Partida Rol por web

Aunque no abriste la boca, la directora debió verte en la cara que no estabas entendiendo varios de los conceptos que estaba explicando.

 -El enoquiano es un lenguaje místico, empleado especialmente por ángeles y demonios. Fue recopilado en el libro de Enoch, de ahí que se llame enoquiano. Es un lenguaje con el que resulta muy fácil canalizar las energías, por eso se emplea en todo tipo de trabajos mágicos. En este caso, escribiremos lo que queremos obtener. Es una manera tan válida como cualquier otra de conseguir nuestro propósito.

Mientras la directora te explicaba aquello, los profesores terminaron de escribir los caracteres adecuados en el círculo.

 -Bien, ya tenemos el círculo hecho. Vale, soggoth, por favor, colócate en el centro del círculo.

El soggoth asintió y avanzó hacia el círculo, poniendo cuidado de no borrar nada.

 -Bien, estamos listos para empezar. Y aquí es donde entras tú, muchacho. ¿Qué nombre le pondrías al soggoth?

Enoquiano… por supuesto que podría haber podido hacer el puente con el libro de Enoch…, pensó Aki un poco avergonzado, pero sin sonrojarse. Estaba consciente de que quería brillar ante la Directora, y también era consciente de cuán necio era tan anhelo, y esto le ayudó a no saltar sobre el tren de pensamientos que lo desvaloraría inevitablemente.

“Gracias por la explicación. En cuanto al nombre… Sí hay un nombre que me viene a la cabeza. En la mitología griega y romana, Higía era una de las hijas del dios de la medicina y de la diosa de la curación. Higía era la diosa de la salud, limpieza e higiene. Su nombre es la fuente de la palabra ‘higiene’”, recitó lo que ahora se recordaba haber leído en alguien libro hace poco. “Entonces, yo escogería Higía como nombre. Si le parece bonito a usted, y si le parece bonito al shoggoth, claro”, se volvió hacia la criatura con un signo de interrogación en los ojos y en la cara. "¿Cómo te parece el nombre? Es importante que te guste, como va a acompañarte siempre en todas partes.”

Al escuchar la sugerencia de nombre, el soggoth te miró atentamente. Se señaló a sí misma y luego sonrió.

 -¡Me encanta! ¡Sí, sí, sí, sí quiero llamarme así! ¡Muchas gracias por escoger un nombre tan perfecto!

Iba a ser una diosa de la limpieza. ¡Que se preparara la suciedad!

La directora asintió satisfecha e hizo una señal al profesor Beleem, el cual escribió el nombre en el círculo del suelo. Entonces el ritual comenzó.

Los dos profesores y la directora se colocaron en tres puntos correspondientes al este, norte y sur. La directora te indicó que te colocaras en el punto del oeste y que levantaras los brazos hacia el techo. Entonces, la profesora Falivene, que estaba en el norte, comenzó a recitar unas palabras en lo que supusiste que era enoquiano. El círculo empezó a iluminarse mientras recitaba y las palabras que habían sido escritas empezaron a desvanecerse. Cuando todas las palabras desaparecieron, el círculo estalló en un gran resplandor amarillento y luego se apagó. La profesora terminó su recitación y todos bajaron los brazos, indicándote que ya podías hacer lo mismo.

 -Muy bien, está hecho. Te explico, lo que ha pasado es que al recitar el conjuro, la esencia contenida en las palabras ha sido absorbida por el soggoth, bueno, Higía. Ya tiene nombre, ya tiene esencia propia. No desaparecerá de este plano cuando termine de limpiar la academia. Lo que me recuerda que creo que aún quedan sitios por limpiar. Así que si quieres hablar con ella, hazlo, pero que se ponga a limpiar lo que le queda. Tenemos que retomar las clases.

Realmente Aki sintió el flujo de la magia atravesarlo cuando los profesores iniciaron el conjuro en el que participó con lo poco que podía aportar, pero que aparentemente bastó. Fue un sentimiento de complicidad fuerte, elevador, ennobleciendo. Al explayar los profesores su poder mágico, cuan poco que fuera, Aki presenció cuán abrumador era realmente.

Muy conmovido, tras el conjuro, bajó los brazos. Escuchó a la Directora, asintió y se puso ante el shoggoth… ante Higía. De pura emoción, le dio un abrazo a la criatura. “Ahora tienes un hogar y amigos”, le dijo con la voz pastosa de emoción.

Acordándose de cuán tonto debería parecer, se desprendió del shoggoth y, bastante embarazado, añadió: “Has oído a la Directora. Aún queda mucho por limpiar. Hazlo, por favor, para que recomiencen pronto las clases.”

Uy, qué error que acababas de cometer al darle un abrazo tan corto a aquella criatura. Con los ojos brillando de emoción, la recién nombrada Higía te estrechó entre sus brazos con ganas, dándote un abrazo efusivo como pocos.

 -¡Gracias, gracias, gracias! ¡Eres un gran amigo!

Tras un buen rato de repartirte afecto, el soggoth te soltó y se encaminó hacia la puerta.

 -¡Sí, vamos a ello! ¡A limpiar, limpiar, limpiar!

Y rápidamente desapareció por el umbral en dirección a las plantas superiores, a seguir con su tarea.

La directora se rió con ganas al contemplar aquella escena. Era adorable y divertido a partes iguales y ni siquiera los profesores pudieron evitar reírse entre dientes al ver cómo el soggoth te daba abracitos.

 -Bueno chiquillo, has hecho un buen trabajo. Sí, sé lo que estás pensando, que en realidad no has hecho nada. ¡Pero lo has hecho! Y no es una frase cliché de esas que se dicen a los inútiles para que no se sientan tan mal. Seguro que lo has notado. Tu cuerpo ha canalizado la energía mágica perfectamente. Y eso es indcativo del talento en bruto que tienes. ¡Ja! ¡Esto es lo que me gusta de esta profesión! Encontrar a jóvenes talentos como tú. ¿Qué tal te sientes?

Aki aún estuvo un poco obnubilado por la efusividad de la muestra de afecto del shoggoth, cuando le habló la Directora. Al principio estuvo confuso, porque no supo de primero cómo interpretar la palabra ‘inútil’ en el contexto, pero al darse cuenta de que no se refería a él, y, más aún, de que la Directora concretamente se refería a él como un ‘talento’, su corazón dio un brinco de alegría. De hecho, le dijo la Directora que había hecho todo bien en el conjuro.

Haciendo un rápido turno de auto-inspección, Aki contestó: “Pues, me siento bien, de verdad muy bien, y muy, muy agradecido por haber sido parte de esto. Hemos hecho algo bueno.”

La directora asintió.

 -Así es, hemos hecho feliz a una criatura. Y lo más importante, hemos ahorrado a la academia el presupuesto de la limpieza y una tarea extra al señor Ackermann. ¡Ha salido todo tan bien que estoy tentada de mandarle una carta de agradecimiento a Justine, jajaja!

Qué cosas, la que se suponía que iba a ser la novatada del siglo había acabado favoreciendo a la academia. Vivir para ver.

 -Bueno muchacho, si no necesitas nada más, puedes volver al jardín o a donde fuera que estabas antes, A estas horas no creo que retomemos las clases hoy, pero al menos no se podrá decir que no hemos hecho nada.

"Ah.. sí, sí...", contestó Aki algo vago, impresionado como quedaba del contacto directo con la Directora y los demás profesores en este círculo fuera de las actividades normales de un alumno. "Iré al jardín.... Hasta.... luego."

Y un poco como un robot con movimientos algo torpes dejó el sótano encaminándose hacia el lugar que había nombrado. Aunque no sabía muy bien qué hacer en el jardín. Pero aún tenía las ideas no tan claras.

Moderación... Venganza... ¡No tenían por qué no ir de la mano! Al menos para ella tenía cierto sentido y ansiaba en ganas de montar alguna broma pesada para compensar por lo que les habían hecho pasar.

-¡Vale! ¿Y dónde me apunto a ese comité? Uhmm... Comité suena a "canapé", me ha entrado hambre- miró a su compañera aracne con una gran sonrisa. -¿Quieres acompañarme a por algo de comer y luego vamos a apuntarnos a eso de las bromas pesadas?

La arachne asintió a tu propuesta con una sonrisa.

 -Vamos a la cafetería. Con todo este lío ya terminado, deberíamos poder ir a por un donut y un té. O lo que te apetezca.

Dicho esto, fuiste junto a tu amiga a la cafetería.