Partida Rol por web

Poco a poco, los ojos y la mente de Aetheldryd se iban despejando. Puede que solo fuesen unos segundos o minutos, pero aquél tiempo la pelilavanda aprovechaba para desperezarse y disfrutar de la comodidad de aquella cama antes de iniciar sus actividades normales. No se había percatado de cuándo había llegado Renata al cuarto, por lo que debió estar profundamente dormida y, de ser lo que sospechaba, la rubia aún le faltaba dormir debido a que debió llegar tarde disfrutando de la velada, o eso quería pensar.

Con el mayor cuidado posible preparó sus ropas para tomar un baño y de ahí irse a ver los horarios. Sin embargo, antes de salir del cuarto, se acercó a su compañera para moverla con suavidad.

-Renata, buenos días. Anda, debes levantarte-para evitar asustarla con la frialdad de sus manos ya traía guantes, cosa que siempre hacía antes de salir de su cuarto.

 -Hmmm, cinco minutos más...

El soñolienta voz de Renata salió de debajo de las sábanas, las cuales había utilizado para taparse la cabeza y evitar así que el sol le diera en los ojos. Al cabo de unos instantes, pudiste oir claramente la respiración profunda y tranquila del que se ha quedado dormido cual bendito. ¡Ibas a tener que empezar el día sin ella!

¿Por qué hay tanta luz?

No debería molestar el sol en especial este día… debía descansar para estar lista en mi primera experiencia en una escuela…

Toda esa línea de pensamiento tardaba siglos en procesarse dentro de la pequeña mente de la pelirrubia, y tras pasar mas de media hora, una pequeña neurona comenzó a gritar despertando a todas sus compañeras.

 -¡¿LAS CLASES?!

Rebotando como un resorte, una maraña de cabellos amarillos, una pijama que era demasiado infantil para el cuerpo que la tenía y un bólido de movimientos típicos de alguien que acaba de despertar y no sabe dónde esta fueron a encontrarse contra todo lo que se ponía en su camino.

-Rápido, rápido.

Un remolino de ropa, una ducha que habría roto el record de alguien bañándose, un rápido aseo personal dejo un cepillo de dientes sobre la cama, un perfume en la ropa sucia.

-Mi ropa ¿Dónde está mi espada?

Faltaban los ejercicios matutinos, algo de magia para madrugar bien, calistenias, pero todo eso podía esperar.

Sin mediar si quiera si estaba permitido o no, debido a las prisas, Renata comenzó a conjurar un hechizo de tele transportación de batalla, algo difícil, bastante avanzado, pero podía hacerlo, aunque se supone que era algo que solo se usaría en una situación extrema ya que no podría volver a utilizarlo en todo el día…

…Pero sus prioridades aún no habían despertado.

Pétalos de rosas amarillas y un remolino sacudió la habitación, era una tele transportación llamativa, algo que se usaría en batalla para distraer al enemigo, que podía intimidar, ser usado como carta de presentación o simplemente para cubrir una huida, y es que de la misma forma que ella desaparecía, sería su presentación en donde estaban todos.

-¡¡¡Al comedor!!!