Partida Rol por web

Perpleja.. detenido el movimiento y el verde de los ojos en aquel hombre que ahora se balanceaba ante mí colgado de uno de los cables de ascensor...

La figura de la pistola en su mano me había aterrado el gesto... y apenas me tranquilicé al ver como la guardaba el arma mientras sentía un leve temblor propagarse por mi cuerpo... un cuerpo que se aferraba a aquella escalera cómo si la vida le fuera en ello... Que estúpidez...

La vida me iba en ello...

La mirada verde se encontró con la suya... fue apenas un segundo.. y quizá fuera la oscuridad de aquel barco... o el frío... o verle allí... colgado emergiendo de unas sombras y una muerte cierta... pero me pareció el mismísimo demonio...

Yo.... yo... un brazo se despegaba de mi cuerpo.. tembloroso.. mientras entrelazando el otro brazo a los hierros... las piernas... me apartaba levemente a un lado, tal como hiciera con el 2º oficial para dejarle lugar a mi lado... Le tendía la mano... con el recuerdo de su pistola aún dibujado en las pupilas... Yo... te ayudaré a llegar....

Silencio y frío... y el dolor... aquel dolor que no era nuevo... pero que creí que no volvería a sentir... que juré no permitirme volver a sentir...

El alma se me vertía por las pupilas en aquella oscuridad que había devorado lo único que me importaba en aquel mundo... en aquella vida... y me mordía el labio hasta la sangre, agradeciendo la sensación... agradeciendo cualquier cosa que me arrancase de la rabia... del odio a todo que sentía...de las lagrimas que me abrasaban la piel... de la desesperanza... del grito... de la hiel....

Unos brazos me rodearon... maternales en sus susurros... y la nausea me invadía... y era tan tentador... Dejarse ir a su pecho.... llorar lo amargo que me consumía... llorar su ausencia... llorar la necesidad de su piel que me abrasaba, de su aliento... Respira hondo... piensa... Lo hice...

Quiero estar con él....

Me había girado de nuevo hacia el hueco de aquel ascensor... aún entre los brazos de aquella otra que también amaba... que entendía... Y observé durante un segundo aquella soga somera que ahora lanzaban a Trevor para entretener los ojos en mi brazo herido un segundo después.. Un segundo que fue una maldición, un relámpago furioso que me culpaba y me incriminaba... Maldita sea.. maldita... No podía acabar así... no otra vez... No...

El primer disparo dilató mis pupilas... me detuvo el latido... el segundo me abalanzó el gesto hacía aquella puerta que también me habría engullido si aquella mujer no me hubiera sujetado... Y al verle me libré forcejeando inconsciente de ella para acercarme un poco más... para asegurarme de que no soñaba... para tener certeza de que era real... de que mi mente no cedía al deseo y me engañaba de nuevo... con la sonrisa esperanzada en los labios... con el brillo del ahnelo en los ojos..

No lo hacía... Lázaro estaba allí....

Cita:

Y allí de pie... buscándole con la mirada acelerada me sentí flaquear... Sentí el temblor de la barbilla... el arreciar de las lagrimas que se confundían negras entre las pestañas.... y me mordisqueaba un labio que no contenía la sonrisa entre aliviada y triste... entre esperanzada y rota...

Y quise hablar... pero no pude......... Nada ni nadie......

-¡La tengo! - exclama triunfante cuando coge la cuerda de sábanas que el doctor le tiende.

Para poder tener ambas manos libres en el ascenso, Trebor muerde con fuerza la tela, junto a uno de los nudos. A punto está de abrir la boca y perderla cuando el ruido de cables apenas le pone en sobreaviso de lo que ha de venir después. Uno de los hombres que creía muertos, sube como un rayo por el hueco del ascensor.
Los ojos del joven, abiertos como platos, reflejan su tremenda sorpresa.

-¡Mmgfd! ¡Bffmgn! - exclama con la boca llena de sábana mientras se calma y reaunda su camino hacia el piso superior.

Aferrado con fuerza al cable metálico... balanceándome tenuemente... mis atentos ojos castaños consiguieron vislumbrar, tras la mujer, los extraños movimientos de aquel desconocido hombre... hombre que, a su vez, se percató con asombro de mi inesperada presencia.

El temeroso verde de su mirada reclamó la mía, que se ciñó muda en la de ella... intentando penetrar en sus pensamientos. Había visto el brillo del miedo radiar en muchos ojos, pero nunca como estos... y aun así, temeroso de mí, me ofreció su ayuda... se apartó levemente a un lado dejándome sitio y me tendió su trémula mano...

Siempre supe que la valentía, el coraje no consistía en no tener miedo, sino en sobreponerse a éste cuando nos está gritando. Aquella desconocida mujer me había demostrado que era valiente... mucho.

-. Bien, dime... ¿Cuál es tu nombre?.- Una pregunta inesperada que recibió con sorpresa, pero esta vez su voz respondió sin titubeos. -. El mío es Lázaro...- No recordaba haberle dicho a ninguno de los civiles, expresamente, mi verdadero nombre. -... haremos una cosa, Uma... no quisiera arrastrarte conmigo en caso de no conseguirlo.- Mi voz grave resuena en la angosta y oscura oquedad a pesar de los constantes chirríos de protesta del moribundo titán. -. Usaré mis piernas para tomar impulso hacia tu posición... el máximo impulso que se posible. Te advertiré a viva voz antes de abalanzarme hacia la escalerilla para que estés preparada... para que puedas ceñirme por el brazo.- Le explico con parsimonia lo que me disponía hacer para que comprendiese paso a paso.

Abajo comenzaron a haber movimientos. Mis ojos se desviaron en esa dirección para testimoniar como el chaval de la camiseta verde había conseguido apoderarse de la cuerda hilvanada con sábanas y se disponía a ascender por la errática escalerilla. Retorné mis ojos a los de la mujer que se mantenía firme en su propósito.

-. Es el momento Uma, ¿estás lista?.- Asintió a mis palabras. En eso, veo asomar por la puerta al muchacho de pelo largo con ánimo de ayudarme. -. No muchacho, con uno será más que suficiente. Aléjate de la puerta o quizás seas arrollado en el intento. Haz algo más provechoso ayudando con la cuerda que viene en camino o buscando alguna forma de continuar...- Mis ojos se posaron en lo de él, sinceramente había aprendido a ser prevenido y no era un buen momento para experimentar hasta que punto confiar mi vida en aquel muchacho.

Y esperé a que el muchacho se alejase claramente y que la escalerilla estuviese más despejada...

cargando a la doctora weller, que no podia caminar, el doctor hibbert, llegaba porfin hasta ña puerta del ascensor

jeje.. ya llegamos doctora weller...

agh... dejame sentarme un momento en le suelo.. el dolor me esta matando....

El muchacho de pelo largo se retiró ante mis palabras, aclamado quizás por aquellos gritos procedentes de algún lugar que no alcanzaba a ver. Por otro lado, el robusto joven de la camiseta verde se debatía, dubitativo, entre dos escalones... no podía esperar más en esta comprometida situación.

-. Aguarda un segundo ahí muchacho... deja que alcance la escalerilla primero y luego te ayudaré con el plan que has trazado.- Le informé. Él pareció aceptar con reservas con un simple gesto de asentimiento. -. Muy bien Uma, ahora tú y yo... comenzaré a balancearme...- Apoyé los pies, con las piernas prácticamente extendidas, en la pared para darme un empujón inicial que me facilitase posteriormente el balanceo... balanceo que fue cogiendo amplitud... más un poco más. Afiancé el acuciante dolor entre las mandíbulas. -. Bien, en la siguiente lo intento...- Le advertí tal y como le había dicho... incline mi cuerpo hacia atrás en la ida para tomar todo el impulso que pudiese y al iniciar la vuelta comencé a inclinarme hacia delante. -. Aggggghhhhhhh...- El tiempo pareció detenerse un instante cuando me hallé suspendido en el aire. La dirección había sido la correcta pero me di cuenta, demasiado tarde, que me había pasado de fuerza...

Mi cuerpo golpeó contra la escalera, haciendo que las costillas se clavasen aún más en mis pulmones... el grito sin aire murió en mis labios… mis brazos buscan, inútilmente, como aferrarse en aquel maldito metal. Sin embargo, el intenso dolor aun tenía algo más que gritar y haciéndose presa de mí... me arrebató la fuerza de mis brazos... brazos ahora de muñeca de trapo que apenas podrían sostenerme...

Mi viejo enemigo me había vencido... ahora mi vida, sellada por siempre con aquella otra, dependía como jamás lo hizo de una desconocida que me temía... y no sin razón.

son las 9:08am...

Trebor!! ate la cuerda a algun lado asi podemos subir a los heridos sin peligro

Regreso junto a Gerard, parece que su color empieza a ser mejor, seguramente el descanso , lo comido y lo bebido le ayuden a recuperar fuerzas, pero se le ve intensamente cansado- cariño, ¿como te encuentras? -y acaricio dulcemente su rostro.

Trebor mira al doctor y le señala con un movimiento de cabeza la maniobra en la que se hayan inmersos la mujer de ojos verdes y el lider de los terroristas, quien trata desesperadamente de llegar a la escalerilla desde el cable del ascensor. El paso al piso superior está bloqueado.

-¡Ef bfefor eftbibar defde arribfa! ¡Afguantafd! - trata de explicarse antes de proseguir hasta donde está la mujer.

El cansancio, la falta de oxígeno y la involuntaria mordaza comienzan a pesar sobre él como una losa.

son las 9:09am...

trebor sube un poco mas, y llega hasta la planta G, justo debajo de uma

no te entiendo.... te estas ahogando? o estas masticando algo?

jeje... comiendo algo ... jeje,.... jejeje......

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Lo estaba? me quedaba otra opción? Aquel Lázaro pendulaba ante mis ojos... y yo sentía mi corazón acelerarse a cada uno de sus movimientos... sentía la sangre acudir a unos músculos que nunca hicieron más que jugar unos dobles al paddel entre risas... y ahora... ahora... ahora me sujetaba en una escalerilla retorcida que ya había condenado a muchos... y era esperanza del demonio...

Cita:

Fue como una bofetada a aquella realidad... arrancandome de los recuerdos tranquilos de aquel otro sudor apenas esforzado de los encuentros a media tarde antes de la merienda... Dios!... que lejos quedaba todo aquello... que antiguo!!.. que niña era entonces y cuanto había crecido en apenas 4 horas...

Lázaro se lanzó contra aquella escalerilla casi furioso.. y casi puede escuchar los huesos de sus costillas ceder en el choque...y juraría que palideció... pero lo cierto es que apenas pude mirarle... Fue un gesto instintivo...uno de esos que no sabes que eres capaz de realizar... y sin darme cuenta me encontraba protegiendo su cuerpo como el mio... red de seguridad de piel y carne.

Me mantuve un segundo así... aterrada... rodeándole con un brazo y apretándole contra la escalera ayudada de mi cuerpo. Aunque dudo que mi instinto quisiese protegerle a él realmente... dudo que el gesto de mi cuerpo de acercarse tanto a la escalera no fuese movido por el terror que me provocaba la boca negra y hambrienta que se abría bajo nuestros pies... Simplemente me aferraba a aquella escalera... curiosamente él estaba entre nosotras...

Abrí los ojos que había cerrado... y le dejé algo de espacio para que pudiera moverse...

Mierda... ha estado cerca... estas bien?

Le vi flaquear y reprimí el grito que me anegó la garganta... y me aferré aún más con el brazo sano al quicio de aquel ascensor... con el cuello extendido atrás... con el negro preocupado enredado en sus movimientos... en su respiración que intuía dolorosa... en sus pulmones que sabía demasiado afectados para aquella humedad... para aquella opresión... para aquel maldito golpe...

Lázaro... lázaro...

Aquella mujer le había sujetado... y había hecho bien... había salvado su vida con ello... Y yo me mordisqueaba el labio inferior casi hasta la sangre... sintiendome inútil... sintiendome torpe... sintiéndo que aquella herida estúpida de mi brazo podía costarme demasiado...

Bien hecho...Sonreía ahora, no más tranquila... pero con algo más de tiempo... y Lázaro...sí... Estarás mejor cuando suba a besarte...

Aún permanecí un segundo esperando ver a Lázaro ponerse a salvo... perdiendo el brillo de los ojos y la sonrisa en él... observando cómo el otro chico y el doctor estaban haciendo un buen trabajo... muy bueno... Y el nuevo paso a seguir estaba más que claro... Esperaríamos a tener ese cabo bien sujeto... y sería un arnés de seguridad para todos...

Y cuando sentía el ceder de mis brazos... el doblegar de mis fuerzas azotadas por el acuciante dolor... aquellas otras acudieron, sin atisbo de duda, en mi auxilio... arropando mi cuerpo con firmeza contra el metal y allí me sostuvo hasta que mi piel recobró el color... hasta que las fuerzas retornasen con éste.

-. Ha estado muy cerca Uma... si no llegas a estar aquí...- Mis ojos castaños, sinceramente agradecidos, buscaron los suyos. Su cuerpo aliviado me fue liberando lentamente. -. Yo no olvido... te debo la vida. No me temas ni a mí ni a ninguno de mis hombres...- Mi voz, al igual que me cuerpo, recuperaba su antiguo brío... su convicción.

Uma, la mujer que se enfrenta a sus miedos, se había ganado mi total respeto y admiración en medio de esta opresiva batalla... pocos he conocido en mi sangrienta carrera que se detuviesen a auxiliar a un extraño... menos aun si éste es detectado como una amenaza...

Cita:

Aquella familiar voz me arrancó una sonrisa... una sonrisa que pudo ver con total claridad mi salvadora. Tres veces había estado a punto de perderla y en las tres habíamos burlado el infausto destino que pretendía condenándonos a una vida sin el otro. Por el camino el nervioso Zmudtt cuyo voluntario sacrificio tampoco olvidaré... jamás.

-. Cierto princesa, pero antes tendrás que subir...- Aliviado, contento por oír nuevamente su voz... que alimentaba la mía. -... y creo que ya hemos tenido suficientes sustos los dos. Adecuaremos un arnés, tal y como pretenden, para subir sin sobresaltos.- Dicho lo cual mi risueña mirada, que se había tomado un leve descanso, se volvió a posar en el verde de Uma. -. Gracias...- Pronto recuperó su rictus habitual... firme... severo... autoritario. -. Subiré yo primero... te ayudaré desde arriba.- Esperé a que asintiese, y cuando lo hizo trepé por aquella abrupta escalera alentado por el prometido beso de mi único y verdadero amor.

Una vez encaramado al piso superior, inspeccioné rápidamente con la mirada el pasillo ante mí... para girarme de nuevo hacia aquella escalera, agacharme y tender la mano a aquel que venía tras de mí... sin descuidar, de soslayo, la traicionera retaguardia...

-. Muchacho!!!... pásale, antes de nada, el cabo a Uma y luego ésta a mí... sin nada en la boca te resultará más fácil ascender.- Mis ojos se habían vuelto a posar en la mujer... asegurándome de que entendiese la sugerencia.

No quería que ninguno de los dos se precipitase al vacío... pero sobre todo, no quería que se llevasen esa cuerda consigo... cuerda que precisaría para subir a Cy... y ella era siempre lo primero.

la doctora estaba sentada en le suelo, con su pierna herida, y desde su pocision, no podia ver lo que pasaba

que esta pasando? alguien que me cuente porfavor

Escalón a escalón, va acortando la distancia que le separa de la salida de aquel hueco que había supuesto la salvación para algunos y la muerte para otros. El éxito in extremis de la maniobra de las dos personas que había sobre él, suponen un alivio. Ya había perdido la vida demasiada gente. Y siendo egoísta, de no haberlo logrado, es muy probable que le hubieran arrastrado en la caída.

Ante la propuesta de Lázaro, o así dice llamarse, asiente convencido de que es lo mejor. Apretando con fuerza el metal con la diestra y apoyando bien los pies, suelta la mano izquierda y tiende con ella el extremo de la cuerda de sábanas hacia la mujer.

-¡Toma! - le dice entre dos pesadas respiraciones.

El cansancio había hecho mella en mi ... y todo lo que había a mi alrededor había desaparecido ... no me daba cuenta de nada ... no sabía donde estaba ... donde me encontraba ... había perdido los sentidos por momento ... pero poco a poco la vista se me fue aclarando ... el oído se me había recuperado ... pero todo había cambiado ... ¿donde estaba Lazaro? ... solo veía a Cy cerca mio ... y mucha gente ya no estaba ...

Me acerqué a Cy y le dije algo confuso ....

-¿Que? ... ¿Que? ... ¿Que ha pasado?