Partida Rol por web

-¡Gracias!- se maravilló al ver aquel dulce tan redondito y suave.

No pudo evitar torcer la boca hacia un lado sin comprender por qué el chico del ramen (¿Alex era?) se olía de pronto la axila. -Si necesitas la ducha a lo mejor él te puede ayudar- señaló al camarero. -Yo todavía no sé dónde están los sitios... Pero si te sirve de algo, a mí no me parece que huelas mal- a lo mejor podía conseguir que el chico pospusiera su ducha.

De pronto, con una palmada en la frente como hacía su madre cuando de pronto recordaba algo que había olvidado, cayó en la cuenta de que no se había presentado al chico. -Oh, es verdad. Yo me llamo Sarah, encantada- acompañó su presentación con una radiante sonrisa y un sorbo del zumo, que hizo que se extendiera un poquito más.

-Es nuestro primer año, tanto para Laila como para mí. ¿Tú has venido antes a la Academia?

Álex sintió cierto calor en sus mejillas al darse cuenta de que la muchacha lo había visto olerse la axila. Después sonrió timidamente y se frotó la cabeza como si así el corte fuera a ser menor. Encantado, yo soy Álex. Dijo sin tener muy claro si se había presentado ya o no. No, no creo que necesite una ducha, al menos no aún. Dijo sonriente. Es solo que ... bueno... no sé... no se sentía muy cómodo dando explicaciones sobre sus sentimientos así que prefirió responder a su pregunta. Oh, no, yo acabo de llegar, también. No tengo ni idea de donde está nada, y estoy dando una vuelta para conocer la academia. Continuó sonriente. O sea, que tú eres Laila, ¿no? dijo a la chica-araña. No recordaba el nombre de la araña que antes se le había subido a la cabeza, así que no sabía se podría ser la misma o no...

La chica araña asintió a las palabras de Álex.

 -Así es, Laila. Y como dice Sarah, este es nuestro primer año aquí. E-encantada.

Con algo más de confianza, debido a la presencia de su amiga cerca de ella, la arachne se acercó al moreno muchacho para ofrecerle tímidamente la mano. Estrecharse las manos era un saludo muy habitual, ¿no? Muy normal entre gente que se acababa de conocer. No es que ella creyera que Álex fuera guapísimo ni nada por el estilo. Qué va...

Y por supuesto que el pastelito fue ignorado por la araña. Al menos hasta que ese morenazo le hubiera devuelto el saludo.

Encantado, dijo devolviéndole el apretón de manos a Laila. Si os apetece, nos podemos terminar esto, dijo señalando a la bebida y comida que habían pedido, y podemos ir a dar una vuelta por la academia para descubrir más lugares interesantes. ¿Os apetece? Parece que la minidisco ésta, está un poco muerta... concluyó encogiéndose de hombros.

 -Eh, que acabamos de abrir, dale tiempo. La gente empieza a llegar en masa a partir de las seis o las siete de la tarde.

Que seguía siendo su local, no le molaba que dijeran que estaba muerto.

 -Y si queréis conocer lugares interesantes, los jardines suelen ser un lugar muy popular para pasear. Aunque el observatorio es muy popular también, igual que la biblioteca. Tienen cosas muy interesantes para los alumnos recién llegados.

 -A-a mí me parece buena idea. Dar un paseo los tres juntos. Suena interesante, ¿verdad?

Porque Álex era el chico más interesante que había conocido en su vida. ¡Dar un paseo con él y con su nueva amiga sonaba estupendamente!

Al ver el comportamiento de la aracne no pudo evitar esbozar una sonrisa pícara. ¡Le resultaba tan adorable! -¡Sí! Es una gran idea, pero ahora estoy dividida entre los dos lugares que has dicho- se giró hacia el dueño del local con los mofletes ligeramente inflados en un gesto de falso fastidio, pues todavía se atisbaba su sonrisa.

-¿Qué preferís?

 -Yo creo que prefiero la biblioteca. Después de todo, en los jardines ya hemos estado al llegar, la biblioteca no la hemos visto nunca.

Y seguro que tenía lugares estrechos en los que quizás pudiera rozar la mano de Álex. ¡Sonaba taaaaaan romántico! ¡Ay, que se ponía colorada!

 -¡Pe-pero me adaptaré a lo que queráis elegir!

Álex negó con la cabeza. La biblioteca suena para empollones, la verdad. Que por aquí abundan. Dijo sin cortarse un pelo. A mi me gustaría dar un paseo por los jardines, me parece mucho más interesante y agradable, que nos de un poco el sol, ¿no os parece? Dijo a las dos chicas. Por fin parecía que estaba teniendo un par de amigas, alguien con quien entablar conversación y poder relacionarse. La escuela empezaba a ser demasiado aburrida. ¿Vamos para allá?

Y por el camino y para amenizar el viaje, decidió sacar un tema nuevo de conversación. ¿Sabéis cuando empiezan las clases?

 -¡Sí, los jardines suenan genial! A estas horas ya no hace tanto calor, ¡será un paseo genial!

Porque ella no era una empollona para nada, sino una chica guay que salía por ahí con amigos y chicos guapos. Y no se había notado nada su cambio de opinión tan radical. ¡Era toda una estratega social!

 -En cuanto a las clases... Empiezan mañana, o eso dijo la directora. Oh, y esta noche hay una fiesta con cena en el salón de actos, para el que quiera asistir. ¿Iréis vosotros?

Se tapó la boca con la mano para disimular una risilla al ver el radical cambio de opinión de la arácnida. -¡A los jardines entonces!- ¡quizás hasta veía a su príncipe de dorados cabellos! Esta idea no hizo más que animarla a dar pequeños saltos mientras caminaban hacia el lugar.

-¡Oh! Es verdad... ¿y los libros que necesitaremos? Tampoco sé a dónde tendré que ir...- el pánico se adueñó de ella.

 -Los libros los tenéis cubiertos por el importe de la matrícula. Es algo que se preguntan todos los nuevos, que de dónde sacan el material que puedan necesitar. Pero no os preocupéis, ¿creéis que la directora va a dejar a sus alumnos abandonados? El primer día de clase se os asignará un emblema para que lo encajéis en el pupitre. De esta manera el pupitre se convertirá en "vuestro" pupitre y en su interior tendrá todos los materiales que necesitéis para la clase en la que estéis. Bueno, eso a grandes rasgos, los profesores os lo sabrán explicar mejor que yo.

¡Qué guay! Dijo Álex al escuchar lo del emblema y el tema de los libros. La verdad que era algo que no le interesaba en absoluto, porque tampoco se había planteado el tema, pero saberlo le llamaba la atención aunque no fuera un empollón.

Pues sí, es buen momento para dar un paseo por los jardines y luego podemos ir al salón de actos a disfrutar de esa fiesta. ¿A qué hora es? Preguntó mientras se dirigía hacia los jardines.

Juntos los tres llegasteis a la mini-disco... justo para ver cómo el camarero cerraba la puerta y se marchaba con un par de cajas hacia el salón de actos, en compañía de una de las profesoras y del encargado de la cafetería.

Para cuando alcazasteis la puerta, el kappa estaba ya lo bastante lejos como para no reparar en vuestra presencia de buenas a primeras.

 -Vaya... Qué raro, la minidisco debería estar abierta a estas horas, ¿por qué habrá cerrado?

Entonces la chica araña cayó en la cuenta de algo.

 -¡Claro! ¡La fiesta de bienvenida! ¿No recordáis que nos lo dijeron esta mañana durante la ceremonia de apertura? Hay una fiesta en el salón de actos, con cena y baile. ¿Vamos?

Los ojos de la arachne brillaban de emoción. ¡El plan del baile aún no había caído en el olvido! Además, en las fiestas escolares, siempre había baladas. ¡Eso significaba un baile agarrado con Álex! Era simplemente perfecto. Laila miró a Sarah y dijo:

 -¿No suena genial? Seguro que hay canapés deliciosos.

¡Es cierto! Dijo sin acordarse de lo que acababa de contar su nueva amiga. ¡Pues entonces vamos allí! La idea es conocer a más gente y hacer nuevos amigos. Seguro que allí ha ido más gente y seguro que los empollones han dejado sus libros para divertirse un rato. O al menos eso espero. Dijo encogiéndose de hombros sin importarle cambiar la minidisco por el salón de actos.

-Pues a mí también se me había olvidado- admitió con una sonrisa culpable. -No molestemos entonces al señor kappa, que ya bastante tendrá. ¿Vamos entonces? ¡Estoy deseando ver el tipo de fiesta que hacen! Y también si habrán cosas deliciosas- ante la mención de la comida su mirada se perdió y de poco se le cae la baba.