El espejo, inmisericorde, no les dio más tiempo para despedirse. Los minutos habían sabido a segundos, y su conversación, que había comenzado tibia, había ido mejorando según Brinco había mostrado lo que llevaba dentro. Su rap parecía haber reducido la distancia entre Clarimonde y él.
Brinco había demostrado ser valiente, y Clarimonde había demostrado que, a pesar de lo que pudieran pensar los demás, podía no ser tan distante e inaccesible. El espejo les había brindado una oportunidad y ahora todo estaba en su mano: Dejarla ir o aferrarla con todas sus fuerzas, solo el tiempo lo diría.
- FIN DE LA CITA -