Partida Rol por web

-¡Oh, bien!- se entusiasmó al ver la ventana. Sentarse al lado de ella para poder distraerse de tanto en tanto y poder sentirse mínimamente libre cuando se agobiase con los estudios. -¡Vamos!- tomó de una de las manos a Laila para sentarse juntas y al mismo tiempo: contando a la de 3. ¡Eso seguro que les daba buena suerte!

-Eeemmm- se rascó la mejilla con cara de culpabilidad. -Me quedé dormida- le dedicó una sonrisa de disculpa. -Por algún motivo me encontraba más cansada de lo normal... No me he enterado de nada. ¿Cómo está Alex?

Efectivamente, el tono de voz de la profesora no era algo que tranquilizase a Aida, quien agachó las orejitas cuando la profesora respondió a Etna.

Escuchó con atención la pregunta que la profesora hizo a Etna, y Aida asintió ante lo que contestó Etna. Esas criaturitas realmente eran algo asquerosas. Aida sabía de la importancia de los espurreadores y lamentablemente también sabía lo preciosos que eran estos para distintas recetas alquímicas. Aunque realmente, muy en el fondo, a Aida se le hacían medianamente monas.

Al final terminó por reír divertida al imaginarse una criaturita de estas, y se puso a garabatearla en su libreta.

Renata estaba absorta en todo lo que ocurría a su alrededor, las clases eran emocionantes para ella, pero estar con más gente también era parte de esta nueva aventura.

Entre las preguntas, el dibujo de Aida y lo que ocurría con la chica nueva, la chica tomaba notas mentales de todo y varias mas en su cuaderno intentando absorber todo lo que pudiese sin perderse nada.

Podía dar una respuesta ante la pregunta de la maestra, pero prefería esperar, eran modales lo que el impedían saltar y explotar de la emoción con diversas preguntas.

Ladon se marchó hacia la enfermería y mientras se iba, el profesor permaneció en silencio. Cuando el chico escamoso abandonó la clase, Mr. Cavanaugh volvió a hablar para contestar a Arathidas.

 -No estamos en tecnomagia, esto es la primera hora de tutoría. Estoy sustituyendo al profesor Beleem, que ha tenido que ir a atender una urgencia. En cuanto a su promesa de no volver a llegar tarde suena muy prometedora, pero lo importante de las promesas es cumplirlas, no sólo hacerlas.

Dicho esto, le hizo un gesto al elfo para que se sentara en uno de los pupitres.

 -Les decía a sus compañeros que la lista de optativas estará disponible a lo largo del día de hoy. Y también que si mira dentro de su mesa, encontrará una selección de material escolar que, en cuanto lo toque, quedará asignado a usted, con su nombre o identificativo. ¿Alguna pregunta al respecto?

 -No pasa nada, ya me imaginaba algo así. Álex está bien, pero hay una chica... No la vi ayer, así que o ha llegado hoy o no fue a la fiesta. Es una petarda, tiene alas y hace magia del fuego. Y creo que a Álex le gustaba... ¡Aunque sólo un poquito, tampoco mucho!

La chica se había sentado a tu lado y había agachado la cabeza en un gesto compungido.

 -¿Cres que tendré más posibilidades con él si aprendo magia del fuego?

Anneka tuvo un escalofrío cuando mencionaste a las madres que daban miedo.

 -Te puedo entender perfectamente. Mi madre cuando se mosquea es terrorífica. Mi padre dice que es parte de su encanto de Banshee, pero yo no se lo veo. Odio cuando se enfada, porque me pega unos gritos que se oyen por todo el palacio. Y todo el mundo se entera de que he dejado mi cuarto sin limpiar o que he escondido los guisantes de la comida en la cama del gato. Es un asco.

En cuanto al método de "fabricación" de niñas Kitsune... No pareció entenderlo del todo.

 -Vale, entonces no es por juntar partes, es porque dos personas se unen y... ¿Invocan a los bebés? ¿Más o menos así?

Los Kitsunes eran rarillos, pero Sayaka le caía bien. Igual merecía la pena coger alguna optativa sobre razas de criaturas mágicas del mundo...

La profesora frunció el ceño ante la respuesta de Etna.

 -Una respuesta bastante mediocre, aunque no del todo incorrecta. Puede sentarse.

Acto seguido miró al resto de la clase.

 -¿Alguien desea complementar la información que ha dado la señorita Etna? Si nadie sabe la respuesta, lo recordaré yo y después pasaremos a otro animal. Aunque he de decir que en esta clase me interesa más asegurarme de que recuerdan el método para estudiar y buscar información que sus conocimientos en sí.

Dicho esto, esperó a ver si algún valiente voluntario se atrevía a describir al espurreador.

En cuanto a Aki, con la aseveración del profe que iban a disponer de la lista explicativa de las optativas en el transcurso del día, no tuvo nada más que preguntar, como ya había tocado el material escolar.

Esperó, desde luego, la continuación.

Se alegró de que el Sr. Cavanaugh no se había mostrado duro con su compañero de cuarto.

Sayaka sonríe mientras dice:

Si… las madres enfadadas son terribles jeje…

Después escucha la explicación sobre cómo nacen las Kitsunes, por unos momentos se pone colorada y dice:

Si… sí, creo que es algo así… es como… bueno, tienen que haber un hombre y una mujer… pero… y luego… bueno, nosotras no conocemos a nuestros padres… yo solo sé que mi padre era humano… ummm

Se pone  mirar al techo y a contar como a sumar y añade:

De todas formas… creo que ya debería estar muerto… los humanos viven muy poco tiempo… creo que no llegan ni a 100 años

Etna no le dio mucha importancia a lo dicho por la profesora, a fin de cuentas, ella sabia que era aquella criatura, la cual no tenía ningún interés ni importancia, al contrario que otras como los corceles infernales o como algunos las llamaban las pesadillas, criaturas que si le gustaban mas, a fin de cuentas en casa tenía algunas y salía a pasear con ellas a veces, pero aquello, ¿Por qué tenía que hablar de esas criaturas babosas asquerosas que solo interesa a los alquimistas?

Medio recostándose en su asiento observa lo que había y mira a las personas que tiene a su lado, de arriba abajo, para examinarlos mientras pliega sus alas para estar mas cómoda en aquel pupitre

Aetheldryd vio la oportunidad de tocar sobre qué era el espurreador y quiso alzar el brazo; sin embargo, al final no se animó pensando que a lo mejor la información que recordaba era errónea. Tenía anotadas las palabras clave que Etna había dicho, pero de pronto no se sintió con la confianza para hablar. Además, la Alquimia no era muy de lo suyo y aunque le gustaba la materia no era uno donde sobresaliese. Le gustaba aprender de todo, pero era mejor en unas cosas que en otras.

Pensó en que a lo mejor Aida o Renata podrían hablar de la criatura, así que esperó a que una de ellas se animara a tomar la palabra y explicar, así ella recordaría mejor los datos que le hacían falta.

La princesa zombi asintió como si lo comprendiera todo al 100%.

 -Sí, los humanos son muy delicados. Viven poco, se ponen enfermos, se rompen si se caen desde muy alto... Pero aún así han conseguido proliferar y ocupar casi todo el mundo. Mi padre siempre dice que eso es digno de admirar.

Entonces, en mitad de tu fascinante conversación con Anneka, el profesor decidió iniciar la primera clase del año, después de haber dado un tiempo más que razonable a los tardones. Empezó carraspeando y luego dijo en voz alta.

 -¡Bienvenidos y bienvenidas a todos los que estáis aquí por primera vez! ¡Y encantado de volver a veros a todos aquellos a los que di clase el año pasado! Este año seré, aparte de vuestro profesor de todas las disciplinas alquímicas, vuestro tutor. Por lo que cuando tengáis dudas o necesitéis consejko o lo que sea, no dudéis en acudir a mí. ¿De acuerdo? Estupendo.

El profesor cogió una libreta y empezó a mirarla para luego mirar a los alumnos.

 -Muy bien, me gustaría empezar con unas presentaciones. ¿Alguno de los nuevos alumnos quiere empezar? Lo básico, diciendo su nombre y lo que le gustaría aprender este año, por ejemplo.

Sayaka escuchaba lo que decía el profesor, aquel hombre que en cierta forma bastante lejana estaba emparentada con su raza, o eso suponía, aunque su madre nunca le había hablado de ellos realmente. Cuando pide que se presenten los nuevos, sabe que se refiere en gran medida a ella, así que levanta la mano mientras se pone de pie y dice tras carraspear:

Esto… mi nombre es Sayaka… soy una Kitsune… encantada de conocerlos a todos

Dice mientras inclina la cabeza rápidamente en señal de saludo, tras lo cual se lleva un dedo al mentón y dice:

¿Qué me gustaría aprender este año?... bueno, madre me ha enviado aquí porque dice que soy algo torpe con mis poderes, supongo que eso jeje…

Decía mientras se colocaba la mano en la parte de atrás de la cabeza algo apurada

El silencio se volvía incomodo a lo cual Renata empezó a dudar de su información ¿Era tan difícil la pregunta? ¿Se trataría de otra criatura? ¿Cómo podía estar ella segura de que era lo que pensaba? ¿Podia confiar que lo leído en sus libros era lo correcto contra tanta gente que tenía más experiencia en campo y no contestaba?

-…

La pelirrubia no dijo nada, dudando por completo de su conocimiento.

Sacudió la cabeza con energía ante la última pregunta de la aracne. -Ni hablar. Eres perfecta tal y como eres, seguro que se ha dado cuenta. Tu punto fuerte son las pociones y esas cosas, ¿no? ¡Pues ya está! No necesitas ser como Álex con la magia del fuego. Ese es el encanto: que tengáis diferentes cualidades.

Debido al otro asunto a tratar se cruzó de brazos y apoyó la espalda en el respaldo del asiento. -Tenemos que encargarnos de que esa chica no se entrometa mientras tanto- lástima que fuesen a empezar sino iría ya mismo a decirle cuatro cosas a esa aprovechada.

-Vaya, pues no fue tan severo como lo esperaba, quizás no hacia falta tanto teatro... - Y el chico se sentó en su correspondiente lugar, con una aguja de nerviosismo y estrés pinchándole la cabeza por su actuación, no era lo que mas le gustaba hacer, y pinchó un poco mas cuando escuchó su equivocación respecto a la clase en la que estaban. Tocó los objetos, uno por uno y automáticamente se grabaron sus iniciales con su misma caligrafía en todos los útiles, la clase empezaba y el ultimo en llegar volvía a tener la incomodidad de estar en un grupo de personas con una tarea asignada, al menos tenia su tarea asignada, estudiar, aprender y dominar su talento tan poco inusual, era lo único que necesitaba saber, centralizándose en ese objetivo le dijo al profesor con una efímera confianza que luchaba contra todos sus pensamientos para vivir

No tengo ninguna duda profesor, gracias por aclararme en que clase estamos.

ahora solo quedaba prestar atención, cosa en la que el estaba algo oxidado.

Aida apretó los puños con fuerza al ver que nadie contestaba, reafirmada en su determinación de que, como aprendiz de alquimista, podría dar con la respuesta exacta a la pregunta. No pudo estar más equivocada al respecto. Antes de que pudiese dar una respuesta su mente se quedó en blanco. No sabía realmente qué era un espurreador; se sintió un poco decepcionada por ello. ¡Debería estudiar más a fondo si quería ser una buena alquimista!

Al final se quedó en silencio, tal como las demás, algo ruborizada.