Partida Rol por web

Al final de uno de los pasillos de la academia se encontraba la modesta oficina del conserje de la academia. Una ventanilla de vidrio, como las que se veían en los bancos o en las taquillas, daba a una pequeña estancia con archivos y cajas de herramientas. Al fondo se podía ver una puerta, que daba lugar a las dependencias privadas del conserje. Después de todo, él vivía allí, tenía que tener su privacidad. Delante de la ventanilla había una campana de esas que sonaban al pulsarse, como las de las recepciones de los hoteles. Al lado de la ventanilla había una puerta cerrada, que daba al interior de la oficina.

La mariposilla de hojas te había llevado por los pasillos de la planta baja de la academia hasta aquel lugar, dejándote delante de la ventanilla. Al mirar dentro no viste a nadie, pero había un cartel pegado en la misma que decía "llame al timbre si no estoy".

Había seguido la mariposa con más ahínco porque por fin... ¡Estaba solo! Aunque solo hubiese estado rodeado de otros por un rato, me había cansado bastante y me daba fastidio pensar en que pronto entraría a clases. ¿Habría sido mejor haber entrado a trabajar de una vez?

No, Ladon. Habría sido peor.

Por supuesto, seguramente me mandarían con la familia de mi mamá para aprender mejor de los dragones, pues aunque había asistido a una escuela humana nunca encajé y menos cuando decidí no seguir la Universidad. No sabía qué carrera elegir... Mejor dejo de pensar en eso, si no me cansaré más. Procedí a respirar hondo y buscar el timbre. 

Me di cuenta que solo me quejaba y no aportaba nada. No pude evitar sonreír de lado pensando en la ilusión de mi padre cuando se enteró que vendría a una Academia mágica. Lo hago por él.

Y cuando encontré el timbrecillo lo toqué. Con que no apareciese de la nada estaría bien. 

Pues tus deseos no se cumplieron, ya que al momento de pulsar el timbre, había aparecido detrás tuyo una alta y silenciosa figura, como salida de la nada. En cuanto le miraste, el conserje te saludó con una inclinación de cabeza y fue hacia la puerta de su oficina para abrirla y entrar dentro.

Al poco regresó con una pizarra blanca en la que escribió:

 -Buenos días.

Después lo borró para volver a garabatear:

 -¿En qué puedo ayudarte?

Por lo que aprecía aquel hombre no podía hablar y eso picó un poco tu curiosidad. ¿Sería mudo o simplemente tendría un voto de silencio? Además, no sabías muy bien qué era, pero algo te decía que aquel hombre no era humano del todo. Podía ser el brillo animal en los ojos que se le veía o que la combinación de piel morena, pelo blanco y ojos rojos muy común no es que fuera entre el grueso de la población humana. Fuera como fuese, tu experiencia en la academia empezaba fuerte.

Respira.

Por varios segundos detuve mi respiración al darme cuenta que este... hombre, lo que sea, apareció de pronto atrás mio y casi casi sentí mi corazón detenerse o acelerarse, no importaba cuál de los dos porque sea como sea percibí un vacío en mi estómago tratando de contener algún movimiento errático. Estaba hecho piedra y solo podía mover mis ojos.

¡Respira!

Por fin logré suspirar hondo y exhalar en total silencio mientras él volvía con esa pizarra y escribía. Era más fácil hablar que hacer garabatos, por lo que algo debía impedirle usar su voz... y eso me hizo sentir peor con mi estómago. ¿Por qué estaba así? ¿Alguna magia salió mal? ¿Y si eso me pasaba a mi? No, no, no... No... Bueno, tal vez era mudo, tal vez una promesa... sí, eso es. Debe ser. 

-M-Me... ... M-a... MemandaronaquíparapedirunmapadelaescuelayaquesoynuevoynoconozcolaAcademia-me quedé sin aire y tuve que dar una gran bocanada. Estoy muy cansado... esto es demasiado...

Ahorita me voy... ya casi... Oh... no.. Y si...

-Es usted el conserje.. ¿verdad? - por favor, que sea él y no otro personal que vino a hacer su labor. Estaba muy nervioso.... tanto que no pude evitar comenzar a toser un poco y de pronto vi que había un poco de humo saliendo. Sentí calor en mis mejillas e intenté despejar abanicando con mi mano-. Lo siento...

Lo siento, suele pasarme cuando estoy nervioso o me enfermaré o estoy enfermo. Debe ser la primera opción.

Pensamiento que no pienso decir por nada del mundo en voz alta.

Pudiste ver un fugaz atisbo de preocupación en los ojos del conserje cuando te quedaste quieto sin respirar, pero desapareció en cuando empezaste a hablar. Asintiendo, el silencioso hombre se metió en la conserjería y salió con un folleto de la academia, en el que venía un completo mapa del lugar. El señor Ackermann te señaló un punto en el que aparecía su cara impresa y al lado de un rótulo que ponía "conserjería", indicándote que estabais allí para que pudieras orientarte.

Cuando le hiciste aquella pregunta, se limitó a asentir y a mirarte como esperando más preguntas.

En cuanto me dio el mapa lo observé para tratar de ubicarme, pero el conserje fue quien me ayudó en esa tarea. Parpadee un par de veces y me froté un ojo al percatarme que tenía mi vista cansada muy pronto y muy temprano. Pero al menos ya sabía que él era con quien debía acudir y todo estaba listo.

-Bueno, creo que sería todo...-pues sí, solo iba por el mapa para aprender cómo era la Academia...-Disculpe las molestias, de verdad...-vi que se preocupó por mi. No quería incordiar así-Gracias por todo, en serio-sonreí. Era una mueca cansada pero sincera al final. Recordé que mi papá decía que debía saludar con mi mano fuerte y la tendí a modo de despedida-Supongo que nos estaremos viendo por ahí... Je...