Partida Rol por web

El baile de los pasos perdidos

Cita #1 - Amanecer y Deseando conocerte

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22/05/2025, 15:45
_Narrador_

Al apoyar la mano en el espejo el mundo a vuestro alrededor pareció dejar de girar. El sonido se amortiguó, y las imágenes se comenzaron a hacer más borrosas, como si estuvierais a punto de desmayaros. Curiosamente, no os sentisteis alarmados por la sensación al sentir el frío del espejo en la mano y ser conscientes de que podríais romper el contacto con un simple gesto. 

La imagen del espejo dejaba de ser la vuestra para que se formara otra borrosa y desconocida. A un lado del espejo parecía haber una chica rubia, de larga melena y tez clara. En el otro, un chico con el cabello algo más largo de lo habitual. La silueta de la primera parecía ser grácil, casi etérea, mientras el chico parecía ser alto y fuerte.

Se hizo el silencio mientras dos corazones comenzaban a cantar. Solo hacía falta saber si la canción sería la misma, y saber quien sería el primero en romper el hielo.

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23/05/2025, 19:10
Chico 4

La habitación parece desvanecerse a mi alrededor en el instante en que la palma de mi mano entra en contacto con el espejo. Sonrío, algo nervioso por descubrir a quién voy a encontrarme al otro lado, y espero a que mi reflejo desaparezca mostrándome una visión distorsionada de una chica rubia, de larga melena y tez clara.

Cambio el peso de mi cuerpo de un pie a otro y, sin pensarlo mucho, decido ser yo quién rompa el hielo.

¡Hola! — le digo al reflejo, visiblemente nervioso y emocionado — Soy… — comienzo, pero me muerdo la lengua justo a tiempo — Estoy deseando conocerte — me corrijo finalmente.

Es muy difícil distinguir nada en el espejo, y no puedo estar seguro de haber conocido o no a esta chica antes así que me limito a actuar como si fuese la primera vez que nos encontramos.

Mira que he planeado varias veces como empezar una conversación, pero… parece que me he quedado en blanco — confieso dejando escapar una pequeña risa — Así que, me tocará improvisar. Si solo pudieses contarme un detalle de ti, ¿cuál sería?

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24/05/2025, 12:43
Chica 4

El contacto con el espejo fue frío pero no incómodo, como esa clase de frescor que se siente al abrir una ventana después de estar mucho tiempo cerrada. La figura frente a mí tardó unos segundos en perfilarse. Entonces, su voz atravesó el silencio, con un saludo cálido, titubeante pero sincero y un intento de presentarse que quedó suspendido en el aire. Sonreí al oírle corregirse. Apoyé los dedos con más firmeza sobre el cristal y hablé, con un leve acento francés, y con una voz melodiosa. 

—Encantada, «estoy deseando conocerte» —respondo con un matiz de humor en mi voz—. No sabía que había que pensar en algún tipo de nombre para presentarnos sin decir el nuestro.

Solté una leve risa antes de ponerme más seria. Cuando me pidió que compartiera un solo detalle de mí, estuve a punto de decir algo encantador, algo ensayado. Había demasiados recursos para eso pero no los utilicé. 

—Es una buena pregunta. Diría que... soy de esas personas que a veces se siente sola incluso en medio de una multitud. 

Un instante después continué, aceptando una entrada de conversación basada en preguntas al otro para conocernos. 

—¿Qué es lo último que hiciste sin estar seguro de si te saldría bien, pero lo hiciste igual?

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26/05/2025, 22:19
Chico 4

A pesar de que sabía que no podía verme con claridad, esbocé una amplia sonrisa la escucharla bromear sobre mi lastimosa presentación.

No es obligatorio, creo — dije, siguiéndole la broma — Aunque puede ser divertido mantener el misterio hasta el final de la “cita” — añadí sonriendo de nuevo.

Estaba nervioso, no sabía muy bien por qué, y eso me hacía decir tonterías. Pero me mordí la lengua para dejarla hablar, al fin y al cabo, era cierto que me moría por saber más de ella.

Su respuesta me hizo inclinar la cabeza, pensativo, era… una buena forma de contestar. Una que no me esperaba. No había ido a lo fácil, había sido sincera, o lo parecía al menos. Y solo por eso, me prometí contestar con la misma sinceridad que había percibido en ella.

Ya veo… Yo… puedo entenderlo un poco — le contesté en voz baja — Puede ser una experiencia abrumadora saber que estás rodeada de gente y, sin embargo, no sentir que estás acompañado.

Mantuve el silencio unos segundos, mientras buscaba una respuesta adecuada. Había varias opciones, lo de lanzarse de cabeza a cualquier locura era muy mío y tenía donde elegir.

A ver, a falta de pecar de poco elegante, admitiré que hacer cosas sin saber si saldrán bien, es mi especialidad — contesté dejando escapar una breve risa — Pero la última… ¿los exámenes no cuentan no? — añadí bromeando — La última sería cuando invité a esa chica pelirroja tan mona, que siempre me encontraba en el pasillo al salir de clase, a tomar algo. Delante de sus amigas, sin apenas haber cruzado dos palabras. Obviamente me rechazó, pero… creo que le caí en gracia. Quién sabe, igual algún hasta nos hacemos colegas.

Respiré hondo profundamente, asintiendo con la cabeza.

Si no te lanzas… nunca sabrás que habría pasado — dije más para mí mismo que para ella — Y no podría vivir con la duda.

Sonreí de nuevo, intentando rebajar la seriedad que me había inundado de golpe.

Bueno, me toca — comenté entusiasmado — Si tuvieses la oportunidad de saber algo de tu futuro, lo que sea. ¿Qué querrías saber?

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27/05/2025, 07:14
Chica 4

Solté una risa ante ese comentario. 

—Supongo que, entonces, debería "presentarme" —añadí, con un tono casi cómplice—. Puedes llamarme Amanecer —al fin y al cabo esto podía ser el comienzo de un nuevo día y de un nuevo futuro. 

Su historia me volvió a hacer reír, empezando a estar más cómoda con el desconocido al otro lado del espejo.

—Me gusta cómo lo contaste —dije finalmente, con una sonrisa leve que se notaba incluso sin verse—. Y, oye, quién sabe dónde pudo llevar ese efecto mariposa. 

Tras eso, volvió a preguntarme y su pregunta me obligó a mirar hacia dentro más de lo que esperaba. Tardé unos segundos en contestar. 

—Tengo que reconocer que me daría verdadero miedo mirar al futuro —dije en voz baja, como si fuera una confidencia—. Hay una cosa en concreto que querría saber, sí, pero me aterra ver algo que eliminase mi esperanza. Querría saber si en algún momento dejaría de preguntarme si estoy viviendo mi vida o la que otros decidieron que debía tener... pero finalmente no tendría el valor para averiguarlo. 

Hice una pausa breve y solté mi siguiente pregunta, queriendo saber más de él y quitarme la melancolía que me había generado la suya. 

—¿Qué verías si te encontrases con un boggart?

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27/05/2025, 17:53
Chico 4

Amanecer, ¿eh? Como nombre falso era estupendo, mucho mejor que “estoy deseando conocerte”, desde luego. Y me gusta como le pega a su melena rubia, como si representase el brillo de un nuevo día.

Me lamenté en silencio por haber sido tan torpe en mi primera interacción, pero bueno, no se puede controlar todo y… solo se puede ir hacia delante.

¡¿A qué sí?! — le pregunté, un poco más entusiasmado de lo que pretendía — Me encanta no saber que va a pasar, como un pequeño gesto… puede terminar cambiándolo todo.

Conteniendo mi repentina efusividad, esperé su respuesta, nervioso por descubrir que nuevo pedacito de ella me mostraba. Y, su seriedad, me hizo tranquilizarme, intentar ponerme de nuevo en su lugar. Lo que decía… parecía importante. No estar seguro de si vives por ti o por otros, de si de verdad estás tomando tú tus propias decisiones o solo te dejas llevar por lo que “es mejor para ti”...

Seguramente me esté metiendo donde no me llaman, pero… ya descubrirás que me cuesta demasiado mantenerme al margen — le dije con cierto tono de culpabilidad — Aún así, voy a poner mi granito de arena para que comience un nuevo efecto mariposa — añadí, más convencido — Mi pequeño consejo es que, si ya te planteas eso que me comentas, es porque, al cien por cien al menos, no vives la vida que quieres. Y, no es que tengas que hacer un cambio radical ni mucho menos, pero, yo probaría a hacer alguna tontería. Algo solo y únicamente porque te apetece a ti.

Suspiré después de soltarle todo, un poco preocupado por si me había excedido demasiado y el efecto mariposa era ella quitando la mano del espejo. Aún así, antes de darle tiempo a alejarse, me lancé a contestar su última pregunta.

Oh, un boggart — comenté ganando tiempo mientras pensaba — Pues… lo cierto es que me gustaría decir que algo normal y corriente, como una araña o una serpiente. Pero en mi caso me veo a mi mismo, postrado en una cama de hospital, incapaz de mover más que los ojos. Mientras me dicen que no hay hechizo ni poción que pueda devolverme la movilidad de mi cuerpo y que… bueno, me pasaré la vida viendo como el resto del mundo avanza y yo… solo observo.

Me callo unos instantes tras contestar, la conversación está siendo intensa, pero justo eso es lo que más me atrae de este espejo que nos conecta. La posibilidad de abrirte de verdad con alguien.

Vale, una más divertida esta vez — le comenté esbozando una sonrisa — ¿Cuál es tu recuerdo más alegre? Ese que siempre que viene a tu mente te saca una sonrisa.

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27/05/2025, 23:42
Chica 4

Su respuesta a lo que había compartido me hizo bajar la mirada aunque él no pudiera verlo. No estaba acostumbrada a que alguien se tomase en serio una confesión tan ambigua ni que realmente pareciera apoyar mi felicidad. 

—Tienes una forma curiosa de meterte donde no te llaman —admití, dejando que se me escapara una risa breve pero sincera—. Y, por suerte para ti... no me ha molestado. De momento he empezado con querer venir a este baile, veremos si se convierte en costumbre y empiezo a acumular cualquier cosa que se me ocurra. 

Me mantuve en silencio unos segundos tras oír su respuesta. No porque me incomodara —aunque era una imagen poderosa y oscura—, sino porque no esperaba ese tipo de honestidad. Era una sensación curiosa la de estar al otro lado de un espejo, sin vernos del todo, y sin embargo desnudar ciertas verdades que, fuera de este espacio, nunca me atrevería a decir.

—Eso sí da miedo —murmuré con suavidad, como si hablar más alto pudiera romper el momento—. Gracias por compartirlo. No todos se atreverían a ponerle forma a su mayor miedo y menos a algo tan profundo como eso. 

Me quedé unos segundos pensando en su pregunta pero no tardé mucho en continuar. 

—Hay uno que siempre vuelve cuando necesito sentirme a salvo: Una vez, durante una noche especialmente fría, salí a los jardines queriendo despejarme. El cielo estaba despejado y las estrellas parecían tan cerca que creí que podía alcanzarlas. Estaba triste, no recuerdo muy bien por qué... sólo sé que llevaba la varita en la mano. 

Hice una pausa, con una sonrisa tenue en la voz. 

—Quise practicar un hechizo básico de iluminación para centrar mi mente en otra cosa pero esa vez, en lugar de unas chispas, aparecieron unas pequeñas mariposas doradas, flotando a mi alrededor. No duraron más que unos segundos pero fue como si la magia hubiera querido regalarme algo. Como si me dijera que no estaba sola. 

Con la sonrisa aún en los labios, le pregunté lo siguiente que se me ocurrió. 

—Si pudieras repetir un solo día, exactamente igual, sin cambiar nada... ¿cuál sería?

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28/05/2025, 13:48
Chico 4

Me encogí de hombros, sin perder la sonrisa. Es cierto que me había expuesto demasiado confesando mi mayor miedo de una forma tan… clara y directa. Pero, si no era ahora, con alguien que no puede verme y que está dispuesta a escucharme… ¿Cuándo? Además, no sé si es el momento, las expectativas o ella misma, pero me transmite confianza, me empuja a hablar sin pensarlo dos veces. Y no pienso contenerme.

Su respuesta genera inmediatamente una imagen clara en mi cabeza, ella, bueno la idea que me he hecho de ella, caminando rápido por los jardines en plena noche. Abrazándose a sí misma para evitar el frío. Con el ceño ligeramente fruncido y una expresión triste que se transforma en asombro cuando ve las mariposas que salen de su varita.

Es imposible no esbozar una sonrisa al imaginarla.

Guau, me encanta — le digo, verdaderamente asombrado — ¡Yo nunca he conseguido más que chispas! Al final va a ser verdad que la misma magia quería decirte algo — añado con dulzura — Me alegro de que decidieses escucharla.

Es un recuerdo alegre, no hay duda, pero no comienza como tal. De repente me da mucha rabia no saber quién es ella, si alguna vez he podido cruzármela por los pasillos y no he reparado en su presencia. Aunque por su acento… diría que viene de fuera. Ojalá haber estado ahí y haberla hecho sentir menos sola.

Tuerzo levemente el gesto, frustrado, pero me sacudo esa idea de la mente con un giro brusco de cabeza. Ahora está aquí, hablando conmigo, y eso es lo que importa.

Un solo día para repetirlo sin cambiar nada — murmuro pensando para mí — Esa es fácil — añado con una sonrisa.

Tengo el día perfecto siempre rondando por mi cabeza, quizás lo haya distorsionado un poco con el paso de los años, era muy pequeño entonces, pero lo esencial se mantiene fiel al momento original.

Un día de verano, de hace… un tiempo ya. Tendría unos siete u ocho años — comienzo a contarle — Habíamos ido al echar el día al campo toda la familia, abuelos, primos… todo el pack. Jugamos a hacer el cafre por ahí, nos bañamos en un arroyo, comimos la deliciosa comida de la abuela… El sueño de cualquier niño. Sin embargo, lo mejor vino a la noche.

Paré un segundo, con la sonrisa fija en mi cara, recordando aquel instante con todo detalle.

Para que entiendas el resto, tengo que contarte primero que en mi familia no son todos magos. Y que, por aquel entonces, mis padres, que sí lo son, guardaban muy bien el secreto incluso conmigo. — le digo rápidamente, queriendo llegar a lo importante — Pues bien, esa noche, sin yo saberlo, hice una de esas cosas inexplicables que hacemos los magos cuando se empieza a “despertar” la magia en nosotros, por decirlo de algún modo. Y bueno, digamos que gran parte del agua del arroyo en la que nos bañábamos se elevó sobre nuestras cabezas en forma de pequeñas gotas. Rodeándonos a mí y a mis primos mientras corríamos de un lado a otro, fascinados. Ninguno de los adultos nos creía, por su puesto, decían que deberíamos habérnoslo imaginado. Pero mis padres, esa noche, me contaron todo sobre el mundo mágico, dándome la bienvenida en él. Y bueno… creo que descubrir que la magia existe es lo mejor que le puede pasar a un niño de ocho años.

Esta historia siempre me dejaba lleno optimismo y nuevas posibilidades. Todo un mundo se abrió ante mí aquel día, y no creo que jamás pueda olvidarlo.

Vale, otra pregunta, esta vez sencilla — le digo de nuevo, queriendo saber cada detalle de ella — ¿Cuál es tu olor favorito? ¿Y tú color? — le pregunto de forma muy seguida —Bueno, vale, dos preguntas — concluyo soltando una carcajada.

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28/05/2025, 14:28
_Narrador_

La imagen del espejo onduló lentamente, como si una piedra invisible hubiera caído en un lago de aguas profundas. Las ondulaciones eran lentas, rítmicas, casi como los latidos de un corazón cansado, y con cada una de ellas el reflejo de Amanecer y Deseando conocerte se iba diluyendo.

Nadie les tenía que explicar lo que significaba porque instintivamente lo supieron. Su tiempo se estaba acabando, aunque no podrían concretar cuanto tiempo habían pasado hablando. ¿Minutos? ¿Horas? Parecía que menos de lo que hubieran deseado, pero el espejo tenía otros planes, y muchas veces, se necesita la distancia para que el corazón elija sin dejarse cegar.

Sus sentidos estaban volviendo. Amanecer y Deseando conocerte podían oír gritos de rabia, frustración y alguna carcajada en su lado del espejo. Estaban volviendo. El lugar donde estaban, su lugar, pronto dejaría de existir y les quedarían los recuerdos que aun estaban por hacerse.

El espejo les estaba enseñando algo que podía valer la pena, y ahora estaba en sus manos el asirlo con firmeza para que no escapara, o abrir las manos para que se escapara como el agua de un río.

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28/05/2025, 22:08
Chica 4

Me reí ante la emoción y la dulzura que destilaba su voz en respuesta a mi anécdota. 

Su historia me hizo sonreír de forma distinta. No con diversión ni con ternura, sino con esa sensación cálida que dejan las cosas auténticas. Era fácil imaginar al niño que había sido, con la cara iluminada por el asombro de ver flotar el agua como si el mundo le estuviera susurrando un secreto. Esa bienvenida al mundo mágico… no podía haber tenido mejor escenario.

—Es precioso —susurré, sabiendo que me escucharía igual—. No el momento exacto de la magia, aunque también... sino cómo lo recuerdas. Y... te entiendo, mi familia paterna tampoco son magos —era algo que algunos miembros de mi escuela no veían bien, justo como me lo habían recordado antes de tocar el espejo pero él parecía entenderlo. 

Y quizá fue ese tipo de cosas lo que hacía que hablar con él no resultara incómodo, incluso en medio de un ritual tan extraño como el del espejo, porque no había nada en él que pareciera fingido, solo ganas de conocer y dejarse conocer. 

—Mi color favorito es el azul, justo del tono que tienen algunos cielos antes del amanecer, cuando están a punto de romperse con la luz del sol. Y mi olor... —cerré los ojos un segundo, como si pudiera olerlo al recordarlo—. Diría que jazmín. Mi abuela tenía una hilera de macetas con jazmines a la entrada de su casa y cada vez que los huelo me transportan allí. De hecho, creo que hay gente que diría que es justo a lo que huelo. 

Cuando el espejo empezó a temblar, como si una corriente invisible lo agitara desde dentro, supe lo que significaba. Estábamos volviendo, nuestro tiempo para conocernos se acababa. Instintivamente apreté un poco más la mano contra el cristal, como si eso pudiera hacer que durara unos segundos más.

—Parece que se nos acaba el tiempo —murmuré y, por primera vez, mi voz sonó con un matiz de pena sincera.

Aproveché para centrarme un poco más en él y conseguir algunas respuestas que aclarasen un poco qué clase de persona era. 

—¿Hay alguna frase o cita que dirías que te definiera? Ya sea de otro mago, de un escritor o incluso de propia cosecha —pregunté con curiosidad, aunque con la voz algo acelerada, como si quisiera exprimir los últimos minutos que nos podían quedar. Respiré un momento antes de abrir la boca con otra pregunta que consideraba suficientemente relevante para llevarme esa respuesta, aunque fuera lo último que escuchase—. ¿Qué es lo que más valoras encontrar en otra persona?

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28/05/2025, 23:56
Chico 4

Saber que comprendía lo que implicaba que no todos tus familiares fuesen magos, me llenó de alegría. Muchas veces, era complicado que alguien que desde el instante en que nació se vio rodeado por la magia, entendiese lo que significó ese momento para aquellos que no. Que entendiese que había muchos momentos buenos con tu familia muggle, y que no había nada de malo en ello.

Parece que tenemos algo en común — comenté con una sonrisa mientras ella pensaba la respuesta a mi pregunta.

Azul... un color precioso, seguro que le sentaba genial en combinación con el pelo claro que tenía. Ahora, solo podía pensar en verla con algo de ese color, en como serían sus ojos. ¿Serían azules?

Mis pensamientos se vieron interrumpidos cuando contestó a mi otra pregunta, haciéndome levantar bruscamente la cabeza y abrir mucho los ojos. Dios, como me gustaba ese olor. Si lo del color me había hecho desear verla...

Me encanta ese olor — dije sin poder contenerme — Quiero decir, el azul es un color precioso, pero el jazmín...

Sonreí de nuevo, mirando directamente a donde se intuían sus ojos.

Empiezo a pensar que me encantarías — le confesé con simpleza, sin intenciones ocultas, simple y llanamente porque lo creía de verdad.

En ese preciso instante, comenzó a temblar el espejo. Y, los nervios me recorrieron. ¿Ya? ¿Cuánto tiempo había pasado? No quería...

La urgencia que noté en su voz al preguntarme, me hizo entender que, al igual que yo, quería exprimir el tiempo que quedaba al máximo. Así que puse la mente a trabajar, para contestar lo más rápido posible.

Mi cita favorita es... de un científico, ¿creo? — contesté con cierta duda — Bueno, sea de quién sea, me encanta — completé con una pequeña risa — "Incluso la gente que afirma que no podemos hacer nada para cambiar nuestro destino, mira antes de cruzar la calle".

Esperé un instante, sonriendo, siempre que pensaba en esa frase, lo hacía, sonreír. Me parecía muy gracioso imaginar a aquellos que insisten en que el destino es inamovible, dándose cuenta de que en realidad... no se fían de él.

¿Es curiosa verdad? — pregunté — Te deja poco márgen para lamentarte y te obliga a tomar las riendas. Me da energías cuando pienso que no puedo hacer nada. Y la otra pregunta... — continué — Lo que más valoro en alguien es su honestidad. No me importa que mienta de vez en cuando, sus razones tendrá, pero que en lo importante sea honesta. Que vaya de frente y sea justa, coherente en sus acciones. No sé si me explico bien — finalicé llevándome una mano a la nuca en un gesto de timidez.

El tiempo jugaba en nuestra contra, no sabía de cuánto disponíamos. ¿Nos volvería a avisar el espejo? ¿O se cortaría sin más?

Hay tantas cosas que quiero preguntarte... — confesé en un suspiro — ¿De qué color son tus ojos? — dije incapaz de quedarme con la duda — ¿Qué es lo que te gusta hacer si tienes una tarde libre? Una tarde solo para ti.

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29/05/2025, 20:32
Chica 4

Sus palabras me arrancaron una sonrisa que no pude contener, incluso con el temblor del espejo marcando el final. De forma inesperada era uno de los mejores cumplidos que me habían hecho, ya que ni siquiera me estaba viendo. 

—Menos mal que dijiste "empiezo" —respondí con tono juguetón, dejando escapar una risita suave—. Así te dejo margen para que cambies de opinión cuando descubras que soy un completo desastre bailando vals... aunque eso sí, disimulo mis tropiezos de forma muy elegante.

Su cita me hizo reír de verdad, de forma breve, sincera. Esa clase de carcajada que no puedes evitar cuando algo te sorprende por lo certero.

—Esa frase es brillante, aunque creo que yo miro antes de cruzar la calle... y luego me quedo esperando a que pase un carro que nunca llega —me quedé unos segundos pensando en lo que acababa de decirle, que era mucho más de lo que solía reconocer, incluso para mí misma. 

Y entonces habló de la honestidad y volví a escuchar con más atención de la que esperaba prestar a alguien que no conocía. La misma honestidad que el buscaba parecía justo la que predicaba y me gustó encontrar a alguien tan coherente.

—Te explicas muy bien —dije, y lo dije en serio—. No es tan fácil encontrar a alguien que valore la honestidad sin convertirla en una excusa para herir.

Cuando me lanzó las dos preguntas casi de golpe, no pude evitar sonreír. Había algo en su impaciencia que me enternecía.

—Azules —dije, sabiendo que probablemente lo sospechaba ya—, pero no un azul corriente... Tienen un matiz violeta, o eso me han dicho. Supongo que es una de esas cosas que no te paras a ver mucho cuando llevas toda la vida con ellos —o cuando no pasabas demasiado tiempo mirándote al espejo. 

»Y si tengo una tarde libre... probablemente vuele. Sin rumbo y sin alejarme mucho pero separándome un poco del suelo. También me quedaría jugando con Éclair, una cría de escarbato que adopté casi por accidente —confesé con un tono cariñoso—. Tiene una obsesión insana con las cucharillas de plata y un talento preocupante para aparecer donde no debe. 

Me reí al imaginarla, completamente convencida de que cada objeto brillante del mundo le pertenecía.

—Me recuerda que desear cosas no siempre es malo.

Intentando no perderle de vista en la imagen cada vez más desenfocada, continué. 

—¿Qué criatura mágica crees que se te parecería si fueras una? ¿Te has enamorado alguna vez? ¿Cuál es tu asignatura favorita? —solté las últimas preguntas de forma algo atropellada. Quizá estaba poniendo a prueba su paciencia o la del espejo intentando exprimir el momento pero estaba dispuesta a intentarlo, a conseguir un pequeño pedacito más de ese chico misterioso con el que me empezaba a sentir muy cómoda. 

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30/05/2025, 00:43
Chico 4

Negué con la cabeza mientras sonreía, si ella esperaba que a mí se me diese bien bailar...

La única diferencia entre nuestra forma de bailar, será que yo disimulo mucho peor los tropiezos — le contesté, divertido.

¿La llegaría a ver bailar? ¿Bailaría... con ella? La mera idea de que pudiese ocurrir, me emocionaba. Sin embargo, su comentario a mi respuesta, ensombreció mi mirada. ¿La había entendido bien? Si era así... no sabía que decir. Y no era fácil dejarme sin palabras. La forma en la que lo había dicho, la sinceridad que emanaba, me entristeció de pronto.

Me alegro de que nunca llegase — le dije despacio, cuidando mis palabras, lamentando no poder verla o tocarla — Y espero que nunca lo haga.

Esperé unos segundos, antes de darle mi respuesta, aprovechando la misma para darse una salida por si no quería que siguiese ahondando en un tema que estaba seguro sería delicado para ella.

Asentí, agradecido por su comentario. No es fácil ser siempre honesto, la vida te pone a prueba a cada paso y pensar que ella me percibía de ese modo, a pesar de la breve interacción entre ambos, me hizo recuperar mi sonrisa.

«Azules». La imagen que me había formado de ella, de pronto, tenía color. Y su mirada, resplandecía en el centro de un montón de rasgos borrosos, como si pudiese ir añadiendo detalles a la imagen difusa que tenía ante mí.

¿Te gusta volar? — le pregunté, saltándome las normas de nuestro juego improvisado, empujado por las rítmicas ondulaciones del espejo indicando que el tiempo se acababa — Es genial, ¿verdad? Una de las cosas que más me fascinaron del mundo mágico.

Éclair. Entre ese nombre y el acento... empezaba a hacerme una idea de que escuela era. Bueno, más que una idea, y saberlo solo me hacía lamentar saber que no iba a encontrarmela de casualidad al girar cualquier esquina, al recorrer algún pasillo.

Desear cosas es fantástico — le dije, pensando en aquello que deseaba ahora mismo — Pero ir a por aquello que deseas, es todavía mejor — añadí sonriente.

Apenas terminé la frase, me acribilló a preguntas, provocándome con ello una sonora carcajada.

Una salamandra, de fuego — contesté rápidamente, intentando mantener el ritmo frenético de preguntas cortas que habíamos comenzado desde que el espejo nos comenzó a alejar — Sí, solo una — continué — Encantamientos — finalicé soltando el aire de golpe — Me gusta lo de estar tumbado, rodeado de cosas calentitas — dije intentando justificar mis elecciones— Pero fue intenso, la verdad — confesé — Sé que es básica, pero... me fascina.

Me llevé una mano a la barbilla, pensando que podía preguntarle, qué quería saber de ella con más urgencia. Pero me quedé en blanco, había tantas cosas, tantas opciones, que elegir una o dos era imposible... El tiempo se acababa, el espejo cada vez era más y más borroso. Y, en ese instante, solo una cosa venía a mi mente.

La cita... está llegando a su fin — comenté señalando lo evidente, con un toque de tristeza — ¿Quieres que nos presentemos oficialmente, saber nuestros verdaderos nombres? ¿O prefieres seguir siendo mi Amanecer?

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30/05/2025, 21:33
Chica 4

Su intento de compararse conmigo en cuanto a torpeza me hizo reír en voz baja, como si la imagen de ambos en una pista de baile fuera tan ridícula como encantadora.

Sin embargo, tras mi pequeña confesión, se hizo un silencio un poco más solemne. Tragué saliva antes de contestar, dejando que el temblor del espejo me distrajera unos segundos.

—Yo también lo espero —admití por fin, en voz baja, casi como un secreto. Era más fácil decirlo que dejar de esperar antes de limitarme a cruzar pero por algo había que empezar. No sabía cómo alguien podía conmoverme tanto sin verme, sin tocarme, sin saber siquiera cómo me llamaba.

Cuando me preguntó si me gustaba volar, noté esa impaciencia nerviosa que ambos compartíamos, como quien quiere quedarse en una página aunque sepa que el libro se acaba.

—Me encanta —respondí con una sonrisa que seguramente no pudo ver, pero espero que notara—. Estar en el aire hace sentir que las preocupaciones del suelo son mucho menores, ¿verdad?

Cuando me contestó lo de la salamandra, reí otra vez. Había algo de coherente en su elección, en esa calidez, que sabía que esa imagen encajaba perfectamente con él. 

Había dicho que solo se había enamorado una vez y, aunque no pregunté más, su respuesta se me quedó grabada. 

—Encantamientos también forma parte de las mías igual que Cuidado de Criaturas Mágicas —suponía que ellos debían tener un programa de estudios parecido al nuestro, ya que quedaba claro que no pertenecía a mi escuela—, qué sorpresa, ¿eh? —pregunté con un tono cómplice y una risita. 

Y entonces llegó la gran pregunta. ¿Debíamos presentarnos? Era una despedida demasiado formal y, sobre todo, lo más importante es que realmente sonaba a despedida. 

—Podría decírtelo. Podría darte mi nombre real y tú el tuyo, y dejar que este momento se volviera solo una historia bien cerrada pero entonces dejaría de ser mágico. 

Lo miré, o al menos imaginé que lo hacía, ya que apenas podía ver ya nada y sonreí con un cariño real profundo.

—Prefiero que si alguna vez volvemos a encontrarnos, nos reconozcamos sin necesitar nombres. Que algo en mí te diga que soy yo. Prefiero no saber tu nombre aún y ser tu —la palabra se me hacía algo extraña pero al fin y al cabo este momento había sido algo solo de ambos— Amanecer.

¿Le volvería a ver o eso terminaría ahí? Solo el tiempo sabría a dónde llevaría el efecto mariposa que se había generado durante esa conexión.

—Gracias... por esto, por dejarme conocerte, por todo. Au revoir, ou peut-être... à bientôt.

Notas de juego

Si el máster te deja y quieres, puedes cerrar con un post más o lo dejamos aquí :3 (No me ha dado tiempo por la tarde, mil perdones).

Me ha encantado la escena ♥

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31/05/2025, 09:08
_Narrador_

Finalmente no se dijeron los nombres. Serían amanecer y esperando conocerte, al menos hasta que se vieran en persona. Las palabras de amanecer encerraban muchos significados. Detrás de un simple "tu" podía haber muchas implicaciones. Tu amanecer ¿Qué había querido decir con eso? ¿Había ganado su corazón esperando conocerte?

El espejo pondría a prueba sus sentimientos. Les mostraría otras posibilidades, no buscando confundirles, sino mostrándoles posibilidades que tal vez ellos no habían contemplado. Fuera como fuese, se volverían a ver, y entonces, tal vez, amanecer podría explicar a esperando conocerte el verdadero significado de un tu.

Notas de juego

- FIN DE LA CITA -