Partida Rol por web

Ante vosotros, los stormtroopers, y parte de los krieg y los lanceros, avanzaban ya por las retorcidas calles de vuelta a la mansión. Los sonidos del combate parecían llegar de todos lados, resultando evidente para cualquiera que, hubiera pasado lo que hubiera pasado, no había sido solo en los establos, si no a lo largo de toda la condenada posición. Al menos se podía observar la mansión desde las calles, debido a su posición privilegiada, y parecía que las fuerzas imperiales aguantaban, aunque rodeadas de bastantes enemigos...

Por lo que parecía la retirada hacía la mansión había sido un movimiento acertado,  ahí, en lo alto se encontraban bajo sitió y seguramente un poco de apoyo sería bien recibido por los leales al Emperador.

Hice un gesto con el sable, señalando con su afilada punta a uno de los lados de la mansión, con la intención que algunos de mis compañeros de los Krieg acudieran conmigo, debíamos asegurar la posición que se había designado como centro de mandos y a partir de ahí afianzar la defensa de todo el perímetro. Era fácil de pensar, pero mis golpes no habían tenido mucho éxito contra la piel mutada del enemigo, por lo que si quería resultar más efectiva debería intentarlo de otra forma.

Aceleré el ritmo, lo primero era llegar a lo alto, no podíamos demorarnos más en atacar, y así, con suerte, podríamos atraparlos por la retaguardia y por sorpresa. -Nos acercaremos con sigilo hasta la mansión, luego golpeamos con fuerza.- Dije a los guerreros Krieg.

A medida que nos íbamos acercando, fui caminando más despacio y aprovechándome de la cobertura y las sombras para llegar a las cercanías de la mansión.

Levanto el brazo que los lanceros se unan a mi alrededor, solo algunas lanzas explosivas colgaban de los portalanzas, gran parte de nuestro equipo, había quedado en los establos ahora tomados por el enemigo. Tendríamos que conformarnos con lo que teníamos.

- Dejad avanzar a la infantería, en cuanto veamos la cara al enemigo, será nuestro momento para cargar. Miro a un lado y a otro. - Lo habéis hecho bien ahí detrás. 

La situación no pintaba bien y se notaba que todo había caído en el caos, es por ello que lo dicho por la soldado de Krieg carecía de sentido. No podíamos perder el tiempo acercándonos con sigilo y, aparte, dudaba de que sirviera de algo.

- No servirá. Debemos avanzar directos a la mansión y cuidarnos de no caer en emboscadas.

Les indico a la espera de que el oficial en jefe las confirmara.

De un modo u otro, el grupo continuaba avanzando. Aún lejos de la mansión para plantearse nada parecido a una estrategia, y rodeados por el sonido de combates, más lejanos o cercanos. Combates que los soldados inquisitoriales ignoraban como si no existieran. Mientras tanto, desde la retaguardia algunos kasrkin y lanceros más se unieron a la comitiva. 

Miré de reojo al sargento de otro regimiento, un gesto imperceptible puesto que la máscara cubría todo mi rosto. No estaba incluyendo a las demás tropas, ellos por supuesto que debían actuar de la forma en que habían sido entrenados, pero el combate frontal no era mi especialidad y otra batalla disparando con el rifle láser solo sería malgastar el potencial que el Emperador había destinado en este planeta.

Seguí avanzando, de momento tampoco quedaban muchas más opciones y menos contra este tipo de enemigo, quizás sí tuviera razón el sargento, más versado en dirigir tropas y conducirlas hacia la victoria. No dije nada y continué caminando a buen ritmo con el resto de soldados hacia la mansión.

El avance era demasiado lento para mi gusto y seguro que una eternidad para todos aquellos que estuvieran luchando por sus vidas, pero no teníamos más opciones que alcanzar la mansión por ser el punto donde habíamos destinado nuestras defensas, solo que había algo que me intrigaba y podía estar avanzando en nuestra misma dirección.

- ¡Necesito dos voluntarios con granadas para comprobar las alcantarillas!

Exigí de improviso con una idea clara en la mente, la cual posiblemente supondría la muerte de al menos uno de los dos voluntarios pero que nos advertiría de la presencia de enemigos.

- El enemigo podía estar usándolas para traer refuerzos, necesitamos comprobarlas y, si es necesario, limpiarlas.

Explico ante las primeras miradas, dado que no había fezzornitas para ordenárselo directamente.

Los soldados se fueron reuniendo por pelotones,avanzábamos por la calle flanqueado por los sonidos de la batalla que aun se libraba. Con los nervios tensos como cuerdas de piano, esperábamos que en cualquier momento el enemigo apareciese ante nosotros.

- ¿Donde están, esos desgraciados?. Me levanto sobre el estribo para ver por encima del resto de los soldados. - Acordaos de recargar ... En ese momento recuerdo lo vacío que está mi propio revolver. Saco una serie de proyectiles y los añado a los que ya están en el tambor del arma. 

Mientras seguían avanzando, algunos rezagados consiguieron alcanzarlos, entre los que se contaban parte de los krieg, que no tardaron en alzar la mano ante la petición de voluntarios. Ahora solo quedaba comprobar qué planeaba hacer el sargento, y rezar porque pudieran llegar a la mansión sanos y salvos, y que allí aún pudieran aguantar. 

La comitiva se había detenido, ante la espera de las órdenes del sargento que había solicitado voluntarios, mientras otros rezagados les iban alcanzando. Un tenso silencio se había impuesto en el variopinto grupo imperial en retirada, que finalmente fue roto por uno de los voluntarios krieg.

-¿Señor? ¿Qué necesitaba?-insistió, a la espera de órdenes. 

Dejo escapar un suspiro de resignación dado que parecía que los de Krieg no se habían enterado, lo cual me obligaba a repetirlo de nuevo.

- Dos voluntarios con granadas para revisar las alcantarillas. Es posible que el enemigo esté usándolas para mover sus tropas, por lo que de confirmarlo, bueno, no hace falta decir que los voléis ¿verdad?

Estaba subestimando las capacidades de comprensión del soldado imperial medio, no había otra opción.

Me volví hacia el sargento, necesitaba voluntarios para inspeccionar las alcantarillas, lamentablemente únicamente disponía de una granada y no me hacía especial ilusión meterme bajo tierra cuando una batalla estaba sucediendo sobre ella y más por una simple suposición.

De reojo observé como uno de los Kriegs se interesaba por esa misión, volar todos los túneles entre dos era una tarea casi imposible, no conocíamos el alcance de ellos ni disponíamos del tiempo para explorarlos pero cualquier misión por arriesgada que fuera sería aceptada.

Por otra parte, en estos momentos detener el sitio de la mansión era mi prioridad y estaba deseosa de llegar cuanto antes. Esperé unos segundos a que el sargento concretara mejor los detalles de esa pequeña demolición antes de seguir mi camino hacia lo alto de la colina.

Nuestro trabajo como caballería, era esperar a la planicie y cargar contra el enemigo, no teníamos tiempo en estar andando por el interior de las alcantarillas. Así que seguíamos avanzando tras la infantería, la cosa que debíamos esperar era que abriesen camino, y nosotros cargásemos en caso de ser necesario.

- Mantened las monturas calmadas, aun no es nuestro momento. 

-Señor, sí señor-respondieron ambos soldados haciendo el signo de áquila, antes de empezar con su tarea. Visible en su camino, una solitaria tapa de alcantarilla que fue levantada e inspeccionada. Mientras los soldados realizaban su valoración, pudo verse avanzar a la retaguardia de los establos. Parecía que todos habían salido de allí, aunque iban atentos a lo que sea que les estuviera siguiendo.

-Se escuchan ruidos de combate, señor, pero no en esta zona-informó uno de los soldados, volviendo a cerrar la alcantarilla. 

Eso significaba que ya los habían usado y nos obligaba a acelerar el paso. ¿Pero cómo no los habían detectado los primeros hombres que las inspeccionaron? Parecía imposible.

- Entonces démonos prisa. El único sótano que habiamos ocupado era el de la enfermería y tanto si lo están atacando, como si les han obligado retirarse, nos necesitan.

Les advierto para que entendieran la urgencia que ahora nos apremiaba.

Como esperaba, debíamos ir a la mansión inmediatamente y asegurar ese punto. Ya me había parecido que así eran las intenciones de los soldados inquisitoriales y creía que era la mejor opción. Ya lo decían algunas tácticas imperiales. Ante la duda, avanzad.

Y eso hice, seguí mi camino hacia la mansión cada vez más cerca de nosotros.

El ruido del combate no parecía atenuarse, por nuestra parte seguíamos avanzando, a la espera que nuestros compañeros cerrasen la posible entrada del enemigo por las cloacas. La idea principal era llegar hasta la enfermería y después a la mansión, en cualquiera de los casos no ver al enemigo empezaba a ponerme algo nervioso.

Al pensárselo mejor sus movimientos, al final había optado por seguir al grupo fuera, ya que después de todo parecía que fueran a ser inmunes ante la muerte incandescente de sus asquerosos compañeros. Al salir, era difícil saber de dónde venían los ruidos de combate, parecía que vinieran de todas partes. ¿Estarían sus camaradas a salvo?, les había dejado bien atrincherados y tenían un magnífico entrenamiento, pero contra estos horrendos seres, nunca se sabe. Lo mejor que podía hacer era estar cerca de sus nuevos compañeros.

El escenario en las calles parece estar mucho más en calma que lo dejado atrás, en los establos. No veo enemigos en las cercanías y, por lo que escucho del resto de los soldados a mi alrededor, no parecen ser una amenaza inmediata. 

Las palabras del Sargento Lenz son precisamente una de las cosas que me temo y no sé si "Doc" estará vivo aún. La pérdida de cada uno de los Kasrkin es algo terrible pues somos soldados de élite y entrenar a cada uno de nosotros tomó años y grandes cantidades de recursos que no se deben desperdiciar a la ligera.

"Además que cualquiera con conocimientos de Medicae puede salvarle la vida al pelotón. No debemos dejar que mueran o se pierdan solo porque al mando le da miedo meterse en un sótano."

Mantengo silencio pues no soy ninguna clase de mando, pero espero que el Sargento al mando entienda la importancia de dirigirnos a la Enfermería para ayudar y evacuar a todos los médicos que estén en ese lugar. Mantengo también mi arma presta por si es necesario luchar contra algún enemigo que se le ocurra asaltarnos en este momento.

Siguieron avanzando a buen paso, aunque pronto, a lo lejos procedente del establo, fue visible la gran horda zombie que había avanzado hacia su antigua posición, y que solo los más rezagados habían podido vislumbrar en toda su magnitud. Desde luego, a ese paso tardaría en alcanzarles, e incluso era muy probable que la dejaran atrás, pues la mansión ya no se encontraba muy lejos. 

Las tropas inquisitoriales avanzaban en vanguardia, en silencio, de momento ignorando cualquier grito o sonido de combate, dirigiéndose directamente a la mansión. Parecía que ellos iban a mantener las hostilidades al mínimo, al menos hasta que llegaran a ese lugar. Lo que el resto de los soldados hiciera, estaba en manos de sus mandos.