Damon se quedó paralizado mientas Middy casi caía de rodillas al suelo, víctima de un dolor súbito. Se asustó bastante...
Luego abrió mucho los ojos en dirección a Elvira. ¿Eso había sido un cruciatus sin varita, con apenas un leve gesto en dirección a Middy?
Buah. No se lo podía creer.
Ayudó a Middy a levantarse y, cuando el espejo les llamó, Damon puso la mano sobre la fría superficie reverberante. No tenía tantas ganas de reír como antes. Cerró los ojos y se dejó llevar.
Los gritos de protesta crecían dentro de la sala común de Hogwarts, especialmente los gritos de chicas, frustradas por lo que habían vivido. Arnold Goyle y Sebastian Crabbe, ambos de Slytherin, habían decidido que lo mejor que podían hacer era, una vez que su cita había acabado, era arrancar del espejo a las chicas de otras casas a la fuerza, solo porque podían, por ser más fuertes que nadie, y casi tan estúpidos como poderosos fisicamente.
Habían arrancado del espejo a Milly Barton, de Ravenclaw, que lloraba mientras intentaba poner la mano en el espejo con desesperación, para tratar de recuperar la conexión. También había sido arrancada Remedie Hobbes, que se miraba la mano sin poder comprender y asumir lo que había pasado. Sandy Mason, Eleonor Umbridge, Samantha Abbot todas parecían estar en un estado entre la estupefacción, la rabia y el odio.
- Ohhhhhhh, fíjate Goyle, parece que han perdido a sus amorcitos muak muak muak...
Arnold rompió en una carcajada cruel antes de deciles
- Que va, no creo que sea por eso, ¿Quién iba a querer bailar con ellas? Si en realidad le hemos hecho un favor, para que nadie les rompa el corazón. Somos unos románticos....
Los dos rompieron a reír, estúpidamente, mientras apartaban a empujones a los que se le ponían en medio.
Solté el espejo y tardé unos segundos en entender qué estaba pasando.
—¿Tanto os ha dolido que vuestra cita fuera una piedra que tenéis que pagarlo con el resto de personas del colegio? —pregunté a los dos estúpidos que tenía por compañeros de casa.
Miré a Middy y suspiré.
—Oh, ya entiendo... Os ha tocado juntos y, como acto de amor para que nadie supere vuestra historia, habéis decidido sabotear a los demás... Qué bonito —estaba enfadada, no sabía por qué—. Vuelve a tocarla y no lamentaré que me expulsen los pocos días de colegio que nos quedan —le dije a Goyle cuando empujó a una de las chicas que pasaba por su lado.
-Si se acaba de los primeros, se sabe que tu cita te ha rechazado super rápido.
Estaba bastante claro que el comentario iba dirigido a esos dos, Goyle y Crabbe, que habían comenzado su actividad habitual algo antes que el resto.
Damon parecía decepcionado con sus compañeros de casa, pero no era el qué les iba a explicar nada, ni quien les iba a prohibir que se comportasen como ogros. La astucia slytherin eran inexistente en ellos, por muy sangre puras que fuesen. O puede que a causa de ello.
-Por eso, he estado con la mano en el espejo hasta que habéis empezado a despertar. Para disimular.
Crabbe y Goyle rieron ante las protestas de algunos alumnos. Se acercaron amenazadores a Iris, Crabbe crujiéndose los nudillos y Goyle haciendo sonar sus dientes, como si fuera un tiburón a punto de devorarla.
- Uuuuuuh, que miedo, lady niña buena dice que la van a expulsar - dijo Goyle fingiendo una cara de pánico - Yo creo que va a decir corcholis, no, no, cáspitas...sí.... algo así de malo, la van a castigar y sus papás la van a meter en un reformatorio....
Rompieron a reír, rodeando a Iris para que su amenaza física fuera más evidente. No podía decirse que fueran los más listos, pero era grandes, crueles, y no eran de los que dudaban en sacudir a una mujer si hacía falta. Goyle miró en dirección a Damon y le espetó
- ¿Decías algo gusano? No hablo el rajao.... ¿Tú lo hablas Crabbe? - Preguntó Goyle
-¿Yo? ¡Que va, se me dan fatal los idiomas....y los rajaos! - Contestó Crabbe
Volvieron a explotar en risas mientras Elvira terminaba de hablar en confidencia con Matilda, que sonrió levemente como respuesta mientras se secaba el rastro de una lágrima. La alumna de Slytherin se acercó a sus compañeros con la promesa de desatar una tempestad sobre ellos.
Elvira se dirigió a ellos con una sonrisa helada. Se acercó a sus compañeros de casa y los cogió por la oreja. Los chicos se volvieron hacia ella, listos para agredirla, pero cuando se dieron cuenta de quien era su cara se transformó en una mueca de terror. Elvira musitó algo en voz baja, como si estuviera lanzando algún tipo de conjuro y cuando acabó les dijo
- Si volvéis a tocar a alguien, a quien sea, de la casa que sea.... - La rabia rompió la máscara de frialdad, dejando ver lo enfadada que estaba - por el motivo que sea.... Aunque os tropecéis, aunque se esté quemando el castillo... Si lo volvéis a hacer, el maleficio que os he lanzado os alcanzará. La comida os sabrá a cenizas, la bebida a vinagre y no hallaréis descanso... Por cada paso que os deis más os dolerá la barriga, que es donde parece que tenéis el cerebro, y cuando paréis reventaréis.....
Una maldición que afectara la comida parecía ser lo peor que le podían lanzar a los macarras de Slytherin. Negarles la comida y obligarles a hacer ejercicio, era demasiado para ellos.
- ¿Lo habéis entendido? - Les dijo en un tono duro
- Sí, sí, era solo un juego Elvira, no queríamos....
Un gesto de dolor sacudió a los dos Slytherins, más intenso del que había afectado a Middy. Su voz restalló como un látigo
- Me da igual. Ya estáis malditos.... si dais medio problema antes del final del baile..... nadie os podrá salvar.
Elvira había dado muestras de poder usar magia sin varita, pero ese tipo de maldición era demasiado poderoso para que pudiera ser posible. Todo lo que habían aprendido en Hogwarts les decía que no podía ser, pero el terror en las caras de Crabbe y Goyle les decía lo contrario. Los Slytherins se marcharon lo más lejos posible de Elvira mientras ella volvía a donde le esperaba Matilda.
Tawny se reunió con el grupito habitual de su escuela. Llegaba con una media sonrisa que disimulaba un poco la expresión algo reflexiva en su cara. Estaba considerando la artificialidad de las citas y el cansancio mental que producían. Que sí, estaba genial conocer gente nueva, ella la primera, encantada, nuevas formas de pensar, sueños, proyectos, curiosidades, desconocidos horizontes. Quedaban dos encuentros y por ella se iría a dar un paseo y tomar aire fresco. Y libre.
Asistió a la escena en sus coletazos. Se quedó parada, observando. Iris, decidida a aplicar justicia, Daemon, hablando poco y pasando mucho. Y Elvira, en plan heroína.
No se creía para nada la actitud de Malfoy. Pura representación teatral de la mala. Todo un montaje para acaparar atención y protagonismo. Siempre tenía que ser ella el eje sobre el que pivotaba el mundo.
¿No se aburría de ese postureo?
Miró a su alrededor, sin tener muy claro qué hacer. ¿Se dirigía a la zona de refrescos o se unía a los demás? Tras un titubeo, el cuerpo le pedía compañía y cotillear un poquito.
Avanzó, decidida a hacerse la tonta con una conversación intrascendente.
-¡¿Dónde están los focos, Elvira?! - no pudo evitar la broma -. Parece que ha pasado un siglo desde la última vez que nos vimos- continuó la broma, la sonrisa inmensa y la risa alegre.
-¿Qué, ya os habéis enamorado? ¡Jajajaja!
Cuando miraron en su dirección, Damon miró un instante por encima del hombro, como si la pareja de Homo Hogwariensis le estuviesen hablando a otra persona. Luego echo a reír, con cara de suficiencia, mientras veía acercarse a Elvira dispuesta a impartir justicia.
En ningún momento, Damon pareció preocupado. Los dos simios sin talento parecían ignorar mucho del joven slytherin, que no solo parecía el ojito derecho del mismísimo jefe de la casa, si no que se rumoreaba que se vengaba terriblemente de los que se metían con él.
—Tawny, ¿Qué tal tus citas? ¿Has conseguido parecer diferente a lo que eres? Podrías enrollarte y traerme una cola, tía.
Daemon no era tonto sino inseguro del tamaño de la Luna, tanto que no salía otra cosa de su boca más que tontería tras tontería. Quería ofender las más de las veces, otras, tan solo bromear haciéndose el chico duro.
Tawny rodó los ojos.
-Le he dicho que era tu prima. A partir de ahí todo ha ido rodado. -afirmó con esa seriedad grave que encerraba mucha ambigüedad -¿ Y tú qué, ya tienes pareja de baile?
Alzó el pulgar de la mano izquierda. -¡Vale, primo! -aceptó regalándole esa inmensa sonrisa divertida y se fue hacia la zona de las bebidas.
-¿Alguien quiere algo más?
No tenía la más mínima intención de traerle la cola a Daemon, desde luego.
Elvira miró a Tawny a los ojos y bufó contrariada en su camino hacia Matilda.
- No me importaría que pasara otro Night. Hazme un favor y escaquéate de mi vista....
No parecía que Elvira tuviera más ganas de gresca, simplemente hablar con Matilda, con quien parecía estar teniendo una conversación animada.
En cuanto Matilda volvió de su cita se fue directa hacia Elvira Malfoy. Parecía preocupada y lo primero que hizo fue ponerle la mano en la frente, y la muchacha no protestó ni se apartó.
- He tenido una cita con Aksel y me ha dicho que has jugado con el espejo. ¿Estás bien? ¡Estás ardiendo!
Elvira asintió y se sentó en un rincón de la sala cerca de la mesa con las bebidas
- No tendría que haber jugado con el espejo - Se sonrió - Pero valió la pena. ¿Qué me pasa?
Matilda negó con la cabeza
- No lo sé, y no tengo aquí mi varita, así que nada de tonterías, de acuerdo. - Le tendió un vaso - Bebe, a sorbos pequeños
Elvira obedeció mientras le preguntaba a Matilda
- ¿Entonces has conocido a Aksel?¿Aksel de Durmstrang? - Matilda asintió con una sonrisa - ¿Y que te ha parecido?
Ver a Elvira hablar de chicos podía ser algo tan extraño como un dragón hablando de las ventajas de la comida vegana
- Simpático, encantador, pero .... No es de los que se decida. Cuando parece que tiene todo encarrilado con una cita, se hecha atrás. Según él todas sus citas han ido muy bien, y que todas las personas eran increíbles
Elvira bufó
- Me dio la misma impresión. Elegirle es jugársela - sonrió divertida - pero puede ser un juego que valga la pena.
Salí de la última cita confusa, pero aún más desconcertada me quedé cuando escuché a Elvira y Matilda hablando sobre alguien: Aksel.
Mordí mi labio inferior y aparté la mirada de ellas, caminando sin ánimo hasta la zona de las bebidas, buscando algo que beber para mantenerme ocupada hasta que llegara el turno de la siguiente cita.
Busqué con la mirada a Tawny y Middy, pero finalmente cogí lo primero que encontré y fui a sentarme sola y desanimada hasta el próximo turno.
Damon rompió su contacto con el espejo y se volvió hacia la sala. Bostezó y bufó. Se fue a por una Coca-Cola o el sucedáneo que servían en aquel self-service arcano.
—Los espejos ya no son como antaño.
Antaño era como hacía media hora, pero el punto quedaba claro.
Miró extrañado a Elvira. Siempre había sabido que su compañera de casa era perra mordedora, poco destripadora. Aquella charla confirmaba su pertenencia a la humanidad y....era un poco decepcionante.
—Yay, Callahan —se apoyó en la barra a su lado —. ¿A qué viene esa cara de gárgola? ¿También querías que Aksel te pasara por encima, jaja?
Si es que no había quien entendiera a las chicas...
Me giré y miré a Damon cuando vino a tocarme la poca paciencia que me quedaba hoy después de haber conocido al estúpido de Sergei.
—Oh, no, tranquilo. Ese honor te lo dejo a ti —puse los ojos en blanco—. Oh... perdona, se me olvidaba que Crabbe era tu tipo. No te preocupes, seguiré esperando entonces —chasqueé la lengua negando.
—¿Qué tal tu última cita? ¿Ya tienes pareja para el baile?
La tercera cita ha pasado volando. Siento que apenas pude conocer alguna cosa del chico Pokémon, pero me agradó. Al separarme del cristal, no puedo dejar de tararear aquella musiquita que al final si logró sonar. "La la la la yellow submarine, yellow submarine, yellow submarine..."
Me acerco a donde están las bebidas, mi mirada hacia Elvira y Matilda es de flipe total. ¿Qué cambio de corazón ocurrió? Si la serpiente había tratado como trapo viejo a mi compi huffie, y ahora estaba siendo ¿dulce? Es raro. Llego hasta Callahan y Blackburn, que se lanzan pullas. "Wah, ¿hay que elegir a uno?" Me quedo sorprendida. "Eso no es fácil, cada cita ha tenido su detalle. Quiero conocer a Brinco, y a Occami, y a Daremander... Brinco me debe una respuesta, Occami un beso, y Daremaster... Pues saber más de él. Apenas si intercambiamos palabras, fue muy raro..."
Sonrío a ambos chicos. "¿Vosotros lo tenéis mas claro?"
Levanté el rostro mirando a Middy, quien venía contenta canturreando una canción y parecía no saber que había que elegir a alguien.
—Eso creo. Aunque podemos no elegir a nadie —le dije dándole un trago a mi bebida y mirándola fijamente cuando nombró a sus citas—. Nada claro —dije volviendo a beber—. Igual no elijo a nadie...
—Mi última cita, un muermo. Solo se salvan las dos primeras. Supongo que nadie puede compararse a Crabbe
Suspiró como víctima del desamor, pero no tardó en notar un súbito escalofrío: la mirada de un abusón fija en su espalda. Se giró disimuladamente y comprobó con alivio que ahí no había nadie. Vaya susto.
—Pero como él y Goyle ya son pareja, pues....nada
Escuchó a las dos chicas, con una sonrisilla pícara.
—Nada dice que no se pueda elegir a alguien con quien no has tenido cita, Iris. Pero, de todas formas, elige a alguien, por si acas. Que no te elija a tí no significa nada, solo que no eres una pnj, no estás hecha en serie ni te has rebajado a ser complaciente, ni fácil.
En realidad, parece muy raro que salga alguna pareja de baile, yo creo que por eso se llama de "los pasos perdidos"
Se giró hacia Middy con una sonrisa aún más cargada de ironía. Se partía de risa
—¡Vaya tres te han tocado, Middy! Un Daremaster que no se atreve, un Occami que va mendigando besos y Brinco. Hay que estar muy mal para llamarse Brinco, ¿Que no? Todo el mundo: "por el culo te la hinco", jajaja.
Tawny llegó rezagada al grupo de amiguis. Y no tan amiguis. De nuevo dando saltitos, como jugando a la comba con una cuerda imaginaria.
Escuchó algunos nombres pero al aterrizar en medio de la conversación, no tenía idea clara del contenido del asunto. Bueno, claro, sí, los chismes de los encuentros.
Le pasó el brazo por los hombros a Damon.
-Oye, tío - le imitó, riéndose- ¿No serás tú el muermo? -rodó los ojos, casi afirmativamente.
Tampoco se enteraba mucho de los nombres que mencionó Middy. Pero esa canción le levantó sospechas. ¿No la había cantado ella? Apropiación indebida de su creatividad. Ah, no, que fue otra. ¿Seguro? "Tengo memoria de pez".
Se abrió paso entre magas y aprendices - El espejo es un guasón. Más que tú, Blackburn. Eres un poco demasiado grosero. Jajaja - Pidió su té de menta con pajita.
-Yo tampoco creo que meta ningún nombre en el sobre, Iris. Y el mío tampoco va a salir. -No había pesar en su voz. Bebió de su refresco- ¿y quién es ese Aksel? No me suena. Bueno, que yo no he compartido nombres ni información de ese tipo. ¿Y Crabbe? Jo, es que no me entero de nada, jajajaja.
Miro a Callahan al verla tan desanimada, asi que me pongo a su lado y le paso un brazo por los hombros. "Seguro que Nadie estara encantado o encantada de que le elijas." Le digo sonriendo, y hasta apoyo mi cabeza en su hombro. Creo que nunca he estado asi de cerca de ella, así que no sé si estoy por ganarme un empujón o una mala reacción de su parte. "Has lo que te diga en corazón. Seguro que hubo alguien que te hizo querer que la cita durara un tantito más... O todas las citas. ¿No se puede elegir a todos?" Digo, sin poder evitar reír.
Alzo la ceja ante las palabras de Blackburn, y hasta me río un poco por su comentario tan feo. "Ay, no sé si Brinco se habrá dado cuenta de que su cita podía haberse metido con él de ese modo... A mi me cayó super." Miro al chico un ratito de más. Porque... Bueno, porque igual Brinco usa el humor como defensa ante un mundo que le es adverso. Miro luego a Tawny. "Vengaaaa, ¡vamos! ¿No la habéis pasado genial? Nada se pierde con decir un nombre, porque quedan los recuerdos de lo que fue. Y ya luego, quizás, con las pistas que se hayan dado, podemos volver a encontrarnos, ya sin un espejo como barrera. Aunque... Siento que el espejo fue mas una ventana, ¿sabéis? Hizo que fuera nuestro corazón el que hablara, no la máscara que podríamos llevar para que el mundo real no nos hiera..."