Partida Rol por web

El espejo daba la bienvenida a la última cita antes de que tomaran su decisión. De un lado del espejo estaba una muchacha de piel tostada, cabello oscuro y sonrisa deslumbrante. Del otro un chico moreno, delgado y con el pelo desigual, como si no le hubiera prestado mucha atención, o demasiada, a la disposición de su pelo.

Las manos rozaron el cristal, el reflejo se formó. Solo sus palabras podrían romper el hielo, era su última oportunidad de encontrar lo que estaban buscando.

Allá que iban por tercera vez. Y en esta ocasión, a la carrera.

-¡Hola! Qué prisas, ¿no? Debe ser que el espejo tiene también sus citas en otra parte y llega tarde. Jjajaja.

La voz era cristalina, alegre, desenfadada. Destilaba energía a través del cristal.

-¿Cómo estás? ¿Agotado de tanta cita y charla? ¿Ya tienes la elección hecha? -hizo una pausa, que ella tampoco es que fuese señorita metralleta.

-No sería raro, dicen que la última es puro trámite. Bueno, yo no he elegido ni nada, nadie me ha traspasado el corazón.

Sonaba a broma contenida. Sonaba a la calidez de un día de sol en invierno.

Cuarta cita, no tercera. 

Qué manía con llamarla cita.  Era más como el Omegle pero todavía más de boomer. No cap. A "Dumberdore" seguro que le parecía mad lit,  algo para que se disparase el rizz entre los magos de la gen alpha.  Con alguna ya lo habían conseguido. Pero era más cringe que otra cosa.

-Si, tía, que prisas — imité la energía vibrante de ella -. Tienen algún plan, pero no les está saliendo muy bien

Yo ya pensaba en una especie de programa de cría selectiva entre linajes mágicos. 

-Por mi parte, no. Yo no venía a salir con nadie ni nada, eso es de niños.  Hasta ahora, dos chicas lit y un tío un poco noob.  Sabía un montón de alquimia, pero lo de relacionarse con la gente, no tanto.  Claro que igual pensaba que a mí me iban los...pero no. Un error del espejo.

Puse otra vez la voz trascendental, para cosas importantes.

-Yo me voy a llevar cosas positivas, don't get me wrong. Semillas de amistades a largo plazo, colaboraciones y quien sabe qué más.  Pero...no entiendo qué quieren que hagamos aquí.  Es como una prom con pasos extra y sin conocer realmente a la persona que te gusta.  

Me reí 

-Debe ser la idea de los directores de la escuela de pasarlo bien.  Como en sus tiempos había matrimonios concertados, les parece una mejora sustacial.

Otra vez hablando mucho más de lo normal.  Hasta cierto punto, el anonimato espejil me daba alas.

-Entonces..¿.buscas que te lo traspasen?

Me volví a reir.  A la cuarta iba la vencida y ya sabía quién era la chica del otro lado.  Una de cuatro.  Iba progresando.

Escuchó con atención al chico al otro lado del mundo. Usaba una jerga que no se estilaba mucho en su cole. Creyó entender, más o menos.

-¿Alquimia has dicho? Le he conocido. -se ahorró cualquier comentario al respecto- ¿Por qué te parece de niños? A lo mejor nos quieren emparejar para que no seamos tan endogámicos, ¿no? -reflexionó en voz alta.

-Mezcla de sangres, saberes y conocimientos. ¿De dónde eres? Yo quiero viajar. Vivir y sentir el viaje.

Asintió con la cabeza tras el cristal.

-¡Yo también! Lo mismo que tú, cosas positiva. Calcado. Jajaja -Apoyó un hombro en el espejo- Si sale algo, no digo que no, pero no se manejarme en ese terreno, estoy muy... noob. Pero mira el lado positivo, el de las amistades. -acompañço al chico en su risa.

-Recuerda que es una tradición ancestral, "cada treinta y siete años un día esta chimenea se conecta...la trigésimo tercera ocasión... -impostó la voz, grave, seria y afable del entrañable anciano. Luego estalló en una risa que contenía la frescura de los melocotones maduros.

-Una idea anticuada. ¿Por qué no hemos pasado directamente al baile y la fiesta? Ahí sí que nos podemos conocer bien. 

Él dijo algo y luego vibró su risa- ¿Que me traspasen el qué? -No entendió. Después, sí. -Ahhh, lo que acabo de decir. Es una forma de hablar. No, para nada. Menudo rollo liarse con alguien. Y con esta conexión que va y viene, imposible de sentir una atracción más allá de la curiosidad. 

Se separó del espejo y le dio un sorbito a su bebida, sin apartar una de las manos, claro.

Estaba on fire, como decía mi padre biológico.  Si había empezado brainrot, ahora ya ni se me notaba.  

-Así que te ha caído bien. Pero era un poco viejo ¿Tú le pusiste el nombre de joven alquimista? ¿Cómo quieres que te llame a tí? No esperé a su pregunta de vuelta  -A mí puedes llamarme Brinco.  Es mi nombre artístico para este encuentro romántico.  

Medité su comentario.  Como no supe qué contestar a lo que me parecía de niños, pasé completamente y me recordé que no hablara sin tener backup.  No me gustaba, era low key loss.

-¿Tu crees que los magos son endogámicos? Podría ser entre los sangre pura, pero en Hogwarts, que es donde estudio, hay casi mil alumnos matriculados. Eso sin contar con los que ya han acabado. Por lo que sé de genética, creo que es una población lo suficientemente grande como para no notar los efectos de la endogamia.  

Ya estaba yapping. bruh.  Era mi tema favorito, el de la sangre de los magos. Tema de gruzz.

-Yo no soy sangre pura, como dirían ellos, pero gustaría que dejaran de usar esa palabra y la de Muggle.  No creo que haya diferencias en cuanto a la proficiencia mágica.  

Pero no quería darle el ick a la chica, con mis rollos. Así que seguí los temas que me daba.

-A mi me gustaría también viajar.  Mi intención es ir a Machu Picchu el año que viene e intentar viajar amazonas abajo, hasta Manaos.  ¿Cómo de aventurera te sientes?

Buenoooo.  Toqué una melodía con los dedos en el espejo. Si la chica era quien yo creía que era, daba una energy diferente aquí, más intensa, lit.   Usé un símil.  Si ella fuese el Sol, Howgarts siempre estaba nublado.   Pasillo, brillo, amarillo, pajarillo...picadillo.  Poco podía hacer con esas rimas. Bruh.

-Yo creo que, sin ver al otro, es más difícil.  Pero, también tiene que haber una oportunidad para los chopped que, en realidad, tienen carisma,  están mejorando su rizz.  Es como los sms que se mandaban mis padres entre ellos.  Pero, de todas formas, no está tan mal.  Yo...  yo soy tímido, ICL.  He dicho cosas de mí en estos encuentros que ni soñando. Lo juro.

-¿Y tú de donde eres? ¿De Beauxbatons? sería mi tercera "cita" de hoy... 

-No es viejo. ¿O quieres decir de alma vieja? No lo se. 

Las citas eran muy cortas.

-Brinco… Hum. Vale, un alias, te da vergüenza declarar quien eres -hubo una breve pausa- ¿En serio crees que esto son encuentros románticos? 

Evitó que se le notase mucho la risa, por cortesía y amabilidad. -Yo no soy romántica. Meh. Punto negativo para mí. 

Hogwarts. Hum. Puso expresión reflexiva, atenta. 

-Lo de la endogamia solo era una teoría. Pero posible. Mil no es nada con la inmensidad del mar, ¿no? Y yo también soy muggle. Un bisabuelo era sangre pura. Aunque tanto me da como nos llamen, solo son etiquetas. No te dejes afectar por lo que digan los demás de ti, o pensarás que tienen razón.

Compartían pasión por los viajes. Ella ofreció una amplia sonrisa al espejo.

-Quiero empezar por los diferentes colegios. Conocer qué se cuece en cada uno de ellos. Ya me han invitado a dos, ¿me invitas al tuyo?

Una ligera risa creó suaves ondulaciones en la nube de cristal. 

-Quiero dedicarme a las criaturas mágicas. ¿Te parece suficiente aventura? Seguro que en el Amazonas las hay. ¿Por qué Machu Picchu?

Lo que dijo luego la dejó un poco extrañada. Acompañó la melodía con los dedos, era fácil.

-Entonces, va a resultar difícil creer o confiar en algo de lo que dices. Pienso que te burlas de mí, tal vez de todos estos “encuentros románticos”. -el tono seguía siendo relajado.

-¿Y qué has dicho de ti que ni soñando, Brinco tímido?

Comenzó a tomarse a broma esta cita de niños.

-No soy francesa ni estudio allí. Puede que sea de Manaos.- se acercó de nuevo a la superficie del espejo. Susurró- Soy una criatura mágica que se ha colado en este evento. Es un secreto, no se lo digas a nadie. 

-No ha sido premeditado -me defendí de la acusación de que me daba vergüenza decir mi nombre verdadero.-Es que me pareció que eran las reglas, fam. No soy nada romántico, nope. Nada. Paso de eso.

Con lo que me gustaba a mí ir contra corriente, que me dijera que tenía vergüenza había sentado como una patada en las mismísimas.  Pero, igual era verdad. Qué cringe, Brinco. -Estamos de incógnito, es cool af, tia. No lo niegues.

Me encogí de hombros, pasado el momento. Cada uno era libre para decir o no decir quién o qué era 

-Quieras o no, hay prejuicios si conoces a la persona o si es muy fea, muy guapa, si tiene el pelo rizado o si es, pff, un crío.

-Yo también pienso ir a un colegio, a Beauxbatons.  Igual podemos hacer una ronda, homie ¿Te apuntas?

Las palabras rodaban. Ella gesticulaba mucho y yo intentando adivinar si sonreía, si se burlaba o si no.

Al final, era que si. Era una goat. Hands down. 

-Na, soy sincero a tope, fam. Pero estoy en una casa donde... No se valora la honestidad, ni mostrar tus sentimientos y debilidades. Slytherin, ¿Te suena? Si les hicieran rellenar un SWOT, todo serian Strengths. No cap.Ni siquiera saben que mis padres son no magos. ¿Qué crees que me harían si dijese que... Me gusta rodearme de muggles, que rapeo en mis ratos libres, que no entiendo que no se use la magia para curar las enfermedades y el hambre en el mundo y que creo que el sistema de casas es retrógrado y violento. Me mandaban a Azkaban, o me convertían en sapo. O las dos cosas.

Me callé un momento. Ingenuo, pensaba que igual no había magos escuchando las conversaciones privadas. Frick. ¿Desde cuando le importaba la privacidad a Dumbo? -Machu Picchu, ¿por qué no? -seguí tamborileando mientras ella ya se tomaba a broma todo.

-Tiene sentido que seas una criatura mágica y que quieras vivir rodeada de bestias mágicas, jaja. Es un futuro tranquilo, los anímales no juzgan ni mienten, ni presionan.  Yo... Prefiero la oportunidad de cambiar las cosas. ¿Qué sentido tiene todo éste conocimiento, si no?

Conforme más hablaba el joven Brinco y, a su estilo gracioso, le contaba cosas sobre él, a ella le parecía saber quien era. Transformado aquí, de incógnito, aseguraba. 

Se mantuvo calladita, mordiéndose la lengua. A veces de acuerdo, en ocasiones negando con la cabeza. 

-Slytherin. Por supuesto. Supremacía, estirados, ridículos. No todos ni todas. Hay que saberlos llevar, es como cabalgar las olas. -sonreía, a menudo era su forma de enfrentar el mundo.

-Ya sabes, el flow, que tú dirías. -se quedó pensativa unos segundos - Vale. Ocultas tu auténtico yo en el colegio, reprimes tus impulsos, participas en algo que desprecias y aquí también no eres tú. Te has acostumbrado a fingir. 

Se acercó una vez más al espejo -¿Sabes quién eres, muggle Brinco? Estás perdiendo tu esencia. El curso acaba, tienes una oportunidad para sincerarte con ellos. Contigo. Si te transforman en sapo, yo te cuidaré.

Una risa sin malicia traspasó el espejo hasta el chico.

Reflexionó.

-Disculpa. La mayoría de las veces doy la impresión de que soy un poco cabeza hueca. Y me he puesto algo seria. 

Agitó la melena.

-Pues eso, comienza hoy a cambiar el mundo. A usar la magia para sanar, ¿no? Pienso lo mismo, la magia es un asombroso milagro si se utiliza para el bien. 

La joven continuó acariciando la superficie de cristal, envolviendo a ambos con la melodía sencilla que la pareja improvisaba. Cerró los ojos y se concentró.

-Sígueme, va. -dulce, sutil, la intención de penetrar el cristal y “tocar” con las yemas de los dedos las del mago al otro lado.

-Va, no hacemos nada malo. Nadie dijo que no se pudiera. Es divertido. ¿Cambia lo que se espera de nosotros?

-Jaja, no te equivoques, Sis  No he estado del todo de acuerdo con el Sombrero Seleccionador, pero sí que hay cosas de los Slytherin que no has nombrado, cosas positivas, como ambición, recursos, hambre, competitividad. Sería un mago mid si hubiese acabado en Hufflepuff y en un año o dos, seré tan goat como Elvira. 

Las cosas no siempre eran tan simples. 

-Hay muchos en Slytherin que no son capullos integrales. Generalizar no mola, sis.

-Pero mi esencia sigue aquí -me golpeé con los dedos el pecho -. Soy yo mismo y nunca he cambiado, pero, no voy a ser tan tonto de crearme problemas con los slytherin que si son unos tools.

Me calmé rápido.  No era de enfadarme.

-Un poco cabeza hueca sí que eres.  

Lo siguiente, sorpresa. 

-¿Se puede tocar? -pregunté. Y me enteraba ahora. No podía decir que no. Experimentador como era.

Imité los gestos de la alumna de Hogwarts sobre el espejo.

-No cambia nada, jaja.

La imagen del espejo empezó a oscilar lentamente anunciado el final inminente de su cita. En esta ocasión, ninguno de los dos volverían a sus respectivas escuelas. El espejo se transformaría en un portal, que al cruzarlo les llevaría al baile, o a casa, si así lo deseaban. En caso de elegir y ser elegidos, aparecerían con sus parejas. En cualquier otro caso, entrarían con el resto de estudiantes de su escuela. 

Tras la respuesta de él, la chica pensó que había patinado en su apreciación de los Slytherin. Pero se dio cuenta que no fue así.

Ella había dicho que no todos ni todas. 

No replicó. Brinco tenía derecho a mosquearse. A pesar de que, en el fondo, él no se sentía uno de ellos. No hablaba de nosotros, sino en tercera persona. 

Un camuflaje durante años, eso no podía ser bueno a la larga. 

-Céntrate y calla. 

Sintonizó su respiración con la de Brinco. Esto era fácil, las hebras de la magia realizaban su función. A la vez, las aguas del espejo fluctuaban, una vez más, la última de esta experiencia. 

Cada treinta y siete años.

-Al final lo he comprendido.

Aprovechó las suaves ondulaciones y el desvanecimiento de materia física para colar un dedo al otro lado.

-¿Ves? 

La sonrisa pícara y amable asomó de nuevo en el reflejo.

-Vamos, no seas tímido. 

Se terminaba la primera fase del evento y se sentía un poco agotada. ¿Debía acudir al baile? Le encantaba bailar pero, ¿lo haría? 

Quizá, si les daban de comer, recobrara las fuerzas.

-Tengo hambre. Me comería un bocadillo como un camión, jajaja. 

La imagen se desvaneció y al intentar separar la mano del espejo vieron que no era posible. El espejo les preguntó por su elección con una canción ridícula, al uso del sombrero seleccionador de Hogwarts. Cada uno hizo su elección. Algunas basadas en el amor, la atracción o el miedo, miedo al rechazo, miedo a no ser elegido.

Una vez hecha la elección el espejo brilló. Lo que antes era el espejo era un portal, y al fondo del mismo, se oía la música. El baile de los pasos perdidos estaba listo para empezar.