Christopher comió un par de bollos antes de levantarse, aunque le costó.
No puedo desayunar tanto... pensó, mientras se agachaba para coger la mochila y salir hacia la clase
A clase
Corriendo sin descanso, bajé las escaleras hasta llegar al Gran Comedor. Y, cuando llegué, me di cuenta de que, o bien era demasiado tarde para ir a clase, o bien era demasiado pronto para ir a comer.
Suspiré, poniendo los ojos en blanco, rugiéndome el estómago. Maldije mi mala suerte, y me mordí el labio inferior, tratando de no pensar en comida.
El Comedor estaba desierto, sólo algún alumno estaba allí con la nariz metida en un libro abierto sobre la mesa. Anduve por el pasillo que formaba las Mesas de Ravenclaw y la otra Casa de Hogwarts, notando las botas desatadas, queriendo irse de mi pie. Mi falda estaba rara puesta al revés. Mi camisa presentaba un aspecto horrible al estar mal abotonada, de manera torcida. Y la corbata…
Me llevé la mano al cuello. Sentí que el corazón me daba un vuelco al notar que no la tenía. Miré por encima de mi hombro por si se me había caído al entrar en el Gran Comedor, y vi que no estaba en el suelo.
Suspiré, y pensé que se me debió de caer durante la carrera. Gemí, pensando que aquel día estaba resultando un desastre, y me limité a sentarme, dejando la mochila a mi lado, esperando a que la comida apareciera en los platos brillantes.
Miré la mochila, y abrí la cremallera. Solía tener alguna golosina dentro, y revolví el contenido para ver si tenía algo que llevarme a la boca.
—Aquí estás— murmuré, feliz, al notar una cajita pequeña.
Miré el envoltorio de la rana de chocolate, y lo abrí con impaciencia, haciéndoseme la boca agua.
—Qué “jico”— dije, mirando el premio que me había tocado, sonriendo.
¡La comida del Día 9 ya está lista!
Miércoles
Mediados de Noviembre
Es la hora de comer, habéis pasado toda la mañana vagueando o estudiando y os entra hambre, en esta turno tendréis que ir a comer, quien no lo haga tendrá que rolear que pasa hambre. Lo ideal es que todos os reunierais en la escena de vuestra casa para que habléis por ahí, pero también podréis rolear en cualquiera de las escenas que hayan sido abiertas en el "post del segundo día".
Antes de finalizar este post debéis pasaros por el post que estará ya en vuestra segunda clase. Es decir tendréis que terminar posteando en la escena que os corresponde para la clase o como pasó en el caso anterior se os considerará que habéis perdido la clase y tendréis que hacer por recuperarla.
Terminé de engullir la rana de chocolate, y me entretuve mirando los cromos que me habían tocado, cuando, de improviso, el Gran Comedor comenzó a llenarse de gente, y me di cuenta de que había acabado la clase de la mañana.
Un nudo en el estómago se asentó cuando realmente pensé que había perdido la oportunidad de asistir a clase por quedarme dormida. Pero, me preocuparía después. En ese momento, lo que realmente tenía era hambre.
Emití un grito ahogado cuando vi que la comida aparecía en las fuentes y bandejas de la Mesa, y me puse en el plato todo lo que me alcanzaba a mano. Con el plato lleno, mi boca llena, y pensando que me iba a llenar el estómago, comencé a comer como si no hubiera mañana.
—“Og”— gemí, como si nunca hubiera comido nada tan delicioso—. “Gé ijo, mae ía”— dije con la boca llena de puré de patatas, al tiempo que saludaba a algún alumno conocido con un gesto de la mano.
Al legar al comedor Perry vio a Eire. Apenas había intercambiado unas palabras con ella pero lo que sí sabía es que no había ido a clase pro la mañana haciéndoles perder puntos por ello. empezaba a estar harto de la desconsideración de algunos.
- Hola.- Le dijo tratando de ocultar la frialdad en su tono.- Tenemos clase de transformaciones esta tarde. A ver cómo está el ambiente con la profesora Bastet.- Como vegetariano que era de convicción, se puso una bandeja con platos sin una pizca de carne en ellos. No estaba de muy buen humor así que se cogió una ensalada de zanahoria y aguacate, pan de centeno, y se lo comió en silencio hasta la hora de irse a clase.- Te veo en clase.
A clase de transformaciones.
Alcé las cejas al ver a Perry, y lo saludé con un gesto de la mano, masticando deprisa para poder decirle algo.
—Hola, Perry— dije, por fin, tras tragarme una bola enorme de puré de patatas—. Oye, ¿qué tal la clase? Espero que no se haya dado algo muy importante porque me va a dar algo— me llevé una mano al corazón, fingiendo un ataque, y rompí a reír después.
Contemplé lo que se servía, y me di cuenta de que no tocó nada de carne. Ladeé la cabeza, y sonreí para mis adentros. Admiraba a la gente que no comía carne como forma de amor hacia los animales. Era loable.
—Nos vemos luego en clase, pues— dije, despidiéndolo con un gesto de la mano.
Suspiré, mirando mi plato. Y terminé de engullirlo todo lo deprisa que pude.
No podía permitirme saltarme una clase más.
Apuré lo que quedaba de zumo en mi copa, y recogí la mochila, me la colgué al hombro, y salí del Gran Comedor, dirigiéndome a la clase de Transformaciones.
A Clase de Transformaciones :D
Sin mucha hambre decido coger un poco de pan y untar en ella la primera crema que encuentre.
Al final parece ser que la única que encuentro es de un puré de espinacas.
No sé, no sé.
Finalmente decido hacerlo pero adornando con unos pocos arándanos y sin aún terminar me voy para clase.
A transformaciones.
Llego apresuradamente al comedor les dedico una sonrisa a mis compañeros a modo de saludo y me sirvo un poco de pastel de calabaza y comí lo más rápido que pude, los demás ya se estaban llendo hacia la clase y no quería llegar tarde. No era nada contra ellos es que este día había andado de malas. A si es que lo mejor que podía hacer es no demorarme demasiado.
A Transformaciones
Llego al Comedor desde el dormitorio, apresurado. Me he perdido la clase de la mañana quedándome dormido por haberme regalado «unos minutos más». No sé cómo me voy a aparecer por el despacho del profesor y explicarle por qué he faltado a la clase. Supongo que lo mejor que puedo hacer es ser sincero, explicarle que ha sido un despiste y que no volverá a pasar mientras esté en mi mano; pero me da mucho miedo que puedan querer expulsarme por poca disciplina o algo así. No obstante, ahora lo que tengo que hacer es comer para ir a la clase de Defensa contra las Artes Mágicas. Más me vale hacerlo bien, que ya con el Alarmir me costó bastante.
—Hola, chicos, vengo con prisas. ¿Han dicho algo en Duelo de que hayamos faltado? —pregunto con una mueca aunque no me paro antes de coger comida.
Cojo algo de comida rápida puesto que, aunque tengo bastante hambre al no haber desayunado, estoy tan preocupado que me cuesta que me entre la comida. La bajo con bastante zumo de calabaza y cuando me quiero dar cuenta me he llenado la tripa de zumo.
—Bueno, me voy corriendo a la clase de Defensa, que si no no llego.
A clase.
Al final, después de haberme duchado me volví a recostar en la cama y terminé quedándome dormido de nuevo, lamentablemente para mi.
Cuando me desperté, me sentí realmente mal, jamás me había saltado una clase por un motivo que no fuese de peso, enfermedad o cuando me pasó el incidente, pero ni mucho menos por haberme quedado nunca dormido.
Llego «corriendo» al comedor siguiendo a mi amigo, que resulta que también se quedó dormido, evidentemente tampoco puedo llegar muy rápido. No obstante, cuando llego al comedor, lo hago con la cabeza gacha, sintiéndome totalmente humillado y un irresponsable.
—Ho... hola... — digo como saludo para todos, y después cojo algo de comida para dar un par de bocados, no me siento merecedor de poder comer realmente lo que me apetece, de modo que como poco.
— Yo... yo también voy... — le digo a Will antes de seguirlo hacia la clase.
Llegó cual torbellino a la mesa del comedor de las águilas y tras engullir un par de empanadillas de Cornualles salió de allí escopetada en dirección a su próxima clase.
A clase.
Byron llegó al comedor cuando apenas había ya nadie. Aunque faltaba poco para clase, Byron se sentó mientras calculaba. Tenía unos 10 minutos aún si luego iba depria a clase. Se sentó rápidamente y se sirvió algo de puré de patatas: Mucha energía y fácil de digerir y una hamburguesa, para darle ese aporte proteico a la dieta. Cuando pasaron los 10 minutos se había comido el puré, pero apenas se había comido la mitad de la hamburguesa.
Con una manzana en la mano empezó a caminar hacia la clase.
A clase.
¡La cena del Día 9 ya está lista!
Miércoles
Mediados de Noviembre
Es la hora de cenar y ya es de noche, la excepción es que esta vez vuestras escenas deberían terminar en vuestro dormitorio. Aquel que no termine allí tendrá serios problemas para despertarse al día siguiente para asistir a la siguiente clase. Lo que significa que tendrán la clase cerrada y no podrán postear hasta que me lo soliciten.
Llego junto a William y Willow al comedor, se me nota algo más animado, aunque no del todo, aún me sigue pesando el hecho de haberme saltado la primera de las clases.
Miro a un lado y a otro para comprobar si más compañeros han acudido ya a cenar, pero al ver que no es así, simplemente tomo asiento y cojo un par de platos de comida para dar buen uso de ellos.
Durante la comida me mantengo mayoritariamente en silencio, aunque respondo si alguien me dice algo directamente, estoy pensando en cómo afrontar la recuperación de la clase a la que no he asistido, podría recurrir a mi hermano, pero seguro que se cabrea muchísimo, así que casi me parece mejor hacerlo con un compañero... pero tampoco quiero poner a Willow en ese compromiso.
Salgo con Willow y William cuando lo digan.
Llego al Comedor con prisas. Quiero terminar cuanto antes sea posible para ir a lo de las gemelas. Animo a Ed a comer rápido y busco algo que pueda prácticamente beber: una sopa espesa de nabo y remolachas, y unas natillas en las que mezclo trocitos de pastel de frutas.
Con la boca aún llena del último bocado, hago gestos hacia el pasillo.
—¿Babos? —farfullo, alzando la cabeza para evitar hacer una guarrada y echar algo de comida.
A la Sala de Recompensas.
En cuanto llegó, dudo qué servirse para cenar debido a la gran cantidad de comida que había en la mesa, como de costumbre, pero tras ver lo que se había servido William, optó por imitarle. Estaba rico, alimentaba y pasaba rápido, que era lo que le interesaba para llegar pronto al encuentro con las gemelas. Estaba realmente entusiasmada con ello, sobretodo porque esta vez también iban sus dos compañeros de casa.
Engulló la comida y con una sonrisa en el rostro abandonó el comedor junto a William y Edward.
A la sala de recompensas.
Perry llegó al comedor justo cuando su hermano y los chicos de primero salían misteriosamente.
- ¡Eh...adiós!- Cogiendo un poco de fruta y yogur de leche de cabra cenó rápidamente.
Llegué justo después de Perry al Gran Comedor, por lo que me siento enfrente suya y comienzo a cenar ligeramente.
Mañana deberíamos quedar para que Eire aprenda los conjuros o va a tener que ir a recuperación. ¿No crees?
Con el gesto torcido al ver que nuestros planes por explorar habían salido infructuosos, entré al Gran Comedor siguiendo a Perry y a Ryan con una sonrisa en los labios. No pasaba nada. Es más, teníamos el día de mañana para seguir haciendo de exploradores, y poder divertirnos un poco más, por lo que no había ningún problema.
Me senté junto a ellos, y escuché lo que decían, mientras me servía una montaña de patatas fritas y una hamburguesa enorme que había en una bandeja.
—¿Practicar?— dije con algo de desilusión, mientras masticaba. Aunque, debía de reconocer que tenían razón. Mi deber era recuperar lo que no había hecho aquel día por la mañana por haberme quedado dormida, por lo que cuanto antes pudiera quitarme de encima el trabajo, mejor.
Suspiré, al tiempo que bebía zumo de melocotón, y asentí con algo de aspereza.
—Vale, vale— concedí, finalmente—. Practicaremos. Qué buenos compañeros sois— añadí, sonriendo de manera dulce—. Qué haría sin vosotros, no lo sé.
Y seguí comiendo hasta que el estómago lo tuve lleno.
Comió con rapidez lanzado suspicaces miradas a lo que comían los demás. ¿Cómo no podían ver, como hacía él, que la "carne es asesinato"? Pero sabía que no debía decir nada pues acabaría poniéndose a la gente en su contra.
- Si cenáis rápido aún podemos ir a la sala común a que practiques el conjuro de transformaciones, a ver si ahora tienes la mente más despejada.- Recogió rápidamente sus cosas y partió hacia la sala común.
A la sala común. Si te da tiempo rolea que Ryan te ayuda con el conjuro si él está de acuerdo (igual que hiciste en transformaciones, con el +5 en habilidad). Tenemos que darnos prisa para ir a la cama para no tener problemas al día siguiente para levantarnos. No sé cuando hace Kami el cambio de turno pero temo que sea pronto.