Partida Rol por web

- Que complicado es todo esto. – renegó Iván, tras escuchar todo lo que sus compañeros tenían que decir. – La cantidad de tiempo y esfuerzo que hay que invertir en esta escuela para lograr la cosa más simple es alucinante. Solo queríamos salir por ahí, no descubrir la gravedad.

A Iván no acababa de entrarle en la cabeza que todo aquello no fuese más que Salara despistándose. Pero bien era cierto que parecía una de aquellas novelas detectivescas estilo “Los Cinco”, recibiendo pequeñas pistas que individualmente no llevaban a ningún lado pero que ahora que las habían puesto en común indicaban que Salara, Fusión, y quizá alguien más estaban en el laboratorio.

Le preguntó a Rudy como hacer eso de enviar notas de voz que hacían Diana y Moussa, y respondió.

- Si en vez de Fusión estuviese allí con Hermes diría que estaban haciendo manitas. Pero no es el caso. Hasta donde yo sé E.S.T.H.E.R no va a volver a dejar a Aitor meterse en la seguridad de la escuela, y no tenemos otra forma de acceder a ese panel. Si no he entendido mal, Diana sabe cómo saltarse la seguridad, pero eso alertaría a E.S.T.H.E.R, ¿no? Y si no está pasando nada malo, por ejemplo, solo se han quedado atontados investigando algo y han perdido la noción del tiempo, nos llevaremos una bronca y un castigo para nada. Moussa, si quieres venir a buscarme, yo entro contigo y nos hago invisibles. Vemos que está pasando dentro, y si es algo malo, lo que sea, salimos y alertamos a E.S.T.H.E.R, o al menos nos llevamos a todo el Grupo 4 adentro para ayudar. ¿Qué os parece?

Levantó el dedo del botón y se quedó mirando el icono circular que daba vueltas, hasta que se convirtió en un “visto”. Bien, había enviado su primera nota de voz.

-Bonito discurso, Atajo. Sin que sirva de precedente voy a creer lo que dices de Fusión. Encaja con lo que sabemos y si yo fuera Ratchet, mientras realizaba el ataque a la base hubiera plantado la semilla de un plan B. Ahora mueve ese culo senegalés tuyo y reúnenos ante la puerta.

Aquello era sin duda una colección de hechos inéditos: por un lado Moussa se estaba comportando de forma altruísta y heroica, por otro Diana se iba a saltar las reglas, Aitor había dicho "culo" y... bueno, el resto era menos notorio.

Aitor se planteó qué hacer a continuación. Por un momento barajó el explicarle sus sospechas a ESTHER, pero podía parecer algo de conspiranoicos. Necesitaría pruebas. Si Fusión había sido sustituido y el sustituto era eficiente, habría consultado sus horarios y seguido al pie de la letra los mismos para no levantar sospechas. Aunque era imposible que siguiera un patrón de comportamiento idéntico al del chico si no era realmente él. La verdad es que en este punto el genio vasco dudaba. Si pudiera consultar a través de las grabaciones de las palomas el patrón de comportamiento de Fusión, probablemente podrían sacar algo en claro. O no, dada la volubilidad de los adolescentes. En todo caso era algo a tener en cuenta más adelante, cuando hubiera que aportar pruebas a ESTHER para suavizar una pena o comprobar que los componentes del equipo 4 tenían razón. Si hacía eso, ESTHER podría interesarse por ellos más de lo conveniente, en especial si querían adentrarse en la base superheroica secreta e inaccesible. O supuestamente secreta e inaccesible, más bien.

Fuera como fuera, la suerte estaba echada. Estaban todos en aquello, había que llegar hasta el final. Ojalá se equivocasen.

Reunidos al fin, Sala de los Héroes

Con varias teorías en mente, el Grupo 4 del primer curso del Liceo decidió adentrarse en la “no-tan-secreta” base subterránea de la escuela.

Con la ayuda de Moussa, acabaron todos reuniéndose en el lugar donde – se suponía – se encontraba el acceso. La Sala de los Héroes.

Se encontraban en una estancia de planta circular y techo abovedado. El suelo, de mármol pulido, estaba tan limpio que podían verse reflejados en éste. Una iluminación blanca y suave llenaba la sala entera, sin venir de ningún sitio en concreto.

En el centro de la sala había una pequeña plataforma y un atril. Aquel era el lugar donde los estudiantes de último curso celebraban la graduación. Tras una ceremonia, los retratos de los estudiantes recién graduados se colgaban en el gran muro circular.

Las diversas generaciones que habían pasado por la escuela ya llenaban una cuarta parte de la pared circular, llena de arriba debajo de retratos con placas identificativas.

El Liceo era una escuela de héroes al fin y al cabo, por lo que cuando un estudiante se graduaba podía considerarse uno. Además del retrato habitual, los estudiantes que habían pertenecido a la Nueva Generación tenían una mención honorífica en la placa identificativa. No parecía mucho como recompensa, pero se suponía que formar parte del equipo oficial de la escuela ya era una recompensa en sí misma.

Los adolescentes anduvieron por la estancia, el resonar de sus pasos rompiendo el solemne silencio que solía llenar aquella sala.

Junto al atril les esperaban dos figuras conocidas, Enzi “Fragua” y Rita “Oráculo”.

- ¡Ey! ¡Me alegro de veros! – los saludó efusivamente Rita, mientras se recolocaba las gafas. La muchacha llevaba consigo un ordenador portátil.

- B-bien, parece que estáis todos – dijo Enzi, algo titubeante.

El wakandés carraspeó.

- Eh, Rita…

- Ah, sí… - Oráculo dejó el portátil sobre el atril y lo abrió – acercaos por favor…

La muchacha tecleó durante unos instantes, volvió a recolocarse las gafas y luego miró a los componentes del Grupo 4.

- Este es el plan. Vosotros accedéis a la base subterránea falseando el control biométrico, cortesía de Ms. Justice – dijo alzando un dedo mientras señalaba con la mirada a Diana -. En condiciones normales este tipo de intrusión sería detectado por E.S.T.H.E.R. en poco tiempo… - se encogió de hombros - pero vamos a hacer un pequeño truquito – guiñó un ojo mientras levantaba un segundo dedo.

- E.S.T.H.E.R. tiene una capacidad de procesamiento increíble, por eso nos deja usarla como superordenador cuando tenemos que procesar muchos datos o hacer simulaciones muy complejas.

- Bombardearemos la memoria de E.S.T.H.E.R. con un proyecto que tenemos entre manos de hace tiempo. Eso os dará aproximadamente unos diez minutos.

- Si no es menos… - confesó Enzi, rascándose la cabeza y agachando la mirada.

- En fin, que tendréis que daros prisa. Vais al laboratorio de contención, ¿no? Nivel -5, usad las escaleras.

- A estas horas suele haber alguien de la Nueva Generación ahí dentro, así que os convendría aprovechar ese camuflaje vuestro que tenéis. Y recuerda lo que te he dicho, Moussa, no intentes teletransportarte ahí abajo sin ver a dónde estás yendo. ¿Entendido?

El discurso compartido entre Enzi y Rita había sido corto pero intenso.

- ¿Alguna duda? – la mirada de Rita se cruzó con la de todos los presentes -. Ah, Diana. Tú te puedes convertir en Saeta, de la Nueva Generación. Por lo que sabemos está en su cuarto. El control biométrico es de huellas dactilares, retina y voz. La has visto alguna vez, ¿verdad?

En un momento u otro, durante aquellas primeras semanas, todos habían podido ver a la Nueva Generación al completo. Saeta era uno de los miembros más destacados del equipo debido a su supervelocidad. Se la consideraba bastante poderosa para su edad, de hecho… Y bastante atractiva.

Enzi se acercó al atril y tanteó su superficie, como buscando algo. Tras unos segundos, se oyó un “clac”.

- Ahí está…

Una porción del suelo de detrás del atril comenzó a hundirse por secciones, formando una escalera que llevaba hasta una ancha puerta metálica. Junto a ésta, un panel táctil mostraba el escudo del Liceo, girando lentamente sobre un fondo gris. 

Empezaba a intuir que iba a destrozar otro de sus conjuntos pero eso sería un mal menor si conseguían rescatar a Salara de un peligro inminente. Temía que la IA de la academia pudiera estar comprometida también si Fusión realmente era un caballo de troya.

- Adelante muchachos. Esta situación es arriesgada pero hay que enfrentarla.

Sara había dominado sus poderes con bastante velocidad, quizá demasiada, de modo que alguna de esas nuevas habilidades incluso la hacían sentir incómoda y no sentía el deseo de usarlas a la ligera. Los más inocuos eran sus dones para percibir diferentes naturalezas así que como ya hiciera durante la lucha en la sala de entrenamiento, pensó en ver con sus ojos el rastro que dejaban las cosas vivas al moverse por el mundo. Aunque las personas no lo podían ver, lucían un cierto brillo ante los apagados ojos de los muertos y ella podía adoptar esa tétrica visión. Ver como los fantasmas lo hacían.

- Rodeemos a Zenitram, que luego los enemigos lo toman como objetivo enseguida.

La chica esperó a que alguno de los resistentes tomara la delantera o a que Moussa e Ivan avanzaran invisibles.

A Diana le pilló un poco por sorpresa el hecho de que Oráculo y Fragua fueran a ayudarles en todo aquello, nadie les había dicho nada de que estuvieran en el ajo, así que pensó que iban a ciegas. En cierto modo, aquello la tranquilizó, puesto que no tenía información de donde se encontraba la nueva generación, y hacerse pasar por alguien que ya estaba dentro haría saltar las alarmas de seguro. Gracias al cielo que la memoria de Diana era perfecta y aunque solo hubiera visto y oído a Saeta un par de veces en lo que llevaba dentro del Liceo podría imitarla a la perfección.

- Gracias por la información, si vamos a hacerlo...- Su cuerpo comenzó a cambiar como había hecho otras muchas veces para convertirse en una copia exacta de Saeta, incluso su voz se adecuó a la perfección para transformarse en la de la velocista -. Habrá que hacerlo bien y rápido.- Sonrió aquella Saeta vestida con el uniforme de la Escuela  -. En el escáner de voz ¿hay que decir algo en concreto o simplemente hablar?.

La joven se acercó a la puerta esperando a la contestación de sus compañeros.

- Intentemos hacerlo en el menor tiempo posible, no infravaloremos a E.S.T.H.E.R, y recemos porque todo esto sea un malentendido y que todo esté bien.- Dijo al llegar a la altura del control biométrico.

Mientras bajábamos a la base, yo seguía preocupado por los datos del movil que habría consumido al descargar todos esos mensajes de voz. ¡No estaba en el WI-FI!

Me sorprendió ver Fragua y Oráculo allí esperandonos, suponía que  eran los refuerzos de los que hablaba Moussa. Pero inmiscuir a mas gente  en ese tema... ¿Por que no nos ayudaba Hermes o Cuarzo, que eran los más cercanos a Salara. Tal vez a ellos les pareciese más normal su desaparición.

-Pues si hay que sobrecargar a ESTHER... -dije sacando mi movil. Esta vez me conecté al WIFI de la escuela (suponía que lo proporcionaba ESTHER) y selección todos los capítulos pendientes que tenía por ver.

También busqué en la galería de fotos, alguna que le había hecho de extranjis. Le iba a enseñar "sin querer" una que me hice sin camisa en el espejo del lavabo, antes que la de Saeta, pero al final no hizo falta. Diana era una maravilla.

En cuanto nos alejamos un poco de los dos senpais, intenté abarcar a todo el equipo con mis brazos y les susurré.

-Creo que tendríamos que tener cuidado con lo de Evil Fusión, pero aun así... Deberíamos considerar que haya habido un accidente. Que su armadura explotase, o algo por el estilo. -me callé un segundo.- Para ir a por él directamente, quiero decir. Es un buen chico.

El desarrollo de los acontecimientos estaba despertando sonrisas mentales a Aitor, que de repente veía implicados a casi todos los miembros del Club de Inventores, sus compañeros. Eran gente muy maja, como estaban demostrando. Sí, "maja", pese a lo impreciso del término, les definía bastante bien.

-Fantástico, entraremos, buscaremos el laboratorio y saldremos. Ojalá tengas razón, Cráter, pero si al final hay un enfrentamiento, empleaos a fondo, no os refrenéis, puede ser un enemigo poderoso e inteligente y los daños que se produzcan los asumirá la escuela, será por causa mayor -expuso simplemente el vasco.

No hacía falta explicar mucho más, pero aún así Aitor/Zenitram se sintió en la necesidad de explicar un poco más el plan, organizando un poco el progreso del grupo para que la cosa no se fuera de manos.

-Vent, aura de invisibilidad, por favor. Tendríamos que ir caminando en silencio y a buen paso, buscando las escaleras. No habléis, ahorrad el aliento para los 5 pisos de escaleras. Buscad las escaleras y vayamos al laboratorio, allí trataremos de hablar con Gata Lunar para ver qué ha pasado. Es psíquica, así que si no puede contárnoslo directamente en la mente, puede que esté anulada con algún aparato como el que utilizó el Dr. Ratchet para anular a los psíquicos durante el ataque... Mrs. Justice, cuando quieras.

Un final y ligero asentimiento de reconocimiento por parte de Zenitram hacia los miembros del Club de inventores sirvió a la vez de agradecimiento y despedida antes de comenzar con la "incursión".

Por primera vez en mucho, mucho tiempo Moussa sentía que había encontrado un lugar al que pertenecer. Pese a los peligros y las dificultades que el Liceo encerraba en sus entrañas, sentía aquel lugar como un hogar. Sin duda había tenido varios enfrentamientos con sus compañeros, conflictos que de haberse dado en la calle los habría transformado en enemigos para siempre. Pero aquellos muchachos no solo habían olvidado lo difícil que en ocasiones era tratar con él, si no que ahora además, depositaban su confianza en él...y aquello le aterraba.

Toda aquella situación era como lo del gato, la caja y la ampolla de veneno que les habían explicado en clase. Según la teoría de un tío cuyo nombre era imposible de recordar, hasta no abrir la caja era imposible saber si el gato estaría vivo o si habría muerto por la ampolla de veneno. Moussa no lo había entendido en un primer momento, pues estaba seguro de que el gato maullaría o trataría de salir de la caja si estaba con vida. Pero ahora, parados todos frente a la entrada de la base secreta, se daba cuenta de lo que trataban de enseñarles con aquella teoría. No estaba seguro de lo que podían encontrarse al adentrarse en la base secreta y en aquellos momentos, todo era posible.

-Esto...   -Interrumpió Moussa antes de que comenzasen con toda aquella nueva aventura. El senegalés mantenía la mirada baja y tenía una mano en la cabeza rascándose la nuca.    -...gracias a todos por confiar en mí. Ojalá Diana tenga razón y todo sea imaginación mía y que nos encontramos a Fusión y Salara en perfecto estado. Pero si no es así, será mejor que estemos preparados. 

No se consideraba ningún héroe, los héroes no debían de sentir miedo y Moussa estaba aterrado. No estaba seguro de cuando había pasado, pero aquellos muchachos que le rodeaban se habían convertido en su familia y pese a que jamás lo admitiría abiertamente, haría siempre lo imposible con tal de protegerlos. Por lo que la idea de que uno de los suyos, Salara, sufriese algún daño y no poder hacer nada al respecto le hacía sentirse terriblemente impotente. Por otro lado, en caso de estar equivocado y que todo fuese realmente una prueba o que simplemente Salara hubiese perdido la noción del tiempo, también le aterraba. Eso significaría que se había dejado llevar por la paranoia y que se había montado una gran película en su cabeza. Una con la que había arrastrado a sus compañeros directamente a un gran castigo. De ser así, estaba seguro de que perdería toda la confianza que habían depositado en él y que volvería a quedarse completamente solo.

Solo...

Una palabra de tan solo cuatro letras y que de alguna forma, tenía un peso de lo más asfixiante sobre él.

Pero ya era inútil preocuparse por todo aquello, ahora debía de centrarse en la misión y estar preparado para usar sus poderes si las cosas se ponían feas. Pero por su mente pasaban muchas cosas, incluido que Diana se equivocaba. Él era alguien avispado, pero no especialmente inteligente. Apenas sabía leer y escribir, lo cual le ponía en gran desventaja con respecto a sus compañeros. Incluso las matemáticas se le daban fatal y apenas era capaz de recitar las tablas de multiplicar sin usar los dedos de las manos para contar.  Por lo que ahí residía otro de sus miedos ¿Y si sus notas eran tan malas que le hacían repetir curso o lo expulsaban del Liceo?

Así era Moussa, un joven cargado de miedo e inseguridades que trata de ocultarlas de la única forma que sabía, siendo un bocazas. Salvo que en aquella ocasión, las palabras parecían negarse a salir de sus labios, al menos nada divertido o despreocupado. 

-Menos de cinco minutos y cinco pisos para bajar. El tiempo estará muy ajustado, pero lo conseguiremos. De nuevo...gracias a todos. 

No dijo nada más, simplemente aguardó las indicaciones de Aitor mientras que el miedo y la preocupación lo desbordaban. Deseaba entrar en acción cuanto antes y así poder dejar de pensar en las posibilidades, solo así lograría poder centrarse.

Diana, convertida en la velocista de la Nueva Generación, se acercó al panel siguiendo las indicaciones de Rita.

- Sí, sí, pon la mano encima.

“Leyendo…”

[color=#58FA58]► Olga López, nombre en clave “Saeta”[/color] – dijo una voz robótica, que sorprendentemente no era la de E.S.T.H.E.R.

Un orificio diminuto se abrió junto a la puerta metálica, a la altura de la cara de Diana. Un haz lumínico rastreó sus dos ojos.

- Muy bien, ahora di algo, cualquier cosa – indicó Rita mientras tecleaba frenéticamente en su portátil.

Diana pronunció lo primero que le vino a la cabeza y, tras unos segundos de tensión, la voz robótica volvió a hablar.

[color=#58FA58]► Acceso autorizado[/color] – anunció, jurarían que alegremente, mientras la puerta metálica se abría hacia un lado con un deslizamiento silencioso.

- Datos enviados a la memoria de E.S.T.H.E.R – anunció Rita.

- ¡Diez minutos, vamos, vamos! – los apremió Enzi.

Cubiertos por la burbuja de invisibilidad de Iván, todos los miembros del Grupo 4 se adentraron en la base subterránea.

Base subterránea

Tras un descenso de unos diez metros, un amplio pasillo perfectamente iluminado los recibió. Se extendía al menos unos cincuenta metros hacia el frente, ofreciéndoles puertas a lado y lado.

A su derecha había lo que parecían las puertas de un ascensor.

- ¿Y por qué no podemos bajar en eso? – preguntó César, como si la respuesta no fuese evidente para los más avispados del equipo.

Los objetivos del grupo estaban claros, por lo que no tardaron en dirigirse a las escaleras. Las encontraron, por suerte, junto a los ascensores. Cuando se asomaron al hueco que quedaba entre las escaleras pudieron alcanzar al nivel -5, tenuemente iluminado desde la distancia que los separaba. Ahora mismo se encontraban en el 0.

Comenzaron a descender a pie, todos juntos bajo el amparo del camuflaje de Vent.

Un incómodo silencio les acompañaba durante el trayecto, como si la base subterránea estuviese desierta. Poca gente tenía acceso realmente al complejo, por lo que si lo pensaban bien… no era extraño que apenas se encontrasen con nadie.

Cuando iban por la planta -3 un grave chirrido resonó por las escaleras. Escucharon pasos pesados, que golpeaban el suelo metálico con fuerza. Había alguien debajo de ellos. Pasados unos segundos, una figura emergió del hueco de la escalera.

Una joven de despampanante melena dorada, físico de atleta olímpico y mirada penetrante. Tendría unos dieciocho años, y vestía un sencillo chándal gris. La muchacha se elevaba por el aire, volando por el hueco de la escalera para llegar rápido a su destino. Pero cuando llegó al nivel -3, justo donde se encontraba el Grupo 4, se detuvo.

Aquella chica no era una estudiante cualquiera. Era Zeus, la líder de la Nueva Generación. Se rumoreaba entre los estudiantes que era hija del dios griego al cual le había tomado el nombre. Sus ojos pardos parecieron penetrar el camuflaje óptico de Iván como si no fuese más que un feo velo semitransparente.

Zeus frunció el ceño, en una mueca de extrañez. Parecía que iba a decir algo, pero entonces una sonora vibración removió su bolsillo, del que la muchacha sacó un moderno teléfono móvil. Chasqueó la lengua al ver la pantalla iluminada del dispositivo, y volvió a emprender el vuelo, ascendiendo hasta la planta 0.

Por poco…

La aventura del Grupo 4 encontró un nuevo obstáculo pocos minutos después. Se encontraban en la planta -5, otro pasillo recto. Frente a ellos, una ancha puerta metálica con un panel táctil a un lado.

Un cartel sobre la puerta rezaba: Laboratorio de contención.

¿Qué se suponía que debía “contener” aquel lugar?

La situación actual era muy desconcertante. Sara descendía los escalones junto al resto, sintiéndose mal por tener que ir a hurtadillas, sobre todo después de la aparición de Zeus. ¿Estaban realmente en peligro aquí abajo? ¿Es que era Zeus una traidora? ¿Quizá alguien les estaba engañando? ¿Era Moussa un infiltrado que quería acceder al corazón de el liceo?

Era necesario sacudirse las dudas e intentar llegar hasta el fondo del asunto. En algún sitio estaría Salara y al verla a ella podrían saber qué pasaba allí realmente. Siendo ella una alien, pensó que hasta podría ser que la hubieran capturado para examinarla. A las malas, malas, toda la Nueva Generación podría haber sido sustituida salvo Hermes, ¿o también él?

Al llegar al laboratorio de contención no quiso decir nada al principio. Se dedicó a mirar alrededor buscando moros en la costa porque quería saber si podía susurrar algo.

- No estará protegido contra lo sobrenatural, supongo, así que puedo intentar averigüar lo que hay dentro.

Se concentró sin saber si esta vez daría resultado.

Sara usó su enlace mental de nuevo.

"Hermana, ¿puedes ver lo que hay en el interior? ¿hay gente allí dentro? ¿se puede entrar sin que nos descubran?"

Esperó la respuesta de su hermana mientras se dedicaba a sentir también su presencia, pues no sabía exactamente dónde estaba en esos momentos.

Si se paraban a pensarlo, resultaba increíble que estuvieran allí, tan adentrados en la base secreta de un grupo de superhéroes. Puerta secreta, sensores biométricos, inteligencia artificial siempre al acecho, ascensores vigilados... y sin embargo ahí estaban, el grupo 4, unos adolescentes con superpoderes bastante moderados, bajando por las escaleras hacia las profundidades de la tierra, camino a un laboratorio secreto.

El cruce con la líder de Nueva Generación, por otro lado, resultó aterrador. Si no era capaz de verles *realmente*, bien podría haberse guiado por el estrépito de los latidos acelerados del genio vasco, que en un instante imaginó todos los castigos posibles y consecuencias venideras al ser descubiertos allí. 24, veinticuatro maneras de fastidiarle lo que le quedaba de adolescencia. A veces ser super-inteligente era un asco.

Por fortuna Zeus recibió una llamada que le distrajo y continuó su camino, o vuelo, más exactamente. Por un pelo. Aitor, por supuesto, se planteó qué podría haber sido ese mensaje. Podía ser desde algo urgente hasta algo trivial, como alguna amistad, pero fuera lo que fuera, les había salvado. Su corazón volvió a latir con normalidad al poco tiempo. Y se detuvo por un instante cuando al fin se vio ante la puerta del laboratorio de contención.

Ahora la cuestión era: ¿era ese el laboratorio adecuado? Los laboratorios de contención son habitualmente de contención biológica. El resto de laboratorios tratan con materia muerta, cosas que no pueden propagarse e infectar humanos. Probablemente podrían envenenarlos o achicharrarlos o algo similar, pero nunca saldrían del laboratorio. Como mucho destruirían el mismo y a sus ocupantes. Aitor tenía mucha familiaridad con los laboratorios de ese tipo, pero no de los de contención. Conocía, como no podía ser de otra manera, de los protocolos de seguridad ligados a los de contención.

-Hazlo, yo me encargo de la parte tecnológica -contestó a Estigia, no haciendo uso de su nombre o apodo por si al final tenían que salir de allí sin llamar la atención.

Sin perder más tiempo echó mano a su tablet y se conectó al ordenador que controlaba el acceso al laboratorio, consultó quién había entrado y a qué hora lo había hecho. No aspiraba a encontrar el nombre del proyecto iniciado, aunque seguramente habría un registro en alguna parte...

Moussa esperaba que la base secreta de un grupo de superhéroes fuese algo más...luminosa. Pero el lugar se le antojaba como frío, amenazante y de lo más siniestro. Tenía la sensación de que en cualquier momento escucharían una retorcida risa de lo más sádica, antes de ver aparecer a un científico loco con una bata llena de sangre, mientras empuñaba algún tipo de gran arma afilada. 

Por fortuna no fue el científico loco quién apareció, sino un hermosa mujer de cuerpo perfecto que de alguna manera, casi logró dar con ellos. Cuando la mujer que portaba el nombre del personaje de Samuel L. Jackson en jungla de cristal (Moussa suponía que debía de ser una fan de la saga para ponerse ese nombre) se detuvo frente a ellos, sintió que le miraba directamente a él y pensó que todo se había acabado. En aquellos instantes sintió que Diana dejaba de ser la única cambiaformas del grupo, pues temía haberse quedado completamente blanco del susto.

Paralizado sin saber que hacer, tardó bastante en darse cuenta de que la oportuna llama al teléfono la había alejado de ellos. Liberando el aire que durante todo aquel encuentro había estado reteniendo, se sintió tremendamente aliviado. Sin decir ni una palabra continuó avanzando junto a sus compañeros hasta que por fin, llegaron a la gran puerta de la sala de contención.

-Esto es muy raro...   -Susurro Moussa.  -Si megamind quería entrar aquí ¿Por qué no lo hizo cuando E.S.T.H.E.R estaba desactivada? Por lo que estamos viendo, ella es la única defensa de este lugar. Además está resultando demasiado sencillo, aquí pasa algo raro. Zenitram ¿No puedes contactar con Salara mentalmente?     -El senegalés volvió la mirada hacia el pasillo.    -Por lo que sé ella tiene un taller privado o algo así por aquí. ¿Cómo descubristeis que estaba precisamente en este laboratorio?   -Finalmente se volvió hacia Sara y con un gesto de la cabeza señaló la puerta.    -Si realmente puedes echar un vistazo dentro, sería genial Estigia.    

[color=#819FF7]~ ¡Ahora voy! ~[/color] respondió Alicia antes de adentrarse en la puerta metálica, desapareciendo de la vista de su hermana mayor.

Pasaron unos treinta segundos, hasta que el fantasma surgió de nuevo de la puerta, habiendo acabado su reconocimiento.

[color=#819FF7]~ He podido entrar sin problemas. Es un lugar amplio, pero está muy oscuro. En el centro hay una especie de habitación blindada con ventanas, como si fuese una celda. Había como luz anaranjada viniendo de dentro, no he podido ver bien lo que había en su interior. Cuando me estaba acercando a mirar he visto a alguien al fondo del laboratorio… ¡Creo que es Salara! Una figura oscura la tenía agarrada por el cuello. Estaban hablando… ¡pero parece que vuestra mentora está en problemas![/color]

El rostro fantasmal de Alicia mostraba cierta preocupación. Sara podía sentir que a su hermana le gustaría poder hacer algo más que mirar sin poder participar.

Las habilidades de Aitor le permitieron acceder fácilmente a los registros del acceso al laboratorio. Advirtió que la comunicación con el interior había sido cortada, le era imposible transmitir mensajes al interior. Por lo que sabía, sus ondas telepáticas tampoco eran capaces de cruzar el grueso blindaje del laboratorio.

En el registro de entrada figuraban básicamente dos nombres. “Gata Lunar” y “Fusión”. Los dos habían accedido al laboratorio haría unas dos horas – poco después del fin del seminario de materiales. Un rápido análisis le permitió descubrir que tanto Gata Lunar como Fusión frecuentaban bastante aquel lugar, una vez a la semana como mínimo. Otras personas habían acudido a aquel laboratorio a lo largo de los últimos meses. Entre ellos Averno, Cuarzo y Tesla.

De hecho, los sistemas de seguridad de aquel laboratorio no estaban preparados para contener una amenaza biológica… sino nuclear.

Por alguna razón, abrir aquella puerta iba a ser sorprendemente fácil para Aitor.

Sara observó al resto de acompañantes dejando pasar el tiempo aunque poco a poco su semblante fue cambiando conforme iba conociendo lo que sucedía en el interior.

- En el centro hay una especie de celda con una luz anaranjada viniendo de dentro. Salara está al fondo y una figura oscura la tiene agarrada por el cuello. Está en peligro.

La figura oscura debía de ser Fusión.

- No sé lo que habrá en esa celda, pero tendremos que actuar ya.

Un poco nerviosa movió instintivamente los hombros como calentando los músculos, pensando en que iba a tener que correr o impulsarse con las alas. Esperó que la situación fuese así de clara como parecía y que la figura oscura fuera la mala, porque no sabía nada de lo que estaban charlando.

- Están hablando de algo pero no sé de qué. Seguro que habría venido muy bien saberlo. Yo creo que tendremos que desconfiar de los dos hasta aclarar lo que sucede.

Tras escuchar las palabras de Estigia, Zenitram comenzó un largo pero acelerado discurso táctico, con tono firme pero sin alzar la voz:

-La comunicación con el interior está cortada y ahí dentro Gata Lunar no puede comunicarse telepáticamente con el exterior. Llevan unas dos horas en el laboratorio. Esto es lo que tenemos que hacer: Vent, tú mantienes la invisibilidad hasta que empiece el combate, luego tratas de cegar a la figura oscura que dice Estigia; Cráter, sin rodeos, tú a por la figura, la inmovilizas, Gina te ayudará; Mrs. Justice, a liberar a Gata Lunar y luego te haces pasar por ella; Estigia, atrapa a la figura oscura, después fabrícanos un búnquer donde guarecernos; Atajo, eres nuestro comodín, saca a Gata Lunar del peligro si puedes e intenta que no nos hieran; Yo leeré la mente de "Fusión" para confirmar nuestras sospechas y cuando lo haga os informaré. Si pasa lo que creemos, atacaré su mente.

El genio vasco hizo un momento de pausa mientras volvía a los controles de la puerta a través de su super-tablet.

-Somos invisibles, sólo verán que la puerta se abre. Eso nos da la iniciativa, aprovechémosla.

Acto seguido, sin esperar réplica alguna, el genio vasco accionó la apertura de la puerta del laboratorio y se preparó para asaltar la mente del agresor de Salara.

Moussa guardó silencio contemplando el rostro de Sara mientras esta les proporcionaba la información que necesitaban. La cosa no pintaba bien, aunque en realidad, nunca lo hacía en el Liceo. Ahora tenían que actuar con rapidez para tratar de salvar la situación y no morir en el intento.

-Cuanto más esperemos, más probable es que logre penetrar el velo de invisibilidad de alguna forma. Si esa sombra tiene la armadura de Fusión, quizás tenga un radar o algún invento raro parecido. Por lo que es mejor que centre su atención sobre otro punto. Con los anillos de teletransporte puedo llevar conmigo a Crater, Mrs. Justice Sirena y Gina. Los lanzaré directamente al combate cuerpo a cuerpo con esa sombra y acto seguido, trataré de llevarme a Salara conmigo. Todo será muy rápido, así que casi parecerá que estoy en dos sitios a la vez. No suelo usar mucho esa técnica porque me marea un poco, pero creo que ahora podría ser útil.   -Moussa se encogió de hombros.    -Estoy casi seguro de que podría escapar con Salara, pero de no ser así, al menos tendríamos a nuestro cuatro pesos pesados expertos en el combate cuerpo a cuerpo sobre la sombra. Eso le dejará poca movilidad y evitará que centre su atención sobre la cúpula de invisibilidad. Con lo que el resto tendréis la posibilidad de atacar o actuar de la mejor manera posible sin que se percate de vuestra presencia. Después activaré el escudo Asgard, pero hasta que no veáis los portales a vuestro alrededor, no os confiéis. ¿Te parece bien Zenitram?

Moussa aportó su idea aguardando el visto bueno del líder del equipo. Por otro lado, siempre podía tratar de teleportar simplemente a Salara o activar desde el primero instante el escudo asgard.

En cuanto Aitor analizó el panel y Sara vio lo que había dentro, me asusté. ¡Peligro nuclear ni más ni menos!

-Tendríamos que tener cuidado con eso de amenaza biológica. -me rasqué un poco la cabeza.- Yo seguramente pueda aguantarlo un poco si hay una fuga pero aun así...

Me callé. No quería bajar los ánimos, estábamos preparados para superar esa situación.

Asentí cuando Aitor me encomendó mi misión. Tenía un objetivo claro.

-Estoy listo. -dije seriamente.

Me puse en primera linea. Flexioné un poco las rodillas, preparándome para lanzarme en cuanto se abrieran las puertas.

-Muy bien, Atajo, muy bien.

Zenitram buscó con la mirada a los demás componentes del grupo, comprobando que todos estuvieran preparados antes de accionar el mecanismo. La acción estaba a punto de comenzar y todos estaban, aparentemente, muy concentrados.