Partida Rol por web

El Cisma

Capítulo I: Fragmentos

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03/08/2016, 20:14
Oliver Gibbs
Sólo para el director

Oliver no vio nada raro. Se lo esperaba. Intentó hacer investigación inversa y pensó si, por un momento, los datos que, seguro, le faltaban no estarían relacionados con ese portal por el que acababa de pasar y con ese chico llamando. Quizá, solamente quizá, podría llamar a aquel timbre y preguntar por Madeleine. O podría conversar con aquella muchacha.

Antes de arriesgarse, quizá, solo quizá, mereciera la pena trabajar un poco con los datos de aquel disco en busca de referencias a "Madeleine", "Medorach" o a aquella dirección -piso y letra incluidos- a los que había llamado el chaval.

En tanto ponderaba qué hacer, tecleó a Frankie:

Venga, Frankie. Si te instalo el software y el hardware adecuados, seguro que puedes hacerlo. Eres una consciencia recién nacida, ¿verdad? ¿Qué sabes de tus límites? ¿No podría ser que, como nos pasa a los humanos, hay parte de tu mente que está oculta para ti? ¿No tienes curiosidad por comprobar si esto es así? No busques ahora esos programas por la red, por cierto. Ten en cuenta que la batería no es ilimitada, y no veo enchufes por aquí cerca.

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: int+enig+f.vol

Tirada: 8d10

Dificultad: 7+

Resultado: 8, 3, 2, 5, 10, 1, 2, 5 (Suma: 36)

Exitos: 2

Notas de juego

Tiro y gasto fuerza de voluntad pero, para que no creas que no intento ganarme mi caramelo, pongo algunas especulaciones :)

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11/08/2016, 18:14
Narración

Una revisión rápida revela que no hay muchos datos (al menos no de acceso público) que ligue esos dos nombres con la dirección. Y relacionar "Merodach" sólo trae a colación un antiguo rey de Babilonia. Pero darle vueltas a tu idea te lleva a fijarte en el intercomunicador: 12 teclas, 10 números y dos símbolos. Si bien es imposible determinar a cuál flat ha llamado, el edificio parece tener varios apartamentos. Y estando allí, sólo hay un número que no habías podido encajar hasta entonces en el código.

Una brisa sopla durante unos instantes. La calle parece haberse quedado sola. Un vehículo lejano dobla la calle y se aleja de la dirección. La gente camina hacia el parque y por breves instantes, el bullicio londinense parece un mal recuerdo distante.

Frankie: [color=#7F462C]Es una pregunta para la que no tengo respuesta[/color]

Dice la IA cortamente. Pero detrás de sus palabras, logras interpretar un pulso de auto-comprensión que has logrado pasarle. Podría decirse que esta era su manera de reflexionar, si es que los procesos mentales de una inteligencia espontánea tenían algún punto de comparación con los de una persona.

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12/08/2016, 19:42
Oliver Gibbs
Sólo para el director

Siempre puedo atacar el problema desde la perspectiva de Alejandro y llamar a todos los pisos, pensó, imaginando a los sabios del templo del conocimiento de nosedonde cuando el Magno tiró de espada y cortó aquella cosa toda enredada. El nudo gordiano de los cojones. Los veía como por un agujerito, en su templo añoso, ojipláticos, intentando encontrar un argumento en su contra. Con sus barbas, sus calvas y todo eso. Imbéciles...

Se decidió por aquel número que no encajaba en el código. Llamaría. Pensaba decir, a cualquier voz que respondiera: "¿el señor TheArk, por favor? De parte de Mr. Olive Oil".

También había dejado una respuesta al bueno de Frankie:

No dejes de intentar responderla, Frankie, pero no recalientes tu cpu. Esfuérzate solamente lo suficiente como para soñar con ello. Moderación.

Ante la necesidad de acción había tenido un amago de terror, pero supo dominarlo. Sin darse cuenta, había recogido -con toda pulcritud- sus cosas y había puesto la silla en marcha hacia aquel portal.

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18/08/2016, 20:42
Aiden Becher

En cuanto entré en el ascensor me arrepentí. Era una maldita antigualla que daba un mal rollo cojonudo. Incluso me pensé por un momento bajarme y buscar unas escaleras que en mi imaginación no estarían tan decrépitas como aquel cubículo. No era un vago ni nada por el estilo. Había ido hasta allí caminando y estaba acostumbrado a subir las escaleras de mi casa, que era un quinto sin ascensor. Pero estaba tan ansioso ya por llegar y cerrar todas las puertas posibles a mi espalda que tomé aire y extendí mi dedo hasta apretar el botón marcado con el número dieciséis.

Desde luego los sonidos ambientales no eran tranquilizadores, pero me crucé de brazos y esperé con cierta impaciencia. Mientras tanto, mi mente repasaba las personas con las que me había cruzado. Podía recordarlas con facilidad, casi como si estuviera proyectando una fotografía en algún lugar de mi cerebro. Siempre había tenido esa capacidad y era ciertamente útil para pintar. No encontré nada más sospechoso en ellas ahora que antes, así que cuando la puerta del ascensor se abrió abandoné esos pensamientos para dar un paso al frente.

Contemplé ambos lados antes de empezar a caminar hacia la derecha como me había indicado la voz del telefonillo. Mientras tanto mis ojos recorrían los números con los que las puertas estaban marcadas, buscando el sesenta y siete.

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07/12/2016, 19:10
Narración

Aquella sensación parece sofocante por momentos. Es difícil de describir y más aún de nombrar, pero es similar a vislumbrar una sombra que se mueve en el rabillo del ojo, o experimentar un extraño presentimiento, como si algo no estuviese del todo bien. No es que te sintieras en peligro, pero era difícil sentirte cómodo en cualquier parte si permanecías demasiado tiempo. Camino al lugar indicado fue difícil no sentirte bastante inquieto, pero por más que te esfuerzas, la gente no parece prestarte especial atención, o detallarte particularmente. Cuando sales de la estación y comienzas a caminar, puedes sentir el frío humor que inunda la ciudad. El cielo está cubierto y pequeñas caricias en forma de brisa golpean tu rostro, entumeciendo tus mejillas. Los ánimos de la gente y en general, de la ciudad, parecen reflejarse en una combinación de colores gris, agonizante, como si los mismos edificios redujeran su brillo para no perturbar el ambiente general de aquel gélido día.

Llegas a la esquina con algo de retraso, según las indicaciones del vídeo. Ves tu destinación cuando atraviesas el parque justo en frente. El sitio se trata de un enorme edificio de más de una docena de pisos, de muros teselados en un ladrillo que quizás alguna vez ostentase un rojo más vivo, pero que hoy por hoy tan sólo escupe otro tono de marrón insufrible sobre la calle, al tiempo que los balcones principales que dan sobre Lomond Grove, exhiben ropa secándose, cajas y toda suerte de desorden, producto de sus residentes. Un letrero enuncia el nombre de la residencia "Masterman House" en sobrias letras blancas sobre un fondo negro.

El portón está al final de una elevación revestida de escaleras y con una rampa para discapacitados. Las puertas rojas con una pequeña ventanilla de vidrio deberían dejar ver el interior. Y allí, junto a la puerta principal, al lado del intercomunicador, hay un hombre en silla de ruedas de tamaño considerable debido a un visible sobrepeso. El lisiado porta un abrigo y un sombrero, que junto a las botas y guantes que lleva, parecen darle un aire invernal levemente exagerado. Tiene una maleta sobre su regazo mientras espera frente al intercomunicador, como si acabase de ingresar algún número y aguardara una respuesta.

Flat 67 decía el mensaje encriptado. Y sólo quedaba preguntarse, que te esperaba allí o, según sospechabas, quién. En cuanto te acercas el hombre reacciona con un -disculpe...- y aparta la silla para que puedas marcar. -Es que no me acuerdo de... Proceda, proceda, yo esperaré.- dice simplemente.

Notas de juego

Haz una tirada de Percepción+Consciencia oculta a dificultad 6. Respuesta en mensaje sólo para el director.

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07/12/2016, 20:04
Narración

Tras analizarlo detenidamente, decides probar con las combinaciones del 9 y el 8. Comienzas por el 98 y al ingresarlo, aparece tan sólo una E en la pantalla del intercomunicador. Continúas con el 89 y obtienes el mismo resultado. De nuevo tus opciones parecen limitadas y sientes que te hace falta un elemento importante para resolver aquel acertijo. Una corriente fría sopla durante unos instantes, mientras estás sumido en tus pensamientos tratando de analizar la situación de la mejor manera posible.

Frankie: [color=#7F462C]Al menos ahora sabes cuantos apartamentos no tiene este edificio.[/color]

El mensaje de Frankie llega, sacándote temporalmente de tus meditaciones. Si se trata de un medido sarcasmo o de un intento de darte ánimo, es difícil de discernir. Pero percibes algo de sinceridad, sin darle demasiadas vueltas al asunto.

Es en ese instante en que la aparición de otra persona llama la atención. Un hombre de aspecto juvenil, que no superaría los 30 años, delgado y con lentes aparece doblando la esquina y dirigiéndose hacia dónde estás. Lleva el cabello corto y un incipiente bello facial. Parece más atraído por el edificio que por tu presencia, y camina con cierta premura que, de no haber visto en prácticamente todos los habitantes de Londres, la juzgarías suspicaz.

Notas de juego

Lamento que sea un post relativamente corto, pero Olie no ha podido entrar.

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07/12/2016, 20:04
Narración

Al descender y girar a la derecha, hay tan sólo dos puertas, una en cada muro, separadas por la esquina. La puerta de un color azul oscuro que te enfrentaba directamente tenía un "67" marcado en números plateados. Hay un botón para timbrar justo al lado, con una nota de papel escrita a mano y pegada con cinta transparente que dice "No funciona". Sin más alternativas golpeas la puerta. El espacio del piso es amplio e iluminado, el suelo es de un tono marrón y las paredes de un azul claro. En el medio descansan las escaleras para descender a los pisos inferiores. La ventana del piso da una vista agradable hacia los techos del sector, oscurecidos por el inminente y oscuro nubarrón que eclipsa el sol aquella tarde.

La puerta del flat se abre con lentitud, revelando a una mujer de mediana estatura, piel oscura y afable sonrisa. Se trata de una dama rolliza, que aparenta no más de treinta años. Su cabello rebelde está apenas contenido por una cinta verde a la altura de su frente.  Sus facciones son suaves, delicadas y armoniosas, mientras el relieve de su rostro enmarca sus pómulos con cierto extraño atractivo. Sus ojos son vivaces y marrones, su boca muestra una sonrisa afable. Está vestida con un vestido amplio de dos piezas: una camiseta grande de color púrpura que deja ver su cuello pero que disimula la forma de su tronco, y una larga falda verdosa a pliegues que llega hasta los pies.

Del apartamento se desprende un agradable olor a agua tibia y a esencias herbales, te recuerda al aroma que tiene el té recién servido al destapar la tetera. La luz que proviene de dentro es débil, aunque suficiente para iluminar el tono azul-verdoso de las paredes del interior que apenas alcanzas a ver.

-¿Aiden, no es cierto?- dice la mujer con voz amistosa. Su acento está fuertemente marcado, latino o griego quizás, sus consonantes tienen una dureza exótica. -Entra, por favor- invita y se mueve un poco para invitarte a pasar. No puedes ver mucho, salvo un perchero de varios brazos que descansa al comienzo del pasillo sosteniendo un sombrero de hongo de color negro. -Deja allí tu abrigo y pasa a la sala. Es justo al final del pasillo- dice sonriente.

Notas de juego

Corto aquí para que reacciones como prefieras :).

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07/12/2016, 22:24
Oliver Gibbs
Sólo para el director

Oh, claro. Oliver repasó los múltiplos de 17. Tantos apartamentos por portal multiplicados por 17 pisos que tenía el edificio. Había que repasar los múltiplos de 17. 17, 34, 51, 68, 85, 102...

Casi ni se fijó en aquel hombre. Eso si, miró a ver qué código marcaba por el rabillo del ojo, interrumpiendo por un momento sus cálculos.

Disculpe. Apartó la silla para que pudiera marcar. Es que no me acuerdo de... Proceda, proceda, yo esperaré.

Luego arrojaba una suma de 68 apartamentos en el caso más clásico, el de que hubiera cuatro apartamentos por piso. Él había marcado el 89 y el 98. No tenía, pues, ni 102 (mayor de 98, con 6 apartamentos por piso, algo poco probable, ciertamente) y le daba que 85, cinco apartamentos por piso, era un número un poco raro. Tendría que valer el 68. De ahí para abajo.

Oh, pensó. Decidido a probar, esperó a que el tipo ese entrara de una vez.

¿Es muy raro mi razonamiento, Frankie? Puede que esté enfocando esto de la manera más tonta, pero pensé que esas imágenes abracadabrantes estaban ahí para despistar, más que otra cosa. Ruido, música de fondo...

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11/12/2016, 17:28
Antony Payne
Sólo para el director

Cálmate, Antony... Desde el incidente con el trabajo anterior lograba estar tranquilo ya no digamos concentrado, y el mensaje que logré decodificar no es que ayude mucho en mi proceso de alcanzar algo de paz mental. Es por esto que tomo resultado estoy caminando a una cita que creo me hicieron con la constante sensación de una sombra en el rabillo del ojo.

Camino por la calle y puedo notar que no soy el centro de atención, tal como me gusta pasar sin levantar segundas miradas. Esto es bueno entre otras cosas porque ahora sé que no todo el mundo me vigila. Ahhh, ¿qué mierda estoy pensando? Comienzo a reír con fuerza. Todo este tema esta comenzado a tocarme los nervios.

Entonces reparo en el día que hace y noto cuan gris es. Es más los edificios la gente todo es gris. Es como si la alegría del día se hubiese esfumado junto con el sol. rayos, por esto prefiero el cyber espacio. Caminé atravesando el parque percatándome en el camino de lo tarde que estaba por llegar a mi cita cuando veo el "Masterman House" que por las indicaciones parece ser el lugar al que debo dirigirme.

Al llegar le doy un buen repaso al edificio solo para aumentar esta sensación de aburrimiento, de sobriedad de asco de día. En el recibidor hay un tipo enorme preparado para el próximo invierno nuclear. Espera pacientemente al frete de ese intercomunicador. Una razón más para preferir el Internet.

Al acercarme el tipo me da permiso y me deja marcar lo que necesito lo cual lo tengo claro ya que en el mensaje esta el maldito código. Pero me incomoda un poco. - Con permiso. - Le contesto al señor para tomar mi lugar y evitando que el vea lo que escribo marco la clave "Flat 67"

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: percep + cons

Tirada: 5d10

Dificultad: 6+

Resultado: 10, 7, 5, 8, 4 (Suma: 34)

Exitos: 3

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13/12/2016, 02:34
Aiden Becher

Después de llamar con los nudillos a la puerta más oscura mi mirada se desvió por la ventana que daba al exterior, hasta llegar al nubarrón que teñía el cielo de gris y oscurecía la ciudad. No es que sea raro que Londres esté nublado o que llueva. Joder, pasa continuamente. Pero aquel día el clima me pareció jodidamente apropiado, como si encajase de alguna manera con mi estado de ánimo.

Abandoné esa visión y esas ideas en cuanto la puerta se abrió, atrayendo mis ojos hacia la mujer. Aspiré discretamente el aroma que se escapaba de la casa y me tomé un instante para contemplarla. Parecía una tía agradable, más que Merodach, aunque eso no era demasiado difícil. Le sonreí, cómodo al ver que no se trataba de una rubia estirada con tacones en una oficina de alto standing. No había tenido ni idea de qué iba a encontrarme hasta este momento y la verdad, me pareció que no podía tener mejor pinta.

—Sí, soy Aiden —respondí, fijándome en su acento con cierta curiosidad. Sentí que debía decir algo más, aunque no estaba muy seguro de cuál era mi situación allí, así que lo que añadí tal vez no tuviera mucho sentido para ella—. Gracias por... atenderme. Con tan poca antelación y eso.

En realidad, teniendo en cuenta que Merodach me había mandado enviarle saludos no tenía pinta de que él fuese a avisar de que yo iría, así que la antelación probablemente había sido nula. Y entonces, con ese pensamiento, me quedé parado un instante. Si Merodach no le había hablado de mí... ¿Cómo sabía ella mi nombre? ¿Se lo había dicho yo por el interfono? Hice memoria por un instante y estaba bastante seguro de que no. La miré extrañado mientras obedecía a su invitación y pasaba al interior.

—¿Merodach te habló de mí? ¿Eres Madeleine? —pregunté, tuteándola con comodidad al ver que ella lo hacía conmigo.

Había visto el sombrero colgado y eso me intrigaba. ¿Habría alguien más allí o la mujer tenía un gusto muy dudoso para vestir? Como fuese, no me quedé quieto esperando su respuesta, me fui quitando el gorro, que guardé en el bolsillo derecho de la bomber y también me la quité. La colgué en el perchero y me dispuse a caminar hacia donde la mujer que suponía era Madeleine me había indicado.

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13/12/2016, 20:39
Narración

El joven tan sólo musita un -Con permiso- con expresión incómoda y se posiciona frente al telefonillo. Cubre, de una manera que parece intencionalmente desconfiada, el teclado y te impide ver los números que entra. Pasan unos instantes y una voz femenina que se te antoja familiar responde. -Hola, ¿sí?-

En ese momento, Frankie también te da una respuesta.

Frankie: [color=#7F462C]Darle una calificación de "descabellado" es demasiado subjetivo, Olliver. En apariencia, es un razonamiento sólido. Pero todo razonamiento sólido comienza a tambalear si alguna de las suposiciones iniciales básicas son falsas. En ese caso, la calificación sólo aplica si la verdad contradice de manera exagerada dichas suposiciones.[/color]

Notas de juego

El post estaba desde ayer. Desafortunadamente estaba esperando algo (de ahí que sea más bien corto), pero por no represarte, te actualizo. Luego si eso, actualizo de nuevo :).

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13/12/2016, 20:40
Narración

Mientras marcas el número, puedes sentirte ligeramente inquieto. No puedes señalarlo bien, pero hay algo que no termina de encajarte con el hombre en la silla de ruedas. Él, de rostro robusto y contextura obsesa, sostiene un maletín en el regazo mientras parece más interesado en usar su teléfono celular para enviar algún mensaje que en tu presencia. Puedes notar el pulso de la información en sus datos, puedes percibirlo lejanamente, como un olor, una esencia persistente. Pero en lugar de poder seguir su flujo, como el aroma del pan recién horneado guía hacia la panadería, esta esencia, esta información parecía estancarse y no ir hacia ningún lado.

Una voz responde desde el intercomunicador, sacándote de tus pensamientos. -Hola, ¿sí?- es una voz femenina y suave. Espera a que te presentes y luego replica con una suavidad amistosa. -Te estaba esperando. ¿Has venido solo?- añade. Hay una inflexión exótica en la manera como habla, aunque no puedes estar seguro.

Notas de juego

He hecho este post corto por la conversación. Se me olvidó pedirte que saludaras y todo xD. Como la partida es de un post por semana, trato de evitar quedarme un mes en un intercambio sencillo, por eso he dejado el espacio en mi post para que te presentes y demás.

Siendo corto, si respondes antes del viernes adjunto una respuesta para completar (un extra) y que pueda avanzar la escena sin estancarse en una charla con el citófono xD.

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13/12/2016, 20:56
Narración

-No tienes que agradecer, es un placer para mí- dice mientras sonríe con aparente sinceridad. -Siempre es un gusto ayudar a otros... como yo. Como nosotros- comenta añadiendo un instante dubitativo.

Mientras cuelgas tu abrigo en el perchero, ella asiente -Yo soy Madeleine, mucho gusto. Si prefieres, puedes decirme Maddie- dice ella mientras se acerca con familiaridad e intercambia contigo un beso en cada mejilla. Te mira sonriente luego -Tanto como hablar, no. Merodach me dijo que vendrías. Y bueno... el por qué no fue muy difícil de deducir- añade jovialmente. Una vez has dejado todo, ella te acompaña. El pasillo principal del apartamento es largo. A tu derecha puedes ver dos entradas: La primera tiene una puerta de abalorios en la que cada tira tiene un color diferente, y cada cuenta es de diferente tamaños, semi-transparentes. Las trenzas de la puerta se mueven a medida que pasas, como si se tratase del oleaje del mar. Puedes entrever en medio de la habitación a oscuras una cama y una biblioteca. Más adelante hay una segunda puerta sólida de color marrón oscura que se encuentra firmemente cerrada. A tu derecha hay otras dos puertas casi hacia el final, una blanca, cerrada y una hacia el final levemente entreabierta que asumes debería ser el inodoro.

El final del pasillo está marcado por otra puerta de abalorios, dejando ver el principio de una mesa redonda. Pero antes de que entren, un timbre eléctrico irrumpe la aparente tranquilidad del lugar. -Oh... parece que ha llegado el segundo invitado. Tú sigue y dame unos segundos- dice y al entrar a la sala, gira por una puerta a la derecha hacia la cocina.

La sala es un lugar amplio con una ventana que da al exterior. Está más iluminada que el resto de la casa. Hacia el fondo hay dos grandes sofás azules y una mesita en medio con porcelanas interesantes. Más cerca a ti hay una mesa redonda de caoba, con seis puestos. Sobre la mesa hay dispuestas 6 tazas blancas sobre un plato, sólo cinco de ellas boca-arriba, y todas con una cucharilla. En el medio, sobre un delicado individual tejido en grandes hilos blancos, hay una tetera mediana de color blanco, con grabados verdes en forma de plantas, y una bandeja con galletas. Y en la silla que da la espalda a la ventana del fondo hay un hombre.

Es un hombre vestido bastante formalmente. Usa una camisa de un blanco resplandeciente difícil de ignorar, una corbata azul turquesa con un prendedor dorado. No es particularmente atractivo, aunque sus rasgos eran inusuales. Su rostro exhibía una mezclas de tonalidades rollizas y unas facciones que parecían querer ser abombadas, pero que estaban aparentemente disminuidas por la ganancia de una rápida delgadez. Sus ojos verdes fulguraban con cierta inteligencia inquietante. Su cabello, de un color marrón muy oscuro, en medio de una alopecia que se extendía lenta y notablemente a pesar de lo que parecían intentos por cubrir los espacios de su cabeza.

El hombre te mira desde el momento que entras. Sonríe amablemente y saluda -Buenas tardes. Por favor no se incomode por mi presencia. Ya tendremos el gusto de ser presentados por Madeleine, si no le molesta esperar- dice con un extraño acento galés, chocante con su aire ceremonial. Frente a él, su taza es la única llena con un líquido color miel humeante.

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15/12/2016, 19:19
Oliver Gibbs
Sólo para el director

Disculpe, disculpe. Oliver se movió un poco para poder ver ese numerito. Se limitó a hacerse el torpe.

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: des+subterfugio

Tirada: 6d10

Resultado: 4, 7, 4, 9, 2, 9 (Suma: 35)

Notas de juego

Por si te vale, tiro destreza más subterfugio. Así, in media res.

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19/12/2016, 21:55
Antony Payne
Sólo para el director

Joder, no quiero estar en este lugar más de lo estrictamente necesario. Pensabe debido a esa sensación extraña que he estado sintiendo a lo largo del día y que se incrementó desde que me ubique frenete al citófono.

El tipo gordo que me dió paso esta sentado en una silla con un maletín en su regazó y con el móvil en las manos. Estaba por dejar ignorar a este personaje de una buena vez cuando lelga de nuevo esta extraña sensación. Por los dioses. ¿Se supone que puedo sentir el flujo de información? Bueno una locura más no puede dañarme. Después de todo llegué a este lugar porque creo que alguien me metió en la internet o eso me hizo pensar. ¿Qué tanto es creer que puedo sentir el flujo de bits de la gran red?

Lo más notorio, pasando del hecho que acabo de expresar es que siento atracción por este "flujo" de datos. Lo puedo seguir en el aire hasta el inicio que parece ser el movil del tio gordo y por alguna extraña razón no sale de allí. Me estaba interesando en el aprato cuando una voz me saca de mis cavilaciones.

- Emm, sí, esto... soy Antony Payne...- No estaba muy seguro de que decir, al final del día nisiquiera sabí si sí debía estar acá o mejor visitando al siquiatra. Pero la misma voz melodiosa me contesta que me estaba esperando. bueno, si estoy loco imagino que estoy soñando esta comunicación también. Al subir todo se despejará-

- Sí, estoy solo. - Contesté en el acto. Aunque luego me quedé pensativo si el tio gordo de alguna manera debía estar en esta habitación.

Notas de juego

Disculpa la demora y lo poco que avanzo en el post. Pero el tio gordo no ha llamado mi atención mucho por el momento jajaja

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19/12/2016, 15:52
Aiden Becher

La mujer me estaba cayendo bien y su sonrisa era ciertamente contagiosa, así que no tardé en devolvérsela y en sentirme algo más cómodo. Maldije a Merodach mentalmente por haberme metido sus paranoias en la cabeza y en cuanto me desembaracé del abrigo, también lo hice de la incomodidad que me había estado persiguiendo en la calle. En aquel momento podría haberme reído de mí mismo por haber tenido toda la intención de cerrarle la puerta en las narices al pobre minusválido.

Y definitivamente ella tenía que ser extranjera, me convencí de ello cuando antes de que pudiera extender la mano para estrechársela, ella me plantó un beso en cada mejilla. Me sorprendió esa familiaridad, pero no me molestó. Tal vez en su país lo hacían así y todavía no se había acostumbrado a los modos ingleses. Asentí con la cabeza mientras la seguía y mis ojos pasearon por el piso con descuido, sin interés real de registrar su distribución o mobiliario, pero con la curiosidad natural al pisar un lugar por primera vez. Las cortinas de abalorios me agradan. Trix también tiene unas así en su casa en la puerta del salón.

—¿El segundo? —pensé cuando el timbre sonó de nuevo, llevándose mis ojos hacia atrás por un instante—. ¿Y entonces el bombín es de ella? ¿O no me considera a mí un invitado?

No llegué a poner mis dudas en voz alta, tan sólo asentí de nuevo con la cabeza y continué mi camino hasta la puerta que ella me había indicado.

Me sorprendieron varias cosas al entrar en la sala. La primera fue la cantidad de tazas que había preparadas en la mesa. ¿Seis tazas significarían seis invitados? No esperaba encontrar a más gente allí y eso creó una ligera expectación en mi estómago. Pero lo siguiente que me sorprendió fue la presencia de un tipo que parecía sacado de alguna película o una mierda así, como si se esforzase tanto en parecer puramente inglés que se hubiera pasado de vueltas. Le eché un vistazo rápido y luego alcé la mano a modo de saludo.

—Ey, ¿cómo va eso? —dije informalmente mientras caminaba hacia la mesa para después sentarme en uno de los lugares de los extremos. Entonces me encogí de hombros con calma ante toda su formalidad—. Como usted quiera. Yo soy Aiden.

Parecía que el hombre no tenía mucha intención de entablar una conversación si ni siquiera quería presentarse antes de que regresara la anfitriona, así que metí las manos en los bolsillos y dejé que mi mirada vagase por la habitación, tratando de hacerme una idea mental de cómo era la mujer que habitaba esa casa.

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21/12/2016, 19:53
Narración

- Emm, sí, esto... soy Antony Payne...- responde el chico dubitativo tras unos segundos de escuchar la voz en el intercomunicador.

-Te estaba esperando. ¿Has venido solo?- replica la mujer con la misma tranquilidad. En este punto reconoces la voz como la misma que había hablado por el intercomunicador con el chico del pelo teñido. El joven, responde a la pregunta de manera firme e inmediata. -Sí, estoy solo. -

Es en ese instante cuando dices intervenir. La mujer alcanza a decir -Bien, pasa. Mi flat queda...- y sus palabras quedan flotando en el aire al tiempo que tratas de mover la silla para espiar un poco, pero tratar de ser rápido y sorprender al chico, teniendo el móvil en la mano y en tu condición, sólo telegrafía tu comportamiento. El muchacho se aparta con agilidad y tu silla, terca, termina por impedirte moverte como querías. Al final tampoco puedes ver el número en el telefonillo y has llamado la atención del joven.

-¿Alo? ¿Antony? ¿Ha ocurrido algo? ¿Hay alguien más contigo?- responde la voz de la mujer en el intercomunicador, dejando que caiga un silencio incómodo durante unos segundos.

Notas de juego

A partir de ahora, puedes a agregar a Antony como destinatario.

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21/12/2016, 19:53
Narración

-Bien, pasa. Mi flat queda...- pero las instrucciones son interrumpidas. En Tu estado alerta, casi paranoico, tus sentidos reaccionan ante la menor señal inquietante. Y es eso precisamente lo que sucede, cuando por el rabillo del ojo ves al inválido acercar su silla de ruedas con una torpeza forzada hacia ti, mientras pronuncia tardíamente un -Disculpe, disculpe.- En una milésima de segundo, logras apartarte mientras la escasa maniobrabilidad de la silla le frena un poco sin que llegue a lastimarte por accidente. Todo ello mientras logras mantener la discreción y bloquear la vista del intercomunicador.

-¿Alo? ¿Antony? ¿Ha ocurrido algo? ¿Hay alguien más contigo?- responde la voz femenina del intercomunicador. El gordo observa con suspicacia hacia el aparato durante unos instantes y un silencio incómodo se alza durante unos breves instantes.

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Percepción+Alerta Antony Payne

Tirada: 4d10

Dificultad: 6+

Resultado: 10, 7, 3, 6 (Suma: 26)

Exitos: 3

Notas de juego

Aunque luego me quedé pensativo si el tio gordo de alguna manera debía estar en esta habitación.

Estás afuera xD No es una habitación per se, es la puerta de entrada al edificio y el citófono de la misma.

A partir de ahora puedes agregar a Oliver como destinatario.

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21/12/2016, 19:54
Narración

Aquella sala-comedor tiene un aspecto amplio y llamativo. Los muebles parecen poseer una antigüedad similar al que tendría un mobiliario heredado por una o dos generaciones. Sobre las paredes no hay grandes cuadros vistosos y elegantes, sino pequeños retratos con grabados de animales en piezas de color cobre. El olor predominante es el del té, que a pesar de estar confinado a una tetera y una taza, parece inundar el espacio de perfumes frutales, y tus sentidos se deleitan en las fragancias que simplemente flotan en el aire.

Hay dos puertas de cara a la mesa. Una que da a la cocina y que está, como no, separada por otra cortina de abalorios y desde la que puedes ver a la anfitriona tomando el auricular del intercomunicador, y otra sólida, con dos piezas de vidrio, que da a un pequeño balcón que arroja cierta iluminación y que tiene una vista de la calle. La cocina al fondo tiene una iluminación más tenue. El refrigerador es de dos compartimentos, grande y de un color verdoso, con incontables figurillas magnéticas sobre él. Los cajones de la alacena tienen un color blanco y puedes ver algunos platos junto a un lavamanos.

Hola, ¿sí?

contesta Madeleine con una voz suave y gentil al responder el telefonillo.

Te estaba esperando. ¿Has venido solo?

-No eres muy adepto a las tradiciones, ¿verdad?- te responde el sujeto en tono monótono, mientras levanta con suavidad la taza de té frente a él con la mano derecha. -Así que tú eres el chico de Merodach- añade y te ofrece una sonrisa de cortesía como sólo podría ser expresada por un gentleman inglés. Luego se lleva la taza a los labios y bebe con suavidad, sin emitir un sólo ruido.

Bien, pasa. Mi flat queda...

Madeleine se detiene de repente. El hombre baja la taza unos centímetros y levanta el dedo índice de la mano izquierda para señalarte que esperaras un momento, mientras con su mirada llama la atención hacia atrás de ti, hacia la conversación de Madeleine.

¿Alo? ¿Antony? ¿Ha ocurrido algo? ¿Hay alguien más contigo?

La anfitriona se gira y dedica una mirada al hombre sentado allí. Te es difícil entender que transmite a través de ese gesto. Él sólo asiente y comenta con tranquilidad -Parece que han llegado los dos invitados restantes- comenta mientras da otro sorbo a su té.

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21/12/2016, 21:38
Oliver Gibbs

El señor de la silla solamente hizo al tal Pyne el gesto de que, por favor, procediera, procediera... en tono de disculpa. Parecía bastante sonrojado por su torpeza. Señaló al telefonillo indicando que contestara, mientras él se apartaba para dejarle su espacio.