Partida Rol por web

Mientras todos se iban despertando, el tabernero empezó a servir el desayuno a los presentes. Se trataba de una taza de agua caliente con unas hierbas infusionadas que cargaban de energía a cualquiera que lo tomase. También había gran cantidad de fruta madura y dulce. Un desayuno que aunque no quitase el hambre para todo el día, al menos serviría para acallar el estómago las primeras horas del día.

Con magia chisporroteándole en la punta de los dedos Phenios terminó de atar cordones y afianzar cinchas en su armadura para acabar tirando de la cuerda de su arco como si fuera un instrumento musical, gruiñando un ojo y sacando la lengua al esforzarse en corregir la tensión de su arma hasta que vibrase tal y como él quería. Fue entonces que sonrió a los demás y les dejó claro que estaba listo para partir.

- Cuando queráis, que el mundo no espera.

Kalicalwe asintió a las palabras de Erik puede que tengas razón y quiera ser excesivamente prudente, sea como fuere, como bien dices si el enemigo quisiera ya sabría de nosotros comenzó a desayunar mientras suspiraba resignado una pena si no podemos contar con el factor sorpresa siguió comiendo hasta saciar su apetito y por último respondió con una sonrisa de medio lado preparado para hacer aquello que hemos venido a hacer.

Barrabás pasó sus dedos por una cicatriz de su brazo, observando a los presentes. Recordando a los asesinos de orcos de Tormentos Cristalinos. Echando una mirada a la aasimar. ¿Cuantos orcos habrían matado aquellos aventureros? ¿Se lo merecerían? Iban a luchar contra bestias encantadas, pero en toda aventura siempre había una oportunidad para hacer el bien o el mal... y vería qué clase de persona eran... ojalá el hada guerrera estuviera aquí con él

Su plato se terminó rápido y bebió cuanto pudo. Siempre había que beber mucha agua antes de una cacería. Procuró que su cantimplora estuviera llena y observó las armas del resto, quienes sin duda, parecían ser más astutos y habilidosos que verdaderos guerreros, dada la habilidad del feo orco, eran el grupo que él necesitaba.

La bella mujer, al notar la mirada del orco, simplemente sonríe con dulzura para luego dejar su asiento para luego mirar a sus compañeros-. ¿Partimos mis señores? -. pregunta con calma mientras da una rápida y amigable mirada a todos los aventureros.

- Buenos días, dijo Lis al llegar a la taberna donde habían descansado los aventureros. Disculadnos, pero hemos vuelto a mandar la petición de ayuda, por si vosotros no fuerais capaces de resolver esta misión y temo que no regreséis con vida para avisarnos. Dijo con cara de preocupación. Imagino que aún estáis dispuestos a seguir con la misión, así que os puedo conducir hasta un túnel secreto que os llevará al bosque directamente. Así evitaréis el mayor número de peligros. ¿Necesitáis algo antes de partir?

-No dude de nuestra capacidad para resolver este entuerto, querida Lis. Estoy totalmente convencido de que mis compañeros y un servidor, pondremos fin al mal que achaca a Loto.- dijo Erik con una confianza evidente en sus palabras -Puede que nos vaya bien algún tipo de material útil para la sanación. Tendremos que poner nuestra salud al límite y tener la tranquilidad de poder curar nuestras heridas sería perfecto. Botiquín...pociones?

Erik sabía que las pociones curativas eran muy escasas, pero todo era probar. El peligro era inminente, eso lo tenía claro. Y cualquier ayuda sería poca.

-Y a parte de eso...-dijo revisando su equipo- Puede que una cuerda y virotes para mi ballesta. Y por mi parte, partamos cuanto antes!

El hechicero solo esperaba que su "lista de la compra" fuera un obsequio de las buenas gentes de Loto.

La falta de fe en ellos por parte de Lis era preocupante, sin embargo ello no le impidió que siguiera adelante con la misión, había hecho un trato y eso era sagrado para el elfo guerrero. 

Ante la pregunta de Lis de si necesitaban algo pensó que si iban a atravesar un túnel quizás necesitarían antorchas pero echando un rápido vistazo a sus acompañantes: orco, elfo, aasimar y ¿hechicero humano? llegó a la conclusión de que seguramente no sería necesario; sin embargo si que se le ocurrió como podría elevar sus posibilidades de éxito ¿sería posible, al igual que ha dicho Erik, además de alguna poción curativa que nos des alguna poción con la bendición de vuestro dios?

La mirada benevolente de la paladin hizo contacto con los ojos nerviosos de la muchacha, haciendo que una enorme sonrisa se formara en el bello rostro de la aasimar con el objetivo de dar gracias a las preocupaciones de la pelirroja y calmarla en el proceso-. Señorita Lis, no se preocupe. Tenemos a los dioses del bien a nuestras espaldas que harán de un perfecto escudo en contra de la corrupción-. Sus blancas alas se agitan suavemente por un momento-. Sin embargo, me sumo a la petición de mis camaradas ¿tendran yerbas medicinales y/o derivados que nos puedan suministrar a modo de crédito? -. Pregunta, manteniendo un tono maternal digna de una gran matriarca que cuida de sus cachorros.

Barrabás no necesitaba nada más que a sus compañeros y a Barrabás. Así que permaneció a un lado pensando en como sería el túnel por el que le querían meter. Los orcos eran buenos en los túneles, pero él no, no había crecido como un orco de cavernas, era un orco de llanuras, y no le gustaba la idea de tener que enfrentar un topo gigante en ese túnel, trató de apartar con una mano la idea de su mente haciendo un aspaviento mientras miraba una pared, ajeno a la conversación que el resto tenían con Lis.

- Yo me conformaría con un set de buenos vendajes - comentó Phenios - y si huelen a lavanda mejor que mejor ¡Jajajajaja!

Con con esto termino de afianzar su armadura, apretando las cinchas hasta que se le escapó un gruñido de falta de aire, para luego comprobar el resto del equipo antes de acercarse a la puerta sonriente.

- Puede que hasta no fuera mala idea rondar la zona para recabar información y luego volver por si hubiera refuerzos de la ciudad, puede que más valientes vengan a la petición de ayuda.

Lis escuchó las peticiones de los aventureros y se ausentó durante un par de horas. Tras aquel tiempo regresó junto a un joven con varios objetos.

No he podido obtener mucho de lo que me habéis pedido. Nuestros recursos cada vez son más limitados, pero quizá con esto tengáis suficiente para sobrevivir. Y a ser posible, cualquier cosa que os sobre y si lo lográis, traednoslo de vuelta.

Lis lo dejó encima de una de las mesas de las tabernas, allí se podía ver:

2 pociones de curar heridas leves, una poción de curar heridas moderadas, otra poción de bendecir, 50' de cuerda, 50' de cuerda de seda y 10 virotes para ballesta. No he podido conseguir nada más.

Con el permiso de mis compañeros dice mientras coge la poción de bendecir y una de las pociones de curar heridas leves yo me quedaré con esto. Eso sí, si a mi no me hieren y a un compañero mío sí, no dudaré en dar la poción de curación al que la necesite.

Esperó a que todos estuvieran listos y continuó cuando queráis.

-. Por mi parte me quedare con la poción de heridas moderadas -. Declara la bella guerrera sagrada -. Y como mi compañero dicta, si uno de ustedes necesita asistencia hare todo lo posible para que la mano sanadora de Tyr caiga en vuestros cuerpo-. Finalizó mientras recoge la poción, al mismo tiempo que le da las gracias a la joven muchacha por los recursos conseguidos para luego señalar que estaba lista para el inicio de la misión.

Barrabás mira al humano y al elfo Phenios. Tomando la poción restante y tendiéndola a ambos - Vosotros cuerpo débil. Tomar pócima. - Después tomó ambas cuerdas y se las tendió a Phenios - Tú arquero, tú lleva cuerda.

Ahora todos grupo de tribu... pueblo de Loto. Listos para túnel.

Barrabás pensó en cuanto le gustaría que Nasusio estuviera con él, aquel enclenque orco era un gran arquero y peletero, y les hubiera sido letal y económicamente útil para aquella misión en la que tantas pieles de animal parecía que iban a ser desperdiciadas y destrozadas.

-Muchas gracias, estimada Lis!- agradeció el humano tras ver como la mujer entregaba el equipo y lo situaba encima de una de las mesas. -Nos será de mucha utilidad.

Segundos más tarde, sus compañeros comenzaron a hacerse con aquel equipo como si aves de presa se tratara.

-Quién no corre, vuela!- dijo Erik observando como sus compañeros se habían espabilado en coger las pociones con cierta presteza. 

Frente al ofrecimiento de Barrabás de la última de las pociones, el hechicero no lo dudó ni un instante. La tomó en posesión y la guardó en su bolsa del cinto, un lugar de rápido acceso en caso de ser necesario.

-Gracias compañero! Prometo vigilar tus espaldas en caso de meternos en problemas. 

Acto seguido, agarró los virotes que había pedido para su ballesta y las guardó con el resto de proyectiles que necesitaría en aquella misión. Comprobó el resto de su equipo, hizo un inventario mental, repasó rápidamente el estado de este y afirmó sonriente que todo estaba en perfecto estado.

-Como dice el grandullón: -e imitando la voz del orco, dijo - listos para túnel!

Con el reparto hecho Phenios no pudo más que sonreír ante la amabilidad de las gentes de la Aldea del Loto y la extraña pero grata muestra de camaradería por parte de Barrabás. Le habría dado una palmada en el hombro pero estaba seguro que su hombro podría hacerle presa y romperle los dedos de la mano así que se limitó a asentir y dejar escapar una risa de satisfacción antes de ponerse en marcha hacia la aventura.

Finalmente habían formado un buen grupo, cinco personas y dos lobos. Un grupo que seguro daría mucho que hablar.  Durante todo el camino no hay ningún tipo de incidente. De vez en cuando os topais con alguna que otra persona caminando por donde vais, unos con más prisas, otros con menos. Pero al fin, enfiláis el camino que os lleva directos a la puerta de la aldea. Ante vosotros se alza una gran muralla que parece recubrir toda la aldea.

En lo alto de los torreones, veis una figura.

Al acercaros la véis con más detalle. La centinela parece una mujer fornida que detiene vuestro paso. Antes de abrir el portón, os habla:

Lamento veros por aquí. ¿Qué ha pasado? Preguntó preocupada. ¿Necesitáis que os abra? ¿Y qué ha pasado con la mujer que os acompañaba? Cuando los aventureros miraron a su alrededor, comprendieron que Arael los había abandonado. Seguramente por la situación tan bochornosa que acababa de vivir.

Al escuchar la pregunta sobre la mujer, Erik miró hacia atrás y descubrió que Arael había desaparecido literalmente. Habían estado tan preocupados por el estado de Phenios, que no se habían dado cuenta de su marcha.

-Otros menesteres más importantes reclaman su atención- dijo el hechicero intentando no mostrar su creciente enfado y su creciente rabia al ver que el grupo comenzaba a menguar sin apenas haber iniciado la misión.

La verdad es que poco había durado la aasimar con ellos. Y la verdad es que Erik pensaba que había sido un buen "fichaje" ya que podría dar rienda suelta de sus habilidades y ser de gran ayuda en beneficio del grupo. Pero como en otras muchas veces, unos se quedan y otros se van. Solo esperaba no tener que volver a Tormentos a mendigar nuevos miembros para llevar a cabo el encargo.

-Necesitamos ayuda urgente! Nuestro compañero está herido y necesita cuidados. Venimos del Bosque Terrorífico y hemos sido atacados por lobos. Podéis abrir el portón y prestarnos ayuda?

La vuelta al poblado había sucedido sin incidentes, o eso creía Kalicalwe, hasta que al llegar le preguntaron por Arael ¿dónde se había metido? ¿Estaría viva o habría sido atacada sin que nos percatasemos?

Era algo inquietante pero que quizá no merecía la pena investigar debido a la actitud abstraída que había tenido la aprendiz de paladín.

Sí dijo reforzando las palabras de Erik abrirnos o nuestro compañero podría morir.