Partida Rol por web

Oh, por el amor de Dios, pensó. ¡Una maldita secta!

Cielos, qué entretenido. Veamos por dónde salen ahora.

Tío, por mucho que me hubiera convencido de que debía abrir mi mente a las locuras de Merodach, escuchar a esos dos hablando de «magia» me hizo poner los ojos en blanco. Al menos el estirado se buscaba la vida para usar eufemismos, cosas que sonaban menos a magufada barata. Pero ella, aunque me había caído mejor que él, parecía del mismo club de chalados al que debía pertenecer Merodach y lo de la sociedad secreta me dio un pestazo a secta tremendo.

Joder, yo quería creer, principalmente porque lo había visto con mis ojos, pero me costaba fiarme de gente que hablaba de magia como si eso fuera algo normal. En ese momento me juré a mí mismo que si alguno de los dos empezaba a esparcir arroz por la mesa y a hablar de la maldita rueda, me largaría de allí, aunque esa promesa no tenía mucho fundamento pues aún entonces quería las respuestas que había ido a buscar. 

De pronto me habían pasado a mí el testigo y por un momento pestañeé mirando a Madeleine. Vaya marrón. No estaba muy seguro de que contar todo eso delante de tanta gente fuese buena idea. Por un lado porque podían pensar que estaba chalado y por otro porque lo que Merodach había hecho era un jodido delito. Varios en realidad. Así que me la quedé mirando algunos segundos. Pero la tipa parecía tan convencida que terminé por encogerme de hombros y empezar a hablar.

—Bueno, pues... Yo trabajo en una tienda de tatuajes y tal —empecé a explicar, gesticulando con la mano—. El otro día estaba allí con mi hermana pequeña y entró un tío a robar. El asunto se puso chungo aunque le íbamos a dar toda la pasta de la tienda. Pero el muy cabrón sacó una pipa y estaba apuntando a mi hermana. Ella se asustó y echó a correr. —Apreté las mandíbulas al llegar a ese punto y bajo la mesa mi puño se apretó también, tanto que los nudillos palidecieron—. Entonces el muy hijo de puta disparó. Le disparó a una niña de trece años asustada. Quería protegerla así que corrí yo también, quería interponerme, empujarla, qué sé yo... Sólo quería salvar a mi hermana. Y entonces... 

Me detuve y busqué la mirada de Madeleine antes de seguir. 

—Entonces el tiempo se paró, todo se puso raro de cojones. Era como si yo pudiera doblar la realidad... Joder, sé que suena a locura total, pero es lo que pasó. —Resoplé por lo bajo—. Todo se paró menos yo. Aparté a Skyler de la trayectoria de la bala y luego le pegué a ese cabrón en todos los morros. Y entonces todo empezó a moverse otra vez. Luego... Creo que lo habría matado a puñetazos si no hubiera aparecido ese tío, Merodach. Me dijo que él lo vigilaría, que me encargase de Skyler y me la llevé a la trastienda. Y entonces el tío se cargó al ladrón y se empeñó en llevarse el cadáver. Me dejó con todo el follón con la policía —Mi expresión parecía tan confusa sobre los motivos de Merodach para hacer aquello como aquel día, pero hice un gesto con la mano, declarando que aquella era una historia más larga, y seguí con lo siguiente—. Total, que después me contó unas movidas raras y me dijo que viniera aquí para obtener más respuestas. Dijo que Madeleine podría enseñarme. 

Fruncí la nariz y aparté la mirada. Por un momento podría parecer que ya había terminado, pero entonces añadí algo más. 

—Desde ese día el mundo está distinto. Yo estoy distinto —recalqué—. Oigo una voz, noto cosas... —Me encogí de hombros y alterné mi mirada entre todos los presentes—. Sólo quiero saber más sobre lo que me pasó. Quiero saber si puedo repetirlo.

Todos los presentes prestan atención a la narración de Aiden, y cuando pausa, Madeleine solo asiente, animándole a continuar. Sin embargo, en cuanto menciona el crimen, Los rostros de Madeleine y Arcadius cambian de inmediatamente, tomando un tono más sombrío y serio. Ambos intercambian una evidente mirada. Ella parece consternada y él parece bastante molesto. Cuando el peliverde acaba de hablar, hay unos instantes de un silencio incómodo y denso. Esta vez es la anfitriona la que decide hablar nuevamente.

-Lamento mucho que hayas tenido que ser testigo de... eso- dice ella, visiblemente afectada. Su mano está en el hombro del chico, y aprieta con suavidad, tratando de transmitirle algo de consuelo. -Y me alegra que hayas podido salvar a tu hermana. Merodach tomó la decisión correcta de enviarte conmigo...- pero corta abruptamente la fase, como si no estuviese diciendo completamente todo lo que estaba pensando en aquel momento.

-Y parece ser la única decisión sensible que Merodach ha tomado en mucho tiempo- comenta con visible enojo Arcadius. -Quizás lo mejor sea dejar el tema para más tarde, si no te molesta- dice dirigiéndose a Aiden y lanzando una mirada dura a Madeleine. -Pero por ahora, permitidme que os siga explicando. Lo que Madeleine llama Magia, es un término que no significa más que la capacidad de alterar la Realidad a voluntad. Dicha capacidad normalmente aparece cuando, una parte de nosotros mismos, como bien comentó Aiden, se abre a la comprensión de estos principios y a la aceptación de esta verdad.- dice con absoluta seriedad. -Si bien el término magia puede resultar algo... incómodo- dice sin ocultar su propio desagrado -se puede definir en términos del potencial de usar un conjunto técnico de habilidades producto de la comprensión de las complejidades y secretos de las leyes naturales que rigen el universo y que la mayoría de los Durmientes es incapaz de hacer porque... carecen de dicho momento de inspiración.- añade.

-Y vosotros habéis despertado hace tres días, al igual que Aiden.- dice alterando miradas con Oliver y Antony. -En el caso del señor Gibbs, detecté un evento puntual seguido de una constante perturbación de baja frecuencia debido a su estado. Eso conjugado a tu mensaje de haber encontrado una inteligencia consciente en sus dispositivos y tras haber descartado dicha posibilidad con un escaneo rápido, me llevaron a detectar su Despertar. En el caso del señor Payne, su intento por acceder ilegalmente a un sistema de servidores cuya seguridad supera varias veces sus capacidades le hizo pestañear en la realidad, haciendo que apareciera físicamente a lo que llamamos... la Red Digital durante unos instantes. Una medición me llevó a descubrir una perturbación similar a la del señor Gibbs y a concluir que también habías despertado- explica con certeza fría y medible.

-Las voces que escucháis- dice la anfitriona, -o las presencias con que os comunicáis- dice mirando a Oliver- son un fragmento de vosotros... el que os ha llevado a Despertar y del que depende la capacidad para obrar Magia. Nuestra tradición lo llama Musa... otros le denominan Avatar, aunque creo que Archie preferirá decirle el Genio. Lo importante es que comprendáis que es una extensión de vuestro ser.- y sonríe de nuevo, rompiendo el halo de seriedad que había ganado la conversación.

-Nosotros podemos guiaros en este nuevo proceso. No estáis solo y nuestra Organización puede prestaros guía, ayuda y protección en este proceso. Hay muchos más como vosotros, dispuestos a daros la bienvenida.- sonríe con la misma sinceridad con que os ha recibido. -No estáis obligados a aceptar, pero...- dice recuperando algo de seriedad. -... tenéis que saber que a partir del momento en que Despertasteis, estáis expuestos a muchos peligros. Y ahora sois muy valiosos o muy peligrosos para los poderes que se esconden en la Realidad y las Conspiraciones que aguardan en la sombra- y mira a Aiden fijamente. -Merodach no exageraba al sugerirte ser cauteloso. Ese es un consejo que bien deberíais tener en mente los tres todo el tiempo-

Mmmmh. Interesante. ¿Y dice que me hizo un escaneo rápido? Por supuesto, comprobé si había habido intrusiones. ¿Porqué no detecté la suya? Me interesa aprender. ¿Cómo lo hizo?

Consultó un momento su terminal móvil y tecleó un par de cosas. Más tenía un ojo en Arcadius, indicando que permanecía a la escucha de su respuesta.

¿Es cierto eso, Frankie? ¿Eres parte de mi?

Tecleó con agilidad y envió.

Ese tío detuvo el tiempo… Después de escuchar su relato me paré a observarlo un poco mejor. Como el hecho que tenía pelo verde y la mirada algo… Todos esos jonkis son iguales al final. En fin, si ese tío puede detener el tiempo entonces supongo que Superman vive en USA como dicen las películas. - Es verdad que traté de ingresar a un sistema fuerte, pero ignoro qué fue lo que hizo que tuviera ese sueño… Usted le llama Red digital, aunque lo que vi más parecía una película de la segunda guerra mundial… al despertar de ese sueño mi portátil estaba frito. Así que al menos yo no creo estar en la misma onda que ustedes. No he escuchado duende alguno guiándome a nada y lo que presencie no era nada mágico, ni siquiera tecnológico, solo contemplaba un muro con alambrado. - No había mucho que explicar de la ilusión en sí. – Lo que sí me gustaría saber es ¿cómo lograron enviarme esta extraña invitación? - Si logro aprender como lo hicieron eso podría valerme bastantes libras en el próximo trabajo. La advertencia de la anfitriona me toma desprevenido. ¿Qué sea cuidadoso? Joder no se imagina en que trabajo ni lo que sé. Yo soy muy cuidadoso. Aunque parece que para poder preguntar por más cosas deberé jugar a su juego.

No había que ser muy listo para darse cuenta de que ni Madeleine ni su colega se esperaban lo que conté de Merodach. Me sentí raro, como si lo estuviera traicionando por explicarles esa parte de la historia. Era una tontería porque él mismo me había dicho que le contase todos los detalles a esa mujer, pero de repente me sentí como un puto chivato acusando a un compañero por haber hablando mientras la profesora se ausentaba. Y no me gustaba una mierda sentirme así, así que fruncí el ceño y sólo asentí con la cabeza al consuelo de Madeleine. 

Bajo la mesa fui aflojando mi puño y terminé abriendo y cerrando la mano varias veces. Aún así la tensión por recordar lo que estuvo a punto de pasarle a Skyler no desapareció del todo de mi espalda. Asentí de nuevo cuando el estirado habló de dejar el tema para más tarde y la verdad es que se lo agradecí en silencio. El tío hablaba de nuevo de el asunto de moldear la realidad y me eché un poco hacia delante en la silla, escuchándolo con atención. 

Mis ojos buscaron al hombre de la silla de ruedas y al chico de las gafas cuando el estirado habló de cómo los había encontrado y me fue inevitable sentir una pizca de curiosidad por esa prueba o invitación o lo que fuese que los había hecho llegar hasta allí. Yo de ordenadores sabía lo justo, pero esos dos debían ser todos unos hackers. 

Pero entonces Madeleine dijo esa palabra, «avatar», y mis ojos curiosos abandonaron al estirado para mirarla a ella. Recordaba haber escuchado eso antes, pero aún más recordaba cómo la sola mención de la palabra me había hecho sentir.

—Avatar... —repetí—. Merodach mencionó eso, aunque no me explicó mucho.

No dije nada sobre la paranoia que la mujer parecía compartir con el tío que me había enviado allí, pero me había decidido en mi fuero interno a no dejar que ese recelo me invadiese de nuevo como cuando me había apresurado para entrar antes que el tipo de la silla de ruedas al portal. Yo no era así. No lo había sido nunca y no quería empezar en ese momento. Así que centré mi atención en lo que decían los otros dos invitados. 

Ciertamente es peculiar. Te es más fácil leer cuando los demás fingen o pretenden, pues tú mismo estás tan acostumbrado a ello, que no te cuesta identificar manerismos, inflexiones y reconocer cuando lo que dicen está lleno de falsedades. Y en la persona media, el número de mentiras escondidas es ciertamente alto. Pero lo peculiar es... que el chico se ha expresado con una fluidez y una sinceridad genuina. Su perturbación por el asesinato que comenta, e incluso su inverosímil historia, todo estaba cargado de convicción. Y no una convicción ensayada, no tenía la pinta de algo que hubiese repetido muchas veces. 

El tío estaba convencido de lo que decía, de haber sido testigo de todo lo que narra... o era el mejor actor que jamás hayas visto en toda tu vida. Y la reacción de Arcadius y Madeleine, la espontánea sorpresa y la respuesta sombría, no parecía ensayada, ellos mismos tampoco parecían esperarse lo que había dicho Aiden.

Un mensaje de respuesta de Frankie te saca de tus reflexiones.

Frankie: [color=#7F462C]¿Es realmente importante esa pregunta? Quizás debas tú responder la pregunta Olliver. ¿Soy parte de ti? [/color]

-Comunicarse no siempre implica hablar. Hay muchas maneras en que las musas se hacen manifiestas en vosotros. Algunas son sutiles y suaves, como el aroma de una flor en primavera, y otros son fuertes e imponentes, como un arcangel bañado en la gloria de las alturas. Pero algo que es cierto... vuestras musas son personales, os conocen y os guían. Es una buena idea que les prestéis atención. Siempre vale la pena oír lo que tengan que decir- y mira a Antony sonriendo. -suponiendo que decida comunicarse de esa forma.- añade.

Mira luego a Aiden y asiente. -Todos los Despertados tenemos una Musa. Si no, no podríamos hacer Magia- dijo sonriente. De nuevo Arcadius niega suavemente con la cabeza, pero no parece molesto, sino levemente divertido. 

-En cuanto a lo otro. La Red Digital es otra Dimensión. No es extraño que al Despertar, os encontréis rompiendo una o varias leyes universales. Incluso las que no sabíais que existían- añade bromista.

Su atención pasa primero por Antony. -Mr. Payne. Me temo que explicarle los principios de la Red Digital tomará algo más que una agradable merienda. Por ahora, confíe en las palabras de Madeleine. Su despertar lo trasladó físicamente a un espacio distinto a la Realidad durante unos instantes, usando su ordenador como medio. Eso explica probablemente por qué acabó destruyéndolo- explica superficialmente.

-La invitación se la he enviado yo. Pero el cómo es más complicado de explicar. Lo que Madeleine y yo tratamos de hacer, es como si un científico intentase explicarle los principios de la mecánica cuántica a unos niños del jardín- Madeleine tan sólo niega con la cabeza. -para llegar a comprender, tendréis que estudiar y comenzar por las bases. Y con tiempo y dedicación, llegaréis a comprender el cómo.- dice.

-Mr. Gibbs, cuando se conocen los principios más avanzados de la información y la informática, y se tienen a disposición los prototipos más avanzados de tecnología en intrusiones y programación de troyanos, sería francamente un golpe al orgullo ser detectado por tecnología mundana. Aún en manos de alguien capaz- dice con su aire de neutralidad. -¿Aprender? Es posible, ciertamente... con el tiempo y la dedicación adecuada. - luego guarda silencio unos instantes. Mira fijamente al cuadrapléjico y pregunta con tono neutral. -¿Puedo preguntarle con quién se comunica, Mr. Gibbs? Ninguno de vuestros móviles tiene señal, me temo- informa Arcadius.

Un momento, se lo ruego. Tecleó un poco más, antes de prestar atención a Arcadius.

Ciertamente puede preguntar, señor, dijo cuando hubo terminado. Pero no sabría qué responder.

Oh, venga, déjate de juegos tontos. Si fueras parte de mi, yo mismo me estaría respondiendo si lo hicieras "tú". ¿Significa esa respuesta que no eres parte de mi? Si eres parte de mi, yo me estaré respondiendo. Si no lo eres, quizá decidas mentir. Poco importa la respuesta, en realidad. Más por poco que importe, se pone a la altura de la supuesta poca importancia de la pregunta. Así que, si no te importa, responde: ¿tiene razón en lo que dice, Frankie? Porque a mi me importa la respuesta, por poco importante que sea. Te he cogido cariño, y deseo conocer tu opinión.

La conversación sobre el otro hombre no me entusiasma mucho, por un lado no lo conozco y por el otro... así lo conociera no me interesaría.

transportado a una dimensión diferente... Decir ridículo no es ni remotamente cercano a lo que esto es. Sin embargo, ese mensaje era muy elaborado, si esta gente cree que hace magia ¿quien soy yo para negarlo? jugaré a su juego mientras aprendo lo que necesito.

- Me suena un poco a Doctor who, pero acepto que hay que estudiar para entender. Así que ¿donde firmo? - Mientras mas pronto le siga el juego a estos lunáticos más pronto entenderé lo que necesito y me largaré.

Después de escuchar lo de la señal, saco mi celular para comprobarlo y en efecto esta gente ha bloqueado la señal... curioso, muy curioso

Lo cierto es que me quedé algo pensativo con lo que dijo Madeleine sobre eso del avatar, musa o como quisiera llamarlo. ¿Debería haber prestado atención a esa voz insidiosa que no me dejaba ni dormir, en lugar de fingir que no existía? Al parecer sí, aunque no terminaba de sentirme muy convencido. ¿Sería esa voz esa cosa? Torcí la boca y le di algunas vueltas mientras la conversación volvía a dirigirse al asunto ese de los ordenadores. 

La pregunta del estirado al hombre que tecleaba me recordó a los profesores que pillan a un alumno hablando en clase y enarqué una ceja. No llegué a decir nada, pero sí que saqué mi móvil del bolsillo de los vaqueros para echar un vistazo rápido y comprobar que no tenía cobertura. No le di demasiada importancia. Había cacharros que hacían eso, ¿no? Mis ojos se alternaron curiosos entre uno y otro de los dos invitados y finalmente estiré la mano para tomar mi taza y beber otro sorbo de té. 

Frankie: [color=#7F462C]Tu concepción de identidad es egoísta. Las diferentes partes de tu cerebro operan diferentes mecanismos. Lla pregunta que me haces no viene de tu subconsciente o de tu hipotálamo. Viene de tu parte consciente. Si yo fuese una parte de ti, no sería la misma parte que me hace esa pregunta. [/color]

La inteligencia responde tras unos instantes, con su habitual estilo informativo, mezclando pequeñas piezas de información con algunas aproximaciones filosóficas.

Frankie: [color=#7F462C]No tengo datos suficientes para responder tu pregunta.[/color]

Silencio otros instantes.

Frankie: [color=#7F462C]Pero puedo reiterarte lo que te he dicho antes. Mi directiva primaria es guiarte. Y por ende, mi existencia está intrínsecamente ligada a la tuya.[/color]

La anfitriona sonríe con emoción cuando Antony acepta formarse en lo que han explicado. -¡Que buena noticia- dice ella, pero luego intenta poner un rostro serio. -Sin embargo, hay algo que debemos pediros. Como os lo hemos mencionado, representamos a una Organización de Despertados: El Concilio de las Nueve Tradiciones. Existimos para protegernos entre nosotros de los peligros que también estarán alrededor de vosotros. Pero también tenemos una misión. Todos buscamos que el resto de durmientes puedan abrir los ojos y darse cuenta de que los límites de la realidad no están impuestos. Buscamos que asciendan de su estado, ignorantes de sus capacidades, y se unan a nosotros en la liberación final de las cadenas que la complacencia y otros agentes poderosos han impuesto sobre el mundo- dice ella con emoción, con verdadera alegría, mientras observa a Oliver, a Aiden y finalmente a Antony. Arcadius permanece serio y pensativo, y no reacciona inmediatamente.

-Sé que suena descabellado. Pero creed en mis palabras.- pide ella con franqueza. -Y si os unís a nosotros, os ayudaremos para educaros y potenciar vuestras habilidades. Si Archie y yo carecemos del conocimiento necesario, os guiaremos hacia maestros capaces y dispuestos.- dice y camina hasta quedar a la espalda de Aiden. -Yo misma conozco algunos de los secretos necesarios para desenredar la ilusión del tiempo estático. Y si es lo que quieres aprender, puedo enseñarte, Aiden- dice dirigiéndose al peliverde.

-Archie maneja gran cantidad de cacharros tecnológicos. Su especialidad es... bueno, en realidad no sabría explicarlo yo- dice avergonzada, mientras Arcadius sonríe, restándole importancia.

-Me especializo en correr aplicaciones en el metacódigo ubicuo que genera el constante flujo de información que nos rodea- explica con un aire orgulloso. -Si existe y ha sido registrado de alguna manera, no importa la distancia o la complejidad, soy capaz de obtenerlo- añade.

-En cuanto a su conversación, Mr. Gibbs- dice retomando la pregunta. -Quizás yo si pueda responder por usted. ¿Quiere mostrarnos la conversación?- solicita amablemente.