Partida Rol por web

Ya, pero Seth es muy raro. Parece que nos odia a todos, creo que no le gusta la casa de Hufflepuff. Además creo que le gusta una niña de otra casa. No me gusta dije negando vehementemente.

Mircea parece que está loco. A veces se le va la mirada y da miedo, como si pudiera atacar a cualquiera. No se...

No me importaría ir con él... Realmente, creo que no le diría que no a ninguno. ¿Quién sabe? A lo mejor son majos.

De todas formas, no pensaba que nadie me lo pediría, así que era algo que no me preocupaba mucho.

Y... ¿te vas a dar besitos con Amon? Jijijijiji

-¿Qué?¡PUEGH! No, besitos que assssco-dijo la niña con firmeza sacando la lengua en una muesca de asco absoluto-Esas cosas que las haga Seth con Elisabeth, ¿lo imaginas? -carraspeó para que su voz sonara a la de Seth-Oh, Seth , eres tan misteriooso con tu varita de pinchos béeeesame muak muak muak-puso morritos mandando besos a un individuo imaginario.

Jajaja. Seguro que Seth le da besitos a su varita de pinchos, por eso está siempre enfadado, porque le pincha y se hace daño. Aunque si lo sigue haciendo es porque le gustará, jajaja. Es un niño muy raro.

A Daphne le dio la risa intentando imaginarse a Seth poniéndole morritos a la varita y diciendo "¡OU!" cuando los pinchos se le clavaban. Para no armar mucho jaleó se tapó con las manitas los labios amortiguando el sonido de la risa.
-Qué malas somos... me da un poco de penita-pero sólo un poco, nada que un par de buenas obras no pudieran arreglar-bueno, veamos...¿quizá alguien de Ravenclaw?...creo que de allí no hemos hablado mucho con ninguno...¡Ah! Marcus, ése seguro que le gustas, ya sabes lo raro que son los niños a veces para demostrar su afecto[/b]

¿Marcus? No, no, ese chico me atacó y me amenazó. Menos mal que tu estabas allí para defenderme dije mientras le daba un abrazo.

¿Y de Gryffindor? Menos Joey, que es un poco raro...

Amanecer del Día 8

Halloween

Lunes

Última Semana de Octubre

Daphne se había quedado dormidísima sujeta a Sara en su cama. Sacó la cabecita mirando por la maraña de rizos y se sopló uno que le caía sobre la nariz.

-Vamos Sara, despierta-le dijo en voz baja moviéndola un poco para que se espabilara. Ardeen debía haber vuelto muy tarde y le daba penita despertarla tan temprano, así que , con mucho cuidado se fue al baño, se aseó y regresó vestida y preparada para el día de clases, esperando a su compañera sentada en la cama.

-Tenemos clase con Gryffindor, deberíamos preguntar a Nikolai, es muy majo -informó a su amiga- mientras Elisabeth y Seth se besuquean con las varitas-tomó la suya y le empezó a mandar besos.

Me desperté con un bostezo atronador y estirándome. Me senté en la cama y abrí y cerré la boca produciendo un ruido bastante desagradable, pero típico cuando una se despierta con la boca llena.

Buenos días, Daphne dije al verla. Me fijé en que Ardeen seguía dormida, así que cogí uno de los almohadones y se lo lancé.

¡Ardeen! ¡Despierta dormilona! ¡Que vas a llegar tarde! grité al tiempo que me bajaba de la cama y me iba corriendo al baño, desnudándome por el camino.

Tras unos minutos, volví limpia y aseada y me puse una túnica. Me arrodillé para dar las gracias a Dios por ese maravilloso día y cogí la mochila.

Nikolai... No se, le miraré mucho para ver si me pide ir al baile. Le pondré ojitos, como Seth a su varita, jajaja. ¿Vamos a desayunar?

Daphne se curbió los labios con las manitas y sonrió al volver a imaginarse a Seth mandándole besos a su varita de pinchos.

-Venga,¡Ardeeen vamos!-dijo, total, Sara ya le había dado los buenos días con el señor almohada.

Me levanto de golpe ante los gritos de las chicas y bajo a la sala común.

Daphne llegó del comedor y dejó las cosas desordenadas sobre la cama para irse a la ducha. Cuando salió usó un conjuro sencillo con el que su cabello castaño dorado se aclaró un poco adquiriendo una tonalidad más cercana al rubio. La túnica de gala era azul como los ojos de la niña y se recogió los cabellos laterales para anudarlos en la parte posterior de la cabeza, dejando algunos bucles que le enmarcaran el rostro.

La imagen del espejo distaba mucho de ser una pequeña diosa perfecta en todas sus proporciones, de hecho parecía más raquítica con la túnica de gala que con el uniforme y la túnica del colegio. Pero Daphne se sentía bien estando así... hubiera sido mucho peor ser alta.

Arreglarse le llevaba su tiempo, quería que fuera un bonito detalle el perder el tiempo así cuando podría estar jugando junto al lago negro asíque cuando terminó prácticamente era el momento de largarse de allí con viento fresco.

Llegué y Daphne casi me lleva con ella por las prisas que tenía.

¡Pero dónde vas! ¡Si todavía tienes tiempo! grité mientras veía como mi amiga se iba como alma que llevaba el diablo.

Jo, no me ha dejado ni ver cómo iba vestida. Estará nerviosa, jijijiji. Me acerqué a la cama y guardé las cosas. Rebusqué en el baúl algo que ponerme. Era una pena que sólo hubiera podido comprar lo básico en el Callejón, así que no tenía ninguna túnica elegante que ponerme. Pero...

¡Ah, ya lo tengo! dije mientras salía corriendo al baño para ducharme y arreglarme. Salí de allí con una toalla puesta y saqué una de las túnicas, la que más nueva estaba.

Murmuré varios conjuros no agresivos contra la túnica Agotattem... Alohomora túnica... Alarmir túnica... Sabía que ninguno de esos hechizos le haría nada, pero esa era precisamente mi intención.

Me lo puse corriendo y me fui a mirarme al espejo. Cuando estaba allí, me señalé con la varita y dije:

¡Dectattem túnica! y... ¡Bien, funcionó! grité ilusionada.

Había hechizado la túnica con diferentes conjuros y el otro hechizo lo había detectado. ¡Ahora mi túnica brillaba con diferentes colores!

Salí del dormitorio contenta, con el pelo suelto y la varita guardada en la túnica, por si se apagaban los colores.

Cerré la puerta de un golpe y me apoyé en ella para serenarme. Pero no podía.

¡Oh Dios mío! dije lanzándome a la cama y, sin desvestirme, metiéndome bajo las sábanas.

Daphne abrió la puerta del dormitorio que se encontraba cerrada y dislumbró el bulto que era en realidad Sara, bajo sus sábanas.

-Así que era yo la que se iba a muamuasear con Amon ¿eh?-dijo de cachondeo poniéndose el pijama y recogiéndose el cabello en una coleta baja. Después subió a su cama, las sábanas estaban frías lo que hizo que se encogiera haciéndose un ovillo. Detestaba profundamente cuando la cama estaba fría y tenía que entrar en calor.

-Un hombrelobo de verdad... qué miedo ¿no?-dijo  por lo bajito tapándose hasta los ojos casi para que el aliento quedara dentro de la cama.

¡¡Aaaah!! ¡¡Daphne!! ¿Y si me he quedado embarazada por ese beso? No, no, tiene que ser él... Sí, es cierto suspiré al caer en la cuenta de que no podía pasar nada. Asomé la cabeza un poco, lo justo para que mis ojos vieran por encima de las sábanas y después salí. Me cambié con velocidad y volví a meterme en la cama, aún con vergüenza.

Sí, un hombre lobo... ¿De dónde has sacado el valor para atacar a esa criatura?

Esperé sentada en la cama a que llegaran mis compañeras, aún mareada por el hechizo de sueño.

Sara llegó tan alterada que no pude decirle nada, pero cuando se volvió a meter en la cama ya con el pijama, cogí fuerzas para levantarme y preguntarla:

- ¿Qué ha pasado? ¿Estás bien?

Ay Ardeen. ¡He dado un beso en la mejilla a Cassius! Ya sabes, uno de Slytherin. Sí, es que en la fiesta de Halloween había caramelos de la tienda de los Weasly y los profesores y alumnos se han puesto a vomitar y a desmayarse. ¡Y después ha aparecido un hombre lobo! Yo me he asustado mucho, y como Cassius estaba bailando conmigo, me he abrazado a él... ¡Es un valiente! Le ha lanzado un hechizo al hombre lobo, ¡Y eso que era muy peligroso!

Y después... dije sonrojándome de nuevo Le di las gracias y un beso en la mejilla. ¡Pensé que me había quedado embarazada! Las monjas me dijeron que si nos dábamos besos con niños nos quedaríamos embarazadas y nuestros hijos serían demonios. Pero claro, eso pasará si es él quien me besa, no al revés.

¡¡Vaya, menuda fiesta!! Menos mal que estaba Cassius si no ese hombre lobo te podía haber hecho daño.-suspiró.-Me hubiera gustado ir. Sobre lo del beso no sé, mi madre me dijo que debía usar protección si estaba con chicos, pero no sé a qué se refería. Supongo que con Cassius no te hará falta, no parece un mal chico.

Daphne estaba agotada y asentía a las palabras de sus compañeras. El encuentro con el hombrelobo había sido aterrador.

Poco a poco el sueño se la estaba llevando y no tenía fuerzas para resistirse.

Lo mejor será que nos vayamos a dormir ya, que si no mañana no nos podremos levantar dije levantándome de la cama y arrollidándome a sus pies. Junté las manos y me puse a rezar como de costumbre.

Después me metí en la cama a dormir. La última imagen que se me pasó por la cabeza fue Cassius lanzando su hechizo de fuego...