Partida Rol por web

El camino de tierra y arena lleva a un pequeño porche a la mansión; todo lo demás, lo que podría considerarse como un jardín, estaba rodeado de hierbas mustias, arbustos secos y árboles muertos y carcomidos. Parecía que nadie había limpiado o cuidado el jardín desde hacía décadas.

Pese a que la condición del jardín se encontraba deplorable, algo llamó la atención. Al parecer hay unas marcas de que algo con base circular ha estado apoyados sobre la hierva en la intemperie; esto se encontraba cerca de los restos del navío hundido y quemado de Lady Pastelito. ¿Qué podrá ser?.

Yoshitoko buscaba tranquilidad. Estar rodeado de tanta gente le resultaba crispante si no dejaban de hablar y hablar, soltando memeces y taladrando su mente...¿Un imbécil trataba de erguirse como líder? La llevaba clara con el capo de la mafia japonesa. Si prefirió ir al patio fue exactamente por eso, no escuchar memeces de algunos de los asistentes.

No obstante, unos pocos de los invitados habían tomado la misma elección y salir al exterior a despejar su mente. No iba a ser descortés de no dirigirles la palabra si le hablaban, pero tampoco sería el que iniciaste la conversación. Podía ser un tipo serio y reservado, que siempre ordenaba y hacía que sus pedidos se realizasen con presteza y precision, pero allí, rodeado por aquellos invitados que no eran parte de séquito personal, consideraba que pese a su situación privilegiada como jefe de los Yakuza, todos estaban en igualdad de condiciones en aquella isla.

No tengo clara mi votación, la verdad. Ni si quiera sé si debería votar tal y como indican el señor Poe y el conde... Me hubiera gustado mantener!e al margen del incidente pero quieren que aporte mi perspectiva y mis sospechas... Si no hay más remedio...

Sali de aquella apestosa mansion, necesitaba algo de aire puro o me moriria intoxicada con todo el moho que alli habia. Habian sido una excapadita horrible, primero para llegar a aquel lugar tan inospito apartado de la mano de dios, luego con la muerte de aquella mujer, francamente no la conocia como para llorarle pero seguia siendo una persona y ahora una votacion para que? para matar a otra persona que posiblemente sea inocente ? - Mejor ellos que tu Rosa - pensaba la divorciada mientras salia hacia el patio, alli ya se encontraba uno de los invitados Oh, buenos dias caballero - le dije con educacion al japones con una sonrisa al verlo - Veo que ha pensado lo mismo que yo, tomarse unos minutos para comprender toda esta... situacion. 

Tres damas e igual número de caballeros se encontraban en el descuidado jardín conmigo. El lugar era amplio pero la maleza reinante nos impedía alejarnos lo suficiente como para mantener conversaciones privadas, claro que podríamos conversar en voz baja pero igualmente seríamos escuchados. En lugar de molestarme era algo que me gustaba, no por ser indiscreto sino porque de esa forma se la dificultaría a los cómplices comunicarse.

-Señoras, caballeros. Con cada palabra levanté mi sombrero y realicé un pequeño movimiento de cabeza. -¿Era alguno de ustedes amigo de la señora Pastelito? Recuerdo haberle dado clases un par de décadas atrás, pero temo que no mantuvimos contacto luego de eso.

Elvira había salido al patio en busca de aire fresco y tranquilidad. Tenía la cabeza hecha un lío, ella no era juez, jurado ni verdugo. Se dedicaba a hacer feliz a la gente, no a resolver asesinatos ni a condenar gente. Cuando el anciano toma la palabra, se limita a encogerse de hombros.

-La verdad es que acabo de conocer a todos los presentes. Incluso al conde y al señor Poe. Sinceramente, estoy muy perdida... no sé a quién votar.

Maria sale con su minusculo bikini, una toalla y un bote de bronceador...

Al ver el desolado pasaje descuidado y lleno de bichos mira con asco el panorama... pero eso no va a estropear su baño de sol diario, este moreno es natural no de rayos uva como algunas pseudodivas y vejestorios que rondan la estancia.

Bueno, allí da un poco de sol y esta limpio para extender la toalla...

Maria se va a la zona donde da el sol y hay espacio para extender una toalla despidiendose de la gente

Adios chicos

Moviendo las caderas se va, extiende la toalla y se tumba... levantando en la mano un bote que parece bronceador.

Algún caballero que ayude a una dama en apuros?

Elvira mira descaradamente a la recién llegada de arriba a abajo. Con un exagerado contoneo de caderas, avanza un par de pasos hacia ella y se reajusta el escote para que resulte más evidete.

-¿No aceptarías la ayuda de otra dama?

Hummm...

Yo no tengo problemas en ese aspecto mientras que sepa como hacerme disfrutar placenteramente de un buen... baño de sol.

Es más, si quieres acompañarme tengo más toallas y más bikinis, posiblemente de arriba te queden escuetos o muy escuetos, pero si no tienes mucho pudor!!!

Maria dice esto mientras juguetea con su dedo en la boca

El jefe de la mafia sonrió cuando escuchó a la señora Castillo y asintió a sus palabras.

- En efecto, buscaba un poco de tranquilidad. La gente estaba empezando a acusarse sin fundamentos y eso me empezaba a molestarme... No quiero hacer oídos sordos a la petición del señor Poe de encontrar al posible asesino pero no voy a avisar sin fundamentos, solo por raza, género, religión o ideología política. De momento esperaré a ver cómo se suceden los acontecimientos, los culpables siempre acaban cometiendo un error...

Después respondió al doctor Jones.

- No tenía relación con la señora Pastelito. Sabía que era una mujer excéntrica y muy patriota pornlos medios y alguna revista, pero poco más. ¿Y ustedes? Terminó preguntando al ver que más gente acudía al lugar.

Su mirada volvió a perderse en el cuerpazo de María y sintió la calentura en su cuerpo. Cuando esta pidió si alguien se ofrecía a ponerleprotector solar en la espalda dudó por unos momentos, tiempo suficiente para que Elvira se le adelantase. No obstante, no le pareció mal tumbarse sobre una toalla y tomar el sol como solía hacer en su tiempo libre. Aún tenía el vodka-martini ennlas manos y por qué no disfrutarlo en compañía de preciosidades. Con parsimonía se quitó la chaqueta y camisa dejando a la vista sus increíbles tatuajes de capo de la mafia. Cualquier entendido sabría que eran únicos, que le identificaban, marcaban a dónde pertenecía y que rango ostentaba. 

- Si no le importa, tomaré de su protector solar. Olvidé el mío en casa...

Estoy deacuerdo con usted, sin mas informacion es dificil votar pues podemos condenar a un inocente - le dije a Yoshitoko antes de que se fuera con las dos despampanantes mujeres a tomar el sol, asi que me gire hacia el doctor para hablar con el- No conozco a nadie, bueno...al presidente si, ya sabe por eso de que es famoso, pero no he tenido el placer de hablar con el hasta el dia de hoy, ni con nadie mas - No entendia como podian estar tan tranquilos tomando el sol con uno o varios asesinos sueltos por la casa.

Podía agradecer a las circunstancias que al final fue la elegante dama quien permaneció hablando conmigo pues el japones, a quien sus tatuajes relacionaban con la mafia, no perdió momento para distraerse con la escena protagonizada por las mujeres más jóvenes pero menos... discretas.

-En realidad dudo que le resulte placentero hablar con ese individuo, señora Castillo. No había critica en mi voz, sólo la seguridad de quien ha vivido lo suficiente para conocer a hombres él. -Y ciertamente encuentro llamativo la tranquilidad de algunos, aunque considerando las afiliaciones del caballero tatuado, tal vez sean los asesinos quienes deban sentirse intranquilos. Sin duda un Yakuza sabe defenderse..

Maria mira al hombre oriental y le dice

Hola, no recuerdo tu nombre, yo soy Maria Unasga Yolas, de profesión disfrutar de los placeres de la vida.

Si quieres crema, y tomar el solecito con nosotras... arrimate que no mordemos aún.

Por cierto que de dibujitos llevas en la piel, parece un comic, me la enseñas? la espalda claro!!! tendrán algun significado no?

Dice esto mientras sigue acariciando la piel de la señorita de pechos turgentes con sus manos untadas en bronceador solar, sin dejar un recoveco de su anatomia donde pasar sus manos delicadamente mientras le masajea.

-No se preocupe por el bikini, vengo preparada, aunque sí me gustaría un poco de esa cremita suya.

Elvira se quita su vestido dejándolo caer al suelo y mostrando un sugerente bañador debajo de él.

Elvira se dirige a la toalla junto a la señorita del bikini y, mientras esta le unta crema, aprovecha para presentarse al resto.

-Por cierto, me llamo Elvira, creo que no tenemos el placer -añade con un guiño de ojo.

Cuando siente que María termina de echarle protector solar, se vuelve hacia ella y le hace un gesto con las manos para que se gire y ser ahora ella quien le ponga la crema a su compañera.

-Lo cierto es que se nos acaba el tiempo para emitir un voto y es muy probable que hoy nos equivoquemos -habla mientras recorre el cuerpo de la rubia con manos expertas -No sé ustedes, pero yo no tengo en qué basarme y para hacer caso a la petición del señor Poe tendría que dar un nombre al azar.