Partida Rol por web

En la cabeza de Marco se suceden pensamientos de lo más sombríos.

Primero, por el problema que le ocupa. No sabe qué puede haber sucedido, pero lo que sabe no le gusta. ¿Por qué demonios una superviviente desconfiada como Hallie iba a salir de la Academia sin avisar a nadie, guiada por un desconocido, a una empresa dudosa como el rescate de su novio de manos de la tal Savannah, y pedirle ayuda a él, de toda la maldita academia? Si lo piensa un poco, no tiene ni pies ni cabeza nada de lo sucedido.

La propia nota es muy reveladora para ser tan escueta. "Savannah tiene a Deacon" y la tal Savannah era, según Hallie, la que podría haber delatado la comunidad de mutantes a Panoptes, o como se llamen. Lo que no suena a "Savannah ha rescatado a Deacon" ni tampoco que "Deacon está con Savannah" como si hubieran escapado juntos. Mas bien suena a dos posibilidades interesantes: Savannah trabaja ahora (o desde el principio) para Panoptes y lo tiene bajo su poder o algo así, o bien Savannah ha arrebatado a Deacon a Panoptes pero lo retiene, quizás contra su voluntad.

El segundo punto no es menos misterioso. "Alguien sabe cómo llevarme con ellos". ¿Cómo demonios "alguien"? ¿Hallie intentando encubrir a su confidente? Puede ser. ¿No sabe quien es? Bueno, eso fijo, no conoce a nadie. ¿Tampoco se lo ha dicho? Pudiera ser, porque no ha puesto nombres. Y luego, sumando el dato de que ese tipo se le juntó a Hallie después de que ella abandonara la finca, y no salieron juntos, que le hace pensar que, o bien Hallie no quería ser vista con ese tipo, o al revés, el tipo no quería que le vieran con ella. O directamente, que no quería que le vieran a él. No le cuesta encajar una pieza: cuando subió al cuarto, estaba todo menos Hallie y su guitarra, y cuando subió estaba la nota. Luego Hallie salió a tocar por alguna parte, y conoció a ese "alguien" y le dijo... lo más inverosímil. ¿Qué demonios sabía ese "alguien" y por qué no se lo dijo a Abbot, sino a Hallie?

Es ese punto el que le hace sospechar que el asunto no es un rescate, ¿un rescate clandestino planeado por alumnos sin conocimiento de Abbot? Ni de coña, esto no es Harry Potter ni Hallie es Hermione. Bueno, a veces si, que cuando quiere es una listilla. Sonríe levemente, pero le dura poco. La gravedad del asunto es seria. Si no es eso, ¿qué es? Pues el siguiente patrón que encaja es la extracción de un activo mediante captación. Un rapto por la fuerza no encaja, dado que salió por su propio pie. Tampoco encaja un control mental o alguna treta semejante, dado que dejó la nota. Y además, Hallie desconfiaba de todo, porque dejó la nota y se llevó sus armas. Curiosamente, el cuchillo de supervivencia era específicamente para regalárselo a ella, qué cosas. Lo siguiente que encaja, es un operativo... externo, enemigo, infiltrado, o jugando a dos bandas... manipulándola para que tome una decisión precipitada y ella sola salga del recinto, para ponerse al alcance de un enemigo mejor preparado para raptarla. Podría ser todo falso, un simple anzuelo que pica como un pescadito novato. El uso de los hombres de Savannah y Deacon en el mensaje apuntan sobre todo en esa dirección, igual que ese "no puedo quedare aquí esperando sin hacer nada", lo primero son palabras clave que la remueven porque ella se siente culpable por abandonar a su chico, y echa la culpa a la otra chica, y lo segundo es su angustia, y la determinación de la superviviente de sobrevivir por sus medios, no depender de otros. No esperar que nadie la salve.

Esa ultima parte estremece al soldado. Debe detenerse por un segundo en su persecución. Una mano le tiembla y debe calmarla. Maldita sea Marco.

"Dejaré un rastro para que me encuentres por si las cosas se tuercen." decía la nota. La superviviente que lleva tres años intentando no depender de nadie... que no espera que nadie le salve... le pide a ÉL que la salve. Tiene que rescatar a un montón de mutantes. Incluso ha evitado la misión que realmente querría hacer, por considerarse demasiado implicado emocionalmente para hacerla. ¿Por qué demonios lo deja todo y sale corriendo? Pero para el no hay una respuesta más obvia. ¿Qué, en el nombre del Cielo, puede hacer él, sino salir corriendo por esa puerta e intentar salvarla, como le pide?

Ha pasado casi un año y medio desde el bosque de Hurón-Manistee, cuando esa chica flaca cayó de culo y escogió morir, pero el eligió no matarla. Tomó una decisión que iba a cambiar las vidas de los dos. Él pasó dos días de calabozo de nada, dos meses de mierda, medicado y bajo supervisión psicológica, combatiendo el deseo de suicidarse por descubrir gracias a ella que había servido bajo el mando de asesinos sin escrúpulos, y no del bien común de los ciudadanos de los Estados Unidos, y prácticamente eligió morir ese 14 de febrero en Washington, enfrentado al mutante tirador... salvado únicamente por su suerte, su poder, y la voz de su conciencia diciéndole, arregla tu mierda y sigue adelante soldado, con una voz que ya no era la de su abuelo.

Cuando se volvió a reencontrar con ella, fue como un regalo del destino. Felicidades a los creyentes en las segundas oportunidades en la vida, teníais razón: acaba de cruzar la puerta. Y tú en toalla, genial Marco. La casi niña caída de culo pidiendo la muerte habia cambiado mucho... profundamente. Mas dura, mas desconfiada... con muchas más experiencias horribles en sus espaldas y su memoria. Y aun así... reconoció su voz, y le dijo... "me salvaste la vida" y Marco no habría podido estar más en desacuerdo: bobadas, chica, tú hiciste que yo recuperase la mía, me quitaste una venda de los ojos y me mostraste una verdad horrible que me ha costado meses superar. Solo te devolví el favor. Pero esa sencilla gratitud devolvió mucho a Marco. Y de forma tan sorprendente como todo lo demás... estableció un diminuto vínculo de confianza. La dura y desconfiada superviviente, ofreció tímidamente una pizca de confianza en Marco. Y ahí aparece, en su nota. "Dejaré un rastro para que me encuentres". No a Abbot, no a Clayton. A él. Se ha atrevido a confiar en el mismo que mandaron para asesinarla, y se negó a hacerlo.

Y por los cojones peludos del Wendigo que no va a defraudarla. Gruñe y aprieta el paso, montando su MacMillan en el proceso, y preguntándose cuándo le cogerá el teléfono Abbot.

Al tercer tono, el director te coge la llamada.

— ¿Sí? —Preguntó una voz grave al otro lado del auricular. Marco no se esperaba tanta velocidad, así que le pilla casi por sorpresa. Desmodula su voz, que la mascara la distorsiona.

- ¿Director Abbot? Soy Marco. Verá... hay un problemilla -Habla jadeando y claramente a la carrera.

— Oh, ¿problema? —Preguntó extrañado el Director.

- Algo así. Mi compañera de cuarto... no se qué demonios ha pasado en dos horas que me despisto, pero... bueno, se ha ido dejando una nota. -Es difícil hablar por teléfono, estar atento a rastros y correr a la vez, así que habla con menos coherencia de la habitual.

— ... ¿Cómo que se ha ido, Marco? —Quiso saber Abbot, notándose que no entendía de qué iba todo. Mientras, de fondo, Marco podía escuchar bastante movimiento. Gente de un sitio a otro, tecleos, llamadas, etc. Parecía estar en una centralita telefónica.

Marco suspira y se concentra en ser claro, conciso y concreto - Se encuentra preocupada por la gente que dejó atrás, un compañero sentimental. Cuando he vuelto al cuarto he visto una nota suya que dice que "alguien" sabe como llevarla hasta él y a la chica que sospecha que delató a todos a Panoptes, o como se llame ahora la organización cazamutantes. No se quién puede haber contactado con ella para contarle eso. Solo se que salió de los terrenos de la Academia, y alguien se le unió por el camino desde ésta, pero no se dejaron ver juntos. Ella debió sospechar algo, porque me pidió que la siguiera y que dejaría rastro para mi... y eso he hecho, seguirla.

El director escuchó con atención las palabras de Marco, guardando silencio unos instantes. Como si estuviese organizando las ideas en su cabeza.

— Mandaría a alguien como apoyo, pero tengo a todo el mundo preparando el asalto a las distintas base, Marco. —Le explicó.— Entiendo que si me estás contando esto es porque has salido tras ella, ¿no? —preguntó, sonando más a afirmación que a pregunta.

Marco asiente con cansancio.- Así es Director... había prisa pero tenia que informárselo a alguien.

— Descuida, hijo. —afirmó Abbot.— Si consigo un hueco y no recibo noticias tuyas en... —hizo una pausa— una media hora, mandaré refuerzos al último punto detectado por el teléfono que llevas encima. —Hizo otra pausa.— Trae de vuelta, sana y salva, a esa chiquilla.

Marco carraspea para aclarar más sus ideas que su garganta.- Director, necesito un favor. Alguien salió con ella. Le ruego que... pase lista. Si falta algun alumno o personal más, sabrá quien es, y quizás pueda decírmelo. Si NO falta nadie... tenía un topo en su terreno, señor.

— ¿Cómo pretendes que pase lista? —preguntó incrédulo el Director, terminando por resoplar.— Dame diez minutos. Llamaré a todos los profesores para que pasen lista en sus respectivas clases. Aunque ya te adelanto que ha faltado gente. —le adelantó, sabiendo que, como poco, sabía de varios alumnos que habían tenido que ausentarse por motivos familiares.

Marco se rie un poco.- No lo se, señor. Solo es una sugerencia. ¿Puede colarse cualquiera en su terreno y usted no enterarse? Le contaría todas mis sospechas... pero nos llevaría todo el dia, y los dos tenemos trabajo. - Pausa y su voz vuelve a la seriedad total.- La traeré de vuelta sana y salva, señor.

Tras lo cual parece que se dispone a colgar, pero aun añade otro comentario.- Señor director, una cosa más. Hay un perrito encerrado en la habitación 14. Cuídenlo, sugiero que se lo confíen a las chicas nuevas de la habitación de al lado Bibi y Sam, especialmente a Bibi. En serio, no dejen que le pase nada a ese perro. -No exagera, Marco ha visto las peores predicciones de muerte encarnadas en una Hallie que ve morir a su perro, en una categoría de violencia que hace que toda la serie de John Wick parezca una discusión entre Teresa de Calcuta y Gandhi sobre quien se lleva el Nobel de la Paz.- Y señor... -Se le cuela otro "sir" militar- ...lamento si le he decepcionado. Le prometí ayuda para esos rescates, hasta rechacé implicarme en el de mi propia prisión por excesiva implicación emocional... y aquí me encuentro, corriendo a un rescate hasta el cuello de implicación emocional. Lo siento. - Gruñe un momento y de nuevo parece a punto de cortar.- Como dije, la traeré de vuelta sana y salva, señor. -Ese "sir" suena definitivo.

—Nadie puede colarse en nuestro terreno sin saberlo nosotros. —comentó, bastante seguro de sus palabras— A menos que fuese un infiltrado de hace mucho, mucho tiempo. En cuyo caso ya... dame un momento, muchacho. —afirmó Abbot, dejándole en espera unos minutos.

—Marco. Tal y como te comenté, ha faltado gente, sí. Algunos de esas faltas, tal y como también te dije antes, me las esperaba. Aunque hay una en especial que, confieso, me ha sorprendido. Se trata de Astro. Un muchacho que jamás ha faltado a clase. Capaz de preveer el futuro. Varón, pelo castaño, apariencia de no más de catorce años, gestos distraídos, actitud dispersa... quizá haya podido ser el misterioso acompañante de tu amiga. —opinó con cierta duda. Después de todo, la lista de ausencia era bastante más extensa que cuatro o cinco nombres.

—Descuida, Marco. El pequeño can será atendido debidamente. —le prometió, intentando tranquilizarle.

—No me ha decepcionado, hijo. Así que no se le ocurra cargar con piedras que no le corresponden. —aclaró desenfadado— Le estaremos esperando. —añadió a modo de despedida antes de colgar.

Marco asiente mientras memoriza metódica y profesionalmente la descripción.- Astro, varón, castaño, 14 años, recibido señor. -Suena aliviado por alguna razón.- Si se trata de él, los traeré de vuelta a ambos sanos y salvos, señor. Pero si se trata de un vidente, en ese caso es muy probable que estén actuando por una visión de ese muchacho... me comunicaré tan pronto como los encuentre, señor. -Muchos "sir" militares que no se molesta en corregir hasta el final.- Uy, quiero decir, señor Director.

Acelera el paso, consciente de que son dos alumnos sin protección fuera de la academia, cuando hace menos de 6 horas estaba todo petado de agentes persiguiéndole a él, y al menos a un ford acribillado. Fantástico. ¿En qué demonios piensan? Aunque claro, si es un vidente, igual sabe por donde no le van a buscar, pero sabe que los poderes de predicción no son perfectos si no te llamas Kassandra.

Solo añade un asentimiento.- Si, señor. -Antes de que Abbot cuelgue. Sigue rapidamente las huellas, atento a señales fuera del camino que indiquen si han salido de este y por dónde, y se toma la menor pausa para mirar su mapa plastificado de la zona (de los que se compran en cualquier gasolinera del estado). No será lo más preciso del mundo, pero trata de hacerse una idea de la región por la que van, qué pueden estar esquivando y dónde pueden estar dirigiéndose. No se entretiene mucho, solo quiere familiarizarse con los alrededores, y quizás ver si hay algún lugar que le llame la atención justo en su camino, o justo al lado de su camino.

No guarda el MacMillan (es mas facil correr con él en las manos que colgárselo), y de hecho durante la pausa para mirar el mapa y recuperar resuello trata de montarle los adjuntos: silenciador (enorme), Mira 12x50, laser (tanto para marcar objetivo como para medir distancia), anemómetro (velocidad y curso del viento) y cámara y micrófono* direccionales (esenciales para un contrainsurgente, no tanto para un asesino). Dos minutos todo el montaje, sin mirarse las manos, mientras mira el mapa y hace ejercicios de respiración para recuperar el aliento.

Un pensamiento raro le cruza la cabeza. Videntes y profetas. No sabe como funcionan, hay de tantos tipos diferentes que hasta organizaciones como Panoptes, con archivos de cientos o miles de mutantes, no parecen conocer cada tipo. Pero todos tienen pistas, sobre todo, de lo que les puede pasar a ellos. ¿Le estarán esquivando? Mas o menos el 50% de sus preocupaciones se han esfumado con las palabras de Abbot, pero sigue teniendo otras: un vidente de 14 años si que tiene probabilidades de estar jugando a hacer un Harry Potter y tratar de resolver solo cosas.

- Cagontó la hostia puta ya coño. -Masculla en castizo español y acelera.

—Sí, por favor. —le pidió Gabriel al muchacho nada más mencionar este que le avisaría tan pronto diese con ellos.

De nada servía, al menos de momento, amonestarle por usar aquellos formalismos con él. Después de todo, entendía que era imposible cambiar, en unas horas, los hábitos y costumbres que una persona, y más una con la disciplina de un cuerpo militar, había normalizado durante años y años. Por lo que no hizo mención alguna sobre ello.

—Si tardo en contestar, o no te contesto, es por la cantidad de llamadas y movilizaciones que estamos haciendo. —le adelantó el director. Sabiendo que, muy seguramente, no se enterase de la llamada que el ex militar pudiera hacerle.

El rastro de Hallie es, al menos para alguien como tú, perfectamente rastreable. Indicándote que ni la chica, ni su acompañante, parecían haberse desviado del camino en ningún momento.

Hiciste una pausa y sacaste aquel aparatoso mapa al tiempo que le ponías los complementos al MacMillan, terminando por dirigir la mirada en dirección a donde, presuntamente, iban las huellas. Si no se desviaban del camino que parecían estar siguiendo, este les llevaba directamente hacia el antiguo polígono de Westchester.

Aceleraste el paso una vez guardaste de nuevo el mapa, empezando a ver, a lo lejos, un par de puntitos...

Acelera el paso más aun al divisarlos. Usa primero el zoom de su Tête de Mort*, y si están lo bastante lejos usa el visor 12x50 de su MacMillan. Trata de identificarlos, y dado que no parece haber más huellas en el camino realmente no espera que sean dos tipos armados hasta los dientes siguiendo a sus presas, pero nunca se sabe.

Si son ellos** y los identifica acelera hasta estar a distancia en que puedan oirle, pero no dirá nada hasta que ellos se percaten de que viene. Si se giran a mirar, o si están caminando hacia el, esto es lo que ven.

Lo que no pueden ver es la cara de cabreo que tiene por debajo de la máscara. Sus pasos si que van a delatar su estado de humor: no está para tonterías de nadie.

Spanking time.

En cuanto ve quienes son, y empieza a ver futuras muertes arremolinándose alrededor, facepalmea. Desenrosca un par de vueltas el silenciador, lo que a todos los efectos lo vuelve inutil, pero tampoco tiene que llevarlo en la mano, y pega un tiro al aire (donde la bala luego no vaya a caerle a nadie) para llamar su atención.

Marco sale de la enfermería con un humor de putos perros. No se esperaba nada de esto. Se pregunta dónde demonios se puso todo tan patas arriba. Bueno, sí que lo sabe. Cuando ella dijo "debiste huir conmigo" ya estaba todo bastante confuso, pero ahí lo tuvo claro. Lo que no tenía tan claro era qué podía esperar, o qué podía desear él, o qué podía permitirse perder. Aunque lo tuvo luego, cuando dos "joder" se cruzaron en los auriculares. Pero aun sentía que no debía hacerlo. ¿Que fue? Pues fue un "ya no es mi Deacon". Lo había dicho antes, pero era la primera vez que lo decía, después de ese "joder" de ella. Le pareció importante. Así que, a la mierda, no pensaba lamentarse luego.

Una linea de pensamiento poco productiva, pero ve y dile tú a tu cabeza que no rumie sus movidas. Pasará de tí.

Por suerte, no necesita pensar otra cosa para lo que tiene que hacer. Se cambia de nuevo a ropa de deporte (no tiene mucho más), se lleva consigo solo cuchillo y la pistola descargada, con el cargador en otro bolsillo. Se lo piensa, y mira la pala.- Igual debería aplicar para jardinero.

Así pertrechado pone rumbo al pabellon C.

Tras abandonar el cuarto de nuevo para prepararse para los rescates, primero busca hablar con Abbot para asegurarse del calendario del plan.

La Academia X no dispone de un ejército con el que atacar todos los centros mutantes, solo un puñado de defensores, hombres y mujeres decididos y motivados, pero no pueden esta en todas partes a la vez. La limitación de necesitar contramedidas electrónicas para evitar que los centros se comuniquen entre ellos dando la alarma limitan el numero de grupos de asalto a tantos como tecnomantes tengan... lo que significa que están reducidos a cuatro grupos de ataque. Atacarán cuatro bases cada vez, e irán por turnos, tres bases cada uno.

Una vez confirmado que el plan de Abbot es atacar primero las bases cercanas (Long Island y Rhode Island) y luego las lejanas, Marco pide participar en tres operaciones concretas: Rhode Island, Michigan y Dakota del Norte. En su cabeza, rescatar a la Doctora Glindbee, rescatar a los mutantes de Huron-Manistee, y quizás encontrar pistas sobre el padre de Hallie, aunque es consciente de que quizas finalmente tenga que unirse al ataque a otra tercera base que sea conveniente... según las bajas que sufran.

Porque sufrirán bajas. Todos lo asumen.

Marco se enfunda su Tête de Mort. Es muy notorio que un cazador de Panoptes no solo informó de todo, sino que estará en primera linea. Muy pocos murmuran que puede ser una trampa, pues todos confían en las habilidades de Anthony Clayton para detectar mentiras y engaños... traición. Pero Marco no va a dar discursos. Actuará, y que sus actos le representen.

El equipo sale justo al anochecer. Marco se arma como para ir a la puta guerra. Las únicas armas que no se lleva son las que se quedó Hallie (su 9mm y su cuchillo de supervivencia) pero se lleva consigo una que no es suya, la navaja de Hallie.

Viajan por transportadores: alumnos, profesores o defensores capaces de crear portales. No participarán en la batalla, y solo esperan a transportar a cada grupo. Todos se coordinan para atacar discretamente al mismo tiempo. Infiltran los sistemas informáticos y electrónicos de las bases, generan mapas actualizados en tiempo real, congelan las comunicaciones y las computadoras... y atacan*.

Durante el primer ataque, en la base de Rhode Island donde una vez sirvió Marco y que mejor conoce, Marco participa luchando como un puto demonio. Tiene tres objetivos de misión, y uno personal: eliminar a los centinelas exteriores, tomar el centro de mando antes de que se bloquee y se de la orden de eliminar a los cautivos, tomar el centro de investigación antes de que se destruyan sus archivos... y atravesar las putas puertas del infierno si hace falta por rescatar a la doctora Glindbee, si sigue allí. Lucha contra antiguos compañeros, y constata que por lo visto él era el único imbécil engañado de la base. Sus compañeros sabían bien lo que pasaba. No solo fue engañado desde el principio, sino que cuando fue capturado con sus compañeros... también fue un engaño: ellos regresaron al proyecto y participaron en el engaño haciéndose pasar por capturados... y Marco hace pagar un precio muy caro por ello. La operación es un éxito descomunal, por encima de las previsiones de Abbot. No sufren bajas mortales, rescatan a cada mutante vivo, recuperan toda la información... y Marco sale de la base con una doctora inconsciente, maltratada y torturada, cubierto de sangre ajena y sediento de mucha más.

El segundo ataque, en la base de Michigan donde retienen a los últimos supervivientes de la comuna mutante de Huron-Manistee, la lucha se vuelve más encarnizada. La misión es un éxito, y el grupo de ataque sufre tan solo heridas, pero costó muchos riesgos y esfuerzos rescatar a todos los supervivientes. Finalmente, Marco sale de dicha base de nuevo con una chica rescatada en brazos, Nimeria, dolorosamente consciente y con cicatrices en su columna vertebral de las sondas que le extraían constantemente liquido cefaloraquideo. La lucha ha sido feroz, y Marco se tiene que jugar el tipo por rescatar a la chica... saliendo indemne sólo por poder usar, en el ultimo momento, la navaja de Hallie para un ataque desesperado**.

Tras dos experiencias intensas, para el tercer ataque el grupo de asalto ya tiene experiencia en qué puede esperar encontrarse, y qué no, y qué estrategias funcionaron mejor y cuales peor. El ataque es realizado con habilidad, velocidad y precisión, eliminando o neutralizando a la resistencia antes de que se dieran cuenta de lo que sucedía, entrando en las bases de datos y en las celdas de los mutantes sin apenas encontrar resistencia organizada. Por una vez, Marco no sale de allí abrazado a una chica, sino portando un disco de datos buscado personalmente.

Los cuatro grupos regresan a la Mansion X, con mayor o menor éxito, apenas tres horas después de la medianoche.

Resumen de la misión.

El grupo 1 (el de Marco) regresa sin heridos de importancia, y no han perdido ninguno de los mutantes que pretendían rescatar.

El grupo 2 regresa con 3 heridos de consideración media o grave en su personal, y aunque traen mutantes rescatados heridos no han perdido tampoco a nadie.

El grupo 3 regresa con 2 heridos de consideración media o grave en su personal, y aunque traen mutantes rescatados heridos no han perdido tampoco a nadie.

El grupo 4 es el más desafortunado, sufriendo una baja mortal y cinco heridos graves entre sus integrantes, además de no haber podido impedir la muerte de un 10% de de los mutantes que pretendían rescatar y sufrir numerosos heridos entre estos.

En total, de 40 participantes, 1 murió y 10 resultaron heridos. De 720 mutantes que se pretendía rescatar, 6 murieron y 72 sufrieron heridas.

Marco gana un montón de respeto entre los miembros de la Mansion X especialmente los que le han visto luchar en persona, y en particular entre la facción militante (paradójicamente él está más del lado de la facción pacifista). La facción militante también gana puntos, pese a que la operación la organizase Abbot, todavía cabeza de los pacifistas. Abbot gana dolores de cabeza y pesambres por los siete fallecidos, pero también se reduce la hostilidad de los militantes, al ver que puede emprender actuaciones decisivas y está dispuesto a pagar el precio.

En los sótanos, Marco visita a cinco enfermos: Nimeria, Bryan, Emily, Earl, y la doctora Glindbee.

Nimeria está despierta, activa, y no hay Dios que la calle. Aun no puede levantarse, pero se recupera mucho más rápido de lo previsto, y de hecho se levanta y sale corriendo de su cama a mirar todo lo que le llama la atención. Es un plomo de niña, pero un encanto también, así que la devuelven a la cama cada vez.

Bryan está enchufado a una máquina de electroestimulacion para rehabilitar sus músculos, como Deacon. Ocho horas de chispazos horribles, muy desagradable e incómodo.

Emily sigue inconsciente, y no despertará en el dia.

Earl despierta y hiere a uno de los doctores. Es detenido por Marco y un enfermero, y posteriormente tranquilizado por Nimeria.

Glindbee sigue inconsciente, y no despertará en el dia.

Marco está de regreso en su habitación a las 9 de la mañana, y no sale del cuarto, limpiando maquinalmente sus armas de fuego y afilando sus armas blancas (pala incluida).