado esperando nuestra llegada, ojalá no nos haya tomado demasiado tiempo llegar, sería una lastima que mi preciosa Ríri haya sufrido mi ausencia- Con una negación de cabeza teatral procede a continuar- ¡Aunque con tan agradable compañía como el Joven Felix ninguna ausencia sería remarcable!- y vuelve a soltar una de sus carcajadas. 

Al ver que la joven que momentos antes lo había observado por encima del carro y se había ido de la misma forma que vino estaba sola y sin compañía los sentidos caballerescos de Cervantes se activaron, proclamando; -¡Oh Mary! ¡Tal Joven expuesta al amargo toque de la soledad solo puede herir los corazones de su alrededor! ¡¿Pues quien sería tan ruin de arrebatarnos tan agradable compañía?! ¡Por eso, mi bella Joven, acércate y regocíjate en la compañía de tus iguales, aunque sin duda nadie pudiera igualar tu silenciosa belleza! 

En ese momento como si quisiera interrumpirle de manera grosera Kiru se presento a aquel caballero de pelo azul, le extendió la mano y le dijo -Buenos dias caballero encantado de conocerle en esta grata situación, me llamo Kiru lamento mi brusquedad a la hora de interrumpir lo que estuviese dispuesto ha hacer pero, no he podido evitar su manera de tratar mujeres muy dignas de un SEÑOR, puesto que es lo que es usted ¿no?, y tal vez este muy mayor para actuar con ellas como si de un joven galán se tratase, tal vez debería de conformarse con la compañía de su tuba...- Dijo en un tono picaresco y a la vez celoso en cierto modo por la confianza que tenia con Ríri.

Mientras terminaba de decir esto dirigió su mirada hacia un lado, Kiru quedo sorprendido al ver a la mujer mas preciosa que jamas hubiera imaginado.

Practicamente patidifuso aparto la mano que había tendido a aquel hombre para dirigirse a ella una hermosa "pelivioleta" algo sonrojada y un poco cabizbaja, Kiru tosió de manera disimulada y le dijo -Hay rosas que son rojas, hay violetas color azul, el azúcar es dulce, pero la más bella eres tú y cuando me fui a dormir con la esperanza de dejar de pensar en ti, se me olvido que eres la dueña de mis sueños.- Habia que reconocer que la lírica no era lo suyo pero después de esto, se dispuso a acercarse para darle un beso en la mano la cual había cogido sin el permiso que aquella mujer, esperando su reacción.

Parecía que toda la atención residía en Elya. Akai sentía lastima por ella debido a que, lo más seguro, es que lo estuviera pasando fatal. Ya les había comentado alguna que otra vez a los que habían viajado con ella en el Kholany que no estaba acostumbrada a los hombres. Tendría que estar bastante nerviosa pero prefirió no intervenir ya que había llegado a la conclusión de que si la intentaba ayudar explicando el problema que tenía solo haría que la atención se centrase más sobre ella. Decidió seguir observando aquel patio en el que se encontraban. 

De repente uno de los chicos que habían venido a recibirlos se adelantó hacía Cervantes. Era un poco más alto que Akai y hablaba de forma picaresca a Cervantes. Akai no tenía claro si eso le había molestado a Cervantes o no pero, si llegase a molestarle, ya estaba visualizando la tuba incrustada en la cabeza del muchacho. De todas maneras se lo había dicho de manera educada y no creyó que le hubiera molestado en absoluto.

Sin embargo, la cara de Akai cambió totalmente al escuchar el "poema" que dedicó aquel chico a Elya. Lo único que pudo hacer Akai fue volverse para no reírse en su cara. No quería empezar de malas con nadie pero... simplemente no pudo evitarlo.

Buen intento campeón... -Pensó mientras lo miraba de reojo y seguía riéndose un poco.