Partida Rol por web

X-Academy: El Origen del Mal [+18]

Capitulo 1 - Truenos en la distancia

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10/02/2024, 21:04
Hallie

Se sintió un poco mal ante la reacción de Vesper tras ella "saltar" ante su comentario de que no estaba convencido de Marco aún —Okay, lo... entiendo— musitó —. Perdona, Vesper, es que...— demasiadas emociones de golpe. Resopló frotándose la frente.

La idea de que Marco se marchara, se pusiera en riesgo y encima ella volver a pasar por la incertidumbre de saber si estaba bien o le había pasado algo, hasta llegar a creer de nuevo que había muerto, era demasiado para la chica, por eso reaccionó como lo hizo (soltando tacos como un camionero detrás del coche de una abuela conduciendo a veinte por hora, por supuesto).

Pero Marco se explicó en seguida, cosa que no la extrañaba sabiendo cómo detestaba los malos entendidos, aunque arrugó la frente. ¿Lo sabía? Posiblemente fuera parte de la influencia de la Hallie soñadora, que  tenía más experiencia con él en eso.

Suspiró, arrugando la frente —Vale, pero no hasta que te mejores— lo señaló con un dedo —y pienso preguntarle a Emily, sin su visto bueno, no mueves tu culo de aquí— volvió a abrazarlo, incluso después de que dijera que no pretendía alejarla de Deacon, cosa que la hizo torcer el gesto sintiendo una clavada en el pecho.

Como le digas que te lo ponga fácil, la cagas. Muérdete la jodida lengua, por favor, o lo destrozarás...

Arrugó el ceño y sacudió la cabeza—No es...— suspiró —Yo... no sé qué hacer, Marco— le susurró apesadumbrada, apartándose sólo para mirarlo a los ojos, aunque sus rostros estaban muy cerca —. Debí decirte... esa noche— musitó, arrepentida de no haberle dicho lo que sentía por él —... y ahora... me siento dividida... perdida. N-necesito... tiempo, a-aclarme— balbuceó.

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11/02/2024, 12:23
Uatu, el Vigilante

La explicación de Marco pareció disipar el malentendido. Sin embargo, se explicó con razones y estrategias, no como habría querido hacerlo, que habría sido diciendo que no, ni remotamente pensaba irse a ninguna parte sin ella. Había cruzado un maldito infierno de sangre y de nieve, manteniéndose en pie pese a la hipotermia y las constantes pérdidas de sangre a base de apretar los dientes y tener un objetivo claro, como para ir a marcharse a ninguna maldita parte sin ella.

Pero eso era antes de saber que se había enamorado de otro, claro. Así que solo asintió y repitió.- Si, si. Cuando la enfermera de su visto bueno, nos vamos. De todos modos, ya está deseando que me vaya. -Y le guiñó un ojo a Emily, quien resopló y le tiró un zueco, para risa de Marco. Incidentalmente, Hallie podía ver que la diligente enfermera había hecho un cuadro de temperaturas de Marco, tomadas cada hora, moviéndose entre los 101 y los 103 grados*, así que no cabía duda: seguía delirando.

Sin embargo, con delirios febriles o sin ellos, se dio cuenta de la comida de tarro de Hallie. ¡Como para no darse cuenta! Escuchó sin interrumpir haciendo un considerable esfuerzo de voluntad, pero negó con la cabeza todo el rato mientras Hallie balbuceaba, y finalmente no pudo más y habló.- No sabes qué hacer. Bueno, las cosas se hacen de una en una. Debiste decirme algo cuando nos separamos, y la verdad es que yo debí decírtelo a ti, pero no nos dejaron entre unas cosas y otras. Eso no cambia nada, lo que sucedió entonces no fue una broma, ni un error, ni un accidente. Simplemente hay que corregirlo, y eso voy a hacer. -La señaló con un dedo acusador.- Y ni se te ocurra sugerir que es culpa de la fiebre, porque voy en serio. Allá va. Me enamoré de ti cuando tomaste mi mano tras la pelea de Ursus. Esa mirada. Ese "Sí..." y con esa voz. Me paralizó el corazón y cuando volvió a latir, ya solo latía por tí. Punto. Así que ahí tienes lo que no te dije yo. Primer pasito dado. -Y hace una V con dos dedos, y perfecta cara de sota.

Vesper parpadea, y Emily se tapa la boquita con ojos como platos, pero siguen a lo suyo haciendo una cura en el chichón de Vesper.

Marco continúa hablando, pero ya habla rápido.- Te he dicho que no se trata de raptarte para alejarte de Deacon. No que vaya a soltar tu mano por las buenas. Al contrario. Pero no seré yo quien entre en el corazón de una mujer a golpes o a tirones, ni mucho menos a intentar quedarme a empujones. Pero, también soy medio indio Montauk, y la cultura Algonquina es muy clara en estas cosas: un guerrero puede aspirar a la mujer que pueda mantener, y una mujer acepta en su wigwam al guerrero que le da la gana. Pero nada impide que una mujer acepte a dos guerreros en su wigwam, igual que nada impide que un guerrero mantenga a dos mujeres en el mismo wigwam. Todas esas cosas que tanto escandalizan a los rostros pálidos, y todos esos hipsters creyendo que están inventando el mundo, podrían aprender de las matriarcas Algonquinas. -Y como se está yendo por las ramas, aclara a Hallie.- No te sientas dividida ni perdida: no has perdido a nadie, has encontrado a quienes te quieren, ¿no?, pues ya está, no tienes que aclarar nada: tienes dos manos. Úsalas.

Más o menos entonces se da cuenta de que de nuevo está hablando de más por la fiebre, pero está demasiado febril para que le importe tanto. Simplemente, se le ponen la orejas rojas y añade.- Ehm, bueno, quiero decir... no te agobies.

Notas de juego

*Grados Farenheit, que estamos en Estados Unidos. Viene a ser entre 38.3 y 39.4 Centígrados.

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11/02/2024, 13:12
Hallie

Con media sonrisa, negó con la cabeza ante el comentario referente a Emily, mirando a la enfermera —No se lo tengas en cuenta, sólo se pone así con la fiebre. Otros ven cucarachas y él... bueno, se pone tontito— comentó con sorna.

Luego Hallie balbuceaba en un intento de explicar tanto el arrepentimiento de no haber sido clara en sus sentimientos antes de que fuera tarde, como en la complicada situación en la que se encontraba ahora. Porque no podía decirle a Deacon "mira, todo muy bonito, te quiero pero ha vuelto y se acabó", cuando llevaban conviviendo un mes y había sido no sólo un gran apoyo, sino la razón de que dejara de buscar algún rastro de Marco antes de cada anochecer. Pero a su vez, no podía decirle a Marco "fue bonito mientras duró", porque realmente se había enamorado de él y sus sentimientos no habían cambiado, simplemente los guardó con sus recuerdos al creerlo fallecido.

Y entonces Marco habló, con bastante claridad, confesando que se había enamorado de ella desde que la salvó de Ursus y tomó su mano, haciendo que la chica se ruborizara y sus ojos se humedecieran mientras un cosquilleo ascendía por su vientre —En mi caso... tuve dudas— reconoció —, no sabía si era cosa de Vulpes, pero ya fuera de su influjo no podía ignorar ciertas... cosas que sentía— tragó saliva —. Y lo tuve claro cuando te apuñalaron. Ahí supe que no quería perderte, que... no podía acabar así algo que apenas empezaba— suspiró. No podía decir más de forma cómoda, no con Emily y Vesper delante. 

Marco prosiguió hablando y si Hallie ya estaba ruborizada, pasó a estar totalmente tomatito, abriendo mucho los ojos ante lo que creía estar escuchando (capaz era cosa del delirio febril), aunque sonrió tenuemente en la parte de que no soltaría su mano por las buenas.

Esto... yo...— no sabía qué decir, la verdad, tampoco por qué se le pusieron a él las orejas rojas al comentar que tenía dos manos y las usara —Vale— sonrió con timidez —. Intentaré... no agobiarme— añadió, apretando los labios y volviendo a mirarlo —. Gracias.

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11/02/2024, 18:29
Uatu, el Vigilante

Hallie explicó las terribles consecuencias de la fiebre en Marco y este sonrió de oreja a oreja.- ¿Ve, enfermera? Luego cuando me ponga bueno solo tiene que recordarme las cosas que le he dicho y me verá realmente avergonzado. Como cuando a un borracho le grabas enseñándole el culo a todo el mundo por la ventanilla del coche.

Un Marco desinhibido y sin filtros era un serio problema para según qué situaciones, como podía notar Hallie. Solos en una cabaña aislados por la nieve, y semidesnudos en un saco de dormir, era una cosa. En una tienda y con gente mirando, era otra. Marco hablaba largamente y sin tapujos de sus sentimientos aunque Hallie se pusiera como un tomate, Vesper estirase las orejas, o Emily se tapase la boquita, y cuando Hallie respondió con alguna timidez y con cautela, Marco replicó sin cortarse un pelo ni ciento.- Lo se, maldito zorro. Saliste de ese tocón super confundida y totalmente alterada. Por un momento pensé en alejarme, ¿sabes?, en no confundirte yo más. Pero sentí que tenía que quitártelo de la cabeza cuanto antes, y de todos modos lo que sentía yo era cierto, así que preferí cortar por lo sano y zas, beso al canto. Lo siento si te sorprendí un poco, la verdad es que como primer beso fue un poco tramposo, pero eh, yo soy el tramposo de los dos. -Sonrió explicando lo que, de hecho, era el punto de inflexión de toda una realidad separándose de la que la Hallie de la habitación nº14 había soñado otra vez.

***

Probablemente por eso el sueño empezó a volverse inestable. Hallie comenzaba a despertarse. Pero no antes de que el sueño continuase un poco más.

***

Un Marco con 103F de temperatura podría seguir hablando desinhibidamente de cualquier cosa, y de hablar del primer beso pasó a hablar de lo sucedido después, fuera de su influjo (lo que Hallie sabía que terminaba de una forma muy, muy explícita) pero en lugar de entretenerse en eso, llegó rápidamente al resto de lo dicho por ella.- Pero si... nos interrumpieron. Tuvimos que luchar, sin importar lo que faltase por decir entre los dos. Me hirieron, pero aun así debía pelear solo, o moriríamos los dos. Tuve que suplicarte que huyeras sola. Eso me desgarró, ¿sabes que puedo ver futuros, verdad? Pude ver no solo los futuros en los que Vulpes te hacia matarme... también pude ver en los que esa era nuestra última despedida. No me atreví a decirte que te amaba para que... no te doliera más si yo no volvía. Y no he hecho otra cosa que lamentar no habértelo dicho desde que salí vivo de debajo de ese cabrón. Así que... lo siento por no haber hablado claro. Pero toca hacerlo. Te amo.

Definitivamente, no se cortó demasiado. Bastante fue que no le atrajera la cara para besarla en ese preciso momento, porque claramente en sus ojos había toda la intención, y la mano de hecho subió a la mejilla de Hallie. Claro que empezó a hablar tambien de las diferencias entre constructos sociales de pareja para la sociedad Algonquina, y ya nadie en la tienda pudo seguir mucho más impasible. La propia Hallie se puso totalmente roja, Vesper parecía querer salir volando de allí (no podía, era el que vigilaba al Cazador y protegía a Emily) y la propia Emily se tapaba la boca para no reir. Pero el colmo fue que Hallie agradeció a Marco por sus palabras, se miraron a los ojos, y esta vez Marco no se contuvo, y de hecho la besó. Nada excepcional, no le comió la boca, solo un beso.

Pero fue el momento exacto que escogió Deacon para entrar en la tienda. Entró apartando el pliegue, metió la cabeza, miró a ambos lados, vio la camilla, vio a Hallie, vio a Marco, vio a Hallie sentada al lado de Marco, vio de hecho a Hallie sentada muy al lado de Marco y para ser exactos besando a Marco (en realidad era al revés, claro), parpadeó, abrió la boca.- Eeeeh... ¿Interrumpo algo? Pregunta retórica. -Y sin dar ocasión a que Hallie escapase por alguna parte o escondiera la cabeza en el cuello de la camisa como las tortugas, se sentó en una silla delante y tendió la mano a Marco.- Deacon Reed. Encantado. Soy el que ha cuidado de ella. Lo siento, ella pensaba que habías muerto. Y si no la conozco un poquito, la que quiere estar muerta ahora mismo es ella, de vergüenza. No la dejes. -Y miró a Hallie.

Marco hizo lo propio, le estrechó la mano, y lamentablemente dio una respuesta desinhibida febril.- ¡Ah! Marco. Gracias por cuidar de ella, pero no vayas a retirar candidatura así porque sí. No me creo que te escogiera si fueras un mal tio, y no hay tantos buenos tios en el mundo como para desperdiciarlos, y en su vida menos. Así que no la dejes tu. Tu evita que escape por ese lado, yo por este.

Vesper no daba crédito a lo que oía, Emily se llevó las dos manos a la boca sin poder seguir fingiendo que atendía el chichón de Vesper...

***

... y Hallie al fin se despertó en su cama de la habitación nº14, antes de lo que acostumbraba (apenas las 5 de la madrugada) y con la sensación de estar tan fresca como si hubiera haber dormido toda la noche. Primera noche que logra dormir sobre su colchón y realmente descansar bien y sin dolores.

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11/02/2024, 19:47
Hallie

Hallie se llevó la mano a la frente —Oh, descuida que si no te lo recuerda ella, te lo recuerdo yo— dijo con media sonrisa traviesa, acordándose precisamente de su experiencia en el refugio con un Marco febril. Sin embargo esa sonrisa no duró mucho, ya que el soldado con fiebre se desinhibía demasiado y la joven temía que hablara más de la cuenta, como pudo comprobar después...

La chica no sabía por dónde meterse mientras Marco hablaba sin contarse del primer beso y de lo que pasó luego, haciendo que Hallie le tapara la boca y pusiera cara de circunstancias —No hace falta TANTO detalle, Marco— masculló completamente avergonzada, antes de carraspear y apartar la mano al darse cuenta de lo que acababa de hacer. En serio, las mejillas le ardían demasiado.

Por fortuna Marco no especificó lo sucedido esa noche y saltó directamente a la aparición de los cazadores, haciendo que Hallie se destensara un poco y arrugara la frente con pesar al recordar lo sucedido. Pero entonces el soldado dijo directamente que la amaba y Hallie abrió mucho los ojos, sorprendida, antes de sonreírle con afecto y apoyar su mano sobre la que él tenía en su mejilla. Quizá no le respondió con palabras, pero su mirada decía más de lo que ella podría atreverse a pronunciar dada la situación.

Al menos así fue hasta que empezó a hablarle de la cultura Algonquina y volvió a ponerse como un tomate, parpadeando confundida, aunque al menos sí entendió lo de no agobiarse y volvió a sonreír agradecida. Sin embargo, el beso la pilló completamente desprevenida, tanto que aunque no lo rechazó, tampoco supo cómo corresponderlo. Para colmo, justo en ese momento escuchó la voz de Deacon y la chica dio un respingo levantándose de la silla, con las orejas prácticamente echando humo —Deac... esto...— gesticuló nerviosa con las manos señalando en varias direcciones, intentando decir algo en vano y terminando por frotarse la cara lentamente con la mano, como si dijera "tierra trágame".

Pero mientras ella luchaba consigo misma (y no salir huyendo), Deacon tendió la mano a Marco para presentarse, haciendo que ella los mirase de soslayo, aún completamente roja, y como si fuera a salir corriendo a la mínima que se despistaran... cosa que ambos intuyeron al parecer. De hecho, Hallie ya se estaba alejando disimuladamente cuando escuchó a Marco proponerle a Deacon que ambos evitaran que escapara —¡Eh! Que no iba a escapar— protestó ella, con la cara enrojecida, poniendo morritos y cruzándose de brazos. Pero lo mejor de todo era que estaba situada más lejos de la camilla y casi en la entrada del pabellón, lo que tumbaba totalmente su argumento.

***

En la habitación número 14, Hallie abrió poco a poco los ojos, estirando y desperezándose cual felino, antes de girar el rostro para mirar a Marco dormido a su lado. La joven sonrió con dulzura, antes de mirar por la ventana. Aún estaba oscuro pero había descansado sorprendentemente bien, así que intentó levantarse sin despertar al ex soldado.

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11/02/2024, 20:23
Marco Canisskatot

Marco sigue durmiendo. Cuando se encuentra solo echa bracitos como buscando, frunce el ceño, arruga el morro, dice palabras en su lengua de Mordor, pero no se despierta.

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11/02/2024, 20:25
Hallie

La joven logró levantarse de la cama sin despertar a su compañero, y sintió cierta pena al verlo estirar el brazo buscándola, pero Hallie sabía que él también necesitaba dormir, pues apenas había descansado debidamente desde que llegara, que ella supiera.

Hallie cogió algo de ropa, básicamente un chándal limpio y una camiseta de tirantes, y se metió a hurtadillas en el baño, cerrando la puerta no del todo para no hacer ruido, pero a la vez amortiguar el que ella hiciera al vestirse y asearse. 

Al cabo de un rato, Hallie salió del baño descalza y comprobó que Marco seguía dormido como un tronco. Sonrió con cariño y se inclinó para darle un dulce besito en la nuca, antes de coger el portátil y sentarse con él en la cama libre, buscando entradas sobre el Wendigo por curiosidad mientras se comía el plátano que le había sobrado anoche, pues era demasiado temprano para ir a las cocinas a su entender.

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11/02/2024, 20:44
Narrador

Era bastante temprano, Hallie salió del baño y tomó el portatil apenas a las 5:15 y en efecto era temprano para encontrar la cocina abierta. Con el portátil en la mano, buscó información sobre el Wendigo para matar el rato. Wikipedia es una fuente interesante y sencilla, que le ofrece una visión rápida del mito, incluyendo algo interesante, referido a la posibilidad de que la gente se transforme en uno mediante el canibalismo.

"En todas las culturas donde está presente el mito del wendigo existe la creencia de que los seres humanos pueden convertirse en este monstruo si alguna vez practican el canibalismo o si son poseídos por el espíritu demoníaco de un wendigo, a menudo durante un sueño. En cuanto se da la transformación, la persona se volverá violenta y obsesionada con el consumo de carne humana. La causa más frecuente de la transformación en wendigo es que la persona haya recurrido al canibalismo, devorando el cuerpo de otra persona con el fin de evitar morir de hambre durante un periodo de gran necesidad, por ejemplo, durante los duros y fríos inviernos."

Encontró asimismo numerosas aunque vagas referencias legendarias poco especificadas, en todos los casos referidos a cazadores que se transforman mediante el canibalismo. Pero aunque era mencionada la "posesión" como una forma de convertirse, no se volvía a mencionar, y en toda la página no aparecía el nombre de Nanabozho.

Ese nombre, sin embargo, tenía su entrada propia, como la figura de un embaucador, el tipo de espíritu o héroe popular que realiza sus hazañas engañando a sus oponentes mediante la astucia, a menudo robándoles bajo las barbas, o dándoles gato por liebre. Aunque era mencionado como un cambiaformas, no se asociaba su nombre con el del Wendigo.

Era esa incongruencia lo que frustraba a Hallie hasta que obligó al buscador a encontrar los dos nombres en la misma leyenda. Y encontró solamente dos comentarios útiles. En uno, breve, hablaba de forma muy resumida de una leyenda de la tribu de los Potawatomi, en la que el héroe Nanaboojoo engañaba al Wendigo para mantenerlo alejado de las tribus y combatir la hambruna que traía con el invierno, aunque también era expulsado del pueblo por considerarlo maldito por los Potawatomi y era perseguido con hambre por el Wendigo de poblado en poblado.

El segundo comentario, encontrado tras husmear las fuentes del relato original un buen rato, llevó de puñetera casualidad a que Hallie buscase un trabajo de la universidad de Columbia, en la que un folklorista llamado Anderson entrevistó a un "anciano hechicero Montauk de la reserva de Long Island" en Diciembre de 2007, y que le habló largamente de la leyenda de Nanabozho y el Wendigo. El trabajo completo no figuraba, pero Hallie logró hacerse con el audio de la entrevista con el hechicero, y una transcripción de la misma. Y por la fecha y el lugar, Hallie se dio cuenta de que se trataba de una entrevista realizada al mismísimo abuelo de Marco, apenas una semana antes de su muerte anunciada por su propio nieto.

- Tiradas (1)
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11/02/2024, 21:14
Hallie

Lo que empezó como una búsqueda para saciar su curiosidad y quizá aprender un poco de la leyenda del Wendigo, terminó con más dudas de las que Hallie pudo prever y un hallazgo interesante. Apretó los labios, mirando por encima de la pantalla a Marco dormido en la otra cama. No podía reproducir el audio sin despertarlo, a no ser...

Se levantó con cuidado, acercándose al escritorio para ver si habían algunos cascos o auriculares, aunque realmente tenía la opción de usar el suyo vinculándolo por bluetooth al portátil, pero asegurándose en la configuración de sonido que la salida fuera precisamente en los auriculares, no en los altavoces del laptop. Si no habían cambiado mucho en los últimos tres años, debería ser sencillo hasta para ella. Además, igualmente pondría el volumen al mínimo.

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12/02/2024, 08:28
Narrador

El portatil tenía sus propios auriculares, y Hallie recordaba haber visto ya varias veces un programa de gestión de comunicaciones para vincular auriculares a aparatos. No le costó mucho prepararse. El archivo de audio era un mp4 y existía una transcripción escrita. Armada de ambas, Hallie se dispuso a escuchar.

Comenzaba con una voz masculina y madura identificándose como el profesor Anderson, doctorado en historia y folklore de las tribus nativas americanas y profesor de la universidad de Columbia en Nueva York. Mencionaba el dia (sabado, 22 de diciembre de 2007) y su propósito de entrevistar al mitemackicki (literalmente, brujo-medicina, o hechicero) de la reserva Montauk de Long Island, quien aparentemente había accedido a los ruegos del profesor tras varios años de infructuosas peticiones.

Q- ¿Puede decir su nombre completo para la entrevista, por favor?

A- (Responde una voz grave y cascada, hablando con cierta tosquedad y como si no dominara completamente el inglés) Nombre completo largo como noventa inviernos. Pero tarjeta Seguridad Social dice John Sakaigankon Mahiganabe.

Q- (El profesor Anderson hace una aclaración a la grabadora) Los nativos algonquinos escogen un nombre común para sus relaciones fuera de la reserva, un segundo nombre como su nombre en la tribu, y un apellido que primero es el familiar de su madre, y al alcanzar la edad adulta los varones lo cambian por uno nuevo que no se transmite de forma familiar. (Vuelve a dirigirse al hechicero) John, usted es el mitemackicki de su comunidad. ¿Cuales son sus obligaciones, sus funciones?

A- Recordar y relatar. Recordar tradición oral y transmitirla para no olvidar. También tratar con mundo espíritus. Cazadores y guerreros no tienen tiempo para espíritus. Hoy cazar es trabajar, mover mercancías en puerto, trabajar en factoría, pero todo es lo mismo, hay que proveer. Hoy guerreros son policías, bomberos, guardias forestales, pero todo es lo mismo, hay que luchar. No tienen tiempo para espíritus, pero espíritus están allí igualmente. Mitemackicki cuida su gente, calma espíritus ofendidos, propicia espíritus buenos, espanta espíritus malos. (El anciano emite una risita maliciosa) También hacer filtros, ungüentos, mackiki: medicina poderosa. Mackicki, medicina Montauk, no medicina de rostros pálidos: encantamientos, maleficios, bendiciones. Medicina de rostros pálidos, para eso tarjeta de Seguridad Social.

Q- Entiendo. Dado que los nativos algonqunos carecen de escritura, toda su tradición es oral, y los mitemackicki son quienes se encargan de preservarla y transmitirla. De modo que conocerá todas las leyendas transmitidas, ¿verdad? Quisiera que me hablara de una leyenda en particular.

A- Kakitinini Anderson quiere que Mahiganabe hable del Wendigo y Nanabozho.

Q- En efecto, así es.

A- Mahiganabe no chupa el dedo, se lo que busca el rostro pálido. Kakitinini Anderson tampoco chupa el dedo, ¿sabe por qué Mahiganabe le hablará hoy de lo que siempre se negó?

Q- No lo se... pero supongo que porque desea transmitirlo, para que no se olvide. ¿Pero por qué ahora? Llevas años dándome largas, diciendo que esa no es una historia para los rostros pálidos.

A- Kakitinini Anderson hombre leal. No habla con lengua de serpiente. No se toma en serio espíritus ni mackiki, pero no finge hacerlo. Pero conoce, recuerda y respeta tradición, y la transmite en Universidad de rostros pálidos, Columbia, para que no se olvide. Por eso, y porque Mahiganabe no vivirá mucho más.

Q- Bueno, John, usted ha visto noventa inviernos, ¿por qué no unos cuantos más?

A- Porque me ha llegado la hora. Al morir el sol del octavo día, la garra del terror atenazará mi corazón y no viviré más. Muchas veces he burlado al Wendigo, pero ya no podré.

Q- Qué.... específico. ¿Entonces... cual es la leyenda de Nanabozho y el Wendigo?

A- Kakitinini conoce a ambos. El Hambre del Invierno, y el heroe embaucador. Nanabozho es astuto, quien no pelea contra el oso sino que le regala miel para que le pesque salmones. No pelea contra el lobo sino que viste sus pies con cortezas de resina para confundir su olor. No pelea contra el águila pescadora, sino que trepa a su nido y se disfraza de sus polluelos para que le alimente. No pelea con nadie, engaña a todos, roba a todos, es más astuto que todos. Pero al fin, a todos llega el invierno (En la transcripción se especifica que el anciano se señala su cabello canoso, refiriéndose a la edad) y el Hambriento te busca para devorarte. Pero Nanabozho creyó ser mas listo, poder embaucar a la misma muerte.

Q- ¿El Nanabozho envejeció? Pensaba que era un espíritu inmortal o algo así.

A- ¿Quién no envejece, Anderson? Los hombres, los animales, todos los vivos envejecen. Los espíritus se cansan y duermen, y a veces no quieren volver a despertar. Hasta las rocas se cansan, se gastan y se agrietan. El sol cada día muere, y el Mar muere en la orilla. ¿Quién no muere, Anderson?

Q- Bien explicado, John.

A- Se me da bien, Mahiganabe es bueno en explicar cosas. Nanabozho era bueno en engañar a todos. Pensó poder embaucar al Wendigo. Así que salió a su encuentro, nunca le faltó valor. Es fácil encontrar al Wendigo, solo hay que caminar en el bosque por la nieve, sin provisiones, y esperar al hambre. No tardó en encontrarlo, y en oir sus aullidos. El Wendigo ansiaba hacía mucho devorar el hígado de Nanabozho para apoderarse de su astucia, pues el hambre no es astuta. Entones Nanabozho dijo a Wendigo, mi carne es sabrosa y te llenará, nunca volverás a tener hambre. Wendigo desconfió, Nanabozho tenía ya fama de embaucador, no puedes engañar a todos y seguir fingiendo ser inocente. Pero Nanabozho le entregó su hígado diciendo, ven y come y sáciate al fin. Wendigo desconfiaba, pero tenia hambre, siempre tiene hambre, y ahí estaba el codiciado higado del que siempre le había burlado con su astucia. Era su oportunidad, así que cogió el hígado con su garra y empezó a comer. Pero Nanabozho era demasiado astuto. Cuerpo de Wendigo está muerto y no siente dolor. Así que le rajó la tripa y ató los intestinos del Wendigo a su propio hígado, y el Wendigo empezó a comer, y a comer, y a comer, y nunca paraba, porque devoraba sus propias tripas. Cegado por el ansia, Wendigo no pudo prestar atención a nada más, y Nanabozo subió a su calavera y le sacó los ojos, y los devoró, pensando robarle al Wendigo su mirada funesta, el poder que sabe dónde ronda la muerte. Y huyó con su botín, antes de que el Wendigo se diera cuenta del engaño. Y desde entonces, el Wendigo nunca pudo llegar a él, pues poseía sus ojos, y su mirada funesta, y sabía cuando se le acercaba, y siempre podía evitarle y tomar otro camino. Pero ahora, Wendigo había devorado el hígado de Nanabozo y ganado astucia... así que nunca podía burlarle demasiado tiempo. Y aun más, Nanabozho había escapado con el mackicki de la Muerte, y ese poder no es para otras manos que las suyas. Así que... Nanabozho quedó maldito para ser las manos del Wendigo. Portaría la muerte donde fuera, trayendo el invierno a las tierras y la hambruna a sus poblados. Llevaría por siempre la marca en sus ojos, y su misma forma se asemejaría cada vez más a la de su enemigo. Un cuerpo grande con el pelaje para resistir el frio invierno, largas garras, poderosas mandíbulas, y el aullido por su voz. Wendigo esperaba que Nanabozho finalmente se rendiría y devolvería sus ojos... pero Nanabozho es el más astuto. El no podría evitar caer al final en las fauces de su enemigo, pero no devolvería sus ojos: los transmitió a sus descendientes. Cuando finalmente Wendigo dio con Nanabozo, este le enseñó sus ojos velados, diciendo, he visto mi propia muerte y ya no puedo ver más, tendrás que buscar tus ojos en otra parte. Y grande fue la cólera del Wendigo al darle al fin muerte, pero el astuto espíritu de Nanabozho había ganado incluso su última jugarreta, porque muchos eran los descendientes del Embaucador, y cualquiera de ellos podía tener sus Ojos. Desde entonces, cada varios años, nace alguno con la marca de los ojos de Nanabozho, y porta el poder de ver y dispensar la muerte, y sus cuerpo son garras y dientes, y su aullido llama el invierno.

Q- (Anderson anota rápidamente en su libreta y pregunta en voz muy baja algo que la grabadora apenas registra) Tu estás ciego, amigo mío.

A- Porque Maghiganabe ha visto su propia muerte, Kakitinini Anderson, y mis ojos fueron velados. Pero no he encontrado al sucesor de los Ojos, y no puedo transmitirle su leyenda a cualquiera. Es mucho lo que necesita saber, y mis días están contados, así que te lo contaré a tí, para que tú lo transmitas.

Tanto la grabacion como la transcripción terminan en ese punto.

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12/02/2024, 10:38
Hallie

Hallie estaba absorta tanto en la lectura como en la grabación, apenas mirando de vez en cuando a Marco por encima del portátil. Hay que decir que la voz del anciano la hacía estremecer de algún modo que no podía explicar, erizando su piel en algunas partes del relato. 

Cuando terminó tanto la transcripción como la grabación, Hallie se llevó ambas manos tras la nuca, arqueando ligeramente la espalda hacia atrás mientras resoplaba. Apretó los labios, dubitativa, y al final negó con la cabeza, cogió el portátil con los auriculares y se acercó a la cama donde dormitaba Marco.

Marco... despierta— le susurró con afecto, pero también con un tono bastante serio—. Tienes que ver y oír esto— dijo sentándose en el borde de la cama sosteniendo sobre su regazo el portátil y zarandeándolo con suavidad con la mano libre.

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12/02/2024, 10:53
Marco Canisskatot

Hallie toca a Marco para despertarle, y por una vez no le hace una llave inmovilizante como reacción... bueno, no una completa. Ella toca su hombro, y al segundo siguiente tiene la muñeca atrapada, y de algún lugar Marco ha sacado uno de sus karambit, pero al menos esta vez no se lo pone al cuello sino que tan solo lo aferra. En cuanto se da cuenta de que solo es Hallie, la suelta y vuelve a dejar el cuchillo debajo del colchón (sí, Marco guarda un cuchillo bajo el colchón de Hallie) y se incorpora.- Lo siento, eh... perdona... es... dificil sobreescribir costumbres. Además, soñaba que peleaba con Deacon. -Hace una pausa y aclara.- No contra él, sino con él, a su lado, contra otros. Larga historia, luego te cuento. ¿Qué pasa?

Se incorpora y mira el portatil.- Eeeh... el historial de internet es cosa de Amy, lo juro. -Bromea, pero le enrojecen las orejas y se frota un ojo para mirar lo que le quiere enseñar Hallie. De inmediato estrecha la mirada.- Ese nombre, John Sakaigankon Mahiganabe... es, era mi abuelo. -Se pone a leer la transcripción y escuchar el audio. Mira a Hallie inquisitivo, aun mientras está reproduciéndose el audio.- ¿De dónde demonios has sacado esto? Profesor Anderson, Universidad de Columbia... -Se calla mientras sigue escuchando.

Cuando termina devuelve el auricular a Hallie y está pensativo. No dice nada durante un rato, pero finalmente comenta.- Por favor... busca si el tal Anderson sigue enseñando allí. Hace dieciocho años de eso, podría incluso estar muerto ya o haberse jubilado. -Aunque habla tranquilo, tiene los puños cerrados y frota sus índices con sus pulgares, primera vez que Hallie ve un auténtico gesto de nerviosismo en Marco.

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12/02/2024, 11:04
Hallie

En cierto modo, Hallie ya se esperaba una reacción por el estilo, así que se quedó muy quieta y se aseguró de agarrar bien el portátil, aunque arqueó una ceja al ver que el cuchillo lo sacaba de SU colchón —Espera... ¿guardas un cuchillo en mi cama? ¿Y qué es eso de luchar con Deac?— pero el chico le dijo que se lo explicaría luego y Hallie suspiró, claro que el hecho de mencionar el historial con las orejas rojas la hizo alzar ambas cejas —Vaya... pues ahora tengo miedo de mirar— sacudió la cabeza —. No importa, creo que esto es más relevante, escucha— y le tendió los auriculares, además de acercarle el ordenador.

Observó la expresión de Marco sin decir nada hasta que dijo que era su abuelo y Hallie torció el gesto —N-no estaba segura, hasta que mencionaron a los Montauk y el mackiki... pero igualmente creí que te interesaría, fuera o no él. Así que... supongo que cuando al final habla del "sucesor de los Ojos"... se refiere a ti, ¿no?— explicó, rascándose tras la oreja —. Lo cierto es que estaba buscando por curiosidad, probando varias entradas, y esta era de las pocas, por no decir la única casi, que hablaba en el mismo lugar de Nanabozho y el Wendigo— respondió cuando le preguntó de dónde lo había sacado. Ya si le preguntaba el motivo de su curiosidad, posiblemente se ruborizaría, aunque tampoco era de extrañar ya que él le había prestado sus Ojos en varias ocasiones.

Dejó que el chico reflexionara, tomando el auricular cuando se lo devolvió —¿No... sabías de esa entrevista?— le preguntó al cabo de un rato, hasta que él le pidió que buscara sobre el tal Anderson —Okay, no sé si habrá suerte pero empezaré por la web de la universidad... basándome en su cátedra, a ver qué encuentro.

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12/02/2024, 11:21
Marco Canisskatot

Marco ya se incorporaba a mirar el portátil y las preguntas de Hallie le pillan un poco distraido.- ¿Hm, el cuchillo? Ah, claro. En tu colchón, en el mío, debajo del escritorio, en una puerta del armario, debajo del portarollos del retrete, sobre el espejo del lavabo y detrás de la ducha. Estar preparado para que no sea fácil pillarme desarmado es cuestión de preparación. Tu pones monedas en la cerradura, yo pongo cuchillos por todas partes. Y pondría pistolas, también, pero pensé que igual te sentías incómoda. -Está claro que ni se le ha pasado por la cabeza que siete cuchillos escondidos por toda la habitación puedan incomodarla.

Escucha y lee hasta el final, y Hallie hace sus preguntas.- Creo que no sabía quien era el sucesor todavía. Esta entrevista es del sabado 22... yo no predije su muerte el mismo dia, sino hasta el lunes 31, y hasta entonces no creo que supiera que yo tenía los Ojos. De eso se trata conceder la entrevista, ¿no?, preservar la historia hasta que... apareciera alguien con los Ojos. -Y negó con la cabeza.- No, no sabía nada de esta entrevista. Yo tenía siete años. Mi abuelo me contaba muchas cosas, pero esta nunca me la contó hasta que le predije que moriría. Entonces me cambió el nombre, me llamó Canisskatot, y me contó la leyenda de Nanabozho. Claro que yo tenia siete años todavía, repito, así que... realmente no lo recuerdo bien. Me contó muchas cosas y no recuerdo ni la mitad.

Se arrima al lado de Hallie mientras busca datos sobre Anderson, mirando la pantalla, pero pregunta con curiosidad.- ¿Y como te pones a buscar esto? Menudas lecturas de buena mañana.

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12/02/2024, 11:31
Narrador

No le costó mucho esfuerzo a Hallie encontrar los datos del profesor Anderson. Universidad de Columbia, director del departamento de historia, doctorado en folklore de los nativos americanos y con numerosas distinciones académicas, considerado un erudito en la materia. Sesenta y tres años de edad en el momento actual, activo y con cátedra y plaza docente en la universidad, aunque presentemente en un periodo sabático de investigación de las tribus Potawatomi en los estados de Wisonsin, Illinois, Indiana y Michigan. Dispone de un buzon digital en la universidad, tanto para mensajes personales como otro especialmente preparado para recibir colaboraciones espontaneas a sus investigaciones. No constan datos de contacto accesibles al público.

- Tiradas (1)
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12/02/2024, 11:54
Hallie

Hallie parpadeó un par de veces por cómo Marco explicaba con tanta naturalidad que tenía un montón de cuchillos escondidos "a mano" en la habitación, aunque algo pasó por su cabeza sin poder evitarlo, ya que carraspeó y se centró en enseñarle lo que había descubierto, con las mejillas ligeramente ruborizadas.

Luego escuchó atentamente a Marco sobre el tema del artículo, de su abuelo y Nanabozho. Arrugó el ceño, releyendo la parte que el profesor mencionaba lo de los nombres montauk, mirando luego al chico de nuevo —¿Te lo dio tu abuelo? ¿Qué significa Canisskatot?— preguntó con curiosidad.

Claro que luego se centró en buscar información sobre el tal Anderson y Marco le hizo otra pregunta, haciendo que la chica se encogiera de hombros —Bueno, era demasiado temprano para saquear las cocinas, así que me acordé de que era algo que me inspiraba curiosidad— puso cara de circunstancias mientras se enrojecía un poquito —. Y... pues entenderte un poco mejor, ya sabes— añadió algo abochornada.

Tras una búsqueda más, le pasó el portátil otra vez —Ahí lo tienes: Director del departamento de historia de la universidad de Columbia— le dijo con media sonrisa, dejando que él leyera la información.

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12/02/2024, 13:44
Marco Canisskatot

A una explicación con tono inocente sobre por qué hay siete cuchillos repartidos estratégicamente por toda la habitación, Hallie se sonroja, y Marco sonríe malicioso. Oh sí.

Hablando y explicándose cosas de la grabación, Hallie pregunta por su nombre.- Mi nombre me lo puso el abuelo en cuanto supo que tenía los Ojos. Significa algo en la linea de "Oculto", y es un juego de palabras que vale también para otros idiomas, porque es tanto oculto de "escondido a simple vista" como oculto de "ocultismo, misticismo", un conocimiento que se mantiene en secreto. Se refiere a que aunque poseo los Ojos, no tengo... -Carraspea incómodo, pero termina.- ... no tengo las señales que los delatan. Como el ansia de comer carne humana, o la posibilidad de transformar mi cuerpo al de un monstruo. -Claro que las cosas han cambiado en el ultimo par de días y ahora pasan más cosas de las que puede controlar al respecto.

Hallie se explica un poco tomatito y Marco sonríe y le acaricia un mechón de pelo hacia su mejilla.- Bueno... no tiene nada de malo querer saber un poco más. Yo quiero saberlo todo de tí. -Se da cuenta de que ahora sus orejas se están calentando, así que carraspea y cambia de tema a lo primero dicho por ella.- De todos modos ya robamos la cena, ¿por qué no íbamos a robar el desayuno? Venga... bajaremos a desayunar antes de que llegue el Aquelarre de Arpías Cotillas. -Y en efecto se levanta, se da cuenta de la poca ropa que lleva encima (sus chapas militares, su mackicki, y para de contar), enrojece de nuevo, y se apresura a ponerse algo. Con su celeridad habitual, está en su chándal en quince segundos. Toma el portatil para bajarlo al comedor y tiende la manita a Hallie.- Ven conmigo si quieres desayunar. -Y se ríe él solito.

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12/02/2024, 14:01
Hallie

Que él sonriera malicioso no arregló su rubor, sino lo empeoró, aunque se aseguró de no seguir tirando de ese hilo.

Cuando le explicó lo que significaba su nombre y el por qué, Hallie lo escuchó atentamente, aunque levantó un dedito discrepando en algo —De carne humana no sé, pero de postres... Uf... tienes un problema, y nada fácil de ocultar— comentó con sorna, sonriendo ladina. Curiosamente no objetó la parte en la que Marco se había convertido en una mole peluda y lupina, como si eso fuera normal para ella o algo así (teniendo en cuenta que había convivido con Vesper, tampoco era tan sorprendente).

Sonrió tímidamente cuando él dijo que quería saberlo todo de ella —Yo soy bastante simplita, no creo que haya mucho más que no sepas— aunque se quedó pensativa, arrugando el ceño al recordar algo, pero sacudió la cabeza. No era el momento. Además, Marco cambió de tema y le siguió el juego, mirándolo divertida ante la propuesta de robar el desayuno. Claro que luego se levantó y Hallie abrió mucho los ojos, desviando la mirada al ordenador en un intento de disimular mientras apretaba los labios y luchaba porque sus ojos no la traicionaran como ya hacían sus mejillas.

Entonces Marco se vistió y le tendió la mano, haciendo un juego de palabras entre lo que le había dicho en otras vidas (totalmente sacado de Terminator) y el desayuno. Hallie se rió a su vez y la aceptó, bajando la pantalla del ordenador —Deja al menos que me ponga las zapatillas— dijo, cogiendo luego el móvil y la sudadera por si refrescaba.