Partida Rol por web

En la cubierta

En compañía de A Costa y del finado Mihail envuelto en una gruesa tela, Gorka sube a la cubierta y allí se encuentra a Velasco bregando con los aparejos siguiendo las instrucciones de Filippo que se haya en el timón y en la proa alcanzáis a ver a la capitana, con un pie levantado y apoyado en la baranda mirando al horizonte.

Un horizonte muy cercano por cierto porque, cuando Gorka se fija se da cuenta de que avanzáis hacia una isla, uno de esos peñascos con playa dejados de la mano de Dios en los que los marineros naufragados encontraban su fin...casi siempre, al menos. Una columna de humo se alza en el cielo despejado y si el vasco entrecierra mucho los ojos puede ver lo mismo que Uxía. Una figura pequeña y minúscula que salta y brinca en la playa agitando los brazos para llamar vuestra atención.

En la cubierta

-Ya poco puedes hacer por él, marinero, los vivos te necesitamos más.- le llega a Gorka la atronadora voz del timonel quien señala a las velas- Tenemos que perder velocidad y hacer encallar la nave. Diego, prepárate junto al ancla, ya sabes qué hacer.

En la bodega

Una gitana, una caribeña y un irlandés contra un ejército de ratas. Parecíais un puto chiste; desde luego esta no era una historia que fuerais a contar a vuestros nietos.

En cuanto penetráis en la sala oís los chillidos y sentís las miradas de los ojillos malvados observándoos desde la oscuridad, casi los sentís pisar cuando se mueven en pequeñas (o no tanto) oleadas. Sentis algo caer, una de las tablas que estaba apoyada contra el casco cae al suelo, aparentemente sola. Pero vosotros no creéis en fantasmas...esas mierdas escurridizas os iban a llevar un buen rato.

En el camarote

La ex monja y el medio hombre os quedáis a solas mientras todos se reparten por el barco, no dejáis de observar con recelo la puerta temiendo que alguna de esas bestias devoradoras entrase y se comiera al pequeño Ron para almorzar. Si el tamaño era como había sugerido Velasco, desde luego que entre dos podrían hacerlo.

En la bodega

Ruby miraba a todos lados y aunque las escuchaba e incluso había logrado esquivar la tabla no parecía ser capaz de notar dónde estaban aquellas alimañas.

- ¿Dónde demonios se han metido? ¡Joder! No veo a ninguna... ¿Alguien las ve?

Había desenvainado su espada, dispuesta a atravesarlas e incluso convertirlas en pinchitos... 

Llego a la cubierta y, cuando veo a Velasco, estoy a punto de saltar sobre él. Pero la presencia de la capitana y la necesidad de detener el barco antes de estropearlo más me hace pararme.

Sin embargo lo que no evita es una mirada de odio dirigida hacia el otro español. Tú y yo vamos a tener que hablar muy serio luego, "valiente".

Me preparo para seguir las órdenes del timonel, y de la capitana si da alguna

En la bodega

Maritza estaba ahi con un palo que habia recogido antes de meterse en la bodega. Pronto se adelanto para buscar en otro lado que ya quienes le acompañaban no habian ido. "Nada de piedad. La unica rata buena es una rata muerta." dijo la gitana por si alguno tuviera amor por los animales.

Empezo a revolver cosas y sacarlos a los costados pero no terminaba de encontrarlas. "Como puede ser que ni una encuentre?" se pregunto a ella misma pero en voz alta.

Ron observó a sus compañeros partir, a todos menos a la hermana Genevieve. - Parece que... os toca la... mejor tarea... del barco - dijo sonriendo - Prometo... no correr... demasiado.

En la bodega

Con la espada en mano, el siguió a las mujeres que iban adelante de el, pese a la penumbra, se podia ver bien en la medida de lo posible.

Son ratas, es obvio que no tendré piedad con esas sabandijas.

Una especial atención al detalle le permitía observar con mejor atención el entorno y ver donde estaba la plaga.

Tranquilas, les aviso cuándo vea a las ratas.

Les respondió a ambas, ya que el si podía indicarles dónde se encontraban esa alimañas.

-Que queréis que os diga.. Tampoco irías muy lejos con esas piernas.. No corres más que una bala de mosquete- Le acerco la taza de nuevo. -aprovecha tu tiempo.. ¿Quieres que recemos juntos? Jajajaja-

- ¡Maldita sea! ¡¿Dónde están esas desgraciadas?! Si alguien ve alguna que me diga dónde golpear con mi arma... 

En la bodega

"Ahi?" pregunto al irlandez y sin dudarlo pico con su palo. Yendo con fuerza escuchando ese chillido de anguastia de la rata, entonces solo apoyo todo su cuerto en el palo hasta que la rata callo por siempre. "Una menos. Señalame a otra que vez grandote."

Ruby, un paso frente a ti y da un cuarto de vuelta a tu izquierda, Maritza, dos pasos a tu derecha.

En cuanto a el, liquidó a otra de las ratas despues de ella.

Bien, otra menos.

Ruby asintió a las palabras de Jesse con una amplia sonrisa y giró sobre ella misma para ensartar con su arma a una de aquellas sucias alimañas. 

- Rezar... - rió y tosió a un tiempo, y luego tomó un trago para calmar la sed y el acceso de tos - No gra... cias, a menos... que sean re... zos profanos.

En la bodega

Con un poco de coordinación y un mucho de buena suerte habíais conseguido acabar con nada más y nada menos que tres de esas bichas, pero aún quedaban más muchas más, estaban furiosas por la muerte de sus camaradas y al menos, habían dejado de comerse vuestras provisiones. Ahora estaban centradas en escapar pero...¿se lo vais a permitir?

En la cubierta

Dirigís correctamente el barco rumbo a la playa, filippo debía conocer bien esta playa pues daba toques muy ligeros al timón corrigiendo por centímetros la dirección, sin duda estaba esquivando corales o piedras del lecho marino. El barco se mueve a poca velocidad pero aún así recibís el aviso.

- ¡Agarraos a algo!- manda Uxía desde la proa, no alza mucho la voz porque los que sufrís riesgo de caer por la borda sois los de cubierta.

-¡Diego!- exclama el timonel y entonces el rubio libera la cuña que mantiene la manivela del ancla trabada y la soga se liberda cayendo de golpe. 

Al hacerlo el barco zozobra bruscamente y por suerte Gorka y Velasco habían hecho oido de la advertencia y habian echado el brazo sobre un obenque. Aún así, la sacudida es importante pero no tanto como para que De Castro deje pasar tus palabras.

-¿Qué? ¿Qué te pica, Gorka? -dice con cara de pocos amigos el artillero frunciendo el ceño mientras la nave continuaba avanzando unos metros más, arrastrando el timón por el fondo hasta que perdéis toda la inercia y una nueva sacudida os anuncia que finalmente habéis encallado.

En el camarote

Mientras se suceden los gritos, avisos y golpes en la bodega, Jenny y Ron hacen lo posible para que el segundo no se duerma, bromean y ríen de chistes sin gracia, tal vez intentando no pensar en la muerte del camarada y sobretodo en que el mismo destino podía sufrir Ron o Nina, cuyo aspecto, por cierto, había empeorado ligeramente al no recibir desinfectantes en condiciones ya en el día de hoy. Por un lado casi mejor, porque no deliraba, pero por otro casi os obligaba a mirar de vez en cuando en aquella dirección para comprobar que seguía respirando.

Entonces una violenta sacudida os saca de vuestros pensamientos, todo el barco zozobra en aparente descontrol y la parte de proa cruje por la zona del timón y casi pensáis que el barco se va a partir en dos.

Sin embargo nada de eso ocurre y notáis como habéis perdido velocidad rápidamente hasta que al final el Dañino se detiene con un ruido de arrastre y una nueva sacudida que anunciaba la perdida total de movimiento. Ahora ya no sentíais el mar moverse, el barco estaba muy quieto. Era como si os hubierais posado en arena de playa.