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Y no quedó ninguno: Diez Negritos

15D. En la sala de estar del piso superior

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16/06/2012, 11:55
Director

Te pareció escuchar pasos apresurados por el pasillo, justo antes de subir. Al llegar al piso superior, te encontraste con una figura de negrito rota por la mitad, en el suelo, al lado de la puerta de la sala de estar. A su lado había una especie de cerbatana muy ornamentada, posiblemente una antigüedad procedente de alguna tribu, un auténtico objeto de coleccionista.

Al entrar en la sala de estar, el espectáculo es dantesco. El cura y la adivina se encontraban de pie, horrorizados, contemplando un bulto en el suelo. Ese bulto en el suelo era nada más y nada menos que el estirado forense, que yacía en la moqueta con la cara hinchada como un globo, los labios amoratados y los ojos rojos como la sangre. Parecía más cerca del mundo de los muertos que de los vivos, como si se encontrase a las mismísimas puertas del Hades.

Bartok había traído el maletín del forense. Ahora mismo se encontraba pidiendo espacio y hablando con el moribundo forense, mientras trataba de llevar a cabo una acción desesperada para salvarle la vida.

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16/06/2012, 12:03
Director

En medio de la confusión, a todos os vino a la cabeza la estúpida cancioncilla que tanto habíais comenzado a odiar:

Diez Negritos se fueron a cenar.

Uno se ahogó y quedaron:

Nueve.

(El pobre señor Fox).

Nueve Negritos trasnocharon mucho.

Uno no se despertó y quedaron:

Ocho.

(La delicada señora Walker)

Ocho negritos viajaron por Devon.

Uno se escapó y quedaron:

Siete.

(La desgraciada señora Sommers).

Siete Negritos cortaron leña con un hacha.

Uno se cortó en dos y quedaron:

Seis.

(El crimen malogrado de Morrigan, ¿no?).

Seis negritos jugaron con una colmena.

A uno de ellos lo picó una abeja y quedaron:

Cinco.

(El metafórico pinchazo de abeja de Marsh. ¿Es que el asesino se había saltado una estrofa al habérsele escapado la doncella de las manos?).

¿Y cómo continuaba la canción?

Cinco Negritos estudiaron derecho.

Uno de ellos se doctoró y quedaron:

Cuatro.

 

 

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17/06/2012, 14:52
Stephen Bartok

Si lo hubiera pensado no lo hubiera hecho, en cualquier otra ocasión sería un miembro más del grupo de observadores, ateridos de miedo que presenciarían la escena, pero un fugaz pensamiento al ver un escalpelo y ese tuvo estéril de goma cobró forma en su cabeza.

Aguante, no voy a dejar que se vaya. Le dijo a el Doctor Marsh, quizá el doctor no lo notara pero las palabras de ánimo eran mas para si mismo que para el paciente

Recostó al doctor haca atrás, sin darse cuenta de que había comenzado a rezar sin pronunciar las palabras, se hizo con uno de los escalpelos de el maletín y dejó el tubo al alcance de su mano, mientras le desabotonaba la camisa ala altura del cuello y  con decisión practicó una incisión entre las dos clavículas, después comenzó a introducir el tubo por la incisión poco a poco, mientras esperaba que el doctor consiguiera inspirar esa bocanada de aire que necesitaba con desesperación.

Notas de juego

Jalea jacta est

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18/06/2012, 00:12
Robert Calvincott

Lo que ví al abrir la puerta de la estancia me dejó perplejo. Acudí presto junto al yaciente, pero Bartok le atendía con bastante precsión, o eso parecía. Se atrevía a hacer lo que a ninguno se nos hubiese ocurrido, ni hubiésemos osado.

Asistí en silencio a la maniobra, fascinado y expectante del resultado. De pronto se me ocurrió volver de nuevo a la puerta y coger lo que ante ella hallé, la cerbatana y la figura rota del negrito.

Volví para asegurarme del éxito de la maniobra de Bartok.

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18/06/2012, 19:09
Myst

La maniobra del señor Bartok era tan osada como acertada. Con los músculos de la garganta agarrotándose a causa del cianuro la única manera de evitar la muerte por asfixia del señor Marsh era introduciendo el aire directamente en los pulmones. Pero si bien mis conocimientos de venenos eran bastante amplios, los de medicina que no estuvieran asociados a los efectos de estos eran más bien escasos, por lo que jamas se me habría ocurrido ni me hubiera atrevido a llevar a cabo una acción semejante. No que me quedaba más remedio que admitir el valor y arrojo del señor Bartok.

Observe la situación en completo silencio mientras por en mi cabeza volvía a repasar aquella canción que estaba escrita en la habitación y que hasta el momento había acertado en pleno con todas y cada una de las muertes uno de ellos se doctoro y quedaron cuatro. Se doctoro... no tiene ningún sentido. Ninguno de nosotros es estudiante y que yo sepa el único doctor que hay es precisamente el que esta a punto de morir a no ser que el señor Bartok demuestre sus habilidades como doc... Entonces una idea de lo más loca paso por mi cabeza señor Bartok, ¿donde ha encontrado ese maletín? ¿Ha comprobado que no tuviera nada raro en su interior?

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19/06/2012, 11:47
Charles Hawthorne

Me aparté para dejar sitio a Bartok, que parecía tener las ideas más claras que nosotros en ese momento. Entre tanto Calvincott había subido a ver qué ocurría, aunque me imagino que en realidad ya lo sabía. Yo observaba la escena, impotente ante aquella situación pues carecía por completo de conocimientos de medicina. Mientras ellos trabajaban, me fijé en una abeja que acababa de entrar en el cuarto por la ventana abierta. Una abeja... "A uno de ellos le picó una abeja y quedaron cinco." Santo Cielo, ¿es que esto  no terminará nunca?

Seguía con la mirada los movimientos gráciles de la abeja cuando de nuevo vino a mi mente la horrible canción:

"Siete Negritos cortaron leña con un hacha.

Uno se cortó en dos y quedaron:

Seis."

Pero la señorita Morrigan se salvó. Y fue la única... El doctor Marsh ha sido atacado con éxito incluso estando todos juntos y, sin embargo, la señorita Morrigan, la más física y mentalmente débil de todos nosotros, se salvó milagrosamente de un ataque cuando ella estaba sola y hecho con un arma sumamente mortal. Sospechoso... ¿Y ella está preparando la comida? Pues no pienso probar nada que ella haya tocado.

Y luego pensé en la estrofa siguiente:

"Cinco Negritos estudiaron derecho.

Uno de ellos se doctoró y quedaron:

Cuatro."

¿Derecho? Que yo sepa, ninguno de nosotros ha estudiado Derecho, o al menos ninguno ha admitido haberlo hecho. En cuanto a doctorarse, el único que ostentaba un título, reconocido al menos, de Doctor en algo, está muriendo ante mí ahora. Si acaso, de entre nosotros yo soy el único que tiene un título parecido... ¿Seré el siguiente? ¡Oh, Dios mío, cuida de tu pobre siervo! Si he de acudir hoy a tu llamada, haz que me vaya sin dolor.

Entretanto, la señorita Myst parecía absorta en sus pensamientos, hasta que por fin habló, logrando que yo interrumpiese mis rezos ante la pregunta que ella acababa de formular al señor Bartok. Era cierto, con tanto jaleo no me había parado a pensarlo: ¿dónde había cogido ese maletín? Clavé mis ojos en el actor, ansioso por escuchar su respuesta.

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23/06/2012, 15:31
Director

Todos estaban atentos al proceder de Bartok, quien parecía saber cómo se hacía aquel procedimiento perfectamente. Verlo era harto desagradable, la sangre manaba a borbotones, y la imagen del tubo introduciéndose en su garganta con precisión y también con algo de tensión no era fácil de digerir, era una imagen harto inquietante.

El forense, sin duda gracias al tubo de la garganta, parecía poder respirar un poco mejor, pero el veneno seguía corriendo por sus venas, haciendo estragos en su organismo.

Por un momento pareció que la idea del actor había servido para salvarle la vida a Bernard, pero de pronto el forense comenzó a tener convulsiones. Emitía un gorjeo espeluznante, mientras se seguía hinchando más y más. Su sangre manchaba el suelo, su ropa y las mangas de la ropa de Stephen Bartok, quien seguía haciendo todo lo posible para salvarle la vida.

Marsh estiró el brazo hacia su maletín, parecía querer tomar algo de él. Quizás poseía algún tipo de medicamento, algo inyectable que sirviera para paliar, aunque fuera solamente de forma ínfima, los espantosos efectos del veneno.

Pero todos los intentos fueron en vano. El señor Marsh emitió un último y agitado gemido y su cuerpo se relajó. El brazo estirado dramáticamente hacia el maletín cayó con un golpe seco. El forense había dejado de respirar.

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23/06/2012, 16:26
Director

¡Ha muerto! ¡Ha muerto! ¡Otro más! ¡Vais a morir todos! Y esa sangre, esa sangre saliendo a borbotones, esa sangre tan roja que mancha la alfombra, que cubre las mangas de Bartok, que empapa las ropas del cadáver... ¡Sangre! ¡Odias la sangre! ¡No puedes soportarlo más! ¡Es sangre! ¡SANGRE!

Tu cabeza parece que no puede asimilar lo que ha visto. Ha sido demasiado para ella. Por unos momentos pierdes el control sobre tu mente.

Notas de juego

A partir de ahora tienes hematofobia (fobia a la sangre).

(Mensaje solamente  para Calvincott).

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23/06/2012, 16:29
Director

¡Dios Santo! Aquella muerte tan espantosa había quebrado tu coraza de acero. Las rodillas te temblaban y el corazín parecía escapársete del pecho. Aquella sangre, aquel montón de sangre saliendo del cuerpo de Marsh, hasta que emitió su último suspiro en medio de aquel atroz sufrimiento...

Nada de lo que habías visto hasta aquel momento te había impresionado de la misma forma en que lo había hecho la muerte de Bernard Marsh.

Notas de juego

(Mensaje solamente para Myst).

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23/06/2012, 17:06
Stephen Bartok

Bartok se quedo quieto, manchado de la sangre del doctor, mientras observaba a la impecable persona que había sido yacer inmovil, le cerró los ojos con sumo cuidado y se dejo caer sobre un lado apoyando su hombro sobre una pared, con la vista fija en el suelo; de forma repentina dio dos golpes, con su puño cerrado, en el suelo, dos golpes repletos de pura rabia mientras le ardía el nudo que tenía en la garganta y acallaba un grito de frustración al tiempo que comenzaba a llorar. Rompió a llorar como un niño desconsolado

 

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24/06/2012, 23:58
Robert Calvincott

Lo ví morir, lo ví desangrarse.. La cascada roja fluía de su garganta, ampaándolo todo.. Todo era rojo, su camisa, su chaqueta, la alfombra.. Sangre.. sangre..¡sangre por todas partes!

-¡¡POR EL AMOR DE DIOS, PAREN ESA SANGRE!! NO PUEDO SOPORTARLO MAS, VAMOS A MORIR TODOS, ¡¡AAAHHH!!

Mi corazón estalla, me falta el aire, necesito aire, me ahogaré.. corro hacia la ventana para abrirla y respirar..

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26/06/2012, 11:04
Charles Hawthorne

Cuando me di cuenta, estaba de pie, pegado a la pared, con los puños tan apretados que me dolían, y tan empapado en sudor frío que mi camisa estaba como si hubiese salido a pasear en un día lluvioso. Sangre... sangre por todas partes. La alfombra, la ropa, las manos del actor, el cadáver... todo cubierto de sangre. Podía sentir el fuerte olor del líquido rojo por toda la habitación, y empezaba a sentir fuertes náuseas. Jamás había podido soportar la visión de la sangre. Hasta el más leve corte en mi piel me provocaba mareos, y una escena como la que estaba viendo superaba para mí todo lo acontecido hasta el momento. Solo el grito histérico de Calvincott me hizo recobrar el sentido y apartar la vista del charco por un instante.

Cal...calma... calma...

En realidad no estaba seguro de si se lo estaba diciendo al criado o si en realidad me lo estaba repitiendo a mí mismo, pero poco a poco iba tranquilizándome. Procuraba no mirar a ningún lado en que hubiese una gota de sangre y, aunque todavía muy mareado, me separé unos centímetros de la pared. Mientras lo hacía, me fijé en la mano estirada de Marsh, que justo antes de morir extendió hacia la pequeña maleta. Tragué saliva y tuve que hacer un enorme esfuerzo para contener la nausea y poder hablar:

¿Qué quería coger del maletín?

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26/06/2012, 19:02
Myst

Finalmente pese al loable intento del señor Bartok por salvar su vida el señor Marsh exhaló su último aliento entre violentas sacudidas y grandes cantidades de sangre. Había algo turbante en aquella muerte, algo que la hacía espeluznante. Durante años había estudiado las propiedades y los efectos de diversos tipos de venenos y en ninguno se hablaba de muertes tan horrendas.

¿Oh tal vez si? Tal vez si que las descripciones de las muertes fueran tan terribles como esta solo que mi mente las suavizaba para no imaginarme el tétrico final que les esperaba. ¿Acaso todos los hombres que he “tratado” a lo largo de estos años han sufrido muertes similares a la del señor Marsh? No... no puede ser... esto ha tenido que ser por lo que ha hecho el señor Bartok... las muetes por envenenamiento no pueden ser de esta forma... no así...

Poco a poco mi respiración se fue haciendo más rápido a la par que los latidos de mi corazón. Un frío sudor comenzó a recorrer mi frente y mi espalda. Las piernas comenzaron a temblar y a fallarme. Di un leve traspiés hacia atrás y a punto estuve de caerme si no llega a ser por una mesita que había ahí, pero al apoyarme en ella un pequeño jarrón que había cayo al suelo rompiéndose en mil pedazos. Di un respingo y solté un pequeño pero agudo chillido para acto seguido quedarme completamente quieta mirando los restos del jarrón en el suelo, con los ojos desorbitados y la respiración convertida en rápidos y profundos jadeos.

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29/06/2012, 12:42
Director

La desazón se había apoderado del grupo. Y no era para menos. En menos de 24 horas habían visto morir al policía William Fox, envenenado durante el almuerzo del día anterior. Luego le había tocado el turno a la hermosa pintora, miss Walker, a quien alguien había envenenado mientras reposaba en su cama. Más tarde la mala suerte se cebó con la madame, miss Sommers, la atractiva pero vulgar mujer que había visto la muerte despeñada por un acantilado, la más espantosa de las muertes sufridas durante la jornada anterior.

Ni siquiera la noche había sido tranquila. La criada, miss Morrigan, había sido brutalmente atacada con un hacha, según su versión a manos del previamente desaparecido enterrador, el señor Collins.

Y aquella mañana ya había visto la primera de sus muertes: Bernard Marsh, el afamado forense, había muerto a causa de un poderosísimo veneno. Ver su muerte había sido espantoso, atroz. Y lo que lo había empeorado aún más fue la impotencia de los presentes al ver que sus intentos de socorrerlo, principalmente los del valiente actor que se había arriesgado a realizarle una traqueostomía, habían sido en vano. Quizás había sido precisamente eso, el intentar luchar contra aquel repugnante asesinato, y el haberse visto vencidos, lo que había provocado aquella sensación de desesperación que se apoderó de todos los presentes. Las amargas lágrimas del actor, el nerviosismo del criado y de la adivina, y la impresión causada en el sacerdote excedían con creces las vividas hasta ahora en aquella isla de pesadilla.

Allí se encontraban los cuatro, sin saber qué hacer o qué decir, muertos de miedo, de dolor, de indignación y de impotencia.

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29/06/2012, 12:53
Director

Cada lágrima derramada te recordaba todas las palabras dichas por aquel prepotente e inteligente sujeto llamado Bernard Marsh. Su predisposición a desconfiar de todo el mundo, su manera de dirigirse hacia todos con cierta petulancia, su evidente cultura... Todos aquellos rasgos de carácter se habían definido a la perfección en apenas 24 horas de convivencia.

Por otra parte, la conversación que habíais mantenido en la escalera, mientras se duchaban parte de los invitados, regresaba a tu mente, casi palabra por palabra. Recordaste el interés de Marsh por registrar toda la casa, algo que de ser por ti ya se habría hecho, pero que habíais dejado para la mañana a causa de la escasa iluminación de algunas estancias. Marsh ya nunca podría registrar la casa, pero vosotros sí. Aún quedabais cinco invitados, incluyendo a la criada que se había quedado en la cocina cuando subió Calvincott. Eso sin contar a Collins, desaparecido desde la noche anterior.

¿Sería él el asesino, como había sugerido Violet? ¿Se avendrían los demás inquilinos a registrar de una vez por toda cada rincón de aquella horripilante vivienda?

Alguien debía de tomar las riendas de la situación. Había que organizarse y dejarse de aguardar a que el asesino los hiciese caer uno tras otro. ¿Qué se había hecho hasta ahora para descubrirlo? ¡Nada! Estabas rodeado de una panda de lánguidas criaturas dispuestas a dejarse matar sin oponer resistencia.

 

Notas de juego

Mensaje solamene para Bartok.

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29/06/2012, 13:00
Director

Habías subido a toda prisa para presenciar el más atroz de cuantos asesinatos se habían perpetrado hasta ese momento. Casi habrías preferido quedarte en la cocina junto a Violet y subir cuando todo hubiese acabado. Los últimos momentos de Bernard Marsh resultaban imposibles de olvidar. Toda aquella sangre te ponía de los nervios. Cerrabas los ojos y lo veías todo teñido de rojo. ¡Sangre! ¿Es que no podías abandonar aquel pensamiento?

Te giraste, poniéndote de espaldas al cadáver para evitar ver aquel charco sangriento empapando la alfombra y las ropas de Marsh. Hasta Bartok estaba impregnado de su sangre. Sus mangas lo estaban, hasta los codos, y sentías un irrefrenable impulso de gritarle que se fuera a cambiar la chaqueta y a lavarse las manos, teñidas de rojo.

Tras tomar aire un par de veces, te percataste de que aún llevabas en mano la figura de negrito y la cerbatana. Supusiste que quizás a los demás les apeteciera analizarlos detenidamente.

Tú sabías de dónde había salido la figura de negrito. Alguien debía de haberla robado antes de que bajaseis a hacer el desayuno. Tendrías que asegurarte de que nadie más pudiera bajar a robar otra.

 

Notas de juego

Mensaje solamente para Calvincott.

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29/06/2012, 13:06
Director

El jarrón con flores que arrojaste al suelo se rompió en infinidad de fragmentos. La abeja que había entrado por la ventana se aproximó hacia las flores y se posó en una. ¡Una abeja! ¡Una maldita abeja! Claro estaba que su entrada en la estancia era una casualidad, pero no podías dejar de pensar en aquella maldita canción infantil que en tan poco tiempo tanto habías llegado a odiar.

¡Pero claro! ¡La canción! ¿Cómo no habían pensado en ello antes? Claro estaba que el asesino estaba siguiendo aquella melodía infantil que ahora resultaba tan macabra a la hora de establecer el orden de los asesinatos.

Diez Negritos se fueron a cenar. Uno se ahogó y quedaron:Nueve. (El pobre señor Fox).

Nueve Negritos trasnocharon mucho. Uno no se despertó y quedaron:Ocho. (La delicada señora Walker)

Ocho negritos viajaron por Devon. Uno se escapó y quedaron:Siete. (La desgraciada señora Sommers).

Siete Negritos cortaron leña con un hacha. Uno se cortó en dos y quedaron: Seis. (El crimen malogrado de Morrigan, ¿no?).

Seis negritos jugaron con una colmena. A uno de ellos lo picó una abeja y quedaron:Cinco. (El metafórico pinchazo de abeja de Marsh. ¿Es que el asesino se había saltado una estrofa al habérsele escapado la doncella de las manos?).

Cinco Negritos estudiaron derecho.Uno de ellos se doctoró y quedaron:Cuatro.

Cuatro Negritos se hicieron a la mar. Un arenque rojo se tragó a uno y quedaron:Tres.

Tres Negritos se pasearon por el Zoo.Un oso los atacó y quedaron: Dos.

Dos Negritos estaban sentados en el sol. Uno de ellos se quemó y quedó:Uno.

Un Negrito se encontraba solo.Y se ahorcó, y no quedó ¡ninguno!

Bueno, no es que estuviese clarísimo, pero cierta idea de cómo iban a morir los demás sí que proporcionaba.

Te extrañaba que en aquellas circunstancias tu cabeza estuviese razonando con tantísima claridad, pero es que el instinto de supervivencia podía con el terror más absoluto. Puede que no pudieses frenar tus nervios, pero de momento no pensabas dejarte matar.

Un negrito que se doctoró. ¿Cómo demonios iba a matarlo? ¿Iba a golpearlo con el birrete hasta matarlo? No, eso era completamente absurdo. ¿Atrezzo quizás? Podía ser. ¿Una metáfora del aprendizaje de Bartok tras ejercer de médico en un intento desesperado de salvar a Marsh? También era posible. Quizás Bartok fuese el siguiente...

¿Y qué decían en resto de estrofas? Un negrito al que se tragaba un arenque, un negrito al que atacaba un oso, un negrito que se quemaba por el sol, y uno que se ahorcaba. ¡Todo aquello era absurdo! ¡Allí no había osos, ni un arenque podría tragarse a uno de los invitados!

La cabeza te daba vueltas, pero si de una cosa estabas segura, era de que la clave estaba en la canción.

Notas de juego

Mensaje solamente para Myst.

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29/06/2012, 13:18
Director

¿Y Violet Morrigan? ¿Dónde demonios estaba Violet Morrigan? ¿No había bajado con el señor Calvincott a preparar el desayuno? Resultaba increíble que no se hubiese visto alarmada por el griterío del piso superior, o por el estruendo provocado por el jarrón que Myst había tirado al suelo, y que se había roto en infinidad de fragmentos. En los últimos minutos había habido un ruido descomunal en aquella sala, y sin embargo, la criada no había subido al piso superior.

Todo ello resultaba muy sospechoso. O bien la criada tenía algo que esconder...

...O bien es que estaba muerta. ¿Por qué no había subido con Calvincott? ¿Qué tenía éste que decir al respecto? Todo resultaba tremendamente sospechoso.

Te resultaba increíble el ser capaz a pensar con tamaña claridad tras lo sucedido. Si bien también es cierto que se dice que en situaciones de extremo peligro o te hundes o sacas fuerzas de donde no las hay.

Por otra parte, comenzaste a pensar en el señor Marsh, quien yacía a tus pies envuelto en sangre y con el rostro desencajado y deformado por la hinchazón. ¿Cuántas veces había sugerido el hombre la idea de registrar la casa? ¡Cientos de veces lo menos! Y nadie, salvo el actor, le había hecho caso. Ahora ya nunca podría registrar la vivienda. El asesino lo había sentenciado a muerte, y muerto se iba a quedar, como el resto de infortunadas criaturas que ya habían pasado a mejor vida. Solamente quedábais unos pocos: el actor, la adivina, los dos criados y tú, además del desaparecido señor Collins, el enterrador que se había dado a la fuga.

Ya era hora de ponerse las pilas y entrar en acción. El quedarse sentado y esperar a ser asesinados ya había durado demasiado tiempo. Era hora de actuar.

Notas de juego

Mensaje solamente para Hawthorne.

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30/06/2012, 12:00
Robert Calvincott

Qué asco me daba toda aquella sangre, qué asco.. Hasta el olor me descomponía el ánimo.. Tenía que salir pronto de allí, sólo veía manchas rojas por doquier...

Me dí cuenta de que en la mano llevaba aún la cervatana y la figura del negrito que me había encontrado.. Las había apretado tan fuerte con los nervios que se me habían quedado sus marcas en mi piel.

-Yo... Yo encontré ésto..-les dije, dejándolo sobre la mesita para que lo examinases si querían-... Con su permiso me retiro, no... No aguanto más aquí dentro..

Salí de la habitación tratando de no mirar ni pisar el cadáver, ni las manchas que provocó. Tenía sudores fríos, debía aflojarme la camisa ya, no podía soportarlo...

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30/06/2012, 12:08
Robert Calvincott
Sólo para el director

... Y en cuanto salgo bajo de nuevo a contárselo a Violet y vigilar las figuritas.

Notas de juego

Mensaje sólo para la directora