Partida Rol por web

London by Night: Crimson Nights

[Prólogo] Embers (Jackson Moore, Maggie Smith, Mortimer Vane, Constance Gallagher, Morgana Clay)

Cargando editor
18/11/2019, 23:48
Maggie Smith
Sólo para el director

Observando los surcos que las cicatrices habían dejado en sus piernas, como caminos de un mapa topográfico del dolor sufrido, sentía que algo se le escapaba. Sus células grises adormecidas por todos los medicamentos, sedantes y el dolor del tratamiento, trataban de despertar, de decirle algo importante. Las últimas semanas la habían mantenido alejada de la realidad, su mente dormida, anulada. Eso era, había estado anulada, privada de su razonamiento lógico. Entonces ¿que era lo que no veía?

Cubriendo sus piernas desvió la mirada por el cielorraso y luego por los muebles del despacho, con una ira creciente en su interior que la hacía arder como lo había hecho su carne bajo las abrasadoras llamas. Maldita fuera su estampa, no era capaz de unir el punto a con el punto c sin pasar por b, necesitaba la maldita b para comprender que había sucedido.

Muestra utilidad cuando baje la espada”

Los marcados no tenéis cabida en el mundo al que abrís los ojos”

No hay segundas oportunidades. Actúa, no dejes pasar el momento”

La escalofriante voz de sus pesadillas volvía una y otra vez a ella, junto con sus extrañas palabras. Si no fuera porque se negaba a creer semejante sandez, juraría que alguien había estado jugando con sus cabeza.

No hay segundas oportunidades. Repitió con su voz de pensamientos. Había perdido por completo el norte, se había acomodado a la vida que el Doctor Ragostin le había proporcionado a la señorita Maggie Smith hasta el punto de delegar la desaparición de su madre a un segundo plano y ahora...ahora su hermano acabaría por encerrarla en un convento o algo peor. Se vería privada de su privilegiada libertad para dirigir su vida como se le antojara, no sabía cuando, ni como pero estaba convencida de ello.

¿Que le podía deparar el destino ahora? Sí, podía recurrir a Vane, hasta pedirle que se casara con ella para liberarla del yugo de su hermano Mycrofto, claro que no podía privarlo a él de su libertada para ganar la suya. Algún día desearía tener una esposa de verdad, una mujer a la que amase y con la que formar una familia. No a ella. No, no podía hacerle eso a Mortimer.

Esos amargos pensamientos la estaba, no solo frustrando, si no también apartando del verdadero problema. Algo estaba mal. Alguien estaba jugando con ella, si no lo había su propia mente deteriorada por la inactividad.

La desaparición de la señorita Meadow sin dejar rastro alguno era algo que la preocupaba sobre manera, sobre todo porque no habían logrado dar con su paradero, ni obtenido pista alguna sobre ella. La había jurado proteger de todo mal y ella, puff, desaparecía sin más. Luego estaban los atroces y sanguinarios asesinatos que se sucedían sin poder obtener pista alguna sobre el demente que estaba sacrificando a las prostitutas de Whitechapel.

Su madre siempre se lo decía, no había que mirar solo el juego, había que mirar al rival. Pues el rival podría ser más peligroso de lo que parecía y en este caso esa afirmación estaba más que justificada pero ¿seguía siendo Jack el destripador asunto de ella? Lo era la desaparición de Alice Meadow, sin duda, así como su seguridad pero siendo una lisiada como era ella ahora ¿que posibilidades tenía contra el carnicero de Whitechapel?

Cargando editor
18/11/2019, 02:26
Mortimer Vane

Ya en el carruaje el Doctor Vane escuchó con atención la opinión del agente, asintiendo con aire pensativo en un par de momentos, pero dejándolo hablar hasta el final. Cuando terminó se dio un par de toquecitos en la nariz antes de empezar a hablar.

Desde luego sabe manejar un cuchillo —valoró, recordando el informe del forense—. Un profesor... podría ser, sí. No me parece nada descabellado. ¿Y un carnicero tal vez? 

Se quedó pensativo apenas un instante y regresó a lo que había dicho Moore un momento atrás.

Podría tratarse de su madre. La psique humana está llena de entresijos y en muchas ocasiones parece dar vueltas en círculos volviendo a los orígenes. Sí... podría ser su madre. Su hermana, tal vez. O quizás un amor no correspondido. Diría que hay también un factor sexual. Una represión liberándose a través de las heridas. 

Resopló entre dientes, el abanico era aún demasiado grande como para centrarse en una única hipótesis. Por otro lado estaban llegando al despacho en el que trabajaba Maggie, esperaba que tuvieran tiempo después para continuar poniendo ideas en común. Moore le parecía un hombre despierto y su modo de pensar estimulaba el de él. 

Es una lástima que la señorita Meadows se marchase antes de que pudiera volver a hablar con ella —comentó entonces, aquel era un hecho que había lamentado en varias ocasiones desde que había dejado el hospital—. Tengo la sensación de que esa mujer podía tener alguna de las claves que buscamos. Mire, ya hemos llegado.

Cargando editor
19/11/2019, 02:04
Mortimer Vane

Mortimer se bajó del carruaje junto al agente Moore y ambos se encaminaron hacia el despacho del Doctor Ragostin. Si era sincero consigo mismo debía reconocer que la conversación con el agente le estaba resultando estimulante, pero las ganas de ver a Maggie por fin liberada de la prisión del hospital eran mayores y el doctor subió los escalones con brío hasta llegar ante la puerta del despacho.

Se quitó el sombrero y lo sostuvo con la misma mano que sujetaba su maletín profesional. Con la otra llamó a la puerta y esperó con cierta impaciencia a que se abriese para ellos. 

Cargando editor
19/11/2019, 18:49
Jackson Moore

Carnicero...

Carnicero fue una palabra que me acompañó durante todo el camino hasta la oficina de la señorita Smith. No lo había pensado, a decir verdad. No veía en un carnicero a alguien con tanta meticulosidad o conocimiento de anatomía humana como la esgrimida en los primeros asesinatos, aunque dado el estado en que dejó a la antepenúltima víctima, Annie Chapman, un matarife sin duda sería el sospechoso adecuado. 

Maldecía para mis adentros las pocas pistas con las que contábamos, y mi incapacidad para conseguir esclarecer nada sobre el caso. Por suerte, la idea de ver a Maggie de una pieza y fuera del hospital hizo que me brotase una sincera sonrisa, algo que no ocurría demasiado últimamente.

Al ver que el doctor se quitaba el sombrero a modo de cortesía hice lo propio, manteniéndolo sujeto por mi mano zurda, mientras con la diestra daba ligeros toquecitos con el bastón en el suelo, levantándolo ligeramente del firme. Era una forma de tratar de esconder cierto nerviosismo, cuando no toquiteaba el delicado pomo de marfil africano para aplacar su inquietud.

Cargando editor
20/11/2019, 23:56
Maggie Smith

Su pequeña sumersión introspectiva se vio interrumpida por el inesperado golpeteo sobre la madera de la puerta principal de la oficina, el anunció de una visita inesperada que hizo se cubriera las maltrechas piernas apresuradamente. Tras el sobresalto inicial acomodo su ropa adecuadamente para dirigiéndose a la recepción de la oficina, el lugar al que pertenecía Maggie Smith en aquel teatro de la imaginación que también ser creía manejar. Se detuvo frente al umbral del despacho, observando las siluetas de quienes, por la envergadura y silueta se trataba de dos hombres. Cerró los ojos un instante y expulso el aire por la nariz con resignación antes de girar correr los cerrojos y abrir la puerta no más que el espacio necesario para poder mirar al exterior.

-Lamento comunicarles que estamos cerrados caballeros el Doctor Ragostin no se encuentra disponi...- comenzó apresurada pero educada para librarse de sus visitas hasta que alzó la mirada encontrándose con el Doctor Vane – Morti...- escapo sus labios entreabiertos percatándose entonces de la presencia del agente a su espalda, corrigiendo inmediatamente sus palabras y abriendo las puerta – Doctor Vane, Señor Moore, que inesperada sorpresa...pase por favor – le invitó a pasar dentro con un movimiento de brazo

Una vez los hombres pasaron al interior la joven procedió a cerrar la puerta tras de sí, dando un vistazo al exterior antes de hacerlo.

-pasemos al despacho sin son tan amables, allí estaremos más cómodos – dicho lo cuál ella misma guío el camino

Podía observarse en el caminar de Maggie que algo no estaba del todo bien en ella, para quien conociera a la joven lo suficiente sabía que alejaba de su habitual andar grácil y elegante, ahora este se veía rígido, forzado, como si en cada paso se tuviera que recordar darlo con sumo cuidado.

-¿que les trae por aquí caballeros? - inquirió con una sonrisa liviana al volverse a ellos permaneciendo de pie a la espera que escogieran donde tomar asiento para hacer ella lo mismo

Notas de juego

outfit de Maggie

Cargando editor
23/11/2019, 11:28
Jackson Moore

Maggie nos salió a recibir, y tanto por su expresión de sorpresa como por sus palabras, estaba claro que no nos esperaba. Yo respondí con un gesto de cabeza, arqueando ligeramente el pecho, y con la sonrisa que ya tenía en mi rostro desde antes de que abriese la puerta.

- Señorita Smith... 

Me mantuve en silencio mientras nos dirigíamos al despacho, y una vez allí busqué un sitio para sentarme. Pedí permiso para hacerlo, por aquello de seguir un código de conducta, de forma que todos nos pudiéramos acomodar sin sentirme culpable. Lo cierto es que estaba algo cansado, seguramente por no haber podido dormir bien en bastante tiempo. 

- Si me permite el doctor, empezaré yo. Me encantaría decir que se trata de una visita de cortesía u ocio, Señorita Smith, pero mentiría si así lo hiciera -La expresión de mi rostro, hasta ahora jovial tras el reencuentro, se volvió sombría-. Ha vuelto a actuar, esta vez por partida doble.

Aún no tenía los detalles del caso, pero sólo con la carta ya podía imaginarme que no iba a ser agradable.

- Aunque me retiraron del caso por un tiempo, debido principalmente a la mala fortuna que nos acompañó durante la investigación inicial, me lo han reasignado, y me han vuelto a pedir que reúna un equipo para seguir con ello. 

Busqué en el bolsillo interior de mi abrigo la última carta que recibí. La saqué, agarrándola con cuidado, y se la tendí a la joven.

- He estado recibiendo varias cartas del presunto asesino durante mi hospitalización, y esta es la última, recibida hoy mismo en mi mesa. Desconozco por qué ese demente conoce mi existencia, pero me gustaría que nos ayudases a descubrir el motivo -Esperé con atención a que terminase de leer, y antes de que pudiera decir nada, interrumpí-. Se qué quizá sea pedirle demasiado, que quizá de hecho no debiera hacerlo, y créame cuando le digo que lo que le, les, ocurrió.... En fin... -Suspiré, recordando el angustioso tiempo en el hospital, y lo que Maggie habría tenido que pasar también-. Gran parte fue por mi culpa. No obstante... ¿Querría participar nuevamente en la investigación, Señorita Smith? 

Me mantuve en silencio unos momentos, mientras veía como la joven pensaba todo lo que yo había escupido durante mi perorata.

- Por cierto -Apunté, por último-, ¿El Dr. Ragostin no tendrá por casualidad algún conocido que sepa, aunque no sea lo más ortodoxo, diferenciar si una carta está escrita por el mismo puño y letra que otra? Yo podría ser capaz de sacar algunas conclusiones, pero me temo que podrían no ser acertadas...

 

Carta Titulada: «Saucy Jacky»

«Cuando le pasé el dato no lo hice en clave, querido Jefe, mañana tendrá noticias sobre el trabajo de Saucy Jacky; esta vez un doble evento. La primera de ellas chilló un poco y no pude terminar [a tiempo]. No tuve tiempo de quitarle las orejas para la policía. Gracias por no haber divulgado mi última carta hasta que me puse a trabajar de nuevo.
Jack el Destripador»

Cargando editor
27/11/2019, 01:14
Mortimer Vane

Una pizca de diversión se arremolinó en la comisura derecha de los labios del doctor Vane al escuchar las palabras con que Maggie los despachaba antes de verlos. Casi imperceptible para la mayoría, como muchos de sus gestos, siempre mínimos y comedidos, pero presente para quien fuese lo suficientemente observador como para fijarse en los pequeños detalles. 

Al ver por fin a la joven inclinó la cabeza en un gesto cortés. 

—Señorita Smith, me alegro de verla en pie —saludó, pero a pesar de la formalidad de sus palabras el brillo en su mirada delataba que de verdad se alegraba de su mejoría. 

La siguió hacia el despacho con sus ojos observándola a cada paso. Se fijaba en lo diferente que era su caminar, en la rigidez que parecía acompañar sus movimientos, con cierta deformación profesional que no podía remediar. Aunque tampoco es que lo hubiese intentado en realidad. 

Una vez allí esperó hasta que el agente tomó asiento antes de hacer él lo propio y asintió con la cabeza, permitiendo que fuese él quien explicase los detalles. Mientras lo hacía, su mirada se movía atenta por el entorno, como buscando algo, algo muy concreto. 

Pero cuando Moore se culpó a sí mismo de las vicisitudes que habían sufrido en su primer día de investigación conjunta, estiró una mano para darle unas palmaditas amistosas en el brazo. 

No fue culpa suya, agente. Ninguno podríamos haber previsto lo que pasó. 

Luego dejó que siguiera hablando, poniendo al día a Maggie, y cuando terminó ofreciéndole la carta, se puso en pie. 

—¿Les apetece un té o alguna otra cosa de beber? Creo que sería bueno coger fuerzas. —Hizo un gesto hacia la mujer, como si anticipase que trataría de encargarse ella—. No se levante, señorita Smith, si me indica dónde yo mismo puedo prepararlo. 

- Tiradas (1)
Cargando editor
29/11/2019, 00:33
Maggie Smith

Un gesto de su mano precedido de una mirada de ceja inquisitiva, le indico a Mortimer donde estaba todo lo necesario par ala preparación del té, no pudiendo evitar encontrar cierta diversión en el ofrecimiento altruista de su amigo cuestionándose tras que podría estar. No le había pasado desapercibido la minuciosa inspección a la que había sometido su entorno, quizá él diera con algo que pudiera haber pasado por alto, aunque dudaba que así fuera. Claro que esa hormigueante sensación en la parte trasera de su cabeza de que algo se le escapaba en todo aquel asunto seguía resultando molesta, a lo que no haría ascos a alguna revelación que la satisficiera.

-no se martirice, señor Moore, lo importante es que todos estamos aquí – trato de tranquilizar al policía al tiempo que alargaba su mano para tomar la carta que le tendía.

No cría posible tener entre sus manos un ejemplar original de las cartas del asesino, pero ahí estaba y eso despertó cierto anhelo de una tarea sin acabar.

-¿y dice que las ha estado recibiendo directamente? No la policía...usted – inquirió curiosa, habiendo palidecido ligeramente, aunque su tono actual de piel lo hiciera difícil de apreciar.

Ignoraba si el auto proclamado Jack el Destripador estaría relacionado con lo sucedido en el hogar de Mary Ann Nichols y aquel pasaje oculto pero lo que si tenía claro sobre su implicación en el incidente es que no habría pasado desapercibido y que estando implicado su hermano se habría asegurado de tapara nombres por la posible asociación. Pero estaba visto que aquello no se aplicaba al señor Moore. Por reflejo al pensar en ello la rehabilitación y el dolor brotaron en el cercano recuerdo, aferrando las faldas de su vestido, alzando la vista a su interlocutor.

-tarde o temprano todo nos exponemos a peligros innecesarios, no se culpe por algo que no estaba bajo su control – declaró con sencillez de quien estaba acostumbrada a ocultar sus verdaderos sentimientos o intenciones como escudo.

Medito por un largo silencio hasta que el bueno de Moore volvió a tomar la palabra. ¿Quería que ella participara de nuevo en la investigación? ¿Ella, no Ragostin? Y en ese breve lapso de tiempo se cuestiono si su Moore estaría al tanto, si sería un nuevo instrumento de su hermano para controlarla. Quiso buscar a Mortimer con la mirada pero no quería parecer una niña asustadiza, había compartido con su amigo la visita al hospital de su hermano mayor y el hecho que era plenamente consciente de sus movimientos, por largo tiempo había creído que solo su amigo de la infancia era el único conocedor de su secreto. Ahora todo le parecía estar confuso, no sabiendo que pensar. Debería seguir con su fachada, la de Maggie Smith, ayudante de investigador.

-la caligrafía es fácil de imitar – declaro volviendo a perderse en la carta – pero no así la soltura con la que se escribe y eso se puede apreciar en el trazo, solo habría que comparar las cartas para poder decirle algo más seguro– la resuelta explicación de Maggie parecía muy convincente mientras ojeaba el trozo de papel dándole vueltas, luego deslizando el borde bajo su nariz olfateándolo, comprobando el tacto de este – por otra parte...hay maneras más sencillas de averiguar si es una imitación...como la tinta y el papel usado, nuestro asesino es una persona que denota un gran egocentrismo, que le gusta alimentar con la atención provocada por sus actos

- Tiradas (1)
Cargando editor
29/11/2019, 17:44
Jackson Moore

- Las cartas iban a mi nombre -Respondí, con un claro tono de preocupación por lo que aquello pudiera significar-. Créame, soy el primer sorprendido...

Dada la confianza con Maggie que Mortimer parecía tener, por un breve lapso de tiempo me sentí algo incómodo. No por la situación, sino porque mi relación era, hasta cierto punto, exclusivamente profesional, y parecía claro que el buen doctor tenía cierta afinidad con la joven más allá del ámbito laboral. EN el fondo no quería que ninguno de los dos pensara que sólo quería utilizarlos para conquistar mi fin, aunque realmente eso sería lo más normal dado el motivo de nuestra visita. 

Mis dedos tamborileaban sobre las rodillas, mientras veía como la joven jugueteaba con la carta. Hasta se pudo entrever una ligera sonrisa cuando olfateó la misiva.

- He solicitado que el resto de cartas nos sean enviadas a la barbería que nos han preparado a modo de oficina -Añadí, cuando Maggie terminó de hablar-, así como los informes de las últimas víctimas. Aún no he tenido tiempo de verlos, por lo que, si estáis de acuerdo, podríamos verlos conjuntamente en cuanto hayamos hecho la que considero nuestra última incorporación.

Hice una breve pausa, y arrugué el morro a modo de reprobación de lo que iba a preguntar, pero tenía que hacerlo...

- Al igual que le pregunté al doctor cuando coincidí con él en el hospital, ¿Encontraron algo más en el edificio antes de que... -Nuevamente me asaltó la duda de cómo llamar a este tipo de fatídicas situaciones-... Bueno, antes de que intentasen asesinaros también? Sólo capté el olor salino, los numerosos crucifijos, y poca cosa más que realmente recuerde...

Suspiré. La verdad es que aquello fue un desastre...

Cargando editor
01/12/2019, 03:00
Narrador

Siguiendo la sutil indicación con la que la señorita Smith guía al señor Vane para que preparé el té, no tarda en dar con la tetera y las bolsitas de te con las que preparar la típica bebida. Poner el agua a calentar, en aquella tetera metálica, y preparar las finas tazas de té de porcelana blanca, ribeteada de una fina línea dorada en el borde, base y asa, no le distrajo de buscar el motivo de su altruista ofrecimiento. Buscar el libro que la señorita Gallagher había apuntado, casi un mes atrás, en la habitación del hospital donde coincidieron.

No le costó encontrar un ejemplar de la primera edición del Estudio en Escarlata, de Arthur Conan Doyle. Todo el estudio del señor Ragostin estaba perfectamente recogido, a excepción de una pequeña pila de libros que había quedado sin recoger en el escritorio del investigador. El primer libro, de la fila de cuatro, era el que estaba buscando, y a juzgar por la fina película de polvo que se había posado en la encuadernación, llevaba ahí todo el tiempo que la señorita Smith había estado convaleciente.

Cargando editor
01/12/2019, 03:26
Saucy Jackie

Tu estudio preliminar de la carta y la postal escritas es bastante contundente, han sido escritas por la misma persona. El trazo es prácticamente idéntico, salvando las distancias que un escritor pueda tener en dos escritos diferentes, y su forma y expresión es idéntica. La forma de rematar algunas letras características no te deja lugar a dudas en ese aspecto. Lo que te llama la atención es la temporalidad, quizá no sea nada, o quizá lo signifique todo, pero el matasellos que verifica cuándo fue despachada la carta tiene fecha de hace unas pocas horas. Es decir, está entregada hace poco. Hay más o menos unas 24 horas de diferencia entre los asesinatos y el sellado de la carta, lo que puede significar que haya sido escrita a posteriori de los asesinatos, o que simplemente se retrasó su sellado. No es algo infrecuente por el volumen de trabajo del Royal Mail. 

Este detalle puede ser importante, pues el primer escrito fue una carta y el segundo una simple postal. El olor que percibes al primer momento es a hollín, pero es frecuente escribir cartas y postales a la luz de las velas y acercar el escrito a la llama para ver cómo queda. 

Cargando editor
01/12/2019, 11:49
Narrador

Descubrir que el señor Moore y el señor Vane habían sido apartados de la investigación sobre las prostitutas de Whitechapel fue un poco decepcionante. La posibilidad de usar tu talento para ayudar en su captura, poco a poco, había supuesto un punto de interés ante la promesa de un renovado uso de la fotografía como metodología forense. Pero todo eso se había esfumado, y para colmo, el volumen de trabajo de tu padre se había visto duplicado en apenas unas semanas. Tu días eran lo suficientemente agobiantes como para no poder pensar en la oportunidad perdida, pero las noches eran diferentes. Al menos, la tranquilidad se había apoderado del ambiente familiar, y durante un par de semanas apenas tuviste ningún motivo para preocuparte por lo que te había ocurrido.

Era el día 30 de septiembre, agotada aún por el largo caminar de los días cargada con todos tus artilugios para dar el último recuerdo a los fenecidos, te despiertas desperezándote en la cama, atraída por el olor del delicioso desayuno que está preparando tu madre. Como si tiraran de ti, apenas tapada por una bata que dignifica como puede tu cuerpo adormilado, desciendes a la cocina, siendo recibida por una cálida sonrisa y un café humeante. Al tomar asiento, mientras termina de servir unas tostadas francesas en un plato que te acerca hasta dejarlo a tu alcance, tu madre te dice: 

—Deberías descansar un poco más, hija. —acaricia tu espalda con suavidad—. Apenas puedo ver tus preciosos ojos.

La puerta de casa se abre de golpe, golpeando la pared, emitiendo un sonido sordo que capta vuestra atención, sobresaltandoos. El inspector Reid, ensangrentado, entra en tu casa, cargado con tu padre que no para de quejarse de una herida en el costado derecho que le hace respirar con dificultad. Tu madre no tarda en reaccionar, y asustada se acerca a ayudar al inspector a dejar a tu padre sentado en la silla.

Cargando editor
01/12/2019, 12:55
Edmund Reid

El bombín que suele llevar el inspector cae rodando por el suelo hasta tus pies mientras acomoda, ayudado por tu madre, al señor Gallagher en una de las sillas de la cocina. Una mancha de sangre cubre el costado derecho de su cabeza y parece algo confundido, al ir a apoyarse en la mesa no acierta a apoyar la mano y cae al suelo, quedándose sentado quejándose del golpe. En esa posición comienza a respirar rápidamente, con alguna dificultad. 

Tu madre le mira, pero centra su atención en su marido, al que empieza a buscar alguna herida que no encuentra, con nerviosismo, tratándole de quitar todas las prendas posibles hasta ver su costado amoratado. 

—Estoy bien, mujer. Estoy bien. —confirma tu padre con pesadez y voz contenida—. El inspector ha recibido un golpe... fuerte... ayudadle. Ayudadle.

Tu padre pone las manos en los hombros de tu madre, tratando de calmarla.

Cargando editor
02/12/2019, 00:51
Maggie Smith

-temo que no pueda añadir nada significante que el buen Doctor Vane no haya compartido ya con usted – pronunció un examinando con curiosidad tanto la carta como la postal, alzando finalmente la vista para posarla sobre el señor Moore – tan solo la desaparición de uno de los libros de la estantería como lo más destacable, a parte por supuesto del pasaje que nos llevo a la biblioteca en llamas – negó con amargura al recordar todo aquel conocimiento perdido – lastima...en cambio – se irguió en el sitio con aire suficiente – si puedo decirle que quien escribió estas cartas, casi sin lugar a duda, fue la misma persona. Si se fija – señalo con el dedo distintas partes de las mismas según iba reportando lo que había apreciado en ellas – el trazo es prácticamente el mismo, así como su forma de expresarse...sin embargo me llama la atención la temporalidad en los envíos. A penas veinticuatro horas de diferencia entre los asesinatos y el sellado de la carta – le tendió la carta y la postal indicando en el matasellos la fecha -aunque puede no ser nada, me resulta curioso...así como el aroma a hollín que desprenden

 

Cargando editor
02/12/2019, 04:24
Mortimer Vane

Mortimer dejó que Moore y Maggie continuasen charlando y se puso en pie para seguir el gesto de la joven. De un modo tan meticuloso como sólo un inglés podía hacerlo, preparó la tetera y la puso al fuego. Mientras el agua se calentaba, él siguió con su inspección hasta dar justo con lo que encontraba.

Un brillo triunfal pasó por su mirada cuando tomó con cierta reverencia aquel libro del escritorio. Echó un vistazo rápido a los otros tres que le hacían compañía, pero no tardó en centrarse en el que había cogido entre sus manos.

Pasó un par de dedos por su superficie y luego los frotó un con otro, calibrando la cantidad de polvo que se había acumulado. Después lo abrió y empezó a estudiarlo con cuidado. No sabía qué esperaba encontrar, si es que esperaba algo. Tal vez aquel pálpito quedase al fin en nada. Eso sería decepcionante, pero sin duda entraría dentro de la lógica. Sin embargo, aquel libro había estado robándole los sueños durante un mes y por fin lo tenía en sus manos. 

Cargando editor
03/12/2019, 15:00
Narrador

Hay polvo, pero no en exceso, la poca cantidad de polvo que arrastran tus dedos deja una significativa marca de cambio de color, pero soplándolo se limpiaría casi por completo. No sería un error pensar que el polvo acumulado corresponde al tiempo que lleva la señorita Smith en el hospital sin hacerse cargo de la limpieza del despacho. En apariencia, el libro está muy poco usado, pero al ver el lateral puedes observar que hay dos hojas que se han doblado un poco, como si hubieran sido pasadas muy rápido. Es casi testimonial, pero es lo único que rompe la uniformidad del contorno de las hojas. 

Al ir a comprobar aquellas hojas no ves nada que te parezca sospechoso. No hay marcas, ni hojas arrancadas.

 

Cargando editor
04/12/2019, 20:00
Jackson Moore

Ciertamente no había caído en ninguna de las cuestiones que Maggie puso sobre la mesa, y por eso me alegré de haber venido a verla. No obstante, lejos de mostrarme sonriente, mi semblante continuó serio, afectado por la situación y el cinismo con que el asesino jugaba con nosotros. 

- Hay más cartas en la barbería... -Afirmé entonces con un tono de voz cargado de preocupación, queriendo no sólo remarcar el hecho de que el supuesto asesino me enviara más cartas, sino queriendo apremiar a movernos-. No sé si conoces a la señorita Gallagher, señorita Smith, pero es una fotógrafa que me gustaría que nos ayudase en el caso. Sus aptitudes y conocimientos de fotografía podrían sernos útiles en los escenarios. 

Miré hacia Mortimer, que estaba inmerso en la lectura del libro que había tomado del escritorio, y después volví la mirada hacia Maggie. 

- Siento ser descortés, pero quizá el té deba esperar a otro momento. El tiempo se nos echa encima y... me temo que jugamos contrarreloj. Este individuo, monstruo más bien, no tardará en volver a atacar...

Hice un además de incorporarme, pero una idea que ya había sopesado me vino a la mente, y al final me quedé en el sitio.

- Por cierto, antes de que se me olvide, sería interesante de comprobar si los asesinatos tienen algún patrón. Patrón temporal, quiero decir. Días de la semana u horas del día. Quizá nos pueda dar una pista de su próximo intento, y reforzar la seguridad en la zona.

Sin más dilación, me puse en pie. Desconocía lo que mis nuevos compañeros de infortunios querrían hacer, pero sin duda mi intención era llevarles conmigo. Me atusé la ropa, y aguardé sus respuestas, esperando que aceptaran dejar el té para más adelante. 

Cargando editor
04/12/2019, 22:09
Maggie Smith

-no tengo el placer – respondió con sinceridad ante la mención de la que supondría una nueva incorporación al equipo de peculiares investigadores que el agente estaba formando para la investigación de los asesinatos - ¿acaso debería?

Siguió la mirada de Moore sobre Mortimer sin disimulo alguno, podría no haber prestado la misma atención a su amigo que a él durante su charla, pero no le había pasado desapercibida la maniobra del hombre.

-¿lectura interesante Doctor Vane? - pregunto sin disimulo alguno al ponerse de pie, acercándose con paso calmado a apagar el fuego de la tetera – no se preocupe por el té señor Moore, temo que solo era un galante ofrecimiento del buen Doctor para buscar algo más de su interés – declaró con diversión en la mirada al aproximarse a su amigo – un penique pos sus pensamientos Doctor Vane – se giró antes las siguientes palabras de Moore recapacitando sobre su idea – es una buena ocurrencia señor Moore, una vez juntemos las cartas podremos comprobar si hay algún tipo de correlación entre las cartas o si hay en ella alguna pista que pueda arrojar luz sobre su identidad o intenciones futuras

Cargando editor
05/12/2019, 23:59
Mortimer Vane

Mortimer había estado concentrado en el libro, aunque de fondo seguía más o menos la conversación entre el agente Moore y la señorita Smith. A la tetera una vez puesta al fuego no le había hecho mucho caso, ciertamente, ni tampoco pareció molestarle en absoluto que dejasen el asunto del té para otro momento.

Al notar que Maggie se acercaba a él, apartó la mirada del libro que había estado examinando por fuera y por dentro para mirarla a ella. A la vista de cualquiera que no lo conociese podía parecer que su expresión era tan neutra como acostumbraba. Pero ella, que se fijaba en los detalles y lo conocía desde siempre, podía notar que sus labios se apretaban un poco en un gesto de frustración y que sus dedos se contraían ligeramente al sostener el libro. Maggie sabía a qué se debía esa tensión en sus dedos. Sabía que de estar en la soledad de su despacho sin duda una pajarita de papel estaría empezando a tomar forma en manos del doctor Vane, como solía hacer cuando su mente se ponía a trabajar a toda velocidad.

Ante su pregunta, entrecerró los ojos unos milímetros y los devolvió al libro que tenía en las manos, dejando que ella lo viese también.

Hay algo que ha estado reconcomiéndome desde que estuve aquí la última vez. ¿Recuerda que en la estantería faltaba un libro, había un hueco junto a Estudio en escarlata? —Miró hacia el hombre entonces—. Se lo comenté en el hospital, ¿recuerda, agente? Por cómo estaban ordenados los demás libros tuve claro que el que faltaba era un ejemplar de Arthur Conand Doyle. —Sus ojos regresaron a la joven—. Y entonces recordé que cuando la acompañamos a usted aquí, a ver a la señorita Meadows, ella tenía unos libros en las manos. Uno era este —Tamborileó con los dedos sobre la portada—. Esta primera edición de Estudio en escarlata. ¿Casualidad? Tal vez, señorita Smith, tal vez. —Frunció un poquito la nariz—. Pero tengo la sensación de que hay algo aquí que se me está escapando y eso me molesta sobremanera.

Le ofreció el libro, por si ella también quería examinarlo, y sacó un pañuelo para limpiarse el polvo de los dedos concienzudamente. Mientras lo hacía, agregó algo más.

Y señorita Smith... ¿Recuerda la agenda que encontramos? ¿Aún conserva esa hoja que cogimos o la perdió en alguna de las aventuras que vivimos ese día?

Después su mirada se dirigió a Moore, incluyéndolo para recordarle de qué hablaba. 

—Íbamos a pasar un lápiz por la superficie para ver qué ponía en las marcas de esa libreta, pero con todo lo del incendio no llegamos a hacerlo.

Cargando editor
06/12/2019, 08:24
Jackson Moore

- No, imagino... -Respondí con una afirmación cargada de dudas a la pregunta que Maggie formuló sobre si debía conocer a Constance-. Como he advertido cierta complicidad entre ustedes, y el doctor sí la conoce... En fin... -Tragué saliva. Me consideraba un hombre con educación, pese a que mis formas y etiqueta no siempre fueran las esperadas-. Error mío. Mis disculpas si se sintió incomodada u ofendida por mi pregunta, no era mi intención.

Con cierto nerviosismo, tanto por quizá haber metido la pata con Maggie como por querer ir en busca de Constance cuanto antes, miraba a mis dos compañeros esperando ver quién era el primero en mover ficha. Fue la joven investigadora, apagando la tetera.

No obstante, no sentí esa impaciencia en el momento en que Mortimer comenzó con su relación de hechos. Eran cuestiones que a mí se me habían pasado por alto, pero que parecían tener cierta relación entre sí. Sin embargo, que Meadows tuviera el libro encima quizá simplemente fuera que la víctima se lo había prestado recientemente. No estaba clara su relación directa con el asesinato. No obstante, cuando el doctor se lo ofreció a Maggie, seguí el tomo con la Mirada y luego observé a la joven, tratando de toparme con sus ojos. Era una mirada cómplice, pidiendo posteriormente el libro, aunque sin palabras.

Lo que sí estaba más claro que el motivo de que Meadows tuviera el tomo era el tema de la nota que encontraron. Sería una grata sorpresa que la hoja aún se conservara.

- ¿Consiguió salvarse esa hoja, señorita Smith? -Metí la mano en el interior del bolsillo interior de mi abrigo, y saqué un par de lapiceros de forma prematura, no teniendo todas conmigo de que fuéramos realmente a necesitarlos tras lo ocurrido en la hospedería.