Partida Rol por web

Finales y principios

[Capítulo 2] Aunque camine por valles de sombras, nada temeré.

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21/05/2018, 21:09
[Comunidad] Nicolás Arbelo

El viejo Quijano empezó a reír entre dientes, aunque no quedaba muy claro si lo que había provocado esa hilaridad habían sido las palabras de Morgana o que Clementine lo llamase «señor» en inglés. 

Sonrió después al médico cuando apareció, pero mientras se decidía quién sería el siguiente en pasar el anciano terminó por desentenderse de la conversación y volver a su asiento. 

Nicolás escuchó a las dos habitantes del Morris y asintió con la cabeza, mirando de nuevo a Acacia. 

Bien. Pues entonces pasad vosotras primero. 

Isenia no tardó en ponerse en pie, con los brazos apretando su tripa, y caminó con prisa hacia el otro lado de la cortina. La anciana, por su parte, caminaba con el mismo porte que se le podía intuir estando sentada. Al pasar cerca de Morgana y Clementine, hizo un pequeño gesto con la cabeza y les dio las gracias. 

El médico esperó a que ambas estuviesen ya dentro de la consulta antes de hacer un gesto a la exmilitar, como si le diese paso a un escenario. 

Adelante, show woman —dijo, con una sonrisa—. El espectáculo debe continuar. 

Tras esas palabras siguió a las dos mujeres al otro lado de la cortina cerrándola tras de sí. 

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24/05/2018, 14:17
Morgana Whiterocks

Un leve parpadeó hacia Nicolás, señaló un “de acuerdo”. Apartó la mirada de la cortina y la paseó por cada uno de los ocupantes de la improvisada “sala de espera”. Se pasó las manos por la cara, por las aletas de la nariz y las comisuras de la boca, como si se despejase, se quedó un momento con la boca entreabierta, y terminó por peinarse, o más bien despeinarse, la media melena negra.

-Shami, parece que has tenido tu concierto. La dulce primavera.

Se fijó en la guitarra de Clem- ¿Tienes más de esas jodidas cuerdas? Ya te has cargado tres, un poco patosa, ¿eh? –se cachondeó, y le guiñó un ojo-. Podemos mirar luego si hay en ese puto mercado. –Morga pensó que no sería fácil encontrar cuerdas de guitarra así como así, pero tal vez sí el instrumento completo.

De nuevo comprobó el exterior. Era como un tic, su necesidad de tenerlo todo bajo control, sin que se le escapase detalle alguno; buscando anomalías, cualquier contingencia, olfateando el peligro. A sabiendas de que resultaba fútil su esfuerzo de predecir todas las variables.

-Oye, has mencionado un hermano. ¿Quién era?  -Preguntó a Clem, con cierto interés aunque de manera distraída, como para matar el tiempo charlando de alguna cosa.

 

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24/05/2018, 21:38
Clementine

Tengo unas de repuesto. Pero debo tener cuidado... O me quedaré sin esas también.-declaró, con resignación- No te preocupes. Estoy segura de que algún apaño podré hacerme. Podría cantar un par de veces más alguna semana en el Traf, y pedirle a Macbeth el favor.-resolvió, pensativa, mientras observaba a su compañera, y deslizaba brevemente la mirada hacia la calle, para comprobar si Bentley seguía ahí fuera o se había aburrido de esperarla. 

La pregunta de Morgana pareció sorprenderla, a juzgar por la expresión de su rostro, que se encuadraba en ella con las cejas alzadas, y los labios entreabiertos, como si no comprendiese de qué hablaba la ex-militar, hasta que una sonrisa nostálgica acabó por irrumpir en su boca, y un suspiro se escapó de su garganta- El hermano Cristóbal.-dijo, estirando aquel nombre, pronunciándolo con añoranza y cierto atisbo de tristeza- No éramos hermanos de sangre, si es lo que preguntas. Éramos Hermanos, dentro de mi congregación. Él... Junto conmigo y unos pocos hermanos más, fuimos los últimos en abandonar la Iglesia de San Pablo, antes de que nuestra situación en el World Trade Center se volviese absolutamente insostenible. 

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25/05/2018, 21:07
Morgana Whiterocks

-Hum. Ajá –fue las dos únicas palabras que salieron de su boca junto a un leve cabeceó de cabeza tras la declaración del posible apaño de Clem. Se rascó la barbilla mientras escuchaba las desventuras de la chica. Sintió el aguijón del interés, ella que siempre le gustaba escuchar historias y estar enterada de lo que sucedía en el mundo. Y si había hostias de por medio, se agudizaban sus sentidos.

-¿Qué sucedió? ¿Cuándo pasó eso? –miró con creciente atención hacia Clem.

 

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28/05/2018, 14:23
[Comunidad] Acacia

Shamira asintió a las palabras de Morgana con una amplia sonrisa. La chiquilla parecía encantada, tanto con el concierto de Clem como con el bebé que tenía en brazos. El niño lo miraba todo con los ojos bien abiertos. Parecía estar muy despierto y sus labios infantiles se curvaban en una pequeña sonrisa. No se había quejado aún pidiendo comida, pero teniendo en cuenta la hora a la que le habían dado el último biberón era de esperar que lo hiciese pronto. 

La mirada de Morgana no encontró nada fuera de lugar en el exterior. Todo parecía seguir tal y como había estado cuando habían entrado en la consulta. Algunas personas se desplazaban por la calle, pero nadie se fijaba demasiado en aquel lugar. Clementine no tuvo problema para localizar a Bentley. El perro seguía tumbado junto a la puerta, con la cabeza apoyada sobre las patas y las orejas en punta, atentas a cualquier sonido o movimiento que llamase su atención. 

Un cuarto de hora después volvió a abrirse la cortina y por ella salieron las dos mujeres. Isenia seguía con aspecto de estar dolorida y Acacia la rodeaba por el hombro. La anciana tenía en la mano un paquete envuelto con un papel de periódico amarillento y se detuvo un momento a despedirse. 

Ha sido un placer conoceros —dijo, frenando a Isenia para que esperase a su lado—. Os agradecemos la charla y la música. Si algún día vais a la Villa del este, será un placer compartir una comida con vosotras. Ahora nos vamos para que Ise pueda descansar, pero tened un buen día. 

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28/05/2018, 16:12
[Comunidad] Nicolás Arbelo

El viejo Quijano ni siquiera parecía haberse dado cuenta de que las dos mujeres se marchaban. Llevaba un rato con la mirada perdida en un punto de la cristalera y murmuraba algo entre dientes para sí mismo. Parecía contento, eso sí, pues todavía tenía esa sonrisa desdentada en los labios.

Nicolás apareció por la cortina mientras Acacia se despedía, con su andar algo tambaleante y el bastón en la mano. Su mirada buscó directamente a Morgana. 

—Venga, podéis pasar —ofreció, sujetando la cortina para dejar espacio—. Que me tenéis en ascuas. 

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29/05/2018, 13:36
Morgana Whiterocks

Morgana les hizo un leve saludo militar a las dos féminas.

- ^Vacaciones en la Villa. Suena bien. Llenad la piscina. -Pausó para ensayar una hosca sonrisa- De agua –Transmutó la mueca en otra simpática- Mejórate, Ise.^

Cuando Nicolás les abrió paso, miró una vez más al exterior, esta vez buscando a Kane. Si no regresaba todavía, por ella mejor. Luego hizo un gesto hacia los chicos, les dio la confianza para que fuesen partícipes de aquello, a pesar de que no era conversación para niños. Sin embargo debían continuar aprendiendo, en particular Shami, que ya tenía edad para entender mejor. No tenía claro el plan de la predicadora, o si tenía una propuesta preparada; la noche anterior terminó en tormenta, y no se dio la ocasión de hablar de ello durante el trayecto de la mañana.

Ella sí que hubo pensado en el asunto. Un tema con aristas,  implicaciones emocionales y morales.

Siguió al doctor a la habitación con la cual estaba familiarizada. Lo miró a los ojos- En ascuas. Menos mal que vengo los viernes para sacarte de tu aburrimiento- Morga solía ir al grano, sin perder el tiempo en retórica ni darle vueltas-. Érase una vez en Egypto que abandonan a un puto crío dentro de un capazo y aparece a la puerta del Morris. Entretanto aparece la cabrona de su mami los babysitter le damos teta. Pero sin tetas. Un bibe. Es decir, que necesitamos un par de tetas. Es más natural y sano, ya sabes. Pensé en mi amigo Nicolás,  el mejor matasanos que conozco y un tipo legal. Tú debes conocer las mamitas de por aquí. He supuesto que nos puedes ayudar con eso y con Anabela -miró de soslayo a Clem, reparando en la expresión que ponía.

Expulsó aire y se mordió los labios.

- Una nodriza que vivirá con nosotros. Se viene conmigo el domingo y la traigo el viernes. Comida, cama, música y buen ambiente, ya lo has comprobado. Somos la leche. Habría que pulir detalles, claro. -En ese punto, Morga decidió lanzarse-. Una mujer capaz de adaptarse. Con pocos lazos. Incluso que quiera largarse de la Comunidad y no le importe cambiar de aires.

Morgana estaba arriesgando, no tenía el consentimiento de su propia comunidad para adoptar a una mujer. "Me la sopla, somos nosotras las que vamos a negociar".

Se fijó en el instrumental, miró otra vez a Clem. De nuevo se posaron sus ojos en la mirada serena del doctor. Sus dos gotas de jade brillaban.

-Es una idea. También nos gustaría ayudar con la prótesis de Clarita -hizo un gesto significativo con la mano y enseñó su mejor sonrisa cautivadora-. Creo que nos podemos ayudar mutuamente. Ah, otra cosa, quiero que examines al enano.

Notas de juego

Quizá era mejor que respondiera primero Clem, por si explica (o no) algo sobre el abandono de la iglesia. Pero no tengo claro como me irá la semana para poder escribir, y he aprovechado hoy para el turno y parte de un retazo.

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31/05/2018, 00:09
Clementine

Fue hace ya algunos años.-explicó, suspirando de nuevo, quedando en silencio durante unos instantes en los que acarició la funda de su guitarra y acomodó con delicadeza el instrumento a un lado de su cuerpo- Éramos un grupo pacífico, pero grande. Eso nos hacía respetables, supongo.-añadió, posando una vez más la mirada sobre Bentley- Hubo un invierno bastante crudo entonces, que hizo que muchos enfermásemos. Y para cuando llegó la primavera, éramos unos cuantos menos.- dijo, encogiéndose de hombros- Los rapiñadores y los grupos menos diplomáticos de la zona empezaron a vernos entonces de otra manera. Y al final, entre los que pagaron el precio de ser una minoría con su propia sangre y los que por temor razonable decidieron abandonar la Iglesia para buscar otro lugar más seguro... Nos convertimos en un número irrisorio, incapaz de mantener un lugar como lo era la Iglesia de San Pablo, sin arriesgar nuestras propias vidas de manera constante.-explicó, apretando momentáneamente los labios, antes de volver a mirar a Morgana, con cierto atisbo de resignación y de tristeza disimulada e inevitable en el rostro

Así que, decidimos irnos. Pero eso tampoco salió muy bien.-concluyó, sin que hubiese lugar a mayores preguntas antes de que Nicolás Arbelo asomase de nuevo por la cortina, despidiendo a Acacia y a Isenia, a quienes Clementine despidió con una sonrisa y un asentimiento, agarrando la funda de su guitarra mientras se ponía en pie, y seguía a Morgana, dejando, con la misma determinación que había tomado al traspasar la frontera de la Comunidad, que fuese ella quien hablase primero y juzgase qué parte del asunto pensaban compartir y qué parte no.

La predicadora asintió, en un principio, corroborando la versión que daba la ex-militar de los hechos, sin embargo, no pudo evitar mirarla con una poco disimulada extrañeza, cuando incluso mencionó un nombre y explicó cuáles serían los términos en los que aquella persona las acompañaría al Morris- ¿Anabela? ¿Ya conocías a alguien que podía hacernos el favor?- preguntó, casi sin quererlo. 

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31/05/2018, 19:40
[Comunidad] Nicolás Arbelo

Al otro lado de la cortina se encontraba la consulta de Nicolás. Una mesa llena de papeles en un lateral, con una silla a un lado y tres al otro, un armario con vitrina lleno de cajas, vendas y distintos útiles médicos, y una camilla situada debajo de la lámpara formaban el mobiliario principal. Sin embargo, había otra cortina separando esa zona del espacio más allá que no estaba corrida del todo y podían intuirse algunas camillas más. 

Shamira se quedó de pie, con el niño en brazos, cerca de las dos mujeres mientras que Lincoln se iba directo al rincón cerca del armario. El chaval no llegó a apoyarse en la pared, pero se le notaron las ganas de hacerlo, que reprimió tensando los brazos y arrugando el ceño. 

El doctor esperó a que todos estuvieron dentro y entonces pasó él. Se fue directo a la silla que quedaba a un lado de la mesa, se sentó y apoyó el bastón a su lado. Desde ahí escuchó las explicaciones de Morgana, intercalando algunas risas suaves por el medio. Cuando la exmilitar terminó de hablar, el hombre hizo un gesto alzando las dos manos, como pidiendo tregua. 

Cuántas cosas, «chica», ¿te metiste café en vena esta mañana o qué? —hablaba con esa entonación melosa y lenta que sin duda debía ser útil para calmar los temores de los pacientes—. Vamos por partes, ¿quieres? Déjame al pequeño y lo voy revisando mientras hablamos. 

Sacó un estetoscopio de un cajón de la mesa, se puso de nuevo en pie, aunque no llegó a coger el bastón, y le hizo un gesto a Shamira para que pusiera al bebé sobre la camilla. Dio un par de pasos oscilantes hasta llegar a su lado. 

Gracias, «niña», yo lo sostengo —le dijo, revolviéndole el pelo antes de empezar a desenvolver a la criatura. 

Sus ojos estaban puestos en lo que hacían sus manos, pero siguió hablando mientras trabajaba, revisando la cabeza, la piel, los ojos y oídos, el cuello, los genitales... Parecía que no dejaba rincón sin comprobar y palpar.

Conozco varias madres que están lactando, pero la mayoría tienen su marido y su familia. No sería fácil que se quisieran ir con vosotras. —Hizo una pausa, pensativa, antes de continuar—. Hay una chiquilla. María. El bebé murió durante el parto, hace un par de semanas. Se estaba sacando la leche porque le dolían los pechos, pero tal vez podríais llegar a un acuerdo con ella. Es una buena chica y sólo le quedan su novio y la familia de él. 

Se calló para auscultar al niño, en el pecho, en la espalda y en la barriga. Después siguió palpándole la tripa y retomó la conversación. 

—También está Cristina. Ella ya ha tenido dos hijos y hace poco tuvo otro. —Sin dejar de hablar sacó un termómetro y se lo puso al niño—. Una niña bien gordita y sana. Ya ha sido nodriza antes, lo hizo cuando una prima suya murió dejando a un bebé. Puede que aceptase irse, pero querría llevarse a su niño, seguro. 

 Levantó la vista para ver qué marcaba el termómetro y sonrió. 

Ahora lo pesaremos y mediremos, pero este bebé está como una rosa. Lo han tratado muy bien. Tiene algunos gases, nada más. Tenéis que hacer que eructe después de comer. No es preocupante, pero si sigue acumulando le podrían dar cólicos y entonces llorará tan fuerte que querréis regalarlo al primero que pase por la calle. 

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01/06/2018, 17:53
Morgana Whiterocks

Morgana atendió al relato de Clem. Escuchó con atención. La historia de siempre, los lobos devoran a los corderos. La cadena alimenticia. No tuvo ocasión de continuar la conversación; tal vez en otro momento. O no. A Morga no le gustaba remover en exceso el avispero del pasado.

Al terminar su exposición y propuestas, devolvió la mirada a Clem, con la misma extrañeza reflejada en su cara.

-Anabela es la mandamás. Apenas he tratado con ella.

Luego se quedó perpleja observando la expresión divertida de Nicolás. No pillaba eso del café. Su explicación fue clara, directa, dijo qué quería, qué hacer y cómo. Al estilo militar, por supuesto. Mueve el culo, ya. Parpadeó, confusa- Un chute de café, baicon, huevos revueltos y tostadas. Sin olvidar el puto zumo de naranja que te hace cagarlo todo. Ha sido un desayuno de la hostia.

La cuestión debía ser la calma y sosiego innatos del médico. Excesiva información por la mañana. Se rascó los labios con los dientes- Vaaaaaleee. Joder, olvidaba que estamos en La Comunidad. Aquí el tiempo se detiene y entra en otra dimensión.

Fue escuchando mientras observaba con detalle el examen al bebé. Frunció la boca. Una chica manejable, sin experiencia y que podría crear un vínculo excesivo con el niño. Versus una mamá curtida, con su llorona.

-¿Hay que pasar por Anabela o puedes hacer tú de intermediario? -Se acercó un poco más a la camilla- El cabrón parece un querubín de esos de las pinturas en las iglesias. No se...comprueba si tiene marcas, señales, por pequeñas que sean -se encogió de hombros, adusta. No tenía la certeza de qué buscar o qué esperaba encontrar- En fin. A ver -cambió de expresión, risueña y resuelta- ¿Por qué coño crees que esa Cristina aceptaría? ¿Y qué pasa con sus otras crías?

Reparó en Clem. Levantó la barbilla hacia ella, en un gesto que venía a decir: ¿y tú qué opinas?

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09/06/2018, 21:55
Clementine

Oh, no lo sabía.-contestó, tras escuchar la aclaración de Morgana acerca de Anabela, siguiendo la conversación entre la ex-militar y el médico, aún con gesto sorprendido, sopesando, al igual que su compañera, las diferentes opciones.

Quizá... Esa chica, María... Pueda superar mejor su pérdida si vuelve a poder tener un bebé en brazos. -apuntó- Tiene menos que dejar atrás. Y la ayudaremos a superar lo que le pasó a esa pobre criatura. Además, quizá necesite menos traslados desde Sugar Hill a este barrio, y eso resulta mucho más seguro, para ella, para el bebé y para nosotros.-indicó, encogiéndose de hombros, posando la vista sobre Morgana- O quizá no deberíamos hacer muchas conjeturas, y símplemente deberíamos ir a hablar con ambas para saber qué están dispuestas a hacer y qué quieren a cambio. -añadió, volviendo a posar la mirada sobre el bebé y sobre el doctor, sonriendo- Aunque depende también de si tenemos que ponernos de acuerdo esa mujer, Anabela.- suspiró, acercándose para acariciar las mejillas sonrosadas del bebé, cuando finalmente Nicolás declaraba que se encontraba sano.

Es un niño, Morgana, no una bomba.-indicó, bromeando, frunciendo levemente el ceño tras escuchar a su compañera insistir en la posible existencia de cualquier seña o marca- Ya lo miraste tú misma de arriba a abajo cuando nos lo dejaron en la puerta.-añadió, posando un dedo sobre la manita, diminuta en comparación, de Thiago- Doctor, y, ¿cómo le podemos sacar esos gases? Es que... Verá... Creo que la mayoría de mis compañeros tiene muy poca práctica con eso de los bebés. Estando yo incluída en esa mayoría. - reconoció, con cierto sonrojo- Yo incluída. El único cachorro al que he cuidado ha sido a mi perro. Y dudo que eso se parezca demasiado a cuidar a un humano tan pequeño. 

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11/06/2018, 14:08
[Comunidad] Nicolás Arbelo

El médico se rió con la insistencia de Morgana y el posterior comentario de Clementine. Negó con la cabeza antes de responder, todavía con una sonrisa divertida aleteando en sus labios. 

No tiene nada raro, «chica». Sólo es un bebé y está estupendo. Pareces una «mamita» primeriza, Morgana, tan preocupada, pero es normal. Hasta que os acostumbréis. 

Con el bebé boca arriba, tomó sus piececitos uno con cada mano y empezó a moverlos haciéndole doblar las rodillas. El niño empezó a fruncir la cara con disgusto y sus ojos se movieron alrededor, buscando algo que a todas luces no encontraba.

—Podéis hacer así para sacarle los gases —decía el doctor—. También la bicicleta. Ea, ea, pequeñuelo, no te vayas a poner a llorar. —Le destapó la tripa y se frotó las manos para calentarlas antes de empezar a masajear en círculos alrededor del pequeño ombligo—. Así también funciona bien y le gusta más que las flexiones, ¿eh que sí? —la pregunta iba hacia el bebé, pero el hombre no tardó en mirar a las dos mujeres—. Si lo cogéis en brazos y lo apoyáis en el hombro después de comer, sólo tendréis que darle algunas palmaditas en la espalda para que los suelte. Ven, «niña» —dijo entonces, haciendo un gesto hacia Shamira, que observaba todo el proceso con interés, para que se acercase—. Cógelo un momento, que vamos a pesarlo antes de que se ponga a llorar. 

En cuanto la chiquilla tuvo al bebé en brazos él se dirigió al armario para sacar de él una báscula con una bandeja suficiente para colocar al crío y una cinta métrica. Mientras iba colocando todo, siguió hablando. 

No hace falta que consultéis con Anabela. Yo puedo hablar con las chicas y organizarlo para que os reunáis con ellas. —Indicó a Shamira que pusiera al niño en la báscula y asintió, satisfecho—. Cinco kilos y medio, muy bien, muy bien. No sé si Cristina aceptaría, depende de qué le ofrezcáis, supongo. Pero ella tiene experiencia como nodriza y ya ha criado varias criaturas sanas y fuertes. —Hizo una pausa para coger la cinta métrica y midió al bebé, que cada vez parecía más molesto, de cabeza a pies—. Sus otros hijos ya están más grandes y tiene a su marido y una hermana que podría ayudarles una temporada. María tiene menos lastre, como dice ella —señaló a Clementine con la cabeza—. Pero también tiene menos experiencia. Cincuenta y nueve centímetros, perfecto. 

Llegó a medir el perímetro del cráneo antes de que finalmente la cara del niño se pusiera roja y empezase a emitir sonidos de protesta que sin duda anticipaban el llanto. 

Ea, ea, ya se acabó la tranquilidad —dijo, con tono jocoso y calmo—. ¿Cuánto hace que no le dais de comer? —preguntó entonces el médico, dejando que Shamira lo cogiese de nuevo—. ¿Y qué es lo que decías de Clarita? ¿Queréis ayudar con su prótesis?

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11/06/2018, 15:16
Shamira

La muchachita, empezó a moverse con un leve balanceo para intentar contener el llanto del bebé, sin mucho éxito, pues el doctor no había terminado su última frase antes de que el niño soltase un berrido. Shamira cerró los ojos un instante con aquel grito tan cerca de su oído y luego miró a Nicolás.

Hemos traído un biberón, pero es de polvo... —Miró a Clementine y a Morgana, pidiendo su permiso con los ojos—. ¿Se lo puedo dar yo? 

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11/06/2018, 20:08
Morgana Whiterocks

Observaba con atención al crío y las manos hábiles de Nicolas durante el examen. Asentía a Clem. La miró de soslayo.

- María se encariñará con él. El sustituto de su hijo -se giró más hacia su compañera-. Y anoche parece que quedó clara vuestra postura -volvió la vista hacia Nicolás- Aunque me la pela. Haced con él lo que os salga de los huevos. Democracia -añadió sin una pizca de acritud en su tono.

Después se mosqueó con los comentarios de ambos. Sin duda no había mala fe, pero no entendió que se lo tomaran a la ligera. Frunció los labios y mostró su dedo corazón.

-<<¿Qué coño de mamita?>> Que os den a los dos. No tenéis ni puta idea de lo que busco -ni ella tampoco, apenas una corazonada. Se giró de manera brusca encontrando los ojos confiados y serenos de Clem-. ¿Cuántos malditos niños bomba habéis visto reventar? Es la hostia, un espectáculo acojonante, creedme. -Morga no siempre era consciente de su brusquedad; o tal vez sí, y se valía de ella para zarandear una y otra vez al personal. Pero Morgana se había pasado cuatro días en un hospital tras un suceso así. Otros no fueron tan afortunados- Además, hay jodidas bombas en otro sentido de la palabra -Apretó los dientes, se fijó en el bebé a punto de llorar. Si representaba una amenaza grave para el grupo o ella misma, poseía la suficiente sangre fría para eliminarlo o deshacerse de él. Cuando pensaba así, la joven Morga marine, capaz de comerse el mundo y a la vez ingenua y confiada, se horrorizaba. Solo alguien canalla sin alma cometería un acto tan cruel. Sin embargo, la militar despiadada y decidida a no detenerse ante nada ni nadie, calibraba sus actos determinando el mínimo de bajas necesarias para culminar una misión con éxito.

Reaccionó, apartándose un par de pasos, al darse cuenta de que se había quedado "pillada" en su mundo durante unos segundos. Al instante se adelantó hacia Shamira y en un impulso inesperado le quitaría el niño de los brazos. Se lo colocó como indicó Nicolás- Así, ¿ves? Se lo hacía a mi hermana pequeña después de darle la mierda del bibe -se mordió los labios al darse cuenta del desliz que acababa de cometer. Pero siguió- La muy cabrona se tiraba unos eructos y unos pedos que retumbaban en toda la casa -Soltó una risa, devolvió el pequeño a Shami.

-Hablemos con Maria primero. Nos cuadra más -deslizó su mirada gatuna de Clem a Nicolás, sonriendo ahora- Clarita. Por supuesto que queremos ayudar a los amigos, ¿qué clase de pregunta es esa, doc?

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14/06/2018, 13:53
[Comunidad] Nicolás Arbelo

El doctor chasqueó la lengua y dedicó una mirada de reproche a Morgana cuando empezó a hablar de su experiencia militar de aquella forma tan suya. No le dijo nada en voz alta, pero cuando sus ojos después se dirigieron hacia Shamira y Lincoln fue evidente que aquel reproche era por hacerlo delante de ellos. Él tenía estómago para eso y más después de toda la vida ejerciendo en un mundo que se comía a sí mismo, pero tenía cierta debilidad por los niños. 

Shamira frunció los labios cuando el bebé le fue arrebatado, pero observó con atención lo que hacía Morgana, memorizando la postura para cuando llegase el momento de sacarle los gases al crío. Y cuando lo tuvo de nuevo en sus brazos, su mirada se fue hacia Clementine, esperando su respuesta al tema del biberón. Volvió a adquirir ese movimiento balanceante con el que intentaba acallar el llanto del bebé, que para ese momento estaba empezando a babearse la mano hecha un puño y que parecía listo para soltar otro berrido en cualquier momento. 

Nicolás apoyó entonces la mano en la camilla, para aliviar un poco el peso de la pierna mala, y asintió despacio mirando a la exmilitar.

Pues entonces sí que vais a tener que ir a ver a Anabela. El tema de la prótesis lo está llevando Quintero, así que depende de ella. —Se rascó encima de la ceja—. ¿Por qué no me dejas a tu chico para que me acompañe a hacer algunos recados? —preguntó, señalando con la barbilla hacia Lincoln—. Me paso por donde María y me la traigo para acá mientras vosotras habláis con Anabela. Cuando terminéis venís y aquí mismo podéis hablar con la chiquilla. 

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15/06/2018, 14:49
Morgana Whiterocks

Morgana sintió en su piel la censura que emanaba de esa mirada disgustada de Nicolás. Torció la boca, entornó los ojos y con el gesto de su manos y la expresión que compuso en su cara vino a decir “así son las cosas, así funciona el mundo y no se expresarlo de otro modo”.  Se rascó la nuca, estiró una sonrisa picarona y tras bailar unos instantes la confianza en sus ojos con los del médico, buscó en su mochila la botella de agua y bebió, indicando con tan solo otra mirada a los dos críos que hicieran lo mismo, recordándoles, machacona, la importancia de la hidratación.

Sopesó la propuesta de Nicolás, reflejada su incertidumbre en el leve y recurrente tic de la boca. Morga estaba muy muy disgustada con Lincoln, y no le importaría perderlo de vista durante todo el día, aunque soportar la cara de perro del chico tampoco le suponía esfuerzo alguno. Por otra parte, casi sería un regalo o premio para el niño despegarse un rato de la que podía suponerse agobiante presencia de la exmilitar.  Deslizó un trago de agua de un lado a otro en el interior de su boca, acabó por decidir que una charla o paseo por la zona de la Comunidad con el sensato y equilibrado Nicolás sería provechoso en el aprendizaje del muchacho.

-Buena idea, doc. Linc es avispado –echó una mirada quizá demasiado dura a este último. La edulcoró cuando volvió al doctor-. Lo mismo descubres actitudes de matasanos en él. 

Se volvió hacia Clem- Cuando quieras, predicadora.

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17/06/2018, 18:16
Clementine

Eres de lo que no hay, Morga. Menudo ejemplo. Menuda boca más sucia nos traes. -indicó, con cierto tono de reproche, sacando el biberón que había mencionado Shamira de su bolso, y entregándoselo a la niña, después de que Nicolás hubiese explicado cómo había que sacarle al niño los gases y la ex-militar aprovechase, como siempre, la oportunidad para hacer énfasis en su cinismo oscuro y cargado de belicismo.

Perdónala, Señor, porque no sabe lo que dice.-dijo, resoplando por lo bajo, sonriendo acto seguido a Shamira- Adelante, dáselo tú.-sugirió, asintiendo- Pero ten cuidado, que no trague mucho aire. Supongo que eso de los gases se pone peor si al chupar traga muchas burbujas, ¿es así?-preguntó, mirando al doctor, buscando su aprobación tácita, antes de volver a prestar atención a su compañera- Al final María primero, ¿eh? Si es que te encanta soltar improperios. Lo tuyo es llevar la contraria, pero supongo que también es parte de tu encanto.- indicó, palmeándole el hombro- Iremos a hablar pues. Aunque, no sé, yo no daría por seguro el tema de Clarita.- añadió, con cierta cautela implícita- Trish posiblemente querrá ayudarnos, pero deberíamos preguntarle a ella también antes de darlo por hecho. Después de todo, haríamos sufrir a esa chica si le aseguramos ese tema y luego por alguna razón no es posible aportarle lo que necesita. - explicó- Así que, por ahora, creo que sería mejor sondear cómo podríamos formar un acuerdo sin llegar a confirmar. O al menos esa es mi opinión. 

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19/06/2018, 01:26
[Comunidad] Nicolás Arbelo

En cuanto tuvo el biberón en la mano Shamira se fue hacia donde se encontraba la mesa para sentarse en una de las sillas y metérselo en la boca antes de que tuviera tiempo de berrear de nuevo. La chiquilla tuvo cuidado de seguir las indicaciones de Clementine, que habían llegado acompañadas de un asentimiento por parte del doctor. Así, con las manos ocupadas y la mirada puesta en el crío, ni siquiera se dio cuenta del gesto de Morgana con la botella. 

El que sí que lo vio y obedeció de inmediato fue Lincoln, que estaba sin duda más atento a la conversación de los adultos de lo que parecía por su actitud hosca. El chiquillo había levantado la cabeza al escuchar que el médico quería su ayuda y luego había mirado a exmilitar a la espera de su respuesta. Se cuidó mucho de mostrarse contento al escucharla, pero se notaba que de repente estaba algo menos tenso. 

Nicolás asistía a la conversación entre las dos mujeres con esa misma actitud calma con que parecía moverse por el mundo. Lo que dijo Clem lo dejó algo pensativo y en cuanto la joven terminó de hablar, lo hizo él. 

Si no es algo seguro, lo mejor será que Clarita no sepa nada hasta que no habléis con quién sea —convino, asintiendo con la cabeza—. Pero seguro que Anabela tiene cuidado de no darle esperanzas, sólo decidle eso mismo. 

Su mirada se fue hacia Lincoln y le hizo un gesto con la barbilla. 

Me vas a ayudar a traer algunas cosas, ¿eh, «chaval»?. Que con el bastón no puedo solo —le informó—. En cuanto el crío termine de comer nos largamos, así que estate listo. 

El bebé, por su parte, estaba devorando el biberón a toda velocidad. Sus manitas lo palmeaban con ese gesto que delataba que había sido amamantado y sus ojos empezaban a entornarse de sueño tras llenarse el estómago bajo la atenta mirada de Shamira, que le sonreía con ternura.

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19/06/2018, 20:57
Morgana Whiterocks

Morgana no dejaba de sorprenderse cuando escuchaba a su pobre madre a través de la boca de Clem, como si los veinte años transcurridos no existieran o simplemente fuese un salto en el tiempo, o que este no se hubiera movido, congelado, inmutable, encadenado con las cadenas del pasado impidiendo su avance. ¿Cómo podía ser Clem tan mojigata? Tal vez era tan solo una pose adquirida, una forma de actuar que a fuerza de repetirse una y otra vez se había autoconvencido de que era la correcta. Sin embargo Morga estaba segura de que la guitarrista era sincera, se comportaba y decía lo que decía porque era lo que de verdad sentía. Lo mismo que ella en definitiva.

En la cloaca que era el mundo Clem se preocupaba por su supuesta sucia lengua. Resultaba divertido.

-Eso, perdónala y de paso le traes jabón. Y un puto champú de flores y miel -soltó con ligera sorna.

Se interesó más por el resto de lo que expuso Clem. Coincidía con la predicadora, ya hubo pensado en eso, se trataba de un ofrecimiento con posibilidades para el futuro de ambas comunidades. Una idea en el aire. Sin embargo cuando asintió con la cabeza dejó ver un ligero mohín de disgusto en su boca, y no dijo lo que pensaba.

- Os falta iniciativa -se burló, a la vez que ya se encaminaba hacia la cortina. Antes de separarla se giró un punto- Nicolás, llévate a Shami y al meón también.Enamorará a esa muchacha, María. -De espaldas a ellos, no dejó ver la suave curvatura maliciosa de sus labios ni la mirada a juego que la acompañó. Tampoco dio instrucciones ni recordó a los chicos cómo debían comportarse. De sobras lo sabían.

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20/06/2018, 21:00
Clementine

Champú de flores y miel...- repitió, negando con el rostro, dedicando una breve mirada de disculpa a Nicolás antes de posar de nuevo la mirada sobre Shamira y el bebé, que engullía la comida con hambre, satisfecha tras haber recibido la aprobación del médico- Vaya, casi da envidia verlo tragar así...-dijo, con un suspiro- Shami, tiene pinta de que va a quedarse dormido, si quieres te lo colocas como lo llevaba yo antes. Es más cómodo y así mantiene el calor cuando vayáis por la calle.-sugirió, volviendo a posar sus ojos verde oliva sobre el médico- ¿Le importa que vayan con usted, Nicolás?- preguntó, respetuosa- Realmente no es mala idea que puedan ayudarle y esparcirse un poco mientras nosotras hablamos con Anabela. - añadió, de nuevo con aquel tono de disculpa, comenzando a seguir a Morgana, aunque sin perder de vista al grupo.