Partida Rol por web

Algo hizo que por un instante la sonrisa del elfo gris se resintiese, agitada por un respingo. Con la comida sobre la mesa demostró tener un apetito sano para acabar chasqueando la lengua y carcajear para sí mismo.

- Phemios el Yermo, ese soy yo - respondió alzando su propia bebida, la jarra armamentística cargada con la que había deseado beber hasta la victoria contra Barrarás -. Si mi nombre está escrito en esta aldea y en vuestras memorias más allá de esta noche creo que podré dormir tranquilo y agradecido - tamborileó la jarra un momento antes de añadir - Habría preferido canciones aunque hubiesen venido de alguien tan peligrosa como vos, Lady Arael, pero si no va a haber música que haya en su lugar una buena representación.

Arremangándose tras soltar la bebida el elfo gris mostró cicatrices de piel verde latente y se desabrochó un par de botones de la camisa para dejar entrever más de aquellas vergonzosas marcas a quienes sin pregunta alguna le habían dejado acompañar en aquella loca marcha hacia el peligro.

- Phenios nació sin magia y aquello le hacía sufrir, creo que le volvió loco el no tener con quién compartir su dolor como él quisiese y acabó alejando a quienes le amaban - bebió de nuevo y una sonrisa extraña surgió de sus labios- Se hizo a sí mismo algo terrible, de eso no me cabe duda, pues cuando desperté en su cuerpo estaba solo, con un nombre, un apodo, magia, ansia de vida y el vacío de la muerte en la memoria.

Se levantó para ponerse el índice en la nariz y sacarles la lengua al resto a modo de mofa. Con el pie empezó a marcar un ritmo, se golpeó el pecho con la mano también de manera acompasada y tarareó una canción infantil sobre las partes del cuerpo en élfico, algo evidente pues fue señalando cada parte con el mismo índice a medida que sus ojos parecían brillar con emoción antes de reír una vez más.

- No sé qué oficio tenía o por qué sabía tanto de magia sin poder hacer uso de ella, pero sé que sano, joven y con tanto de él bonito como le veo en los reflejos no era feliz y que por ello tuvo que perderlo todo para que me llegase a mí . - miró entonces a sus compañeros con un suspiro y otra risa, está aliviada, para acabar con una reverencia - Soy Phenios el Yermo, espero quede escrito mi nombre en esta aldea y en vuestras memorias como el de alguien dichoso, presto a la aventura y de mejor beber que Barrabás.

Barrabás que comía lento y tranquilo, con todas las armas enfundadas observaba con una sonrisa que podría haber sido interpretada como un perro mostrando los dientes como el resto de sus compañeros efectivamente se sentaban en la misma mesa. No estaba acostumbrado a que humanos, humanas aladas y elfos eligieran un orco feo como una garrapata del revés como compañero de mesa por muy claro que fuera el destino común que compartían

Con la boca llena y aún comiendo despacio el orco asintió y respondió - Yo mucha guerra, guerra en yermo con padre, guerra en pueblo humano con Torconudo, guerra en Tormentos con hada azul, y mañana guerra en Loto con vosotros

Un hueso resbaló de su boca y cayó de nuevo en el plato, y Barrabás lo tomó de nuevo para limpiar hasta el último cartílago

¡La comida y la bebida corre de nuestra cuenta! Sois más que invitados por venir a poner paz a este pueblo. Me alegra ver que sois un grupo numeroso. Los últimos grupos que vinieron por aquí eran muy pocos y nunca más supimos de ellos. Yo no tengo más información que la que os hayan podido dar ya nuestras lideres. Lamentó el no haber podido ayudarle con ese tema.

Después escuchó las palabras de Phenios sin comprender qué quería decirle. No entendía nada sobre los venenos de los que hablaba así que simplemente no le contestó. 

A continuación escuchó la petición de Barrabás sobre carne caliente y dejó la conversación para acercarse al orco y explicarle:

Lo lamento, dijo el posadero, nos hemos vuelto veganos. No llevamos mucho tiempo así, solo unas semanas. Y no tenemos ningún animal en la aldea, solo podemos comer las plantas que cultivamos o las raras veces que salimos a cosechar al bosque, pero siempre lo hacemos entre muchos y tratamos de evitar estar demasiado tiempo, pues salir ahí es peligroso. Dijo con temor a lo que el Señor del Castillo podría hacerles. 

La guerra no le hace a uno grandioso esa fue una de las cosas que le decía su padre cuando intentaba que dejara las armas y estudiara magia, pensó tras los comentarios de Barrabás, pero Kalicalwe pensaba distinto a su padre. La guerra puede hacer a uno poderoso, ganar dinero, etc. a costa de los demás sí, pero eso eran daños colaterales. Y si a él se le daba la oportunidad la cogería para beneficiarse todo lo que pudiera.

Una vez quedó tranquilo al no ver ni oir nada sospechoso respecto al comentario de Erik. Parece que al final había servido de poco el intento de sacar información, había arriesgado para nada. En la mayoría de los juegos se puede arriesgar para ganar más pero lo que no le gustó a Kalicalwe fue que arriesgase a todo el grupo sin consultarlo antes. Pero era tarde para iniciar ahora una discusión así que de momento guardó silencio.

Se dirigió primero al posadero póngame algo de comer y beber por favor, es ya de noche y hay que dormir pronto que mañana será un día largo y fructífero, espero. Después pensó en que deberían hacer guardias aunque estuvieran en la posada y más teniendo en cuenta que aunque no había señales de espías por allí nunca se sabía si el espía era mejor que él. Por cierto, posadero ¿nos dará una habitación para los cinco? preguntó pensando un poco en ver como reaccionaba la Aasimar frente a ese comentario Aunque durmamos aquí comentó al grupo deberíamos hacer guardias pienso yo, no vaya a ser que suframos un ataque nocturno y acabe esto antes de lo previsto. Si os parece bien, imagino que Phenios al igual que yo meditamos sólo durante 4 horas, por lo que podemos vigilar nosotros mientras el resto duerme. Phenios si quieres medito yo mis 4 horas primero y luego tu las 4 restantes.

Con una reverencia hacia su conracial compañero Kalicalwe Phenios se prestó a terminar su plato de tubérculos, judías y verduras para bajarlo todo con lo que hubiera para beber, pudiéndole la risa para cuando había terminado.

- ¡Vamos allá pues! -animó a su compañero- Medita tú que yo haré la primera guardia. Espero que mis pasos no disturben tu concentración.

Se giró a los demás y sonrió con ganas antes de despedirles para la noche.

- Descansad bien y confiad en los elfos, guardaremos vuestro sueño como si fuera nuestro.

El posadero sirvió su comida vegana a todos sus nuevos huéspedes mientras escuchaba la conversación de las guardias. No es necesario que hagáis guardias. Meca se encuentra en la torre de vigilancia y disponemos de unas buenas murallas para guarecernos. Si hubiese algún ataque, Meca daría la señal de aviso y ten por seguro que nos despertaremos todos. Así que no os preocupéis y descansad a pierna suelta. En cuanto a las habitaciones, no dispongo de una tan grande, aquí todas son habitaciones individuales. Le comentó.

Barrabás devoró sus filetes de remolacha salvaje con salsa de zanahoria rabiosa, y pensó que una vez en el catre comería gran parte de la cecina que llevaba consigo. Si tanto les atacaban los animales, ¿¡Porqué no tenían carne¿! ¡diantres! - Barrabás dormir, cuerpo descansar. Mañana cazar.

No entendía muy bien qué querían decir con habitaciones individuales, pero se levantó de la mesa echando un último vistazo a todos sus compañeros para luego dejar que el buen hombre de la posada le dirigiera a la aventura de descubrir qué era una habitación individual

¿Por qué el posadero nos invitaba a no hacer guardias? de repente Kalicalwe empezó a sospechar de él. No comen animales, que es con las criaturas que están teniendo problemas y no quiere que hagamos guardias, cuando no supone un problema para nosotros ya que no necesitamos dormir más de 4 horas cada uno de nosotros dos elfos. A ver si la comida está envenenada... Así que cuando el posadero se metió donde lo le llamaban le dijo el elfo no se preocupe tanto por nosotros, los elfos con cuatro horas tenemos de sobra y como ve hay dos en el grupo, por lo que haremos guardias porque no nos cuesta trabajo ¿sabe usted? esto último lo dijo con algo de sarcasmo, tampoco quería enemistarse con alguien que a pesar de las sospechas de Kalicalwe podía ser inocente y les ofrecía comida y cobijo así que mientras no se demostrase lo contrario lo dejaría estar siempre y cuando no volviera a meter las narices donde no le importaba. Pues cuando usted quiera amable posadero déjeme las llaves de la habitación. Después justo antes de acostarse se acercó a Phenios y le susurró compañero no me fio del posadero vigilanos bien no vaya a ser que esto acabe antes de lo previsto se fue a su dormitorio echó la llave por dentro dejándola puesta para que no se pudiera abrir sin su consentimiento, después si es que había ventana la bloqueó y por último se echó a meditar tras quitarse la armadura, no sin antes dejar las armas a mano por si hicieran falta de forma urgente.

La cena transcurrió sin ninguna novedad, sin embargo, las palabras del posadero calaron en la razón de la duda de la mujer, para ella no hay nada más absurdo que confiar en las melosas palabras de infieles declarados, no obstante, la aprendiz de paladín sabía muy bien mantener un rostro amigable a pesar de sus hostiles pensamientos que solo eran sometidos por la imagen de un futuro lleno de cuerpos empalados de herejes siendo quemados vivos en el horizonte.

-. Gracias por su consideración mi buen señor y, al igual que mi camarada presente, me gustaría poseer la llave de mi habitación-. Es lo que dice con una hermosa sonrisa ya terminando su comida.

Una vez que la aasimar limpia su cuerpo, decide ir a la habitación asignada y cerrar la puerta con la llave. Acostándose equipada, con su espada a su lado y en alerta por si algo sospechoso se hace presente.

Erik agradeció amablemente la cena ofrecida por el posadero y se dispuso a descansar aquella noche. Notó cierta desconfianza en alguno de sus compañeros, pero en su caso, no dudó en la palabra de los habitantes de Loto. Suficientes problemas tenían ya como para meterse en problemas con cada grupo de aventureros que llegaban a la ciudad.

-Buenas noches!

Fueron las últimas palabras que pronunció el hechicero antes de cerrar la puerta de su habitación. Con la llave en la mano, dudó unos segundos si cerraba la puerta o no. "Qué demonios!" pensó. "Aún tendré suerte si una de esas fabulosas guerreras de Loto vienen  a pasar la noche en mis aposentos!". Y dejó la llave en la mesita. Eso sí: dejó bien cerca sus armas por si fuera menester.

Phenios asintió ante las palabras de Kalicalwe, no porque estuviese de acuerdo con él sino porque estaba encantado de darle la tranquilidad que se merecía. Con una sonrisa y un guiño trató de animar a su compañero.

- Reposa, te avisaré en unas horas- y dirigiéndose a los demás-; dulces sueños.

Apuró lo que quedaba de comida, incluso tomando de los platos de los demás que habían terminado de comer, antes de hacer sus rondas descalzo, no queriendo hacer el más mínimo ruido que pudiese interrumpir el sueño de sus camaradas.

Erik se desperezó en el catre de la posada. Estiró brazos y piernas, bostezando sonoramente. Tras el ritual matutino para espabilarse un poco, se quedó unos segundos en silencio mirando al techo de la habitación.
Por fin habían reunido un grupo importante de aventureros dispuestos a hacer frente a una misión peligrosa. Desconocía con qué se toparían, si sería altamente peligroso o si, en caso afirmativo, saldrían con vida. Pero la vida del hechicero era aquella y un día más tendría que vivirla al máximo.
Con una sonrisa, se vistió y bajó las escaleras canturreando y siguiendo el ritmo con un ligero baile.

-Buenos días!- saludó al posadero -Maravilloso día para descubrir el misterio de Loto, no es así. Será mejor tomar un buen almuerzo. El día puede ser muy largo!

Erik esperó a que sus compañeros aparecieran en el comedor de la posada e iniciar la investigación que requería. Y todo comenzaba por hacer una visita al castillo.

La noche pasó agitada para Barrabás, había tenido pesadillas y le había costado conciliar el sueño. Los hirientes rayos del sol empezaron a atravesar el cielo como lanzas luminiscentes y Barrabás contempló la salida del alba desde el catre a través de una hendidura del ventanuco. Era un bonito pueblo Loto... No hubo gallo que cantara, ni el sonido de las gallinas cacareando al recibir el pienso de la mañana. Barrabás había tenido pesadillas pero no podía recordarlas bien.

Se anudó bien el cuero tachonado. Le hubiera gustado comprar una armadura metálica en Tormentos antes de venir a esta misión pero la emoción de verse en esta empresa le embargó demasiado rápido. Revisó cuidadosamente cada una de sus armas y se la ajustó por su mochila y cinturón, listo para la guerra. Y así, pertrechado, bajó las escaleras con paso pesado

El feo y peludo orco llegó abajo cuando solo Erik estaba allí para desayunar - Largos días - Saludó sentándose a la mesa y esperando lo que la camarera les ofreciera. No tenía especial hambre, pero sería bueno llenar el estómago por lo que tuviera que afrontar. - Barrabás Listo

A mitad de la noche Kalicalwe despertó y continuó la guardia que empezó su compañero Phenios. 

La noche pasó sin incidentes, por lo que la suspicacia del elfo guerrero había sido en vano por el momento.

El primero en despertar fue Erik, y al poco Barrabás que bajaron a desayunar fuerte.

Kalicalwe bajó al salón junto a sus compañeros y pidió algo de comer también mientras esperaba que el resto despertase.

Otra vez estaba Erik hablando sin parar sobre lo que iban a hacer allí en la aldea del loto así que el elfo se acercó él y le comento en voz baja intentando no ofenderle pero para que comprendiese su punto de vista de la situación Disculpa Erik, creo que en esta misión en la que estamos juntos deberíamos ser más discretos, me refiero a que no sé si es buena idea que vayamos diciendo cual es nuestro cometido. Te agradecería que tuvieras en cuenta esto. No sabemos a lo que nos vamos a enfrentar pero si seguimos diciendo lo que hemos venido a hacer aquí puede que el enemigo sí sepa sobre nosotros y estaríamos en desventaja.

Después de una reconfortarle descanso, la paladin despertó antes que los primeros rayos del sol se posaran en el cielo, tiempo que aprovecho en rezar, hacer diferentes ritos religiosos que su Orden había, entre ellas, lavar nuevamente su cuerpo con agua templada.

Una vez terminado, Arael se equipa nuevamente su equipo para iniciar su camino hacia el comedor, lugar en donde saludo cortésmente a todos los presentes para luego ordenar un contundente desayuno-. Que la luz de Tyr me guíe en este nuevo día-. Susurro al terminar, mirando al resto de sus nuevos camaradas e indicando que estaba lista para iniciar la aventura.

- ¡Amanece! -canturreó Phenios- Un nuevo día de dicha y aventura ¿verdad?

Bajó las escaleras con vaivén bailarín para pasar por cada uno de sus compañeros, apretándoles los hombros y dedicándoles una sonrisa. En cuanto llegase el desayuno comería como si no hubiese conocido un plato caliente en la vida, había que hacerse con energías para afrontar los peligros de hoy.

- Os seguiré donde digáis y ya hablaremos por el camino ¿no es así? -sabía de la suspicacia de Kalicalwe y no quería decir en alto nada que pudiese molestar a su hermano élfico.

-Creo, querido Kalicalwe -dijo Erik entre susurros imitando a su compañero- que todo el mundo ya conoce nuestro cometido en Loto. No somos el primer grupo de aventureros que llega a la aldea para resolver el tema de los ataques, no tenemos pinta alguna de venir a hacer turismo ni negocios y menos como nuevos habitantes de este pueblo maldito. Si el enemigo quiere conocer de nuestra misión, diría que hace tiempo que nos espera. No solo a nosotros, si no a cualquier otro grupo de aventureros. Además, no tengo ninguna duda que este grupo puede hacer frente a este encargo y a otros más peligrosos. No creo necesario que nos escondamos de nuestra llegada a Loto.

Acabando de desayunar, animó al resto a emprender el trayecto hasta el castillo.

-Todos preparados para -y guiñando el ojo de forma cómica y mirando a Kalicalwe, continuó- "hacer aquello que hemos venido a hacer"?