Partida Rol por web

Las puertas se abrieron dejando pasar a los aventureros. Lis llegó corriendo para ayudar a cargar a Phenios y llevarlo a una sala de su iglesia. Allí había muchos más heridos como él y la cara de la mujer parecía preocupada. No tengo demasiadas magias. En estos tiempos que corren, me paso todo el tiempo curando y sanando a los demás. Aún me queda algún conjuro sencillo, espero que sea suficiente para que al menos recupere la consciencia.

Lis colocó las manos sobre la herida de Phenios y ésta se sanó al insntante devolviéndole la conciencia. Parece que estás mejor, ¿verdad? 

Quizá os hayamos mandado a una misión muy peligrosa. Cada vez estamos más seguros de que el Señor del Castillo terminará logrando acabar con nnuestra aldea.

- Hola Lis, dichosos los ojos- respondió Phenios con una sonrisa algo débil antes de mirar a sus compañeros-; vaya, parece que sólo serví de carnaza a los lobitos ¿eh? ¡Jajaja! -la risa le provocó un respingo de dolor- ¡Ay! Hay que ser cretino para reírse estando así.

Barrabás acompañó a Lis y al grupo al templo y dejó los lobos a un lado de la sala en la que curaron a Phenios - Carne de lobo para aldea Loto. Lis coge. Si piel buena, yo quiero.

Cuando Phenios por fin se despierta Barrabás se acerca y da unos golpecitos en el hombro a Phenios - Elfo Phenios es carne de lobo, Barrabás querer poner en bosque para ardilla comer elfo  - Después se gira a Lis para replicarle - Nosotros llegar a Castillo siguiente vez.  Siguiente vez usar poción en Phenios y él seguir hasta último aire.

Bien que estés de vuelta Phenios, estuviste a punto de morir porque ninguno tiene dotes sanadoras y Arael nos ha abandonado. Una vez llegados a este punto, tengo claro que necesitamos a alguien que cure o nos ocurrirá lo mismo cada vez que vayamos. Quizá no exactamente lo mismo pero si algo parecido. Así que yo propongo que para continuar busquemos a alguien que cure o que no volvamos a venir aquí. Yo desde luego no estoy dispuesto a ir nosotros cuatro a ese bosque otra vez. Por mi parte o buscamos a alguien que sane, dispuesto a venir, o abandono esta situación. 

- Sois lo más grande, Barrabás, ay ay ay- agradeció las palabras y sentido del humor del compañero, lamentando, eso sí, esa mano sobre su dolorido cuerpo-; no saben con quién se las han buscado, cuando volvamos será terrible, jejejeje.

El tono de Kalicalwe era muy distinto, creía notarle una desilusión importante y poco pudo gesticular más allá de un asentimiento en su dirección.

- Buscaremos un sanador, incluso dos si se ponen a tiro; cuantos más seamos mejores serán nuestras opciones -quería pedirle perdón, como hermano elfo, por haberle fallado cayendo nada más comenzar el combate pero no encontraba las palabras en aquel momento-. Estoy listo para volver cuando queráis.

Aunque le sabían mal las palabras de Kalicalwe, tenía toda la razón del mundo. Aquella misión no era nada fácil y sin la presencia de un sanador en el grupo, la cosa se complicaba aún más. La inoperancia que había mostrado Arael había hecho mella en el grupo, eso era evidente.

-Kalicalwe tiene razón, chicos. Somos cuatro y ninguno de nosotros tiene habilidades de curación. Y eso es bastante importante para afrontar la misión que tenemos entre manos. -dejó escapar un suspiro- Ahora bien, qué hacemos? Creo que tenemos varias opciones: volver a Tormentos y buscar nuevos componentes para el grupo, preguntar a Lis si algún sanador puede acompañarnos o... dejar esta misión para más adelante.

Erik miró a los ojos de cada uno de sus compañeros, esperando su respuesta. Él no lo tenía nada claro, pero debía tomar cartas en el asunto.

-Por mi parte, y me sabe mal decirlo, volvería a Tormentos a buscar nuevos aventureros para nuestro grupo. Si no encontramos a nadie, tomaría algún otro encargo y volvería a Loto en un futuro para prestar ayuda. Mi bolsa de monedas necesita algo más de peso!

Sonrío brevemente y preguntó a cada uno de ellos:

-Phenios, Barrabás, Kalicalwe, qué opináis?

El propietario de la taberna recogió los animales que trajo Barrabás y se los llevó para poder despiezarlos y cocinarlos en los próximos días. No es que la carne de lobo fuese muy suculenta, pero llevaban sin comer carne muchos días, así que sería un buen plato para servir.

Lis agachó el rostro al escuchar las palabras de preocupación de sus aliados. Tenéis razón, esta situación es muy complicada y no es fácil de gestionar. Aquí somos muy pocos los que tenemos dotes de curación, y yo tengo que quedarme en la aldea, primero porque necesito cuidad de los heridos, y segundo porque si yo cayese, entonces toda la aldea estaría condenada. Lis en cierto modo se avergonzaba porque aunque sus palabras tenían un fin, parecía que fuera una egoísta por no querer participar en la misión.

Yo solo confío en que encontréis a un grupo más numeroso y que os hagáis con algún sanador para que podáis venir. Dudo mucho que podamos sobrevivir a un próximo ataque por parte de El Señor del Castillo. Lamentó.

Creo que frascos de curar son curandero - Barrabás se encoge de hombros. Solo ellos cuatro le parecían suficientes más a los humanos no les gustaban los riesgos - En marcha. Vayamos a Puerta de Pueblo de muchos Pueblos Tormentos. Allí encontrar otro aventurero, o otro ángel paladín. 

Se puso en pie estirándose y colocándose las cadenas sobre los hombros. Iba a ser el camino largo de la penosa retirada.

Si nos separamos. Nos vemos en Loto mañana en mañana

Esperad Barrabás, no seáis tan raudo en partir, es hora de almorzar, podemos ir después de comer. 

Después se dirigió a Lis Lis, gracias por todo, y siento no poder abordar por el momento la misión de ayudaros coge la poción de heridas leves y otra de bendecir esto es vuestro dice mientras se lo entrega si vuelvo y aún las conserváis os agradecería que me las dieses para completar nuestro objetivo.

Respecto a la pregunta de antes Erik, creo que debemos volver a Tormentos a buscar a más aventureros dispuestos.

Tras ello se dirige a la posada Chicos dice dirigiéndose a sus compañeros ¿vamos a comer?

Ver el gesto de honradez de Kalicalwe le provocó dentera al sinvergüenza de Phenios, quien se sujetó su propia muñeca con la mano contraria para evitar objetar a su acción; con un respingo y flexión de dedos logró forzarse a sonreír, pues nadie merecía ser criticado por hacer el bien.

- Me apunto a llenarme el estómago, desde luego -reconoció-; hasta podríamos acordar cuánto tiempo dedicarle a buscar un sanador en Tormentos Cristalinos, creo que con un par de horas* y quedar en de nuevo a ver qué hemos pescado debería bastar ¿Hmmm?

-De acuerdo, volveremos a Tormentos. Primero recuperemos fuerzas con una buena comida y después, a buscar nuevos compañeros de aventuras!

Aquella última frase la dijo con algo más ímpetu para la situación que habían vivido. Erik fue consciente de su excesivo optimismo y dijo al grupo.

-Y esperemos tener más suerte que la última vez! Al llegar a Tormentos, y como bien dice Phenios, podríamos establecer cuanto tiempo dedicamos en buscar aventureros. Incluso propongo separarnos por parejas para ampliar la zona de búsqueda. Si nos separamos, tendremos más opciones de encontrar nueva gente para la misión. Pueden ir Phenios y Barrabás por un lado, y Kalicalwe y yo por otro. Acordamos una hora para reunirnos en la puerta de entrada de la ciudad y esperemos tener suerte. Qué os parece la propuesta?

Si el resto de grupo estaban de acuerdo en aquella coordinación de efectivos, solo faltaba llegar hasta Tormentos y comenzar a reclutar nuevos miembros.

Lis tomó las pociones que Erik le estaba devolviendo y se quedó esperando a que los demás hicieran lo mismo. Creo que aún es pronto para que hayan preparado el lobo que trajisteis, pero sí que podemos invitaros a comer por el esfuerzo y el sufrimiento de Phenios. Dijo con una sonrisa mientras les acompañaba a la taberna para que pudieran comer algo del almuerzo vegano que habían preparado.

Kalicalwe aceptó de buen grado el ofrecimiento de Lis de comer gratis en la posada, aunque fuera comida vegana por dos días que comiera así no le iba a sentar mal. Por lo que se dirigió a la posada junto con los demás y comenzó a comer agradecido en cuanto le pusieron la comida delante.

Ante la propuesta de Erik Por mi parte prefiero que no nos separemos, aunque también es verdad que si estamos todos decididos a volver sería mejor hacerlo para reclutar antes de que entren a la ciudad nuevos aventureros. Por otro lado, me encanta tu compañía Erik sin embargo ambos hemos reclutado gente en las puertas, creo que ni Barrabás ni Phenios lo han hecho aún por lo que quizá sea mejor la combinación Barrabás y tú por un lado y Phenios y yo por otro. Si estáis todos de acuerdo, me dirigiré con Phenios a la puerta más al sur de Tormentos y nos encontraremos luego en la puerta norte todos. Si por lo que sea no nos encontramos en la puerta norte creo que debemos de pensar en un punto de reunión dentro de la ciudad, propongo la posada el bote del lagarto, aunque la dríada bailarina me gustó más también creo que es más cara.

-Si el grandullón no tiene problemas en aguantar un bocazas como yo, -dijo poniendo una mano en el musculosos hombre de Barrabás y mostrando una sonrisa- por mi no hay problema en que sea mi "pareja de baile". Bien, nosotros iremos a la puerta norte y al anochecer, nos encontramos en EL Bote del Lagarto. Es mejor dejarlo claro para evitar dudas en una ciudad tan grande.

Así pues, y después de aclarar el modus operandi del grupo, comenzaron el camino de regreso a Tormentos.

Guardar piel de lobo para Barrabás. - Indicó a la sanadora antes de marchar

El hombro de Barrabás no solo era tremendamente musculoso y se encontraba extraordinariamente alto, sino que era terriblemente peludo, con un vello grueso y arrugado que parecía puro alambre, como el pelo del sobaco de una cabra, dicho sea de paso, sus sobacos también se encontraban generosamente poblados. Tal vez el orco y su fuerte olor corporal fueran los causantes del ataque lupino que casi costó la vida de Phenios y la cordura de Arael.

Barrabás - Dijo el orco, pero parece que su frase se quedó ahí, incapaz de pensar qué decir a continuación. No así tras unos segundos en los que por fin dijo - Barrabás con Erik

Y tiempo más tarde. Al Bote del Lagarto.

Con sus pesadas cadenas echó a andar junto al humano cuyas armas despertaban abiertamente la curiosidad y miradas del orco

¿Nosotros poder pasar por calle tiendas?

-Por supuesto, amigo Barrabás, pasaremos por la zona comercial. Hasta puede que te compre un cepillo, amigo mío! -dijo el hechicero guiñando un ojo.

- Si tanto aprecias mi compañía, hermano mío, qué menos que tener los mismos modales que tú- dijo con respecto al ofrecimiento de Kalicalwe mientras buscaba en su mochila y producía la cuerda de seda que la Aldea del Loto le había provisto para hacer frente al tirano-; yo me lo habría quedado pero ahora soy la sombra proyectada por alguien mejor... Y más generoso.

inalmente habían formado un buen grupo, cinco personas y dos lobos. Un grupo que seguro daría mucho que hablar.  Durante todo el camino no hay ningún tipo de incidente. De vez en cuando os topais con alguna que otra persona caminando por donde vais, unos con más prisas, otros con menos. Pero al fin, enfiláis el camino que os lleva directos a la puerta de la aldea. Ante vosotros se alza una gran muralla que parece recubrir toda la aldea.

En lo alto de los torreones, veis una figura.

Al acercaros la véis con más detalle. La centinela parece una mujer fornida que detiene vuestro paso. Antes de abrir el portón, os habla:

¡Por Pelor y todos los dioses! ¡Que alegría! ¡QUE ALEGRÍA! Gritó la mujer al ver la compañía que venía. ¡Diez guerreros! Gritó a sus compañeros al tiempo que abría la puerta de la muralla para dejarles pasar.

Phenios saludaba enérgicamente, contento de haber podido llegar hasta la Aldea del Loto sin complicaciones ni sustos. Al otro lado de esas murallas les esperaban platos calientes y habitaciones cómodas, todo un lujo para quien no tenía una casa que llamar suya... Que recordase.

- ¡Lo prometido es deuda, jajajajá! ¡Ya estamos de vuelta!

Barrabás puso la mano sobre el hombro de un excitado elfo pelirrojo - Ir taberna. Guardias avisar a Lis, ella seguro venir a taberna a ver la Compañía de Loto. - Dio un vistazo a su alrededor. No todos parecían guerreros, pero sí aventureros capaces. Habían algunos animales entre los aventureros.... deberían haberlos dejado en casa, sin duda serán el primer objetivo de depredadores y druidas malvados.

Barrabás hizo un ademán y se encaminó a la puerta de las murallas y colocó una palma sobre el hombro de la guerrera que les había recibido para pasar de largo y dirigirse directamente a la posada donde esperaba descansar después del apresurado camino.