Partida Rol por web

— Buenos días, Byron— saludo a mi compañero desde el interior de las duchas sin llegar a verlo mientras el agua va cayndo sobre desnuda piel arrastrandoconsigo la suciedad y el sudor de la noche.

— Yo... bueno, he dormido, me he despertado un par de veces por la noche, pero vamos, como siempre— suspiro y me callo para poder meter la cabeza bajo el chorro de agua y que no me entre en la boca. Para este momento también cierro los ojos arrugando toda la cara en un gesto algo cómico.

— Sí, tengo que ir a la de duelo— comento justo después de sacudir la cabeza para que el agua no me chorre desde el pelo por toda la cara—, así que si quieres, en cuanto terminemos con vuelo, vamos— si bien yo no tengo que recuperar la clase de duelo, lo cierto es que no se me dio tan bien como para que no debiese repetirla para asegurar que la siguiente vez no sea un auténtico fracaso, además de que probablemente la clase sea con menos alumnos y por tanto el profesor tenga más tiempo para cada uno.

Pasado un rato salgo de la ducha totalmente empapado y camino un poco hasta coger la toalla y cubrir mi cuerpo marcado por la delgadez enfermiza que me caracteriza.

— Jo, es una lástima que hoy no tengamos clase— voy diciendo de forma distraída mientras me empiezo a frotar con la toalla para secar mi piel, una vez termino me giro para dar la espalda a la puerta y me quito la toalla para ponerme mis blancos calzoncillos adornados con estampados de sombreros de mago y búhos. Al dar la espalda, de nuevo esa horrible cicatriz queda visible, aunque ya me he hecho a la idea de que ahí está, por lo que no le doy mayor importancia.

— ¿Vamos a desayunar?

Perry se levantó un poco más tarde de lo normal pero no demasiado. Tenía cosas que hacer en su día libre y si no recordaba mal, tenían fiesta por la tarde. Además tenía recuperación de transformaciones. Fue a ducharse y vio a su hermano poniéndose los preciosos calzoncillos estampados.

- No sé por qué papá no me compra a mí unos como esos.- Definitivamente sólo podía ser el padre Ward quien comprara una ropa interior así de friqui.- Buenos días Ed. Buenos días Will.- Se dio una ducha rápida y se puso ropa cómoda. una sudadera azul claro y unos vaqueros oscuros.- ¡Me encantan los domingos!- Perry estaba de muy buen humor, a ver si nadie le amargaba el día.

Cuando mi hermano entra en el baño para ducharse yo ya estoy vestido con los calzoncillos, aunque por lo demás sigo aún desnudo mientras froto mi pelo con la toaya para terminar de secarme.

— Buenos días, ¿qué tal has dormido?— saludo con cariño a mi querido hermano mayor antes de mirar mis calzoncillos y sentir un poco de vergüenza, aunque estoy plenamente acostumbrado a que mi hermano me viese en ropa interior o incluso totalmente desnudo, y que ya me estoy acostumbrando a que nuestros compañeros también nos puedan ver así, si lo pienso con detenimiento aún me da algo de corte.

— Me... me los compró papá cuando fuimos a comprar toda la ropa, los uniformes y eso, ya sabes que después de tanto tiempo mis calzoncillos y eso se me habían quedado pequeños— realmente pensé en que le comprasen unos iguales a Perry, pero luego pensé que él siempre ha sido más maduro, y que quizás le resultase incómodo que además de venir su hermano pequeño a la escuela, llevase la misma ropa interior.

Un escalofrío recorrió el pescuezo de Perry al ver las cicatrices de su hermano. Apartó la vista de inmediato. No le gustaba recordar lo mal que lo había pasado el pobre Ed.

- Dormí estupendamente. Ayer trabajé un montón.- Hinchó el pecho orgulloso. Andaba más sonriente de lo normal, algo raro pasaba sin duda.- Hoy tengo recuperación de transformaciones después de comer y está lo de la fiesta. Vamos junto ¿no?- Después apuró a la parejita feliz para ir a desayunar.- ¡Venga chicos que hay que desayunar!

—Ok, vamos entonces a Vuelo y luego a Duelo —concluyo y veo entrar a Perry mientras me lavo las manos—. Hola, Perry, ¿qué tal? —dejo que hablen los hermanos mientras me peino un poco frente al espejo. Me hace gracia que a Perry le de envidia la ropa interior de su hermano pequeño, pero no comento nada.

—Sí, hoy sí que vamos —añado, feliz, a lo de la fiesta—. Bueno, vamos a desayunar, que se nos hace tarde. Me visto enseguida y bajamos.

Voy a mi cama y saco de mi arcón la ropa del domingo. Aunque haya clases de recuperación, doy por hecho que no exigirán el uniforme. Me cambio con algo de prisas al darme cuenta de que quizás esté retrasando demasiado a Ed, que se ha tomado la molestia de prepararse y todo, dejándome mucho tiempo para hacer cosas, y cuando termino cojo la escoba para ir directamente a Vuelo justo después. Una vez preparado todo, me encamino al comedor.

En la habitación se escuchó un bufido y un grito. El gato de Christopher estaba saliendo de debajo de las sábanas del muchacho totalmente erizado, mientras que el niño se levantaba y se acariciaba la pierna.

¡No hacía falta arañar! gritó al gato. Seguramente le había aplastado mientras dormía y el gato se defendió como pudo.

Tras unos segundos, bostezó sonoramente. Se rascó la cabeza y vio que sólo Helios seguía dormido. Al resto les escuchaba hablar en los baños.

Se levantó con lentitud y recordó que tenía que ir a recuperaciones. Con un suspiro más largo de lo normal, se desprendió de toda su ropa y se fue a dar una ducha.

¡Buenos días! dijo al ver a todos. Se metió bajo los chorros y no tardó mucho en salir. Se fue a la habitación y se cambió. Acarició un rato a su gato, que parecía estar de mejor humor, y cogió sus cosas.

¡Os veo en el Gran Comedor, que me estoy muriendo de hambre! gritó, cuando empezaba a abrir la puerta

Perry siguió a los de primero al comedor.

Con una sonrisa en la cara asiento hacia mi hermano.

— Sí, claro, así socializamos un poco, que la verdad es que yo no conozco a nadie además de los de nuestra propia casa.

Una vez dicho esto salgo del baño en calzoncillos para acudir con rapidez a mi baúl de donde saco la ropa con que vestirme.

— Buenos días, Jamal — saludo a Chritopher cuando lo veo y después sigo a mi amigo y hermano al comedor.

Llego a la cama con una gran sonrisa en la cara, dispuesto a afrontar una nueva semana con todas mis energías. Nunca me había enfrentado a un lunes con tanta alegría, pero después de este día tan genial, ¿cómo no hacerlo?

Me despido de todos mis compañeros una vez me he puesto el pijama y me meto en la cama bien arropado. El último al que veo, como siempre, es Ed, y a él le dedico una despedida algo más personal porque es mi mejor amigo de la escuela; así que sacudiendo la mano me despido de él y le guiño un ojo.

—Hasta mañana, Ed —susurro, y me dejo acariciar por la suavidad de la ropa de cama y mi pijama, dispuesto a soñar con algo agradable que añadir a mi alegría.

A diferencia de William, yo llego a la cama totalmente abatido, no he conseguido recuperar el conjuro de duelo, no tengo pareja para el baile, he hecho sentirse mal a Gabriela, y tengo uno de los últimos puestos en el recuento de puntos, nuestra casa no está la primera porque yo no consigo tantos puntos como el resto, soy una carga para ellos.

Aún así, poco se puede hacer a parte de esperar a mañana, así que me desvisto con desgana, me pongo el pijama y me despido de los presentes antes de entrar en la cama, aunque cuando voy a hacerlo recuerdo el paquete de Perry y retiro una caja de mi cama para dejarla sobre la suya.

— Buenas noches, Perry — me despido de mi hermano justo antes de tumbarme en la cama.

— Buenas noches, Will— le digo a mi amigo cuando me giro hacia él, y al aclrdarme de lo de Willow, sonrío alegre por él— . Y enhorabuena por lo de Willow, aunque mañana tenemos que hablar de ello — añado con voz confidente, como esperando que mañana me cuente sus amoríos, aunque queda patente que se trata de una broma, o al menos que intenta aparentarlo.

Perry llegó bastante tarde al dormitorio. Su hermano ya estaba metido en la cama y pensó en que podía haberse olvidado de su paquete. Pero no. Cuando llegó a la cama ahí estaba. Emocionado lo metió bajo las sábanas y se dirigió a la cama de Edward para plantarle un delicado besos en la frente.

- Buenas noches Ed.

Mañana será un día interesante.

- No sé si me ha sentado bien comer tanto. Buenas noches chicos.- En un par de movimientos rápidos y entrenados Byron se quedó en ropa interior para después ponerse su pijama de camisa abotonada ty pantalones largos.

Cuando Perry se inclina sobre mi para darme el beso le respondo con una amplia sonrisa.

— Buenas noches, Perry — me despido de mi hermano antes de darme de nuevo la vuelta y mirar de nuevo a mi amigo.

— Will tiene novia — canturreo para meterme con él un poquito.

—No es nada... —digo, aunque realmente sí pienso que puede ser que le guste y eso me hace sonreír ampliamente. Nunca ha habido ninguna chica que se interesara por mí, ni siquiera como amiga, así que estoy pletórico.

Miro cómo se despiden los hermanos, y cuando Ed canturrea le hago aspavientos con la mano desde la cama.

—Eh, no digas eso. No es mi novia... —protesto en susurros.

El muchacho entró evitando hacer ruido. Su gato fue corriendo hasta él y se restregó en sus piernas. Cogió al gato en brazos y empezó a acariciarlo mientras éste ronroneaba. Le dejó en la cama y le sirvió la comida y el agua.

Christopher se cambió y se metió de un salto en la cama. Ese día había sido muy largo.
 

Amanecer del Día 8

Lunes

Halloween - Última Semana del mes de Octubre

Estoy andando por la calle, es la fiesta de Halloween, todo el resto de mis compañeros y mis amigos van en pareja, todos menos yo que me he quedado solo, de nuevo. Nadie ha querido juntarse conmigo porque soy un desastre en clase, nadie quiere juntarse con alguien que, en tan solo dos meses, ya tiene que ir a la recuperación final de una asignatura.

Sigo caminando por la calle, intentando que el bullicio de la fiesta no me haga derrumbarme, y entonces lo oígo, un sonido estridente... me giro pero es demasiado tarde, de nuevo.

Abro los ojos de golpe mientras me incorporo en la cama asustado, estoy sudando un sudor frio, lo que ha empapado el pijama, por lo que rápidamente empiezo a tiritar por la situación. Miro a las camas de alrededor, especialmente a la de Perry y a la de William para ver si alguno de los dos está despierto, pero no es así, solo Gladius me saluda subiéndose de un salto a la cama y pasando a mi lado.

Me tomo varios segundos para recuperarme y cuando creo ser de nuvo dueño de mi cuerpo me giro para salir de la cama y enfundar los pies descalzos en unas zapatillas de felpa bastante cómodas. En silencio avanzo hacia el baúl y lo abro con lentitud para que no chirríe, de su interior saco una muda de ropa limpia y me dirijo a las duchas donde me tomo mi tiempo para orinar y darme una ducha de agua caliente que intente despejar mis inquietudes, no obstante, como siempre, el verme la espalda desnuda y esa enorme cicatriz no ayuda en nada.

Tras un buen rato termino de ducharme y salgo enfundado en una toalla azul marino bastante grande como para cubrirme desde los hombros a las pantorrillas. Me froto con el trozo de felpa para secar la humedad de mi cuerpo y cuando siento que ya no voy a mojar la ropa la dejo a un lado para ponerme la ropa interior, la túnica y por último los calcetines.

Ya vestido, regreso al dormitorio para tumbarme un rato más en la cama y con los escasos rayos de sol que entran por la ventana ir leyendo el libro de artes quiméricas para saber qué tocará hoy.

Ya es Halloween... y yo sigo igual.

Me despierta el sonido del baúl de la cama de al lado. Como viene siendo habitual, Ed se despierta poco antes que yo y su trajinar me saca de un sueño ya ligero. En cierto modo lo agradezco. No obstante, me quedo en la cama calentito hasta que oigo que apaga el agua para salir de la ducha. Bostezo y me estiro, dándole tiempo para que se seque y se vista, y me pongo mis zapatillas. Justo entonces lo veo volver del baño y lo saludo con la mano, con los ojos aún algo legañosos.

—Buenos días —susurro. Si no fuera porque se ha convertido en una costumbre, le diría algo sobre su costumbre de madrugar tanto. Pero ya no me sorprende: es parte de él. Me dirijo al baño al notar que tengo bastantes ganas de hacer pis y corro más conforme me acerco a la puerta. Como por reflejo, mi cuerpo quiere descargar ya en cuanto sabe que me dirijo al cuarto de baño.

Cuando termino y estoy algo más relajado voy al lavamanos para refrescarme la cara y quitarme las legañas que me enmarañan las pestañas. Me atuso un poco el pelo para que no se me queden remolinos de la postura en la cama, y vuelvo a mi cama para empezar a vestirme para el día.

—¿Qué tal has dormido? —le pregunto a Ed ahora que estoy algo más despierto.

Perry se levantó con un ímpetu inusitado. Siempre había sido bastante enérgico pero hoy tenia muchas cosas que hacer y, si no empezaba con energía, no podría llevarlas a cabo todas.

- Buenos días chicos.- A lo pies de la cama de Perry se podía ver el envoltorio del paquete que le había dado su hermano, pero ni rastro de lo que contenía.

— Buenos días — saludo a Will cuando veo que ya está despierto y le dedico una sonrisa un poco fingida—. Bueno, podría haber dormido mejor, he tenido una pesadilla, pero estoy descansado para afrontar el día, así que... a prepararse para la clase de artes quiméricas de hoy, a ver si esta vez consigo hacer un hechizo bien, que no estaría mal — le digo en voz baja para no despertar al resto.

Al ver a mi hermano también despierto lo saludo de igual forma.

— Buenos días — no me pasa desapercibido que en los pies de la cama están los restos del paquete que nos mandaron nuestros padres, y entonces me acuerdo de algo—. Por... por cierto, Perry...— empiezo a decir sin saber muy bien cómo afrontar el asunto— En la carta que han respondido papá y mamá me han dicho... que no lleve una dieta vegetariana... y que a ver si la siguiente vez les escribes más y para algo que no sea pedir un favor... — eso último lo digo un poco para despistar, espero que no se tome mal el hecho de que vaya a consumir otros productos. Miro a William en busca de ayuda por si me hiciese falta.