Partida Rol por web

La valla de metal, a pesar de ser una reja, era tremendamente sólida. Haría falta una máquina excavadora de esas de varias toneladas para tirarla abajo, ¡y eso sin contar con los posibles conjuros que debía tener reforzándola!

Sin embargo, aunque era alta, no era infinita. Si te aplicabas al cuento y trepabas por la valla, podrías sortearla y llegar al otro lado del camino, a la zona "salvaje" del bosque. La cuestión era, ¿querías hacerlo? ¿O con explorar la parte para alumnos te bastaba de momento?

Aida solo se quedó expectante mirando el estanque, mucho más tranquila al saber que Aethel estaba de acuerdo con guardar el secreto, cuando Sayaka las presentó. Tenía mucha curiosidad por cómo reaccionaría la sirena, y si es que podía hablar. Todo lo que sabia de ellas era teórico; nunca había podido ver una en persona. Y bueno, mucho menos se hubiese imaginado que la primera vez que vería una sería precisamente en un estanque... de la escuela.

Cuando Aida pensó que la sirena no podía hablar, intentó leerle los labios. Sin embargo, se sorprendió al escuchar que, en efecto, la sirena sí que podía hablar. ¡Y por fin había dicho su nombre! Definitivamente las entendía. ¡Era tan mona! Aida no se estaba dando cuenta de cuán emocionada parecía estar, así como tampoco de cuánto se parecía a aquella sirena en cuento a timidez. ¿Quizá por eso le agradaba tanto?

-Lorelay... ¡Es un bonito nombre! Ella es... arañita -y señaló a la pequeña arañita sobre su hombro, presentándola. ¿Siquiera podría verla la sirena desde donde estaba? Probablemente no. Además...-. Tenemos que ponerte un nombre -le susurró al pequeño animalito-. ¡En-encantada de conocerte!

Sayaka ya fuera del agua se sacude para quitarse el agua y escucha el nombre de la sirena, ella sonríe y vuelve a su forma humanoide para decir:

Es verdad, es un nombre bonito.

Se lleva un dedo a la mejilla mientras pensaba, no sabía si podían comunicarse bien con la sirena, mira a Aethe, la que para ella era la que tenía más conocimientos allí y pregunta:

Oye, ¿las sirenas como se comunican? No sabemos seguro si nos entiende ¿no? ¿se te ocurre como podríamos hacerlo?

En esta Academia Aki se estaba descubriendo partes aventureras de personalidad de las que no había sospechado antes, pero había una diferencia entre ser aventurero y ser temerario y hasta estúpido, y Aki todavía se sentía muy consciente de la diferencia. Por ende, volvió sobre el camino y emprendió el camino de vuelta hacia la Academia.

Quería volver a su habitación y continuar leyendo "Matemática Demten" de Lewis Carroll hasta la hora de la cena.

 -¡Sí por favor! Pero que no sea Lorelay o similar. Es nombre de criatura acuática.

Dicho aquello, la arañita saludó a la sirena con la patita. Al igual que Aída, no sabía si Lorelay podría verla, pero mostrar un mínimo de educación o civismo era siempre gratis.

 -Si de verdad es una sirena de pantano perdida, ¿qué vais a hacer? ¿Avisar a un profesor para que la rescaten?

La sirena se sumergió de nuevo cuando Sayaka se transformó, saliendo a la superficie de nuevo un rato después. Parecía ser muy tímida o muy asustadiza. Eso hizo que os preguntarais de nuevo qué la habría llevado hasta ahí.

 -Sayaka. Renata. Aetheld. Aida.

Fue señalandoos con un dedito mientras decía vuestros nombres. Luego esbozó una leve sonrisa mientras se tapaba la boca con las manos. Se sumergió de nuevo, nadando un poco por el lago, antes de vovler a emerger para acercarse un poco más a vosotras.

 -¿Ayuda?

Aida movió sus orejitas con la pregunta de Sayaka. Era una buena pregunta. ¿Siquiera las entendía bien? No lo sabía. Antes de responderle a Sayaka, sintió que su arañita le hablaba. Por un momento enarcó una ceja y la miró.

-Supongo que tiene sentido... -y después de que la arañita aparentemente saludase a la sirena, le dijo algo más a Aida. Algo que la hizo pensar por un momento... al menos hasta que la sirena las señaló y comenzó a decir sus nombres. Eso la enterneció demasiado, más al verla sonreír. ¡Era demasiado tierna! ¡MUY TIERNA! ¿Su miedo a otras especies dónde se había ido? En ese momento quería saltar a abrazarla... pero también sabía que no podía, así que se contuvo.

Al escuchar a la sirena, quien parecía pedir ayuda, Aida miró a sus compañeras y a la arañita. Así que de verdad no estaba allí por cuenta propia.

-Cre... creo que sí se comunica -le dijo a Sayaka. Luego miró de nuevo a la sirena-. ¿Necesitas... ayuda para salir de aquí?