Partida Rol por web

En el camarote

Diego te escucha con una expresión neutra, pensativa pero sin lugar a dudas, te escucha con respeto:

-Vale, ahora lo comprendo mejor.- dice después, se acomoda en una caja que usa de asiento y se prepara una pipa de tabaco- Eres joven y aún no lo sabes, pero todo en esta vida se basa en equilibrio. Uno no puede huir siempre de lo que le es incómodo. Y uno no puede estar siempre metido en líos para demostrar nada. Recuerda que a quien hierro mata, a hierro muere y ese chico, tu socio Gorka...no puedes dejarle solo ¿lo sabes no? Él te necesita mucho más que tu a él.- habla con convicción, te sorprende que para ser un tipo que se pasa el día metido en la bodega, parece entender mucho de personas. Tal vez por eso siempre estaba en la bodega.- Deberías intentar estar en paz contigo misma, Ruby la Sirena, esta vida es breve, demasiado como para buscar precipitar su final. ¿Te gusta el aroma de la sangre? Muy bien...probablemente el tipo que mató a tu madre también disfrutó haciéndolo...si no encuentras tu equilibrio, acabarás como esas personas cuyo único aliciente en la vida es derramar sangre.- reflexiona y te mira a los ojos mientras lo hace, no está ausente, observa tus reacciones.- Y de repente un día la vida se acaba...y todo pasa delante de tus ojos. Y sólo verás sangre. Te puedo asegurar que eso es aterrador.

En el camarote

En ese momento, antes de que la sirena pueda responder, un tambaleante Ronald ha descendido por las escaleras desde la cubierta e irrumpe el camarote. La estampa que allí se le presenta al medio hombre no es muy halagüeña; Filippo está tumbado en el suelo, dormita con mala cara contra una pared del barco, Nina esta en su hamaca, su aspecto no es tan terrible, al menos parecía que no llovía sobre mojado, no se le notaba la tonalidad amarillenta que otros compañeros tenían. 

No muy lejos, Diego estaba sentado en una caja al lado de la hamaca de Ruby, que estaba despierta, aunque tenía una pinta mala, sudorosa y con un color de piel nada saludable. El rubio fumaba tabaco en una pipa y se queda mirando al medio hombre sin decir nada.

En la cubierta

Tras su respuesta al contramaestre, Ron sale de la cubierta y se pierde en su camino escaleras abajo.

En la cubierta

-¡Aaaaaja!- celebra Velasco, baja de la cubierta a grandes zancadas y se reune con Gorka palmeándole fuertemente el hombro- Sabía que tu eres de los míos, Cuchillo, malandrín...-le dice, riendo- Tu sabes apreciar una buena moza. Cuando lleguemos a puerto tu y yo nos vamos a probar a todas las furcias del puerto...pero nos faltan muchas jornadas para eso...- se lamenta luego guiñando un ojo- Pero si nos organizamos follamos todos eh...hay...cinco coños a bordo.- se ríe y palmea la barandilla del barco. Sigue con sus bromas mirando por la cubierta y buscando la complicidad de los demás.

-Alegra esa cara Jesse, ¿sabes que a falta de Uxía y Maritzia, ahora tu eres el puto amo de la cubierta? ¿Porqué no mandas a Jenny que vuelva a subir por el palo mayor y ahora ves ese culito que tiene?-sonríe socarrón ¿iba en serio?

En el camarote de Uxía.

La capitana se remueve, entrecierra los ojos ante tu última pregunta. Ladea la cabeza y lanza un largo suspiro:

-¿Quanto diniero pagaste por arregla esse asumto?- la capitana abre un pequeño cofre que tiene en su escritorio, coge un puñado de monedas, las ordena como si fueran fichas de póker y te pone dos pequeñas montañas delante de ti. Había quince monedas de reluciente oro sobre la mesa. 

-Eu esstoy boa, Maritza. Tam sólo un vahido...eu creo que bebí moito.- es mentira, lo tienes claro, Uxía no resulta creíble pero ni siquiera lo entiende, su sonrisa está desprovista de emociones. Saca otras cinco monedas de oro del cofre y las deja junto a las otras dos columnas.- Essa é...a única verdad...¿de acordo, Maritza?- era un soborno. Tu silencio por veinte monedas de oro...¿lo aceptarás?

En el camarote

Ruby intentaba mantenerse despierta y para ello estaba charlando con Diego pero en cuanto Ronald llegó cortó la conversación momentáneamente, siendo consciente entonces de que sus ojos se cerraban de nuevo.

Negó con la cabeza mientras hacia el esfuerzo de volver a abrirlos.

- Ese noble cabrón también está muerto... Lo maté con mis propias manos, observando como desangraba hasta morir... Luego tuvieron que pagarle a Gorka para que me sacara de allí y desde entonces he estado con él.. 

Se encogió de hombros ante sus palabras.

- No le temo a la muerte, cuando llegué llegará. Y Gorka rehará su vida, después de todo él y yo solamente somos amigos con encuentros sexuales ocasionales. Yo solamente pertenezco al mar... 

Miró a Ronald.

- No tienes buena cara Ronald... Bienvenido al club... 

Pues yo no soy uno de los que mejor vista tiene. Más bien al revés. Así que estoy pensando en bajar cuándo soy abordado por Velasco. Sus palabras me hacen reír mientras afirmo. Siempre que la sirena no me deje seco añado.

Luego miro con toda la intención a Jesse y de reojo a Jenny. ¿No decías que era mejor que alguien con buena vista oteara el horizonte para comprobar que no hubiera más fenómenos climáticos? Pues esa podría ser perfectamente Jenny.

- Vaya niña, si que te las gastas, los hermanos no se cuanto si que eligieron mal su presa. - dijo mientras se acercaba - Y no te preocupes por mi, seguro que la paso la mitad de mal, lo pero me pasará por encima. - a pesar de sus palabras y el intento de risa que intentó, resultaba claro que la estaba pasando mal.

- Oye Diego, tenemos que ver cuanta medicina queda y decidir quienes recibirán una dosis, el criterio debería ser recuperar a aquellos que puedan ayudar en las tareas del barco, especialmente ahora que nos quedamos sin bauprés, y eso me descarta, ni en mi mejor momento puedo igualarme a un marinero regular físicamente.

-Búscate un saltimbanqui para subir ahí arriba. Mi trabajo está en la bodega - 

En el camarote

El rubio baja la cabeza al recibir la instrucción de Ron y suspira como si el peso del barco se le viniera encima:

-¿Debemos decidir quién vive y quien muere? ¿Eso quiere Uxía...? Qué fácil para ella...- comenta con un chasquido de la lengua. No espera respuesta y se levanta para abandonar el camarote, va a la bodega y regresa pronto con un baúl pequeño.

-Hay medicinas para...cuatro tripulantes. Y Nina seguro que muere si no continuo tratando su infección.- alza la vista hacia el enano como desafiándole a que le lleve la contraria.- Ruby está peor y sabe navegar, la necesitamos y también a Filippo. Después de eso...elige tu, medio hombre...si tú te descartas...Maritzia o Mihail.

Conforme iba hablando, Diego separaba "paquetitos" pequeños dentro de la caja, a la manera de un ábaco, según iba diciendo los nombres para "asignar" a cada nombre su tratamiento. Finalmente se queda con uno en la mano, manoseándolo incómodo por la disyuntiva.

Podías elegir a uno de ellos dos, o tal vez elegirte a ti mismo...o podrías discutir el asunto más rato con Diego, reordenando los paquetes y repartiéndolos de otra manera...nada que él dijera resultaría tajante pero debíais decidirlo.

En la cubierta

A Velasco se le borra la sonrisa de la cara ante la nueva negativa de Jenny y niega con la cabeza al tiempo que se gira para escupir al mar.

-Eso, baja a la bodega con los enfermos a ver si pilla tu también la tiña ¿y luego qué? Que poca consideración tienes por tus camaradas...sólo era una broma mujer, no te lo tomes así ¿verdad Gorka? Solo una tontería ya sabes lo que dicen de los españoles. Llevamos el fuego en la sangre, tenía entendido que a las mujeres eso os gustaba.- en ningún momento su tono ha dejado de ser socarrón y burlón, sus maneras chulescas denotaban una seguridad en sí mismo que llegaba a la arrogancia.

-Estás muy callado, ojos dorados, tienes mala aspecto igual deberías bajar a la bodega, dudo que puedas vomitar nada más, ya echaste hasta la leche materna.- comenta luego tras barrer la cubierta con la mirada y tropezarse con Smith, casi había olvidado que estaba allí.

En el camarote de Uxía.

La portuguesa frunce el ceño ante tu negativa. Parece incluso molesta por ello:

-Pode vai a inferno Marie du Motier...no é meu problema, ela sabía que cualquier homme o mulher que se queda atrás, se queda atrás. É el código.- afirma con rotundidad.

-Eu no ofesco dinhero mais que uma ves, Maritzia. - abre el cofre de nuevo y lo gira para que veas su contenido, estaba repleto de monedas de oro hasta arriba- Nostras necesidades no son el oro, gitana, eu me cuido boa de esso.- vuelve a girar la caja y la cierra dejándola en su sitio, en un lado del escritorio.- Oro no da de comer, no en o mar pero mantiene as bocas serradas y compra a lealtad de a xente. Si voce no asepta o dinero, no puedo confiar em ti.- clara, directa, casi parecía una orden. Y era muy difícil resistir su voluntad. Parecía que no había mucho más tema del que hablar con ella si no pasabas por su aro...aunque tal vez prefirieras aferrarte a algún principio.

Miró a ambos hombres hablando.

- Maritza y Mihail tienen mayor importancia y valor que yo. Uno posee conocimientos de primeros auxilios y parece que no es tan malo con las armas de fuego y Maritza es parte importante y antigua de la tripulación. Incluso tu, Diego, eres más importante que una joven como yo. 

Ron miró a la joven y negó con la cabeza - No se trata de que mueran, estamos cerca de una isla que sirve de depósito a la Hermandad, los que no tomemos la medicina sólo tendremos que aguantar y quejarnos un rato más. - escuchó la propuesta de Diego y asintió con respecto a Nina, si había infección había que tratarla. Sin embargo no estuvo de acuerdo con ltodo

- Cuatro dosis, y una de ellas tiene que ir si o si al tratamiento de alguien que no ayudará en las tareas abordo, confío en tu criterio y acuerdo en que tratar a Nina es importante si la alternativa es que muera. - tocó la segunda dosis - Filippo conoce el barco y a la capitana, y es el mejor timonel abordo, de acuerdo con él - señaló la tercera - En esta, no estamos de acuerdo - miró a Ruby y le sorió apagadamente, quizá a modo de disculpa - Su herida no reviste gravedad, pero aún así la limita, y antes que a ella recuperaría a Maritza, lo que deja la cuarta dosis para Mijail. - los miró a ambos, como si esperara un retruque, aunque Ruby misma había dicho que prefería que fuera otro el que fuera tratado.

- El resto, por lo que pude ver, no está tan mal, os he visto caminar sin temblequeos, y eso sólo nos deja fuera de juego a Ruby, a Nina y a mi - le guiñó un ojo a la Sirena - Menudo trío haríamos en otras circunstancias - dijo, no quedando claro a que tipo de trío se refería, y luego palmeó la pierna de Diego. - Supongo que no te gusta, pero sabes que es lo mejor para el barco.

Niega con la cabeza.

-La sirena ya puede mover el brazo y entiende más que Mihail de velas y aparejos. Incluso puede ocuparse del timón.-le corrige y mira a Ruby- ¿No notas que estás mejor del hombro? Si tomara su tratamiento podría estar recuperada del todo sin molestia alguna. Yo estoy bien monada, no te preocupes, solo necesito dormir bien.