Partida Rol por web

Cuando llegas a tu cuarto, ves que está vacío y que tu equipaje está colocado junto a una de las camas, mientras que el de tu compañera está al lado de la otra.

Aparte de las dos camas ves que hay cuatro mesillas de noche, dos armarios, dos cómodas y dos escritorios con sus respectivas sillas. También hay una puerta que da al baño compartido y un par de ventanas con hermosas vistas al jardín.

Entro a mi habitación y me estiro antes de tirarme en plancha a la cama. - Vaya mañanita - digo en alto en un suspiro mientras me doy la vuelta para mirar al techo.

Pasados un par de minutos de hacer nada me levanto y acerco el equipaje a la cama para abrirlo y colocar todo encima de ésta. Ordeno toda la muda y ropa en los cajones y armarios y dejo fuera el material escolar y por fin me guardo mi querido reproductor de música el en bolsillo y me coloco los cascos alrededor del cuello. Tuve que ahorrar un buen tiempo y suplicar a mi madre pero conseguí comprarme éste verano este magnífico wizPlayer2 que se conecta a la red mágica y me permite escuchar todo lo que quiera cuando quiera así que estoy ilusionada de poder usarlo este año.

Después saco mi m´vol y llamo a mi madre para decirle que ya he llegado, he tenido la presentación y está todo bien. Tras una buena charla de madre cojo un libro de botánica avanzada que me he traido y me pongo leer un rato.

El tiempo pasaba lentamente mientras repasabas tus libros perezosamente. Hoy por ser el día de llegada no había clases, pero eso sólo hacía que todo fuera tremendamente aburrido por falta de actividad.

Tu estómago se quejó en un par de ocasiones. Hacía bastante que habías desayunado, así que tal vez fuera hora de ir pensando en comer algo. El comedor y la cafetería eran las opciones disponibles que se te ocurrían, ya que la minidisco con su estupendo sushi-bar, estaba cerrada a aquellas horas. Y después de comer… Bueno, después de comer ya verías qué hacías para matar el aburrimiento.

Cierro el libro y tras estirarme perezosamente y quejarme por el hambre humana me levanto de la cama y me ajusto los cascos antes de ponerme una cancion y marchar hacia el comedor a criticar la comida de este año. No es que me disguste pero aún no he probado nada tan rico como lo que prepara mi madre. Aunque estoy convencida que se usa magia para hacer las cosas tan ricas todavía no he encontrado prueba de ello y eso que la he mirado cocinar fijamente... algo me dice que usa algún tipo de hechizo secreto o algo. - pienso para mis adentros mientras camino léntamente sin prestar mucha atención a mi alrededor.

Tu habitación estaba tan vacía como la habías dejado. Bueno, exactamente como la habías dejado no, que ahora el equipaje de tu compañera de cuarto estaba colocado en su sitio correspondiente. Sin embargo, de ella ni rastro.

Lo bueno era que el silencio era absoluto, no se oían voces ni el barullo de la fiesta del salón de actos. No sabías a ciencia cierta si se trataba de protecciones mágicas o de buena arquitectura. La cuestión era que estabas a solas y en calma.

Miro el equipaje de mi compañera que ahora esta bien ordenado y me encojo de hombros, "no se que clase de equipaje usará una Kitsune ni como será compartir habitación con ella pero espero que no huela como los gratos o perros tras ducharse porque no hay olor más fuerte y pegajoso...." - pienso para mis adentros mientras abro mi maleta más grande y empiezo a colocar toda mi tecnología sobre la mesa: un ordenador portatil, un conector al wifi mágico, un soporte para cargar mis cascos por la noche, y un montón de cables para cargar y enchufar todos los cacharros.

Enciendo el ordenador y lo configuro todo para acceder a la red antes de ponerme a buscar por la Magipedia posibles recetas de lo que queremos hacer mañana Anneka y yo y las apunto en mi fiel cuaderno de notas. Una vez terminado me pongo musica en Spookify y miro en la web de la academia mi horario de mañana para preparar la mochila y no perderme nada. Una vez todo está preparado me cambio para ponerme el pijama y me meto en la cama a leer tranquila el libro que me prestó la profesora, intentando memorizar cada planta, hierba, flor e ingrediente al máximo posible para avanzar con mis estudios botánicos cuanto antes.

La lectura transcurría tranquilamente, sin que te llegaran sonidos de la fiesta de más abajo. Sin embargo no podías decir lo mismo del jardín que rodeaba la academia. Al fin y al cabo, las ventanas del cuarto daban directamente al jardín, por lo que no era raro que te llegaran cantos de mochuelos y de grillos.

Sin embargo, un ruido distinto te hizo mirar hacia la ventana. Era un motor, un vehículo que llegaba y se paraba. Y luego voces y sonido de puertas abriéndose cerrándose. Era ya noche cerrada, ¿quién estaría llegando a la academia a estas horas?

Extrañada del ruido raro cierro el libro mientras exhalo un suspiro. Esperaba que éste curso pudieran darme una habitación tranquila, espero que no sean novilladas de algún alumno de primero, aunque más bien ha sonado a que alguien llega tarde a la fiesta - me quejo mentalmente mientras me acerco a la ventana y la abro de par en par apoyándome en la repisa con las manos y echando un ojo fuera.

La noche está bien cerrada y aunque la luna proporciona luz no es suficiente para darme una vista de lo que está pasando. Normalmente lo hubiera dejado correr pero no era muy tarde y para ser sincera tenia mucho interés en saber quién llegaba a estas horas a la academia ya que generalmente los alumnos nunca llegan tarde. Abro el armario y cojo una chaqueta ligera de color oscuro para protegerme del frío de la noche e intentar no destacar demasiado en las sombras.

"En casa no practico magia demasiado avanzada porque no quiero armar jaleo así que estoy un poco oxidada" murmullo por lo bajo para mi misma mientras me subo a la mesa y me siento en el borde de la ventana - "espero que funcione bien porque sino el golpe va a doler". Cierro los ojos y agacho la cabeza un poco a la vez que apoyo ambas manos en mi pecho, una sobre la otra, y me concentro unos segundos en mi próximo hechizo. Una vez preparada abro los ojos y decidida junto las palmas de mis manos a la altura de mis ojos y extiendo los brazos con las palmas hacia el cielo a la vez que recito el hechizo: "Veteres exaudi orationem meam, et da mihi alis volare." tras lo cual salto de la ventana.

Un viento agradable que conozco muy bien me rodea a la vez que un breve destello blanco ilumina mi espalda haciendo que aparezcan dos alas blancas que me permiten bajar planeando sin problema hasta el suelo sana y salva, tras lo cual desaparecen con otro destello. Bueno, parece que aún se me da bien éste tipo de magia. pienso mientras sonrío satisfecha y me pongo en marcha dirigiéndome entre los arbustos hacia el sonido del coche. Una vez cerca me pongo la capucha del abrigo para cubrir mi pelirrojo cabello e intento discretamente y sin hacer ruido acercarme lo máximo para ver si puedo captar alguna conversación o ver alguna persona.

Tenías el corazón en un puño por diversas razones. Estabas a punto de averiguar quién era esa figura misteriosa, ¡estabas en el ala de los dormitorios femeninos! Como te pillara algún profesor...

Sin embargo tu gozo quedó en un pozo, ya que nadie contestó a tus llamadas a la puerta. Pero no todo era malo, ya que al menos tenías dos nombres para comenzar tu investigación: Alice Reindhardt y Yuki. Una de esas dos chicas era a la que habías visto en el jardín. Habías conseguido reducir la lista de sospechosos bastante, ¡buen trabajo! Ahora sólo quedaba buscar a esas dos chicas. Quizás estuvieran en el jardín o estuvieran volviendo ya a las aulas o... O quizás fuera buena idea hacer algo de magia para localizarlas.

Aki se preguntó si debería ir a la biblioteca para buscar un conjuro que le permitiría localizar a las chicas en la Academia, pero buscar tal conjuro en los libros necesitaría tiempo, y tal vez mucho tiempo, que Aki prefería emplear de manera diferente.
Le parecía que había una solución más fácil: ir al tablero donde había lleído al llegar su propio nombre averiguando cuál era su curso y cuál su dormitorio.
Encontrando los nombres de las chicas en el tablero, sabría sus cursos y así podría simplemente preguntar en Conserjería pretextando una razón cualquiera o preguntando a los tutores de los cursos esos por el horario. De esta manera, después de sus clases, podría buscarlas en las salas que mostraba el horario, preguntar a alguien del curso quién era la chica en cuestión, y ver si su fisionomía correspondía con la silueta que había visto en la noche en el jardín alzarse a las ventanas del dormitorio.

Habiendo concebido este plan en un abrir y cerrar de ojos, Aki dejó el ala del dormitorio. Tuvo mil precauciones, avanzó a hurtadillas, se paró cuando esuchó un ruido de voces o pasos, agazapándose en los rincones, y sólo movidénose cuando creía que el camino era libre de verdad.
Después, se fue directamente al tablero para ver en qué cursos iban estas dos chicas.