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X-Academy: El Origen del Mal [+18]

Capítulo 1: El Despertar

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07/07/2023, 20:33
Narrador
Sólo para el director

4 de Agosto de 2025

El polígono industrial de Westchester, situado a las afueras de la ciudad, se extendía a lo largo y ancho de varias hectáreas en forma de edificaciones de distintos tamaños, colores, distribuciones y finalidades. Aquel lugar, ahora más que desierto, en su día fue insignia de promesas de futuro, progreso, innovación tecnológica y mejora social entre otras cosas. Sin embargo, aquella esperanza fue corrompida por la ambición y la codicia más absoluta y cruenta no quedando, en la actualidad, más que vacíos esqueletos de cemento, vigas de metal oxidadas y encofrados a medio retirar. Todo ello, infectado por la más proliferante, rebelde e implacable vegetación.

 

 

 

Imperaba el silencio y la paz en el lugar. Un silencio tan solo quebrado por las eventuales y lejanas risas de varios adolescentes procedentes del penúltimo piso de uno de los céntricos edificios de la vasta extensión multiempresarial.

 

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07/07/2023, 23:20
Domingo Rodríguez, "Dom"
Sólo para el director

Buah, Clarie. La que te has perdido. —dijo entre risas, saliendo de una especie de espiral vertical purpúrea situada en uno de aquellos despachos— Will la ha clavado, pero bien. —añadió girándose sutilmente hacia el portal, saliendo de este otro chico, también entre risas.

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07/07/2023, 23:22
William Carlson, "Will"
Sólo para el director

Me ha quedado de puta madre, ¿eh? —afirmó orgulloso— Creo que es la polla más realista que he hecho en mi vida. Mira, Clarie. Le hemos hecho una foto y todo. —dijo divertido acercándose a la chica mientras sacaba el móvil, cerrándose tras de ellos el portal.

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07/07/2023, 23:22
Clarisse Thompson, "Clarie"
Sólo para el director

¿Una polla? ¿En serio? —preguntó con una sonrisa incrédula, subiéndose las gafas con el dedo corazón— Pff. Empiezo a pensar que sí que tenéis serios problemas de masculinidad. —bromeó, acercándose a móvil de Will para ver la foto.

¿Se lo has plantado en el techo de la cama? —preguntó atónita sin poder ocultar una traviesa sonrisa.

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08/07/2023, 01:11
Narrador
Sólo para el director

¡Y también en el baño. Justo frente al espejo! —exclamó Dom antes de echarse a reír— Es más. Lo ha puesto de tal manera que, dependiendo de cómo se laven los dientes, la polla se le queda a la altura de la frente o de la mejilla. —explicó divertido.

En fin. Vaya dos. —dijo Clarie negando con una leve aunque maternal sonrisa— Bueno, ¿qué? ¿nos vamos ya al Burger King? Tengo tanta hambre que me comería un T-Rex entero. —afirmó estirándose.

¿Qué? —preguntó Will extrañado— Pero si todavía no son ni las dos y media, Clarie. —se quejó Will.

¿Y? ¿Tú sabes lo que cuesta abrir un portal? —respondió algo molesta, frunciendo el ceño— Y no sé si llevas la cuenta, pero hoy ya he abierto como cuatro portales. Estoy cansada y tengo hambre, Will. —le dijo a modo informativo, visiblemente hastiada.

Veeenga, Clarie. Solo una vez más, va. —le pidió Dom, ladeando la cabeza y poniendo cara de cachorrito triste.

Sí. Uno más y nos vamos. Palabra. —imploró Will juntando las manos a modo de rezo— ¡Y... y te invito a un menú doble con doble ración de patatas gajo! —la sobornó, señalándola con el dedo índice— Piénsalo bien, ¿eh? doble ración de patatas. —repitió en un sugerente tono, remarcando exageradamente cada palabra de la frase "doble ración de patatas".

Will conocía de sobra la debilidad que Clarie sentía por las patatas gajo del Burger King. Por lo que la respuesta de la chica no se hizo de esperar.

Como me mientas. Vamos. —le amenazó con el dedo índice— Te juro que te mando directo al primer pantano de Luisiana con cocodrilos que encuentre. —añadió, cogiendo aire y cerrando los ojos— Números. —dijo mientras su cuerpo comenzaba a ser rodeado por un halo magenta.

El dos mil cuatrocientos cincuenta y siete. —escogió Dom, frotándose las manos nervioso.

Pues yo... el setecientos noventa y dos. —dijo el otro chico con una tenue sonrisa.

En el preciso instante en que Will pronunció el segundo de los números, Clarie extendió ambos brazos hacia delante, emergiendo varios y pequeños rayos violáceos de sus manos que impactaron en la nada.

¡No, no! ¡Mejor todavía! ¡El tres coma catorce quince noventa y dos! —dijo Will en el último instante, a escasos dos segundos de que la chica abriese el portal.

¡Uff! —exclamó Clarie malhumorada— ¡Will, te tengo dicho que no me cambies los números una vez los elijas. Que me cuesta muchísimo recalibrar la posición una vez previsualizada! —explicó de mal humor.

Pese a la queja de la chica, el portal terminó por abrirse con total normalidad. Sin embargo, apenas duró abierto cinco segundos antes de cerrarse repentinamente, dejando a ambos chicos a las puertas de la siguiente travesura. Suceso que hizo que los tres adolescentes se mirasen con gesto interrogativo entre sí.

¿Qué ha sido eso? —preguntó Dom mirando hacia Clarie primero, luego hacia Will y, de nuevo y finalmente, hacia Clarie.

N-no lo sé. Ha sido una sensación muy rara. E-es como si se me hubiese ido el control momentáneamente. —se excusó preocupada, sintiéndose realmente fatigada por el esfuerzo que acababa de hacer— Os dije que andaba cansada. Anda, vámonos al Burger King. Otro día seguimos. —les pidió a ambos chicos.

Menos de tres segundos después de las últimas palabras de la chica, el portal se abrió con una intensidad nunca antes vista, emitiendo un audible chasquido mientras se abría. Sonando, además, un continuo zumbido mezclado con un chisporroteo. A diferencia de los portales que Clarie había abierto las veces anteriores, este permitía ver lo que había al otro lado. Mostrando, de manera más o menos clara, lo que parecía ser el interior de una penumbrosa pirámide...

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08/07/2023, 20:25
Narrador
Sólo para el director

Movidos por una inmensa curiosidad, ambos chicos decidieron atravesar el portal sin demora, adentrándose en aquella abandonada cámara cuyo único haz de luz, de color magenta, procedía del interior de una especie de estanque.

Una vez dentro, sacaron sus móviles, activaron las linternas y, girando sobre sí mismos, echaron un primer vistazo al lugar.

Joooder, ¿dónde coño estamos? —preguntó Dom por lo bajo, claramente sorprendido.

No lo sé, tío. Pero creo que somos los primeros que pisamos este sitio en una pila de tiempo. —añadió Will igual de sorprendido que su amigo.

¡Clarie, deberías ver esto! —exclamó Dom emocionado sin dar todavía crédito a lo que estaba viendo— ¡Creo que acabas de hacer historia! —añadió.

Aquella cámara, de planta rectangular, contaba con jeroglíficos en la pared izquierda, la derecha y la trasera. No alcanzando todavía a ver el extremo frontal. Delante de las paredes, e intuyendo que eran las encargadas de sustentar la estancia, se alzaban varias columnas, carentes de decoración, rodeando toda la sala.

En el centro de la construcción se erigía un extraño estanque octogonal lleno de un burbujeante y fluorescente líquido violáceo. Y, alrededor de este, se alzaban cuatro obeliscos con incontables jeroglíficos esculpidos en cada una de sus tres caras. Algunos ya erosionados, presumiblemente, por el paso del tiempo.

En cada una de las esquinas de la sala había una titánica estatua con cuerpo humano y cabeza de animal: un cocodrilo en la parte frontal izquierda, un buey en el frontal derecho, un chacal en la parte trasera izquierda y un buitre en la zona trasera derecha de la cámara.

Bien mirado, aquellas esculturas se asemejaban bastante a las deidades egipcias. Con la salvedad que sus cabezas eran de lo más siniestras y grotescas. Como si fuese una burda y deforme imitación de las construidas por los egipcios. El estanque, además, se encontraba conectado mediante un ancho pasillo a una pequeña escalinata. Escalinata que, a su vez, era nexo de unión con una plataforma que, desde donde estaban, impedía percibir lo que había en ella.

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09/07/2023, 17:59
Narrador
Sólo para el director

Ven. Vamos a echar un vistazo. —dijo Will, cabeceando hacia delante.

Avanzaron por el pasillo, con Will a la cabeza, subiendo la escalinata y deteniéndose al final de esta. Se quedaron inmóviles y atónitos durante unos instantes, asimilando lo que había delante de ellos. Pegada a la pared y entre dos grandes columnas, se alzaba una monstruosa y deforme escultura similar a una calavera. La figura contaba con un par de enormes y brillantes ojos, fabricados seguramente con algún tipo de cristal o vidrio, y una boca abierta, con un total de seis amenazantes incisivos, dentro de la cual descansaba un sarcófago.

Hooostia, tú. ¿A que vamos a ver una momia y todo? —bromeó Will, acercándose apresuradamente hasta el féretro.

Will, esto me da un mal rollo que flipas. —dijo Dom por lo bajo, inquieto, sin poder apartar la vista de los enormes e hipnóticos ojos de aquella perturbadora calavera.

Pff. —resopló Will— Por favor, Dom. —afirmó en un tono algo despectivo— Has visto demasiadas películas de terror. Anda, ven aquí y échame una mano con esto. —dijo intentando empujar la tapa del sarcófago. La cual, no parecía moverse lo más mínimo —Pesa un huevo. —consiguió decir mientras todos sus músculos se tensaban y las venas de su cuello y frente se dilataban consecuencia del esfuerzo.

Dom, todavía en actitud dubitativa, se acercó finalmente al sarcófago y empujó junto a Will, moviéndose la tapa lentamente.

Mientras ambos chicos ponían todo su esfuerzo en abrir aquel féretro, Clarie, tras pensarlo mucho, decidió atravesar el portal y ver en persona qué era aquella cámara. Tal y como hicieron Will y Dom, sacó el móvil y encendió la linterna, asombrándose de todo lo que tenía delante. ¿De qué año sería aquella pirámide? ¿Habrían sido los primeros en hacer aquel descubrimiento? Las preguntas se agolpaban en su cabeza. Sin embargo, un desgarrador y espeluznante alarido de dolor, propiedad de Dom a juzgar por el timbre de voz, la hizo salir repentinamente de sus académicos pensamientos y dirigir la mirada hacia la zona frontal de la cámara. Zona ahora iluminada con un haz de luz turquesa.

El siguiente en gritar, aunque esta vez de pavor, fue Will. Cambiando momentos después aquel grito por continuados gritos de indescriptible dolor. Clarie corrió por el pasillo y subió las escalinatas tan rápido como pudo, solo para encontrar una vomitiva y atroz escena que, inevitablemente, la hizo llevarse las manos a la boca mientras sus ojos se humedecían.

El destello turquesa, mucho más intenso ahora que se encontraba a escasos metros del origen, provenía de los enormes ojos de una gigantesca y deforme calavera. Calavera en la que había un sarcófago, ahora abierto, distinguiéndose en su interior una marchita y frágil figura envuelta en un manto rojo. A cada uno de los lados del sarcófago, casi a los pies de este, se encontraban sus amigos. Dom yacía en el suelo, inerte, mientras iba deshaciéndose toda su carne, músculos y tejido orgánico de manera lenta aunque imparable. Will, que también se estaba deshaciendo, todavía conservaba algún hálito de vida. Pues, aún desintegrándose, su cuerpo todavía temblaba y emitía alguna que otra convulsión.

Clarie no entendía qué había ocurrido. Todo iba bien hasta hacía un momento. Todo eran risas, bromas y travesuras. Y, ahora, acababa de perder a sus dos únicos amigos en circunstancias inexplicables. ¿Qué iba a decir en la escuela? ¿Y a las familias de sus amigos?

Confusa y desorientada como estaba, creyó ver cómo la figura envuelta en aquel manto rojizo se movía dentro del féretro. Al principio pensó que era fruto de su imaginación, víctima de lo que acababa de contemplar. Pero cuando, repentinamente, surgieron un par de grandes, siniestros, circulares y fulgurantes orbes rojizos de la figura, a modo de ojos, y esta sacó una nervuda y grisácea mano rematada en afiladas garras y la apoyó contra uno de los lados del sarcófago, con intención de salir de ahí, supo que no eran imaginaciones suyas.

Era tal el terror que la marchita criatura transmitía que Clarie no sólo se quedó paralizada, si no que llegó a orinarse encima mientras las lágrimas resbalaban por sus mejillas.

La criatura, de aspecto homínido, terminó saliendo del sarcófago y avanzó lentamente hacia la muchacha, extendiendo ambos brazos y abriendo la boca. El cuerpo de aquella cosa, de aspecto frágil y muy enjuto, estaba completamente cubierto de vendas. Mientras que su boca, llena de pequeños y serrados dientes, le otorgaba un aspecto todavía más siniestro e intimidante.

Colapsada y en shock, Clarie vio cómo todo se volvía borroso y progresivamente oscuro. Cayendo al suelo y rodando escaleras abajo.

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23/07/2023, 19:25
Narrador
Sólo para el director

Clarie se había desmayado.

La marchita criatura cogió ambos esqueletos con pesadez y, con paso lento y algo inestable, se dirigió al estanque. Una vez allí, arrojó los restos de los muchachos al interior, emanando una gran cantidad de humo a medida que se hundían en el espeso y burbujeante líquido magenta. Momentos después, el estanque se iluminó brevemente con un parpadeante tono violáceo, surgiendo dos fantasmagóricos orbes que impactaron en el cuerpo de la criatura. Haciendo que esta, entre guturales gritos, se arquease y viese imbuida por una fugaz aura rojiza al tiempo que extendía sus brazos hacia los lados.

Ocho... —murmuró por lo bajo con una reverberante y espeluznante voz, dirigiendo una depredadora y siniestra mirada hacia la chica. Quien todavía permanecía tirada a los pies de la escalinata. Se acercó hasta esta y la cogió del pelo cuando llegó a su altura, soltándola repentinamente al sentir una especie de descarga eléctrica. Se miró la mano momentáneamente, extrañado, luego dirigió su atención hacia el estanque y finalmente hacia Clarie. Ampliando aún más su pérfida sonrisa. La fortuna le había sido increíblemente favorable en aquella ocasión.

Cogió en volandas a la muchacha, con visible dificultad, y la llevó hasta los pies del estanque, apoyándola ahí y retrocediendo varios pasos a la espera de que despertase.

***

La chica empezó a volver en sí, abriendo los ojos lentamente en un evidente estado de confusión y desorientación. Estado que no le duró demasiado. Una vez los ojos abiertos del todo, la escuálida criatura se tapó parte del rostro con el manto rojo, como con vergüenza, manteniendo un perfil más bien bajo y una prudente distancia entre ambos. Clarie, que acabó recordando qué hacía en aquel extraño lugar, se tensó, dibujándose en su rostro una mueca de verdadero pánico.

No, por favor... no voy a hacerte daño. —afirmó la criatura, retrocediendo un par de pasos más— Me llamo Najm Alsabah.  ¿Quién eres tú? ¿de dónde vienes? —preguntó curioso.

Clarie no estaba muy segura de querer hablar con aquella… cosa. Aún menos de responder a sus preguntas. Sin embargo, y en un momento de lucidez, llegó a la conclusión que si seguía con vida era por algo.

M-me… Clarie. C-clarie Thompson. —dijo antes de tragar saliva, todavía muy tensa y alerta, pegándose al máximo contra el estanque— S-soy de West… de Westchester. —consiguió decir.

Un placer, Clarie Thompson de Westchester. —añadió Najm en un tono pausado, dedicándole una sutil reverencia— ¿Y… qué haces aquí? ¿Cómo has llegado hasta Ankh?

L-llegué por accidente. —respondió la chica con apuro mientras se incorporaba sujetándose al borde del estanque. Lo cierto es que el apellido Alsabah le sonaba a árabe. Y dado que estaban en lo que parecía ser una especie de pirámide, no era descabellado pensar que pudieran estar en Egipto, Siria o algún sitio así— ¿Dónde está Ankh exactamente? ¿Egipto? ¿Siria? —preguntó algo más relajada.

Es el tercer planeta del sistema Coral. —afirmó, frunciendo el ceño al escuchar las palabras Egipto y Siria.

¿C-cómo que el sistema Coral? —preguntó Clarie palideciendo por momentos— Q-querrás decir sistema Solar. —le corrigió con cierto nerviosismo.

Najm negó lentamente, bajando el manto que, durante todo el tiempo, mantuvo su rostro parcialmente oculto— El sistema Coral se encuentra a años luz del sistema Solar. —le explicó, haciendo que la chica abriese los ojos de par en par y comenzase a hiperventilar.

¿Y...y cómo vuelvo a casa? —titubeó momentos después mientras sus ojos se anegaban de lágrimas, casi al borde del llanto.

Llorando seguro que no, Clarie de Westchester. —afirmó Najm en un tono más bien comprensivo— ¿Cómo llegaste hasta aquí? —volvió a preguntar.

Yo... estábamos haciendo el tonto en un edificio comercial abandonado y... y Will, e-entonces, intenté abrir un portal, pe-pero no funcionó. Y, de pronto, se abrió otro portal y vimos esto. Ellos entraron y... y... —explicó con nerviosismo, empezando a caminar de un lado hacia otro echándose las manos a la cabeza— Y no. —dijo tajante señalando a Alsabah con el dedo índice de manera acusadora— Ahórrate decirme que abra un portal. Porque me siento como si hubiese perdido la capacidad de hacerlo. —le advirtió entre lágrimas, volviéndose a sentar a los pies del estanque y rompiendo a llorar tras recoger sus piernas, rodearlas con los brazos y apoyar la frente en las rodillas.

Creo que puedo ayudarte a salir de aquí. —dijo Najm escasos minutos después, consiguiendo la atención de la muchacha. Que, si bien no había dejado de llorar, sí que había bajado el volumen.