Partida Rol por web

-Todo lo que sé es lo que os he explicado. Son las palabras de Lis, clériga de Pelor de la aldea, que nos explicó lo sucedido. No tengo ni idea de donde está el castillo de ese señor, el por qué de sus ataques, como son los ataques, etc. Llegamos hace un par de días aquí con la intención de hacernos cargo del trabajo, pero Lis nos recomendó que buscáramos más ayuda. Otros grupos habían intentado resolver este misterio y nadie había regresado con vida. Creo que lo mejor es hablar con ella directamente y que nos ponga al día de lo sucedido. Os parece bien?

Y mirando a la guardia que custodiaba la entrada, preguntó:

-Podemos entrar y hablar con Lis? Cada segundo que pasa, es importante para los habitantes de Loto.

Durante el camino escuché atenta el relato de Erik sobre el cometido que nos llevaba a Loto.
«Ataque de bestias salvajes… organizados» alguien debería estar controlando a los animales con algun tipo de magia maligna, concluí.

Llegando a Loto dijo algo que me llamó más la atención: «Lis, clériga de Pelor».

Me alegré que en esta poblacion hubiera también clérigos de mi dios.

"¿Has oido Arael? Otra servidora de la luz. Seguro que si le ayudamos, podré aprender de ella más sobre los caminos de Pelor."

A continuación me giré a Erik y le dije "Si es posible Erik, me gustaria estar presente cuando hables con Lis."

- Me parece estupendo, Von Tompshen, -hizo saber el elfo- aunque me apena que los animales sirvan tan oscuro designio me aseguraré de reaccionar a tiempo si alguno nos mira raro, -miró alrededor con una sonrisa llena de ilusión- a menos que tengáis otro plan o un susurrador de bestias entre nosotros.

Phenios sentía la magia crepitar en su interior, hambrienta de cruzar aquella muralla, dar rienda suelta a su poder y liberar flechas a diestro y siniestro. Se le escapó una risa corta de júbilo, quien nació sin magia ahora vive embriagado en ella, qué fortuna la mía.

La mujer de la torre abre la puerta tras la petición de la torre, y al abrirse se ve a otra mujer. Su nombre es Bell.

Bell les llevó ante la iglesia de Pelor, esperando a que la pregunta de los aventureros las resolviera mejor Lis.  Allí se encontraron con la suma sacerdotisa que había enviado la carta a Tormentos Cristalinos. En cuanto llegaron ante ella comenzó a hablar.

Mi nombre es Lis, soy clériga del grandioso Pelor. Bienveidos. ¿Cuáles son vuestros nombres? Supongo que Erik os ha reclutado, pero... ¿cuál ha sido el impulso que os hizo venir aquí? ¿La grandeza personal? ¿El reconocimiento? ¿Dinero?

En cuanto me respondáis procederé a resolver todas vuestras preguntas. Dijo dándole algo de misterio a la misión.

Yo soy Barrabás - Dijo el musculoso y verde orco - Yo venir, yo ayudar.

Gente de pueblo Loto no poder hablar con Señor de Castillo, ¿Señor de Castillo ser Señor de Loto?

Se volvió interrogante de nuevo hacia Erik, quien había sugerido que el Señor del castillo podía querer reclamar las tierras, pero según sabía Barrabás de saquear pueblos humanos, éstos ya pertenecen a la gente armada del castillo. No obstante Erik había ignorado anteriormente a Barrabás por lo que el Orco probó suerte con su nueva interlocutora.

¿Qué animales atacan Loto?

El elfo llevó a cabo una teatral genuflexión acompañada de su sonrisa socarrona.

- Yermo de recuerdos, Phenios de nombre -se presentó para luego alzarse y plantar la palma de su mano sobre su pecho- ; con la magia recién eclosionada en mi ser siento un apetito voraz por la aventura, el reconocimiento de mis aliados y la celebración de los menos afortunados... El oro tampoco ofende pero sólo porque el yantar lo exige.

Esa misma palma pasó a presentar con los dedos estirados al siguiente de ellos en mostrar sus respetos e intenciones.

El hechicero se alegró al comprobar que Lis recordaba su nombre. Solo esperaba que su nombre fuera en un futuro conocido en Loto por, junto a sus compañeros, haber solucionado aquel altercado con el señor del castillo.

Observó como el orco lo miraba con ojos algo desafiantes, cosa que Erik no acabó de entender. Bien, viniendo de un montón de músculos con poca mollera, era algo a tener en cuenta. Mejor ser amigo de aquella mole que no tenerlo en su contra. Sería cuestión de conseguir relajar a aquel tal Barrabás.

-Saludos de nuevo Lis, estimada Lis. Me pongo de nuevo a sus servicios para ayudaros en lo que sea menester.

Y dejó que sus compañeros continuaran con sus presentaciones y sus preguntas.

La Aasimar afirmo amablemente las palabras de su camarada mientras sus brillantes ojos dorados recorrían el lugar como si buscase algún enemigo oculto en la lejanía.

-. Solo aquellos que abrazan la luz son dignos de volver vivos de una gesta-. Estipula Arael al momento de escuchar con atención las palabras de Bell para luego seguir el paso de esta.

-. Mi nombre es Arael, aprendiz de paladín del glorioso dios Tyr-. Una leve reverencia es lo que la bella mujer hace al momento de presentarse-. Es un placer conocerla hermana de lo sacro-. Finaliza volviendo a su erguida posición inicial-. Y he venido a este lugar para exterminar a la lacra corrupta que atenta contra la vida de los inocentes-. Una fría y oscura sentencia es secretada de los labios de la bella mujer, aseveración que es brutalmente contrastada por las bellas pupilas de la paladín que miran con cariño a su aliada mientras sus blancas alas se mueven levemente dando una imagen de extrema belleza…

El señor del castillo... Parecía como si a Lis le diera cierto respeto o temor hablar de él, pues se puso aún más seria si podía 

No sabemos mucho acerca de él. Ni siquiera le hemos visto, sólo su presencia se hace notar. Enviamos a un grupo de tres diplomáticos para que hablaran con él, para saber si era el causante de los ataques y de conocer los motivos. 

Como no teníamos noticias, a la semana enviamos a tres miembros de nuestro ejército... Y tampoco supimos de ellos.

Y poco después, fueron el resto. Al cabo de los días llegaron unos osos portando un gran saco. Cuando abrimos para ver que era, comprobamos que había una nota Rebuscando por sus ropas, saca un papel De hecho, esta:

Meca apareció entre ellos y se acercó a Lis poniendo una mano en su hombro.

Cuando estábamos leyendo la nota, los dos osos nos atacaron. Habíamos sido tan poco precavidos que nos habíamos quedado en la puerta leyendo la nota. 

Por suerte, yo acabé con uno de ellos, y Lis y Bell con el otro.

No podemos aventurarnos a ir al castillo, pues, por un lado, sólo somos tres, y por otro, la aldea se quedaría sin protección ante un ataque directo, por eso hemos pedido ayuda.

Lo cierto es que vosotros seríais el tercer grupo de aventureros que empezaríais esta misión. La última vez que vimos a Erik ya le advertimos de ello y le pedimos que buscara a un grupo más numeroso. Veo que al fin lo ha encontrado y espero que tengáis más suerte que los anteriores. Al menos sois más y la ventaja numérica debería ser una ventaja, pero como os hemos comentado. No sabemos a lo que nos enfrentamos, así que podría pasar cualquier cosa.

Mmh - Barrabás alzó la vista, el sol caía, no había ningún problema para Barrabás en que la luz se tornara anaranjada y las sombras se alargaran hasta el horizonte. Echó un vistazo a sus compañeros, uno por uno, sopesando sus músculos- Osos ser enemigo grande, no entender porqué gente de Loto no conocer señor de su castillo. Triste que osos atacar. Barrabás parar osos. - Se giró y acercó más aún a la sacerdotisa, ingenuo en algunos aspectos de los recovecos de la diplomacia humana, y mostrando su confianza cerrando la distancia con ella - Yo herido ¿Poder ayudar a mí? 

El mercenario escuchó atentamente lo que decían y tras la exposición le surgió lo que para él era la duda más importante de todas y que aunque Erik había dicho cual era lo quería oir decir de ellas que eran quienes les contrataban, había que dejar las cosas claras en un servicio la verdad que está bien eso de ayudar a vuestra aldea pero yo he venido aquí por dinero ¿cuál es la cantidad que ofrecéis por la ayuda? la misión parecía peligrosa y la recompensa debía estar a la altura. Antes de continuar con las preguntas quería saber la respuesta. Mientras pensaba en el dinero se le pasó por la mente como gastar algo en la dríada bailarina con alguna hermosa hembra.

Erik esperó a que las preguntas de sus compañeros tuvieran respuestas, para preguntar a Lis sobre la posibilidad de descansar aquella noche en Loto y afrontar con nuevas fuerzas la misión al día siguiente.

Mirando a Meca, a quién no había conocido la vez anterior, el presumido hechicero alabó la defensa que habían realizado contra el ataque de los osos.

-Me gustaría escuchar esa historia sobre el ataque de los osos, valerosa Meca. -dijo realizado una pequeña inclinación de cabeza junto con una mirada sensual hacia la mujer- Estoy ansioso por conocer cada uno de los detalles de ese suceso.

Erik no tenía problemas en mezclar placer y trabajo, por lo que no descartó pasar una agradable noche en compañía de aquella valiente mujer. Quién sabe si sería su "última" noche!

Con un cambio de preceder, se dirigió hacia Lis y dijo:

-Afrontaremos esta misión con todas nuestras fuerzas, querida Lis. Mañana a primera hora, nos pondremos manos a la obra. Pero necesitaremos algo más de información. Donde se encuentra el castillo de eses señor que os quiere mal? Podemos descansar esta noche en algún lugar de Loto y recuperar fuerzas del viaje?

Y mirando a sus compañeros, y mostrando la nota, les dijo:

-Alguien conoce esos extraños símbolos que acompañan las palabras del señor?

El elfo miró con cierto grado de preocupación su arco, creyendo ver algo extraño en él y preguntándose así mismo hasta dónde llegaban las lagunas de su memoria. Negó con la cabeza antes de acercarse y asomar su afilada nariz entre quienes estuviesen inspeccionando el documento.

- ¿Habrá magia de por medio? -preguntó a medida que iba conjurando un hechizo que esperaba revelase algo de información- ¿Qué será? ¿Será?

Lis se acercó a Barrabás y colocó sus manos sobre él para sanar las heridas que le había comentado dejándole completamente sano al instante. 

a verdad que está bien eso de ayudar a vuestra aldea pero yo he venido aquí por dinero ¿cuál es la cantidad que ofrecéis por la ayuda

-No hemos puesto una cantidad de recompensa, pues no sabíamos cuántos aventureros vendrían ante nuestra llamada de auxilio. Tienen en mente algo?

-Me gustaría escuchar esa historia sobre el ataque de los osos, valerosa Meca. -dijo realizado una pequeña inclinación de cabeza junto con una mirada sensual hacia la mujer- Estoy ansioso por conocer cada uno de los detalles de ese suceso.

No  hay muchos más detalles que podamos daros, la verdad. Dijo sin caer en las insinuaciones de Filos. 

-Afrontaremos esta misión con todas nuestras fuerzas, querida Lis. Mañana a primera hora, nos pondremos manos a la obra. Pero necesitaremos algo más de información. Donde se encuentra el castillo de eses señor que os quiere mal? Podemos descansar esta noche en algún lugar de Loto y recuperar fuerzas del viaje?

Oh, por favor! ¡Eso dadlo por hecho! Exclamó. Es lo menos que podemos ofrecerles tras haber llegado hasta aquí. Además empieza a ser tarde, y creo que no sería una buena idea empezar la misión hoy.

 Para dirigirse al castillo, les mostraré una salida secreta del pueblo por la muralla de la parte de atrás. Se deberán internar en el bosque y el castillo siempre se ve. Si no lo vieran, sólo deben subirse a algún árbol. Pero mejor dejarlo para mañana, la noche se acerca, tomad total libertad para visitar el pueblo. La taberna está allí. 

-Alguien conoce esos extraños símbolos que acompañan las palabras del señor?

¡Anda! Mira que hemos revisado veces esta nota, pero la verdad que jamás habíamos pensado que esos símbolos pudieran significar algo. ¿Alguno sabe descifrar escrituras? Podría significar algo.

Al elfo se le alzaron las cejas y orejas como a un perro cuando escucha el saco de pienso removerse. Qué maravillosa oportunidad de llamar la atención, revelar los secretos de aquel mensaje y recibir la aprobación de sus compañeros.

- ¿Un descifrador decís? -rió dramáticamente mientras tamborileaba con los dedos una esquina de la hoja escrita- Pues no sabría decir ni dónde ni cuándo aprendí, aunque seguro que podré narrar una historia maravillosa y completamente inventada al respecto esta noche; dicho esto, esta, mi mente, cree ver patrones en esos símbolos que, con tiempo, tablilla de arcilla y estilete sería, capaz de desentrañar.

Miró a su alrededor y carraspeó un momento, entendiendo la gravedad del cometido y la posibilidad más que real que su cabeza le jugase una mala pasada. Sonrió y picó un ojo a los presentes burlonamente, riéndose de sí mismo.

- Claro que... Siempre estaría más que dispuesto de compartir mis descubrimientos y saberes con quien ya sepa algo al respecto, jejejeje -y con esto se puso a trabajar en el mensaje con la ayuda de quienquiera que se ofreciese para la labor.

-.Por mi parte no es necesaria recompensa alguna, mi espada está al servicio de la luz y sentir mi espada penetrando la carne del hereje es más que suficiente-. Aquellas palabras frías, nacidas de la adorable sonrisa de la paladina, fueron dirigidas al resto-. No reconozco la escritura, sin embargo, sugiero que una vez salgamos a la purga la disciplina y la estrategia deben gobernar el resto Tyr nos guiara-. Finaliza mientras hace un leve rezo hacia el cielo, quizás pidiendo energías a su señor.

Cuando Lis se acercó a Barrabás, éste se apartó suavemente, dubitativo entre dejarla hacer o preguntar porqué la magia humana requería de contacto. No obstante impuso sus manos sobre el orco con naturalidad, y lanzadas y espadazos se cerraron. Movió el hombro derecho sin que le molestara y asintió a Lis - Muchas gracias Lis, Barrabás lucha para llenar tu pueblo de piel de oso y hacer que bestias se queden en bosque.

Barrabás observó como algunos de sus compañeros se acercaban a la nota. Mientras él echaba ya un vistazo a su alrededor... las aves, la gente del pueblo, y a sus propia cuadrilla.

-No hemos puesto una cantidad de recompensa, pues no sabíamos cuántos aventureros vendrían ante nuestra llamada de auxilio. Tienen en mente algo?

Kalicalwe quedó pensando un momento y tras ello habló si sobrevivo a la misión para mi quiero esto: que me curéis las heridas si es que me hacen alguna durante ella y 100 mo sólo para mi, lo que le deis a los demás no es de mi incumbencia. Lo de las heridas en realidad no creía que fuera necesario pero al mercenario le gustaba dejar los menos flecos posibles en un contrato para que no hubiera lugar a malentendidos. Ah, y dijo tras una corta pausa para que yo acepte el trabajo al menos debemos ser 5 contándome a mi los que vayamos a resolverlo.