Partida Rol por web

La cena del domingo anterior había sido interesante, y había conseguido que tomara consciencia de con cuantas personas iba a tener que colaborar a partir de ese momento y convivir. Era algo que lo vieras como lo vieras hacía indispensable el estrechar lazos entre ellos. Se había anunciado que ningún entrenamiento comenzaría hasta el regreso de Stake, y la incognita de cuando volvería le auguraba mucho tiempo sin actividad, así que la peliazul se acordó de que durante el viaje en el Kholany había hablado con el supuesto vampiro, Akai, de realizar un duelo, combate... entre ambos.

Hoy, miercoles, Astrid se despertó bien temprano, bajó de la litera y miró a Elya. La chica parecía estar a punto de despertar, o algo así debía ser, ya que los dos días anteriores cuando se había despertado ella la chica ya no estaba. La ex-jefa de bandidos abrió su baúl sin hacer ruido y se dispuso a vestirse para prepararse. Redactó una pequeña carta dirigida a Akai y se la pasó por debajo de la puerta del dormitorio de los chicos mientras se dirigía a una sala de entrenamiento.

Después de todo un entrenamiento temprano daba para hacer más cosas al finalizar el día.

Todo paso tranquilamente el Domingo, aunque como siempre la silenciosa Elya prefería pasar desapercibida, habían demasiados hombres y pocas ganas de hablar delante de ellos, bastante era con aguantar sentada mientras comía algo, que miedo.

Aunque el Lunes y el Martes pasaron tranquilamente, Elya se paso casi todo el día o andando por la fortaleza o descansando en las habitaciones, en algún momento fue a hablar con Adelina, pero eso aún no se sabe si ocurrió o no.

Al día siguiente, Miercoles, Elya tardó algo más en levantarse, ya que la muchacha estaba algo agotada tras el viaje del Kholany y la cama era digna de agradecer para ella, al despertarse observo a Astrid escribir una carta en silencio ya vestida, "¿a donde ira?", se preguntó la joven mientras se mantenía en la cama en silencio observándola, hasta que se dio la vuelta y fue directa hacia la entrada, Elya alzo la mano para darle los buenos días, pero ni aún así, la mujer de hielo se fue antes de que Elya la pudiese decir nada.

Tras irse Astrid, Elya se vistió rápidamente con su kimono del templo. Le era más cómodo pasear por el lugar con ese traje, ya que no destacaba nada de su cuerpo, era perfecto para pasar algo desapercibida. 

Puede decirse que intento seguir a Astrid, pero viendo la dirección que tomaba se paró en seco, "¿qué hace delante de la puerta de los hombres...? ¿No será qué...?", la pobre y joven mente de Elya jugaba malas pasadas, de hecho tras ver acercarse a Astrid se dio media vuelta rápidamente y salio medio corriendo en dirección a nosesabedonde.

Akai se levantó aquella mañana bastante temprano. Normalmente no dormía mucho por las noches ya que, para un momento en el que el sol no podía molestarle, prefería gastarlo en algo productivo como leer bajo la luz de una vela o bajar a entrenar bajo la de la luna. Todas las horas de sueño que no tomaba por las noches las compensaba durante la tarde y el espacio de tiempo que dormía durante esa etapa del día dependía de lo poco que hubiera dormido durante la noche.

Se levantó con ganas de ir a entrenar un rato pero el problema era que entrenar solo le aburría. Además de que, al entrenar solo, difícilmente se ven los fallos que se tiene. Prefirió quedarse leyendo por esta vez. De igual modo había entrenado con Zerstörer los dos días anteriores por lo que se lo podía permitir.

Al poco tiempo de estar leyendo escucho como alguien deslizaba algo bajo la puerta de los dormitorios. Todos los demás seguían dormidos y la curiosidad fue más fuerte que las pocas ganas de levantarse del chico. Con un poco de desgana se destapó y se acercó a la puerta para recoger el sobre. Al abrirlo pudo leer una frase concisa y clara.

Te espero en las salas de entrenamiento.

Akai supo casi al segundo de quien era la nota y sonrió para sí mismo. -Por lo que veo tendré entrenamiento hoy también...-Dijo sonriendo mientras arrugaba la nota para después arrojarla a la basura.

Sin perder ni un segundo más se vistió y se preparó intentando hacer el menor ruido posible para no despertar a sus compañeros. Abrió la puerta y se dirigió rápidamente a las salas donde le estaría esperando Astrid. 

Le pareció escuchar algo procedente de uno de los pasillos, unos pasitos acelerados...Astrid se quedó parada unos segundos allí atenta, era muy improbable que un enemigo se hubiese colado en la fortaleza, pero todo era posible. Reanudó sus pasos hacía la sala de entrenamiento más cercana. Al ser tan temprano la temperatura era agradable, con un fresco que revigorizaba. El interior de la sala era amplio, como si pudiesen darse clases de artes marciales en su interior para unas diez personas, con su tatami perfectamente colocado cubriendo todo el suelo.

Al fondo de la sala había un expositor con varios bokken para algún entrenamiento en el que esas katanas de madera fueran necesarias. Tomó una de ellas, la sopesó comprobando su balance y cuando se sintió satisfecha se la llevó al hombro permaneciendo de cara a la entrada hasta que esta se abrió viendo allí a Akai.

- Vaya, si que te has dado prisa....pensaba que tendría que esperarte un poco más. ¿Tantas ganas tenias de verme?

Al llegar vio a Astrid sostener sobre el hombro una katana de madera. Parecía que estaba lista para combatir o por lo menos ya había escogido el arma que utilizaría. A Akai no le hizo falta ni mirar los expositores que había al final de la sala. Total, no sabría manejar ninguna "herramienta" de entrenamiento.

Se colocó a medida que ella le iba hablando cuando lo vio aparecer en la sala. Le hizo bastante gracia el saludo por parte de Astrid. Se rio para sí mismo y cuando estuvo colocado se dirigió a ella en un tono bastante amigable y sonriendo.

- Quería entrenar hoy pero hacerlo solo es...aburrido. Fuiste oportuna al dejarme la nota justo cuando creí que me tendría que quedar leyendo. Aunque... un poco temprano ¿no? -Dijo Akai con un tono un tanto burlón- Por lo que responderé a tu pregunta con otra. ¿Tantas ganas tenías de verme tú a mí?

Justo cuando terminó de formular la pregunta adquirió un semblante mas serió y tomo una postura de combate. Estaba listo y preparado para comenzar el duelo.

Elya tras acabar de corretear por las salas huyendo acabo perdida como siempre, dando la casualidad de que llegó a la sala de entrenamiento. Observó que las puertas estaban abiertas así que no pudo evitar que su cautela fuese vencida por su curiosidad. 

Entro lentamente en la sala y vio a Astrid y a Akai, un pequeña sonrisa de alivio se vio reflejado en el rostro de Elya. "Menos mal, parece que solo van a entrenar." Se llevó una mano al pecho y los observaba desde la puerta en silencio como tomaban sus respectivos puestos de combate, Astrid había decidido llevar un bokken, en cambio Akai desarmado. 

"Esto promete..." pensó Elya mientras les miraba en cierta manera algo emocionada, esto iba a ser un combate dignisimo de ver y más dada la brutalidad de ambos contrincantes.

Era martes por la tarde y Ríri se encontraba practicando baile en la sala de entrenamiento a la vez que hacia una coreografía más violenta para enlazar golpes y combinaciones al bailar. Sus movimientos eran muy exactos y calculados, pero los golpes podías sentirlos aunque no fueran dirigidos hacia ti mismo. Su capacidad de expresión y su forma de mover los músculos era una obra de arte. La bailarina cumplía con su función mientras practicaba artes marciales.

Athena acude hacia donde Rirí está entrenando observando su elaborada danza marcial. No desea interrumpir, así que se mantiene en silencio observando como baila y golpea al mismo tiempo, aguardando a que el baile acabe. Su intención es clara; rellenar su base de datos de conocimientos sobre combate cuerpo a cuerpo no-letal.

Astrid miró a Akai y soltó una risa seca, esa si que era buena. De verdad que no podía bajar la guardia con ninguno de los "hombres" de aquel grupo que acababan de formar, enseguida confundian su interes por medirles en combate con otra clase de interes mas ruin y depravado.

- Oh, siento mucho haber frustrado tu lectura. -dijo de una forma exageradamente teatral que indicaba todo lo contrario.- Cuando decida entrenar yo es asunto mio...después de todo cuanto antes empiece alguien el dia mas horas le puede sacar.

La chica observó como su contrincante se colocaba ante ella en la posición de combate desarmado. El primer pensamiento que pasó por su cabeza fue "Este es tonto", pero entonces recordó los acontecimientos en la ciudad y se colocó en posición completamente en guardia. Quería ver como de habil era en este tipo de encuentro, y solo por eso le dejaría dar el primer golpe.

- Cuando quieras...princesita.- Refiriendose a Akai.

Justo cuando Astrid había empezado la frase "Cuando quieras...Princesita" Akai había comenzado a acercarse a ella a una gran velocidad y para cuando la acabó se había colocado detrás de ella sorprendiendo a esta última.

-Sí que te tomas las bromas a mal...- Dijo mientras se encontraba espalda a espalda con ella. -Espero que no hayas olvidado los sucesos de la ciudad y de porque querías retarme a un duelo.

Akai, sin subestimarla ni un solo instante, esquivó el golpe que Astrid lanzó hacía atrás para, pocos segundos después, volver a lanzarse hacía ella y golpearla con la pierna aprovechando la inercia del esquive. Astrid bloqueó la patada fácilmente pero el golpe la hizo desplazarse unos metros. Estaba claro que, tanto Astrid como Akai, no eran contrincantes a los que se debiera tomar a la ligera.

-Lo de princesita...puedes ahorrártelo. –Dijo tomando de nuevo una posición de guardia.

Elya continuaba asomada tras la puerta, pero el combate estaba comenzando a ser emocionante tanto que había empujado a la joven abrir la puerta lentamente y quedarse de pie delante de esta tras cerrarla cuidadosamente. Obviamente quería que su presencia pasará inadvertida, pero las puertas crujen un poco y bueno... Quizás los combatientes se dieran cuenta que Elya estaba allí observando como se daban de piñas entrenando. 

El intercambio de golpes, las acometidas y las fintas se sucedian de una forma tan fluida que podría dar la sensación de que se tratase de una especie de baile bien ensayado mas que de dos personas intentando golpearse la una a la otra. Ambos parecían estar bastante parejos tanto en agilidad como reflejos, raramente llegando a rozarse. Durante una de sus múltiples fintas y giros le pareció ver a alguien observándoles por el rabillo del ojo, daba la sensación de que intentaba pasar desapercibido, sin ser notada…y lo hubiese conseguido de no ser por un pequeño crujido.

- Oh, disculpame delicada flor. -dijo con tono burlón e instigador-  Lamento decirte que el invierno esta llamando a tu casa.

Fuera como fuere, Astrid se limitó a sonreír para sí misma y a aumentar la intensidad y velocidad de sus ataques, apuntando especialmente a las rodillas de Akai buscando desestabilizarlo y que perdiera el equilibrio. Pese a todo sus ojos siempre se mantenían en contacto con la mirada de él. Si había algo que sabía bien después de todos los años que llevaba luchando era que el movimiento del cuerpo podía mentir, pero no los ojos.

Aunque no lo pareciera por el semblante serio que mantenía durante todos los ataques de Astrid y durante todo el combate en general, Akai estaba disfrutando en gran medida del combate. Los movimientos, la fluidez del combate, la sintonía entre los dos contrincantes... Hacía mucho que no disfrutaba tanto. Las fintas y movimientos se sucedieron sin parar en esta especie de obra coreografiada en la que se habían enzarzado.

Akai ni se inmutó por el comentario de Astrid. Estaba demasiado concentrado en el combate lo cual Astrid noto al instante. Debido a esto comenzó a aumentar la velocidad e intensidad de sus golpes intentando golpear a las rodillas de su contrincante para desestabilizarlo. Su contrincante, que seguía fintando y esquivando, recibió algún que otro golpe directo en las rodillas aunque no mostro ningún signo de dolor o flaqueza pero sí que conseguía hacer que sus movimientos fueran más lentos.

No parecía que a Akai le importase mucho esto último. Parecía como si se estuviera dejando golpear o como si no se lo estuviera tomando en serio pero era todo lo contrario. Akai esperó a que Astrid creyera que lo tenía todo bajo control y, cuando llegó ese momento, la pillo desprevenida agarrándola del brazo y desarmándola. No consiguió quedarse con la espada más que nada porque no había perfeccionado el desarme. Aun así de poco le hubiera servido. Tras desarmarla la golpeó en el estómago y la lanzó hacía uno de los lados del tatami.

Astrid cayó de pie sin ningún problema como si el golpe no le hubiera afectado lo más mínimo. Akai se quedó observándola, ladeando un poco la cabeza y sin decir nada.

Al conseguir impactar varias veces en Akai y ver que sus golpes habían surtido efecto se confió creyendo que tenía la victoria de aquel encuentro al alcance de su mano, por lo que no se esperaba que la tomase del brazo y mucho menos que la desarmara. Como con Gilbert se había confiado y se maldijo a si misma cuando recuperó el balance tras el golpe. Miró a Akai allí de pie observándola con aquella postura y aquella actitud. Una imagen mental del vampiro que acabó con sus camaradas se superpuso a su percepción de la realidad haciendo que su sangre hirviera en sus venas. Esta vez no perdería, le haría besar el suelo y después incrustaría su bokken en su pecho atravesando su corazón.

Observó donde había ido a parar su arma, estaba algo lejos y no podría cogerla sin recibir un ataque directo…por ahora solo podía seguir el combate con sus propios puños. Empezó a moverse a su alrededor antes de pasar al ataque. Lanzaba golpes que intentaban impactar en su adversario en la cabeza o el cuello. Golpes muy evidentes y previsibles que Akai esquivaba con facilidad mientras intentaba golpearla a su vez, todo esto era una estratagema para que se centrase en proteger su parte superior para cuando fuese a recibir un ataque más directo ella se agachase y dando un giro sobre si misma a ras de suelo derribarlo golpeando la parte de atrás de las rodillas de “Gilbert”.

Akai no sabía la razón pero pudo ver un gran odio en los ojos de Astrid. Era como si estuviera viendo a otra persona con la que tenía una cuenta pendiente. La pelea siguió con "normalidad". La mujer intentaba golpear la cara y el cuello del chico mientras se movía alrededor suya. Akai también la intentaba golpear pero de una manera prudente. Sabía que estaba golpeando de esa manera tan previsible por alguna razón.

¿Que intentará con esto?... -Pensó mientras seguía esquivando sus golpes.

No vio venir el golpe en el abdómen que le hizo desplazarse unos metros. Le había hecho lo mismo que había hecho él hace un rato. Acostumbrarlo a una serie de movimientos para, acto seguido, cambiar de objetivo repentinamente.

Inteligente...pero... -Pensó mientras Astrid se acercaba a él para derribarlo.

Akai saltó hacía atras esquivando la patada a ras de suelo para, justo después de esto, impulsarse hacía ella para intentar golpearla en la cara pero su golpe fue bloqueado al igual que el de Astrid en respuesta. Ambos se quedaron unos segundos haciendo fuerza para intentar derribar al otro pero no pudieron lograrlo.

-Creo que es un empate ¿no?... -Dijo Akai con una pequeña sonrisa mirando a Astrid fijamente a los ojos.

Astrid volvió a ser consciente de la realidad que la rodeaba cuando estaban forcejeando, aun así no dio muestra alguna de confusión o estar desorientada, simplemente asintió y dejó de hacer fuerza separandose un par de pasos de Akai. Tras recuperar el aliento miró hacia donde estaba aquella persona escondida y sonrió levemente.

- Espero que hayas disfrutado del espectaculo.- No sabía exactamente de quien se trataba, pero eso la verdad es que no tenía importancia. Había tenido el detalle de dejarles terminar y no molestar. Se volvió hacia el peliblanco y le sonrió ahora también a el.- No ha estado mal, creo que podría acostumbrarme a pelear contigo un par de veces en semana...Nos vendría bien.

Tras decir esto recogió el bokken y lo colocó en su sitio después de coger del suelo su gorra que s ele había caido en uno de los movimientos.

Salió de su escondrijo y sonrío a ambos. - Sois muy fuertes... Que envidia me dais... - Elya agacho la mirada con timidez mientras se frotaba un brazo. - Hay que decir que estabais siempre igualados, creía que os ibais a quedar aquí toda la mañana... - Río suavemente ante su propio comentario, la verdad que un poco más y ambos contrincantes se hubieran quedado ahí.

- ¿Podría... Veros entrenar a menudo...? Así aprendo algo... - Comento Elya mientras se colocaba un mechón de pelo tras la oreja. - Y siento... Haberos espiado... - Sonrío la muchacha al suelo con suavidad, parece que no le ha molestado a ninguno su presencia.

-Sí, creo que podría acostumbrarme también. -Dijo Akai sonriéndole mientras se sacudía la ropa para después quedarse mirando como Elya se acercaba a ellos desde su escondite. En lo que llegaba, la luz del sol comenzó a filtrarse por la ventana de la sala. Akai hizó un leve gesto de molestia para, después de esto, colocarse la capucha de su gabardina.

La chica parecía muy sorprendida por la fuerza que demostraron en el entrenamiento cosa que sorprendió a Akai ya que pensaba que era un débil pero, quitando eso, le alegraba que pensaran lo contrario. Por otra parte, hacía años que no disfrustaba tanto de una pelea. 

-No te preocupes. -Dijo refiriendose a su pequeña actividad de espionaje. -Claro, puedes vernos entrenar si quieres pero... también podrías entrenar con nosotros y aprender más ¿no?. -Concluyó sonriendole de manera agradable.

Astrid asintió mirando a Elya.- Akai tiene razón, la mejor forma de aprender algo es haciendolo, si no siempre te quedaras a medias. Además, creo que tu también eres bastante fuerte.- Dijo guiñandole un ojo, después de todo se habían bañado juntas y compartian litera. Entrecerró los ojos cuando la luz del sol entró en la sala por la molestia inicial antes de acostumbrarse. La verdad es que no tenía ningún problema ni queja hacia ninguno de las dos personas que estaban allí con ella, es más, sentía incluso algo de orgullo.

- Bueno, ¿alguien más quiere entrenar o hemos acabado aqui por hoy?- No es que tuviese ganas de irse, ni mucho menos. - Podemos aprovechar el día para conocernos un poco mejor, ¿se os ocurre alguna cosa que hacer o sitio al que ir?

La norteña no sabía gran cosa de la fortaleza por el poco tiempo que llevaba allí, sabía donde estaban los baños, los dormitorios, la sala de entrenamiento y el patio, pero por lo demás el resto le era completamente desconocido y no quería arriesgarse a perderse y quedar mal, así que simplemente sonrió mirando a Elya y luego a Akai al que le dio un "cariñoso" puñetazo en el hombro.

Elya miro a ambos, suspiro aliviada, parece que su intromisión no les ha molestado o perjudicado. - En ese caso... - Miro a Astrid y luego a Akai. - Puedo... Bueno, demostraros lo que se... Si queréis... - Al levantar la cabeza entrecerró su único ojo visible por los rayos de sol.

- A no ser... Que tengáis más planes... O queráis ir a otro lado... - Se rascó una mejilla con suavidad, la verdad es que desde que salió del templo había dejado de entrenar y no era mala idea entrenar con alguno de sus compañeros. - Quizás así... Nos conozcamos mejor... Aunque... - Miró a Akai y bajo la mirada instantáneamente. - Sigo sin acostumbrarme a los... Chicos... Disculpa... Akai... - Cuando hablaba hacia Akai se la notaba algo más tensa y nerviosa, el miedo es lo que tiene.