Partida Rol por web

Arnold recordaba haber oido el nombre de ese profesor, sus abuelos habían sido amigos de ese hombre, así que se comporto todo lo bien que pudo y hasta se limpió las manos de chocolate en su jersey para dar buena impresión.

- Buenos días profe... a ver Alarmir caja chuches- dijo Arnold xonjurando su objero más preciado, su caja de chucherías.

Entró en la clase de Defensa Contra las Artes Mágicas mirándolo todo. Siempre le habían fascinado todos esos amuletos y el poder que contenían. E interesándole tantísimo la magia curativa, no pudo quitarles el ojo de encima mientras caminaba hacia el pupitre. Cuando trabaje en San Mungo, tendré un montón de esos... Es más, ¡crearé mis propios amuletos mágicos!

Se sentó, como siempre, en una de las primeras filas y atendió al profesor. Longbottom... uno de los grandes combatientes de la Batalla de Hogwarts. Lo miraba con admiración, pues conocía historias muy interesantes sobre él. Aunque Miles Bletchley intentó convencerla de todo lo contrario y poner a la niña en contra del profesor, no lo consiguió. La pequeña creía más lo que leía en libros que en las palabras de su parcial abuelo.

Cuando abrió profesor pidió que abrieran los libros, Asterope sacó el suyo y escuchó las explicaciones. Como había descansado poco, de vez en cuando le entraban ganas de bostezar, pero lo reprimía. No era de buena educación abrir la boca en clase. Llegó el momento de practicarlo y le pidió a Linc que se pusiera con ella para practicar el hechizo.

Cogió entonces el libro y se preparó para realizar el conjuro. ¿Qué palabra puedo usar? Mmmmm... a ver... ¡ya está! Tocó con la punta de su varita la encuadernación y dijo: Alarmir Albricias. Notó que había funcionado, pero, para estar seguros, debía entregarle a su amigo el libro para que intentara abrirlo sin pronunciar la contraseña. Estaba deseando que le apareciera esa imagen mental.

Ludmila entró con las chicas al aula de Defensa. Notó como el ente desapareció casi al instante que entraban los estudiantes...Un siervo mágico siempre es un buen hechizo.  Notó claramente los diferentes amuletos y la simbología que imbuían de poder los diferentes objetos, pero había una, que le llamó particularmente la atención, no recordaba haberla leído antes. Vio que un chico colorado con una expresión extraña ya estaba allí. -Weasly, de Griffindor. Su cabello zanahoria era inconfundible, lo había notado en la ceremonia de selección.

El profesor Longbottom tenía un abultado curriculum en su haber, aunque mucho no le importaba. Con que fuera un buen profesor bastaba, ella no necesitaba más de ese sujeto.

Se sentó al lado de Kendra, y escuchó atenta las indicaciones del hechizo. Sabía qué contraseña usaría, pensaba que iría con la situación del momento. Con su libro sobre su pupitre, apuntó con su larga varita el mismo poniéndose instintivamente en puntas de pie mientras que ejecutaba el firulete...Alarmir Rusalka. Había funcionado, pero ahora habría que probar que realmente fuera así. Miró a Kendra...Quieres intentar abrirlo? Entregandole el libro.

...si ves el resultado, dímelo ¿Vale? Le pidió a Kelly, con quien entró a la clase, charlando de forma animada. Desde que llegué al colegio no he podido ver los resultados de Quiddich de la Liga Irlandesa... Se encogió de hombros. Aun tengo que preguntar si puedo hacer las pruebas para el equipo del colegio... ¿Te imaginas? Preguntó, con una amplia sonrisa.

Se calló entonces, centrando su atención en el aula. Allí estaba Neville, el jefe de su casa y profesor de una de sus asignaturas favoritas. Pero lo mejor estaba aún por llegar. Albo, su hurón, alzó la cabeza, ante algo que le sorprendió. El rubio, en cambio, aun estaba contemplando el aula, sobretodo, aquellos símbolos y amuletos que reconoció. Llevó la mano hasta Albo, acariciándole y mirando en la dirección donde el animal estaba mirando.

Vio a los Slytherin, no reconoció a ninguno de los presentes. Excepto a una. Su mirada se centro en Kendra, a quien le dedicó una amplia sonrisa, al verla allí. No pudo. evitar fijarse en algunos detalles, sin decir nada, con esa media sonrisa dibujada en la cara. Acabó aquel silencio. Buenos días a todos. Y tras mirar a los demás Slytherin, miró a Kendra, y aunque no salió sonido alguno de su boca, la palabra "Hola" se dibujo en sus labios. Y le dedicó una radiante sonrisa.

Y fue evidente para todos los presentes, que se disponía, a acercarse a la Slytherin, cuando lo interrumpieron las palabras del profesor. Se paró, y tomó asiento en el primer sitio que vio. Buenos días, Profesor Longbottom. Le devolvió el saludo, mientras dejaba al hurón sobre la mesa, y dejaba la mochila a un lado, sacando el libro "Magia defensiva y práctica y como utilizarla" tal y como pidió el profesor.

Abrió el libro, pero su atención no estaba en el libro, precisamente. Se fijó en la entonación y los gestos que hizo el profesor. Alarmir. Así que este es el conjuro que usan Ian y Mathew cada vez que quiero meter mano a sus cosas... Serán... Ahora ya podremos jugar en igualdad de condiciones. Lamentó que el profesor no les explicara el contra conjuro. Le habría dado una justa utilidad. Justa para él, al menos.

Cuando el profesor les dio vía libre para practicar, cerró el libro, y sacó la varita. La varita estaba curvada hacia adelante, con una forma un tanto inusual, y de un color oscuro, con pocos detalles. La agarró con tres dedos, haciendo la pinza con el dedo pulgar, y apoyando el dedo índice a lo largo de la madera.

Tenía claro que palabra usaría en cuanto se le planteó que debería usar una. Alarmir Éire. Dijo, alto y claro. Irlanda en Gaélico. Un suave movimiento de muñeca, ayudándose del dedo índice para la ejecución perfecta del conjuro. Guardó la varita, y cogió el libro, mirando a su alrededor.

Esto tampoco lo dudo -aunque a decir verdad, nunca se le había visto dudar en nada- y se acercó a los Slytherin, en concreto a Kendra. ¿Quieres que probemos? Le preguntó, con una media sonrisa, tendiéndole el libro que acababa de hechizar.

Kendra sonrio a Ludmila cuando se sento junto a ella, observándole realizar el conjuro, con una media sonrisa satisfecha al ver que para su amiga tampoco habia supuesto ningun problema- Claro... Espera...  - dijo, con el libro de Ludmila entre sus manos, abriendolo sin pronunciar aquella "palabra magica",  esperando ver alguna reaccion por parte de su amiga que le indicara que habia notado algo.

Y estaba a punto de hacer lo propio y tenderle a Ludmila su propio libro cuando, de repente, Sócrates se removio, alzando la cabeza, como si algo hubiera llamado su atencion. Kendra fruncio el ceño, mirando en la direccion en la que el huron doockeaba en aquel momento.

Kendra se quedó paralizada un instante, con una sonrisa en los labios, cuando su mirada se cruzó con el chico rubio que acababa de tomar asiento. Hola. Su susurro fue acompañado de una sonrisa imborrable a aquellas alturas. Y, sin embargo, aún quedaba lo mejor. Ithan se acercó a ella, en cuanto realizó su conjuro, con su libro en la mano. 

Y, cuando llegó su pregunta, asintió, efusiva.-Claro que sí -dijo, resuelta, dispuesta a practicar con el. Sin embargo, miro primero a Ludmila, con aquella expresion ilusionada- Ludmila, este es Ithan. ¿Te importa que ahora practique con él? - dijo, sabedora de que su amiga reconoceria aquel nombre. Y despues miro al Gryffindor, señalando con la mano en la que llevaba su varita, la izquierda, a Ludmila- Esta es mi amiga Ludmila. - le dijo, antes de dar un par de pasos hacia el, tendiéndole su libro con una sonrisa radiante- Aqui tienes. A la de tres, ¿vale? - dijo, reproduciendo su juego del dia anterior, solo que esta vez con sus respectivos libros de defensa.

-Uno... dos... Tres. - susurró, abriendo el libro, esperando que Ithan hiciera lo mismo. Y, en cuanto terminó aquel gesto, supo perfectamente que Ithan acababa de abrir su libro. -Genial... - añadio, satisfecha, mirando al chico con la mayor muestra de humanidad que cualquiera de los compañeros de Kendra habia visto desde que llego al colegio.

Cuando Lincoln llegó a clase junto a su compañera, pero iba bastante somnoliento, aunque después de la noche anterior, lo raro era que no se hubiera quedado dormido por los pasillos.

Una vez dentro miró la aula, Defensa contra las artes mágicas... una de sus favoritas, pero un profesor penoso para tal asignatura, al fin de cuentas, no fue mas que un inútil en la guerra contra el Señor Oscuro... un esbirro mas que luchó junto al malvado Harry Potter, aquel estúpido que impidió que los grandes magos como Bellatrix Lestrange, Dolohov o su propio abuelo, pudieran gobernar sobre todos. Lincoln le miró de arriba a abajo, sin duda tenía la cara de tonto que se merecía y encima era el profesor de la casa de los Gatos... "Patético" Pensó Linc mientras sonreía y se sentaba junto a Asterope "Sin duda Hogwartts ya no es lo que era, a decaído mucho, dejando entrar a personas como Neil o teniendo profesores como... éste" Lincoln apoyó su cabeza sobre el puño de su mano derecha, todo el sueño que tenía se había ido gracias al odio que llevaba dentro por ese profesor.

Una vez sentado vio como el pelirrojo le hacía la pelota al su tutor "Mi padre me advirtió sobre ellos, Los Weasley... Pelirrojo y todo de segunda mano... inútiles en todo aquello que hacen, bueno, a ver que hay que hacer..." Observó como su amiga hacía el hechizo, con tanto pensamiento había pasado olímpicamente del profesor y no le había atendido, pero si Longbottom o un Weasley eran capaces de hacerlo... no sería tan difícil, o eso pensaba él.

Sacó su varita de la túnica y con toda la tranquilidad del mundo cogió el libro de DCAM y dijo -Alarmir Mortifago- Dijo lo primero que se le vino a la cabeza y como en ese momento pensaba en su abuelo, la palabra Mortifago salió de su boca y sin ninguna dificultad su libro quedó cerrado, Linc giró su cara hacia su compañera Asterope y le intercambió el libro con el suyo -Toma, ¿A ver el tuyo que tal?- Dijo sonriendo por primera vez en esa clase.

Cuando tuvo el libro de Asterope en su mano intentó abrirlo sin decir su palabra.

En cuanto Linc cogió su libro e intentó abrirlo, Asterope notó dentro de ella que la avisaban de las intenciones de su amigo. Funciona, me están informando de que intentas usarlo sin mi permiso, le dijo en voz baja sonriendo. Ahora ya tendría una forma de proteger sus pertenencias. En realidad, no poseía nada de mucho valor o que pudiera interesar a los demás, pero nunca estaba de más poner algún tipo de defensa, por si acaso. Claro, que tendré que usar otra contraseña, porque seguramente todos me habrán escuchado esta.

Luego cogió el libro de Linc y se dispuso a abrirlo. Miraba a su compañero para comprobar su reacción en cuanto le viniera el aviso mágico.

Lincoln sonrió cuando la imagen de Asterope intentando abrir el libro le vino a la cabeza -Hecho- Le dijo en voz baja también, cuando pensaba que en esa clase no iba a pasar nada mas, el rubito de los Gatos se puso junto a Kendra, Linc empezó a reírse y acercó su cabeza a Asterope -Así que era éeeeeese... - Se quedó callado en la silla mientras no les quitaba ojo, en cuando la clase acabara se acercaría a hablar con ellos, aunque debía vigilar si no quería morir a manos de Kendra, pero el rubito había dicho algo nada mas entrar... La liga de Quidditch... "El idiota de Adolf no me ha mandado aún la carta con los resultados, a ver si el Gato éste sabe algo mas... al menos parece el mas competente de los Gryffindor, aunque bueno, no espero mucho de esa casa, la verdad...".

Cuando Aiden entró en clase, algunos de sus compañeros ya estaban sentados. Mientras se sentaba y sacaba sus cosas, se fijó en la decoración de la clase y en el Profesor Longbottom. Había oído hablar de él, como todo el mundo mágico, cosas buenas por parte de los libros y cosas malas por parte de su padre, así que no sabía muy bien que pensar de él Parece majo, espero que sea buen profesor. Eso sí, como me caiga bien tendré que callarmelo delante de mi padre.

Escuchó atentamente al profesor, aunque de vez en cuando su mirada se desviaba hacia Ludmila y recordaba el desayuno Para Aiden, ¡concentración! no quiero volver a fallar un conjuro en clase, es una pérdida de tiempo y de puntos para Slytherin

Cuando acabó la explicación del conjuro, Aiden cogió el libro, sacó la varita y dijo en voz alta - ¡Alarmir Dragón! Al instante supo que había funcionado, ahora sólo tenía que darle a alguien el libro para notar en la mente cómo lo abre.
 

Encantado de conocerte, Ludmilla. Saludó a la rubia, inclinando la cabeza, educado, sin borrar aquella sonrisa del rostro. Y esperó a que Kendra y Ludmilla acabaran, y la primera pidiera un momento para practicar con él, cosa que le gustó y le hizo ilusión.

Le tendió el libro, cogiendo el que le ofrecia. Sujetó el libro con la mano derecha, mientras se hacia con su varita una vez más, con la mano izquierda. Vale, a la de tres. Afirmó, mirando a Kendra durante unos segundos, y poniendo la vista en el libro de ella, ahora entre sus manos. Uno... dos... tres. Abrió el libro, en el mismo instante que sintió como alguien había abierto el suyo. Una imagen mental de Kendra con su libro, haciendolo sabedor, ahora con toda certeza, de que el conjuro había funcionado. Perfecto. Dijó, cerrando el libro nuevamente, tendiendoselo.

Frunció el ceño, durante un segundo, cuando se dio cuenta que se le había ocurrido un uso practico a aquel conjuro, ademas del obvio. Debería ponerlo en practica en otro momento. Pasaría a la parte de su cuaderno de "experimentos por realizar"

-Si me entero de algo, te lo diré. No sabía que había una Liga Irlandesa de Quiddich, pero si es así prestaré más atención ahora  a la sección de deportes del periódico –dijo con una sonrisa mientras entraban en el aula.

Kelly observó a su alrededor, le gustaron los extraños símbolos que había alrededor de la clase y pensó que seguramente serian símbolos de protección.

Tomo asiento al lado de Ithan, aunque le pareció que quizás quería sentarse más cerca de los chicos de Slytherin, pensó que esto resultaba algo curioso ya que entre las dos casas no se llevaban muy bien. Si bien recordó a aquel chico de segundo, Amon, que había compartido con ella sitio en el Expresso de Hogwarts y que le había parecido tan simpático.

Escucho las instrucciones del profesor y abrió su libro en busca del conjuro que les indicaba el Profesor Longbottom, le pareció algo complicado en un primer momento, sin embargo útil. Tomo su varita y busco la palabra que iría a continuación de Alarmir. –Alarmir Gato- dijo al tiempo que tocaba con su varita el libro.

-Bien...- se giro hacia su compañero para probar pero no estaba, se había ido a la mesa de dos chicas de Slytherin. Kelly se levanto también y se fue hacia ellas.

- Hola –saludo a las dos chicas que hablaban con Ithan- Me llamo Kelly, ¿queréis intentar abrirlo?-dijo a la chica rubia.

Kendra sonrio, al ver que ambos conjuros habian surtido efecto perfectamente. Y, con una mueca de curiosidad, miró al chico, entornando ligeramente la mirada- Pues parece que funciona... - dijo, tendiendo a Ithan su libro y cogiendo el suyo propio, deteniéndose una décima de segundo más de lo debido en devolver el libro.

Lo cierto es que tenia cien mil cosas diferentes de las que queria hablarle y por las que le queria preguntar. Sin embargo, estaban en clase, y no podian olvidar que no podian hacer lo que les diera la gana. Aun asi, hizo algo poco comun, algo que no habia hecho en otras circunstancias, en las que habria guardado un silencio hermético hasta el final de la clase- Por cierto... ¿Que palabras habias escogido? Yo cogi el nombre de mi madre, Leah... - le dijo, con un susurro, y aquella expresion de curiosidad.

Fue entonces cuando aparecio aquella chica rubia, a la que le habia parecido ver antes sentada con Ithan. Y, aunque la voz de su abuelo y su gesto de desaprobacion volvio a aparecer frente a ella, lo cierto es que acabo desechándolo, por segunda vez en menos de 24 horas, dedicando a la chica una media sonrisa educada. -Encantada. Yo soy Kendra. - dijo, alzando una mano, amable y perfecta.

-Venga, prueba con ella... -animo entonces a Ludmila, asintiendo, aun con aquella sonrisilla dibujada en su rostro.

Cuando Kendra abrió el libro, automáticamente se le había formado la imágen mental de su amiga. Con eso corroboraba que había funcionado. -Genial, ha funcionado perfectamente.

Notó la excitación de su amiga al acercarse el chico rubio, que aún sin decirselo sabía quien era. -Encantada de conocerte Ithan. La blonda hablaba con el mentón erguido y sus movimientos eran algo solemnes. -Tranquila Kendra, practica lo que quieras con él...dice con un esbozo de sonrisa. El cambio de humor de su amiga era un tanto evidente y esto la preocupaba, pero le gustaba verla con ese brillo especial al estar con el Griffindor.

Lo miró un segundo más tratando de captar algo en su actitud, su manera de desenvolvese, cuando una chica rubia de la otra Casa se acerca. -Un placer conocerte Kelly, mi nombre es Ludmila. dice con una amable sonrisa. Con gusto lo probaré...dice tomando el libro que le ofrecía mientras lo abría.

El profesor Longbottom llevó las manos a su rostro horrorizado. No llegabais a comprender lo que le pasaba, pero algo había sucedido que le había alterado por completo.

Inmediatamente después se puso en pie y se puso a dar vueltas por la clase, al tiempo que contemplaba algo entre sus papeles. Uno a uno fue pasando lista y cuando observó que tres alumnos de Gryffindor no se habían presentado chasqueó la lengua y tiró los papeles encima de su mesa.

¡No puede ser! ¡No puede ser! ¿Acaso a los leones no les gusta esta clase? Ya tengo bastante con los alumnos de segundo, como para cargar también con unos de primero. Hacedme un favor, dijo mirando a Ithan mientras se ponía colorado, avisad a los tres que faltan de que los quiero ver el lunes en mi despacho antes de comer. Como no se presenten para realizar ese conjuro, prometo que les quitaré puntos. ¿Habéis entendido bien?

Luego se relajó un poco y uno a uno fue colocando la varita sobre vuestras cabezas. Como estaba más tranquilo podíais ver como una sonrisa brotaba cada vez que se acercaba a uno de vosotros. Excelente, la verdad que habéis hecho un gran trabajo todos. Estoy muy orgulloso de los presentes, así que os haré entrega de 10 puntos a cada uno de vosotros. Y a Ithan un poco más, porque su conjuro ha sido el más brillante de todos. ¡Buen trabajo, chico! ¡50 puntos para ti! Espero que esto compense lo de ellos y que tú les ayudes a los que no han venido a preparar el conjuro. Porque te prometo que os quitaré puntos aunque eso perjudique a nuestra casa, ¿entendido?

Y bueno, lo mismo va para Anthony, que tampoco se ha presentado...

Y una vez más, en un estado de nervios algo alterado, se marchó de allí sin despedirse. Estaba nervioso y no se dio cuenta. Por lo menos este profesor no parecía tan duro como la profesora Green.

-Encantada- respondio con una sonrisa a Kendra y a Ludmila, cuando esta abrió el libro que le tendia al instante sintio como un ligero cosquilleo en su mente -Funciona, muchas gracias-dijo sonriente.

Kelly volvio a su sitio cuando la clase terminaba -Me vuelvo a mi asiento- se disculpo ante las de Slytherin -encantada de conoceros- La preocupaba que no hubiesen aparecido Gaby, Selena y Enya. -Qué las habrá sucedido- se preguntó. Tenian que encontrarlas, no solo por si necesitaban ayuda para recuperar las clases, si no porque si no, les quitarian puntos y eso repercutiría en toda la casa Gryffindor.

-¡Yuhu!.

-¡Me ha vuelto a salir el conjuro!.

-Eh Ithan luego te espero a salir de clases para ir juntos al Comedor,¿vale?.Le dice el pelirrojo a su amigo Ithan muy contento.

Otro excelente resultado, pensó Asterope contenta. Por ahora seguía sin fallar ningún conjuro y esperaba que su racha continuara. Cuando empezó a recoger las cosas, se fijó en el resto de la clase. Al estar concentrada con el hechizo, no se había fijado en el chico de Gryffindor que se había puesto con Kendra. Ese será el famoso Ithan... No quiso interrumpir su conversación, así que siguió mirando a los demás.

El profesor Longbottom tenía razón, faltaban la mitad de los leones. Una chica desconocida, que había estado hablando con Ludmila, y un pelirrojo bajito eran los otros representantes de la casa Gryffindor que había en el aula. Y Anthony tampoco estaba allí. ¡¿Se ha saltado la clase?! Este chico no tiene remedio. Con el progreso que estaba mostrando...

Se acercó a sus compañeros para felicitarles. Lo hemos hecho genial, ¿verdad? Miró al tal Ithan, que estaba hablando con la morena. El chico había conseguido la mayor puntuación. Un buen alumno, hábil con la varita, parece. Kendra elige buenas compañías.

Se fijó en que Linc también miraba a Ithan con curiosidad, aunque Asterope no sabía si eso era bueno o malo. Conociendo a Linc, cualquier cosa.

Ithan agradeció y le gustó que Kelly se acercara a ellos, y comenzara a hablar con Ludmilla. Sería menos violento el hecho de que solo él estuviera hablando con los Slytherin, teniendo en cuenta las advertencias de Joey el día anterior. Suponía, que el profesor Neville no sería, precisamente, como la profesora Green, y que les daría algo más de margen, pero aun así, tampoco quería ponerse a hablar del tiempo en medio de la clase.

Hasta que Kendra le preguntó sobre la palabra usada como contraseña. Éire, en Gaélico quiere decir... Su frase llegó hasta ese punto, cuando por el rabillo del ojo vio al profesor llevarse las manos a la cabeza. No comprendió que le pasaba, y alzó ambas cejas, sorprendido ante los gestos del Jefe de su casa. ¿Qué le pasa? Se preguntó, girando la cabeza en su dirección, segundos antes de que el profesor abriera la boca. Se quedó algo parado ante la pregunta del profesor. Miro a su alrededor, sin entenderle, pensando que quizás, habían hecho algo mal. Y no fue hasta que lo miró y hizo mención de Selena, Gabby y Enya, que no se dio cuenta de que la hora ya había terminado, y que las chicas no habían asistido a clase.

Si, Profesor Longbottom. Contestó, al ver que sus compañeros de casa no decían nada, y que el profesor, a pesar de incluir a otros, se lo decía a él. En ese momento, se sintió responsable de sus compañeros. No intentaría nada, el nunca intentaba. Él hacía. Asintió con la cabeza, con una media sonrisa, confirmando al profesor que él se encargaría de todo.

Miró de reojo tanto a Kendra como a Ludmilla, junto a él, cuando el profesor comenzó a acercarse a sus compañeros de clase, y poner la varita en sus cabezas. Su vista también le llevo a ver a los otros Slytherin que estaban allí, tanto a Linc, como Asterope. Y por último, a Aiden. No los reconoció, y se preguntó cuál de los dos era Linc, y cual era Anthony. Aun estaba pensando sobre esto, cuando el profesor se paró delante de él, y le puso la varita en la cabeza.

No pudo evitar ampliar la sonrisa, orgulloso, cuando dijo que el suyo había sido el mejor conjuro. Gracias. Dijo, nada más darle los puntos. Y le sorprendió cuando le dijo que debía enseñarle el conjuro a sus compañeros de clase. Ya había estado haciendo de "profesor" en la sala común durante las noches, pero que un profesor se lo dijera, era nuevo.

Entendido, Profesor. Y cuando se marchó, no lo despidió. Tampoco él se había despedido. ¿Por qué la gente no se saluda y se despide? Llevaba viendo esa falta de saludos y despedidas durante esos tres días en el colegio, y comenzó a extrañarle. Aun así, no hizo más caso de todo aquello.

Se sorprendió al ver que Kelly se marchaba a sentarse. ¿Kelly? Le preguntó, haciéndole un gesto para que se acercara una vez más. Después, miró a Arnold cuando le habló. Vale, tío. Levantó el pulgar, afirmando el gesto acompañado de una media sonrisa. Acabó por mirar a Kendra. Bueno... ¿Tenéis pensado ir a algún sitio? Tenía pensado ir a los Jardines, por si os queréis venir. Le ofreció, suponiendo que ella querría estar también con sus compañeros de clase.

Asterope se acercó, felicitando a los presentes. La verdad es que sí. Contestó, sin vergüenza ninguna, a la recien llegada. Por cierto, soy Ithan, encantado. Saludó, repitiendo el gesto que hizo con Ludmilla, inclinando la cabeza levemente como gesto de respeto. Miró a los otros dos chicos que a los que no se había presentado, y alzó la mano, saludandolos.

A Lincoln le tocó mucho las narices que el mejor de la clase fuera ese niño de Gryffindor, pero cuando su compañera se levantó de su lado y se dirigió hacia ellos... Ése fue el punto que Linc no pudo evitar intentar satisfacer su curiosidad.

Una vez Asterope se había presentado, la serpiente se acercó al Gato, le extendió la mano y con una sonrisa mas falsa que cualquier alumno Gryffindor le dijo -Felicidades, el mejor de la clase ¿Eh? "Los cojones el mejor, espera a llegar a la clase de Duelo, veremos quien acaba en la enfermería y quien no" Por cierto, me llamo Lincoln, tu eres... ¿Ithan, verdad?- "El famoso Ithan... quizas se le pueda utilizar..." Con una sonrisa, esta vez auténtica por el tema que venía, dijo -A mi si que me gustaría ir a los Jardines, tengo que hablar contigo... te he escuchado al entrar decir algo de la Liga de Quidditch ¿Sabes como van?- La verdad es que Linc tenía dudas ¿Sería útil?¿O simplemente otro estorbo mas?¿Podría arruinar la vida al Weasley?¿O también se lo impediría Asterope con la mirada como llevaba haciendo todo el rato que hablaba con Ithan? Aún tenía que buscar respuesta a todas éstas preguntas, pero los Jardines parecían ser una buena manera de empezar.

Lincoln también sentía curiosidad por la otra chica que se había acercado a las Slytherin pero ya se había ido, la rubia... quizás en otro momento pudiera hablar con ella, al fin y al cabo, que una Gryffindor y una Slytherin hablaran no era muy normal.

Asterope se sorprendió cuando Ithan contestó a su comentario, sin reparo alguno. Un chico extrovertido, de esos que intimidaban a la pequeña fácilmente por su carácter tan espontáneo. Igualmente, respondió cuando se presentó. Yo soy Asterope Bletchley. No supo decir nada más, ni abrir una nueva conversación, como siempre que conocía a alguien nuevo.

Al segundo llegó Linc y se plantó delante de él, dándole la enhorabuena por haber sido el mejor. Puso cara de extrañada y miró a su amigo con los ojos como platos, como si no lo conociera. ¿Le está felicitando? ¿A un Gryffindor? Y quiere ir con él a hablar de Quidditch... Lo veo y no lo creo. Luego se le pasó por la cabeza que, quizás, sus intenciones no fueran tan inocentes.

Yo creo que iré a la biblioteca, dijo con una sonrisa. Luego se explicó, pues no quería que su amigo pensara que pasaba de él. Es que tengo que devolver los libros que cogí la semana pasada. Libros... biblioteca... ¿Por qué vuelve el sueño de anoche a mi cabeza? No, no, no. No me hagas esto. La biblioteca es uno de mis lugares favoritos. Como coja un trauma con ella por el maldito sueño... Sacudió la cabeza alejando esos pensamientos y devolvió su mente al mundo real, con sus compañeros.

La idea de los jardines suponía una oportunidad perfecta para conocer mejor al amigo de Kendra y al resto de su casa, pero no estaba segura de si quería estar presente en la conversación que fueran a mantener los dos rubios. Claro que el peligro que Ithan corría con Linc no era ni la mitad de grave del que hubiera corrido con Anthony. Entonces volvió a pensar en el ruso y en su misteriosa desaparición. Por cierto, ¿alguno sabe dónde ha ido Anthony? ¡No puedo creer que se haya saltado la clase!