Partida Rol por web

Jamás creíste que verías en tu vida un ceño tan fruncido como aquel. Había de todo mezclado en esa expresión: enfado, suspicacia, peocupación... 

 -Menos mal que los profesores han reaccionado rápido o esto sería un desastre de proporciones bíblicas. Y dices que nadie ha podido ver de dónde han salido esa cosa. Hmmmmmmm...

La directora se puso a cavilar de nuevo. Y las conclusiones que sacaba no le gustaban.

 -Sólo se me ocurre una persona capaz de hacer algo así, pero esto me parece demasiado incluso para ella. Hay que salir al jardín, ver de dónde han salido esas cosas. Si quieres ir a avisar a las otras muchachas, adelante. Yo voy a hacer una ronda por aquí para ver si alguien se ha quedado rezagado y acto seguido saldré a los jardines. Si quieres ayudar créeme que no estorbarás, pero nadie pensará mal de ti si prefieres bajar a la cámara estanca, muchacha.

Mientras la directora hablaba, el señor Tamegoro sonrió y se desvaneció con tranquilidad.

Renata amaba el conocimiento más que nada en el mundo, los libros y el estudio eran una zona segura cuando vivía en la casa de la familia, así que las bibliotecas eran su lugar sagrado.

-Como Etna va a buscar en las estanterías, yo buscare en las secciones del fichero y los estantes.

Buscar por secciones era simplemente buscar todos los libros que tuviesen una palabra clave en su ficha bibliográfica o que estén en una sección específica y esta era para la pelirrubia, Creatura.

Aunque para su sorpresa el acervo era inmenso, se enorgullecía de las decenas, sino centenas que poseía su familia, pero por primera vez pudo constatar que aquí podía haber miles de libros.

-Toda una vida no me alcanzara…

Murmuro impresionada.

Y sacudiendo sus ideas, volvió a su trabajo, tenían que ayudar a su hermosa sempai.

Aetheldryd hizo un movimiento con su cabeza para agradecer al fantasma antes de que desapareciera. Al escuchar las indicaciones de la Directora comenzó a jugar con la trenza de su cabello y con la otra mano editar las opciones. No había pasado mucho tiempo desde que se separaron y no sabía si habían encontrado información o no; sin embargo, no se sentía capaz de quedarse con los brazos cruzados mientras esto sucedía. Además... ¿Ella? ¿Tenía una idea de quién era?

-Deje le aviso a mis amigas y la acompaño-afirmó segura de sí misma, aunque seguía jugando con su trenza-. Sólo dígame cómo podemos combatir contra los soggoths.

 -Energía radiante.

La directora ni se pensó aquella respuesta.

 -Son criaturas que provienen de un plano amorfo de oscuridad perpetua. La energía radiante de cualquier fuente les resulta insoportable, dañina e incluso mortal si tiene la intensidad suficiente. Claro, que para matarlo deberíamos acumular energía suficiente como para carbonizar al academia, así que de momento intentaremos atraparlo en un lugar donde podamos aislarlo para freírlo a base de bien.

Dicho esto, la directora empezó a ponerse en marcha.

 -Ten cuidado chiquilla. Te veo en los jardines.

Aetheldryd escuchó las indicaciones de la Directora acerca de cómo lidiar con los soggoths, además de atender su origen y comprender lo que implicaba lidiar con esas cosas. Asintió a la indicación y corrió a la Biblioteca para avisarles a las demás y pedirles que se resguarden para que no les pasara nada grave.