Partida Rol por web

Cuando Crystal llegó, Willow estaba masticando un trozo de pastel de calabaza, así que hasta que fue capaz de tragarlo todo, se produjo un pequeño silencio.

- Claro que puedes acompañarme. Seguro que será muy bonito. -Le sonrió, aunque sus ojos no acompañaron a la sonrisa como de costumbre.- Y a Greeny seguro que le habríais gustado. Muffys casi podía pasar por un puffskein.

Byron llegó junto a los demás al comedor y se sentó: Parecía un alma en pena y estaba claro que había vuelto a sollozar por los ojos rojizos y la nariz algo rojiza. Cogió un poco de zumo de calabaza e intentó tragar, pero incluso el zumo se le atragantaba con el nudo que tenía en la garganta. Cuando levantó la mirada y vió a Willow allí se recompuso un poco, ahora recordaba que ella también había perdido a su mascota y le dirigió una mirada cómplice.

Se acercó de nuevo el zumo a los labios cuando el discurso de Lupin comenzó. No podía ser... Cómo podía ser que no hubiese ni un sólo rastro. Porqué sólo los gatos? No es que tuviese rabia de aquellos que tenían gatos, pero estaba claro que el ataque tenía un patrón. Y ni los profesores ni el ministerio de magia habían averiguado nada? O era que simplemente nos estaban ocultando lo que sabían. Sin darse cuenta, Byron estaba mirando mal a Lupin, una mirada desafiante y de rabia. Porqué se callaban lo que sabían? Teníamos derecho a saberlo.

El que Willow aceptara que la acompañara en un momento tan personal para ella me emocionó. -No conocí a Greeny pero seguro que era adorable... Gracias te acompañaré con gusto.- Cuando Willow bromeó sobre Muffys, yo reí y agregué. -Seguro esa bola de pelo es un gatito muy extraño. Parece que tu le agradas, a veces me da mucha lata, te agrdecería si me hechas una mano con él.- En ese momento ví que Byron miraba muy apenado a Willow, se veía que no la estaba pasando bien. Lo mire y trantado de animarlo y sacarlo de sus pensamientos le dije: -Qué tal ese jugo de calabaza?- Tal vez hablar, lo ayudaría a sentirse mejor.

Perry cogió algo de yogur de cabra y fruta para desayunar. No estaban las cosas como para celebrar nada. Le daba rabia que el funesto acontecimiento hubiera deslucido el regalo que había hecho a su hermano.Pero como decía el profesor Lupin, las clases continuarían después del funeral.

- Yo os acompaño también.

Willow le dedicó una dulce sonrisa a Byron. Los dos estaban pasando por momentos difíciles, al igual que la gran mayoría de los alumnos.

- ¡Claro! Puedo ayudarte siempre que quieras con Muffys, seguro que lo pasamos genial. -Volvió a centrarse en comer el pastel de calabaza, levantando la cabeza únicamente para sonreirle a Perry al escucharle decir que también les acompañaría.

A pesar de haber tenido un sueño agradable con Greeny como protagonista, la niña no podía sentirse feliz así porque así tan de repente, aunque lo intentaba, porque en momentos así lo peor era dejarse llevar por el dolor.

Sonrío a Willow. Si compartir el cariño de Muffys ayudaba que ella se sintiera mejor, me sentiría feliz de hacerlo. Las palabras de Perry me pusieron contenta: -Lo mejor en momentos como estos, es estar unidos. Que la oscura mente que maquinó este glope sepa, que a cada golpe reaccionaremos uniendonos para ser más fuertes. Fuertes como han sido nuestros padres y abuelos para enfrentar al innombrable.-

Cuando llegue al comedor, la mayor parte de mis compañeros ya se encontraban en la mesa. Como no había solido tener relación con ninguno de ellos procedí a saludar.

Hola a todos, a los que no me conozcais, soy Ryan.

Afirmó enérgicamente ante lo dicho por su nueva compañera de habitación.

- Tienes mucha razón, Crystal. Me alegra que nos hayan juntado. -Le sonrió de forma completamente sincera. A Willow no le desagradaba estar sola, pero la verdad era que echaba de menos tener compañía en el cuarto y Crystal había venido en el mejor momento posible. Y parecía que no sería la única que tendría nueva compañía. Levantó la mano para saludar al chico que acababa de presentarse.- Hola, yo soy Willow, encantada.

Se terminó el pastel de calabaza y le dió un sorbo al vaso de alhelí.

- Quizás deberíamos ir terminando, no sea que lleguemos tarde.

Luego de Willow, saludo al chico nuevo. -Hola Ryan, soy Crystal Elizabeth Graham, me puedes llamar Eli si quieres. y mirando a Willow agrego. -Tienes razón ya termino mi pastel y te acompaño, está delicioso!-

Fui de nuevo saludando a cada uno de mis compañeros.

Si no os importa, ¿Podría acompañaros? Me gustaría despedirme de algunas mascotas de compañeros que he tenido

- Claro, ¡vente! -Se levantó y poniéndose la mochila al hombro les hizo un gesto para que fueran con ella.

Se sentía extraña. Había una mezcla de sentimientos en su interior. Por un lado, estaba triste, porque iba a despedirse de Greeny, pero por otro... de algún modo le aliviaba y le calmaba saber que podría decirle adiós como era debido.

Byron hizo una mueca ante la pregunta Crystal. No le apetecía nada el jugo, pero ya había tomado otras veces el mismo y era delicioso. Con el baso en los labios, Byron escuchó a sus compañeros. Se despedirían de su mascota como era debido. Eso... algo le decía que eso le iría bien.

Fue entonces cuando Ryan se presentó. Había pululado por la casa de Ravenclaw y lo tenía visto, pero debido a que las clases las hacíamos separados, no habíamos entablado conversación. Ahora habría gente nueva en las clases, como Crystal y Ryan. Algunos habíamos perdido a nuestras mascotas, ellos habían perdido a sus compañeros y amigos. También ellos deberían estar pasandolo mal. Byron dió un buen sorbo del zumo y se lo tragó con toda la fuerza de voluntad que tenía. Había bebido apenas un cuarto del vaso y aún así, a Byron le pareció haber estado bebiendo el jugo durante un largo rato.

-Yo también os acompaño. - dijo Byron mientras se levantaba.- Soy Byron por cierto. - dijo mirando a Ryan y a Crystal y aunque no estaba de humor, forzó claramente una sonrisa para presentarse como era debido.

Chris llegó justo cuando todos se iban. Así que no se sentó ni a desayunar, se fue tras ellos

Ya está haciendo tarde. Miro a Willow y le sonrio tratando de que se sienta mejor en este difícil momento. Termino mi pastel y recojo mis cosas y me levanto para acompañarla. Byron a dicho que viene con nosotros también. Asi que los miro a los dos. Era bueno verlos unidos en este momento. - Ya es tiempo. Vamos pues.-

Llego al comedor con Edward casi al tiempo que todos se van. Les despido con gestos y una sonrisa escasamente enérgica.

Me siento a la mesa y tomo una simple taza de té y un par de galletas de avena. No tengo mucha hambre.

—No tengo muchas ganas de nada hoy...

Junto con William, soy de los últimos en llegar a la mesa, mis energías son mínimas y el hecho de que haya pasado tan mala noche me ha hecho casi no poder descansar, por lo que mis ya de por si endebles fuerzas estaban mermadas y el descenso desde la torre de nuestra casa se me ha hecho una auténtica carrera de fondo.

Al llegar finalmente a la mesa, me despido de los que aún se marchan y me dejo caer en el asiento sufriendo un poco de daño en el culo, pero ralmente ya no tenía fuerzas para sostenerme un segundo más.

— Yo ni siquiera tengo hambre...— digo mientras miro toda la comida, ¿cómo la gente ha podido desayunar después de lo que ocurrió anoche?

Christopher fue al Gran Comedor, donde apenas había gente. Normal pensó el muchacho, sintiéndose un poco mal. Había sido una noche mala y una mañana muy triste, pero él seguía teniendo hambre. Pero eso tampoco le cortó el apetito. Se sentó a la mesa y empezó a servirse una ración de carne con tomate.

Entre el desánimo, la hora del desayuno pasó mientras miraba el ocelaje y la comida de las mesas comenzó a cambiar hasta convertirse en el almuerzo. Fue solo al ver ese cambio que me di cuenta de que mi cuerpo reclamaba, sin mucha vehemencia, algo de comida con la que rellenar el estómago. Tomé un sándwich de pavo y lechuga que dejé a medias.

—Bueno... habrá que ir a clase. Y encima Transformaciones, ¿habrá algún cambio con todo esto de los animales y que si la profesora Bastet esto y aquello? —suspiro—. Hola, chicos —saludo a los que van llegando—. Que os aproveche... yo creo que no voy a comer mucho más. Iré andando a clase con tranquilidad y quizás me pase antes por el patio para coger algo de aire... no sé. ¿Te espero, Ed?

Al igual que le sucede a mi amigo y compañero, yo permanezco en el comedor sin casi darme cuenta del paso del tiempo hasta que el desayuno se transforma en comida, momento en que alzo la cabeza.

— Pues... no sé...— respondo a Will—, pero supongo que no la creerán sospechosa si sigue dandonos clase, ¿no?— pregunto para tranquilizarme un poco.

— Hola, Jamal, ¿qué tal?— saludo al chico de color al verlo llegar y me obligo a mi mismo a comer un poco, aunque como no me he movido desde entonces, no he gastado la energía que había conseguido.

Después de haber comido un poco me levanto tras mi amigo.

— Sí, yo también voy...— se me nota visiblemente desganado y sin fuerzas, la idea de asistir a clase se me antoja... dura.

Me giro hacia todos los que han ido llegando y asiento con la cabeza forzando una leve sonrisa— Que aproveche, chicos, hasta luego— me despido en general de todos y echo a andar.