Partida Rol por web

Mi cara muestra cara de sorpresa.

¿No sabes rezar? Digo un tanto sorprendida. los que no siguen la voluntad de nuestro Señor acaban en el infierno... agarro la cruz de mi cuello con fuerza. Hay que portarse bien, rezar, confesarse.... Digo como si todo el mundo debiera saberlo.

-¿Nosotros no acabaremos en el infierno igualmente por ser brujas?-preguntó Daphne sin malicia- leí que eso es herejía. 

-Nuestro... ¿señor?- repito arqueando ambas cejas-. ¿Me estás tomando el pelo? Todo el mundo sabe que cuando mueres vas al Otro lado, simplemente. Y si tienes miedo te quedas. 

-¿Herejía? ¿Te refieres a los cuentos en los que los muggles nos atrapaban y nos quemaban en la hoguera porque nos odiaban?

-Es un hecho, lo he leído en varios libros, los Muggles nos daban caza y nos quemaban, pero claro, nosotros hacíamos un hechizo que convierte las llamas en algo inofensivo y solo hacían cosquillas... aunque los muggles que pillaban por error no tenían nada de suerte.

-Ni los magos que no se esperaban ese ataque- contradigo en seguida-. Mi padre dice que muchos magos fueron asesinados. Dice que no sale en los libros porque el Ministerio no quiere, pero... 

Me callo en seguida, recordando algunas conversaciones oídas en casa que a lo mejor no deberían ser repetidas en voz alta.

-¿Qué es eso del señor, Sara? 

Me quedo blanca con las palabras de Daphne, ella tiene razón parecía divertido pero no debería jugar con estas cosas... que pensarían de mi las monjas si vieran lo que estaba haciendo, no quería que me quemaran como decían. Había venido a la escuela para ver si podía saber algo más de mis padres pero estaba llendo demasiado lejos.

Yo... yo... yo... tartamudeo nerviosa tiemblo ligeramente. quiero volver a casa... soy una niña buena... no quiero ir al infierno... Estoy al borde del llanto.

Daphne levantó la cabeza de la almohada y se fue a la cama de Sara metiéndose con ella  dentro y abrazándola.

-No pasa nada, ahora ya no queman gente-la meció un poco, como hacía su abuela cuando ella lloraba-tú sabes que las brujas no son malas, hacemos muchas cosas buenas, ¿Verdad, Ardeen?

Amanecer del Día 2- Segunda semana del mes de Septiembre

-Verdad- recuerdo haber susurrado antes de entreabrir los ojos a la mañana siguiente. ¿Me había quedado dormida? 

Me levanto de la cama a pasos cortos y me meto en el baño, ahogando un bostezo con la palma de mi mano. 

Daphne intenta consolarme pero no tiene mucho exito, intento quedarme dormida pero solo tengo pesadillas de las monjas quemandome en una hoguera, ella son buena gente, ellas me criarón... me levanto nerviosa y entre sudores.

No quiero ser más una bruja... Digo volviendome a tumbar en la cama abrazada a mi almuhada.

Daphne se despertó sentada en el suelo con la espalda apoyada en la cama de Sara y una mano entre las sabanas, le dolia todo el cuerpo.
-no digas tonterias Sara-dijo levantandose con un quejido y arrastrando los pies hacia su baul para cambiarse-eres una bruja, eso no te hace mala persona,ni ser muggle te hace buena.-en el fondo, aunque se sentia mal por ella, no entendia a que venia tanto drama, para ella, criada sin convicciones religiosas monoteistas la cosa era sencilla, si eres bueno te pasaran cosas buenas y si eres mala acabaras en azkaban.

-Todo el mundo quiere ser una bruja... o un mago, digo- me callo un momento, con mi cabeza fuera del baño-. ¿O no? Si alguien quiere pasar, ya está libre...

Añado saliendo del baño hacia mi cama para terminar de vestirme. 

¡Yo no quiero! Digo terca aun en pijama y sin ninguna intención aparente de vestirme volviendome a tapar con las mantas. No seré más una bruja, no quiero arder en el infierno...

Miro sin saber muy bien qué hacer a Daphne: -Pe... pero, vamos, nadie va a arder en nada. Vamos a clase, vas a ver como cambias de opinión... 

Me acerco un poco a la cama de Sara, con la corbata a medio poner y expresión culpable. 

-Si no sales de la cama te morirás de hambre, Sara-intercambió con Ardeen una mirada y se encogió de hombros, no sabía que hacer con su amiga, empezó a anudarse la corbata- no quería que te pusieras así....-resopló un poco por la nariz- a lo mejor un adulto sabe....-cogió la mochilita y se la colgó al hombro- voy saliendo y a preguntar... y avisar de que no quieres salir, ellos sabrán que hacer.

Con ellos se refería a algún profesor, algún mayor, hasta un elfo doméstico le valía.

-Vuelvo enseguida-dijo a Ardeen- a ver si puede ayudarla.

-De acuerdo, yo... me quedo con ella. 

Espero a que Daphne salga, en silencio, mirando absorta la cama de Sara. Esperaba no volver a perder una clase, pero la verdad es que me sabía mal dejarla allí.

-Y... ¿sabes jugar al Snap explosivo? 

¿Snap explosivo? pregunto curiosa. Eso parece peligroso... ¿pueden jugar niñas? un juego no podía ser malo y algo tenía que hacer hasta irme de aquel lugar.

-Sí, es de cartas...- rebusco dentro de mi baúl y saco un puñado de cromos de criaturas mágicas-. Es muy sencillo. Tienes que hacer parejas y si fallas... Bueno, entonces explota. Pero no creo que te vaya a pasar nada malo. 

Apilo los cromos con cuidado y sonrío: Yo voy a ir poniendo cartas en la parte de arriba. Cuando veas una pareja solo tienes que señalarla con la varita. ¿Vale?

Cuando dice que es un juego de cartas pero me vuelvo a retraer cuando dice lo de la varita, estaba orgullosa de ella, era de una de mis escasas posesiones, posiblemente la única medianamente valiosa pero la miro con algo de miedo.

No quiero usar mi varita... digo negando juguemos a otra cosa...

-Podríamos jugar al hipogrifo. Mira, todas las cartas tienen parejas, escondemos una pareja y nos vamos pasando las cartas hasta que...- hasta que llegue Daphne con algún profesor-. Hasta que solo queda una carta. ¿Te parece?

Me siento en un lado de la cama, un poco incómoda.