Partida Rol por web

Llena de sangre. Estaba llena de sangre. Estaba sucia, tal y como le había dicho la madre de Emily. La niña sintió una terrible necesidad de limpiarse con cualquier cosa. Lo que fuese. Pero tenía que quitar esa sangre de su pelo, de su piel...

Martin tenía claro de donde salían todos los problemas: era del agua. Había que mantenerse alejado del agua a toda costa, aunqe eso significase no bañarse. Era mejor estar sucio que morir o que ser bañado en sangre. A duras penas pudo retirarse el chico a su habitación, sin que eso pareciese enfadar a su madre... Tenían que acabar con el mosntruo

Sabiendo que si bien no había plata en el monasterio, si que había un aparato para fundirla, Chester se fue a dormir más tranquilo. O todo lo tranquilo que podía dormir sabiendo lo que sabía. La noche pasó rápido sin sueños terribles que le acosasen...aunque tuvo la sensación de que había soñado con su hermano.

Sangre, el agua es sangre, el agua es sangre, el agua es sangre...- Ya en la cama, sentado sobre ella con la piernas cruzadas y realizando perceptibles movimientos de cabeza balanceándose adelante y atrás, Martín no dejaba de repetir esa frase entre susurros.- Sangre, el agua es sangre, sangre, el agua es sangre...

Era hora de dormirse, - Sangre, el agua es sangre, sangre,...- pero el niño pensaba que en cuanto lo hiciera el payaso saldría completamente ensangrentado del lavabo e iría a su cuarto chorreando gotas de sangre a matarlo.-Sangre, el agua es sangre, sangre,...- Podía verlo en su imaginación, -Sangre, el agua es sangre, el agua es sangre,- una y otra No se iba a dormir, no iba a ser tan estúpido como para eso.- Sangre, el agua es sangre, el agua es sangre, el agua es sangre, el agua es sangre- Igual que tampoco lo sería como para volver a ducharse, -Sangre, el agua es sangre, sangre,..-al menos hasta que matasen a esa endiablada cosa- Sangre, el agua es sangre, sangre,..

Martin nunca supo a qué hora el sueño por fin pudo vencer la enorme ansiedad que sentía y cayo dormido.

Sangre. Por todas partes. No quería sangre, no la quería y estaba en cada trocito de mi piel y mi pelo.

No sé cuánto tiempo pasé limpiándome y frotando con todo lo que encontraba: toallas, ropa que estuviese cerca, esponjas... Incluso había usado lejía a pesar de que decían que era agresiva apra la piel (lo que fuera que quería decir eso). Al final había conseguido limpiarme aunque toda mi piel estaba enrojecida y escocía en los sitios que había frotado demasiado. Y me pelo... No podía cortarlo auqnue me moría de ganas, ya que Phil haría preguntas... Así que también lo había lavado con la lejía. Ahora el baño apestaba, yo apestaba...Pero no había sangre. Me pondría el despertador muy pronto y me ducharía de nuevo por la mañana. Sí, con suerte ya no saldría sangre de la ducha... y si salía sangre, usaría la manguera del jardín. Si aun era pronto ni Phil ni los vecinos me verían.

Con esa idea en mente me metí en la cama dejando la ventana un poco abierta para que el olor no se acumulase en la habitación. Mañana tenía mucho que hacer: lavarme, buscar plata para el monstruo... buscar al monstruo.

Dejadme en paz.

Había sido él, lo sabía...

Dejadme en paz.

Pero no lo podíamos dejar en paz, por aterrador que fuese...

El corazón de Danny dio un vuelco y la sangre se le heló en las venas. Los ojos. Otra vez esos ojos demoníacos que le perseguían en sueños y que ahora eran rojos como la sangre, en lugar de su habitual color amarillo.

Atrapado por esa mirada, el muchacho no escapó corriendo, como la otra vez. Cogió el abrecartas de la mesilla y alzo el puño, en ademán de clavarlo.

- ¿Eso es lo que quieres? ¿Que mate a mi abuela por que tú no lograste hacerlo? ¿Porque ella y sus amigos acabaron contigo?

Por un momento se preguntó si sería buena idea establecer una conversación con el monstruo que quería matarlos, y mucho menos provocarlo, pero Danny sentía mucha rabia en su interior. Así que aguantó, con el brazo temblando en alto y un asomo de lágrimas que comenzaban a enturbiarle la visión.

El monstruo no dijo nada ante la respuesta de Danny. Únicamente continuó riéndose en la cama. La cara de su abuela se había vuelto algo lobuna y al sonreír enseñaba unos trozos de carne verdosos horribles, en lugar de encías. No parecían importarle las acusaciones de Danny.
El niñito ha cogido el abrecartas...uyyyyyyyyyy Es facil matarme con ese abrecartas ¿verdad? SOlo tienes que acercarte y clavarselo en el corazón a tu abuelita...

Como cabía esperar, Lissey no durmió muy bien aquella noche. La piel le picaba y la escocía y además no podía dejar de pensar en la sangre. Sangre. Sangre por todos lados. Para colmo de males, comenzó a sentir unos fuertes dolores en el viente. Unos pinchazos como los que había tenido días atrás, antes de que comenzase todo. Y entonces comprendió lo que eran. Lo comprendió muy bien ya que su madre le venía hablando de "aquello" desde hacía unos meses. Lo que la faltaba: mas sangre.
Temblando, la niña finalmente se durmió.

A la mañana siguiente se levantó más temprano que de costumbre para comprobar si salía sangre de la bañera. Afortunadamente, el agua era clara y cristalina. No obsatante, Lissey no se dejó engañar y lleno la bañera para darse un baño, en lugar de ducharse. Mientras se jabonaba con mas fuerza de la habitual pudo comprobar como su piel iba pelandose, como si hubiese estado demasiado tiempo al sol. Sin duda alguna ea cosa de la lejía. 
Cuando finalmente salió del baño, entró al salón empeñada en encontrar algo de plata. La niña creía recordar que allí había, a modo de pequeño adorno, una bandejita pequeña de plata. Pero para conseguirla tenía que pasar delante de su padre, que roncaba como un cerdo tirado en el sofá.

La mañana pasó tan lenta para Martin como la noche, que había estado sembrada de pesadillas. Sin duda alguna ducharse no era una buena idea. Ni siquiera lavarse los dientes...¡que demonios! Ni siquiera debían beber agua del grifo o de las fuentes. Seguro que aquel ser había envenenado el suministro y por eso salía sangre del en lugar de agua. Finalmente, se levantó y desayunó, solo para descubrir que sus padres le iban a dejar solo lo que quedaba de mañana y toda la tarde, pues tenían que ir a hacer unas gestiones a la ciudad. Su madre no se había ofrecido a buscarle un canguro, algo extraño en la sobreprotectora progenitora, pero aquello no tenía nada de raro para el niño.  Estaba claro que aquello tenía que vercon el estado de indiferencia en el que el monstruo había dejado sumidos a sus padres.

Al día siguiente, Chester fue al refugio pensando en las noticias que podía dar a sus amigos: no había encontrado plata, pero había encontrado un buen lugar donde fundirla para darla la forma que quisieran, demás, el hornillo ni siquiera era muy grande: podían llevarle a la casita, utilizarlo y volver a llevarlo a su sitio cuando acabase todo. Además, Chester iba bien provisto de agua bendita. Algo que según todas las ramas del cristianismo y cientos de comics, podía acabar con el peor de los demonios. Chester llegó el primero. Pero no tardó ni siquiera había tenido tiempo de guardar la bicileta cuando Jack apareció.

La mañana continuó igual que la noche para el niño. Con sus padres lo ignoraron en el coche mientras le llevaban a quitar el yeso. Lo ignoraron cuando le sirvieron la comida. Lo ignoraron cuando se quejó de que el brazo le picaba. Estaba claro, incluso para el pequeño Jack, que aquello era cosa del monstruo. El niño cabiló si arriesgarse a coger los pendientes de su madre mientras se preparaba para ir al refugio ¿Sería una buena idea? ¿Y si le pillaban y salían de su amuermamiento justo para castigarlo?

Cogí los pendientes y los miraba:

Vaya tontería...

Lance uno contra una pared y aquello era irrisorio, no dejó ni la marca.

De todas las estupideces que he hecho esta es la mas grande...

Comencé a salir hacia la puerta ocn ellos en el bolsillo:

-¡MAMAAAA, ME VOY QUE HE QUEDADO CON DANNY!

Esperé a ver is me decían algo y cerré la puerta a mis espaldas.

Comencé a caminar hacia le refugio y me pareció ver al repelente de Chester.

Finalmente Jack consiguió divisar a Chester allá en el refugio. Chester no tardó en darse cuenta de su presencia y le saludo con la mano.

Chester empezaba a estar preocupado de que nadie apareciera, pero esos temores se aminoraron al ver aparecer a Jack. No podía evitar sentirse nervioso por lo que se suponía que iban a hacer, y temía que aquella cosa tomara cartas en el asunto y alguno de sus amigos no viniera. 

-Hola Jack-dijo el chico, cuando ya se encontró más cerca-¿qué tal estas?

Cuando me encontré con Chester  me puse a señalarlo con un dedo mientras aullaba sin decir nada mas:

El chico dio un brinco al encontrarse aquella estampa... ¿Qué le pasaba? Mientras retrocedía un par de pasos, dijo:

-Ja... Jack, ¿te encuentras bien?

Mientras retrocedía, buscaba en su mochila en busca de alguna de las botellas...

El chico dio un brinco al encontrarse aquella estampa... ¿Qué le pasaba? Mientras retrocedía un par de pasos, dijo:

-Ja... Jack, ¿te encuentras bien?

Mientras retrocedía, buscaba en su mochila en busca de alguna de las botellas...

-Uuuuuhhhh -comencé a toser- coj coj, juas juas juas juas, deberías haberte visto la cara, jajajajaja, realmente si que vas asustado, jajajajaja -no podía dejar de reirme- jajajajaja.

Cogí un poco de aire:

-Si, todo bien, aunque mis padres estaban un poco rarunos, no me han reñido y mira que la he liado adrede en casa, Curioso como mínimo. ¿qué me traes para tirar al monstruo?, espero que no sea el papel de plata del bocadillo, jajajajaja.

Estaba a punto de orinarme encima...